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Los misioneros perseguidos.

La Compañía restaurada en Centroamérica (1842-1896).


En “La Restauración de la Compañía de Jesús en la América Hispano lusitana”.
Univ. Javeriana Col. -Puebla-México. México,2014 págs. 297-329)

Jesús M. Sariego S.J.

…“La civilización cristiana apenas está desarrollada en Guatemala.


Europa les inunda de sus malos libros. Así, ¿no es de temer que
este bueno y hermoso país, aún como en la infancia, no pase
pronto a la decrepitud, sin poder desarrollar su madurez, si las
instituciones sólidas y religiosas no vienen a iluminarlo, a dirigirlo y
formarlo? He aquí, -según las propias palabras que me dijo el Sr.
Aycinena,- la hermosa misión de la Compañía de Jesús. Ella sola
es capaz de hacer esto y con lo gracia de Dios, lo hará 1”….

Introducción.

Según prescribía la Pragmática Sanción de Carlos III, el 26 de junio de 1767 los catorce
jesuitas que vivían en la hoy Antigua Guatemala fueron embarcados en el Golfo Dulce en
la fragata Thetis hasta La Habana y de allí al Puerto de Santa María (Cádiz) 2. Los del
Colegio de Panamá3 salieron el 28 de agosto por el camino de Cruces hacia Portobelo y
de ahí a Cartagena y Puerto de Santa María. Unos y otros, con las demás expediciones
americanas, donde se encontraban otros veinte jesuitas nacidos en Centroamérica,
viajaron por Córcega a los Estados pontificios de Italia.

Los de Guatemala, que pertenecían a la Provincia de México, se ubicaron en Bolonia y


Ferrara; los de Panamá, que eran parte de la Provincia de Quito, vivieron en Faenza y
Rávena. Con la supresión de la Compañía en 1773, los presbíteros mantuvieron su
sacerdocio; el resto, se dispersó. Para 1800 ya habían fallecido J. Quintanilla, B. Cañas,
J. Vallejo, M. García de Alva, Juan y Manuel Muñoz, J. Pereira, y el famoso Rafael
Landívar4. Después de 1800 conocieron la muerte M. Escobar, F. Vivar, J. Toledo, J.
Vidaurre, M. Villalta, L. Santoyo, F. Arosemena, N. López, F. Pallarés, J. Archs, J. Nadal.
Y en España, Peramás y Sacrameña. Los extranjeros (Brzoscha y Leitenberger)
regresaron a sus países donde murieron antes del fin del siglo. Los estudiantes o novicios
1
P. Pedro J. Walle, Superior de la Misión belga. Carta al P. General. Santo Tomás de Guatemala, 23 Agosto 843 Cfr.
Archivo Romano de la Compañía de Jesús, Roma (ARSI) Bélgica, 1002, IX, 3.
2
. ”Expediente actuado por el señor Brigadier don Pedro Salazar, Gobernador y Capitán General del Reyno de Guathemala
y Presidente de su Real Audiencia, sobre la expulsión de los Religiosos de la Compañía de Jesús y su remisión a España”,
Boletín de Archivo General del Gobierno, Guatemala, Tomo VIII, N° 3, (1943), pp. 359-367 y N° 4, (1943) pp. 371-395.
3
Mafalda Victoria Díaz Melián “La expulsión de los jesuitas y la clausura de la Universidad de San Francisco Javier de
Panamá, Lotería, 404, Agosto-Dic. 1995, pp. 46-63. E. Arce - J. B. Sosa "Manera como se llevó a cabo la expulsión de los
jesuitas de Panamá” en Juan A. Susto Lara. A dos siglos del extrañamiento de los Jesuitas y Clausura de la Real y
Pontificia Universidad de Panamá. Edición Patrocinada por el Colegio Javier, Panamá, 1968.
4
Manuel I. Pérez Alonso. "El Padre Rafael Landívar", Estudios Centroamericanos, (San Salvador) V. 40, 1950, pp. 24-32.
2

(Rafael Bracho y Tomás Rumbea), fueron presionados hasta lograr que abandonaran la
Compañía. De hecho, ningún jesuita centroamericano pudo regresar a su tierra natal,
aunque el P. Atanasio Portillo, nacido en Guatemala en 1739 e ingresado a la Compañía
en 1754, logró viajar hasta La Habana pero allá falleció en Junio de 1799.5

Pío VII restauró la Compañía el 7 de Agosto de 1814 y Fernando VII, el 15 de Mayo de


1815 derogó la Pragmática Sanción. Un año después la medida se extendía a América y
en enero de 1817 fue “obedecida” por todos los territorios de la Audiencia de Guatemala
(Doc. 1). Para entonces los edificios de la Compañía en Panamá yacían quemados por un
incendio y los de Guatemala destruidos por el terremoto de 1773. Pero el recuerdo de los
jesuitas no había desaparecido en Centroamérica. Ya en las Cortes de 1810, los
diputados por Guatemala, Andrés y Manuel de Llano con otros representantes, solicitaron
el restablecimiento de la Compañía. El Arzobispo de Guatemala haría una nueva petición
en 1817 a la que se sumó en 1820 Nicaragua 6. En Guatemala se creó además una Junta
de restablecimiento en torno al historiador Domingo Juarros y se propuso se entregara a
los jesuitas el convento de San Agustín donde apenas existían religiosos.

Sin embargo, la restauración de la Compañía de Jesús en Centroamérica vendría por


otro camino7: la primera presencia de los jesuitas en el istmo independiente tuvo lugar en
Santo Tomás (Guatemala) con motivo de la llegada en 1843 de la expedición de
migrantes belgas organizada por la Societé belge de Colonisation8. Entre los colonos
venían tres jesuitas, los PP. J. Walle y J. N. Genon y el Hermano A. Janssen. En los
archivos romanos de la Compañía se conserva la interesante carta del P. Walle, Superior
de la expedición, al P. General, al llegar a Guatemala (Doc. 2). Por las instancias del P.
Walle y las del Ministro Aycinena9, la Asamblea Nacional emitió un decreto (4 Julio 1843)
aceptando a los jesuitas en el territorio patrio (Doc. 3), aceptación que era el resultado de
las diversas gestiones de los amigos de la Compañía a favor de su regreso. Ya
reconocidos legalmente los jesuitas y animado con las promesas del P. Walle, el

