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A la hora de la merienda, los niños requieren de alimentos saludables que

les entreguen mucha energía sin tantas calorías. Para ello, la elección de
alimentos nutritivos y fáciles de digerir es indispensable. En ese sentido, lo que
se consume en la merienda y la media mañana cubre necesidades nutricionales,
por lo que deben ser saludables.

Hay que evitar alimentos ricos en azúcares, grasas y calorías, como es el


caso de los snacks: papas fritas, gaseosas, golosinas, jugos envasados, y optar
por alimentos nutritivos.

Una merienda saludable incluye:

- Lácteos: leche y derivados.

- Hidratos de carbono complejos: pan integral.

- Vitaminas y minerales: frutas enteras o jugos sin agregado de azúcar.

Para la merienda saludable, se puede optar por una fruta de estación o


una ensalada de frutas, yogurt, galletitas sin relleno, maní tostado (sin sal de
preferencia), sándwich de verduras o de queso.

Para la hidratación, es preferible el consumo de agua simple como bebida


de preferencia, también se pueden preparar jugos naturales (sin azúcar
agregada) o aguas saborizadas de manera natural.

Para mantener una alimentación saludable a lo largo de la vida, es


fundamental crear el hábito desde la niñez, esto facilitará su aplicación también
en la etapa adulta.

Un primer paso importante es acostumbrar a toda la familia a realizar


todas las comidas (5 en total, sin saltarse ninguna), donde haya una rutina en la
que se respeten los horarios y encuentren suficiente tiempo para disfrutar de
cada una de ellas. Así también, consumir 5 porciones de frutas y verduras
durante el día. Con los más pequeños, se puede utilizar como estrategia las
frutas que más les gusten.

Pasos a seguir

- Que los niños colaboren en la preparación, cortando las frutas o eligiendo las
de su preferencia a la hora de la compra, a fin de motivar su consumo y hacerlo
más atractivo para ellos.

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