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Introducción.
Según prescribía la Pragmática Sanción de Carlos III, el 26 de junio de 1767 los catorce
jesuitas que vivían en la hoy Antigua Guatemala fueron embarcados en el Golfo Dulce en
la fragata Thetis hasta La Habana y de allí al Puerto de Santa María (Cádiz) 2. Los del
Colegio de Panamá3 salieron el 28 de agosto por el camino de Cruces hacia Portobelo y
de ahí a Cartagena y Puerto de Santa María. Unos y otros, con las demás expediciones
americanas, donde se encontraban otros veinte jesuitas nacidos en Centroamérica,
viajaron por Córcega a los Estados pontificios de Italia.
(Rafael Bracho y Tomás Rumbea), fueron presionados hasta lograr que abandonaran la
Compañía. De hecho, ningún jesuita centroamericano pudo regresar a su tierra natal,
aunque el P. Atanasio Portillo, nacido en Guatemala en 1739 e ingresado a la Compañía
en 1754, logró viajar hasta La Habana pero allá falleció en Junio de 1799.5
5
Vid. Francisco Zambrano – José Gutiérrez Casillas. Diccionario bio-bibliográfico de la Compañía de Jesús en México, t. XV
y XVI, México, 1966-1977.
6
Vid. Rafael Pérez. La Compañía de Jesús en Colombia y Centroamérica después de su Restauración. Tomo II, Imprenta
Castellana. Valladolid, 1897 pp. 17 y ss.
7
Vid. Jesús M. Sariego “Aquellos tenaces misioneros proscritos. Los jesuitas de la Centroamérica moderna (1842-1896)”,
Estudios Centroamericanos, ECA, (San Salvador), 66, Enero-Marzo 2011, núm. 724. pp. 48-72.
8
Joseph Fabri. Les belges au Guatemala (1840-1845). Academie Royale des Sciences Coloniales. Clase des Sciences
Morales et Politiques. Bruxelles, 1955. Marc Lafontaine. L'enfer belge de Santo Tomas. Le rêve colonial brisé de Léopold
Ier. Quorum, Ottignies, Louvain la Neuve, 1997.
9
David L. Chandler. Juan José de Aycinena. Idealista conservador de la Guatemala del siglo XIX, CIRMA - PMS,
Guatemala, 1988.
3
Así llegó el primer grupo estable de jesuitas a Guatemala en 1851. A lo largo de 53 años
(1843-1896), algo más de 130 jesuitas trabajaron en Centroamérica independiente, y en
Panamá (colombiano hasta noviembre 1903). El núcleo original eran los misioneros
venidos de España a la misión de Nueva Granada en 1850 y después expulsados. A ellos
se unirán otros destinados por la Provincia de España, y desde 1863 por la de Castilla. La
mayoría eran españoles; algunos italianos y belgas. A este contingente básico se
agregarán las jóvenes vocaciones que se les fueron uniendo en Colombia, Ecuador y
Centroamérica. Siete de ellos llegarían a ser nombrados Obispos. Tras la llegada del
primer contingente a Guatemala, el Arzobispo Peláez solicitó a la Compañía hacerse
cargo del Seminario, según contrato establecido en 1852 y renovado en 1861 (Doc. 5).
Además del trabajo en la Merced, pronto los jesuitas decidieron misionar en el resto
del territorio. Primero fueron misiones itinerantes y más tarde se establecieron en algunas
residencias. Desde 1852 los jesuitas extendieron su campo de operaciones al mundo rural
e indígena. La primera residencia estable fuera de Guatemala, fue la de Livingston, en
continuidad con la labor de las labores de los primeros jesuitas belgas. El P. Forero
describía al Superior, en diciembre de 1857 sus trabajos para poder llegar a Izabal. (Doc.
8). Más tarde los jesuitas se adentraron en el altiplano, primero como acompañantes del
Arzobispo, después organizados en expediciones misioneras periódicas. El P. Pedro
4
Esta situación favorable para la Compañía cambió desde 1865, con la muerte del
Presidente Carrera y en 1867, con el levantamiento del General Serapio Cruz, al que se
unió Justo Rufino Barrios y que en 1871 se llegó hasta Quetzaltenango. El 12 de agosto
Barrios decretó la expulsión de Quetzaltenango y un mes después Granados, de todo el
país. En 1872 el gobierno declaraba la extinción de la Compañía de Jesús (Doc. 11).
10
Santiago Malaina. La Compañía de Jesús en Salvador, C.A. desde 1864 a 1872, San Salvador, Imprenta Nacional,
Publicaciones del Departamento Historia y Hemeroteca Nacional del Ministerio de Instrucción Pública, 1939, p.. 22 y ss.
5
formación (Doc. 13). Ese mismo año, los representantes indígenas de Matagalpa
agradecían la primera misión jesuita en 1873 (Doc. 14).
Desde 1856 los jesuitas serán solicitados también por el primer Obispo de Costa Rica,
Mons. Anselmo Llorente (Doc. 15). En febrero de 1876, asumieron la Iglesia de San
Nicolás y el Colegio San Luis, en Cartago, con más de 80 alumnos, como relata el P. Luis
España en su Brevísima Historia del Colegio S. Luis Gonzaga (Doc. 16). También en las
costas de Honduras, los jesuitas tuvieron una breve presencia en el puerto de Omoa y se
pidió su presencia en Trujillo para trabajar en la costa atlántica (Doc. 17).
