Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CUBA
Cuba y el anticapitalismo hoy
La revolución como problema
por Raúl Zibechi
Brecha / (APe) / La Fogata
Hoy Cuba atraviesa una situación compleja, que me lleva a reflexionar en varios
tiempos sobre la coyuntura, la estructura y el concepto mismo de revolución.
Cuba tiene derecho a que se la deje en paz, como sucede con todas las naciones del
mundo. Solo dos países apoyan el bloqueo: Israel y Estados Unidos.
II
La crisis actual tiene causas precisas. En 2020 la economía registró una contracción del
8,5 por ciento, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. La
industria cayó 11,2 por ciento y el agro, 12 por ciento. La crisis del turismo es tremenda
y repercute en toda la sociedad: en 2019 Cuba recibió 4,2 millones de turistas, en 2020
apenas 1,2 millones. En el primer semestre de este año solo recibió 122 mil turistas,
según datos recabados por la periodista chilena Francisca Guerrero.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
El turismo aporta en torno al 10 por ciento del PBI, emplea al 11 por ciento de la
población activa y es la segunda fuente de divisas. La escasez de divisas crea enormes
dificultades para la importación de alimentos: Cuba debe importar el 70 por ciento de la
comida que consume, mientras los precios internacionales crecieron un 40 por ciento en
un año.
El llamado ordenamiento cambiario, que eliminó las tasas diferenciadas con las que se
cambiaban los pesos cubanos por dólares, decidido en enero, aunque necesario y
deseable, llegó tarde y en un momento de aguda escasez de dólares. Lo cierto es que la
población tiene grandes dificultades para acceder a bienes básicos.
El bloqueo es un gran problema para Cuba. Pero no todos sus problemas pueden
reducirse al bloqueo. Un problema del que no se quiere hablar, no solo en Cuba, es el
de la revolución como problema. O sea, del Estado como palanca de un mundo nuevo.
III
Creíamos que la revolución era la solución a los males del capitalismo. No fue. Quizá la
obra mayor de las revoluciones haya sido empujar al capitalismo a reformarse, limando
durante cierto tiempo sus aristas más extremas, aquellas que todo lo confían al mantra
del mercado autorregulador, que lleva a millones a la pobreza y la desesperación.
Revolución fue siempre sinónimo de conquista del Estado, como herramienta para
caminar hacia el socialismo. Originalmente el socialismo debía ser, ni más ni menos, el
poder de los trabajadores para superar la alienación que supone la separación entre los
productores y el producto de su trabajo. Sin embargo, socialismo se volvió sinónimo de
concentración de los medios de producción y de cambio en el Estado, controlado por
una burocracia que, en todos los casos, devino en una nueva clase dominante, casi
siempre ineficaz y corrupta.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
IV
Mientras las izquierdas siguen prisioneras de su visión estadocéntrica, los sectores más
activos y creativos de las sociedades latinoamericanas (feministas, pueblos originarios,
jóvenes críticos) ya no se referencian en Cuba, como lo hizo mi generación, sino en
luchas concretas como las revueltas chilena o colombiana, en el zapatismo y en los
mapuches, en ritmos raperos y en sueños de libertad imposibles en la Nicaragua de
Ortega y en la Cuba del Partido, en la Colombia de los paramilitares o en el Brasil de
Bolsonaro.
Montevideo.com.uy
Un niño
Viví desde mis 2 a los 9 años en Cuba, en La Habana, en el Vedado. Como eran dos
apartamentos por piso con las puertas siempre abiertas, correteaba de una casa a la otra
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
multiplicando lo que consideraba era mi familia: los Solarich-Penado pasaron a ser dos
madres, dos padres y cinco hermanos, incluyéndome.
A la medianoche, el Che solía llegar para conversar con los jóvenes universitarios, y
mientras charlaba en la escalinata yo le tiraba de los pantalones invitándolo a jugar con
mis camiones. Lógicamente no tenía tiempo para mí, pero los dos sabíamos que
estábamos… ahí.
Pasaron muchas décadas, y siento que soy un tipo con un enorme patrimonio, enorme, y
de seguro no es mi cuenta bancaria. Lo más valioso lo llevo guardado en cada pliegue
de mi alma y mi piel: la indestructible alegría por vivir, por vivir cada día. Tanta fe llevo a
cuestas, que sigo -por ejemplo- haciendo teatro como hace 40 años, con el mismo
asombro, integridad y felicidad.
La primera confesión la hago a viva voz hoy que Cuba está en boca de todos: mi alegría
es enteramente cubana. Aquellos años iniciales dejaron en mi cuerpo para siempre, las
dulces marcas de una sensación que poquísimas veces he vuelto a sentir: la felicidad
espiritual de un pueblo que casi toca el cielo con las manos.
Así viví los maravillosos años de mi infancia (e infancia de Revolución al mismo tiempo),
donde se exploró la confianza, el entre iguales, el poner todos el lomo para lo que sea,
además de cantar con alegría "O bella ciao", la bella canción partisana de la resistencia
italiana, pero no como hace poco injertada en una banda de audaces ladrones
popularizados por Netflix, sino cuando una comunidad históricamente dominada, le va
diciendo ciao a la colonia y ciao al imperio. Muchachos, llegó la hora de ser libres, de ser
nosotros.
El Teatro
He tenido la infinita suerte de estrenar mis últimos dos textos -además, actuando- en el
Festival de La Habana: "El Vuelo" en 2013 dirigido por mi adorada y enorme María
Dodera, y "No hay flores en Estambul" bajo la batuta de Mariano, mi talentoso hijo. Son
recuerdos imborrables, porque el público cubano es tremendo: culto y respetuoso, pero
exigente a la vez. Ha sido un honor vivirlo en mi segunda patria, entre hermanos
intelectuales y agudos críticos, con premios mediante -también-, y rodeado de gente
muy muy querida.
Pero hay un episodio que no puedo soslayar, marcante para mí, y que habla
profundamente de mis prejuicios, los que quisiera no volver a tener, especialmente para
escribir estas frases.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Por supuesto volvimos, recorrimos una gran parte de la Isla y el éxito fue idéntico.
