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ECOS NACIONALES
Y
CANTARES.
DURAN.LIBRERO1.
MADRID )
tí Ws
ECOS NACIONALES
Y
CANTARES
CON TRADUCCIONES
AL PORTUGUÉS, ALEMAN, INGLÉS, ITALIANO, CATALAN,
GALLEGO Y PUOVENZAL
Cuarta edición.
MADRID
IMPRENTA DE LA BIBLIOTECA DE INSTRUCCION Y RECREO
Calle del Rubio, núm. 25.
Muchas de las composiciones que comprende
este volúmen, con el cual doy principio á la Co
lección completa de mis obras, se hallan esparci
das en los que he publicado con los títulos de
Veladas poéticas, Inspiraciones, Armonías y Can
tares y El Libro de la patria, en unión de poe
sías de índole y géneros distintos. Muchas otras,
la mitad próximamente , salen ahora colecciona
das por vez primera; de modo, que en vano se
buscarian en los libros arriba mencionados. Ago
tadas las ediciones de los mismos, y pudiendo
realizar hoy mi deseo de agrupar en cada tomo
de la Colección completa todos aquellos trabajos
que, por sus afinidades ó idea generadora, tienen
y-y;
VI
< •
V. R. Aguilera.
/
*
EGOS NACIONALES.
PRÓLOGO
DE LAS DOS PRIMERAS EDICIONES.
Francia, en Alemania, en Irlanda... en todas ciedad en que viven; investigar qué vicios la cor
partes hay señales de incendio. roen y qué virtudes la honran; examinar la jus
Las naciones, como si hubiesen resucitado los ticia ó injusticia de las aspiraciones que se ma
tiempos de la caballería, acuden presurosas al nifiestan ahora más que nunca en ella; para que,
palenque á conquistar el premio. Pero no se de la unión de estos y otros elementos esparcidos
disputa la mirada de una dama, la posesión de un y diversos, del conjunto de tantos y tan variados
féudo, la pertenencia de un castillo: se disputan objetos y asuntos, resulte un todo claro y preciso,
los más altos intereses, el bienestar del hombre, que sea un. traslado exacto de la fisonomía del
el porvenir de las generaciones presentes y fu pueblo, del gran carácter social, ó lo que es lo
turas. mismo, la copiosa fuente de donde los poetas de
Así, toda poesía, toda literatura, debe sufrir ben tomar sus inspiraciones.
una trasformacion en armonía con las trasforma El autor de esta Colección ha tenido, al escri
ciones que se verifican en los pueblos del antiguo birla, presentes las ideas que anteceden, como se
continente, que son los que caminan á la cabeza echará de ver en la mayor parte de las composi
del progreso humano. ciones de que consta; pero ha sentido también
Los versos pastoriles, el idilio y la égloga clá desconfianza en sus propias fuerzas para un tra
sicos, son cantos que van á perderse entre el bajo de esta naturaleza.
rumor del movimiento actual, entre el bullicio de No sé si servirá de motivo de censura para los
las sociedades presentes, cuyo corazón, para con que se pagan demasiado de los nombres, el que
moverse, necesita impresiones de otra especie. haya dado yo el título de Ecos Nacionales'^, es
Cada época tiene sus exigencias; y es absurda tas páginas: como quiera que sea, y dejando á
la pretensión de creer que las necesidades intelec cada cual con sus opiniones, he de advertir que,
tuales de la época actual, han de satisfacerse so como casi todas las composiciones son, digá
lamente con romances á las flores, y con madri moslo así, la voz, el eco de necesidades, senti
gales á unos ojos. mientos, intereses y recuerdos nacionales, me pa
La tarea, pues, de los poetas modernos, debe reció que ningún título podria convenir mejor
ser estudiar el espíritu del siglo; conocer la so que aquel á la expresión de estas necesidades, de
XXI XIII
estos sentimientos, de estos intereses, y de estos el fin del poeta que las demás formas conocidas.
recuerdos. La presente Colección deja un inmenso vacío,
He procurado también que la locución sea tan un campo sin término que cultivar, una mina ri
decorosa como debe serlo toda locución poética, quísima que explotar, en el género de poesía de
sin buscar en la vulgaridad y falso fuego de cier los Ecos. Desde los rudos cantos y costumbres
tas frases y palabras de la nomenclatura política salvajes de los primeros pobladores conocidos de
usual, un sentimiento y un entusiasmo prestados y España, hasta los períodos de las dominaciones
fingidos, un sentimiento y un entusiasmo de de cartaginesa y romana ; desde la irrupción de los
clamaciones, más propias de las plazas públicas bárbaros del Norte, hasta la historia oriental de
que de un libro de poesía. los conquistadores de Iberia, venidos del desierto;
Respecto de la forma de gran parte de los Ecos desde el definitivo establecimiento de la monar
Nacionales, he creído que ninguna habia más quía gótica, hasta la guerra civil... he aquí los
adecuada que la dramática. En efecto: la dramá asuntos de nuestros recuerdos y de nuestras glo
tica, puede , como ninguna, en mi concepto, co rias nacionales. Nuestras crónicas están carcomi
municar el alma, el movimiento y los contrastes das por el polvo; nuestra historia, arrinconada en
de la vida nacional a los pequeños cuadros en que las bibliotecas. Poseemos, es cierto, inapreciables
he pretendido pintar algunas de sus escenas. Ni tesoros en los Romanceros de la Edad Media;
con la simple narración , ni con el canto sencillo pero, sobre ser especiales, en gran parte, como
se hiere tan vivamente como de esta manera el el del Cid, el de Bernardo del Carpió y otros
ánimo' de los lectores, lo cual se comprenderá personajes de los tiempos heroicos y caballeres
desde luego comparando los ECOS dialogados, cos, no deben, no pueden considerarse ya mas
con los restantes. Y hay para que así suceda, una que como objetos de estudio, como una luz para
razón muy obvia; y consiste, en que el drama es penetrar en las tinieblas de aquellas épocas de
la verdad, es el reflejo mas fiel de las costumbres amor y de guerra, de galantería y de barbarie,
sociales, políticas y religiosas, con todas sus con de religiosidad y de entusiasmo. Los Romanceros
veniencias, con todo su colorido, con todo su re no se leen; es más, no se comprenden por el pue
lieve; por consiguiente, la dramática llena mejor blo: son monumentos viejos que debieran res-
XIV
(1) Así llaman al calabozo en algunas de nuestras cárceles. Árbol santo, jamás tus coronas
ECOS NACIONALES.
28 VENTURA R. AGUILERA.
Y en pos, á darla caza,
Ciña el crimen de máscara bella;
Los déspotas del Norte
Tú serás de los buenos la estrella,
Mandaron de su córte
Tú del genio brillante fanal.
Cien buques á la mar.
Yo, en mis pobres y humildes cantares, El mar es largo desierto...
Flores mustias que nacen sin vida,
[Dios lleve la barca al puerto'.
Diré siempre átu sombra querida:
— ¡ Lauro eterno al honor nacional! Piratas sanguinarios
1846.
Las verdes olas cruzan;
Ya su puñal aguzan
Los bárbaros del Rhin.
Y al fin del horizonte,
Siguiéndote las huellas,
Se ve con las estrellas
Á PIO IX.* Brillar la flor de lis.
El mar es largo desierto...
[Dios lleve la barca al puerto!
Á verte resucitan
Con su severa faz.
El mar es largo desierto... LAS ARISTOCRACIAS.
• \Dios lleve la larca al puerto'.
Relámpago es tu barca
Que en el abismo vuela, Dicen que se ha perdido Madama Aristocracia,
Sin más, por toda vela, Salgamos á buscarla, tal vez parecerá;
Que la bendita Cruz. Miremos si reside en el recinto oscuro,
La Cruz, que en otros siglos, Inhabitado y triste de ese torreón feudal.
Y entre diversas gentes, El huracán del siglo ha roto sus almenas,
En ambos continentes Sus timbres de granito ruedan por tierra ya;
Brotó rios de luz. Y sus escudos viejos en la pared pintados
El mar es largo desierto... Revelan solamente grandezas de otra edad.
\Dios lleve la larca alpuertó\ — ¿Está aquí, por ventura, Madama Aristocracia?—
Oigamos á las Ruinas:—Aquí Madama está.
Salud ¡oh gran Pontífice!
Tu acento es poderoso; Tras un mostrador nuevo, caladas sendas gafas ,
Tu frente es el hermoso De obeso comerciante despunta la nariz;
Lucero de esta edad. De azúcar y canela, vainilla y chocolate
El cielo te acompañe, Circúndanle cien sacos, si acaso no son mil.
Y el vendaval, que espanta, ¿Qué diablos á él le importa que el mundo baile ó gima,
Se amanse ante la santa Que viva ó que se rompa la nuca Jelachih,
Arca de libertad. Si á todos causa envidia formando en batallones
El mar es largo desierto... Ese metal sonoro que han dado en llamar viVl
\Pero Dios te dará puerto'. —¿Está aquí, por ventura, Madama Aristocracia?—
Oigamos al Dinero Ha tiempo que está aquí.
Diciembre de 1847.
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32 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 33
i
38 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 39
*
-------------
La hospitalidad francesa,
Tan antigua como el sol.
— Buen francés, Dios que te escucha
EL PROSCRITO. No olvidará tus acciones ,
Si injustas persecuciones
Te echan al suelo español.
—Español, ¿por quién suspiras?
—Por España, buen francés. —El cántico de las aves
— El cielo que en Erancia ves Mi corazón estremece,
¿No tiene brillante sol? La campiña me entristece,
Nubes de jazmín y fosa Me abrasa el fuego del sol.
Abren paso á su destello... —¿Qué buscas, pues, que así el llanto
— Para mí no lo hay más bello Rueda por tu faz ajada?
Que el helio cielo español. — ¡ Ay! ¡ mi patria idolatrada!
—Détela el cielo, español.
— Tiende la vista á los campos. 1847.
— Campos son encantadores.
— Es Francia jardín de flores
Que beben la luz del sol.
Fuentes y limpias cascadas
Refrescan el aura pura...
—¿Qué campo más hermosura
Tendrá que el campo español 2
LA CARIDAD.
t
58 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 59
r
60 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 61
Al prójimo abandonare.
— (¡ Ya me irrita!) Dios le ampare,
Que puede ampararle Dios. CANCION DE LOS TALLERES.
—La puerta vais á cerrarme... Resuenen los talleres con ecos de alegría;
¡Bien! me voy de vuestra puerta; Á trabajar corramos, que va á salir el sol;
Otra me dejais abierta, Y en los robustos hombros del que con fe trabaja
Y es la del crimen, señor. Descansa la fortuna, la paz de la nación.
La mano de la justicia
Me persigue... y vuestra mano; —Ni mármoles soberbios
¿Qué ha de hacer el artesano Para mayor decoro,
Más que ir ásu perdición? Ni lámparas de oro
No hay jornal, ni una buen alma En torno al dios se ven.
Que del crimen me separe... —¿Ni lámparas de oro
— ¡ Vaya fuera, y Dios le ampare, En torno al dios se ven?
Y sino... déjele Dios! — Son, como la ley nueva,
Sencillos los altares,
1847.
Los vuestros sus cantares,
El templo es el taller.
CORO.
CORO.
ECOS NACIONALES. 71
70 VENTURA R. AGUILERA.
Ni más gallarda es la rosa,
Ni más hermoso es el sol.
Al léjos tus compañeros
EL TRIBUTO DE SANGRE. Trabajan con alegría...
¡ Y tú pierdes en un dia
Madre, amistades y amor!
AL GENERAL D. JUAN VAN—HALEN.
Hijo mió ¿volverás! etc.
Á la puerta de la villa
Encontró á su hermano ciego ,
LA VUELTA DEL VOLUNTARIO. Y una lágrima de fuego
Le rodó por la mejilla.
— ¡Sin ojos tú, hermano mió !
Partióse Juan á la guerra —Por amparar con mi brio
Con pecho firme y sereno , Á tus hijos, sin fortuna,
Y combatió como bueno, Degollados en la cuna,
Y herido tornó á su tierra. ¡Pobre Juan!
Ya cerca de su destino —¿Y los franceses, están?
Decir oyó á un campesino: — De echarlos España acaba,
— Los sables délos franceses Á su tierra van marchando...
Han arrancado tus mieses , Y Juan iba andando... andando. ■ ■
¡Pobre Juan! Y de júbilo lloraba.
74 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 75
Postrado por los dolores Sus nidos abandonan las águilas reales ;
Juan esperaba la muerte, Sus nidos arrebata el huracán también;
Y dolidos de su suerte Los que hoy al mundo asombran con torpes bacanales
Así hablaban dos pastores : Mañana tendrán hambre, mañana tendrán sed.
— ¡ Qué de vueltas da este mundo! Las tumbas de los vivos, las lóbregas prisiones,
¡ Ayer, bueno!... ¡hoy, moribundo! Á víctimas sin cuento mañana soltarán ;
—Hoy, la miseria le humilla, Y huyendo los tiranos irán por las naciones
Y era envidiado en la villa; Con su conciencia solos, sin patria y sin hogar.
¡ Pobre Juan!
—Mas ya... en la villa... no... es...t La libertad es reina, es reina ya de Europa;
Y Juan, que esto murmuraba Ayer llamó á sus puertas , y Europa respondió ;
En el lecho agonizando , Ni ejércitos siguiéronla de mercenaria tropa,
Se iba acabando... acabando... Ni iluminó su tránsito la llama del cañón.
Y aún de júbilo lloraba- De gozo se estremecen los bravos corazones,
1847.
Sus lágrimas enjugan todos los pueblos ya ;
Y fluyendo los tiranos irán por las naciones
Con su conciencia solos, sin patria y sin hogar.
LIBRO SEGUNDO.
’ cy’
£L Jx.<XllClóCO ¿ex.
Ventura.
PRÓLOGO
DE LA. TERCERA EDICION.
ejemplo! Ni aún en los últimos períodos de las Los poetas han sido en todos tiempos indivi
civilizaciones antiguas más florecientes, cuando dualidades dotadas por el cielo con la facultad de
ya la anarquía y la gangrena destrozaban el cuer revelar á sus semejantes, bajo una forma simpá
po social, faltaron hombres de corazón y de fe, tica, la belleza, las maravillas y metamorfosis del
que con su voz, eco de la de gran parte de sus mundo físico y del mundo moral, y aún los des
conciudadanos, dulcificasen los dolores de la tinos providenciales del hombre y de las socie
patria moribunda ó fulminasen el rayo de la sáti dades; verdaderos apóstoles de la humanidad,
ra contra el vicio. intérpretes del plan divino, y aún en ciertas eda
El sentimiento poético, proscrito otras veces, des conservadores casi exclusivos de las tradi—
no menos que el sentimiento religioso y el de la diciones y hechos memorables. Pero el poeta
libertad, germina oculto por algún tiempo como debe ser siempre contemporáneo; esto es, cantar
las semillas de las plantas debajo de la tierra; mas la época en que vive, como cantaron la suya los
cuando llega la hora de manifestarse, asombra líricos, épicos y dramáticos que constituyen la
con su lozana pompa y desarrollo. Antes de la dinastía inmortal de los grandes genios. Homero
ruina del imperio de los Césares, el Cristianismo lega á las generaciones futuras la historia épica
habitaba un mundo subterráneo; las catacumbas, de los pueblos cuyo nombre perpetúa en sus poe
como en Roma; las grutas y soledades eremíti mas; los profetas anuncian los sucesos mas inte
cas, como en Egipto. El pensamiento evangélico, resantes de la epopeya bíblica.
la idea de la redención de la humanidad, habia En tiempos normales, el hombre inspirado
espirado en apariencia. Y no obstante, aquella pinta imágenes apacibles, risueñas, tranquilas,
religión fugitiva, escarnecida y martirizada, era porque respira en una atmósfera de paz, de calma
la religión del porvenir, la religión que habia de y de contento; pero ese mismo hombre no haría
ser reina y señora de las naciones. Otro tanto de su genio el uso elevado para el cual le fué
puede decirse de la libertad; no muere, germina concedido, si á vista de sangrientas catástrofes,
oculta, y cuando se cree desterrada para siempre de dolorosas convulsiones, de terribles infortunios
y vencida por el ateísmo, se levanta, y muchas volviese la espalda á la sociedad, que tiene de
veces con superabundancia de vida. recho á que se la enseñe, á que se la consuele,
92 VENTURA R. AGUILERA.
ECOS NACIONALES. 93
y á que se la dirija por el camino trazado ab ini-
hay sociedad tan degenerada, que no se ruborice
tio por el dedo de la Providencia. Cuando los
cuando él anatema resuena á todas horas en su
poetas no comprenden su misión, no se les oye,
oido.
se les oye con indiferencia, ó seles olvida pronto,
Porque la poesía, en su esencia, no es una
por más aplausos que reciban á su aparición.
vana forma, una combinación ingeniosa de pa
¡ Qué instinto tan admirable el de los pueblos, y
labras, hecha con arreglo á preceptos escritos ó
cuán merecida la expiación de los que faltan á
según el capricho del artista: sino la expiesion
su siglo!
más alta, el lenguaje más sublime del alma, la
El nuestro, se dice, no se ocupa mas que de
revelación sencilla ó simbólica de la verdad, poi
intereses positivos, es egoísta, es incrédulo. ¿Es
medio de la voz armoniosa del genio.
incrédulo?... Pues vosotros, hijos predilectos del
De ahí la conveniencia de que el poeta, si ha
cielo,' vosotros, que teneis sensibilidad é inspi
de tener autoridad su bello sacerdocio, sea mo
ración, debeis atraerlo á la creencia; porque la
delo de buen ejemplo, así en su conducta priva
creencia es nuestro ángel custodio, ángel fiel al
da como en su conducta publica; de otra manera,
hombre en las mayores tribulaciones de la vida,,
difícil es que llegue nunca á identificarse cum
cuando todo le abandona, le aílije ó le engaña.
plidamente con los objetos de sus inspiraciones.
¿Es egoista?... Entonad himnosá los héroes que
El pueblo no puede amar al logrero que habla
se sacrificaron por sus semejantes ó por su país;
de caridad, al hombre venal que se precia de leal,
no hay nación alguna sin víctimas generosas, sin
ni, finalmente, al que hace alarde de virtud vi
recuerdos patrióticos. Si dirigís vuestra voz á un
viendo encenagado en el desorden.
pueblo que llora su decadencia, herid la cuerda
Apenas fué conocido el primer tomo de Ecos
de la resignación, y reanimad sus fuerzas con el
Nacionales, publicado en 1849, durante mi des
calor de vuestros cantos; si gime en la esclavitud
tierro, tuve la satisfacción de ver que gran nú
ó en la opresión, ¿cuán dulce no le será oir acen
mero de los periódicos políticos y literarios de
tos de consuelo y de esperanza? Si corona de
España, y varios del extranjero, le dedicaban ex
flores al vicio, á la corrupción, al escándalo,
tensos artículos, muchos de los cuales conservo
clamad un dia y otro con inflexible firmeza; no
en mi poder y aprecio, tanto mas, por cuanto, con
94 VENTURA R. AGUILERA.
La luz del siglo no entra en su morada; Devora de tus hijos las entrañas,
La ignorancia es su triste compañera; Acaben de morir los desdichados,
El vicio lucha en su alma desolada Mientras en tu agonía ves y extrañas
Con sus instintos de virtud severa. Cómo celebra el mundo á los malvados;
El hambre, como furia despiadada, Cuál llora la familia en las cabañas,
En el hogar del pueblo persevera, Y cuál, con frente erguida, van osados,
Y una lágrima vierto abrasadora; Laureles recogiendo en su camino,
Que al ver tanta miseria, iquién no llora*! La ramera, el ladrón y el asesino.
Bebe tu llanto, y ¡gloria al que en la guerra Hoy, anarquía á tus quejidos llaman,
Asolé nuestros campos y ciudades, Justicia á la opresión, ley al encono ,
Con sangre fraternal riegue la tierra, Y ahogan el clamor de los que te aman,
Pueble nuestra nación de soledades, « Y no ves un amigo en tu abandono.