Tres años después, en Costa Rica, sin mediar diálogo, el Presidente Próspero
Fernández decretó en julio de 1884 el extrañamiento del Obispo Thiel y de los jesuitas
(Doc. 21). Conducidos por tren a San José y a Puerto Limón, con el Obispo, tras días de
espera fueron transportados en el buque Alene hasta Jamaica y dos de ellos, enfermos,
con el Obispo, hasta Nueva York.
deseo era que los jesuitas fundasen un Colegio en la ciudad de Panamá, pero viendo que
era imposible para ellos por la escasez de sujetos, prefirió llamar a los PP. Escolapios
para esta misión. Estos adquirieron las ruinas del antiguo convento franciscano, contiguo
a la Iglesia de San Francisco que regentaban los jesuitas. Ya reparado el edificio,
deseaban también tener a su cargo la Iglesia donde trabajaban los jesuitas. El Obispo
quiso complacerles presionando a cambio a los jesuitas para que se trasladasen a otra
iglesia más pequeña; para evitar conflictos, los superiores inconformes con la propuesta,
decidieron que la Compañía dejara la ciudad y se dirigiera a Cartagena en abril de 1896.
Tras la expulsión de Costa Rica (1884) y salida de Panamá (1896), los sobrevivientes
de la Misión Centroamericana se dispersaron por toda América Latina, miembros, en su
mayoría en la Missio colombiana. Al fin regresaban al lugar del que habían venido
cincuenta años atrás. La misión contaba entonces con 96 sujetos dispersos. Su recuerdo
mantendrá en la región la esperanza de su retorno que se verá cumplido seis años
después en Panamá y cuando los jesuitas mexicanos, obligados a abandonar el territorio
por el triunfo de la Revolución, establezcan la Misión mexicana en El Salvador y
Nicaragua en 1915, hace casi un siglo.
Desde que por la infinita y especial misericordia de Dios Nuestro Señor para conmigo, y
para con mis muy leales y amados vasallos me he visto en medio de ellos restituido al
glorioso Reino de mis mayores, son muchas y no interrumpidas hasta ahora las
representaciones que se me han dirigido por Provincias, Ciudades, Villas y Lugares de mi
Reino por Arzobispos, Obispos, y otras personas Eclesiásticas y seculares de los mismos,
…suplicándome muy estrecha y encarecidamente me sirviese restablecer en todos mis
Dominios la Compañía de Jesús… excitándome a seguir el ejemplo de otros soberanos
de Europa que lo han hecho y muy particularmente el respetable de Su Santidad que no
ha dudado en revocar el Breve de Clemente XIV de 20 de julio de 1773 expidiendo la
célebre constitución en 21 Agosto de 1814 Sollicitudo omnium Ecclesiarum… y siendo
actualmente más vivas las súplicas que se me hacen a este fin, he venido en mandar que
13
Vid. Archivo de la Provincia de Centroamérica (ACAM), Misión CA Siglo XIX, Loyola V, 5.
7
se restablezca la Religión de los Jesuitas por ahora en todas las ciudades y pueblos que
los han pedido, sin embargo de lo dispuesto en la expresada Real Pragmática Sanción de
2 Abril 1767 que derogo, revoco y anulo, para que tenga pronto y cabal cumplimiento el
restablecimiento de los Colegios, Hospicios, Casas Profesas y de Noviciados,
Residencias y Misiones establecidas en las referidas ciudades y pueblos que los hayan
pedido, pero sin prejuicio de extender el restablecimiento a todos los que hubo en mis
dominios, y a que así los restablecidos por este Decreto como los que se habilitaren,
queden sujetos a las leyes y reglas que tuviere a bien acordar (…).
Pedimento fiscal. Guatemala 30 Enero 1817. Excmo. Sr. El Oidor Fiscal dice que V.E. se
servirá mandar guardar, cumplir y ejecutar en todas sus partes la antecedente Real orden
y soberanas disposiciones que incluye relativas al restablecimiento de la Compañía de
Jesús y que para su ejecución e instrucción del expediente que S.M. manda se forme
sobre este asunto, se circulen copias a los Ilustrísimos Señores Arzobispos, Obispos y
Cabildo sufragáneos, a los Señores Intendentes, y a los Nobles Ayuntamientos de esta
Capital y de las ciudades de León, Comayagua y Ciudad Real de Chiapas,
acompañándose a todos los convenientes oficios para que informen de la parte que
respectivamente les toca, entendiéndose de ruego y encargo los de los Ilmos. Señores
Arzobispos, Obispos y Venerables Cabildos. Que por lo respectivo a Temporalidades,
informen asimismo la Contaduría de Cuentas y Ministros de Real Hacienda para lo que se
agregan todos los expedientes de la materia. Y que copiada la Real orden en el Libro
correspondiente se archive el original encabezándose con una copia o con el duplicado
del expediente que ha de actuarse en esta Superioridad. Firmado. Bustamante.