Las Izquierdas
Creo que no hace falta ser un lince para comprobar que la izquierda y sus revoluciones
(durante el siglo XX y lo que va de este milenio), han tenido enormes problemas para
concebir la libertad y las diversidades en muchas de sus manifestaciones. Podríamos
aburrirnos con ejemplos de ayer y de hoy: ayer, el Estalinismo con sus purgas y
masacres en la vieja Unión Soviética, aplastando toda disidencia e interviniendo
militarmente en los países del este europeo, para un buen día implotar por su propia
inconsistencia y fracaso.
Todo me recuerda la antológica caricatura de Quino: un tipo recorre oficina tras oficina
sin que le puedan solucionar un simple trámite, al llegar al último piso y ya resignado
frente a la última oficina, golpea y con el formulario en la mano piensa: "¿a qué era que
venía yo?".
Y no lo quiero hacer, porque hablar del otro, es siempre la mejor manera de no verse
uno.
Ya lo escribió el gran Tato Pavlovsky hace muchos años: nuestro destino personal como
el de toda sociedad, si bien es fruto de las circunstancias que nos toca atravesar, es al
mismo tiempo producto de los propios proyectos. O sea, no somos únicamente
consecuencia de lo que hemos padecido, y ahí me quiero detener.
Somos también indisoluble proyección de cómo nos plantamos frente a las dificultades,
de la justeza de nuestras metas, del revisar en la marcha -autocríticamente- la esencia
de nuestros sueños, comprobando -sin mentir y sin mentirnos-, en cuánto nos
acercamos o en cuanto nos alejamos de nuestros objetivos. Y esto ciertamente, no se
arregla ni con consignas ni esgrimiendo dogmas, ni con afirmaciones que yo pueda
hacer por más vehemencia que ponga. Como casi siempre, el que más grita no es quién
tiene razón.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Si yo tan siquiera intentara enseñar arte escénico (cosa que hago desde hace 30 años)
de la forma en que mis maestros lo hicieron conmigo hace 40, estaría haciendo todos
los méritos para convertirme yo mismo en museo. En un siglo el teatro pasó de tener su
centro en las letras para luego hacer foco en la dirección, y hoy todas las miradas
confluyen en el arte de la actuación. ¿Y qué ocurrió? Sencillamente se modificaron las
sociedades, las demandas de la comunicación, se modificó lo público-privado, se hizo
presente la imagen y cambiaron radicalmente las arquitecturas y la geografía de la
representación.
Muchas decisiones han sido erráticas, incluidas muchas del propio Fidel respecto a las
metas con la producción azucarera, el traslado y la reconversión de un campesinado que
fue desguazado…, y podríamos seguir. No quiero abundar ni aburrir, solo compartir que
no las inventé en mi cabeza, las han legado decenas de cubanos a través del tiempo
hablando de su propia realidad. Claro, hablando en casi soledad, bajito, porque sino… Y
no han sido ni son contrarrevolucionarios ni insurgentes financiados por la CIA.
Hay que barrer la cultura del mesianismo: nadie es imprescindible eternamente, ni Fidel,
ni Chávez, ni Evo, ni nadie. Sencillo como la vida misma, los hijos suceden a sus padres,
se autonomizan, encuentran sus propios caminos. Y toda experiencia micro o macro
que no acompañe ese sencillo precepto de la naturaleza, indica simplemente
dependencia, trauma o interés, en definitiva, falta del ejercicio de ser libre.
Cuba, aunque tardíamente, fue dando pasos al achicar el número de los funcionarios del
Estado, abriéndose a la diversidad lentamente, haciendo los primeros intentos en cuanto
a la iniciativa personal y privada, y podríamos señalar otros aspectos positivos. Pero…
Y mucho menos, arengar -teniendo total control del Estado, el ejército y el partido único-
a tu gente y tus funcionarios "para defender la Revolución en la calle. Porque dentro de
la Revolución todo, y fuera de ella nada". Como consigna puede sonar estupenda, como
proyecto de sociedad… habría que preguntárselo a toda la gente. Pero preguntárselo en
libertad, con intercambio de ideas, garantizando que diga lo que diga y piense lo que
piense no va a terminar en una cárcel.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Quiero para mi Cuba el sentir de la directora del Consejo de la Artes Escénicas respecto
a aquel estreno de "El Vuelo". Su actitud y propuesta respiraron confianza, y apostó (lo
imagino) a la síntesis que libremente cada espectador iba a poder hacer.
No soy ingenuo, confío en la gente. El miedo a la libertad, no puede ser una estrella que
persiga la izquierda.
Amo a Cuba. Y no le cedo la derecha a nadie -a nadie-, por lo que siento hacia ella. Pero
justamente porque la amo es que debo tomar posición y exigirle desde el corazón.
Porque si cuando amas, no podes compartir tus ideas y sentimientos, entonces la señal
es clara, el otro note merece.
Publicado originalmente en
UyPress
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Leonardo Padura, el escritor cubano escribió desde la isla sobre las protestas del 11 de julio.
Parece muy posible que todo lo ocurrido en Cuba a partir del pasado domingo 11 de julio lo hayan alentado
un número mayor o menor de personas opuestas al sistema, pagadas incluso algunas de ellas, con
intenciones de desestabilizar el país y provocar una situación de caos e inseguridad. También es cierto que
luego, como suele suceder en estos eventos, ocurrieron oportunistas y lamentables actos de vandalismo.
Pero pienso que ni una ni otra evidencia le quitan un ápice de razón al alarido que hemos escuchado. Un
grito que es también el resultado de la desesperación de una sociedad que atraviesa no solo una larga crisis
económica y una puntual crisis sanitaria, sino también una crisis de confianza y una pérdida de
expectativas.
Un grito que es también el resultado de la desesperación de una sociedad que atraviesa no solo una larga
crisis económica y una puntual crisis sanitaria, sino también una crisis de confianza y una pérdida de
expectativas.
