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Comunicación conjunta 01/20

La articulación entre Nivel Inicial y Nivel Primario


Un acuerdo entre equipos docentes y directivos del Jardín y de la Escuela

Las Direcciones de Educación Inicial y Educación Primaria nos dirigimos a docentes


e instituciones de ambos niveles con el propósito de reconocer y reafirmar la tarea
de articulación que se está realizando en cada distrito de nuestra provincia. Dicha
articulación expresa un acuerdo que tiene el propósito de promover las acciones
necesarias a fin de asegurar la continuidad de las trayectorias educativas de niñas
y niños del nivel inicial en su escolaridad primaria.
El inicio de la escolaridad primaria es un desafío esperado simultáneamente con
ansiedad y alegría por niñas y niños. Al mismo tiempo, estos nuevos aprendizajes,
en especial la alfabetización, representan un cambio que genera temores y
preocupaciones a muchas familias que enfrentan historias de fracaso escolar. Si
esta situación se vive en épocas de “normalidad”, mucho más en estos tiempos de
pandemia.
Por lo tanto, cobra particular importancia, informar a las familias acerca de esta tarea
de articulación entre niveles, los diálogos establecidos, el conocimiento que cada
docente de primaria tiene acerca de las condiciones en las que fue posible transitar
este año escolar y en especial brindar confianza en la capacidad de niñas y niños,
y en maestras y maestros.
Los dos niveles compartimos la misma política educativa, propósitos similares,
deseos y preocupaciones que son comunes en relación con la enseñanza, aunque
nos diferencie los diseños curriculares, las formas de organizar la enseñanza, la
distribución del espacio y del tiempo.
En este tiempo de ASPO, si bien se nos impidió el encuentro con alumnas y
alumnos, las y los maestros sostuvieron el vínculo con ellas y ellos, sus familias y
las comunidades, lo que permitió garantizar la continuidad pedagógica.
Las propuestas que desde cada institución se realizaron, a pesar de las distintas y
desiguales condiciones de vida de las familias, posibilitaron que niñas y niños
aprendieran mucho. La falta de presencialidad impide dar cuenta de cada nuevo
conocimiento que pudieron construir. Será tarea de cada docente que esté a cargo
del primer año de la primaria el año próximo; relevar los avances logrados para
retomarlos y avanzar en instancias de enseñanza que, como habitualmente ocurre,
partirán desde el punto en que cada niña o niño se halle.

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Desde los niveles de Inicial y Primaria sostuvimos que la escuela no se trasladó al
hogar y que las familias no son docentes, pero siempre reafirmamos que contamos
con el apoyo de las mismas para colaborar en la tarea de enseñanza.
En un acuerdo establecido entre ambas direcciones se seleccionaron una serie de
contenidos prioritarios para trabajar con todo el nivel y en particular con las
secciones de 5 años. Sin renunciar al desarrollo de los diversos campos de
conocimiento y a las particularidades de la enseñanza, el nivel inicial -para facilitar
el pasaje a primer grado- puso el acento en las prácticas del lenguaje, y la
matemática. Importó que niñas y niños ampliaran su lenguaje oral, conversando,
escuchando, preguntando; aprendieran a escribir su nombre y el de algunos
miembros de su familia, avanzaran en sus hipótesis en relación con la escritura,
desarrollando escrituras por mano propia, se acercaran a los libros para comenzar
a anticipar de qué se trataba ese texto, tuvieran oportunidad de dictar distinto tipos
de textos a un adulto o una hermana o hermano alfabetizado. En el campo
matemático se propuso que niñas y niños ampliaran su conocimiento de la serie
numérica, aprendieran a contar y a establecer el cardinal del conjunto, escribieran
y leyeran números. Como ya se señaló, seguramente no se podrá dar información
cierta acerca de los aprendizajes que pudieron realizar.
Cada propuesta estuvo enmarcada en situaciones lúdicas que ofrecieran un
contexto para su desarrollo. El juego, la literatura, la música, las producciones
visuales y diversos proyectos de indagación del ambiente, ofrecieron numerosas
oportunidades para que alumnas y alumnos del nivel adquirieran no solo nuevos
conocimientos, sino seguridad y confianza en sus capacidades.
En muchos casos, docentes de inicial y primaria han organizado propuestas
conjuntas; por esa razón, muchos de los juegos que se enviaron seguirán jugándose
en primer año (juegos de dados, de cartas, de tableros con reglas similares o más
complejas podrán decir presente).
También desde las dos direcciones queremos sugerir que se organicen algunas
actividades que permitan enlazar ambos niveles con el propósito de que cuando
niñas y niños ingresen al primer año lleven consigo la parte de lo que realizaron en
sus hogares y lo puedan completar en el aula de primaria.
El nivel inicial se compromete a acompañar a los grupos en estos nuevos comienzos
y a poner a disposición de los docentes de primaria toda la información disponible
acerca de las trayectorias de cada niña y niño, de las particularidades de su vida,
de los esfuerzos que se hicieron desde las familias y desde el jardín para que el
lazo de unión se fortaleciera.
La escuela primaria, por su parte, dará la bienvenida a cada niña, cada niño y a sus
familias, para que el ingreso en la escuela, el encuentro con compañeras y