5
Vid. Francisco Zambrano – José Gutiérrez Casillas. Diccionario bio-bibliográfico de la Compañía de Jesús en México, t. XV
y XVI, México, 1966-1977.
6
Vid. Rafael Pérez. La Compañía de Jesús en Colombia y Centroamérica después de su Restauración. Tomo II, Imprenta
Castellana. Valladolid, 1897 pp. 17 y ss.
7
Vid. Jesús M. Sariego “Aquellos tenaces misioneros proscritos. Los jesuitas de la Centroamérica moderna (1842-1896)”,
Estudios Centroamericanos, ECA, (San Salvador), 66, Enero-Marzo 2011, núm. 724. pp. 48-72.
8
Joseph Fabri. Les belges au Guatemala (1840-1845). Academie Royale des Sciences Coloniales. Clase des Sciences
Morales et Politiques. Bruxelles, 1955. Marc Lafontaine. L'enfer belge de Santo Tomas. Le rêve colonial brisé de Léopold
Ier. Quorum, Ottignies, Louvain la Neuve, 1997.
9
David L. Chandler. Juan José de Aycinena. Idealista conservador de la Guatemala del siglo XIX, CIRMA - PMS,
Guatemala, 1988.
3

Presidente de la República, Mariano Rivera, decidió solicitar al P. General el


establecimiento de un Colegio de la Compañía en Guatemala (Doc. 4).

Así llegó el primer grupo estable de jesuitas a Guatemala en 1851. A lo largo de 53 años
(1843-1896), algo más de 130 jesuitas trabajaron en Centroamérica independiente, y en
Panamá (colombiano hasta noviembre 1903). El núcleo original eran los misioneros
venidos de España a la misión de Nueva Granada en 1850 y después expulsados. A ellos
se unirán otros destinados por la Provincia de España, y desde 1863 por la de Castilla. La
mayoría eran españoles; algunos italianos y belgas. A este contingente básico se
agregarán las jóvenes vocaciones que se les fueron uniendo en Colombia, Ecuador y
Centroamérica. Siete de ellos llegarían a ser nombrados Obispos. Tras la llegada del
primer contingente a Guatemala, el Arzobispo Peláez solicitó a la Compañía hacerse
cargo del Seminario, según contrato establecido en 1852 y renovado en 1861 (Doc. 5).

La Compañía aceptó la responsabilidad sobre el Colegio Seminario, pero recibiendo


entre sus alumnos a un grupo de no seminaristas, buscando incidir en la sociedad civil
guatemalteca. Era la primera obra apostólica jesuita con presencia en la región pues sus
estudiantes provenían de todo el istmo. Pero el Superior de la misión, consciente de la
inseguridad de una institución educativa en aquellos tiempos por los vaivenes de la vida
política, insistió en la conveniencia de dedicarse también al trabajo pastoral directo en la
ciudad y en el país. Para ello resultaba muy conveniente un templo en una zona céntrica y
por deseo de la Santa Sede, en 1852 recibieron la Iglesia de la Merced que pertenecía a
la Orden Mercedaria y cuyo convento se encontraba sin personal (Doc. 6). Al éxito de la
docencia en el Seminario y de los frecuentes actos religiosos en la Merced, se unía el
apoyo incondicional que el Presidente Carrera mostraba hacia la Compañía por el
especial aprecio de sus trabajos, como expone en la carta al P. General de 1861 (Doc. 7).

Además del trabajo en la Merced, pronto los jesuitas decidieron misionar en el resto
del territorio. Primero fueron misiones itinerantes y más tarde se establecieron en algunas
residencias. Desde 1852 los jesuitas extendieron su campo de operaciones al mundo rural
e indígena. La primera residencia estable fuera de Guatemala, fue la de Livingston, en
continuidad con la labor de las labores de los primeros jesuitas belgas. El P. Forero
describía al Superior, en diciembre de 1857 sus trabajos para poder llegar a Izabal. (Doc.
8). Más tarde los jesuitas se adentraron en el altiplano, primero como acompañantes del
Arzobispo, después organizados en expediciones misioneras periódicas. El P. Pedro
4

García entró en contacto con el mundo maya en Quetzaltenango, Totonicapán y más


tarde en Amatitlán. En 1853, otros compañeros misionaron en S. Raimundo, S. Juan
Sacatepéquez, Quetzaltenango, Huehuetenango, S. Marcos, Tecpán, S. Martín
Jilotepeque y Pinula. En 1855 lo hicieron en la Costa del Pacífico; en 1856 le tocó el turno
a la Baja Verapaz y un año después los jesuitas llegaron al Oriente: Chiquimula y Zacapa.
En las vísperas de la expulsión, misionaban en S. Miguel y Santa Inés Petapa,
Chimaltenango, Patzún y Patzicía. Escuchemos al más famoso de los misioneros, el P.
Ramón Posada, que llegó a hablar en lengua quiché, describiendo su trabajo al P.
Superior, (Doc. 9). Como resultado de todo este trabajo en el Occidente guatemalteco, se
estableció una residencia y un Colegio en la ciudad de Quetzaltenango (Doc. 10).

Esta situación favorable para la Compañía cambió desde 1865, con la muerte del
Presidente Carrera y en 1867, con el levantamiento del General Serapio Cruz, al que se
unió Justo Rufino Barrios y que en 1871 se llegó hasta Quetzaltenango. El 12 de agosto
Barrios decretó la expulsión de Quetzaltenango y un mes después Granados, de todo el
país. En 1872 el gobierno declaraba la extinción de la Compañía de Jesús (Doc. 11).

También en El Salvador fue solicitada la presencia de los jesuitas en tiempo del


Presidente Rafael Campo y del Obispo Tomás Pineda en 185710, para hacerse cargo de la
dirección de la Universidad y del Colegio de la Asunción. Pero sólo llegaron hasta 1863 y
en 1870 se instalaron definitivamente cerca del Parque Morazán desde donde dieron
misiones y Ejercicios en la capital y por todo el país. Pero con motivo de la firma del
Tratado Arbizú-Samayoa que establecía la obligación del gobierno salvadoreño de
secundar la política religiosa de Guatemala, los jesuitas fueron conducidos en mayo de
1872 al Puerto de La Libertad y deportados en el vapor norteamericano Salvador, desde
donde escribieron su famosa Protesta (Doc. 12).

Expulsados de Guatemala y El Salvador, los jesuitas vivieron en Nicaragua de 1871 a


1881 como asilados, no residentes. Llegaron a ser 85 y vivían en residencias estables
(León, Granada, Masaya, Rivas, Matagalpa y Ocotal). Formaban al grupo de jóvenes que
se les habían unido. Misionaron incansables en más de setenta pueblos y ciudades. En
1875, el Ministro Ayón les pidió incluso evangelizar toda la Mosquitia. Además del trabajo
de las misiones, los jesuitas, a petición de los vecinos de la zona, abrieron en 1873 un
colegio en Matagalpa, donde se concentraban los estudiantes jesuitas en proceso de

10
Santiago Malaina. La Compañía de Jesús en Salvador, C.A. desde 1864 a 1872, San Salvador, Imprenta Nacional,
Publicaciones del Departamento Historia y Hemeroteca Nacional del Ministerio de Instrucción Pública, 1939, p.. 22 y ss.
5

formación (Doc. 13). Ese mismo año, los representantes indígenas de Matagalpa
agradecían la primera misión jesuita en 1873 (Doc. 14).