Razón. Guatemala 1817. En siete de Mayo del corriente año se pasó testimonio de la
antecedente Real orden y pedimento fiscal al Ilustrísimo Señor Arzobispo de esta Santa
Iglesia Metropolitana; se dirigió otro igual al Ilustrísimo Señor Obispo de León, Nicaragua
y Venerables Cabildos de Comayagua y Ciudad Real. Así mismo se pasó testimonio a
este Noble Ayuntamiento, a los de las ciudades de León, Comayagua y Ciudad Real, y se
circuló a las cuatro intendencias. Firmado Antonio Arroyave.
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Doc. 2. Llegada de jesuitas belgas a Santo Tomás Guatemala, (23 Agosto 1843).14
(…) Salimos el 16 de Marzo, y al salir del Canal de la Mancha, pasamos diez o doce días
de tempestades. En Funchal, capital de Madeira encontramos el recuerdo de la antigua
Compañía… Desde Funchal nuestra navegación fue bastante regular y hemos llegado a
Santo Tomás el sábado 20 de Mayo (…).
Este ha sido pues, mi querido Padre, el desarrollo de los acontecimientos. En este mes
de mayo viajé a Guatemala para arreglar los asuntos eclesiásticos de la Colonia. El
Gobierno belga me encargó además en ese tiempo de anunciar nuestra llegada. En mi
paso por Izabal, me he presentando como jesuita al Comandante del distrito y así me
anunció al Gobernador. Al llegar a Guatemala sobre todo me llamó la atención la estima y
el respeto tan particular que me mostraban. Poco después, algunos miembros de los
principales clérigos y varios notables de la ciudad vinieron unos tras otros a hablarme de
la Compañía, a informarse minuciosamente y siempre de modo discreto sobre sus
diversas obras, Colegios, de su enseñanza etc. Respondí a todos con simplicidad y
franqueza. Les sorprendió mucho el plan de estudios, sobre todo, tal y como se sigue
ahora en nuestros Colegios. No tenían ni idea de ello. Hace falta un Colegio parecido en
Guatemala. Para lograrlo, me han venido a preguntar sobre las condiciones requeridas,
medios necesarios, etc. He hablado de esto particularmente con el Sr. De Aycinena,
Ministro de Relaciones de Estado y el P. Miguel Muñoz, del Oratorio de San Felipe de
Neri, uno y otro verdaderos apreciadores y sinceros amigos de nuestra Compañía a la
que ya conocieron en otro lugar. Respondí en sustancia que yo no estaba autorizado por
mis Superiores para entrar en una negociación de este tipio y que al enviarme a Santo
Tomás ellos no tenían siquiera la idea de tal propuesta. Pero que por lo demás con gusto
yo sería su interlocutor e intérprete de sus deseos ante mis Superiores. Que para que su
demanda fuese aceptable era necesario, ante todo, que ellos nos procurasen un local
adecuado para un Colegio, con una Iglesia anexa, para poder ejercer al mismo tiempo el
Sagrado Ministerio para la ciudad. Que ya que en este momento era imposible una
fundación en regla por la expropiación que la revolución había hecho de la mayoría de los
bienes eclesiásticos, y vaciado prácticamente todas las arcas del Estado, convenía al
14
Archivo Romano de la Compañía de Jesús (ARSI) Belg, 1002, IX, 3. Carta del P. Pedro J. Walle, Superior de la Misión en
el Puerto de Santo Tomás, Guatemala, al P. General, Jan Roothaan. Santo Tomás de Guatemala 23 Agosto 1843. (en
francés).
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menos proveer los gastos del viaje, del primer edificio etc. Que el Colegio debía ser
plenamente independiente para actuar libremente de todos según su Instituto. Que el
asunto de la Colonia15, que sólo era ad experimentum, no tenía que ver con lo del Colegio,
y viceversa. Que cuando los jesuitas viniesen no se dedicarían a asuntos políticos, sino
únicamente a todos sus deberes. Que también, si otras personas asumían el poder, los
jesuitas permanecerían igual. Y que a pesar de todo esto, nada les podía asegurar, pero
que sin ello no había ninguna posibilidad de lograrlo etc. Esto les agradó y por hacerlo
todo en debida forma, acordaron entre ellos dirigir una petición que será presentada por
los habitantes de la ciudad a la Municipalidad, la cual después la presentaría al
Gobernador. Y así también el P. Muñoz puso pronto manos a la obra. La petición fue
hecha y el mismo día fue firmada por el Sr. Arzobispo nombrado, por los dos grandes
Vicarios capitulares, todos los canónigos, los sacerdotes de la ciudad y por todos los
principales habitantes. La Municipalidad por su parte la apoyó. El Ministro Aycinena la
presentó con una relación concisa y bien pensada a la Asamblea Nacional y por
unanimidad la Compañía de Jesús fue restablecida, el Colegio solicitado y el poder
autorizado para requerir los fondos necesarios para los gastos necesarios!... Fue el 29 de
Junio, fiesta de S. Pedro cuando se nos abrió esta gran puerta! ”Está dado, me escribía el
Sr. Aycinena el primero de Julio, el primer paso con mucha felicidad y mucha satisfacción
de todas estas gentes que han celebrado la emisión del decreto con un repique general
de campanas y salvas de artillería. Yo siento que Ud. no hubiese estado presente para
ver con sus propios ojos el contento de todas estas gentes y participar al mismo tiempo de
las emociones de su alegría”.