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compañeros conocidos del jardín o nuevos integrantes de los grupos, con sus
docentes, sea un momento de alegría y emoción por el trayecto que se inicia.
Hay un recorrido común entre inicial y primaria. Los espacios de diálogo entre
ambos niveles están siendo un ámbito en el que se explicitan los acuerdos
didácticos. El maestro de 1º tiene que retomar lo realizado para recuperar los
saberes que las y los niños traen de inicial y avanzar.
En tiempos de clases presenciales, niñas y niños de sala de 5 hubieran tenido la
posibilidad de explorar y recorrer, de ver y probar la distribución en un aula de
primaria, diferente de la sala; de observar y participar de los recreos más numerosos
que casi siempre se comparten con chicas y chicos que parecen muy grandes desde
los ojos de los más pequeños. En este contexto inédito, todo el equipo docente de
la escuela primaria se compromete a hacer más amigable el ingreso a una escuela
desconocida para muchas y muchos niños a causa del período de aislamiento
obligatorio. El recibimiento demandará no solo redoblar la bienvenida sino también
atenuar en los primeros tiempos ciertas estructuras horarias, asegurarles recreos y
desplazamientos más libres hasta que se apropien de los espacios, se reconozcan
como protagonistas de esta etapa y se sientan lo que son, nuevas dueñas y dueños
de la nueva escuela.
Los primeros días habrá que “entibiar” y suavizar algunas de las rutinas propias de
la primaria para alojar de la mejor manera este ingreso a una escuela distinta. Los
recreos separados de los del resto serán una buena alternativa al comienzo; será
indispensable también recrear un ámbito más parecido al jardín, con tiempos más
flexibles. Seguramente algunas niñas y niños van a llorar porque han olvidado, en
estos largos meses, la rutina de la despedida y el reencuentro.
En el aula, la escuela primaria retomará lo acordado con las y los equipos del nivel
inicial. En poblaciones más pequeñas, donde las y los maestros se cruzan
habitualmente, podrán recuperarse ciertos cuentos y canciones, juegos y rutinas
que resulten conocidos para las y los niños. En distritos más poblados donde las
matriculas de inicial en parte se dispersan entre dos o tres primarias por
necesidades o decisiones familiares, en cambio, se retomará el tipo de propuestas
que se han compartido en encuentros entre niveles, las que sostuvo el nivel inicial
aun a la distancia: la lectura de cuentos enriquecida -si la situación sanitaria permite
retornar a la presencialidad- por la posibilidad de que las y los niños hojeen los
cuentos leídos, dialoguen sobre lo leído entre ellas y ellos y con él o la maestra que
alentará a los más callados a tomar la palabra y fortalecerá la creación de un
contexto en el aula y la biblioteca donde la intervención de todas y todos se valore
y se considere…
En el ambiente del aula de primero, desde la llegada, es necesario que se respire
la libertad de probar, la posibilidad de intentarlo, la seguridad de mostrar la propia

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producción sabiendo que el o la maestra sabe –sinceramente- valorarlo e intervenir
amorosamente para intentar producir algún pequeño avance. Ese espíritu del jardín
abre la puerta a la alfabetización y a la construcción de otros conocimientos para
las niñas y los niños que inician el trayecto de la escuela primaria.
Creemos que el diálogo entre docentes, equipos directivos y cuerpos de inspección,
compartiendo la tarea realizada, lo que fue posible enseñar y lo que queda
pendiente, así como logros y dificultades, permitirá que docentes de primer año
puedan anticipar propuestas que continúen estos procesos de enseñanza,
reponiendo lo que no se pudo enseñar. Se trata, en definitiva, de construir
colectivamente las condiciones para que todas las niñas y todos los niños puedan
seguir aprendiendo.

DIRECCIÓN PROVINCIAL DE EDUCACIÓN INICIAL


DIRECCIÓN PROVINCIAL DE EDUCACIÓN PRIMARIA

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