1.- Para un inversionista ¿Qué significa tener aversión al riesgo?
Para un inversionista la aversión al riesgo es una actitud de rechazo que experimenta ante un riesgo financiero o ante la posibilidad de sufrir perdidas en sus activos.
2.- Definir el concepto de equivalente con certidumbre o equivalente de certeza
Es la cantidad que se obtiene con certidumbre y que deja indiferente a un inversionista, en
relación con el valor esperado de una situación aleatoria. Es una suma de dinero que un individuo necesitaría con certeza en un determinado momento, con el fin de hacer que sea impasible entre una cantidad segura y otra que espera recibir con riesgo en un determinado instante del tiempo.
3.- Definir los conceptos de riesgo sistemático y no sistemático
Riesgo Sistemático: el riesgo inherente al propio mercado por la incertidumbre de éste y
que afecta en mayor o menor grado a todos los activos existentes en la economía. Es una parte del riesgo total de un activo financiero, el cual se descompone entre riesgo sistemático y riesgo no sistemático. Este riesgo no puede eliminarse mediante una adecuada diversificación de la cartera. Por ejemplo, una recesión económica o una subida de los tipos de interés afectan de forma negativa prácticamente a todas las empresas, al mismo tiempo y en la misma dirección (aunque no necesariamente en la misma magnitud). Únicamente se puede reducir si no operamos en dicho mercado, y por lo tanto, no adquirimos dicho título. Además, también existe la posibilidad de recurrir a la diversificación internacional que puede permitir atenuar el impacto de esos acontecimientos económicos.
Riesgo No Sistemático: engloba al conjunto de factores propios de una empresa o
industria, y que afectan solo a la rentabilidad de su acción o bono. En otras palabras, el riesgo no sistemático surge de la incertidumbre que rodea a una empresa por el desarrollo de su negocio, ya sea por las propias circunstancias de la empresa o por las del sector al que pertenezca. Ejemplos de estos acontecimientos pueden ser unos malos resultados empresariales, la firma de un gran contrato, unos datos de ventas peor de lo esperado, un nuevo producto de la competencia, descubrimiento de fraude dentro de la empresa, una mala de gestión de sus directivos, etc. Estos eventos afectan de forma directa al precio de los títulos que tenga emitidos la empresa (acciones y/o bonos) por que los inversores, como en el caso anterior, los venden y compran por cambios de las expectativas sobre la rentabilidad a obtener.