Y al alarido del clarin, que aterra, Sobre tu ruina y humildad, que infaman ,
Con baldón resucite otras edades ! Para sí cada crimen alza un trono ;
Si á tí el hambre te acosa con sus sañas, Pero dias sin ñn, tras noche oscura,
„ Iris serán del mar de tu amargura.
Devora de tus hijos las entrañas.
s
98 VENTORA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 99
Iris serán del mar de amargura, Y España te dice, cual yo, Madre mia:
Que hoy siniestro rumor lanza profundo; —Dios te salve, María;
Cuanto más sufres tú, más se apresura Destruye peste y hambre, pues calmas á la mar.
El sol hermoso en que tu dicha fundo.
¿Qué sirve de los hombres la ley dura? Tu imagen santa adorna la choza y el palacio;
Dios ha trazado su camino al mundo , Tú llenas de fragancia los templos del Señor;
Y los pueblos, al fin, llenos de vida, Altares te levanta la fe del poderoso;
Llegarán á la tierra prometida. Altares de mi pueblo te erige el corazón.
El grande y el humilde nombráronte mil veces
Junio de 1854. En las horribles noches de su angustioso afan;
Y España clamaba, cual yo, Madre mia :
—Dios te salve, María,
Mis lágrimas enjuga, pues domas á la mar.
Consiguió que el libro santo de las leyes Que ni el más imbécil hace un desatino,
Acatase ciego todo ciudadano; Porque de él no corra por la multitud
El tesoro público respetó su mano; El refrán que el otro por doquier oia:
Pobre subió, y pobre muy pronto bajó; Ministro Quijote, ministro de un dia.
El refrán, por eso, dura todavía: 1881.
Ministro Quijote, ministro de un dia.
Y al ocaso
Llega al fin con débil paso, BALADA.
Como un héroe ya cansado de luchar?...
Pues más tristes son las almas de los pobres. —Buen pastor ¿has visto á mi hija?...
Porgue miran que el invierno viene ya. Tiene por nombre Rosalba,
Su color es el del alba,
¿Veis qué triste va el pastor por la montaña. De paloma su mirar.
Que del cielo tibio rayo apénas baña; Há dos años que la busco,
Cuál padece Dos que abandonó mi choza,
Porque de hambre y sed perece Y el alma se me destroza,
El rebaño que juntó con sumo afan? Y no hago más que llorar.
¿Veis qué triste y silenciosa está la aldea, ¿Sabes dónde está?
Cómo salen de la tosca chimenea —En la ciudad.
Del labriego, Por aquí há tiempo ha pasado,
Humo y chispas que echa el fuego Y la miraba un soldado
Calentando á la familia en el hogar?... Como á la alondra el halcón.
Pues más tristes en otoño están los pobres; —Sihe de encontrarla perdida...
Cuando llegue el crudo invierno igué serál... ¡ Llévemela Dios!
. 1855.
— Soldado, si tienes padres,
Dime ¿ dónde encontraría
La prenda del alma mia
Que robaste de su hogar?
Era mi apoyo en la tierra,
Idolo de mi cariño,
Inocente como un niño
Que aún no ha comenzado á hablar.
¿Sabes dónde está?
118 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES.
¡Llévemela Dios!
Taimada la fortuna
COMBATE Y VICTORIA. Me brinda fausto y brillo, -
Por el laurel sencillo
Que ofrece la virtud.
De niño tuve un sueño, —Deja (me dice), alpueblo,
Y aún de él me acuerdo tanto Que sólo á sus cantores
Como del puro y santo Dar puede humildes flores
Cariño maternal. Cual las de tu laúd.
Gentil doncella airosa Ven á cantar conmigo;
Cubierta de azul veste, Ven, ven á los palacios;—
122 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES.
i
124 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES.
t
ECOS NACIONALES. 127
VENTURA R. AGUILERA.
Y en sabrosas narraciones
I.es dieta sanas lecciones
Para formar su virtud.
EL ABUELO.
Y hasta que asoma, etc.
Para cantarte grande tus cantores El sol que siempre ardía en tu almo cielo,
■Quisieran verte con escudo y lanza, Á su ocaso, entre nieblas, hoy declina;
De la guerra á los rojos resplandores, Y tu antiguo poder llamas con duelo,
Y arrullada por himnos de venganza. Y una lágrima viertes cristalina.
;¡ A.h! no, no busques las sangrientas flores No llores, pues te sobra con tu suelo;
Que entre luto y horror la vista alcanza; De la virtud al templo te encamina,
Y sepa quien batallas te demande, Y sepa quien conquistas te demande,
Que pueblo sin virtud, nunca fue grande. Que pueblo sin virtud, nunca fue grande.
1855.
En tierra y mar un tiempo vencedora,
Las olas del Océano profundo
Rindieron á tus pies, como señora,
Yodo el oro fatal del Nuevo Mundo.
Di al que abatido tu pobreza llora,
Que es tu suelo, en virtud, rico y fecundo ;
Y sepa el que opulencia te demande,
Que pueblo sin virtud,,nunca fue grande. EL BUEN CURA.
Destrozadas banderas enemigas
Ostentan con orgullo las naciones:
Cuando tus glorias á los pueblos digas, Débil niño, que á este valle
Enséñales, ¡oh España ! otros blasones. Has venido desterrado,
Vean campos sin fin llenos de espigas Con la mancha del pecado,
Y de honor y virtud los corazones; Del pecado original:
Y aprenda el que otros timbres te demande , ¿Por qué lloras? ya el buen cura
Que pueblo sin virtud, nunca fué grande. Se prepara con fe ardiente,
- -, ,
138 VENTURA R. AGUILERA.
ECOS NACIONALES. 139
Á borrarla de tu frente
Apacible y virginal. Si queréis saber su historia,
De la pila del bautismo Sus benéficas hazañas,
Va á sacar el agua pura Preguntad á las cabañas...
De la santa redención. Allí brilla su virtud.
¡ Honor a,l buen cura, Y á los niños, y á los viejos,
Mil veces honor! Y á los ciegos abatidos,
Y de pobres desvalidos
Algún dia el turbulento Á la hambrienta multitud.
Ronco mar de tus pasiones, La orfandad le llama padre,
Clamará con maldiciones T en su pecho no se apura
Contra el cielo, que te ?e. El tesoro del amor.
El buen cura, si lo sabe, ¡ Honor al buen cura,
Calmará ese mar insano Mil veces honor \
Con palabras de cristiano,
Con la mágia de la fe. Él bendice á los amantes
Tierno, y manso, y amoroso, Que á su dicha ven el plazo,
Así siempre la ventura Y el eterno y dulce lazo
Volvió'á más de un corazón. Que por siempre los va á unir.
¡ Honor al buen cura, Y á la par que el Sacramento
Mil veces honor! De su unión sencillo explica,
La familia santifica
Cuando al són de la campana Que á su voz se forma allí.
Que lo llama de la torre, Y de aquí las sociedades
Todo el pueblo ansioso corre Que han por base ancha y segura
Á la iglesia del lugar, Nuestra hermosa religión.
El buen cura santas frases. ¡ Honor al buen cura,
Como entonces, todo el año, Mil veces honor!
Dice ó canta á su rebaño
Desde el pulpito y altar.- ¿Quién consuela al desgraciado,
Y confunde á los soberbios, En aquel terrible dia
Y al humilde alzar procura, Que sucumbe en agonía
Que es imagen fiel de Dios. Cuando todos huyen de él?
¡ Honor al buen cura, Ya sus ojos se oscurecen,
Mil veces honor! Ya mortal pavor le acosa,
H Y una víctima la fosa
140 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 141
Y audaz mira
El volcan del sol ardiente, EL ÁRBOL DE LA LIBERTAD.
Y á otras aves es igual.
• Yo no puedo alzar mis ojos,
Porque escrito BALADA.
De mi origen el delito
El mundo en ellos verá.—
La Caridad le responde; Aún vagaba en mi boca sonrisa de niño
—Y yo en mi seno te admito Cuando cerca del árbol sagrado pasé;
Por ley de amor, que en mí impera; Á sus ramas venían alegres las aves,
Ven, que en mi seno te admito, Cristalino arroyuelo besaba su pié.
Mi amor te espera.— Para él eran los gratos perfumes del monte,
Dulces sones los aires poblaban por él;
El niño expósito dice: Entre todos su frente soberbia se alzaba
—La avecilla madre tiene Como en medio á su córte de siervos un rey.
Que le enseña ¡ Ay! ¡dónde está ahoral
* De pequeña, ¡Dónde está, que mis ojos aquí no lo vendí
Y caricias le previene,
Y la oculta del halcón. Un pastor me ha contado su lúgubre historia
Yo á la mía no conozco, Con sentidas palabras de acerbo dolor ;
Ni mi boca Turba extraña á su lado tendióse una tarde
Su adorado nombre invoca, Que torrentes de fuego bajaban del sol.
Pues jamás lo supe yo.— Con sus verdes guirnaldas el árbol florido,
La Caridad le responde; Sombra espesa, frescura y aromas la dió;
—No hay ninguno más sublime; Y las aves, unidas en suave concierto,
Regalaron su oido con tierna canción.
Caridad la llama el suelo,
Y á ser madre del que gime \Ay\ ¡dónde está ahoral
Bajó del cielo.— ¡Dónde está, que ni rastro del árbol quedól
ritoria aquella otra que, en forma culta sí, pero tica hecha sólo para contentamiento y asombro de
al mismo tiempo noble, sencilla, al par que le un reducido círculo de personas, que quizás tam
vantada y accesible á todas las inteligencias— poco la comprendan, aunque presuman y decla
porque el arte ha de hablar á todas, ó no es ren lo contrario, ó ha de hacerse para la genera
arte—no cabe duda en que es verdadera y legí lidad de las gentes, esto es, para el pueblo? ¿Qué
tima expresión de la vida y genialidad del pueblo admiración, qué encanto, qué deleite puede causar
en que se inspira; mucho más, si al conservar la composición lírica que se presenta como una
los rasgos que aún determinan la fisonomía de especie de acertijo, de enigma, de problema al
este pueblo y que la sucesión de los tiempos no juicio público, y cuya lectura, en vez de agradar,
ha destruido, hace ver que camina hacia adelan fatiga desde los primeros versos, necesitando
te, dando así testimonio evidente de que existe, esfuerzos de reflexión, comentarios é interpreta
y de que, sin perder su individualidad propia, ciones, como si fuese producto del arte de las es
participa del movimiento general de las cosas y finges y de los geroglíficos?
de las ideas. Esto han hecho constantemente en Yo establezco en la poesía popular una distin
la lírica, en la épica y en la dramática los prime ción, á mi ver importantísima. Divídola en dos
ros ingenios del mundo. partes: poesía popular propiamente tal, es decir,
Yo he respetado siempre toda opinión, hasta poesía que se inspira en el pueblo todo, y poesía
las más absurdas, con sinceridad profesadas; pero vulgar, esto es, poesía que se inspira exclusiva
respetándolas, no puedo ménos de protestar alta mente, con raras excepciones, en la última clase
mente contra las pretensiones de los que piden al del pueblo', ó en otros términos, en la clase in
poeta empresas irrealizables, y que áun realiza culta. Á la primera pertenece, por ejemplo, el
das, serian ineficaces, cuando no funestas en sus Romancero del Cid, que, lejos de tener nada de
resultados. El Fausto se ha escrito; Goethe ha vulgar, ni en el fondo ni en la forma, es acaso,
sido poco ménos que divinizado ; y no obstante y sin acaso, el monumento poético nacional po
¿quién asegura haber entendido aquella obra sin pular de belleza artística más acabada. Esta dis
gular? Iguales pretensiones se muestran respecto tinción tuve presente desde que .concebí el pen
de la lírica. Ahora bien: ¿ha de ser la obra poé samiento de escribir los Ecos Nacionales, cuyas
4
154 VENTURA R. AGUILERA. seos NACIONALES. 155
dos primeras ediciones fueron publicadas en el den por el pueblo: son monumentos viejos que
año de 1849, cuando la poesía popular propia de debieran restaurarse, si un respeto sagrado á su
nuestros tiempos estaba enteramente olvidada por belleza y á su antigüedad no contuviese á los
las musas españolas. poetas. Pero ya que esto no sea factible, ni con
Hé aquí los términos en que me expresaba: veniente, las tradiciones, la leyenda, los anales
« No sé si servirá de motivo á censura para los de aquellos siglos prestan sobrada materia, in
que se pagan demasiado de los nombres, el que tacta aún, para popularizar la poesía moderna, para
haya dado yo el título de Ecos Nacionales á estas sacarla del gabinete del literato, único altar donde
páginas: como quiera que sea, y dejando á cada puede decirse que recibe culto, y hacerla pene
cual con sus opiniones, he de advertir que, trar en el círculo de la clase media, en el taller
siendo casi todas las composiciones, digámoslo así, del artesano y en la choza del labriego. »
la voz, el eco de necesidades, sentimientos, inte No por esto se juzgue que reducía yo á tan
reses y recuerdos nacionales, me pareció que exiguo número los elementos de la poesía popular
ningún título podria convenir . mejor que aquel contemporánea; otros citaba, queaquí no menciono
á la expresión de estas necesidades, de estos por no copiar íntegro el Prólogo (1). En cuanto
sentimientos, de estos intereses y de estos re á la forma, mi opinión era que la dramática, en la
cuerdos. » Y añadia : «Poseemos, es cierto, poesía lírica popular, podía, como ninguna, co
inapreciables tesoros en los Romanceros de la municar el alma, el movimiento y los contrastes
Edad Media; pero, sobre ser especiales en gran de la vida española á los pequeños cuadros en que
parte, como el del Cid, el de Bernardo del Car pretendia pintar algunas de sus escenas; ideas
pió y otros personajes de los tiempos heroicos y con las cuales se mostraron prácticamente confor
caballerescos, no deben, no pueden considerarse mes cuantos siguieron este ejemplo, acordándose
ya mas que como objetos de estudio, como una del pueblo—hasta entonces olvidado—y entre otros
luz para penetrar en las tinieblas de aquellas uno de los más distinguidos y estimados, mi buen
épocas de amor y de guerra, de galantería y de amigo D. Antonio de Trueba, cuyo Libro de los
barbarie, de religiosidad y de entusiasmo. Los
Romanceros no se leen; es más, no se cómpren (1) Véase el que lleva al frente el libro primero de este volúmen.
156 VENTORA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 157
Cantares, en el que se glosan (1 ) varios de la mosa lengua, con sus leyendas, dando en ellas
musa anónima popular ó vulgar, vió la luz pública forma verdaderamente artística, y nada vulgar
cuatro años después que mis Ecos Nacionales. por consiguiente, á tradiciones orales y escritas
El propósito de hacer cuanto de mi parte pudiera que en los labios de nuestro pueblo corrían, ó las
para restituir la descarrilada poesía nacional popu bibliotecas y archivos conservaban en los anales y
lar ó su verdadero camino, tenia, pues, profundas cronicones de la historia patria. Pero Zorrilla, como
raíces en mi ánimo; pero á condición de verificarlo de lo dicho se desprende, era—permítaseme la
con el espíritu serio y elevado que la cultura frase—el trovador de las ruinas; y no ya sola
actual demanda á los amigos del arte, haciendo mente el fondo de sus leyendas, su palabra misma
de éste una manera de sacerdocio respetable, en era eco de otras civilizaciones, de otras edades;
vez de una ocupación pueril y frívola, reducida era un bardo que pulsaba un arpa ceñida de ciprés,
con frecuencia á copiar simplemente las más llenando de melancolía nuestras almas, sobre la
groseras formas y el sentido más estrecho de la tumba de las muertas generaciones. Zorrilla era
personalidad de nuestro pueblo. el cantor del pasado; y yo, con mucha ambición,
No era yo el único autor que hubiese compuesto pero con escasísimas fuerzas, pretendí ser cantor
poesía popular nacional: el ilustre duque de Rivas del presente, sin apartar, empero, los ojos del ho
lo intentó con fortuna, en sus preciosos Roman rizonte, por ver si vislumbraba en él un rayo si
ces históricos, si bien eran éstos de carácter re quiera que me hiciese presentir lo que los tiempos
trospectivo; pero especialmente nuestro gran Zor habrían de traer consigo. He aquí, pues, la causa
rilla, español hasta la médula de los huesos, de haber glosado yo pocas tradiciones y hechos
colocado en el mismo terreno, habia erigido un históricos antiguos; mi propósito de siempre me
monumento, que durará mientras dure nuestra her- obligaba, más que á esto, á glosar sentimientos,
ideas y costumbres modernas. Así, los Ecos lle
(I) Colección moderna áe Cantares originales,la primera fué la de D. Augusto van, ya por título, ya por estribillo, asuntos, fra
Ferran —al César, lo que es del César;—la segunda, la de Campoamor, dignas
entrambas de todo aplauso; y la tercera la mia, inmediatamente después de la
ses ó versos de cantares y de romances, que corres
cual, sin duda por la cariñosa acogida que recibió y por la inmensa publicidad qup ponden á aquel pensamiento: básteme citar, en
ó la mayor parte de los que contenía dió toda la prensa de España, reproducién
dolos frecuentemente en sus columnas, buho un verdadero diluvio de Cantares. prueba de lo que digo, El Tributo de sangre, El
ECOS NACIONALES. 159
158 VENTURA R. AGUILERA.
presa, manifestando que éste era un nuevo campo
Convenio de Vergara, El Dos de Mayo, El Hogar
en el que podrian recoger abundante cosecha de
paterno, La Noche de todos los Santos, El Gene
ral no importa, las baladas de Iberia, Castilla y laureles nuestros poetas. No debieron ser desoidas
tan patrióticas excitaciones, puesto que, sin duda
Cataluña, La Gaita gallega, etc. En Roncesva
en virtud de ellas, de entonces data la publica
lles, que pertenece á los histórico-tradicionales
antiguos, he glosado los dos famosos versos de ción de cuantas obras tienen aquel sentido y carác
Cervantes: ter, más ó ménos bien comprendidos, más ó menos
artísticamente desenvueltos en su ejecución, ya
Mala la hubisteis, franceses, por medio de glosas, de romances sin ellas y de
En esa de Roncesvalles; cantares, ya en otras diversas formas.