Desde 1856 los jesuitas serán solicitados también por el primer Obispo de Costa Rica,
Mons. Anselmo Llorente (Doc. 15). En febrero de 1876, asumieron la Iglesia de San
Nicolás y el Colegio San Luis, en Cartago, con más de 80 alumnos, como relata el P. Luis
España en su Brevísima Historia del Colegio S. Luis Gonzaga (Doc. 16). También en las
costas de Honduras, los jesuitas tuvieron una breve presencia en el puerto de Omoa y se
pidió su presencia en Trujillo para trabajar en la costa atlántica (Doc. 17).

Para 1878 la Misión Centroamericana estaba en plena actividad apostólica concentrada


en los países del sur del istmo, como informaba su superior, el P. Hernández, al P.
General (Doc. 18). Pero las persecuciones se volvieron a desatar por presión de los
gobiernos liberales ya en el poder en la región. El mayor enemigo, Lorenzo Montúfar,
político guatemalteco y magistrado en Costa Rica, dedicó tres escritos al enconado
ataque a los jesuitas, a los que respondería el P. León Tornero11. Primero fue la expulsión
de Nicaragua en 1881 (Doc. 19), donde los jesuitas fueron falsamente acusados de
promover la insurrección indígena de Matagalpa, cuyo origen era la imposición del trabajo
obligatorio para llevar la línea del telégrafo, y en cuya revuelta los jesuitas trataron de
mediar entre el gobierno y los indígenas, como consta de la correspondencia del P. A.
Cáceres (Doc. 20).

Tres años después, en Costa Rica, sin mediar diálogo, el Presidente Próspero
Fernández decretó en julio de 1884 el extrañamiento del Obispo Thiel y de los jesuitas
(Doc. 21). Conducidos por tren a San José y a Puerto Limón, con el Obispo, tras días de
espera fueron transportados en el buque Alene hasta Jamaica y dos de ellos, enfermos,
con el Obispo, hasta Nueva York.

En 1872 los jesuitas expulsos de El Salvador, se establecieron en Panamá, en la Iglesia


de San Francisco12, a petición de Mons. Parra (Doc. 22). Aquí el gobierno fue favorable a
la presencia jesuita y hasta uno de ellos, el P. Paúl, fue nombrado Obispo de Panamá en
1875. Pero a la muerte de Mons. Paúl, fue nombrado Obispo Mons. Alejandro Peralta; su
11
Vid. Lorenzo Montúfar. Los Jesuitas. Imprenta del Gobierno, S. Salvador, 1872. Los Jesuitas. Opúsculo segundo.
Imprenta Nacional, S. José. Costa Rica. 1872. Los Jesuitas. Tercer opúsculo, Imprenta Nacional, S. José.Costa Rica, 1872.
León Tornero. Los Jesuitas impugnados por el Dr. Lorenzo Montúfar y defendidos por el R. P. Tornero. Imprenta del
Colegio, Riobamba, Diciembre 1876.
12
Luis J. Muñoz Notas históricas sobre la Compañía de Jesús restablecida en Colombia y Centroamérica, 1843-1914, Oña,
1920, Imprenta Privada del Colegio.
6

deseo era que los jesuitas fundasen un Colegio en la ciudad de Panamá, pero viendo que
era imposible para ellos por la escasez de sujetos, prefirió llamar a los PP. Escolapios
para esta misión. Estos adquirieron las ruinas del antiguo convento franciscano, contiguo
a la Iglesia de San Francisco que regentaban los jesuitas. Ya reparado el edificio,
deseaban también tener a su cargo la Iglesia donde trabajaban los jesuitas. El Obispo
quiso complacerles presionando a cambio a los jesuitas para que se trasladasen a otra
iglesia más pequeña; para evitar conflictos, los superiores inconformes con la propuesta,
decidieron que la Compañía dejara la ciudad y se dirigiera a Cartagena en abril de 1896.

Tras la expulsión de Costa Rica (1884) y salida de Panamá (1896), los sobrevivientes
de la Misión Centroamericana se dispersaron por toda América Latina, miembros, en su
mayoría en la Missio colombiana. Al fin regresaban al lugar del que habían venido
cincuenta años atrás. La misión contaba entonces con 96 sujetos dispersos. Su recuerdo
mantendrá en la región la esperanza de su retorno que se verá cumplido seis años
después en Panamá y cuando los jesuitas mexicanos, obligados a abandonar el territorio
por el triunfo de la Revolución, establezcan la Misión mexicana en El Salvador y
Nicaragua en 1915, hace casi un siglo.

Doc. 1. Real Orden para restablecer la Compañía, en Guatemala, (1817).13

Real Decreto del Rey Nuestro Señor de 29 Mayo 1815.

Desde que por la infinita y especial misericordia de Dios Nuestro Señor para conmigo, y
para con mis muy leales y amados vasallos me he visto en medio de ellos restituido al
glorioso Reino de mis mayores, son muchas y no interrumpidas hasta ahora las
representaciones que se me han dirigido por Provincias, Ciudades, Villas y Lugares de mi
Reino por Arzobispos, Obispos, y otras personas Eclesiásticas y seculares de los mismos,
…suplicándome muy estrecha y encarecidamente me sirviese restablecer en todos mis
Dominios la Compañía de Jesús… excitándome a seguir el ejemplo de otros soberanos
de Europa que lo han hecho y muy particularmente el respetable de Su Santidad que no
ha dudado en revocar el Breve de Clemente XIV de 20 de julio de 1773 expidiendo la
célebre constitución en 21 Agosto de 1814 Sollicitudo omnium Ecclesiarum… y siendo
actualmente más vivas las súplicas que se me hacen a este fin, he venido en mandar que
13
Vid. Archivo de la Provincia de Centroamérica (ACAM), Misión CA Siglo XIX, Loyola V, 5.
7

se restablezca la Religión de los Jesuitas por ahora en todas las ciudades y pueblos que
los han pedido, sin embargo de lo dispuesto en la expresada Real Pragmática Sanción de
2 Abril 1767 que derogo, revoco y anulo, para que tenga pronto y cabal cumplimiento el
restablecimiento de los Colegios, Hospicios, Casas Profesas y de Noviciados,
Residencias y Misiones establecidas en las referidas ciudades y pueblos que los hayan
pedido, pero sin prejuicio de extender el restablecimiento a todos los que hubo en mis
dominios, y a que así los restablecidos por este Decreto como los que se habilitaren,
queden sujetos a las leyes y reglas que tuviere a bien acordar (…).