A ese reclamo desesperado, las autoridades cubanas no deberían responder con las habituales consignas,
repetidas durante años, y con las respuestas que esas autoridades quieren escuchar. Ni siquiera con
explicaciones, por convincentes y necesarias que sean. Lo que se impone son las soluciones que muchos
ciudadanos esperan o reclaman, unos manifestándose en la calle, otros opinando en las redes sociales y
expresando su desencanto o inconformidad, muchos contando los pocos y devaluados pesos que tienen en
sus empobrecidos bolsillos y muchos, muchos más, haciendo en resignado silencio colas de varias horas
bajo el sol o la lluvia, con pandemia incluida, colas en los mercados para comprar alimentos, colas en las
farmacias para comprar medicinas, colas para alcanzar el pan nuestro de cada día y para todo lo imaginable
y necesario.
Creo que nadie con un mínimo de sentimiento de pertenencia, con un sentido de la soberanía, con
una responsabilidad cívica puede querer (ni siquiera creer) que la solución de esos problemas venga
de cualquier tipo de intervención extranjera, mucho menos de carácter militar, como han llegado a pedir
algunos, y que, también es cierto, representa una amenaza que no deja de ser un escenario posible.
Creo además que cualquier cubano dentro o fuera de la isla sabe que el bloqueo o embargo comercial y
financiero estadounidense, como quieran llamarlo, es real y se ha internacionalizado y recrudecido en los
últimos años y que es un fardo demasiado pesado para la economía cubana (como lo sería para
cualquier otra economía). Los que viven fuera de la isla y hoy mismo quieren ayudar a sus familiares en
medio de una situación crítica, han podido comprobar que existe y cuánto existe al verse prácticamente
imposibilitados de enviar una remesa a sus allegados, por solo citar una situación que afecta a muchos. Se
trata de una vieja política que, por cierto (a veces algunos lo olvidan) prácticamente todo el mundo ha
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Y creo que tampoco nadie puede negar que también se ha desatado una campaña mediática en la que,
hasta de las formas más burdas, se han lanzado informaciones falsas que al principio y al final solo
sirven para restar credibilidad a sus gestores.
Pero creo, junto con todo lo anterior, que los cubanos necesitan recuperar la esperanza y tener una imagen
posible de su futuro. Si se pierde la esperanza se pierde el sentido de cualquier proyecto social humanista.
Y la esperanza no se recupera con la fuerza. Se le rescata y alimenta con esas soluciones y los cambios y
los diálogos sociales, que, por no llegar, han causado, entre otros muchos efectos devastadores, las ansias
migratorias de tantos cubanos y ahora provocaron el grito de desesperación de gentes entre las que
seguramente hubo personas pagadas y delincuentes oportunistas, aunque me niego a creer que en mi país, a
estas alturas, pueda haber tanta gente, tantas personas nacidas y educadas entre nosotros que se vendan o
delincan. Porque si así fuera, sería el resultado de la sociedad que los ha fomentado.
La manera espontánea, sin la atadura a ningún liderazgo, sin recibir nada a cambio ni robar nada en el
camino, con que también una cantidad notable de personas se ha manifestado en las calles y en las redes,
debe ser una advertencia y pienso que es una muestra alarmante de las distancias que se han abierto
entre las esferas políticas dirigentes y la calle (y así lo han reconocido incluso dirigentes cubanos). Y es
que solo así se explica que haya ocurrido lo que ha ocurrido, más en un país donde casi todo se sabe cuando
quiere saberse, como todos también sabemos.
Para convencer y calmar a esos desesperados el método no puede ser las soluciones de fuerza y oscuridad,
como imponer el apagón digital que ha cortado por días las comunicaciones de muchos, pero que sin
embargo no ha impedido las conexiones de los que quieren decir algo, a favor o en contra. Mucho menos
puede emplearse como argumento de convencimiento la respuesta violenta, en especial contra los no
violentos. Y ya se sabe que la violencia puede ser no solo física.
Muchas cosas parecen estar hoy en juego. Quizás incluso si tras la tempestad regresa la calma. Tal vez los
extremistas y fundamentalistas no logren imponer sus soluciones extremistas y fundamentalistas, y no se
enraíce un peligroso estado de odio que ha ido creciendo en los últimos años.
Pero, en cualquier caso, resulta necesario que lleguen las soluciones, unas respuestas que no solo deberían
ser de índole material sino también de carácter político, y así una Cuba inclusiva y mejor pueda atender las
razones de este grito de desesperación y extravío de las esperanza que, en silencio pero con fuerza, desde
antes del 11 de julio, venían dando muchos de nuestros compatriotas, esos lamentos que no fueron oídos y
de cuyas lluvias surgieron estos lodos.
Como cubano que vive en Cuba y trabaja y crea en Cuba, asumo que es mi derecho pensar y opinar sobre el
país en que vivo, trabajo y donde creo. Ya sé que en tiempos como este y por intentar decir una opinión,
suele suceder que «Siempre se es reaccionario para alguien y rojo para alguien», como alguna vez dijera
Claudio Sánchez Albornoz. También asumo ese riesgo, como hombre que pretende ser libre, que espera ser
cada vez más libre.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Según Julio César Guanche, las movilizaciones actuales son el proceso de protesta
social más grande que ha tenido Cuba desde el año 1959. (Foto: Kaloian Santos
Cabrera)
Es difícil encontrar otro ejemplo de un país tan pequeño que haya tenido un impacto tan
profundo en el mundo como la Cuba revolucionaria, a la que es imposible separar de la
experiencia de descolonización del Tercer Mundo, de las luchas antimperialistas, de la
radicalización internacional de 1968 y del giro latinoamericano a la izquierda de fines de
los años 1990.