Hay, sin embargo, quien considera requisito
En La Noche de Navidad, que conceptúo mo
indispensable para que la poesía merezca el cali
derno, los dos finales de un cantar conocidísimo:
ficativo de popular—estrechando así, hasta los más
Esta noche es Noche-Buena mezquinos límites la esfera de su acción—que
Y no es noche de dormir. haya de reducirse á ser precisamente glosa de
cantares; lo cual, en suma, si bien se mira, ni
Por último, y para no molestar demasiado la aten
quita ni pone nada á la popularidad de la obra,
ción del lector, á La vuelta del Voluntario sirve
cuando en esta obra no va íntimamente encarnada
de estribillo esa especie de muletilla de que se
el alma del pueblo; en cuyo último caso, con can
acompañan con frecuencia las narraciones y con
tar ó sin él, la glosa no será más que un romance
sejas que de niños hemos oido todos en boca de
cualquiera, que jamás aprenderá ni cantará el vul
ancianos, domésticos y nodrizas:
go—por ser demasiado fino—á ménos que el
Y Juan iba andando... andando... poeta se degrade hasta, ó casi hasta el taberna-
mentarisrno—y á cuyo romance sólo puede pres
La crítica, siempre benévola conmigo, no sólo
tar algo de sabor el verdadero metro nacional, que,
estuvo unánime en el juicio que formó acerca del
entre paréntesis, no es el déla seguidilla, sino
espíritu nacional y popular de mi obra, propio de
el octosílabo; además, que tampoco es la seguidilla
la época, sino que me animó á proseguir mi em
160 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 161
un metro, ni una estrofa ó estancia, sino un peque verdaderos, los inmortales poetas de todos tiempos
ño poema en siete versos: por tanto, escribir una hubiesen, por ventura, sido unos pobres patanes!
composición en seguidillas, es lo mismo tal Huyendo de la simpleza, erudita jerga y ficticia
creo—que escribir una composición en sonetos. sublimidad neo-clásicas, no ménos que de ciertos
Y la prueba de que el metro de la seguidilla, si pedantescos é intempestivos alardes filosóficos, ha
bien es hoy en concepto de algunos, no ha sido el venido á darse en el extremo contrario, en el de
genuino metro nacional, la tenemos en que antes llamarse, por ejemplo, sencillez y naturalidad á
de Boscan, á quien se mira como introductor la chocarrería, al amaneramiento y á la falta de
del endecasílabo italiano con su quebrado corres númen poético.
pondiente, apenas se encuentra composición al Ofreciéndose tan rico y ancho campo á la ins
guna en versos de siete sílabas con quebrados de piración del que se proponga cultivar este género
cinco, que son los que constituyen la seguidilla. de poesía, nunca he podido yo consagrará ello el
El vulgo, á quien muchos confunden ó se tiempo y la asiduidad necesarios; pero tampoco he
empeñan consciamente en confundir con el pue renunciado nunca por completo á seguir aumen
blo, aprenderá, y recitará, y cantará siempre, tando el número de Ecos Nacionales, en lo que
mientras su educación no se modifique, las coplas me lo han permitido las condiciones de una salud
de Rosaura del guante, de El guapo Francisco quebrantada muchos años hace. Prueba son de
Estéban y otras ejusdem furfuris, y echará á un que no renuncio á ir desarrollando el pensamiento
lado, por ser, lo repito, demasiado finos, los ro de mi obra nacional (entre otras varias produc
mances de poetas de ingenio más ó ménos culti ciones compuestas después de la tercera edición
vado; con la circunstancia de que el afan de po de los Ecos), La Gaita gallega, Polonia, Corres
pularizarse á toda costa ha creado una escuela pondencia del moro, El General no importa, La
raquítica,'ñoña, pedestre y ramplona, que pro Patria, Fr. Luis de León y las baladas susodi
clama la ignorancia—iba á decir la irracionalidad chas. Mas no solamente éstas—incluidas en los
—como uno de sus principios fundamentales, juz Ecos,—sino la mayor parte de mis poesías, como
gando título legítimo de orgullo y de gloria la las Sátiras, las Odas, La Arcadia moderna,
carencia de instrucción; como si los grandes, los los Cantares, las Elegías, La Leyenda de Noche-
11
162 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 163
Buena y la sátira, inédita en casi su totalidad, acción se encarne. Cervantes, como todos los
titulada Grandezas de los pequeños, tienen unas grandes ingenios, conociendo sin duda que el
la forma y el fondo, y otras el fondo eminente escritor debe elevar hasta sí al vulgo, hablándole
mente nacional y popular: ¡ojalá pudiera añadir siempre un lenguaje claro, sin dar en chabacano,
q.ue eminentemente buenos! Entre mis pocos y no descender hasta el vulgo, jamás usó, fuera
ensayos dramáticos, ya representados, men de casos contadísimos y justificados, palabrotas
cionaré Camino de Portugal, Flor Marchita y ni giros, que si pueden formar la delicia de los
La Limosna y el perdón. En cuanto á la prosa, bodegones, no así la de las personas de gusto, sea
me limitaré á nombrar, entre mis obras más anti ingénito ó adquirido por la educación, el trato so
guas, La Pulga errante (1846) y El Conspirador cial ó el estudio.
de á folio (1848); y entre las más modernas, los Todas mis obras, pues, se ve que contribuyen
Proverbios ejemplares, \os Proverbios cómicos, El al desarrollo del plan que constantemente ha pre
Mundo al revés, los Cuentos del dia, y un sin sidido á los Ecos Nacionales. Antes de la publi
número de artículos, algunos de ellos colecciona cación de éstos, ó se cantaba el pasado de nuestra
dos ya en el volúmen que lleva el título de Li patria con la magnificencia y la hermosura que
mones agrios: glosas, por decirlo así, en acción, Zorrilla, y con la pobreza que otros astra minora,
todas estas obras, de nuestros refranes: estudios ó se cantaba lo más superficial de su vida pura
del genio, carácter, lenguaje y costumbres de mente exterior, de su existencia vegetativa, como
nuestro pueblo en general, y' no vaciadas en el poco antes la había cantado y glosado Melendez,
molde estrecho de una localidad ó comarca deter con los zagales y pastores de éste, un poco mo
minada. Por lo que hace á su lenguaje y á su dernizados, y con sus bailes, tamboriles, casta
estilo, jamás he creido que fuese preciso rebajar ñuelas y romerías; todo lo cual está, á veces con
los para que adquiriesen popularidad, hasta el estribillos populares, en el mismo Melendez, quien
punto de convertir en regla de una obra lo que á ratos era tiernísimo poeta bucólico y excelente
debe ser excepcional en ella; y esto tan sólo con pintor de valles y montañas. Pero ¿debia, ni debe
cierta sobriedad, y cuando así lo pidan impe llamarse esto únicamente, poesía popular?... Ape
riosamente el asunto ó los personajes en que la nas si el hogar doméstico, si la familia, si las ge
164 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 165
nerosas tendencias del siglo, si la vida íntima de pleado con preferencia por él, eran cabalmente
la nación, si sus sentimientos, si su espíritu, si lo que más imposibilitaba la popularidad de sus
su personalidad, en fin, merecieron una mirada, obras, con justicia admiradas y acreedoras al pro
un recuerdo. Yo he leído y examinado atenta fundo respeto de los doctos, mas que no compren-
mente para la publicación de una Antologia de dian los que no lo eran. Por otra parte, exceptuando
líricos españoles contemporáneos, consultado por sus poesías Á la Invención de la imprenta, El
dos amigos mios que se ocupaban en estos Panteón del Escorial etc., verdaderos discursos
trabajos años hace, las poesías contenidas en las en verso, casi todo el ideal moderno quedaba
colecciones de libros, revistas y periódicos lite íntegro para las nuevas generaciones poéti
rarios más acreditados; y mi sorpresa y mi des cas. D. Juan Nicasio Gallego, á quien igual
encanto fueron grandes, al ver que poquísimas mente debe citarse, sólo dejó su famosa ele
de ellas—aparte de su mérito, que no niego yáun gía El Dos de Mayo, de idéntica filiación que
admiro , por otros conceptos—respondían á las las de Quintana. Si algún otro de los poetas de
exigencias de la época; que el soplo vivificador del entonces y de los que después se dieron á cono
siglo no habia penetrado en las regiones de nues cer, tuvo la intuición de lo que reclamaban la épo
tro Parnaso; cosa que á los veinte años de edad— ca y el genio modernos, en orden á la poesía po
en que compuse gran parte de los Ecos Naciona pular nacional, ó no quiso, ó no pudo, ó no supo
les, dados á luz cuatro ó seis años después, por satisfacer esta necesidad, y por consiguiente que
no haber tenido antes editor—ya sospechaba yo daron fuera de su dominio casi todas las grandes
instintivamente, y que el estudio había de confir cuestiones que la revolución operada en las ideas
mar por completo. Quintana compuso algunas, y en el estado social habia sometido á la conside
aunque escasas, poesías patriótico-políticas, en ver ración de los poetas, precursores y propagandis
dad grandilocuentes, varoniles y de belleza suma, tas por excelencia de todo arte y de todo derecho
inspiradas por el sentimiento de independencia nuevos.
que animaba áEspaña; pero estas mismas dotes de La musa de nuestros dias no ha de ser la régia
su estilo, su educación neo-clásica, sus preocu matrona, ni la aristocrática dama que sólo se halla
paciones enciclopedistas, y hasta el metro em bien en las altas esferas sociales, y que se desde-
ECOS NACIONALES. 167
166 VENTURA R. AGUILERA.
ña de arrastrar su espléndido ropaje fuera de los do se dice que nuestro siglo carece de ideal para
palacios; ni tampoco la mujer grosera y andrajosa la epopeya, y puesto que ni las más brillantes
que se complace únicamente en las realidades exhumaciones de ideales muertos y de hechos
más triviales y bajas de la vida; sino la encarna pasados, cuya grandeza tiene ya el lugar que le
ción, ora sencilla y modesta, ora varonil y severa, corresponde en el panteón de la historia, lograrían
y siempre decorosa y pura, del espíritu democrá interesarle bajo otro concepto que el meramente
tico y cristiano, que hoy penetra y envuelve á formal, ¿no podría un poeta acariciar la idea de
todas las clases. El palacio, el taller, la cabaña; construir con todos los materiales y elementos
la aldea, la ciudad, la nación, el mundo entero: fragmentarios referidos, agrupándolos con líbre
héahí el teatro de su actividad. Enaltecer el arte arte, cierta unidad que supliese hasta donde es
y el culto délo bello; consolar al que sufre; glo dado la falta de un poema imposible en una civi
rificar al bueno; compadecer al malo; rechazar, si lización tan compleja como la actual? Confieso
es preciso, con ánimo altivo, los halagos del pode que esta idea cruzó por mi mente, y algo de ello
roso, que rara vez otorga sus favores sino á costa indico en el Prólogo de los Proverbios ejem
de la dignidad del que los recibe; resistir las ten plares', mas aunque no hubiera sido asi, harto lo
taciones déla codicia y del orgullo, que á tantas demuestran los Ecos Nacionales. No recuerdo ni
serenas inteligencias han mareado y perdido; re uno solo de ellos que no responda á alguna de las
correr la inmensa escala social, desde la mansión grandezas ó de las miserias, de las necesidades ó
del rico, hasta la miserable vivienda del mendigo, de los sentimientos que solicitan el aplauso, la
para ser eco infatigable de sus dolores, de sus reprobación ó la simpatía de las almas buenas.
alegrías, de sus esperanzas; predicando la paz, Estando en el destierro ('1848), en ocasión en que
el trabajo, la virtud, el patriotismo, la fraterni era peligroso el apostolado en favor de principios
dad, la abnegación; acompañando al labrador en que ya invaden todos los pueblos y todos los es
el campo, al obrero en la fábrica, al industrial en píritus, y en que hasta era lícito á los poderes de
el taller, al soldado en sus fatigas, al enfermo en entonces, refractarios á ellos, penetrar en el sa
su lecho, en su destierro al proscrito... ¿no es grado de las conciencias, para infligir castigos
digna de todo poeta moderno esta empresa? Cuan que ningún hecho exterior autorizaba, publique
168 VENTORA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 169
las dos primeras ediciones de los Ecos Naciona nerosos y aspiraciones levantadas que me com
les, reproduciendo en ellas El Tributo de sangre, plazco en reconocer en él, son sentimientos y
¡Qué hermanos! Ante un Crucifijo, y otros an aspiraciones que, ora manifiestos, ora latentes y
teriormente impresos en Madrid: algunos de los en estado de elaboración y de gestación, animan
asuntos que les sirvieron de base—lo consigno el espíritu de toda sociedad civilizada. Mezquina
con satisfacción—se han llevado al teatro y á la seria, en consecuencia, la obra poética cuya apli
novela veintitantos años después, esto es, en plena cación tuviese por límites la línea trazada por la
consagración y reconocimiento de todos los de sombra de un campanario ó por la frontera de
rechos del hombre. De entonces, de parecidos un país dado. Los rasgos particulares de la pro
tiempos y de alguno más bonancible, datan otras ducción artística marcan, efectivamente, la fiso
muchas de mis poesías, protestas contra todas nomía de una raza, de una familia; y al marcarla, el
las formas de la esclavitud, en la persona huma artista produce, en este sentido, una obra nacio
na, en la prensa, en la enseñanza, contra la pena nal; pero si en ella no hay nada que determine
de muerte, contra nuestro sistema carcelario;, en la parte que esta raza ó familia toma en la comu
una palabra, contra tantas y tantas iniquidades nión general de las ideas que hoy son patrimonio
como hacia siglos pesaban sobre nosotros; ó bien y viático de todos los pueblos, pasado el momento
himnos al movimiento regenerador, que con eléc en que la obra nace, borrados por la acción na
trica rapidez se difunde de un extremo á otro de tural del tiempo y de las revoluciones aquellos
la tierra. signos particulares característicos, la obra esta
Antes de concluir, he de manifestar que, por condenada á morir sin remedio, por falta de esas
grande que sea mi cariño al pueblo donde he na otras condiciones permanentes, que responden,
cido, cariño bien claramente revelado en la pre no aun solo momento de la historia, sino á los
dilección que le doy en mis cantos, haciéndolo fines eternos de la vida y del arte.
objeto principalísimo de ellos, jamás he perdido Madrid, Abril de 4 873.
de vista la solidaridad que relaciona y liga su
vida con la de otras naciones, y con Jos destinos V. R. Aguilera.
Queriendo yo un dia
Saber qué es la Patria,
Me dijo un anciano ,
Que mucho la amaba:
— «La Patria se siente;
No tienen palabras
Que claro la expliquen,
Las lenguas humanas.
» Allí, donde todas
Las eosas nos hablan
Con voz que hasta el fondo
Penetra del alma;
» Allí, donde empieza
La breve jornada
Que al hombre en el mundo
Los cielos señalan;
»Allí, donde el canto
Materno arrullaba
La cuna que el ángel
Veló de la Guarda;
j> Allí, donde en tierra
Bendita y sagrada,
De abuelos y padres
Los restos descansan;
»Allí, donde eleva
Su techo la casa
De nuestros mayores...
Allí está la Patria.
t
172 ECOS NACIONALES. 173
VENTURA R. AGUILERA.
*
198 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES.
Hacer pretenden
Del nombre suyo,
Nombre de afrenta
Ciegos ó ilusos.
Mas del modesto
Pájaro oscuro
Lo harán glorioso
Los restos mudos.
Él será símbolo
Del noble pueblo
Que vida y fama
Dió á ese hemisferio;
_________________________ _______
S
III.
ESPAÑA LIBRE.*
Las naciones te miraban
Con desdeñó compasión...
I. ¡Cuando ejemplo eras tú sola
• De virtud y de valor!
¡ Ya eres libre! del sepulcro Y por ser en todo grande,
Has salido como un sol, Hoy recibe el que te hirió
Y de rayos coronada La venganza generosa
Cantas ya tu redención. Del olvido y del perdón.
Los esclavos te bendicen,
Y en sus tronos, de pavor CORO.
Los tiranos se estremecen ¡ Viva España! etc.
Y te dan su maldición.
CORO.
IV.
II.
III.
Y su campiña feraz;
Porque en ella, caballero,
EUROPA EN NOVIEMBRE DE 1851. La Inquisición asesina,
Y yo quiero
Más libertad, más libertad.
(RECUERDO, Á KOSSUTII.)
—Peregrino, peregrino,
Dime qué camino llevas,
—Peregrino, peregrino, Qué camino.
Dime qué camino llevas, —El de América lejano,
Qué camino. Y dejo el suelo britano
— Á Francia voy emigrado, Para no volver quizás:
Y dejo mi suelo amado Que aunque es libre, caballero,
Con lágrimas de pesar, Su pueblo de hambre fallece,
Porque en él, buen caballero, Y yo quiero
Sólo hay esclavos que gimen, Más libertad, más libertad.
Y yo quiero
Más libertad, más libertad. —Peregrino, peregrino,
Dime qué camino llevas,
— Peregrino, peregrino, Qué camino.
Dime qué camino llevas, —Si el buque va viento en popa,
Qué camino. Hoy pierdo de vista á Europa,
—El de Italia, y la inconstancia Y pronto iré á respirar
Dejo por siempre de Francia, Los puros aires serenos
Donde arde sordo volcan; Que Washington respiraba;
Porque en ella, caballero, A lli al menos
Ya asoma la tiranía, Hay libertad, hay libertad.
Y yo quiero
1851.
Más libertad, más libertad.
—Peregrino, peregrino,
Dime qué camino llevas,
Qué camino.
— Por seguir el de Inglaterra
Dejo la italiana tierra
244 VENTURA R. AGUILERA. ECOS NACIONALES. 245
De catorce navidades.
—¿Venís de Madrid?
—Sí, vengo;
FRAY LUIS BE LEON.* ¿Y vos?
—Iré, Dios mediante.
Un mi deudo me disputa
AL EXCMO. SR. D. SANTIAGO DIEGO MADRAZO-. Ciertas viñas y olivares
Que tengo allá en vuestro pueblo.
I. —¿En Belmonte?
— Colindantes
Montados en sendas muías, Con la hacienda vinculada
No muchos pasos distantes , Del licenciado Fernandez.
De un ventorrillo metido —En la Mancha no hay terreno
Entre rocas y pinares Que con ella se compare.
Del áspero Guadarrama, Buenas serán esas viñas
Caminaban’ una tarde Y olivos!
Cuando el sol su frente hundía —-Si vuestro padre
Tras las sierras desiguales, Don Lope, como letrado ,
Dos hidalgos de buen porte; Quiere en el pleito ayudarme,
Que, más y más acercándose No dudo que al deudo mió
Por diferentes veredas, La demanda he de ganalle.
Poco después de apearse — Cuánto mi padre os estime
Y dar á sus escuderos No hay para que yo me canse
De las bestias los ramales, En decíroslo; id á casa,
Del ventorrillo á la entrada En ella habréis hospedaje
Asi cortéses departen: Y la honrará tal persona.
— Guárdeos Dios (dice el más mozo), —Harélo así, para honrarme.
Señor capitán Bernáldez. ¿ Y doña Inés de Valera?
— Y á vos también (el soldado — Con mi ausencia, inconsolable.
Le responde); pero ¡calle!... —¿Tan larga ha de ser?
¿No estoy viendo á don Luis Ponce — No es eso;
De León?... Los brazos dadme. Es ausencia, y es bastante
¡ Qué galan, y qué gallardo! El serlo, para que sufra
¡Es ya un hombre,, voto á sanes! Madre tal como mi madre.
—Acorte, que aún voy camino —¿Vais léjos?
246' ECOS NACIONALES. 247:
VENTURA R. AGUILERA.
Á COLON
LA PROVINCIA DE SALAMANCA.*
LIBRO CUARTO.
i
CANTARES.
PRÓLOGO
DE LAS DOS PRIMERAS EDICIONES.