Pedimento fiscal. Guatemala 30 Enero 1817. Excmo. Sr. El Oidor Fiscal dice que V.E. se
servirá mandar guardar, cumplir y ejecutar en todas sus partes la antecedente Real orden
y soberanas disposiciones que incluye relativas al restablecimiento de la Compañía de
Jesús y que para su ejecución e instrucción del expediente que S.M. manda se forme
sobre este asunto, se circulen copias a los Ilustrísimos Señores Arzobispos, Obispos y
Cabildo sufragáneos, a los Señores Intendentes, y a los Nobles Ayuntamientos de esta
Capital y de las ciudades de León, Comayagua y Ciudad Real de Chiapas,
acompañándose a todos los convenientes oficios para que informen de la parte que
respectivamente les toca, entendiéndose de ruego y encargo los de los Ilmos. Señores
Arzobispos, Obispos y Venerables Cabildos. Que por lo respectivo a Temporalidades,
informen asimismo la Contaduría de Cuentas y Ministros de Real Hacienda para lo que se
agregan todos los expedientes de la materia. Y que copiada la Real orden en el Libro
correspondiente se archive el original encabezándose con una copia o con el duplicado
del expediente que ha de actuarse en esta Superioridad. Firmado. Bustamante.

Obedecimiento. Real Palacio. 3 Febrero 1817. Guárdese, cúmplase y ejecútese lo que


S.M. manda en la antecedente Real orden haciendo en todo como pide el Señor Oidor
Fiscal. Firmando Bustamante.

Razón. Guatemala 1817. En siete de Mayo del corriente año se pasó testimonio de la
antecedente Real orden y pedimento fiscal al Ilustrísimo Señor Arzobispo de esta Santa
Iglesia Metropolitana; se dirigió otro igual al Ilustrísimo Señor Obispo de León, Nicaragua
y Venerables Cabildos de Comayagua y Ciudad Real. Así mismo se pasó testimonio a
este Noble Ayuntamiento, a los de las ciudades de León, Comayagua y Ciudad Real, y se
circuló a las cuatro intendencias. Firmado Antonio Arroyave.
8

Doc. 2. Llegada de jesuitas belgas a Santo Tomás Guatemala, (23 Agosto 1843).14

Mi muy Reverendo Padre en J.C: Pax Christi

(…) Salimos el 16 de Marzo, y al salir del Canal de la Mancha, pasamos diez o doce días
de tempestades. En Funchal, capital de Madeira encontramos el recuerdo de la antigua
Compañía… Desde Funchal nuestra navegación fue bastante regular y hemos llegado a
Santo Tomás el sábado 20 de Mayo (…).

Este ha sido pues, mi querido Padre, el desarrollo de los acontecimientos. En este mes
de mayo viajé a Guatemala para arreglar los asuntos eclesiásticos de la Colonia. El
Gobierno belga me encargó además en ese tiempo de anunciar nuestra llegada. En mi
paso por Izabal, me he presentando como jesuita al Comandante del distrito y así me
anunció al Gobernador. Al llegar a Guatemala sobre todo me llamó la atención la estima y
el respeto tan particular que me mostraban. Poco después, algunos miembros de los
principales clérigos y varios notables de la ciudad vinieron unos tras otros a hablarme de
la Compañía, a informarse minuciosamente y siempre de modo discreto sobre sus
diversas obras, Colegios, de su enseñanza etc. Respondí a todos con simplicidad y
franqueza. Les sorprendió mucho el plan de estudios, sobre todo, tal y como se sigue
ahora en nuestros Colegios. No tenían ni idea de ello. Hace falta un Colegio parecido en
Guatemala. Para lograrlo, me han venido a preguntar sobre las condiciones requeridas,
medios necesarios, etc. He hablado de esto particularmente con el Sr. De Aycinena,
Ministro de Relaciones de Estado y el P. Miguel Muñoz, del Oratorio de San Felipe de
Neri, uno y otro verdaderos apreciadores y sinceros amigos de nuestra Compañía a la
que ya conocieron en otro lugar. Respondí en sustancia que yo no estaba autorizado por
mis Superiores para entrar en una negociación de este tipio y que al enviarme a Santo
Tomás ellos no tenían siquiera la idea de tal propuesta. Pero que por lo demás con gusto
yo sería su interlocutor e intérprete de sus deseos ante mis Superiores. Que para que su
demanda fuese aceptable era necesario, ante todo, que ellos nos procurasen un local
adecuado para un Colegio, con una Iglesia anexa, para poder ejercer al mismo tiempo el
Sagrado Ministerio para la ciudad. Que ya que en este momento era imposible una
fundación en regla por la expropiación que la revolución había hecho de la mayoría de los
bienes eclesiásticos, y vaciado prácticamente todas las arcas del Estado, convenía al

14
Archivo Romano de la Compañía de Jesús (ARSI) Belg, 1002, IX, 3. Carta del P. Pedro J. Walle, Superior de la Misión en
el Puerto de Santo Tomás, Guatemala, al P. General, Jan Roothaan. Santo Tomás de Guatemala 23 Agosto 1843. (en
francés).
9

menos proveer los gastos del viaje, del primer edificio etc. Que el Colegio debía ser
plenamente independiente para actuar libremente de todos según su Instituto. Que el
asunto de la Colonia15, que sólo era ad experimentum, no tenía que ver con lo del Colegio,
y viceversa. Que cuando los jesuitas viniesen no se dedicarían a asuntos políticos, sino
únicamente a todos sus deberes. Que también, si otras personas asumían el poder, los
jesuitas permanecerían igual. Y que a pesar de todo esto, nada les podía asegurar, pero
que sin ello no había ninguna posibilidad de lograrlo etc. Esto les agradó y por hacerlo
todo en debida forma, acordaron entre ellos dirigir una petición que será presentada por
los habitantes de la ciudad a la Municipalidad, la cual después la presentaría al
Gobernador. Y así también el P. Muñoz puso pronto manos a la obra. La petición fue
hecha y el mismo día fue firmada por el Sr. Arzobispo nombrado, por los dos grandes
Vicarios capitulares, todos los canónigos, los sacerdotes de la ciudad y por todos los
principales habitantes. La Municipalidad por su parte la apoyó. El Ministro Aycinena la
presentó con una relación concisa y bien pensada a la Asamblea Nacional y por
unanimidad la Compañía de Jesús fue restablecida, el Colegio solicitado y el poder
autorizado para requerir los fondos necesarios para los gastos necesarios!... Fue el 29 de
Junio, fiesta de S. Pedro cuando se nos abrió esta gran puerta! ”Está dado, me escribía el
Sr. Aycinena el primero de Julio, el primer paso con mucha felicidad y mucha satisfacción
de todas estas gentes que han celebrado la emisión del decreto con un repique general
de campanas y salvas de artillería. Yo siento que Ud. no hubiese estado presente para
ver con sus propios ojos el contento de todas estas gentes y participar al mismo tiempo de
las emociones de su alegría”.