3. Y si para el efecto indicado fuere necesario hacer algún gasto de los fondos públicos,
el Gobierno lo consultará previamente a la Asamblea.
Doc. 4. Solicitud del Presidente Mariano Rivera al P. Roothaan (10 Enero 1844)17.
(…) Siguiendo el impulso de mis fervientes votos por el bien de estos pueblos, y
persuadido de que el restablecimiento de la Compañía de Jesús en este país debe ser
uno de los medios más eficaces para mejorar su educación religiosa, y deseándolo por
otra parte las personas más recomendables de este vecindario, no dudé en apoyar la
solicitud que hicieron al Cuerpo Legislativo con toda energía y sobre ella recayó un
17
Vid. ARSI, Centro América, 1001, I. 5.
11
decreto favorable el 4 de julio emitido casi por aclamación unánime de todos los
Representantes, del cual tengo el honor de acompañar una copia impresa.
Me aprovecho con mucho placer en esta oportunidad para ofrecer a V.R las muestras
de la más distinguida consideración con la cual tengo la honra de subscribirme.
Su muy obediente servidor. Mariano Rivera Paz
Doc. 5. Convenio del Arzobispo con la Compañía sobre Seminario 16 Julio (1861)18.
18
Vid. ARSI. Centro América 1001 XI, 10
12
siguiente Convenio, fijando el ya establecido en virtud del Decreto del mismo del mismo
Ilmo. Sr. de 3 de Marzo de 1852.
4. Por cada una de las becas de la fundación de Comayagua, las del P. Vidaurre y
cualesquiera otras fundadas a favor del establecimiento, enterará el Administrador de los
respectivos fondos la pensión establecida para los demás alumnos.
5°. No habiéndose provisto hasta ahora sino solo 8 becas de merced por atender a la
redención de deudas, y habiendo manifestado los dichos PP. el deseo que les anima de
coadyuvar al aumento de dichas becas, en beneficio de los pobres que tengan vocación al
estado eclesiástico, 1° las referidas becas de merced solo pagarán la pensión de 100
pesos cada una, la cual enterará a los mismos PP. el Administrador. 2° El Ilmo. Sr.
Arzobispo podrá aumentar su número hasta doce en los mismos términos, si bien le
pareciere.
6°. Para hacer este pago, se tomará el producto de la pensión, llamada Cuarta de
Colegio, cuya recaudación por ser más gravosa, continuará a cargo del mismo
Administrador, así como la de las demás rentas que no sean la de colegiales
pensionistas.
7°. Serán de cargo de los PP. los sueldos de Profesores y Maestros que se empleen de
fuera y los salarios de sirvientes del Colegio.
Doc. 6. Decreto de la Santa Sede sobre Iglesia La Merced (22 Diciembre 1852).19
Hay en la ciudad de Guatemala un convento con su Iglesia anexa, que lleva el título de
La Merced, perteneciente a la Orden Religiosa de la Santísima Virgen de La Merced. Es
el caso que, por circunstancias particulares, dicho convento no está habitado en la
actualidad por los PP. de la Orden, por lo cual se ha dirigido una súplica a Nro. Smo. P.
Pío por la Divina Providencia Papa IX, de parte del Presidente de la República, para que
se digne ceder el uso de dicha Iglesia y convento a los RR. PP. de la Compañía de Jesús
que en la mencionada ciudad moran y ejercitan su sagrado ministerio. Por tanto, Su
Santidad, por referencia del infrascrito Secretario de la Sagrada Congregación de
Negocios Eclesiásticos, y oído el parecer del R. P. Vicario General de la sobredicha
Orden de la Merced, deseando acceder a las súplicas del mencionado Presidente, por la
plenitud de su apostólica potestad, se ha dignado conceder a los RR. PP. de la Compañía
de Jesús el uso de todo el antedicho convento e iglesia a él anexa, hasta que la Santa
Sede otra cosa determine, dando facultad al Ilmo. Sr. Arzobispo de Guatemala para
ponerles en posesión canónica de dicho convento. Nuestro Santísimo Padre ordenó que
se emitiera sobre este asunto el presente decreto, e insertara en las Actas de esta
Sagrada Congregación, no obstante cualesquiera otras disposiciones en contrario, aún las
dignas de especial mención. Dado en Roma en la Secretaría de esta Sagrada
Congregación el día, mes y año ya citado.
19
Vid. ARSI, Centro América 1001, V. 12.
20
Vid. ARSI. Centro América 1001, XI, 9.
14
Por lo demás quedo sumamente satisfecho del particular y distinguido interés que V. R.
tiene por la misión de Guatemala y cuento con que continuará reforzándola como ha
comenzado ya a hacerlo. Considero un deber de mi parte expresar en esta ocasión a
V.R. la gratitud de este país por los bienes que recibe de la Compañía en general, y de
cada uno de los Padres en particular, que se emplean infatigablemente en su santo y
benéfico ministerio y son el ejemplo de nuestro clero por su abnegación, virtudes y
ciencia.