Todo el mundo es dueño de poseer lo que le bastante), los he visto, al cabo de algún tiempo
pertenece, y poseerlo (si gusta) á perpetuidad, de su primera publicación, reproducidos á me
por sí ó por sus legítimos sucesores; el único nudo con absurdas variantes, sin que nadie se
desheredado, es el escritor. En vida, le desnuda acordara ya de citar mi nombre, ni las fuentes
cualquiera; á poco de morir, sus obras pasan al de donde los habían tomado.
dominio público, sin duda por razones de... glo La historia de estos hechos, es, en resúmen .
ria nacional. ¡Qué sarcasmo! Esta disposición de la que sigue:
la ley es, sin embargo, lógica: en España la li Publicados los Cantares en Madrid, con mi
teratura es un Calvario; la cruz de cada mártir firma al pié, iban á las provincias; allí se les
debe tener su Inri correspondiente. echaba la tijera, insertábanse anónimos, y vol
¡Y si al fin, mala y todo como es la ley, se vían á esta capital, en donde viéndolos, al pare
observase en lo poquísimo que de bueno tiene!... cer, huérfanos de padre, eran depositados en el
Pero los*hechos acreditan lo contrario; y la culpa torno de la gacetilla, esperando quizás que el autor
de esto no consiste en los encargados de aplicar de los expósitos los reclamara y los reconociera,
la , sino en los que más debíamos cuidar de su sin avergonzarse.
observancia, en los escritores, que abandonamos Pero en la exposición, no muy lejana, de los
nuestros intereses á todo el que se le antoja apro últimos, en número de nueve, se llegó al ex
vecharse de ellos; cosa que no se hará en ade tremo de ponerles este epígrafe: Hé aquí unos
lante, si la prensa clama contra el abuso que en cantos populares, que son indudablemente un
trego ásu reprobación, y la sociedad de autores poema de amor. Al leer yo las palabras que
se organiza, para que la literatura principie aquí anteceden, faltóme la paciencia, y anuncié por
á ser algo más que un oficio menudo. medio de un comunicado, que me hallaba dis
Cantares mios, insertos en La América, en puesto á usar de mi derecho ante los tribunales
el Museo Universal y otros periódicos literarios, á contra el que en lo sucesivo publicase composi
los cuales, juntamentemon todos los políticos de ciones mias sin mi consentimiento. Es de adver
esta córte, han debido cierto favor y populari tir, que ánles se había cometido ya la insolencia
dad (y cuya benevolencia nunca podré agradecer de hacer una cosa parecida con un artículo mió de
270 VENTURA R. AGUILERA. CANTARES. 271
Noche-Buena, el cual vi dedicado á un señor J. el pintor de brocha gorda eclipsa á Gisbert, que
Hé ahí, pues, algunas de las causas de apre un parroquiano de taberna compone música de
surarme á dar á luz la presente edición, sin tiem seguidillas más bella que Barbieri, y que Perico
po siquiera para concluir un estudio que había el Ciego las canta de un modo que dice á Salas:
principiado sobre los Cantares, con observacio i Vaya usted á la escuela! Podrá el vulgo pro- •
nes acerca de lo que para el objeto debe enten ducir alguna vez (y es mucho concederle) can
derse por pueblo, que es, ni más ni ménos, lo tares de mérito innegable; pero una golondrina
que entendía el Sabio rey de las Querellas (Par no hace verano. El flautista de la fábula sonó
tida II, Tít. X, Ley 1.a); es decir, «el ayun también el instrumento que le hizo considerarse
tamiento de todos los ornes comunalmente, de como una notabilidad. No olviden los que presu
los mayores, e de los medianos, é de los meno men que es posible cantar bien sin meditación ni
res ; » y sobre lo que se entiende, por una lamen estudios de ninguna clase, como los pájaros, que
table preocupación : « cuy dan algunos quel pwe- no todos los pájaros son ruiseñores, que entre
blo es llamado la gente menuda, assi como me ellos hay gansos, buhos, grajos y fastidiosos gor
nestrales é labradores. E esto no es ansí...'» ¡ Y riones. ¡ Dios ponga tiento en la mano de los que
tanto como es ansí, en concepto de muchas per se dediquen á la pesca de perlas vulgares, pues
sonas , las cuales consideran á la colectividad de si mereciera archivarse todo el inmenso fárrago
gente rústica, ignorante, inculta, al vulgo, en que contienen las colecciones publicadas desde
fin , no al pueblo, sin otra razón que porque sí, la de Don Preciso acá (I), y el que existe aún
como autor de poemas delicadísimos del género por coleccionar, el Parnaso español agradecería
de que se trata (uno de los más difíciles) y á en el alma al Sr. Mollinedo que estableciese
quien se convierte en taumaturgo, colgándole
(l) Imprimióse en Madrid la colección de Don Preciso por D. Francisco de
milagros estupendos, de que el pobre se halla
taparte, el año de 1815 (según mis noticias); es decir, hace medio siglo. Conozco
bien inocente! y poseo, además de ésta, otra dada á luz en Barcelona (1825) por la viuda de don
Agustín Roca. Estos hechos responden victoriosamente ó la acusación de abando
Afirmar esto del vulgo, y' no sólo afirmarlo, sino no que sobre el particular se atribuye en otras más recientes, y con demasiada lige
suponer que es superior al poeta , ni en cantares, reza, á los españoles; cuando acaso hayan sido los que han dado ejemplo á otras
naciones en esta clase de trabajos. Lo que digo de los cantares, puede aplicarse
ni en obra literaria alguna, equivale á suponer que también á los cuentos, anécdotas, consejas, etc.
-—
en él, por de pronto, una docena de docks para la novedad, la concisión, la agudeza, la senci
almacenarlos cuidadosamente! ¡Imposible parece llez, lo natural y espontáneo del estilo, lo cor
que personas provistas de una buena ración de recto de las líneas y la sobriedad, rarísima por
nariz literaria hayan podido aspirar, como si fuese cierto, en el uso de los adjetivos, son tan esen
•delicado perfume de rosas, el olor de ciertas flo ciales como el sentimiento y la idea, es verse im
res vulgares, y aun recomendarlas á la nariz del posibilitado para producir composiciones dignas
público! Pero vamos al caso. de aprecio. ¡Júzguese por lo dicho, lo difícil de
Los Cantares que este libro encierra, han sido la empresa!
creados al calor de mi corazón y á la luz de mi Las capas inferiores de la sociedad no se hallan
alma , y responden, como ecos de diversas épo expuestas á tan frecuentes alteraciones como las
cas y circunstancias de mi vida, en sus mani de la superficie: el trabajo del tiempo, auxiliado
festaciones externas, á la voz profunda del senti por circunstancias distintas, es más lento en las
miento y del espíritu, que yo, igualmente que primeras que en las segundas; así pues, el poeta
cada hombre, escucho dentro de mí mismo. Lá que desee imprimir á sus obras carácter nacional,
grimas, suspiros , deseos, ironías, ayes, sollozos, debe descender del pueblo-al vulgo, asimilársele,
gritos, esperanzas, recuerdos, sarcasmos, amar identificarse hasta cierto punto con él, hacer un
guras, consuelos, gemidos... todas las notas estudio serio y constante de su manera de sentir,
sueltas y fugitivas del misterioso concierto del de pensar y de expresarse; y sometiendo al crisol
mundo interior, fuentes de estos poemas en mi del arte sus palabras, sus giros, sus locuciones,
niatura , se pierden si el poeta no las aprisiona sus refranes, sus idiotismos, el oro, en fin, de su
en su vuelo y las realiza en el arte y por medio habla llena de impurezas, extraer los materiales
del arte. Esta facultad, este don, este poder , es que han de servirle para modelar su creación esté
lo que distingue del vulgo al poeta: el vulgo tica, sus cantares (puesto que de cantares hablo);
siente mucho y siente bien, pero expresa mal; procurando también conservar en ella, hasta donde
y expresa mal, porque carece de arte; y carecer sea posible y conveniente, el olor, el color y el
de arte en un género de poesía altamente artísti sabor (si'vale decirlo así) castizos, auténticos, ge
co, como los Cantares, en los que el buen gusto, nuinos y permanentes de las obras del vulgo, las
18
274 VENTORA R. AGUILERA. CANTARES. 275
cuales, bajo este aspecto miradas, tienen un valor versiones inglesa y francesa, con que me brindan
intrínseco positivo. personas ilustradas; pero lo verificaré en otra.
Pero voy dejando correr la pluma, y no es mi Los Cantares llevan en la traducción el mismo
objeto extenderme hoy sobre lo que acerca del par número que en el original.
ticular me ocurre. . La traducción gallega se debe á la señora doña
Lo que hoy me importa consignar, y lo hago Rosalía Castro de Murguía , quien, con sus céle
con dolor, es que si pude sufrir años enteros, sin bres glosas de Cantares de su país, se ha colo
quejarme,. los incalificables atentados cometidos cado entre los más esclarecidos poetas contem
contra los intereses materiales que la propiedad poráneos.
de mi trabajo representa, ni debo, ni puedo tole También es suya la de Ruinas (1).
rar ataques á un interes más alto, más sagrado: los La italiana, la ha hecho el señor Gottardo Al-
ataques á mi conciencia, á mi probidad literaria; dighieri, primer barítono absoluto del teatro Real
pues no significa otra cosa lo que, de buena fe sin de esta córte, cuyo nombre de artista, conquis
duda, se ha hecho al poner á la cabeza de los nueve tado en los principales de Europa, recibe nueva
cantares á que aludo lafe palabras que arriba cito, sanción con los aplausos de nuestro público. Ha
guillotinando antes mi nombre con la tijera perio escrito, entre otras obras de mérito, una titulada
dística. Conforto e lacrime, que le acredita por sí sola de
Dos palabras para concluir. poeta notable, según la opinión de personas com
Noticioso yo de que las personas mencionadas petentes que la conocen, y en la actualidad se
á continuación dispensaban á varias obras mias ocupa en tomar apuntes para una histórica que
el honor de trasladarlas á su idioma, les pedí dedica á los jóvenes de Verona, su país natal.
que me permitiesen incluir en este libro las que Llevado del cariño que el nuestro le inspira, es
más relaciones tienen con él, así para favorecer tudia nuestra lengua, deseoso de conocer á fondo
mi nombre con la buena compañía del suyo, como la literatura española. Espronceda y Zorrilla, entre
para que fuesen conocidos tan estimables traba
jos. Circunstancias que no hace al caso referir, me (1) Título de una de las composiciones que figuraban en mi libro Armonías y
Cantares, y que tendrá cabida en el tomo segundo de la Colección completa de
privan del gusto de publicar en esta edición las mis obras.
276 VENTURA R. AGUILERA.
CANTARES. 277
los modernos, tienen en él un admirador sincero;
ninguna prueba de consideración, ni de agradeci
y el que escribe estos desaliñados renglones sabe
miento : no lo extrañe; si hubiera dicho pestes de
que le distingue actualmente con la traducción de
nosotros, quizás se le hubiera dado una cruz...
sus Elegías.
para crucificarnos.
La de Los Nidos (1) también es del señor Al—
La alemana lleva al pié del manuscrito el
dighieri.
pseudónimo Franz Heinrich Steinlem: la excesiva
La portuguesa es obra del ilustre escritor lusi
modestia del que lo ha adoptado me impide revelar
tano Claudio de Chaby, capitán de caballería en
su verdadero nombre; mas no el placer de decir
el ejército del vecino reino, y ayudante del actual
que es persona de erudición profunda, que vive
ministro de la Guerra, Sa-da-Bandeira. Dos libros
hace muchos años en España, que conoce nues
de milicia ha publicado, un volúmen de poesías
tras costumbres y admira nuestra literatura.
líricas, y traducciones de varias españolas del gé
Finalmente, la traducción catalana es de don
nero dramático, principalmente de Bretón de los
Víctor Balaguer, que, á sus laureles de insigne
Herreros, representadas con aplauso en el teatro
poeta popular, acaba de añadir los no ménos glo
de doña María II, de Lisboa. En 1861 vino á Es
riosos de historiador de Cataluña.
paña, comisionado por el Gobierno de Portugal, á
recorrer nuestros archivos y bibliotecas y tomar
datos para escribir la Historia de la guerra penin V. R. Aguilera.
sular con la República francesa, en los años de
1793 y 95, habiendo ya aparecido el primer
tomo, grandemente apreciado por diversas corpo
raciones literarias, y en el cual se hace justicia á
España y á su ejército con un interés y un cariño
que rara vez tenemos el gusto de observar en es
critores extranjeros, cuando de nuestras cosas tra
tan. El señor Chaby no ha recibido de España
(1) Otra Armonía.
CANTARES.
PRELUDIO.
Mi corazón solitario
Es un nido de cantares;
En él duermen y en él viven
Como en su nido las aves:
IV. XI.
Los clavos que en piés y manos Hay un señor en mi tierra,
Le pusieron al Señor, Un señor tan importante,
Clavados su pobre Madre Que siempre está en candelera...
Los tiene en el corazón. Se llama... el señor don Nadie.
v. XII.
Es el amor tuyo El sol regaló á la Virgen
Nube pasajera; El manto de luz que lleva;
Vino con un viento, La noche, por no ser ménos,
Y otro se lo lleva. Una corona de estrellas.
Vi. XIII.
Parte, corazón, volando, El mundo me dió un libro;
Y pregúntala si hay sitio Yo soy tan lerdo,
En su corazón de roca Que cuanto más lo estudio
Para hacer en él un nido. Ménos lo entiendo.
VII. XIV.
Tus ojos copian el dia: Sin flores ha nacido
Entornados... amanece; ' La primavera,
¿Los abres?... el sol deslumbra; Y pide una limosna
¿Los cierras?... la noche viene. De puerta en puerta ;
VIII. Dale tú, niña,
Dijo en la cumbre mi orgullo: Un puñado de flores
« Pocos han llegado aquí:» De tus mejillas.
En esto pasó volando xv.
Un insecto sobre mí. El santurrón de abajo
IX. Se está muriendo:
Mucho te guarda tu madre, ¡Qué hacecito de leña
Pues rejas cierra y balcones: Para el infierno!
¡ Como si entrase por ellos XVI.
Amor en los corazones! Al que tiene dinero
x. Todos le adulan;
¡Qué yerba! ¡Qué luz! ¡Qué fuente! Pero viéndole pobre
¡Qué canto de ruiseñor!... Nadie le busca:
i Qué sitio, morena mia, Tal vez se dicen:
Para merendar los dos! — t Lámpara sin aceite
282 VENTURA R. AGUILERA. CANTARES. 283
CLVII.
Hago hablar á la guitarra;
Pobre mosca es la vida, Si no entiendes lo que dice
La muerte araña
No digas que tienes alma.
Que una red va tejiendo clxiv.
Para cazarla; Por más que todos los dias
Teje que teje, Tu frente con agua laves,
Hasta que entre sus hilos No quitarás esa mancha
Por ñu la envuelve. Que tienes y no ve nadie.
CLVIII.
CLXV.
Haz bien, y si mal te pagan Esperé, sufrí, gozé,
Canta esta copla contento : Vencióme, canté victoria:
« El bien se siembra en la tierra ¡Ay!... ella para mí fué
Y se cosecha en el cielo.» Purgatorio, infierno y gloria.
CLIX.
CLXVI.
En mí nació un mal deseo
Así que vine yo al mundo
Y al punto le di garrote,
Me leyeron la sentencia,
Para impedirle que fuese Y hácia la muerte camino
Verdugo de mi alma noble. Arrastrando una cadena.
ctx. CLXVII.
Negros son tus ojos, niña, No extraño yo que tu madre
Como la noche más negra ; De mí y de todos te esconda;
Cuanto más negra es la noche Las perlas hay que buscarlas
Más relucen las estrellas. Escondidas en su concha.
CLXt.
CLXVI1I.
Pisé un hueso de cereza, Tiene la que yo quiero
Y lo pisé con desprecio; Cara trigueña,
Pero me hizo dar de bruces... Y su alma la blancura
No hay enemigo pequeño. De la azucena.
CLXIl.
CLXIX.
En las tormentas del alma En la posada del mundo,
Rayos los ojos despiden; Tabique por medio, habitan
Las lágrimas son la lluvia, Doña Vida y doña Muerte,
La sonrisa el arco iris. Como dos buenas vecinas.
CLXIII.
CLXX.
Para cantarte mis penas Para el carnaval un dia
20
303 VENTURA R. AGUILERA. CANTARES. 307
«í
320 CANTARES. 321
VENTURA R. AGUILERA.
CCLXXXV.
De soplones y espías
Cuando se mueren,
El diablo en los inflemos
Hace los fuelles.
CCLXXXVI.
Domingo de Ramos era;
Una palma se compró,
Y alegre y feliz la puso
En los'hierros del balcón.
(Traducción alemana.)
In der Gluth des Kampfes schon. Fühlst den Sporn Du? Fliege!...
Denn Musik, die Dich entflammet, Ha, wie fliegt’s, wie fliegt es schon!
Ton, der Dein Herz kann entzünden, Drauf und dran zum Siege!
Kommet nur aus Höllenschlünden, Hurrah, hoch leb'die Nation'.
Ist Kanonendonnerton ’
Fühlst den Sporn Du? Fliege.'... Johann Fastenrath.
Ha, wie fliegt’s, wie fliegt es schon!
Drauf und dran zum Siege!
Auf (Len Feind'. Hoch, die Nation !
Heut’wird sich Dein Kleid beftecken;
Lass es heute sich beschmutzen,
Morgen soll Dich Scharlach putzen,
Ween es in die Festung geht.
Wenn wir ziehn durch ihre Strassen, 0 TRIBUTO DE SANGUE.
Werden still die Leute stehen,
Dich, o edles Ross, zu sehen,
Schreiten voller Majestät!
Fühlst den Sporn Du? Fliege!... (Traducción portuguesa.)
Ha, wie fliegt’s, wie fliegt es schon!
Drauf und dran zum Siege! ¡E’ co’a lei na máo que os impios
Auf den Feind'. Hoch die Nation'. Veem arrancar-te a meus braços!
C’o esta alma feita pedaços
Fittiche trägst Du im Sattel; Partir d’aqui te verei.
Darum ich mit meinem Rosse Anda, calla e soffre aos homens
Sausen wir wie zwei Geschosse, Essa lei por Deus mal quista,
Die ein Jägersmann geschnellt: Que náo quer que á máo llie assista
Ich, indem ich mit der Lanze O amparo da viuvez.
Tödt’in sichern wucht’gen Streichen, Filho meu, ¿tu voltaràs?
Du, indem Du trittst auf Leichen Pois que á terra
In dem grausigblut’gen Feld ! Poucos tornano,
Fühlst den Sporn Du?Fliege!... mas p’ra a guerra
Ha, wie fliegt’s, wie fliegt es schon! muitos vào...
Drauf und dran zum Siege! i Tu vais fra a guerra, Joào'.
Auf den Feind! Hoch die Nation!
Quem lavrarà nosso campo,
Gestern diente nur der freie Grato incanto de meus olhos?
Himmel uns zu einem Dache, Manhà só tristes abrolhos
Heut’ sind wir im Schloss gemache Banharà do sol a luz.
Und ein Bett winkt uns zu ruhn. E tua mài morrendo á mingo a...
Mein Genoss, o flieg’, ofliege! E ao tocar d’Ave-Maria
Siehe, unter Kugelschauern Sem ouvir cantar quem via
Hängen Leiter sie an Mauern, Sempre, sempre ao pé de si !
Auf die Leiter geht es nun! Fillio meu, ¿tu voltaràs? etc.
«
330 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 331
Et t
i
I
Os carrascos deshumanos'.
Claudio José Nunes.
¡ E, de sa susour, pecaire!
La naveto éu arrousant,
LA BALADO DE CATALOUGNO. Trie, trac,
Trie, trac,
Pèr toui dous, bon travaiaire,
Aguè lèu lou pan gagnant.
(Traducción provenzal.)
«Catalougno, maire santo,
A’n enfant la Catalougno, Iéu te vole enmántela,
A’n enfant menesteirau E de la fre que t’aganto
Te veirai plus tremoula...»
Qu’á soun obro jamai fougno A sa maire antau s’esplico
Pér ie véire lou front aut!... Lou teissèire, e de canta:
Dóu mestié la cridadisso Trie, trac,
Niuech e jour de-longo fai : Trie, trac,
Trie, trac, Ressounéron li fabrico;
Trie, trac, E’n teissènt vai i’apresta
A la machino que lisso, Trie, trac,
Téis o helo, vén o vai, Trie, trac,
Trie, trac, Uno manto magnifico
Trie, trac, E soun inmourtalita !...
Bu respond de cantadisso »
Que l’aj udon au travai. Catalougno, un jour, valènto,
Dis au mount, dis à la mar:
Un jour que boufavo l’auro, — «Fau que, fermo emai paciénto,
Catalougno à soun fléu vén: Iéu vous doumte à tèms o tard... »
— «Enfant, veses que siéupauro, Au pagés douno d’eissado,
Que siéu pauro veses bén... » Au marin do uno de rèm,
Lou fléu respoundegué:— «Maire, Trie, trac,
Anarai gagna lou pan...» Trie, trac,
Trie, trac, E, batènt l’oundo salado
Trie, trac, E lou gres bèn à-de-rèng,
Trie, trac,
applause which burst forth at the conclusion of his lecture, would be insufficient Trie, trac,
to judge of its merits. At the entreaties of everyone he repeated it, and if at first Dóu ro tiro l’espigado,
it caused admiration, the second time it produced a sincere enthusiasm.
«Do you know wherefore? Thus 1 explain it to myself. Tiro un scètre de l’aven.