Pero Cuba no es solo una referencia política y moral, una retaguardia estratégica o un
motivo de orgullo. Es también un país real y concreto, más prosaico que el ideal, con
sus sufrimientos, sus desigualdades y sus malestares. Y es también una sociedad que
enfrenta problemas característicos de las experiencias del «socialismo de Estado», que
parecen venir de otro mundo y de otro siglo: el aislamiento internacional (condensado
en el bloqueo norteamericano), la tendencia a la escasez y a la subproducción, los
rasgos burocráticos de su régimen político, las presiones restauracionistas de sectores
interiores y exteriores al partido gobernante.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
¿Qué significan estas movilizaciones? ¿Qué impacto tienen? ¿Cuál es el riesgo de que
sean capitalizadas por la oposición procapitalista? ¿Cómo valorar la situación actual
desde un punto de vista comprometido con un socialismo democrático?
MM
ATS
Una honda larga de ese proceso remite a la crisis de los años 1990, que implicó una
progresiva reestructuración socioclasista de la sociedad cubana y la ampliación del
empobrecimiento y la desigualdad. Una honda más corta comienza con el proceso de
reforma económica y de la política social, que inició alrededor de 2006-2007 aunque se
profundizó hacia 2011 y llega al presente. Su última etapa es la
Tarea Ordenamiento,
desde enero de este año.
En paralelo con lo anterior, el valor real del salario ha decrecido persistentemente; en los
últimos
seis meses ese decrecimiento ha sido dramático. Atravesamos un contexto de
dolarización parcial de las economías domésticas, con la apertura y expansión por parte
del gobierno de comercios en
Moneda Libremente Convertible que expenden productos
de primera necesidad (y que la mayoría de las veces no están disponibles en otro tipo de
establecimientos) y hacen a las familias dependientes de las remesas (las cuales, a su
vez, se han visto restringidas por la cancelación estadounidense de las vías por las que
se envían).
Lejos de ser una excepción, al igual que en el resto de la región la pandemia agudizó las
crisis preexistentes en Cuba: asfixió el turismo —rubro central de la economía nacional
— y prácticamente canceló al sector privado pequeño y mediano (fundamentalmente
dedicado a los servicios), con consecuencias nefastas para las personas que conforman
ese sector, especialmente para las empleadas.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
gestión sanitaria de la pandemia. La escasez brutal que viven las personas y familias en
el país, sobre todo de alimentos y medicamentos, configura un panorama muy difícil de
gestionar doméstica, institucional y nacionalmente.
Todos los elementos mencionados están en absoluta relación. Ninguno explica por sí
solo la crisis, así como ninguno puede desconsiderarse.
Pero a lo anterior hay que añadir déficits acumulados y procesos de otro tipo. Cuentan
los déficits de derechos laborales para quienes trabajan en el sector privado, el
sistemático vaciamiento del papel de los sindicatos, la obstaculización del proceso de
creación y ampliación de otras formas de propiedad (como la cooperativa), la
cancelación práctica de la posibilidad de crear asociaciones y formalizar espacios de la
sociedad civil debido a la existencia de una ley de asociaciones desactualizada e
inauditamente limitada, la acumulación de demandas insatisfechas relacionadas con
derechos civiles y políticos de expresión, organización y disenso que tienen escasas
garantías, la criminalización de voces ciudadanas diversas como «mercenarias», «líderes
de la restauración capitalista» o directamente como «opositoras al socialismo» y la
intensificación del programa de «desestabilización del régimen» por parte del gobierno
de Estados Unidos, que dedica recursos millonarios a formar o apoyar espacios y actores
que abreven en su política contra Cuba.
MM
JCG
Confirmar las informaciones resulta bastante difícil, pues la prensa oficial ha sido muy
omisa en su cobertura. Sin embargo, un sitio de periodismo de datos registró unas
sesenta localidades del país en las que hubo algún tipo de protesta. Estamos hablando
del proceso de protesta social más grande que ha tenido Cuba desde el año 1959.
Por supuesto que existen sectores de derecha —que con razón podemos llamar
revanchistas y extremistas—, con vinculación real con los Estados Unidos y con los
programas federales de subversión hacia Cuba (programas de «cambio de régimen»).
Esa corriente tiene articulación con zonas similares que existen en Florida, que están
pidiendo la intervención de los Estados Unidos sobre Cuba.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Por otro lado, con respecto a la idea de «golpe blando», lo primero que hay que decir es
que tiene varias aplicaciones. Dentro del país se está usando para definir correctamente
un programa existente de subversión real sobre procesos de raíz popular en América
Latina. Es un proyecto impulsado por las oligarquías latinoamericanas y las
contrarreformas contra procesos populares que apelan a repertorios de «estados
fallidos», lawfare,
guerra mediática y algorítimica a través de redes sociales, entre otros.
Hay rasgos de ese programa que se observan en Cuba en la línea de tiempo que ha
llegado hasta aquí.
Pero pretender que la narrativa del golpe blando explique cada expresión de malestar
social o su capitalización por el enemigo equivale a obturar cualquier espacio a la
autenticidad de las demandas nacionales. En Cuba hay también agendas cubanas,
problemáticas cubanas, activismos cubanos, que no tienen ningún tipo de vinculación
con la estrategia del golpe blando.
Cuando comenzó la protesta, en San Antonio de los Baños, el presidente Miguel Díaz-
Canel acudió en persona a esa localidad. Es una tradición que había desarrollado Fidel
Castro: en 1994 hubo una protesta —que no fue tan grande comparada con la actual,
pero que es su antecedente más directo—; Fidel se presentó en el lugar al tiempo que
prohibió expresamente el uso de armas letales contra civiles.
Y allí radica una diferencia clave con lo que ocurrió ahora. Díaz Canel usó una frase —
que luego no ha repetido más hasta hoy del mismo modo—: para los revolucionarios «la
orden de combatir está dada». Para muchos, esa frase tenía en Cuba una connotación
militar frente a una agresión externa. Pero en este contexto, inédito para todos (también
para el gobierno), se usó para hacer alusión a una protesta civil que tenía componentes
de violencia civil pero también pacíficos.