Puede V. R. contar con que tendrán en toda circunstancia mi protección como tienen el
amor y respeto del público; y puedo asegurar a V. R. que los sentimientos manifestados
con motivo de la ausencia del muy respetable y querido P. Suárez se manifestarían por
los demás Padres de esta misión.
Llegué ayer a las 8 de la mañana a este puerto de Izabal y pienso seguir mañana para
La Boca, después de haberles dicho misa si se va alguna de las goletas que están
ancladas y sino por la noche en la goleta del paquete.
Por lo que respecta a mi viaje me ha ido gracias a Dios bien. Solo he tenido que sufrir
algunas hambres porque no se encuentra en el camino casi nada… y así es que el Hno
Sánchez me puso arroz y sal pero todo quedó intacto solo gasté unas pastillas de
chocolate. En la hacienda que se llama Sabaneta que es del Sr. General Páez me trató
bastante bien. Lo mismo me trató o diré mejor me trató la madre de Adolfo Vélez en
Zacapa y el P. Suárez, cura de Río Hondo y Gualán cuando llegué a sus casas.
21
Vid. Archivo Histórico de la provincia de Castilla de Alcalá de Henares (Madrid), AHP Cast. (Alcalá). E 3 Caja 29. Carta
del P. Carlos R. Forero al P. De Blas (Guatemala, Izabal 7 Diciembre 1857).
15
No cesaré de darle gracias a su Divina Majestad por el beneficio muy grande que me ha
hecho con haber puesto sus ojos divinísimos en el más inferior de todos los hombres para
una empresa tan grande como es la de misionero en estos países incultos y enfermizos.
Yo espero que Él mismo me dé gracia para que pueda llevar cumplidamente tal empleo,
espero también que con las oraciones de VR y de los demás RR. PP y CC. HH me ayude
en esta empresa.
La mula en que yo vine es muy mansa, suave pero muy lerda, pero con la espuela se
aviva. La de la carga se me cansó por desgracia pero al fin llegó hoy a las 8 de la mañana
con su carga. Pero esto se puede atribuir a lo mala que está particularmente la montaña
desde Gualán hasta aquí pero como ahora han cesado las aguas, espero que en todo
este mes se compondrán los malos pasos que estos ciertamente no llegan a ser ni a mil
leguas tan malos como los de Guanacas y Naranjal.
Mi amado Padre: Ya hace algún tiempo que deseaba escribirle a VR para informar a VR
de las misioncitas de los Indios que he dado.
La primera misión fue la de Pueblo Nuevo; es una ranchería en el tránsito para la costa,
en medio del bosque como a unas 7 leguas de Quetzaltenango; constará como de unas
200 personas; lo que hace de Iglesia es una enramada, indigna aún de las ovejas, etc.;
las chocitas de los indios miserables a más no poder. Aquí pues venía yo dos veces al día
desde el trapiche del Desengaño, en donde residían los otros PP., distante una legua. El
trabajo era para reunirlos en la capilla, pues apenas llegaba a la ranchería, tenía el trabajo
de ir choza por choza convidando en su lengua, pues no entienden la castilla (español). Al
fin con la constancia, paciencia, cariño y hablarles en su idioma, les fue atrayendo la
gracia de Dios de manera que ya concurrían muchos y con gusto; hasta que pude instruir
y confesar 62, y después de 8 días de esta tarea, comulgaron, siendo los primeros el
Gobernador y demás Municipales. Todo se hizo con la solemnidad posible en aquel
desierto; se casaron después 13 amancebados. La alegría, el gozo y regocijo de aquellos
infelices Naturales en el día de su Comunión, no pudo menos de arrancarme las lágrimas
22
Vid. AHPCast. (Alcalá) E 2 Caja 69. Carta del P. Ramón M. Posada al P. De Blas. Quetzaltenango, 28 Abril 1859.
16
de contento y satisfacción. Así se terminó, Padre mío, el primer ensayo de mis misiones
de naturales.
Acabadas estas misiones, marchamos para Cuyotenango. Se dio la misión con el fruto
que no se esperaba, pues después de 9 días, comulgaron 715. Aquí mis deseos eran de
dedicarme exclusivamente a los Naturales, pero no me lo permitió el R. P. Superior. Sin
embargo a ratos perdidos, como dicen, los iba a buscar los primeros días (pues de otro
modo no vienen a la Iglesia) a sus casitas, los reunía en la sacristía y les enseñaba la
doctrina cristiana y los preparaba para la confesión etc en su lengua y castilla (pues ya
entienden el español algo).
23
Vid. AHPCast. (Alcalá) E 3 Caja 70. Carta del P. Francisco X. García López al P. Pablo de Blas), Guatemala 3 Febrero
1858.
18
prometer sino representar todo a los Superiores. El R. P. Hernáez habló a los Consultores
y quedamos en que no era punto de poder decidirse antes de que se hiciesen algunas
oportunas preguntas y explicaciones sobre el local y fondos y si como propiedad de la
Compañía o sólo encomendado a su dirección etc. para poder informar a NP como querrá
Su Paternidad ser informado, para evitar cartas inútiles etc. entretanto se da tiempo al
tiempo y VR puede comprometernos a nada. Vemos sin embargo lo que ya veía VR, que
bueno sería tener algún pié firme en Quetzaltenango por si cae tal vez con el Sr.
