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La evaluación en el aprendizaje basado en proyectos.

El documento destacado de esta semana corresponde al material de estudio de un curso


abierto de aprendizaje basado en proyectos impartido el año 2013 por Intef-Instituto
Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado, dependiente del
Ministerio de Educación y Formación Profesional de España. El módulo del que forma
parte el documento que compartimos trata específicamente de la evaluación en el
aprendizaje basado en proyectos y tiene como propósitos reflexionar respecto de la
necesidad de replantearse los mecanismos de evaluación tradicionales y valorar la
necesidad de adoptar estrategias de evaluación alternativas; a la vez que presenta tres
propuestas de evaluación ajustadas al aprendizaje basado en proyectos: el diario de
aprendizaje, las rúbricas y el portafolios.
Dadas las exigencias curriculares actuales, que buscan la formación integral de los
estudiantes, con énfasis en el desarrollo de competencias y habilidades, el aprendizaje
basado en proyectos gana terreno como metodología de enseñanza –aprendizaje. El ABP,
sigla con la que se conoce el aprendizaje basado en proyectos, es un método pedagógico
que  involucra a los estudiantes de una manera activa en su aprendizaje, ya que deben
desarrollar una investigación a partir de un problema o pregunta desafiante que esté
relacionada con sus intereses y su mundo real. En esta búsqueda deben generar preguntas
y buscar distintas fuentes para encontrar soluciones. En todo este proceso, la comunidad
escolar reflexiona sobre qué, cómo y por qué están aprendiendo. Finalmente, los
estudiantes presentan sus proyectos a una audiencia real de su comunidad. Esta
metodología estimula el aprendizaje colaborativo y le da más significado y conexión con el
mundo real a lo que aprenden. Gracias a esta metodología los estudiantes aprenden a
aprender y desarrollan mayor autonomía, confianza, creatividad, pensamiento crítico,
entre otras habilidades. Los profesores aumentan la colaboración, se sienten más
motivados y recuperan el rol de guía, lo que también tiene un efecto muy positivo en la
comunidad educativa.
Enseñanza y evaluación son las dos caras de una misma moneda. Entre ambas debe haber
una correlación absoluta: nuestra manera de enseñar debe determinar nuestra manera de
evaluar porque, de manera inevitable, nuestra manera de evaluar condiciona la manera
de aprender de nuestros estudiantes. Por ello, si nuestro estilo de enseñanza está cerca de
la instrucción directa y nuestro estilo de evaluación consiste en un examen escrito en el
cual solicitamos de nuestros estudiantes que reproduzcan el contenido que nosotros
expusimos en la fase de presentación, el mensaje en relación con el estilo de aprendizaje
de nuestros estudiantes es bien claro: es necesario memorizar los contenidos y ninguna
otra competencia es necesaria. Si, por el contrario, tenemos intención de valorar cómo se
aprende y qué se aprende durante el desarrollo de nuestro proyecto y al final del mismo,
así como la calidad del producto final y otros aspectos que encontremos relevantes
(relaciones entre los estudiantes, relaciones dentro del grupo, cambio actitudinal, etc.),
entonces tenemos necesidad de buscar mecanismos de evaluación alternativos más allá
de las herramientas convencionales: estamos hablando de una evaluación alternativa para
una enseñanza alternativa.

Trujillo Sáez, Fernando (2013) La evaluación en el aprendizaje basado en proyectos.


Cursos tutorizados en línea. En abierto. Intef-Instituto Nacional de Tecnologías Educativas
y de Formación del Profesorado. Ministerio de Educación y Formación Profesional.
España. Recuperado de formacion.intef.es

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