Se perdió así una oportunidad para dar garantías de que no iba a haber ningún tipo de
uso de armas, como se había hecho exitosamente en 1994. Se perdió la oportunidad
para garantizar que la contención policial no iba a permitir ningún tipo de violencia
contra las personas, ni contra bienes colectivos (había convocatorias e incentivos —
sobre todo desde el exterior— a provocar incendios, saqueos, apedrear o incluso matar
policías); que se protegería la integridad física de los participantes, estuviesen en un
lado u otro de las protestas. Todo ello, de la mano de un llamado a procesar
políticamente el conflicto. Quizás se trataba de una opción compleja, pero sin dudas era
necesaria.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
MM
ATS
Esa pregunta ha estado muy presente en los últimos días. Es una pregunta sobre el
quiénes se manifestaron y si hay una frontera generacional que explique su ocupación
del espacio público de esa forma.
No todos son ni se reconocen a sí mismos dentro del campo de las izquierdas (en
sentido amplio). También se posicionan de forma distinta respecto ya no a la política,
sino al gobierno cubano específicamente: a veces en frontal oposición, a veces con
cierta equidistancia, a veces con apoyo incondicional, otras aspirando a un
acompañamiento crítico y a veces moviéndose de una a otra de esas opciones.
Específicamente respecto a las protestas, las redes sociales jugaron un papel principal
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Sin embargo, y al contrario de otros análisis que he escuchado sobre este proceso, creo
que estas no fueron protestas principalmente de jóvenes, aunque su presencia es
indiscutible. Los registros gráficos muestran una importante y en cierto sentido
llamativa diversidad generacional. Lo que sí me parece más evidente es la presencia de
una marca socioclasista. Recordemos que las protestas empezaron por zonas periféricas
respecto a los centros urbanos y, en la capital, en municipios densamente poblados y
altamente precarizados. La dimensión territorial, que es también socioclasista aunque
hay heterogeneidad en los barrios cubanos, es muy decidora y pienso que explica más
las protestas.
JCG
Los años 1990 fueron una época definitoria en Cuba, con la caída de la URSS, con la
radicalización del bloqueo y la agresión estadunidense y el acumulado de problemas
internos que ya habían sido reconocidos de modo oficial desde el proceso de
«Rectificación» de 1986. Esa crisis implicó cambios de todo tipo, que marcaron una
frontera real respecto a lo que Cuba había sido hasta entonces.
Fue una década que marcó también un «antes y un después» para la memoria colectiva
cubana. Los cubanos perdieron en promedio unas 20 libras per cápita. Sin embargo, la
década previa, la comprendida entre 1975 y 1985, fue la época de mayor bienestar
social en Cuba (relación con la URSS mediante). Ese «colchón social» fue fundamental
para enfrentar la crisis. Fue una época con muchas contradicciones —las artes plásticas
y el cine cubanos dejaron muchos testimonios de ello—, a la vez que un lapso de
bienestar económico y seguridad social bastante ampliados.
La ruptura de los 90 implicó una Cuba «nueva». Las generaciones que se socializaron
durante y después de esa década percibieron sus demandas más en función de
carencias y fracasos de la revolución, que en comparación con un pasado que para la
enorme mayoría quedaba tan lejos como 1959. Para los jóvenes de hoy, el pasado son
los años 90, no 1958.
Sin dudas, la referencia a 1959 sigue siendo central en la memoria y la historia de Cuba,
en la memoria de lo que alcanzó y pudo ser y hacer la revolución cubana. Ahora, cuando
el discurso oficial asegura que hay «intentos de restaurar» la Cuba previa al 59 propone
no solo un regreso antidialéctico «al pasado». La cuestión es que un espectro social que
ya cuenta con cierta edad piensa las complejidades de su vida cotidiana no en relación al
retorno o la restauración capitalista, sino en función de procesos y dinámicas que han
vivido por sí mismos antes, a los que muchos han dedicado sus vidas completas, pero
que han dejado de ser y ya nunca más serán como eran. Para el caso de los más jóvenes,
la situación es aún más compleja, pues muchos no encuentran, tras vivir esa Cuba pos
90, un pasado «dorado» como referente.
Hay una broma cubana que cuenta que al Período Especial —la crisis de los 1990—
«entramos todos pero salimos de uno en uno», a lo que se agrega que algunos nunca
salieron. Es una situación común en muchas geografías —las salidas de tipo privado a
las crisis—, pero en Cuba atenta contra la promesa revolucionaria de la igualdad, una de
las grandes bases del 59. Cuba tuvo parámetros sobre la desigualdad realmente muy
favorables, no solo para los parámetros latinoamericanos sino mundiales. Ese «salimos
de uno en uno» significa un quiebre enorme. Fidel Castro buscó dar cuenta de un
renovado programa igualitario con la llamada «Batalla de ideas» al filo de los años 2000,
pero visto en retrospectiva fue insuficiente y luego no tuvo reediciones tras su deceso.
MM
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
ATS
La oposición es parte del espectro político cubano pero, insisto, no lo agota. Respecto al
gobierno, existe una oposición organizada —que funciona dentro y/o fuera del país—,
con una clara agenda de «cambio de régimen». O sea, es una oposición al gobierno
cubano y también al socialismo, al comunismo, a las izquierdas en general. Existen
igualmente voces opositoras no organizadas y, dentro de ellas, algunas se definen como
antigobierno pero no «antirrégimen», y otras como ambas cosas.
Una parte importante de esa oposición organizada (en grupos políticos, medios de
comunicación, proyectos específicos, iglesias, etc.) tiene vínculos con Estados Unidos y
con los financiamientos federales de ese país destinados a lo que se llama «política de
desestabilización».
No creo que en estas protestas haya una marca ideológica que permita leerlas en
bloque, como protestas de la oposición o lideradas por ella. A la vez, como era de
esperar, en este momento hay una intensa disputa por la apropiación del acto de
protesta para esas agendas políticas.
JCG
MM
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
¿Cuál es la realidad interna del Partido Comunista de Cuba? ¿Tiene una vida
deliberativa conocida, tendencias definidas, corrientes críticas? ¿Existe o hay
espacio para una izquierda alternativa (dentro o fuera del partido, pero
independiente de la dirección del PCC)?
ATS
La unidad ha sido un valor político fundamental en la Cuba posterior al 59. Esa unidad,
se ha dicho mucho, se tradujo en unanimidad expresa dentro de los órganos políticos.