El 6 de Junio el Gobierno autorizó la formación de una Comisión presidida por el Sr.


Aycinena y formada por otros dos eclesiásticos, un miembro de la Corte Suprema de
Justicia, un regidor de la Municipalidad y dos notables de la ciudad para notificar y
proponer juntos todos los medios convenientes a fin de llevar a cabo el establecimiento de
la Compañía en Guatemala. (Esta Junta se ocupará, dice el Acuerdo, de proponer al
Gobierno todos los medios que estima convenientes para que llegue a tener efecto el
establecimiento de los PP. Jesuitas en esta ciudad).

Doc. 3. Decreto de restablecimiento. Asamblea Nacional Guatemala (4 Julio 1843)16.

Asamblea Constituyente del Estado de Guatemala. Decreto N° 162


15
Se refiere a la Colonia del Puerto de Santo Tomás, donde estaban los jesuitas belgas por entonces establecidos.
16
Vid. ARSI. Centro América, 1001. I, 1.
10

La Asamblea Constituyente del Estado de Guatemala; habiendo tomado en


consideración la solicitud que han dirigido al Gobierno el Sr. Provisor e individuos del
Venerable Cabildo Eclesiástico y Clero de esta capital, su Corregidor, individuos de la
Municipalidad y otras personas notables sobre el establecimiento de la Compañía de
Jesús en el Estado: con vista del informe del mismo Gobierno, en apoyo de dicha
solicitud, y en atención a las ventajas que pueden resultar en favor de la instrucción
pública y de la educación moral y religiosa de la juventud. Con lo que expuso la comisión
de negocios eclesiásticos, y de conformidad con su dictamen, ha tenido a bien decretar y
decreta:

1. Se declara que los Padres de la Compañía de Jesús pueden venir al Estado de


Guatemala, y ejercer en él su instituto religioso.

2. El Gobierno queda autorizado para promover el establecimiento de la mencionada


Compañía de Jesús.

3. Y si para el efecto indicado fuere necesario hacer algún gasto de los fondos públicos,
el Gobierno lo consultará previamente a la Asamblea.

Pase al Gobierno para su publicación y cumplimiento.


Dado en el Salón de Sesiones. Guatemala a tres de Julio de 1843.
José Mariano Rodríguez, Diputado Presidente. Buenaventura Mejía Paz, Diputado
Secretario. Manuel Santa Cruz, Diputado Secretario. Guatemala Julio 4 de 1843.

Doc. 4. Solicitud del Presidente Mariano Rivera al P. Roothaan (10 Enero 1844)17.

Palacio del Supremo Gobierno, Guatemala. Enero 10 de 1844

Muy R. P. Prepósito General de la Compañía de Jesús:

(…) Siguiendo el impulso de mis fervientes votos por el bien de estos pueblos, y
persuadido de que el restablecimiento de la Compañía de Jesús en este país debe ser
uno de los medios más eficaces para mejorar su educación religiosa, y deseándolo por
otra parte las personas más recomendables de este vecindario, no dudé en apoyar la
solicitud que hicieron al Cuerpo Legislativo con toda energía y sobre ella recayó un
17
Vid. ARSI, Centro América, 1001, I. 5.
11

decreto favorable el 4 de julio emitido casi por aclamación unánime de todos los
Representantes, del cual tengo el honor de acompañar una copia impresa.

Aunque han trascurrido tantos años después de la expulsión de los Padres de la


Compañía de Jesús; y aunque por los terremotos acaecidos en 1773, el magnífico templo,
casa y Colegio que pertenecían al mismo instituto (y) existían en la Antigua Guatemala
quedaron arruinados, sin embargo el tiempo no ha podido destruir la grata memoria de los
Padres Jesuitas en este país, pues el recuerdo de los beneficios que prodigaban
dedicados a la salvación de las almas y educación de la juventud, se ha trasmitido
acompañado de bendiciones de una generación a otra. Este es el motivo por que los
habitantes de este Estado y las autoridades constituidas para regirlos, han considerado de
la mayor utilidad el volver a ver establecido en este suelo el Instituto de la Compañía de
Jesús, y la razón por que, acorde con sus fervientes deseos, yo como el primero de los
magistrados, me dirijo a V. R. para manifestárselos, no dudando que serán acogidos con
la más benigna complacencia. Destinados los hijos del grande Ignacio de Loyola para
llevar la luz del Evangelio hasta las últimas remotidades del Mundo, ellos encontrarán
aquí un campo extenso, donde hay muy pocos operarios que la cultiven: una viña que se
acabaría de llenar de espinas y abrojos, si brazos laboriosos no acudiesen a limpiarla.
Ellos encontrarán muchas almas flacas y débiles por falta de Ministros suficientes para
dispensarles el pasto espiritual de la Divina palabra Ellos, en fin, encontrarán aquí una
oportunidad segura de llenar los altos fines de su sagrado instituto, promoviendo de mil
maneras la mayor gloria de Dios, en quien yo confío que todo lo facilite para que sean
cumplidos nuestros deseos…

Me aprovecho con mucho placer en esta oportunidad para ofrecer a V.R las muestras
de la más distinguida consideración con la cual tengo la honra de subscribirme.
Su muy obediente servidor. Mariano Rivera Paz

Doc. 5. Convenio del Arzobispo con la Compañía sobre Seminario 16 Julio (1861)18.

En la Ciudad de Guatemala a 26 de Julio de 1861, el Ilmo. y Rev.mo Sr. Dr. D.


Francisco de Paula García Peláez, Arzobispo de Guatemala y el Rev. P. Francisco Xav.
Hernáez, Superior de la Misión de la Compañía de Jesús en Guatemala, celebraron el

18
Vid. ARSI. Centro América 1001 XI, 10
12

siguiente Convenio, fijando el ya establecido en virtud del Decreto del mismo del mismo
Ilmo. Sr. de 3 de Marzo de 1852.

1. Los Religiosos de a Compañía de Jesús se encargarán de la dirección y enseñanza


del Seminario Conciliar de esta Diócesis, pudiendo atenerse en lo concerniente a
estudios, gobierno y economía del Seminario a las Reglas de su Instituto.