Arzobispo este seminario…
Decreto N° 59.
24
Vid. Hubert J. Miller La Iglesia y el Estado en tiempo de Justo Rufino Barrios, Univ. S. Carlos de Guatemala, Editorial
Universitaria, Guatemala, 1976. IBID. “La expulsión de los jesuitas de Guatemala en 1871" Estudios, Guatemala, 5, 1972 p.
37-56.
19
subasta pública por treinta días y previo avalúo, y los venderán en el mejor postor,
cuidando de que su producido entre en Tesorería.
Art. 4°. El apoderado y depositario que constituyeron los expresados Padres en esta
Ciudad al salir de ella, se pondrán de acuerdo con los funcionarios designados para la
entrega por inventario, de los bienes y productos que estarán a su cargo.
AL PÚBLICO
Apenas vueltos del asombro que nos ha causado el modo con que a media noche y
como a criminales se nos ha sacado de la capital de la República, si bien al ver las playas
de El Salvador que vamos a dejar tal vez para siempre, se nos enternece el corazón al
recordar que en ellas viven tantas personas que nos han honrado con su estimación y han
correspondido de una manera consoladora a nuestros pequeños servicios sacerdotales.
Ah!.. No podemos menos de protestar contra la violación de nuestros derechos, cometida
por un pequeño número, que por cierto está muy lejos de ser la representación de las
poblaciones de El Salvador.
Protestamos, pues que callamos entonces contra las calumnias, los gritos e insultos
contra nosotros que el Gobierno permitió y aprobó en el Palacio, en el parque y en las
calles de El Salvador.
Protestamos contra el Artículo 12 del Tratado Arbizú-Samayoa, que no puede tener peor
calificativo que el nombre que lleva; porque en él y con él se violan nuestros derechos
adquiridos en fuerza de la Constitución, apenas hecha y con él violados.
25
Vid ACAM. Misión Centroamericana (Loyola) III, 2.
20
Protestamos en nombre de la buena fe, contra ese juego inicuo con que se nos dice que
nos quedemos en paz, y sin ningún hecho que lo justifique, se nos saca violentamente.
A bordo del Vapor Salvador. Junio 6 de 1872. P. José Telésforo Paúl y R. Pozo SJ
26
Vid. ARSI. Centro América 1001 XIV, 13a.
21
27
Vid. ARSI. Centro América 1001 XIV, 13b. Carta de la Corporación municipal de Matagalpa al P, Francisco de San
Román.
22
ciudad dos de los RR. PP. que de aquí se despiden, regresen a permanecer en esta con
el fin de continuar en misión permanente.
Art. 2. En testimonio de gratitud a los servicios prestados por los RR. PP. de la
Compañía de Jesús residentes en esta ciudad actualmente, se les consagra el
reconocimiento más cordial, la pena de verlos separarse de nosotros, y los deseos más
ardientes por su felicidad.
Art. 3. Se comisiona al Sr. D. Nazario Vega para que ponga en manos de los RR. PP.
residentes en esta, copia autorizada de la presente acta, haciéndoles de nuestra parte las
significaciones de aprecio que merece la benevolencia de que se han mostrado para con
nosotros. Igualmente dirija al R. P. de San Román copia autorizada de la presente acta
manifestando la más cumplida gratitud que le es debida de este vecindario.
Art. 4. Se comisiona a los Alcaldes 1° y 2° para que alisten y pongan a disposición de
los RR. PP. cuanto sea necesario para conducirlos a León, debiendo entenderse con ellos
para que sus deseos sean completamente satisfechos. Igualmente se comisiona al
Regidor D. Manuel Molina para que marche en compañía de los RR. PP. hasta dejarlos a
la ciudad de León.
Art. 5. Nuestro secretario comunicará a quienes corresponde.
Se levantó la sesión que firma el Presidente, Municipales, y el Señor Cura por ante el
Secretario que da fe.
Señor de todo mi respeto: Tal vez habrán llegado a noticia de V. R. los esfuerzos que
hice cuando arribaron a Punta Arenas los PP. de la Compañía expulsos del Ecuador,
para que fuesen admitidos en esta República cuyo Obispado gravita sobre mi debilidad:
entonces encontré una resistencia para lograr mis intentos, como podrá manifestarlo el P.
Eladio (Orbegozo) y sus compañeros, y desde entonces, ya por mis persuasiones y por
medio de otras personas he procurado inculcar en mi grey sentimientos favorables a la
Compañía, haciendo ver principalmente la utilidad que resultará a la Religión y a la
República con su venida tanto más cuanto que de otra suerte debíamos temer gravísimos
males, siendo el peor entre ellos, el ver desaparecer el catolicismo por falta de Ministros
28
Vid. Víctor Sanabria. Anselmo Llorente y la Fuente, Primer Obispo de Costa Rica. (Apuntamientos históricos), Ed. Costa
Rica, San José, 1972, pp. 175 y ss. La primera vacante de la Diócesis de San José, Ed. Costa Rica, San José, 1973, p. 75.