En el funcionamiento público, tanto de la Asamblea Nacional del Poder Popular como del
Partido Comunista, se aprecia una única línea gruesa que no deja ver desacuerdos. Pero
eso no significa que el Estado/Partido sea un actor racional único.
Por ejemplo, los debates en la Asamblea Nacional, cuando se estaba por aprobar la
nueva Constitución, mostraron como nunca antes desacuerdos sobre ciertos temas. En
el espacio público eso fue bastante inédito. Mirado en más detalle —y no solo a partir de
lo que se dice sino de lo que se hace—, son claros clivajes que muestran distintos
actores y sectores dentro de la política institucional. Eso no tendría que ser un
problema. Toda la política implica conflicto.
Pero la pregunta iba por otro lado: sobre la capacidad del Partido de acoger debates
entre las izquierdas, para sí mismas y de cara a la sociedad. A eso le añadiría: sobre la
posibilidad de que la idea de «vida buena» no sea —o no siga siendo— cooptada por
formas antidemocráticas de la política, por las derechas, las nuevas derechas o las
ultraderechas.
Al respecto, veo una gran cerrazón dentro de los aparatos del Partido (e institucionales
en general) a acoger voces diversas del campo de las izquierdas, que podrían o bien
integrar y dinamizar parte de esas estructuras o bien realizar un acompañamiento
crítico. Son rápidamente excluidas, tratadas como outsiders. Las consecuencias que eso
tiene están históricamente verificadas.
JCG
El actual Partido Comunista de Cuba nació de una fusión de fuerzas revolucionarias que
habían contribuido desigualmente al triunfo de 1959. El antiguo partido comunista (PSP)
fue una fuerza que no participó activamente de la insurrección armada frente a Batista.
No obstante, el proceso unitario de los años 1960 unificó al MR 26 de Julio, al Directorio
Revolucionario 13 de Marzo y a aquel Partido Comunista en un nuevo partido (1965),
con el actual nombre de PCC.
El PCC declara que su carácter de partido único está basado en José Martí, pero en la
obra martiana no se puede encontrar una sola referencia a un partido único creado por
él para la República, pues se trataba —el Partido Revolucionario Cubano— de un partido
creado para la Revolución. Los estatutos del PRC rechazan expresamente el carácter
único de ese partido una vez alcanzada la República que debía fundar la Revolución.
La tradición del partido único seguida en Cuba es la de la experiencia socialista del siglo
XX, con centro en la URSS. Aquí encontramos un hecho curioso. Si bien desde 1976
hasta 2019 el PCC fue único en la práctica, la Constitución no incluía ese carácter dentro
de su articulado, incluso cuando se cambió la base social e ideológica del PCC en la
reforma de 1992, respecto a 1976. Ese cambio fue una promesa proveniente de un
proceso crítico hacia las propias maneras del partido, que venía del proceso de
Rectificación del año 1986, que había señalado muchos problemas de representación,
de representación de la diversidad, al interior del sistema político.
La promesa se formulaba así: si tenemos un solo partido, este tiene que representar a
toda la nación, lo que debía haber significado un reconocimiento de diferencias u
ocasionalmente de corrientes en su interior. Eso, hasta hoy, no ocurrió. En 2019 por
primera vez se consagró expresamente ese carácter de partido único.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Existen diversidades al interior del partido, pero no hay expresión pública de ellas.
Quizás se deba a la estructura del Partido cubano, la de «partido de vanguardia» con
«centralismo democrático», propia de la experiencia socialista del siglo XX, que produjo
continuamente gran desigualdad entre la dirección superior del Partido y sus bases. En
ello, el debate partidista existente desde abajo encuentra poca traducción e inserción en
sus estructuras superiores. Y la encuentra mucho menos en el discurso oficial, que suele
entender las diferencias como si fuesen fisuras.
MM
ATS
Si tomamos como medidor la intervención del Presidente Díaz Canel del 11 de julio, el
día que comenzaron las protestas, diríamos que las posibilidades de democratización
son escasas o nulas. Hubo un llamado al combate entre «revolucionarios» y
«contrarrevolucionarios» y, por todo lo que he dicho antes, eso no deja espacio a casi
nada, porque simplifica el diagnóstico de las jornadas.
E implica, también, trabar más alianzas dentro de la sociedad civil, porque no toda la
política es aquella que busca interpelar al poder institucional. Hay más que eso y
siempre lo ha habido: actores que trabajan en los barrios, redes nacionales, colectivos
reconocidos o no oficialmente que se conectan y funcionan.
JCG
Hace diez años la palabra «república» apenas se usaba en Cuba. Su empleo se limitaba
al nombre oficial del país: República de Cuba. En los discursos políticos, en los textos
escolares, incluso en el debate intelectual, estaba ausente. De un tiempo para acá, la
situación ha cambiado, tanto a nivel social como a nivel oficial. No existen explicaciones
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Hay también un uso del concepto de República dentro de Cuba muy ignorante
intelectualmente y muy interesado políticamente que confunde toda demanda que se
haga sobre la república socialista cubana con el republicanismo liberal burgués previo a
1959. Esa idea desconoce demasiadas cosas.
Uno de ellos es considerar la libertad como inalienable. Cuba tiene problemas reales en
este campo, porque en su historia revolucionaria ha recortado el estatus de la libertad
política a categorías políticas como «revolucionario» respecto a la de «ciudadano», que
es la que categoría universal de relación con el Estado. Hacer distinciones entre
«revolucionarios» y «no revolucionarios» para el acceso, por ejemplo, al campo de los
derechos políticos, es un problema de libertad republicana y socialista.
Otro problema es la relación entre el Derecho y la Ley. En Cuba, hasta el año 2019, la
Asamblea Nacional del Poder Popular aprobó tres veces más decretos que leyes, y, en
general, tuvo una baja elaboración legislativa en forma de leyes. Las «leyes» tienen un
sentido propio en la jerarquía legislativa: expresan discusión, deliberación y capacidad
de articulación. La carencia de leyes propiamente dichas en favor de la gran presencia
de decretos supone una muy escasa vida política parlamentaria y una pobre discusión
política sobre el contenido de las materias fundamentales que deberían ser sometidas a
leyes.