2. La Compañía de Jesús se obliga a suministrar los Profesores necesarios para enseñar


Latinidad, Filosofía, Teología Dogmática y Moral, Cánones y Escritura.

3. Se adjudica a los PP. de la Compañía de Jesús, encargados del Colegio el producto


total de pensiones, cuya recaudación e inversión se hará por cuenta de ellos, o de la
persona que tengan a bien comisionar.

4. Por cada una de las becas de la fundación de Comayagua, las del P. Vidaurre y
cualesquiera otras fundadas a favor del establecimiento, enterará el Administrador de los
respectivos fondos la pensión establecida para los demás alumnos.

5°. No habiéndose provisto hasta ahora sino solo 8 becas de merced por atender a la
redención de deudas, y habiendo manifestado los dichos PP. el deseo que les anima de
coadyuvar al aumento de dichas becas, en beneficio de los pobres que tengan vocación al
estado eclesiástico, 1° las referidas becas de merced solo pagarán la pensión de 100
pesos cada una, la cual enterará a los mismos PP. el Administrador. 2° El Ilmo. Sr.
Arzobispo podrá aumentar su número hasta doce en los mismos términos, si bien le
pareciere.

6°. Para hacer este pago, se tomará el producto de la pensión, llamada Cuarta de
Colegio, cuya recaudación por ser más gravosa, continuará a cargo del mismo
Administrador, así como la de las demás rentas que no sean la de colegiales
pensionistas.

7°. Serán de cargo de los PP. los sueldos de Profesores y Maestros que se empleen de
fuera y los salarios de sirvientes del Colegio.

8°. En cuanto a la asistencia a la catedral, se seguirá el orden actual, hasta que se


establezca el Seminario Mayor, en cuyo caso se podrá hacer reglamento definitivo.
13

Francisco, Arzobispo de Guatemala - Francisco Xav. Hernáez SJ.

Doc. 6. Decreto de la Santa Sede sobre Iglesia La Merced (22 Diciembre 1852).19

Decreto. Arzobispado Metropolitano de Santiago de Guatemala.


Día 22 de Diciembre de 1852. De la Audiencia del Santo Padre.

Hay en la ciudad de Guatemala un convento con su Iglesia anexa, que lleva el título de
La Merced, perteneciente a la Orden Religiosa de la Santísima Virgen de La Merced. Es
el caso que, por circunstancias particulares, dicho convento no está habitado en la
actualidad por los PP. de la Orden, por lo cual se ha dirigido una súplica a Nro. Smo. P.
Pío por la Divina Providencia Papa IX, de parte del Presidente de la República, para que
se digne ceder el uso de dicha Iglesia y convento a los RR. PP. de la Compañía de Jesús
que en la mencionada ciudad moran y ejercitan su sagrado ministerio. Por tanto, Su
Santidad, por referencia del infrascrito Secretario de la Sagrada Congregación de
Negocios Eclesiásticos, y oído el parecer del R. P. Vicario General de la sobredicha
Orden de la Merced, deseando acceder a las súplicas del mencionado Presidente, por la
plenitud de su apostólica potestad, se ha dignado conceder a los RR. PP. de la Compañía
de Jesús el uso de todo el antedicho convento e iglesia a él anexa, hasta que la Santa
Sede otra cosa determine, dando facultad al Ilmo. Sr. Arzobispo de Guatemala para
ponerles en posesión canónica de dicho convento. Nuestro Santísimo Padre ordenó que
se emitiera sobre este asunto el presente decreto, e insertara en las Actas de esta
Sagrada Congregación, no obstante cualesquiera otras disposiciones en contrario, aún las
dignas de especial mención. Dado en Roma en la Secretaría de esta Sagrada
Congregación el día, mes y año ya citado.

Vicente Santucci, Srio.

Doc. 7. Correspondencia del Presidente Carrera con el P. Beck (2 Julio 1861).20

Al M. R. P. Pedro Beck. General de la Compañía de Jesús.


Guatemala, Julio 2 de 1861.

19
Vid. ARSI, Centro América 1001, V. 12.
20
Vid. ARSI. Centro América 1001, XI, 9.
14

M. R. Padre: He recibido con mucho aprecio la afectuosa carta que me escribe V. R.


con motivo de la manifestación que le hizo el Marqués de Lorenzana (…).

Por lo demás quedo sumamente satisfecho del particular y distinguido interés que V. R.
tiene por la misión de Guatemala y cuento con que continuará reforzándola como ha
comenzado ya a hacerlo. Considero un deber de mi parte expresar en esta ocasión a
V.R. la gratitud de este país por los bienes que recibe de la Compañía en general, y de
cada uno de los Padres en particular, que se emplean infatigablemente en su santo y
benéfico ministerio y son el ejemplo de nuestro clero por su abnegación, virtudes y
ciencia.

Puede V. R. contar con que tendrán en toda circunstancia mi protección como tienen el
amor y respeto del público; y puedo asegurar a V. R. que los sentimientos manifestados
con motivo de la ausencia del muy respetable y querido P. Suárez se manifestarían por
los demás Padres de esta misión.

Ruegue V. R. a Dios porque continúe dispensando su protección a este país y me dé


acierto para conducirme en su gobierno. Entretanto yo espero que conserve a V.R, y le
conceda largos y felices días. Rafael Carrera.

Doc. 8. Misiones itinerantes en el norte de Guatemala.21

Llegué ayer a las 8 de la mañana a este puerto de Izabal y pienso seguir mañana para
La Boca, después de haberles dicho misa si se va alguna de las goletas que están
ancladas y sino por la noche en la goleta del paquete.

Por lo que respecta a mi viaje me ha ido gracias a Dios bien. Solo he tenido que sufrir
algunas hambres porque no se encuentra en el camino casi nada… y así es que el Hno
Sánchez me puso arroz y sal pero todo quedó intacto solo gasté unas pastillas de
chocolate. En la hacienda que se llama Sabaneta que es del Sr. General Páez me trató
bastante bien. Lo mismo me trató o diré mejor me trató la madre de Adolfo Vélez en
Zacapa y el P. Suárez, cura de Río Hondo y Gualán cuando llegué a sus casas.

21
Vid. Archivo Histórico de la provincia de Castilla de Alcalá de Henares (Madrid), AHP Cast. (Alcalá). E 3 Caja 29. Carta
del P. Carlos R. Forero al P. De Blas (Guatemala, Izabal 7 Diciembre 1857).
15

No cesaré de darle gracias a su Divina Majestad por el beneficio muy grande que me ha
hecho con haber puesto sus ojos divinísimos en el más inferior de todos los hombres para
una empresa tan grande como es la de misionero en estos países incultos y enfermizos.
Yo espero que Él mismo me dé gracia para que pueda llevar cumplidamente tal empleo,
espero también que con las oraciones de VR y de los demás RR. PP y CC. HH me ayude
en esta empresa.