»Not the excellent literary form of a well-conceived and well-written piece, not
the easy versification, not the novelty, not the beautiful thoughts in which the Catalougno sus si térro
entire poem abounds was the primum mobile of the enthusiastic excitement; no,
it was because Ruiz Aguilera, the national poet, sung in his poem noble and Vèi un jour lis estrangié
elevated arguments which the Consistory of the Floral Games had overlooked, it E dins sa peitrino fèro
was because Ruiz Aguilera sung of Work, and singing of Work sung Liberty, Boui lou sang de si guerrié...
and when one sings such sacred subjects all the pulses of the heart will vibrate'»
Pedro Antonio Torres.
Van si fièu à la defènso,
Si fléu tournon travaia..,
«Diario de Tarragona, 50 de Mayo de 1868.» Trie, trac,
340 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 341
<
342 TRADUCCIONES. 343
VENTURA R. AGUILERA.
1
344 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 345
Faltar á sua consciencia nao podía, Iberia, ao mundo has de dar
E com os olhos desmentindo o labio Enveja por tal grandeza;
Disse outra vez que a térra se movía. E por virtudes seni par.
Que día bello !
Desfalece ao rigor de amarga sorte, Quando viral
Sua carne é pó na estreita sepultura; Como en o anhello !
Mas do lóbrego carcere da morte Quem o verá ?
Rapida voa ao ceu sua alma pura.
Roma verdugo foi de Galileu, Os dois cruzaram valentes
Arde, porem, a luz que este accendia, As soledades de um mar,
Cuando na vil masmorra, insonte reu, Onde nunca vozes de homen
Annunciou que a térra se movía. Ali poderam soar.
Da expediçào, ouro dizem
J. Simóes Días, Que trouxeram para ca;
Náo conta quem os accusa,
O que deixaram por la.
Sangue, industria, sciencias e artes,
Dos mundos franco o portal,
Deram ás raças dormentes
Em um marasmo fatal.
Logo ali flores, em premio
IBERIA. Desse afan, se veem brilhar,
Cidades, templo, officinas,
Maravilhas de espantar.
(Traducción portuguesa.) Oxalá que ambos os povos,
Fraternos dando-se a máo,
Estivessem num abraço
Dizem que vae a cazar-se Reunidos desde entáo !
Hespanha com Portugal; Que día bello ! etc.
Se a noiva em muito se estima
O noivo náo menos val. Todo o mundo conhecido
Do mesmo sol se alumiam, Affoitos os viu passar
A mesma terra feraz Sobre as raças que os antigos
Aos pes lhes rende thesoiros, Náo julgavam dominar;
De que outra náo é capaz. Com as quinas portuguezas
Dois mares banham suas costas, Vae de Castilla o leáo,
Dei gual nome os mares sao; E o brazáo da Catalunha
E nos proprios claros ríos Com as barras de Aragáo.
Sua face mirando estáo. Valentes pelos seus foros
Urna é sua lingua harmoniosa, E poderes colossaes,
A mesma historia tem ja Aventureiros ehegaram
Immortal; e no futuro Onde ninguem chega mais.
Um seu destino será. Elles derrocam imperios,
Bello fructo destas bodas, Elles os sabem fundar,
346 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 347
Kamen Abends, als die Sonne «Weil ich fort bin, weint die Arme.»—
Ihre Stirn, die voller Strahlen, «Bleibt Ihr denn so lang aus?»—
Schon verborgen hinter ’n Höhen, «Nicht doch;
Zwei Hidalgos ohne Tadel; Ich hin nicht mehr bei ihr, das macht,
Die , sich immer näher rückend, Das allein, schon eine Mutter,
Kommend auf verschied ’nem Pfade, Wenn sie ist wie meine, jammern.»—
Bald nachdem sie abgestiegen «Geht Ihr weit?» —«Nach Salamanca»—
Und gegeben ihren Knappen «Dann errath’ich schon das And’re.
Ihrer Thiere Halster, höflich Euch gefällt, bei meiner Ehre,
Vor der Venta Thür sich sprachen: Dort die Schule und die Landschaft
«Gott erhalt’ Euch»—sprach der Jüng’re— Des Zurguen, die frisch und blühend;
« Señor Capitán Bernaldez.» — Der Otea, der gelagert
«Und auch Euch» «versetzt der Aelt’re An dem Rand des klaren Törmes,
Drauf, der Capitan,—«doch halt’ mal!... Dass er seine Pappeln bade;
Seh’ ich nicht Don Luis Ponce Und der Dom, dess hehre Thürme
De Leon?... Lasst Euch umarmen? Hoch bis in die Wolken ragen,
Ei, was seid Ihr schön und herrlich! Und der Platz, der als ein Wunder
Vei den Heil’gen, ganz ein Mann schon!» Dasteht, und die Tempel alle,
«Kaum, Herr Capitan, ich zähle Die der Kunst sind eine Ehre
Knapp erst meine vierzehn Jahre.»— Und der Stadt ein Ruhmes Wappen.
«Kommt Ihr von Madrid?»— Auch ich war in Salamanca
«Jawohl, und Flotter Studio vor Jahren;
Ihr geht?»—«So Gott will, zur Hauptstadt. Gab viel aus, studirte wenig,
Ein Verwandter macht mir einen Promenirte, war beim Tanze.
Weinberg und Olivengarten Aber dann kam mir die Reue,
Dort in Eurem Städtchen streitig.» — Und Minerva für den Marte
«In Belmonte?—«Ja, benachbart Liess ich, und so habt Ihr frohen
Der Hacienda, die gehöret Muthes mich und guter Laune.» —
Dem Licenciado Fernandez.» «Mir, Herr Capitan, ich bitt’ Euch
«In der ganzen Mancha gibt es Um Verzeihung, mir behaget
Nicht ein Gut kostbar wie das da. Stille, die nicht unterbrochen,
Euer Garten und der Weinberg Mehr noch als der Ruf der Schlachten,
Sind ein Schatz.» — «Wenn Euer Vater Mehr die Feder als der Degen,
Mir, der Advokat Don Lope, Studiumsruh’ mehr als der rauhe,
Helfen will in meiner Sache, Fürchterliche Ton der Trommel,
Zweifl’ich nicht: ich werd’ gewinnen Die zum Kampf befeuernd schallet,
In der schnellsten Frist die Klage. » Und zu hiren, wie Gott segnen
«Wie mein Vater Euch verehret, Vögelein mit ihrem Sange
Braueh’ich Euch wohl nicht zu sagen. Und die Wälder durch ihr Murmeln
Geht nur zu ihm: unser’m Haus ist’s In den Zweigen, den belaubten,
Ehre, wenn in ihm zu Gaste Blümelein durch ihre Düfte,
Ist ein Mann von Eurem Werthe. » — Und die Quellen durch Krysta.lle,
«Mich zu ehren, werd’ich Gast sein. Und viel mehr schätz ich der Weiden
Und Doña Inés de Valera?» — Und der Linden grünen Schatten,
380 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 361
Eine Hütte stillverborgen, Nächtlich schleichender Rivalen
Ferne von der Stadt Gebrause, Der Inquisition dahingab,
Wo ich lebe , nicht beneidend, Hinter ihm des Kerkers Gatter
Nicht beneidet, als von Jaspis Schliessend, da Gefahr der Gläub’gen
Und von Gold der Kön’ge Schlösser, Der Gantar de los Cantares'.
Doch im Herzen Unruh’ tragend.»—
Unterdess war’s Nacht geworden; Hurtig, hurtig nur, Ihil Henker,
Als die Lüfte wehten rauher, Du Gesindel, das gebrandmarkt;
Trat der Jüngling in die Venta Hurtig nur, Ihr blinden Diener
Hinter’m Gapitan Bernäldez. Dieses grausen Tribunales,
Das, sich Gottes Namen gebend,
Für die Zelle lässt Luis Ponce Baut dem Fanatismus Altar,
Diese Welt: des Studio Mantel Gräuel ist der goldnen Zeiten,
Gibt er hin für die Kapuze, Schande meines Vaterlandes!
Für die Kutte eines Fraile. Macht bereit für Eure Opfer
Das Konvent der Agustinos Strick und Folterbank und Haken.
Schliesst sein Thor ihm auf, das knarret Kerker tief unter der Erde,
Wie der Geizige begierig Quemaderos auf den Gassen.
Tliut dem Gold auf seine Kasten. Keine Stirn gibt’s ohn’ coroza,
Dort die Stirn über des Wissens Scapulier, das da nicht passe
Unergründlichtiefen Abgrund Für die zarte, Keusche Jungfrau,
Neigend, flehet er den Himmel Für den Greis, der wankt am Stabe,
An in»seinem zähen Wachen, Für die Jünglinge, die Kinder,
Auf das.er’s, vom Geist erfüllet, Für den Bettler, den Magnaten.
Dem Jahrhundert offenbare. Und der Dampf, so roth, so grässlich,
Seine Stirn entflammt der Himmel, Von den Bündeln, den entflammten,
Und in der berühmten Aula Er beleuchte dieser blut’gen
Quillt ein Strom von seinen Lippen Feste Bild, das voller Grauen.
Von Beredsamkeit gewaltig, Schreien wird nur die Materie,
Wenn den Adler von Aquino Seufzen wird das Fleisch, das schwache,
Er erläutert leicht und fasslich Wie ein Schleier, der zerreisset,
Oder wenn der Bibel Seiten, Und wie die zerbroch’ne Vase.
Die unsterblichen, er auslegt. Doch die Flamme, die da göttlich.
Und auch damals hat, auch damals, Und den Geist, der unantastbar,
Er erbeten süsse Laute Frei und hehr und voller Denkkraft,
Von der süssesten, der holden Nicht erstickt Ihr den, Ihr Armen!
Sprache seines Vaterlandes, Darum indess Ihr den Weisen
Vom Idylle das Naive Wohl mit Henkern und mit Mauern
Und die Reinheit vom. «Romance,» Und mit Schlüsseln und mit Riegeln
Bringt in Kastellan’sche Verse Einschliesst und mit Schmach beladet,
Den «Cantar de los Ganlares^ Steigt in Einsamkeit der Lüfte
Damals war es, als der feige Seine Seele, die erhab’ne,
Neid, und da war’s, als der Hass ihn, Badet sich in Lichteswellen
Als Verleumdung ihn, die schwarze, Sieht gekrönt von Engelschaaren
362 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 363
Werd’am heut’gen Tag behandeln, «Ihr sollt seh’n, wie er sie klein macht.» —
Ein Grammatiker, ein altes «Treffen wird er sie mit Lanzen.»—
Weib wie eine Karte hager, «Was wird’s sein, wenn die Geschichte
Ein Doktor juris civilis Seiner Marter er erst darstellt!»
Und eind Kirchenrechtsgelahrter. «Selbst die Steine werden weinen,
«Leugnen Euer Gnaden, dass sie Wenn er all den Jammer ausspricht.» —
Ihn gefoltert?»— « Sprechet leiser, schöne, Duena.»—
« Vorsicht, mater!» «Wer doch Könnte gleich dem glatten
«Schaut, dort horchen zwei Spione, Aal dort in die Aula schlüpfen!»
Des oficio familiäres!»— «Werdort eintritt, ist beatus\»
«Ich weiss ganz genau den Hergang.»— Auf der Catedra indessen
«Sag’ihn der Doktor Ugarte.»— Harrt, vor sich ein aufgeschlag’nes
«Schier fünf Jahr’ hat im Gefängniss Buch, Fray Luis, bis dass gekommen
Er geschmachtet. » — Ist die Stunde, dass er anfang’.
«0, die Kaffern!»— Als die Hörer nun vermuthen,
«Und ob sie für Folter stimmten Dass er jetzt zu donnern anheb’,
Und dass Worte, die nicht passend Dass er gegen seine Feinde
Er einst schrieb, er widerrufe, Unversöhnlich sende Strahlen,
Thaten sie zuletzt den Ausspruch: Da, bei dem bedeutungsvollen
Gänzlich soll’er unterdrücken Ton des ersten Glockenschlages,
Den Cantardelos Cantares.»— So beginnet er den Vortrag,
«Die Dominikaner sind ihm Und so ruft’s die Fama jauchzend;
Gram.»— • «Wie ich gestern Euch gesagt hab’...»
«Sie Können ihn nicht ausstehn.» — Und nach dieser Kurzen Phrase,
«Die Hieronymisten idem, Deren Schlichtheit doch enthüllet
Denn sie fürchten den Rivalen.»— Seine Qualen all’, die langen,
«Es ist wahr.»— Strömt sein Wort, Echo des Himmles,
« Concedo.»— Voller Harmonie, voll Zauber,
« Veritas Leicht dahin gleich sanftem Strome,
Est, nemine discrepante.»— Ohne dass sich seine Klarheit
«Sie verschrieen ihn als Ketzer, Jemals trüb’ durch das unlaut’re
Lutheraner und als...» — Bild der Menschenleidenschaften
«Satish— Als den Vortrag’ er beendigt,
«Ketzer Fray Luis!... Der Erde Da hat Glückwunsch und Umarmung
Grund verschling’ die Denuncianten! Der empfangen, der an Weisheit,
Möchten Schlangen sie doch stechen, Tugend, Genius, ein Gigant ist.
Möchten Räder sie zermalmen! »— In den Thürmen alle Glocken
«Ihr riecht mir vom Weine trunken.»— Wiederum wie närrisch schallen,
«Ha, bei Gott, es sprech’ gewaltig Und es steigen auf Raketen,
Fray Luis und donn’re nieder Wenn sie sich entzünden, Schlangen;
Die ihm all das Unglück brachten!»— Während wieder die Doktoren
«Er wird’s sicher thun.»— Jetzt sich wenden unter Pauken,
«Gott helf’ihm!»— Fray Luis in ihrer Mitte,
In te, Domine, speravi-»— Ihre Huldigung empfahend.
366 VENTURA R. AGUILERA.—TRADUCCIONES.
eix. XL.
Neste ramo de froles Ho collo sguardo misurato il cielo
Que che presento, Ed esplorato ho col scandaglio il mar;
Verás, lus dos meus olios, Tentai del cuore uman spezzar il velo
Un pensamento. Ma fondo invano ne cercai trovar.
Y é, ¡ mina xoya ! cxxvm
Qu’an que tí olvidar sabes, I tuoi begli occhi, infida,
De ti s’acordan. Son del color del mar;
CXLVII. Stolto è chi vi si affida,
No rosal da miña vida E che non sa nuotar.
Loucas ilusiós cantaron; cix.
0 dòr tiroulle unha pedra... Da questo vago mazzolin di fiori
¡ Ay de min ! todas voaron. Che ti presento, o luce de miei rai,
CLXXV. Un mio pensier ascoso apprenderai;
En este longo deserto Ti dirà che se me danni all’obblio
Moitiños de sede morren; Di te, crudel, scordarmi non poss’io.
Eu triste unha fonte busco... LXXIX.
¡Quén sabe donde s’esconde! Allor ch’esci dalle acque,
Angiol del cielo,
No-mais qu’unha fonte vin, L’oscuro crine tuo
Y está sequiña, está soya ; Rassembra un velo,
Nin paxariños lie cantan, E pare un manto
Nin arbores lie dan sombra. Che del vago tuo sen
Doppia l’incanto.
CXLVII.
Cantaro le illusioni j ahimè lasso!
(Traducción italiana.) Sopra l’albero della vita mia;
Passò il dolor, vi lancio contro un sasso,
PRELUDIO.
E volar via.
CLXXV.
_ Il cor mio solitario In quest’ampio deserto
É di canzoni un nido; Arsi di sete molti si morir;
Dormono in esso, e vivono Cerco una fonte io pure e non son certo
Come gli augei nel nido: Se dato mi sarà la rinvenir:
Quando il dolor le sveg-li L’unica fonte che finor trovai
0 desterà el gioir, Arida, sola, desolata stà;
Suonerà l’eco un cantico Gli augei col canto non l’allegran mai,
Di gioja, o di martir. Ne un’albero fedel ombra le fa.
in.
Quando che bagni o margine del rio
Di bianco giglio i piedi, dolcemente,
Trema d’amore tutta la corrente,
L’aura sospira in lieto mormorio.
372 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 373
LXII1.
(Traducción portuguesa.) Entristece o pardo outòno
Prados virentes,
Bosques frondentes;
II. Vem porem, maio vestir-lh.es
No pallido rosto és bella, Folhas vicosas,
Tens da lúa a fermosura; Flores mimosas.
E as trancas dos teus cabellos Ai, venturapassageiral
Sao de c&r da noite escura. Da minh’alma primavera,
VII. Lampejo fogaz...
Qual o dia sáo teus olhos: Nào mais volveràs !
Mal despertos... amanhece; LXXVIII.
Se os abres... o sol deslumbra; 0 luxo d’essa pobre
Quando os fechas... anoitece. Nào me dà que pensar;
xv. Vae p’ra vestir ó corpo
O beato, ali vizinho, A alma desnudar.
Morrendo está; CXLVII.
E que bom feixe de lenha Na minh’ arvore da vida
Do inferno é já! .As illusóes jà cantaram;
XXIV. Vein a dòr apedrejal-as,
No altar de meu peito existem Ai demim! todas voaram!
Urna imagem e urna luz;
É a luz o meu amor,
Tú-a imagem que seduz.
xxxvhi. i
Na tua escada amanhá (Traducción alemana.)
Verás un lettreiro meu,
Com seis palavras que digam:
«Por o.qiíl se vae a o céu.n VORSPIEL.
xi.
Os céus medí com a vista, Mein Herz ist einsam und sorgenschwer,
Explorei co’a sonda o mar; Doch ein Nest voll Lieder ist’ s;
E no coraijáo do homem Sie schlafen in ihm und erwachen,
O fundo náo pude achar! Wie die Voeglein im Blaettermeer:
XLII.
Deus ao mar tracou limites, Wenn der Schmerz sie weckt
E á fermosura tambem: Und die Freude sie regt,
Contam que cuando násceste Wiederhallen die Lüfte
Disséra: «¡ Náo mais alem!» Von Lust un von Schmerz.
LXII. l.
Os que de promesas flam Die Guitarre, die ich spiele,
Gallos parecem; Hat ein menschlich fühlend Herz;
A manhá inda vem longe, Bald sie scherzt und singet heiter
Cantos já técem. Und bald sie seufzt und weint vor Schmerz.
TRADUCCIONES. 375
374 VENTURA R. AGUILERA.
II.
Und drückt’ sie deinen Wangen auf.
LXXVIII.
Dein bleiches Antlitz, holdes Maedchen,
Ist wie heller Mondesschein, Der Aufwand dieser Armen
Und die Flechten deines Haares Erstaunt mich eben nicht;
Sin dunkel, wie die finstre Nacht. Den Leib prachtvoll zu schmücken,
in. Laesst darben sie die Seele.
LXXXVI. *
Badest du am Stromes Ufer Joseph, der Geitzhals, lieh jüngst,
Dein lilienweisses Füsschen,
Zittert liebevoll die Welle, Als es wie mit Eimern herabgoss,
Seufzet Zephir in den Zweigen. Seinen Regenschirm mir,
VII.
Doch das Wasser floss durch.
Deine Augen spielen wie Tageslicht; xc.
Hebst sie auf, ist’s Tagesanbruch; An dem Tage, als du wurdest geboren,
Oeffnest sie, ist’s Sonnenstrahl: Fiel ein Stück vom Himmel nieder;
Und senkst du sie, so kommt die Nacht. Kehrst nach dem Tode du dorthin wieder,
XIII.
Wird ergaenzen sich, was ging verloren.
CXXVI1I.
Die Welt mir gab ein Büchlein,
Doch thoericht, wie ich bin, Blau sind deine Augen
Mag noch so viel ich lesen, Wie des Meeres Grund;
Ich finde nicht den Sinn. Wehe dem, der sie will schauen
xv. Und nicht zu schwimmen weiss in Sund!
CXLV1I.