MM
¿Cómo valoran las reformas económicas iniciadas hace más de una década, que
incluyeron la apertura al capital extranjero de algunas áreas de la economía? ¿Y
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
ATS
El cambio en el liderazgo del poder político era, obviamente, inevitable. Las reformas
económicas también lo eran, y lo siguen siendo. No se trata de si reformas sí o reformas
no. Analistas de todas las disciplinas, especialmente desde la economía y las ciencias
sociales, dentro y fuera de las instituciones, se han pronunciado sistemáticamente por la
necesidad de reformas. La discusión pasa por qué tipo de reformas, en qué tiempos, con
qué costos, para quiénes, para qué.
JCG
Sobre Díaz-Canel hay algo que es clave. Raúl Castro no tiene ningún cargo actual, pero
Díaz Canel anunció que Raúl sería consultado para los grandes temas que se requiriera.
En este mismo momento, mientras conversamos con Jacobin América Latina, Raúl
Castro se encuentra reunido con el Buró Político del PCC, en una reunión que estaría
tratando el tema de las protestas.
El nuevo hecho es que el actual gobierno tiene que construir su legitimidad sobre otras
bases: la legitimidad de su gestión y la legitimidad institucional. Ahí es donde tiene que
enfocar todo su trabajo Díaz-Canel. Tiene que ampliar la superficie de contacto del
Estado con la sociedad cubana, dar cuenta de que existe un problema serio de
representación de la sociedad cubana dentro de las instituciones y comprometerse con
que el amplio apoyo popular a la constitución de 2019 no significa un cheque en blanco
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
El modo en que se maneje la crisis actual va a definir muchas cosas en Cuba. Esa es su
responsabilidad. Debe tener la capacidad de conducir un proceso político apto para
comprender la legitimidad que habita en las protestas, facilitar articulaciones populares
contra los enemigos externos y darle un nuevo cauce al pacto nacional cubano. Será una
prueba definitiva para su liderazgo.
El acto, que congregó a más de 300 personas que pedían dialogar con las autoridades,
exigiendo libertad de expresión y de creación, concitó el apoyo de figuras como la del
músico Silvio Rodríguez, la presencia de cineastas como Fernando Pérez y Ernesto
Daranas, y de actores como Jorge Perugorría, entre otros artistas e intelectuales que son
parte del proceso cubano y que esa noche manifestaron públicamente su respaldo ya
sea al movimiento o a la necesidad de dialogar.
Así, en las redes de Ernesto Daranas se podían leer frases como “el gobierno no es la
Patria, pensar diferente al gobierno no es ser un traidor a Cuba y ceder frente a la
intimidación es someterse a los intransigentes que han frenado los cambios que el
socialismo cubano ha demandado”.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Guanche, quien trabajó por años en la Casa del Festival Internacional del Nuevo Cine
Latinoamericano y ha publicado varios libros, no habla desde Miami, o desde quienes
quieren derrocar al régimen cubano. Él, como tantos, asume que la crítica, el diálogo y
la defensa de todas las libertades no pueden limitar con Miami sino con la esencia de
toda revolución si de verdad -como decía Alfredo Guevara- “la revolución es lucidez”.
F.Z.—En un texto publicado en tus redes sociales titulado “La Cuba de anoche”,
donde narras la manifestación frente al Ministerio de Cultura, escribes: “tenemos la
obligación moral de entender la Cuba de anoche como algo que en ningún caso se
trata de ‘una pandilla de contrarrevolucionarios haciendo causa común con
terroristas’. El que sostenga y aliente esa narrativa tiene que saber que es culpable
de proponer el escenario de futuro más horrible que podríamos tener por delante:
el que asegura el espacio de ‘nosotros’ contra los demás”. Ese deseo no se está
cumpliendo, pareciera que el Gobierno estaría cerrando filas en contra de los
manifestantes y quienes los apoyan. Desde una óptica general, ¿qué está pasando
en Cuba?
—La situación tiene algo de inédita y su origen puede leerse en varias claves. El actual
escenario cubano expresa el cambio generacional, social y cultural que experimenta
Cuba desde hace años. Expresa cómo la sociedad cubana comparte problemas y
promueve agendas que están interconectadas con el entorno internacional, como lo son
temas de derechos políticos y civiles, y demandas de clase, raza y género.
Ninguno de los que estuvo el 27N frente al MINCULT nació ese día a la vida política en
Cuba, como tampoco los que protagonizaron las protestas del Movimiento San Isidro. Se
trata de sujetos emergentes que no son iguales entre sí, pero comparten demandas que,
en varios casos, son transversales. Estas, me parece, no se pueden reducir a una sola
posición de izquierda o de derecha, y menos a la de “revolucionarios versus
contrarrevolucionarios”.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
primera marcha independiente convocada en Cuba a favor del orgullo gay. Otros habían
participado por años de un largo y problemático proceso de negociación con el Estado
cubano
en torno a la libertad creativa y el reconocimiento del cine independiente. Otros
tienen
militancia en organizaciones opositoras que niegan toda legitimidad al Estado
cubano.
Unificar toda esa diversidad en una sola etiqueta no arroja luz sobre la situación.
Es muy peligroso unificar toda diversidad que pretenda expresarse fuera del
Estado —o en combinaciones de dentro y fuera del mismo— como contraria al
sistema político del país. Hacerlo es construir un arco “enemigo” que forme un
espectro de casi 180 grados (izquierdas, derechas y variantes de cada una de ellas)
a partir del hecho de recurrir a espacios de demanda y circulación de discursos
alternativos a los aprobados por el Estado cubano.