23
instruidos y celosos que combatiesen las perversas doctrinas que con tanta rapidez se
nos introducen.
No desconfío que el celo y la caridad que le animan a V. R. harán vencer los obstáculos
que el enemigo común quiera poner, y que accederá a los vehementes deseos de la
mayor parte de esta República, y a los de su att.° servidor y Capellán.
Anselmo, Obispo de Costa Rica.
Doc. 16. Los jesuitas asumen el Colegio de S. Luis Gonzaga (Cartago, Costa Rica)29.
Entre tanto el Gral. Guardia llamó al P. España para decirle que era necesario para
asegurar la existencia de la Compañía en el país el que se hicieran cargo del Colegio de
Cartago de donde los solicitaban. Se respondió a S.E. que eso era imposible pues los que
habían llegado y otros dos que se esperaban no eran suficientes para un Colegio y
además que debían esperar instrucciones del P. Superior que se hallaba en Ecuador. A
estas razones dijo el Sr. Presidente: Hagan Uds. lo que les parezca, pero si pierden esta
ocasión, yo salvo mi responsabilidad y Uds. no podrán permanecer aquí mucho tiempo.
En vista de esto, nos encomendamos al Señor y aceptamos el ofrecimiento formal que la
Municipalidad de Cartago nos hizo de su Colegio de San Luis Gonzaga.
29
Vid. AHCAM. Misión Centroamericana MPA, I. 21
24
Las bases del contrato con que nos hicimos cargo del Colegio fueron:
1. Aumentar a cinco el número de cursos preparativos al Bachillerato en Ciencias,
para el que solo había señalados cuatro.
2. Hacernos cargo por de pronto solo de los tres primeros cursos.
3. Elegir nuestros textos y tener libertad para arreglar el internado conforme nos
pareciera.
4. La Municipalidad se compromete a pagar $ 80 por la dirección del Colegio y otros
tantos por cada uno de los cursos en sus respectivas asignaturas.
5. Fijar el 2 de febrero (de 1876) para la apertura de las clases.
Arregladas las bases se nos puso en posesión del edificio del Colegio que aunque poco
adaptado para un internado, se pudo arreglar de modo que satisficiese las necesidades
del momento, para admitir como se admitieron unos 80 internos entre los que estaba el
mismo hijo del Señor Presidente de El Salvador y varios jóvenes de las mejores familias.
Antes de la instalación del Colegio, vinieron por el mismo camino de Sarapiquí los PP.
Francisco Castañeda y Camilo de Koninck quedando arreglado el personal en esta forma.
P. Luis J. España. Rector con las clase de Latín 1, y 2, Francés y parte de Inspección. P.
Nicolás Cáceres, Prefecto de Estudios, clases e Inspección. P. Francisco Castañeda,
Prefecto de disciplina y clases.
Además del Colegio nos fue preciso satisfacer las solicitudes que todas las Provincias
nos hacían para predicar en las fiestas principales, lo que por entonces, y a pesar de las
dificultades en que nos hallábamos, creímos deber aceptar por conveniencia de que nos
fuesen conociendo. En la ciudad, desde entonces para acá, se nos han confiando casi
todos los sermones, sin prejuicio de los ministerios.
Hacia fines de julio nos vino otro refuerzo de que teníamos necesidad con los PP.
Santiago Páramo y Gervasio Lora, el primero de los cuales se hizo cargo de las clases de
matemáticas y dibujo, y el segundo además de dos clases, se hizo cargo de ministerios.
Con ellos vinieron los Hermanos Coadjutores Vicente Toledo y Antonio Gabilondo. Lo
cierto es que Dios Nuestro Señor bendijo colmadamente nuestros primeros trabajos y los
exámenes y distribución de premios de fin de curso llamaron extraordinariamente la
atención, no sólo de la ciudad, sino también de la capital y las Provincia”…
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No obstante la calamidad de los tiempos y las leyes patrias que rechazaban las
Instituciones monásticas no habían permitido la consecución de tan sanos deseos. Sin
embargo, la Providencia que siempre vela por el bien de sus criaturas no solamente ha
permitido que comience a consolidarse la paz en la República, sino que concediéndole
un Magistrado supremo al par que cristiano y eminentemente progresista en lo espiritual y
material. Él ha influido en que el Congreso Nacional sancionase las negociaciones y
Concordatos celebrados son Su Santidad y dentro de poco regirá como ley del país. En
ese célebre Concordato se ha estipulado la permisión en la República de las instituciones
monásticas y aprovechando esa autorización de la ley, en mi último viaje a la Capital en el
mes de Agosto, me consagré a obtener de los Supremos Gobiernos civil y eclesiástico la
facultad de dirigirme a V. Reverencia informándole que hay permisión en el país para el
establecimiento de la Compañía de Jesús, y gran necesidad espiritual en este Puerto,
costas e Islas adyacentes de predicación evangélica para la catequización de selváticos y
moralización de estos habitantes.
Cumpliendo pues con aquel encargo es que me dirijo a V. Paternidad como principal de
la Compañía en Belice, para que se digne en contestación indicar las bases y puntos
necesarios para establecer en el país la Compañía de Jesús y dar cuenta con esa
contestación a los Gobiernos respectivos.