Der Heuchler dort unten Auf dem Baume meines Lebens
Liegt Sterbenskrank; Sang Phantasie ihre Lieder;
Welch herrlich Gehoelze Doch Schmerz warf Stein’ihr nach,
Für der Hoelle Gischt! Und’ ach! sie flog davon.
XVII.
CLXXV.
Geh hind und sage deiner Mutter, In dieser weiten Wüste vergeht
Wenn sie mich, weil ich arm bin, verlacht, So manches Herz vor Durst;
Dass die Welt sich dreht in ew’gem Kreis Auch ich, ich suche eine Quelle,
Und ein Thurm stürzt’ ein in jüngster Nacht. Doch weiss nicht, ob ich sie finde:
XL.
Zum Himmel erhob ich den Blick Eine Quelle nur hab’ ich gesehen;
In’s Meer warf ich das Blei; Trocken ist sie, oede und verlassen,
Hinab in’s Menschenberz ich stieg Kein Voeglein singt in ihrer Naeh’,
Und fand dass bodenlos es sei. Kein Baum leiht seinen Schatten ihr.
XI VIII.
Anmuthstrahlendes Maedel, Franz Heinrich Steinlem.
Alles füllest du mit Anmuth,
Doch nimmer mindert sich die Fülle,
Wie der Sonne ewige Gluth.
LIII.
Als der Herr dich erschaffen,
Wollt’kroenen er sein Prachtgebilde;
Nahm all der Anmuth Reiz und Milde
376 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 377
CXXVIII.
(Traducción alemana.)
Es erinnern Deine blauen
Augen an dieblaue See:
Wer es wagt hineinzuschauen
XXXVI. Und nicht schwimmen kann, o weh!
Spruch, der aus der Seele kommet, cxxxi.
Ist ein Vogel, der nicht stirbt; Es ist ein Wassereimer
Gott will, dass er ewig lebe, Mein Glück, nichts mehr,
Dass von Mund zu Mund er flieg’. Der voll heraufgestiegen,
xc. Hinabsteigt leer.
Andern Tag, da Du geboren, cxxxv.
Fiel ein Stück herab vom Himmel; Einkehr’ich in mich selber
Wenn Du stirbst und fliegst in’s Jenseits, Und Furcht ich hab’,
Dann wird sich die Lucke schliessen. Denn meine Seele ist nur
XXXVIII. Lichteines Grab’s.
Auf die Trepp’in Deinem Hause CXLI.
Hab’ ich einen Spruch geschrieben, Es ist des Menschen Seele
Er enthält nur die sechs Wörtlein: Wolle des Lammes,
«Hier steigt man empor zum Himmel.» Die in der Erde Brombeer
VII. Stücke muss lassen.
Deine Augen, Tagesabbild : cxxvi.
Wendest sie? Der Morgen graut; Körper ist der Seele Kerker,
Oeffnest sie? Die Sonne blendet; Und in dem Process der Seele
Schliessest sie? Die Nacht bricht an. [st der Richter das Gewissen,
XXIV. Der Gewissensbiss der Henker.
Einen Leuchter und ein Bildniss CLXII.
Trägt der Altar meiner Brust: In der Seele Stürmen senden
Meine Liebe ist der Leuchter, Augen ihre Blitzgeschosse,
Und das Bildniss, das bist Du. Thränen sind die Regentropfen,
CLXVII. Lächeln ist der Regenbogen!
Mich nimmt’s Wunder nicht, dass also LXXXIII.
Dich verstecket Deine Mutter, Heil’ge, kenn’ Dich jetzt als Teufel:
Mus man suchen doch die Perlen Hätt’ ich früher es erfahren,
Tiefverborgen in der Muschel. War’ ich arglos nicht gewesen
xxv. Leuchter noch auf Deinem Altar.
Bruder nannte mich der Schmerz LXXVIII.
Einst in meiner Kindheit Tagen, Was Wunder, diese Arme
Doch ich gab ihm meine Hand nicht, Prangt in Geschmeiden?
Da er mir noch unbekannt war. Entblösst hat sie die Seele,
CXLVII. Den Leib zu kleiden.
In dem Baume meines Lebens cxxxvi.
Sangen tausend Illusionen: Von dem Wunsch bis zum Genüsse
Einen Stein warf da der Schmerz, und Sind es gute tausend Meilen;
Alle sind davongeflogen. Vom Genuss ist’s bis zum Ekel
378 VENTURA R. AGUILERA. TRADUCCIONES. 379
tra patria, faltando á los sentimientos fraternales que hoy son comunes á todos los
El Maestro que no viene. (Página 50.)
pueblos, España debería rechazar la agresión como la rechazaron los héroes de
Poco después de publicarse por primera vez esta composición, recibí una carta nuestra independencia.
de un amigo mió, conocido en la república de las letras, en la cual, calificándola
déla manera más honrosa para mí, me decía que el único defecto que á su juicio ¡Al campo! (Página 100.)
tenia, era el de dejar como en suspenso el sentido, ó en otros términos, el no En el estribillo de esta composición falto á la ortografía, y falto á sabiendas, que
rematar completamente. La observación era atinadísima; pero en el momento de es lo grave. La palabra Vamonés debía estar acentuada en la a; lo está en la o
hacerla, se olvidó sin duda- mi amigo de que el maestro no había venido. Mucho final, porque además dé exigirlo así la asonancia, que, siendo aguda, casi es con
tiempo ha de pasar ántes que venga; es probable que los nacidos no alcancemos sonancia, es más expresiva y corresponde mejor de este modo á la pronunciación
tan dichoso acontecimiento; pero si tuviésemos tal fortuna, prometo concluir esta de esa y otras palabras de estructura análoga, en los pueblos de Castilla la Vieja.
poesía entónces, y áun salir con Tomás á saludar al Mesías de la Instrucción Pece por pez, el arena por la arena han dicho en poesía nuestros clásicos, y
públiea de nuestra patria. no sé que ningún académico haya manifestado escrúpulos por semejantes li
1848. cencias.
«
Desde que escribí la Nota que acaba de leerse, publicada en las tres primeras El Sueño de un loco. (Página 125.)
ediciones de los Ecos, hasta el memorable dia en que fué proclamada la enseñanza Ha sido general creencia que consultados por Colon los sabios de la Universidad
libre, han pasado veinte años largos, plazo mucho más breve, sin embargo, que de Salamanca, le tuvieron por loco. Hoy es cosa averiguada, que sin las confe
el temido por mí, y que, afortunadamente, no me acreditaba de gran profeta. Y rencias de Salamanca, ni Colon hubiera encontrado apoyo en la córte, ni, por
aquí me veria en grande aprieto si hubiera de extenderme en alabanzas de la consiguiente, habría realizado, al ménos entónces, el descubrimiento del
persona que tuvo la inmarcesible gloria de levantar aquella hermosa bandera; Nuevo mundo. Si por algunos doctores fué combatido, porque las ideas del in-
porque si como hombre agradecido procuro que nadie me aventaje en ello, es .mortal genovés chocaban con el estado de la ciencia en aquella sazón, en cambio
tanto, por otra parte, lo que temo que la justicia parezca, á los que no la cono •otros, adelantándose á su siglo, le ayudaron en su empresa con su autoridad y
cen, obligada lisonja, que preferiría pasar por descortés á que se me tuviera por sus relaciones en la córte, y todos le recibieron y obsequiaron con el cariño y res
adulador. Así, pues, la poesía El Maestro que no viene, está dedicada, no al repú peto que merecía. Mi amigo y paisano el distinguido escritor salmantino don
blico insigne á quien debo beneficios que permanecerán eternamente grabados en Domingo Doncel y Ordaz, hoy empleado en la biblioteca de aquella famosa Es
mi corazón, sino al hombre que ha tendido una mano generosa al pobre pueblo, cuela, publicó años hace, con el título de La universidad de Salamanca ante el
para arrancarle al abismo de la ignorancia, que es la mayor de sus miserias, y
tribunal de la historia, un notable y erudito trabajo, que ha desvanecido por com
conducirlo á las serenas regiones de la luz.
pleto el error que existía sobre lo ocurrido en las conferencias á que arriba se
1870. alude, y sus resultados.
intérprete al sentimiento de í^is paisanos, lo manifestase en el Diario de Tarra Al Ingenioso hidalgo D. Quijote de laM.aneha.
gona, según he visto en la traducción de la Balada al inglés, á cuyo idioma tra_ (Página 197.)
dujo igualmente Bonaparte-Wyse las palabras, que salvo lo que puede haber en
Habiendo resuelto la Academia de conferencias dominicales y lecturas públicas
ellas de extremadamente lisonjero para mí, lo acreditan y van al pié de dicha
de la Universidad de Madrid celebrar solemnemente el aniversario de la muerte
versión. Los poetas catalanes costearon después en Barcelona y me regalaron una
•de Miguel de Cervantes Saavedra con una fiesta literaria, y honrado con el en
edición de la obrita de que se trata, á la que acompañaba la traducción catalana-
cargo de escribir una poesía con tal motivo, leí la que es objeto de la presente
de Víctor Balaguer, haciendo otro tanto en sus.respectivos países los autores de
la inglesa y provenzal, y el reputado compositor leridano*D. Francisco Vidal y ■Mota, en la inolvidable noche del 23 de Abril de 1869, en el magnífico salón
Codina, con la que puso en música. La inglesa es del príncipe William Cárlos •del Senado, que al efecto se había cedido por la presidencia de las Córtes Consti
Bonaparte-Wyse, autor de Li parpaionn bln (Las mariposas azules), precioso- tuyentes. ¿Qué se ha hecho del entusiasmo de aquellos grandes dias por las letras y
libro de poesías en inglés yen provenzal, idioma extraño este último para él, pues •las artes?
como aparece en el prólogo de Federico Mistral (el Virgilio y jefe de los felibrcs El Gorrión voluntario. (Página 201.)
de Provenza y autor de Mireya, encarnación poética, según atinadamente dice
La historia de esta obrilla es la que expresan las siguientes líneas, entresa-
Balaguer, de la Provenza pastoril y rural, y de Calendan, personificación de la
• cadas de la carta en que se me invitaba á escribirla: «Sabido es que los cu
Provenza legendaria, heróica é histórica), Bonaparte-Wyse nació en Waterford
banos dan á los españoles el nombre de gorriones, por una caprichosa tradi
(Irlanda), de Sir Thomas Wyse, embajador en Grecia por la reina Victoria, y de la
ción de aquella isla. El dia de Juéves Santo apareció en un cuerpo de guardia de
princesa Lceticia Bonaparte, hija del príncipe Luciano. Es de notar esta circuns
la Habana un verdadero gorrión muerto... Los voluntarios tuvieron la ocurrencia
tancia, porque Li parpaioun blu revela un gran conocimiento y un gran dominio-
de la antigua lengua de los trovadores. La mayor parte de las producciones que feliz de recoger el cadáver, embalsamarlo y colocarlo en un féretro adornado lujo
samente. La Habana entera, desde la generala Dulce y la señora de López Roberts
contiene el libro á que me refiero, se distinguen, según sus géneros respectivos
hasta el último peninsular de los allí residentes, tributaron un recuerdo al gor
por la nobleza y la varonil elevación de ideas,, y por lo delicado del sentimiento, .
rión, que desde aquel momento se miró como el representante de la nacionalidad
á los que se une una gracia encantadora de la expresión. Hay en él poemitas ele_
española. Paseado por todas las calles de la población, un gentío inmenso, en el
gíacos, filosóficos, patrióticos y anacreónticos, todos ellos hechos en sentido mo
cual seveia álas autoridades y fuerza ciudadana, seguía al muerto pajarillo, que
derno, de una pureza que recuerda los modelos griegos. La traducción provenzal
ha venido á ser el héroe de tan delicado poema. En la actualidad recorre todas las
es de Louis Roumieux (dé Béu-caire) á quien su musa, unas veces juguetona y
poblaciones déla isla, y lo que en un principio fué uña broma de cuerpo de guardia,
festiva, otras grave y melancólica, y siempre discreta sin afectación, haría doble
es ya en nuestra preciosa Antilla un acontecimiento nacional. El propietario de
mente simpático, si ya no lo fuese mucho por su carácter franco y comunicativo..
uno de los periódicos más populares de la Habana me encarga invite á los poetas
Su colección de poesías La Rampelado, que pudiéramos traducir El loque de lia
españoles para formar una corona poética en honor del ya ilustre pájaro, etc.»**
¡nada, por no tener correspondencia más propia en castellano aquel sustantivo, da
una medida exacta de la flexibilidad de su genio, y le coloca á envidiable altura España libre. (Página 204.)
entre los modernos cantores de su tierra.
Este himno lo escribí á ruego de la célebre artista Carlota Patti, hermana de
La Bandera. (Página 180.) Adelina, para uno de los conciertos en que debía cantarlo con Tamberlik, cuya
^ausencia de esta capital impidió que se llevase á efecto.
Aunque sin estribillo, fué escrita para ser puesta en música por el Sr. Vidal, ya
nombrado, y cantada por la sociedad orfeónica de Lérida y por un batallón de Apoteosis. (Página 206.)
ejército, que entónces guarnecía ó la capital citada.
Nombrado por el Poder Ejecutivo, con arreglo al Decreto de 31 de Mayo de
Balada de Iberia. (Página 193.) 1869, vocal de la comisión encargada de inaugurar el Panteón nacional, es-
■cribí la poesía arriba citada, comprendida en el folleto descriptivo de aquella me
Es una de las poesías que he hecho después de la revolución de Setiembre, y con
morable solemnidad, una de las más grandes y suntuosas que ha presenciado el
sidero como expresión de un verdadero sentimiento nacional, que, sin embargo, no
había aún tenido eco en la lira de ningún poeta: la de Béjar la hice con igual motivo , pueblo de Madrid.
y porque perteneciendo esta ciudad á la provincia de Salamanca, yo, como patriota El General no importa. (Página 212.)
y salmantino, tenia hasta un deber de conciencia en dedicar algunos versos al pueblo
Esta composición va aquí íntegra, pues aunque ya había visto la luz en varios
que se ha colocado por su heroicidad entre los más grandes que registra la historia.
390 VENTURA R. AGUILERA.—NOTAS.
de bosquejo biográfico del autor de esta colección, ya ¡Todavía! La raza no se ha extinguido, no; pero pre
que su natural indolencia y otras condiciones particula guntad lo que es un poeta, y vereis de qué distintas ma
res de carácter, le ban impedido complacer á personas neras es apreciado.
Para los que se fijan principalmente en el exterior, un
que deseaban y desean datos para hacer un detenido tra poeta es:
bajo biográfico. Un sér melenudo, unguiculado, amarillo hasta la ic
tericia, escuálido hasta la trasparencia.
Para los pesimistas, un poeta es:
Un objeto arqueológico, una curiosidad numismática,
tan rara como el sextercio de Galba; un sér mitad mito
lógico, mitad real, que se cria en los libros antiguos
GALERIA DE FIGURAS DE CERA. (1) como una excrescencia; un sér que ya no existe sino en
los archivos deteriorados; un escombro, un moho, un ob
AGUILERA.
jeto viejo, apolillado y corroído, que se suele conservar
por respeto á lo pasado.
Alamedas sombrías, amenos valles, arroyos crista Para los optimistas, un poeta es:
linos, fuentes sonoras, verjeles floridos; aún teneis un Una cosa infinitamente aeriforme, un gas sutil, una
cantor, un adepto, un partidario que os defiende y lucha cosa que vuela siempre hacia arriba, sustancia impalpa
por establecer vuestro imperio en el nuevo continente de ble y átomo expansivo. Existe en la tierra como una
la prosa, en el mundo de los bufos, de los cafés cantan personificación del sentimiento, y vive de lo ideal, de lo
tes, de los decapitados que hablan, y de los clowns vio bello y de lo sublime, pasto suculento de su naturaleza,
linistas. No os quede duda; en la ciudad de las columnas refractaria á lo sólido.
mingitorias hay poetas todavía. Aún repite el eco en las Para los apasionados de la forma oficial, el poeta es:
concavidades sonoras de la Puerta del Sol los arpejios Una cosa que se sienta en los bancos de la Aca
de alguna lira, que vibra aún con tiernas armonías en me demia, un sér que viste uniforme verde, y hace como que
dio del estrépito que forman el coche que pasa, la vieja f lee un discurso, y hace como que escribe un prólogo, y
■que pregona La Correspondencia, y el agua que baila en hace como que pone notas á un libro.
medio de la Plaza. Para el público teatral, el poeta es:
Todavía en alguno de los mil recintos celulares de esta Una figura coronada, una entidad misteriosa que apa
gran colmena se descubren gusanitos de luz, qué apare rece en la escena ex machina, como movida por la tra
cen rara vez en el gran enjambre exterior. El suave moya de los bastidores, un personaje oculto que es
resplandor que despiden ilumina momentáneamente el aplaudido ó silbado, un nombre que se escribe con le
oscuro caos en que vivimos, y después se pierde. Pesadas tras gordas en cartel amarillo ó azul.
formas, enormes masas de tinieblas se revuelven y so Para los lectores de La Correspondencia, el poeta es:
breponen en este antro confuso. Una actividad vertigi Una voz desconocida que lee décimas en la reunión de
nosa es el más claro síntoma de la agitación de nuestra la duquesa A; que canta en hermoso epitalamio las pri
vida; pero entre estas luchas de voluntades, de deseos y micias matrimoniales del conde S; que emborrona la
de aspiraciones, vemos lucir de vez en cuando la luz del cuarta hoja del álbum de la señorita R.
sentimiento con su oscilación serena, observamos el Ahora bien: ¿en cuál de estos conceptos hemos de to
movimiento tranquilo de la actividad intelectual. mar la personalidad poética de la figura que delineamos
hoy? Oigamos á D. Hermógenes, que nos lo explicará.
(1) Este es el título de una obra humorística de que D. Benito Perez Galdós, su
«¿Cómo ha de llamarse poeta, dice, á un hombre que
autor, ha publicado varias muestras, verdaderos modelos de originalidad y ati no es académico de ninguna Academia, ni siquiera de la
cismo. Academia de la lengua!