Por ello, entiendo que lo que está sucediendo en la isla expresa el agotamiento, o al
menos los gruesos límites, de los cauces de representación ofrecidos por el sistema
político cubano y sus instituciones. En ello, aparece la pregunta por cuáles son las
“mayorías” en Cuba, y sobre todo la pregunta de mayorías para qué. Es un hecho que
una abrumadora mayoría aprobó la actual Constitución (2019) con el sistema socialista
que consagra, pero es difícilmente aceptable que mayorías defiendan, por ejemplo, la
política de construcción masiva de “enemigos” que, en nombre del “socialismo”, tiene
consecuencias nefastas en términos de difamación, privación de puestos de trabajos por
motivos ideológicos, recorte de derechos y exclusión política.
Ahora bien, el Estado y la sociedad cubanos, y todos los actores comprometidos con la
soberanía nacional, tienen el compromiso de denunciar ese tipo de interferencia a la vez
que el de reconocer la existencia de un espacio legítimo de confrontación dentro de
Cuba. Ello debe llevar a identificar como manipulación política, de una moralidad
inaceptable, el hecho de reconducir toda crítica realizada en Cuba a la “dependencia de
la agenda imperialista”. No hacerlo forma también parte del agotamiento de los cauces
de representación ofrecidos por el sistema político cubano y sus instituciones.
Manifestación del 27N frente al Ministerio de Cultura de Cuba, La Habana. Foto: Gabriel Guerra Biancini.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Sin embargo, también hay novedades. Instituciones oficiales, como las secciones de la
UNEAC y de la AHS de la Isla de la Juventud, intervinieron en el debate con una
imaginación muy diferente a la que usaron los medios estatales para impugnar todo lo
relacionado con el 27N. Iniciativas de izquierda,
como el proyecto La Tizza se opusieron
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Para mí, lo más nuevo que estamos viviendo es que la política —entendida como
demanda por crear el orden y no sólo como el hecho de participar del existente— ha
irrumpido en Cuba de modos que resultan para muchos no acostumbrados. Esos modos
también “han llegado para quedarse”.
«Las izquierdas cubanas que no afirmen que la democracia —entendida como capacidad
de producir libertad y justicia en lo político, lo social y lo cultural, y no sólo como un
recurso institucional para el manejo de lo político— es el camino de nuestras soluciones,
están haciendo un pésimo ‘favor’ a la revolución, o incluso están, peor aún,
oponiéndose a ella».
F.Z.—En esa línea, ¿por qué valores esenciales como los que contiene la libertad de
expresión pueden estar reñidos con la revolución? ¿Acaso las izquierdas no deben
ser esencial e irreductiblemente libertarias?
—Permíteme repetir
algo que escribí al día siguiente de esa noche frente al MINCULT:
“Este país, y el país de anoche, no es un país de mercenarios. Lo que sucedió ayer fue
todo lo contrario. Viví miedo y alegría, viví solidaridad, viví ayuda mutua concreta, vi a
gente conversando normal en medio de todo. Esos son valores revolucionarios. Cuando
salieron los que estaban en la reunión, y se dijeron palabras que nunca se habían
dicho así en público, en un recinto público, vi respeto y vi esperanza. Esa esperanza es
sobre Cuba, sobre el mejor futuro del que somos capaces. El futuro que nos merecemos.
El que quiera pensar que es solo sobre San Isidro, puede hacerlo, pero se equivoca. El
que sienta que debe defender “la revolución” contra lo que sucedió ayer, que lo haga,
pero también se equivoca. La Revolución no está en un lugar, en un parque, en un acto.
Está donde quiera que haya convicción moral por la justicia y pasión política por la
libertad”.
Manifestación del 27N frente al Ministerio de Cultura de Cuba, La Habana. Foto: Gabriel Guerra Biancini.
—Déjame, por favor, volver un poco al principio. Te decía que el cambio generacional,
social y cultural experimentado por la sociedad cubana no encuentra espacio en la
forma de hacer política en el país. No se trata sólo de la edad de los actores
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]
Boletin de La Fogata
Esos códigos mezclan nuevas y viejas ideas en un todo que se parece más a la necesidad
de acomodar entre sí las distintas imaginaciones de los sectores con más poder en
Cuba. Entre ellos, algunos son muy conservadores y otros más “modernizantes”, pero
conviven entre sí sin dar muestras públicas de sus divergencias y sin hacer visible frente
a la ciudadanía que sus conflictos son una clave de la toma de decisiones actuales, que
pasa por “los peligros que enfrenta el país” pero también por la lucha interna por
controlar poder.
En sentido contrario, otros contenidos del discurso oficial apuntan hacia atrás. Se
mantienen formas discursivas y organizativas hace mucho tiempo agotadas, que poco o
nada tienen que decir a muchos actores de la renovada sociedad cubana. Por ejemplo, la
pretensión de reconducir toda la agenda de demandas hacia el cauce de las instituciones
existentes, sin reconocer la trayectoria de desgaste que poseen, junto a la gran
dificultad existente para crear nuevas formas asociativas, la recuperación de “actos de
repudio” para contener la protesta —entre otros recursos que muchos consideran desde
hace tiempo inaceptables—, y la pervivencia de discursos sobre el “derecho de la
revolución a defenderse” que desconocen el marco constitucional que el propio Estado
califica de revolucionario y al cual está obligado como requisito primero de su
legitimidad.
Soy, en verdad, poco optimista sobre nuestro futuro. El optimista puede ser un
pesimista bien informado, dice una vieja frase. Gramsci hablaba del pesimismo de
la razón frente al optimismo de la voluntad. Desde la razón, hay muchos motivos
para el pesimismo en y sobre Cuba. Desde la voluntad, el optimismo en el que
puedo creer es el que provenga de la sabiduría patriótica colectiva cubana.
De poder abrirse paso ella en esta situación —lo que significa la apertura y el desarrollo
de espacios para su organización y su expresión tanto como la extensión de los
diálogos que pueda establecer con el Estado y consigo misma—, es de donde puede
provenir el optimismo deseable, el que es sinónimo de lucidez, el que entiende que la
revolución es el camino abierto a la esperanza de que una Cuba mejor, también, es
posible.
file:///C/%2000%20-%20deposito/boletines/cuba2021.1.1.htm[02/05/2023 23:57:10]