La mula en que yo vine es muy mansa, suave pero muy lerda, pero con la espuela se
aviva. La de la carga se me cansó por desgracia pero al fin llegó hoy a las 8 de la mañana
con su carga. Pero esto se puede atribuir a lo mala que está particularmente la montaña
desde Gualán hasta aquí pero como ahora han cesado las aguas, espero que en todo
este mes se compondrán los malos pasos que estos ciertamente no llegan a ser ni a mil
leguas tan malos como los de Guanacas y Naranjal.

Mande VR a su ínfimo siervo en J.C.


Jhs. Carlos Rafael Forero S.J.

Doc. 9. Misiones entre indígenas en el Occidente de Guatemala22.

Mi amado Padre: Ya hace algún tiempo que deseaba escribirle a VR para informar a VR
de las misioncitas de los Indios que he dado.

La primera misión fue la de Pueblo Nuevo; es una ranchería en el tránsito para la costa,
en medio del bosque como a unas 7 leguas de Quetzaltenango; constará como de unas
200 personas; lo que hace de Iglesia es una enramada, indigna aún de las ovejas, etc.;
las chocitas de los indios miserables a más no poder. Aquí pues venía yo dos veces al día
desde el trapiche del Desengaño, en donde residían los otros PP., distante una legua. El
trabajo era para reunirlos en la capilla, pues apenas llegaba a la ranchería, tenía el trabajo
de ir choza por choza convidando en su lengua, pues no entienden la castilla (español). Al
fin con la constancia, paciencia, cariño y hablarles en su idioma, les fue atrayendo la
gracia de Dios de manera que ya concurrían muchos y con gusto; hasta que pude instruir
y confesar 62, y después de 8 días de esta tarea, comulgaron, siendo los primeros el
Gobernador y demás Municipales. Todo se hizo con la solemnidad posible en aquel
desierto; se casaron después 13 amancebados. La alegría, el gozo y regocijo de aquellos
infelices Naturales en el día de su Comunión, no pudo menos de arrancarme las lágrimas
22
Vid. AHPCast. (Alcalá) E 2 Caja 69. Carta del P. Ramón M. Posada al P. De Blas. Quetzaltenango, 28 Abril 1859.
16

de contento y satisfacción. Así se terminó, Padre mío, el primer ensayo de mis misiones
de naturales.

Acabadas estas misiones, marchamos para Cuyotenango. Se dio la misión con el fruto
que no se esperaba, pues después de 9 días, comulgaron 715. Aquí mis deseos eran de
dedicarme exclusivamente a los Naturales, pero no me lo permitió el R. P. Superior. Sin
embargo a ratos perdidos, como dicen, los iba a buscar los primeros días (pues de otro
modo no vienen a la Iglesia) a sus casitas, los reunía en la sacristía y les enseñaba la
doctrina cristiana y los preparaba para la confesión etc en su lengua y castilla (pues ya
entienden el español algo).

De Cuyotenango pasamos a la Villa de Retalhuleu. Es lo más morigerado de la Costa;


hay sin embargo sus buenas dosis de corrupción etc.; al fin costa. Tiene un excelente
Cura y Vicario, el Sr D. Fernando Aguado. Aquí, como en los demás pueblos, salí casa
por casa de ellos convidándolos para la Misión. Se les conocía el regocijo interior por la
alegría exterior de sus semblantes, al oír que les hablaba familiarmente y les predicaba en
su idioma natural. Era para bendecir al Señor ver cómo venían en tropas a confesarse
hombres y mujeres, niños y viejos, siendo los primeros el Gobernador y Municipalidades;
casi se nos echaban encima de los Confesionarios y en el mío reñían frecuentemente dos
partidos, de naturales y ladinos: aquellos les decían a estos: Váyanse Uds. allá
(señalándoles los otros confesionarios), que este es nuestro Padre... Al fin comulgaron
por todos 1.300 y se hicieron 30 matrimonios de amancebados públicos. El día que
salimos unos me tiraban de la ropa besándola; otros se abrazaban conmigo, y otros, de
rodillas, me pedían la bendición; en fin todos generalmente gritando me decían en lengua:
Se va nuestro Padre.... Cuídate mucho,”Canla cuidar, nukahaulz rukil vachla”. Marchamos
para Samayac, y al pueblo de Santo Domingo. La fama que tiene por todas estas partes
es pésima (casi salvajes por no decir del todo o peores), tienen además el sobrenombre
de Mata Padres; un buen eclesiástico que había sido cura de ellos, desahuciando mi
empresa me dijo: “Obra romana es esa. Si confiesa 10 a mí sea la cuenta”. No salió nadie
a encontrarnos. Por la tarde salí acompañado de Alcaldes y Regidores que pude
catequizar, por todo el pueblo de casa en casa, con una campanilla convidándolos que
fuesen a la Iglesia. Algunas que otras mujeres y muchachos que no habían podido
escaparse al bosque, concurrieron; recé con ellos el rosario y les expliqué la doctrina en
su lengua convidándolos, etc. Al siguiente día les dije la Misa a la que concurrieron algo
más. Al tercer día ya no fue menester salir; ellos al toque de las campanas
17

voluntariamente venían. A las 12 les enseñaba la doctrina a las muchachas y a las 6 y 2 a


los muchachos; quienes en vez de huir me buscaban para que les enseñase. En cinco
días se confesaron y comulgaron 300 personas, siendo los primeros los Municipales con
mucha edificación, quedando todos con su semblante de Pascua, no ya lobos mata
Padres, sino mansísimos corderillos. Así que, apenas se acabó la procesión de
penitencia, a la que concurrieron como 1.000 personas con cruces etc. y mucho orden, y
que se colocó la Cruz de la Misión y les hice una breve plática de perseverancia,
concluyendo con la bendición papal y Salve cantada, marchamos el Sr. Cura y yo para
Samayac. Más de 500 personas nos siguieron hasta más de una legua (llorando) del
pueblo, etc. Nosotros y los caballos estábamos llenos de hojas y flores: partía el corazón
oír las despedidas de estos mis neófitos (que así puedo llamarlos) en lengua.