394 VENTURA R. AGUILERA. JUICIOS CRÍTICOS. 395
»¿Cómo ha de llamarse poeta á un hombre, en cuyas bellas, que después el arte y el conocimiento trasladan
obras no vemos, á guisa de prólogo, la prosa grandilo al papel.
cuente de ningún académico, de ninguna Academia, ni Las Elegías de que hablo han sido creadas por efecto
siquiera de la Academia de la lengua? de una exaltación de sentimiento. Después, un arte dis
»¿Cómo ha de llamarse poeta un ser que no es em creto y entendido ha hecho lo demás.
pleado de ningún puesto público; un ser que no es, como Pero también halláis á Aguilera en creaciones donde
dice el gran Mesonero, ni siquiera jefe político? domina la más rica objetividad. En las Odas y Armonías,
»¿Cómo ha de llamarse poeta á una cosa de que no ha se observa un exquisito sentimiento de la naturaleza. En
bla La Correspondencia, á un hombre que no ha leído un los Ecos nacionales, teneis una multitud de cuadros de
ovillejo en casa de doña Fulana de Tal, ni en el choco familia, de cuadros militares y patrióticos, que os de
late dansant del barón D. Zutano?» muestran su observación exacta, su facultad pictórica,
Respeto mucho la opinión de D. Hermógenes; pero yo su tacto de colorista.
tengo para mí, que si Aguilera no es un poeta, antes Y si queréis verle recorrer aún más allá la escala de los
hemos de cegar que ver poetas en esta ciudad de las co infinitos elementos que constituyen el arte, leed La Ar
lumnas mingitorias y de los bufos. Y en prueba de ello, cadia moderna, colección de idilios cómicos, cada uno de
voy á relataros su vida: los cuales es una pintura humorística de la vida del cam
I). VenturaRuiz Aguilera nació en... ¡vive Dios, que no po, hecha con inimitable pincel. No creáis que es un bos
lo sé! (pero tampoco doy dos higos por saberlo; pues lo quejo grotesco producido en un momento de malhumor
mismo me da que haya nacido en Alcorcon ó en Siracu- por un realista calenturiento, de esos que buscan con avi
sa. Sigamos.) Estudió en el colegio de... Pues tampoco dez lo feo, por placer, por afinidad y deleite de pesimista
lo sé... ¿y para qué queremos saberlo? Atengámonos al y de escéptico. No; son pinturas que os harán reir con culto
resultado. Abramos acá para entre nosotros un libro ti desenfado, á la manera de las caricaturas alemanas é in
tulado Elegías, abrámosle cuidadosamente, sin que el glesas, que pintan las fealdades y flaquezas con gráficas
vulgo de los lectores fije en él sus ojos profanos. Para líneas, y siempre con decoro, con extrema desenvoltura,
leer ese libro es preciso que os abstraigáis un poco. Una pero con el recato y el comedimiento que el arte requiere.
pasmosa unidad reina en él. Una solaidea hay en él, idea Pero se me ha olvidado la parte que en estos cuadros
de que se derivan infinitos accidentes de poesía. Le ilu puedo llamar principal, casi única, la forma, su figura
mina un solo rayo, que se descompone en innumerables en fin. Me falta describiros los rasgos y perfiles de la
matices. Hijo directo del dolor, este libro encierra toda bien tallada cera que tengo ante mí. Veamos.
la poesía que puede emanar de aquel fecundo origen; y Aguilera es un hombre calvo, con espejuelos y barba
nada puede crearse más profundamente verdadero. Dé cana. Enterados.
bese su existencia á esa imperiosa necesidad de desahogo ¿Queréis más? Pues en su cara tiene dos ojos que mi
y expansión que experimenta el alma en ciertos momen ran siempre al suelo, una nariz que descansa pomposa
tos de supremo dolor. Hay horas en que el espíritu ela mente sobre dos grandes mechones de pelo blanquine
bora en el silencio de su contemplación gratas formas de gro, y una barba larga, que no os puedo decir si es
poesía; entonces, todo el mundo es poeta. Cuando hallán blanca ó negra; pero sí que es semejante á la de Verdi, á
dose en tal estado de florescencia espiritual, el hombre la de Mery, á la de Víctor Hugo, á la de Pelletan.
tiene medios para exteriorizarse, entonces el arte ha en Respecto á su carácter, he oido decir que es la bondad
contrado su más alta expresión; entonces se producen misma. De apacibles costumbres, de modesta vida, de
las Endechas de Jorge Manrique y las Prisiones de Silvio ameno y delicadísimo trato, este poeta sabe profesar la
Pellico, obras que son engendro repentino de un estado amistad más pura, y posee el sentimiento de la familia
psicológico profundamente poético. Una agitación anor en su forma más exquisita. Tiene algo de patriarca, aun
mal, una agonía que excede los límites de la entereza que no es viejo, y es de esos séres hechos para ser que
humana, produce súbitamente una infinidad de formas ridos de todo el mundo, aunque no es niño.
396 VENTURA R. AGUILERA. JUICIOS CRÍTICOS. 397
Sí; el medio en que hombres como éste viven, es un á frases, armado de digresiones y paréntesis, que esti
medio extraordinario, un medio que no es el bajo mundo raban y desenvolvían el hilo de su discurso hasta el
de la prosa y del escepticismo. Estos hombres crean con punto de hacerlo parecer interminable; cuando, agotada
su trato, con su persona'y con sus obras una especie de mi paciencia, y prontos ya á adormecerse mis sentidos,
Arcadia ideal. Aún no ha pasado el tiempo de oro, el interrumpí de esta manera al buen rapista:
tiempo de la fraternidad, de lo apacible, de lo armonioso —¡Noramala para vos, maese, y cuán difuso y ha
y de lo bello. El poeta de que hablamos crea un pequeño blador habéis venido! No, sino déjenle á él, que camino
mundo de auras y flores, y nos lo regala. Aún existe al lleva de acabar el dia del juicio. ¿Qué os pasa, que
gún poeta; aún la luz de la antigua musa proyecta sobre así os prolongáis, pues algo ha de pasar para esto?
estas pesadas masas de oscuridad los destellos de su ¿Quién os trae y lleva de esa suerte, que tan mal nos
irradiación portentosa. Él, que es bueno y justo, posee tratasteis? ¿Qué musa os sopla, si ya no es el mismo
una gran facultad comunicativa, y puede decir á la faz de Apolo el que hoy ha desanudado vuestra lengua?
la vulgaridad moderna: «Yo soy de aquellos... de aque —Diosos lo perdone, compadre—añadió el cura;—
llos que fueron gala y honor de la humanidad. Yo tam mas pienso que no he sufrido tanto como este dia y en
bién soy poeta.» Puede escribir en su tumba como Nico esta hora desde que mi madre me echó al mundo. Ca
lás Poussin: Et in Arcadia ego. llad, callad por vuestra vida, y si teneis en alguna es
> , Benito Perez Galdos. tima la del prójimo, poned coto á vuestra lengua, que
temo ha de ir más allá de lo que la común paciencia
Febrero de 1868. permite.
—Bien podrá ser — respondió el no mal aconsejado
barbero,—que siempre, si he de creer á la propia y la aje
na experiencia, fui más suelto de lengua que de huesos.
Mas dígame, y sea presto, pues deseo salir de confusiones:
¿cómo, y cuando de nuestras malaventuradas letras ha
POESÍAS DE D. VENTURA RUIZ AGUILERA.
blo, lleno de una santa ira contra tanto malandrin como
las tala (que las cultiva no seria razón decir ahora);
ECOS NACIONALES. <*> cómo, repito, quiere que sea breve, habiendo tanto como
hay en la viña del Señor digno de que de ello luenga
Reunídose habían, y engolfádose en largas y amenas mención se haga? Responda, compadre: ¿no es cosa de
pláticas el cura y el barbero, en casa del bachiller San darse al diablo ver el estado á que han reducido á esta
són Carrasco, ó loque á ser viene lo mismo, en la hu nuestra hermosa poesía lírica esos fingidos cisnes, esos
milde y mal vestida morada del que esto escribe; que reales y verdaderos grajos, que en mal hora hicieron so
breves años goce, si no es la propia persona del bachi nar su canto ronco en los espacios de la prensa? Entraos,
ller, corregida y aumentada. Cerca de una hora había entraos por esos impresos adelante, por esos impresos,
que el cura y el bachiller callábamos, obligados por el digo, que desde 1834 acá están viendo la luz ramera, á
locuaz barbero, que retórico y elocuente nos anonadaba la que otros cortés y respetuosamente llaman pública,
y vereis milagros. Mirad aquel, plagado siempre de
(1) Este artículo, admirable trabajo de prosa, que compite con lo mejor de abominables coplas; ved si no esotro, inundado de ver
los buenos hablistas de nuestro siglo de oro, lo escribió Francisco Zea, muerto en sos sin tino y sin medida escritos. ¡Y esto se imprime!
la flor de su vida, anunciando ya, no sólo un excelente poeta lírico, sino tam
bién una gran esperanza en otros ramos de la literatura , y muy principalmente ¡Y esto os parece bien, compadre! ¡Y no queréis que in
de la dramática. El autor de Maese Juan el espadero revelaba un genio dramático dignado pida á Júpiter rayos vengadores, ávidas cente
de primera fuerza. Publicóse este trabajo con motivo de las dos primeras edicio llas é inmensas mangas de fuego que caigan y se des
nes de los Ecos, que comprendían los contenidos en el Libro primero del presente
volúmen. Igual advertencia debo hacer respecto de la carta de Jiménez Serrano, plomen sobre esta nueva Sodoma, sobre esta impura
que sigue á este artículo. Gomorra literaria!
398 JUICIOS CRÍTICOS. 399
VENTURA R. AGUILERA.
—¡Ay, maese!—exclamó el cura—y cómo os extravia —Muchos podría nombraros, barbero de mis peca
y ciega los ojos del entendimiento la ira, á quien no sin dos, que barbas han ellos según son de viejos, graves y
razón ha llamado un sabio tizón del infierno'. Apartad crecidos; mas contentaréme con uno cuyas obras tengo
de ahí ese Júpiter, que temo que como á un ídolo falso tan á. la mano como vais á ver ahora; y mostróle un
ha de abrasarle el santo incendio que tragó y borró de libro que sobre una vecina mesa descansaba, diciendo
la tierra á las dos malditas ciudades! estas ó semejantes palabras:
—Razón teneis—dijo el barbero;—esta ira, ó este ti —Pocos dias há que este libro que veis se dió á la es
zón, como habéis dicho, humea demasiado para que tampa; pero, ó muy descaminado voy, ó su vida ha de
deje de turbar la luz de mi poco alumbrado entendi ser tan larga como la de aquel ave, de quien diz que re
miento. Mas no se hable en esto más, si os parece, y vol nace de sus propias cenizas.
vamos á lo pasado. Preguntáronme qué título tenia, y respondí, que había
—Sea así, dije yo, con tal que no se duerma el buen por tal el de Ecos nacionales, y que era el tomo primero
maese, como decirse suele, y como muy bien pudiera de las poesías de Aguilera.
acontecer, con la palabra en la boca. —¿Llámase Ventura Ruiz, ese Aguilera?—preguntó
—No hayais cuidado—respondió reposadamente el el cura.
barbero,—y dejadme á mí, que esta vez seré tan breve —Así se llama—respondí al punto.
como quisiereis y como no esperareis, sin duda. Decía —Pues abrid ese libro, y veamos, que barrunto que
que los malos poetas han acabado con la buena poesía, han de ser tan buenas esas poesías como las del mismo
y en ello me afirmo y mantengo ahora; porque ¿quién Lope.
es, decidme, el discreto que hoy no vuelve la hoja al Abriózel libro el barbero y leyó la primera, que era un
tropezar en una publicación con algunos de esos que han himno A Dios, tan lleno de fe y de armonía, que más que
dado en llamar versos, y en verdad que en pocas oca para humanas gentes, parecía escrito para que los án
siones son acreedores á tan honrado nombre? ¿Qué ne geles lo cantasen. Grande fué entonces la admira
cio no los escribe? ¿Qué bueno y feliz ingenio los pro ción del barbero, y no poco el gusto que recibió el
duce, en medio de la universal indiferencia y del des cura, que oia leer á aquel con los ojos arrasados en
aliento que de algunos años á esta parte mata y sofoca lágrimas, y como si alguna celestial visión se le repre
la mente y el corazón del que nació, creció y se formó sentara.
poeta? —¡Pardiez!—dijo el maese, así que hubo terminado la
—Alto ahí, compadre—replicó el cura,—que no es lectura que tan sabrosamente habia entretenido á todos.
razón que así se hable, siendo todavía tantos, por for —Este Aguilera es tan poeta como cristiano; y si todos
tuna, los buenos ingenios que producen, y nobles es sus otros versos se parecieran á estos, en láminas de
fuerzos hacen por levantar á nuestra abatida poesía del oro puro debería grabarse su nombre, al lado del de los
hondo abismo en que yace. Así no fuera más cierto que primeros ingenios de nuestra patria.
esto lo que antes habéis hablado, y las gentes leyeran, —Leed y juzgad—respondí;—y siguió leyendo en alta
no lo malo, ni mediano, sino lo bueno y excelente que voz y conveniente sentido.
para ellas ha sido escrito, se escribe y se escribirá. Si bien habia parecido á todos el primer canto del
—Ciertamente—dije yo á esta sazón,—que sin ir más poeta, todavía más admirable y sublime pareció el se
léjos y sin buscar en los años lo que en ellos de ménos gundo, en el que se celebraba el valor español, al recor
valor seria, jóvenes conozco de tan buen juicio, claro dar en un sencillo y bellísimo cuento la gran victoria de
talento, exquisito gusto y bien cortada pluma, que ha Roncesvalles, que llenó de espanto y de vergüenza á las
rían milagros á poco que se les alentase. francesas armas.
—Nombradme algunos, en buen hora, señor bachiller, jn. este segundo canto siguió el tercero, que cautivó,
que ansia hé de conocerlos á la par que vos, pues sabria no ménos por su forma que por su intención, habién
dose leido sucesivamente, y en poco más de dos horas,
apreciarlos como el que más.
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todos cuantos el libro contenia, no sin alguna que otra canta la paz, el fin de las discordias civiles, y grita al
ligerísima pausa, debida á tal cual lunar, que de tarde pueblo, dividido en rencorosos bandos:
en tarde y con suma dificultad echábase de ver. ¡Esos que ves morir son lus hermanos!
—¡Válgame Dios!—exclamó el cura, al cabo de algu
nos momentos de general silencio y profunda medita Y sublime misionero, entre la absorta multitud que le
ción;—¡válgame Dios! ¡y á cuánta discreta y grave relie rodea, va atravesando con grave y majestuoso paso,
xión da lugar esta obra! Dejo á un lado la novedad, que predicando la caridad, la virtud, el trabajo, la protec
de tantas de su género la distingue: nuestros cantos ción á los que al país* sirvieron y por él sacrificaron
populares, que poco ó ningún valor encierran; nuestra tranquilidad, juventud, haberes; y ora con satírica iro
canción clásica, que oda podría llamarse, sin temor de nía, ora con tiernísima dulzura, aconseja, reconviene,
extraviarse mucho, y nuestro himno patriótico, chillón convence, en fin.
y parlero como las avecillas que á la naciente aurora Ahora, amigo maese, y vos, bachiller , decidme: ¿qué
saludan, distan tanto por su objeto é importancia de libro de castellana poesía conocéis que en fondo é inten
estas otras canciones, que desde luego aparece inútil y ción lleve ventaja á éste? ¿No creeis que el buen Agui
nada juiciosa la comparación que de unas con otras lera, al lanzar de su mente y de su corazón tan impor
podría hacerse. Nuestro poeta ha introducido en la lite tante obra, ha hecho, después de lo que como á poeta, y
ratura española una nueva raza de himnos nacionales, poeta excelente, debía exigírsele, cuanto de un profun
ó populares, que siendo capaz de todas las bellezas de dísimo filósofo era de esperar?
la poesía, las viste siempre, ó casi siempre, con modes —Asi es—respondió el barbero,—y con verdad os digo
tísimo traje, para que áun el ménos inteligente del ig que estoy maravillado y aún creo oir sonar en mis oidos
norante vulgo seles aficione y acerque; que la pompa y la música sabrosísima de esos divinos cantos.
grandilocuencia de nuestro poético lenguaje desvia á los —Tales son ellos—añadí yo,—que dudo á cuál podria
profanos, con frecuencia, y hace incomprensibles para darse la preferencia.
ellos las más altas bellezas, á más de despojar á estas —Buenos son todos—dijo otra vez el barbero;—plácen
alguna vez de gran parte de su valía. Pero ya he dicho me, sin embargo, sobremanera El veterano, El tributo
que no la novedad, sino la profundidad, es lo que hace de sangre, La vuelta del voluntario, el titulado Roncesva-
a este precioso libro (en mi humilde opinión al ménos) lles y algún otro, que dignos de Beranger me parecen.
acreedor á las mayores alabanzas. —Mirad, compadre—volví á decir,—que esas cancio
«El pueblo necesita hoy fe, ha pensado el poeta,» y nes, con escasísima diferencia, pertenecen todas al mis
ha dado feliz comienzo á la colección de sus Ecos con mo género. Bellísimas son, en efecto; mas no dejeis pasar
un canto á Dios, considerando (con razón harta) á la re así las del Dos de Mayo, El corcel de batalla, El maestro
ligión como origen principal y base de toda virtud. que no viene, La noche de todos los Santos, El perro que
Después, al ver roto y derribado por tierra el nacional ladra y otras tan buenas que nos habéis leído ha un mo
estandarte, tan temido y respetado en mejores dias, ha mento, y que con rara complacencia os hemos escuchado.
vuelto á tomar la lira y ha cantado á la patria; pero á la —Y que sin duda—prosiguió el cura—son; La barca
patria vencedora, á la patria de Bernardo del Carpió y rola de Pió LX, Por la patria, El convenio de Vergara,
de los héroes de ¿oncesvalles. El pueblo, al aprender de y... y...
memoria el himno consolador, en que la voz del vate le —Y el Canto de Napoleón—proseguí yo,—en el que el
recuerda las antiguas glorias, no podrá ménos de irri arrogante conquistador dice con valentísima osadía:
tarse contra sí mismo, reflexionando cuán necia y ver Luz una noche me pidió mi gente,
gonzosamente ha derramado su sangre á impulso de Y á cañonazos incendié á Moscow (1).
la ambición burladora y de la monstruosa barbarie de (1) Un descuido ó distracción, que no acierto á explicarme, ha hecho que en
los enemigos de su reposo y de su honra. las diferentes ediciones de los Ecos nacionales publicadas hasta hoy, se repitiese el
Más adelante, el poeta de la religión y de la patria, error que en la presente, atribuyendo á Napoleón lo que fué obra de los mismos
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—Y... y... —repitió el cura, á quien siendo infiel su tinuacion. Por el contrario, Balmes ha necesitado mo
memoria, interrumpió el barbero: rirse para que los críticos de gacetilla consagren á su
—Y... y... ¿sabéis, por ventura, que es tarde y que genio gigantesco una palabra. Casi es mejor que ca
há tiempo estamos cansando la paciencia del bachiller, llen los periodistas, puesto que sólo encomian lo malo.
cuya atentísima amistad no merecía ciertamente tan Por eso, yo, que me precio de imparcial, quiero, no
ruin correspondencia? que usted publique algunas líneas en favor de un libro,
Apresuróme á manifestar al maese que se enganaba y sino que imprima esta carta, la cual es un desahogo de
que yo estaba contentísimo de verme en tan honrada la impresión que me ha producido la lectura del tomo I
compañía; pero todo fué en vano: el cura y el barbero se de las Poesías de D. Ventura Ruiz A.guilera, titulado:
levantaron, y dándome las buenas noches, salieron poco Ecos Nacionales. Pienso en ella hablarle íntimamente y
después de mi aposento. Yo entonces tomé la pluma y con el corazón en la mano: léame, pues, con la atención
escribí estos renglones toscos y desaliñados, confiando que merece la sinceridad.
en la indulgencia del lector, á quien antes de concluir, y Nuestra poesía española distínguese de las demás de
para mejor ganarle la voluntad, he de llamar pió, ca Europa por su giro eminentemente nacional: como poe
ro, paciente y... todo,ménos curioso, pues no ha de serlo tas, somos lo que los ingleses como ciudadanos; ¿y qué
tanto que vuelva á caer en la tentación de leer á cosa más noble, más digna del quid divinum de los
poetas, que las glorias de sus antepasados y las creen
El Bachiller Sansón Carrasco. cias de sus padres?... Nuestros romances no morirán
1849.
nunca y serán pasto delicado para el pueblo como para
los eruditos, porque son la epopeya de nuestro siglo de
hierro, y las comedias de nuestro teatro antiguo triunfa
rán de las pálidas imitaciones francesas, griegas ó latí- ,
ñas, porque respiran el patriotismo de nuestros roman
ces. Herrera se elevó hasta Píndaro cantando la batalla
de Lepanto, y se hizo insufrible imitando felizmente á
ECOS NACIONALES. Petrarca. Esto no lo habían comprendido sin duda nues
tros clásicos, cuando así olvidaron en el pasado siglo las
Señor director de El Intermedio.—Jaén 21 de Julio glorias españolas ó con tan pobre inspiración las canta
de 1849.—Amigo mió: Hace tiempo que la crítica se ron; sin embargo, en el presente, Quintana y otros toma
halla prostituida en España por la ignorancia y el cinis ron mejor senda, si bien valiéndose de medios poco cas
mo de los periodistas; algunos fatuos, que se han pro tizos. Pero á quien más se debe es á los románticos, tan
puesto elevarla á su verdadero terreno, han fracasado injustamente despreciados, los que más han hecho por
por su pedantería y su vaguedad de principios, más que nuestra poesía con Zorrilla, el duque de Rivas y Es-
(como ellos creen) por lo atrevido de su intento. pronceda. Ellos han resucitado el giro y Ja forma de
Todos los dias leemos en los periódicos de todos los nuestra poesía propia, de la gran poesía española, con sus
colores y de todas dimensiones elogios desmedidos de li romances y sus leyendas. ¿Se ha hecho todo?... Creo que
bros que viven un dia, escritos por autores desconoci no: la poesía es para todos, y como todas las artes, han
dos, y áun no pocas veces, versos consagrados á inmor de tener sus concepciones esa belleza divina c(ue sabo
talizar rapsodias tan detestables como laAf(l) ó su con- rean el sabio y el ignorante. Zorrilla ha conseguido al
gunas veces ponerse á nivel del pueblo, mas no siempre.
habitantes de Moscow, los cuales incendiaron esta ciudad al acercarse á ella las Este es el paso que el Sr. D. Ventura Ruiz Aguilera
tropas del gran conquistador, reduciéndola á un vasto raonton de cenizas y de ha dado con la publicación de sus Ecos Nacionales. Su
escombros.