Dios guarde a V. P. Pedro Ramírez, Cura Beneficiario de Trujillo, Honduras.
30
Vid. ARSI. Centro América 1001 XII, 14.
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(…) En toda esta Misión se trabaja mucho predicando, confesando y ejerciendo otros
ministerios de nuestra Compañía y por la misericordia del Señor, creo que en todas las
casas se hace mucho fruto. Esto no impide que cierta gente (non sancta, que aumenta de
día a la sombra de la libertad) nos haga toda la guerra que puede. Si Dios N. S., no
desbarata los planes que maquinan contra nosotros, pronto tendremos que ir a visitar
nuevas regiones. Pero el pueblo en general nos ama y aprecia y hay muchos buenos
tanto clérigos como seglares que nos favorecen y socorren con sus limosnas; pero en
estos tiempos de tanta civilización y progreso, se hace poco caso de hombres honrados.
31
Vid. ARSI. Centro América 1001 XV, 15. Carta del P. Superior de la Misión José Hernández al P. General, 1878.
32
Vid. “Mensaje dirigido por el Presidente de la República General Don Joaquín Zavala al Soberano Congreso”. Gaceta
Oficial de Nicaragua, Año XX, N° 4 Enero 28 1882, p. 25 y ss.
27
Según los informes de este alto empleado, varios hombres notables de Matagalpa, mal
avenidos con la primera autoridad del departamento, trabajaban por desprestigiarla en la
esperanza de que se obrase un cambio más favorable a sus intereses. Con este fin
hacían caer sobre ella la responsabilidad de las quejas de los indígenas, por ciertas
cargas municipales a que habían sido obligados, explotando muy especialmente sus
arraigados sentimientos religiosos.
Con presencia de tales informes con respecto de los PP. Jesuitas, el Gobierno se vio
constituido en dos obligaciones indeclinables; impedir que la ley que extingue las
corporaciones religiosas y el Concordato que las establece sólo bajo ciertas condiciones,
siguiesen violándose; y remover un elemento que juzgaba inconveniente a la tranquilidad
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Con gran pena de nuestro corazón estamos viendo las desgracias tan grandes que se
han ofrecido. Y ¿qué necesidad hay de eso cuando todo se puede arreglar fácilmente de
otro modo con orden? Yo quiero hablar con los principales de Uds. para ver qué se
necesita y luego voy a hablar con el Sr. Prefecto, y verán cómo se arreglan las cosas
fácilmente. Quiero que vengan cuatro o seis de los principales que Uds. elijan, el lugar
que les parezca, para que hablemos con todo cariño aquí en el pueblo o en Los Congos o
en Apacorral, pues el Sr. Prefecto da su palabra de honor con toda seguridad que
mientras Uds. vengan a hablar sobre eso, nadie les puede hacer nada y yo también doy
mi palabra segura como sacerdote, y luego se volverán Uds. mientras se ve qué arreglo
se hace.
Espero su contestación y verán que esto es fácil, y no que ahí se estén cometiendo
tantas desgracias y tantos pecados, que Dios va a castigar terriblemente; y ver las
desgracias de las familias y la ruina de sus bienes y que no podrán hacer sus rozas y
siembras y que se han interrumpido las funciones de la Semana Santa y tan mal ejemplo
a los hijos y tantas otras cosas.
33
Vid.. ARSI. Centro América 1001, XVI, 4. Carta el P. Alejandro Cáceres a capitanes indígenas Matagalpa
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Les advierto que aquí ya saben que están en eso el Sr. Toribio Mendoza, el Sr. Lorenzo
Pérez, el Sr., Vicente García, y otros que tienen ya apuntados las autoridades por todo lo
que han sabido, pero yo no quiero nombrar a ningunos al principio de esta carta, para que
Uds. elijan los que han de venir a hablar y yo iré con el R. P. Superior.
Considerando:
1. Que tanto de las informaciones debidamente seguidas, como de los hechos notorios, y
de las demostraciones públicas practicadas a instigación del Diocesano Eclesiástico en
connivencia con los Padres de la Compañía de Jesús, se pone en evidencia la mira de
trastornar el orden público con el fin de apoderarse de la dirección de los negocios que
solo incumben al Poder público constitucionalmente establecido;
Decreta:
Art. 1- Extráñase del territorio de la República al Diocesano Don Bernardo A. Thiel.
Art. 2- Extráñase igualmente del territorio de la República a la Compañía de Jesús
establecida en la ciudad de Cartago.
Art. 3- El Ministro de Policía queda encargado de la ejecución de este decreto.
34
Vid.. Ricardo Blanco Segura. 1884 El Estado, la Iglesia y las Reformas Liberales; Editorial Costa Rica; San José, 1984; p.
160-16.
30
Dado en el Palacio Presidencial, San José, a diez y ocho de julio de mil ochocientos
ochenta y cuatro. - P. Fernández -. El Secretario de Estado en el Despacho de Policía. -
Bernardo Soto-.”
35
Vid. ACAM, Misión Centroamericana (Bogotá), XII, 1.