(1) Aquí el autor de la presente carta citaba el nombre del de la obra cen libro será con el tiempo tan popular como las canciones
surada. de Beranger, como los romances antiguos. Hijo del pue
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poeta, el cual me trae un libro de versos. ¡Qué diablo poesía. Los pueblos que no son ricos, que no producen,
de hombre! ¡Empeñarse ahora en que yo he de leer sus no pueden gozar ni de los beneficios de la paz, ni de las
versos, cuando tengo aquí tantas y tantísimas cosas que dulzuras del arte. Hay unas cosas llamadasjwziíímes ma
me preocupan y no me dan punto de reposo! teriales, que están por los suelos en España. Es preciso
—Pero hombre de Barrabás—le decía, fijando un ojo dar vida á esto. ¿No le inspira á usted lástima ver como
en su cara y otro en la Sesión de Cortes, que delante de están nuestra agricultura, nuestra industria, nuestro
mí tenia,—¿cómo he de gastar un tiempo precioso en trabajo?... .
examinar lo que no resuelve ninguna gran cúestion de Aquí el poeta me puso la mano en la boca, y con ia
estas que ahora nos ocupan á todos? Yo también tengo mirada alegre y la faz alterada por la satisfacción, me
mis proyectos; proyectos económicos y tributarios, que indicó otros versos, riéndose dé mí, como si me hubiera
han de hacer la felicidad del país; porque ha de saber confundido. Los versos decían:
¡ Paso á la rauda
usted, señor poeta, que yo amo mucho la poesía, pero Locomotora!
amo más la patria, y no tengo pensamientos ni activi ¡Paso, que es hora
dad sino para la patria, ó para hablar más en prosa, De partir ya!
para el país. El país atraviesa una gran crisis, es preciso Ella dilata
que se constituya y prospere. Áesto debemos contribuir Los horizontes;
hasta los más pequeños. Yo quiero consagrar todas mis Rotos los montes,
Paso le dan.
fuerzas á esta obra común, porque amo al país sobre
todas las cosas. Arca bendita,
Entonces el poeta abrió su libro, se caló las gafas, to De un nuevo mundo
Guarda el fecundo
sió, me miró sonriendo como el que prepara una sorpre Géímen vital.
sa, y con su largo, afilado y huesoso dedo me señaló' La sombra ahuyenta
una estrofa, que decía: De la ignorancia;
Con la abundancia
, La imágen del templo, Lleva la paz.
La roca y la playa —¡Bravo! ¡soberbio!—dije yo, después que concluyó
Que ni años, ni ausencias
Del ánimo arrancan; de leer aquella magnífica canción titulada La locomotora,
La voz conocida, que siento no poder copiar íntegra.—¡Bravo!—exclame
La jóven que pasa,
La flor que lias regado recogiendo y guardando el proyecto del presupuesto de
Y el campo que labras, ingresos, que se me habia caido por tercera vez;—eso es
Ya en dulce concierto, muy bueno, sí, señor; pero he de hacerle á usted una
Ya en notas aisladas
Oirás que te dicen: observación. Usted trata de despertar el espíritu indus
Aquí está la patria. trial por medio del sentimiento, y con descripciones tan
vivas como ésta, croe usted baber resuelto el problema.
—Muy bello—dije yo, recogiendo la Sesionóle Cor Mientras los españoles no se convenzan, por cualquier
tes que se me había caido.—Esa poesía es muy bella, y medio que sea, por la razón ó por el sentimiento, de
siento no poder leerla toda. Pero le diré á usted, señor
poeta, no es de ese modo como quiero yo considerar á la que es preciso trabajar... .
patria en estos momentos. En el sentimiento que usted Y aquí volvió á interrumpirme bruscamente, riendo
pinta, se funda todo, lo conozco; pero ahora no se trata de un modo que me turbó por completo. Abrió otra vez su
de avivar ese sentimiento, que siempre existe; ahora libro, y mirándome con lástima, me indicó estos versos-.
Santa Cruz del trabajo,
tratamos de otra cosa. Hablaré en términos que usted Quien te maldice
no va á entender. Nuestro país es pobre; en este siglo, No sabe que lo elevas
mal que le pese á la estatua que tengo en el desvan, no Y lo redimes.
se puede vivir de contemplaciones, de misticismo y de
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Obligóme á leer toda la balada, que era magnífica, y Aquí el hombre dio un salto y un grito, abrió agitado
se titulaba EL progreso, con lo eual me desconcertó; su libro, y me indicó una composición que empezaba asi:
pero yo, firme en no admitir el libro, empecé á leer La Dicen que va con España
Epoca, donde habia encontrado ciertas apreciaciones del Á casarse Portugal;
Si mucho vale la novia,
empréstito Figuerola, que me agradaban mucho. No vale poco el galan.
—El trabajo—dije á mi poeta, después de un breve
rato,—el trabajo es la gran cuestión. Me reconciliaría Leí toda la poesía, que. me pareció muy bella y con
con su libro, si viera en él una aspiración fuerte á des ceptuosa, y estuve un momento pensativo. Más tiempo
pertar en las clases populares el sentimiento del trabajo. hubiera permanecido de este modo, si el poeta, cansado
Este no espanta á las musas, como algunos creen; yo ya de señalar sus versos, no me hubiese leido una gran
tengo para mí que, en las circunstancias presentes, el parte de ellos, entre los cuales me parecieron admira
arte tiene una gran misión que cumplir. No descenderá bles, sobre toda ponderación, La halada á Polonia, la
de su alta esfera, no abdicará su independencia, no le poesía Al mar y el Recuerdo á Galileo.
pondrá al servicio de lo útil, por aspirar á ser la expre Á pesar de mi empeño en leerle yo á mi amigo las
sión fiel de las ideas y de la sociedad moderna, en la cual nuevas bases de la reforma arancelaria, él pudo más que
no hay tanta prosa como creen algunos. La idea del pro yo y me leyó sus versos, lo cual hizo que en un instante
greso, la idea de ¡a asociación, la idea de la industria, de entusiasmo se me cayera por sétima vez la Sesión de
¿no son elementos poéticos tan admirables y fecundos Cortes, pasando á las uñas del gato, que jugó con ella
como la idea del parricidio, la idea del amor, la idea mientras duró la visita.
del mar? En todo el libro encontré una alta idea, la idea del
Al decir yo esto, el poeta reía y me miraba desde lo derecho nuevo, hoy reconocido y aplicado. Me agradó la
alto de sus gafas, mostrándome unos versos que de elevada concepción, la osadía de un escritor, que trata
cían: de explorar los infinitos elementos poéticos de nuestro
Cataluña, porque tengas siglo, de este siglo injustamente motejado de prosaico.
Ricas galas que ostentar, ¡Pues qué! El siglo de las grandes redenciones, de las
El vapor palpita y ruge, grandes conquistas intelectuales, el siglo del progreso,
Hila el huso de metal.
¿puede en ninguna manera ser enemigo del arte, que
busca siempre los altos y más bellos ideales?
Y ántes, y después de esto, unas estrofas descriptivas Inspiran el libro de Aguilera (éste es el nombre del
tan pintorescas y animadas, que en el calor del entu poeta, cuyos versos hemos citado) el noble, sentimiento
siasmo, dejé caer por cuarta vez la Sesión de Cortes y de la patria, manifestado en las glorias históricas, en las
■rompí maquinalmente el Presupuesto de ingresos. bellezas del suelo, en-la actividad laboriosa de algunos
—¡Admirable!—dije;—pero no me basta aún. Yo qui de sus hijos. Bullen en él, como ideas fundamentales, la
siera ver infundidas en el ánimo del pueblo, por medio del dignidad nacional, el recuerdo de. los grandes dias, la
arte, otras ideas también elevadas. No puedo explicarme nobilísima aspiración al ideal democrático, el, sublime
mucho, señor poeta, porque me voy á las Cortes; pero amor á la verdad y á la libertad, y como complemento y
quisiera... no.sé cómo decirlo... quisiera ver expresados síntesis de todo esto, la fraternidad universal.
por medio del arte todos los ideales á que aspira la so Hechas estas reflexiones, ¿cómo he de resistirme á ad
ciedad moderna, no exceptuando aquellos que, más con mitir el libro? No; entre esta poesía y nuestra prosa, la
cretos y más prácticos, parecen como refractarios á la prosa constituyente de hoy, no hay antagonismo, sino
poesía; digo esto, porque tengo la convicción de que nin más bien un estrecho é indisoluble consorcio. Acordes y
guno de estos ideales sociales es, aunque lo parezca, re abrazados van el sentimiento que ese libro despierta, v
fractario á la poesía, si ésta sabe aceptarlos como debe; la preocupación política que hoy nos invade. No vacilo
por ejemplo... en admitirlo, y continuando con mi Sesión de Cortes en
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la mano (por fin lie logrado arrancarla de las uñas del Virgilio y al maestro León, vivificados por la savia mo
gato), voy á bajar del desvan y descubrir la hermosa derna. La mujer y el adulto, el nino y el anciano, con
estatua que escondí en él, seguro de que nada hay templan objetivados allí todos los sueños que, como
profano para las musas. La incomparable diosa se nos fuegos fatuos, sienten cruzar por su mente, sin darse
mostrará más elocuente, más expresiva, más inspirada cuenta clara de sus rápidas emociones.
y hermosa ante los altos ideales del siglo xix. ¡Gran Y esto acontece, porque el Sr. Ruiz Aguilera no es un
musa española, despierta! Sin soltar la Sesión de Cortes, rimador vulgar ni erudito, sino un poeta de sentido hu
ni arrojar de mi mente la preocupación de los intereses mano, comprensivo, real, de inspiración ferviente y ma
materiales, me atreveré á escribir en tu pedestal las ad jestuosa, de espíritu cultivado en sanos estudios, que se
mirables palabras que hallo en el mismo libro de Agui admira en las Academias, enternece en los salones y se
lera: «La poesía, en algunos períodos históricos, ha canta en las plazas públicas.
enseñado álos hombres á aborrecerse; recibido el bau El nuevo libro que motiva estos desaliñados renglo
tismo de los tiempos nuevos, debe enseñarlos á amarse.» nes, se divide en dos partes enteramente diversas.
La primera, titulada Armonías, contiene cinco poesías
Benito Perez Galdós. líricas de inestimable valor. Serenas contemplaciones
Las Córtesy 21 de Abril de 1869. de la naturaleza y del espíritu, como el autor las llama,
no se sabe qué sobresale en estas odas, si el íntimo y
profundo sentido con que penetra en las bellezas de aque
lla, ó la religiosa emoción que lo eleva á Dios en alas de
la piedad cristiana; la serenidad con que convierte sus
ARMONÍAS Y CANTARES«1) ojos al espectáculo interior de sus dolores, ó la pura y
líbre mirada que tiende á la vida perecedera del hombre.
Acaba de publicarse este libro, tan elegantemente im La segunda parte comprende ciento setenta y seis
preso, que honra á nuestra tipografía. Con él adquiere el Cantares (1) de diferente intención, género y corte, en
distinguido poeta de las Elegías y_los Ecos Nacionales tre los cuales los hay de una hermosura tan acabada,
un nuevo título de gloria que añadir á los anteriores, oue parece insuperable. Notables son estos cantos, y lie-
con que la pública opinión consagra sus merecimientos. van un sello tan popular, que muchos de ellos ya se han
Las obras del Sr. Ruiz Aguilera poseen la cualidad, incorporado á la literatura del vulgo, que los conser
tan preciosa como rara (y más en nuestros tiempos), de vará en el inagotable arsenal de sus recuerdos; pero lo
responder al sentimiento y al gusto artístico de todas que á nuestro entender levanta en este libro al Sr. Ruiz
las clases sociales, cualquiera que sea su educación li Aguilera á la altura de los primeros líricos_de las pri
teraria. El espíritu elevado de genialidad y fantasía, meras literaturas, son las Armonías, pequeños poemas
halla en ellas una inspiración grandiosa, que saca de to llenos de fe y de consuelos, tan tiernos como los de Schi-
das las cuerdas del corazón sonoras notas, que en, todos 11er, tan profundos como los de Byron, tan bellos y con
despierta un acorde poderoso y universal. El pueblo res cluidos como los de Goethe.
ponde con entusiasmo á los varoniles ecos en que el El público, que se disputa los últimos restos de la
cantor de sus queridas memorias y de sus ingénitos edición, confirma unas palabras que quien por sí mismo
afectos le ofrece su mismo ideal, concebido en la santa juzgue de su motivo, no tachará de hipérbole ni lisonja,
comunión de la patria, fortalecido por una personalidad cosas ambas mal avenidas con la modesta, pero hon
t vigorosa, y depurado con la libertad y gallardía del más rada conciencia de quien escribe estos renglones.
delicado arte. El hombre culto, apasionado de la pureza
y corrección de las formas clásicas, siente allí revivir á José Álvarez.
(1) Museo Universal, 9 de Julio de 186o. (1) Tal era el número de los contenidos en las dos primeras ediciones.
NOTAS FINALES. 413
sitanas y á la propaganda de la idea democrática, de la fatalidad que presidia á
nuestras relaciones, por las dificultades en la comunicación de los dos pueblos de
la península ibérica. «E* notabel (decía) parece que estamos a milhares de legoas
de distancia, o que sáo perigosas as communicacóes entre nossos dos paizes.» En
efecto, se había perdido, como algunas cartas, el número del Portuense en que
había visto la luz un artículo crítico del amigo de Mattos, Custodio José Vieira,
NOTAS FINALES. uno de los primeros periodistas portugueses. No llegué á conocer personalmente á
Mattos, y sin embargo, el dulce recuerdo de su amistad y de sus nobles senti
mientos siempre ha permanecido grabado en mi alma.
BALADA O POLSGE (Balada de Polonia), página 331.—La elegante versión
de esta poesía, es obra del jóven polaco José Leonard, emigrado á consecuencia
de la insurrección de 1863 y 64, que, ahogada en sangre como las anteriores,
En las referencias que principian en la página 274 de este volumen hago indi- agravó la desgracia de los patriotas de aquel pueblo desventurado, cuyo reparto
-caciones biográficas de los señores que me habían distinguido con la traducción fué presenciado con indiferencia por los demás de Europa, á excepción de Turquía
de algunas de mis poesías comprendidas en volúmenes anteriores, dándolas á y España, únicas naciones protestantes de esta iniquidad. Si grandes eran mis
conocer en sus respectivos países, y proporcionándome de este modo la ocasión simpatías por Polonia, aumentáronse al oir de boca de Leonard que mi poesía
de honrarme con su amistad. Así, pues, en las presentes Notas me limitaré á con interpretaba fielmente el sentimiento y el estado de su noble país, y que de nin
signar, con motivo de trabajos análogos, los nombres de los que se han ocupado guna manera podía demostrármelo mejor que traduciéndola. Fué Leonard primer
en ellos y á quienes hasta ahora no he mencionado. ayudante del general Kruk, que sucedió al dictador Langiewicz, y después coman
DAS SCHLACHTROSS. (££ corcel de batalla), página 527.—El doctor don dante de escuadrón, habiendo publicado en su idioma nativo numerosos trabajos
Juan Fastenrath, traductor de este Eco, es un excelente poeta nacional prusiano, y históricosy literarios, entre estos Juan Ziska y los husitas, y una colección de
eruditísimo escritor, cuja actividad intelectual es verdaderamente prodigiosa. opúsculos dedicados á los campesinos polacos, titulada Braterstwe (La fraterni
Muy jóven es, y ha dado yá á la estampa diez ó doce volúmenes, originales unos, dad). Actualmente es redactor de la Gaceta de Madrid, donde su ilustración y su
profundo conocimiento délas principales lenguas vivas de Europa, son tan útiles
versiones concienzudas otros de obras españolas, cuyo idioma le es casi tan fami
liar como el suyo propio; prueba de ello son su hermoso libro Las pasionarias, como necesarios.
JOSÉ SIMOES DIAS. (E pur si muove, ó Recuerdo de Galileo), página 343.
perfectamente escrito en la lengua que inmortalizó á nuestros grandes autores de
Conozco de este autor lusitano As Peninsulares y Ruinas, dos preciosas coleccio
los siglos xvi y xvii, y la Walhalla, que actualmente publica la acreditadísima
Revista de España. Fastenrath considera á España como su segunda patria, y nes de inspiradas poesías líricas, que en breve tiempo le han conquistado un nom
bre tan justo como envidiable. Las de la primera, según su mismo título indica,
tanto por esto, como por el mérito extraordinario de los trabajos que á ella ha
consagrado, el Gobierno español le significó su aprecio, concediéndole dos gran participan (por el feliz consorcio del estilo, de los asuntos y hasta de la variedad
des cruces, á petición de reputados literatos españoles, mereciendo también dis f métrica más usados en los dos pueblos que forman la península ibérica), de las cua
tinciones honoríficas de municipios, academias y otras corporaciones científicas lidades que en una y otra poesía sobresalen, y que demuestran el parentesco que,
y literarias. Debo la fortuna de las relaciones fraternales que hoy me unen con » á despecho de las vicisitudes porque entrambas naciones han pasado, sigue
Fastenrath, á mis amigos los poetas D. Pedro María Barrera y D. Manuel Juan uniéndolas y ha de estrecharse en el porvenir. Las poesías de la segunda (CanQoes
Diana, que me proporcionaron los libros en que el celebrado vate de Colonia da no'ssa edade) tienen un carácter marcadamente socialista, y han sido en gran
había publicado multitud de versiones de obras mias. parte inspiradas por la dolorosa realidad que engendra las terribles convulsiones
O TRIBUTO DE SANGUE. (El tributo de sangre), página 329.—Desterrado de que es presa la sociedad de nuestros tiempos. Tanto en ésta como en aquella
en Alicante, recibí de Madrid un número de O Ecco popular, que en Agosto de obra, hay composiciones dignas de un verdadero poeta y filósofo, que comprende
1848 se publicaba en Opoito, y en el cual se insertó la traducción de la poesía la elevada tarea que le está encomendada, y que ya encuentra merecida recom
que es objeto de esta nota, hecha por J. Marcelino Mattos. No sabiendo quien me pensa en el general aplauso con que son recibidas. El Sr. Simoes Dias, profunda
había remitido el número de aquel periódico, me dirigí al mismo Sr. Mattos, para mente conocedor de nuestra literatura, ha consagrado no pocas vigilias á su es
manifestarle mi agradecimiento. Poco después me contestaba, viniendo su muerte, tudio y á la redacción de una obra, que ignoto si ha visto ya la luz pública, con
acaecida en 1855, á cortar nuestra correspondencia. En su segunda carta se la el título de Litleratura hespannola contemporánea, la cual ofrecerá á nuestros
mentaba Mattos, inteligencia superior prematuramente arrebatada á las letras lu- compatriotas una nueva ocasión de legítimas alabanzas y agradecimiento.
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414 V. R. AGUILERA.—NOTAS FINALES.
416 ÍNDICE.
PÁGS. PÁGS.