El 13 de Febrero, después de habernos separado de los otros PP., empecé la misión


del Pueblo de Santa María a unas 5 leguas de esta ciudad; pueblo muy pequeño, todo de
naturales: ni más ni menos que los de Sto Domingo en huir etc. … Acabada esta misión,
empezamos la del pueblo de Almolonga. En todo lo mismo que en las anteriores por no
repetir. Comulgaron 240. Se casaron 62. Es gente tan piadosa que varias veces ha sido
necesario que los Alcaldes lleven a Misa, los domingos, a algunas personas en el féretro
(cama de muertos) para que escarmienten los demás…

Doc. 10. Apertura del Colegio de Quetzaltenango en 185723.

En Quetzaltenango ha estado el Presidente Carrera y le han agasajado los Nuestros, ha


quedado muy contento; dicen que dice que tres son las cosas que más aprecia en
Quetzaltenango y que más bien hacen a aquella población: 1 La Compañía de Jesús, 2
El Sr. Cura, 3 El Sr. Corregidor. Pues han recurrido a él para que se interese en que se
establezca allí Colegio dirigido por los PP. Jesuitas en nuestro recinto o cerca de él, es
decir de nuestra casa; y dice el P. Orbegozo que todos estaban entusiasmados, y
deseosos de empezar desde luego la obra del Colegio, que el Presidente prometía dar un
decreto para que el Gobierno por 5 años pagase 100 pesos mensuales y él de su bolsillo
prometía pagar 30 pesos mensuales por los dichos 5 años para el mismo objeto. El P.
Orbegozo (dijo) que la Compañía agradecía mucho tan buenos deseos y que los
Superiores harían lo posible para complacerles, pero que por sí mismo nada podía

23
Vid. AHPCast. (Alcalá) E 3 Caja 70. Carta del P. Francisco X. García López al P. Pablo de Blas), Guatemala 3 Febrero
1858.
18

prometer sino representar todo a los Superiores. El R. P. Hernáez habló a los Consultores
y quedamos en que no era punto de poder decidirse antes de que se hiciesen algunas
oportunas preguntas y explicaciones sobre el local y fondos y si como propiedad de la
Compañía o sólo encomendado a su dirección etc. para poder informar a NP como querrá
Su Paternidad ser informado, para evitar cartas inútiles etc. entretanto se da tiempo al
tiempo y VR puede comprometernos a nada. Vemos sin embargo lo que ya veía VR, que
bueno sería tener algún pié firme en Quetzaltenango por si cae tal vez con el Sr.
Arzobispo este seminario…

Doc. 11. Extinción de la Compañía de Jesús en Guatemala.24

Decreto N° 59.

Considerando: que habiendo sido expulsados de la República, por razones de alta


política, los Padres de la Compañía de Jesús en el año próximo anterior, corresponde
declarar la extinción de dicha comunidad religiosa y disponer en beneficio público los
bienes que usufructuaba, como se ha practicado, con arreglo a los buenos principios, por
los gobiernos de todas las naciones que han extinguido comunidades;
Por tanto, teniendo presentes las necesidades del erario, y los gastos causados en la
conducción y pasaje de dichos Padres: En uso de las facultades de que estoy investido,
he tenido a bien decretar y
DECRETO

Art. 1°. Se declara extinguida en la República la comunidad Religiosa de los Padres de


la Compañía de Jesús, no permitiéndose su ingreso a ella ni organizados ni en sociedad
ni de otra manera alguna.
Art. 2°. Se declaran nacionales los bienes que usufructuaban y que dejaron en la
República, entre los cuales se comprende la hacienda de las Nubes, por no existir
tampoco el convento de la Merced a que pertenecía anteriormente.
Art. 3°. Dichos bienes serán enajenados en pública subasta: los situados en este
departamento, por el Administrador general de rentas. Y los ubicados en los otros, por los
respectivos Jefes Políticos como subdelegados de Hacienda, quienes los sacarán en

24
Vid. Hubert J. Miller La Iglesia y el Estado en tiempo de Justo Rufino Barrios, Univ. S. Carlos de Guatemala, Editorial
Universitaria, Guatemala, 1976. IBID. “La expulsión de los jesuitas de Guatemala en 1871" Estudios, Guatemala, 5, 1972 p.
37-56.
19

subasta pública por treinta días y previo avalúo, y los venderán en el mejor postor,
cuidando de que su producido entre en Tesorería.
Art. 4°. El apoderado y depositario que constituyeron los expresados Padres en esta
Ciudad al salir de ella, se pondrán de acuerdo con los funcionarios designados para la
entrega por inventario, de los bienes y productos que estarán a su cargo.

Dado en Guatemala, a veinticuatro de Mayo de mil ochocientos setenta y dos


Justo Rufino Barrios. Franco Alburez. Ministro del Interior.

Doc.12. Protesta de los jesuitas expulsados de El Salvador.25

AL PÚBLICO

Apenas vueltos del asombro que nos ha causado el modo con que a media noche y
como a criminales se nos ha sacado de la capital de la República, si bien al ver las playas
de El Salvador que vamos a dejar tal vez para siempre, se nos enternece el corazón al
recordar que en ellas viven tantas personas que nos han honrado con su estimación y han
correspondido de una manera consoladora a nuestros pequeños servicios sacerdotales.
Ah!.. No podemos menos de protestar contra la violación de nuestros derechos, cometida
por un pequeño número, que por cierto está muy lejos de ser la representación de las
poblaciones de El Salvador.

Protestamos, pues que callamos entonces contra las calumnias, los gritos e insultos
contra nosotros que el Gobierno permitió y aprobó en el Palacio, en el parque y en las
calles de El Salvador.

Protestamos contra el Artículo 12 del Tratado Arbizú-Samayoa, que no puede tener peor
calificativo que el nombre que lleva; porque en él y con él se violan nuestros derechos
adquiridos en fuerza de la Constitución, apenas hecha y con él violados.

Protestamos en nombre de la verdad, contra las calumnias que se propalaron contra


nosotros con respecto a política, siendo como es notorio, nuestra completa consagración
a solos los ejercicios de nuestro ministerio, sin distinción de banderas ni colores políticos.

25
Vid ACAM. Misión Centroamericana (Loyola) III, 2.
20

Protestamos en nombre de la buena fe, contra ese juego inicuo con que se nos dice que
nos quedemos en paz, y sin ningún hecho que lo justifique, se nos saca violentamente.

Protestamos en nombre de la lealtad contra la incalificable falsedad con que se ha


estampado de parte del Sr. Presidente en la nota con que se nos manda sacar
inmediatamente. En ella se dice que por no haber salido nosotros por buenas, ahora se
nos saca así. ¿Cómo olvida tan alto funcionario que él mismo fue a decirnos en persona
al Palacio episcopal, de parte del General González que no nos fuéramos a pesar del
Tratado? ¿O ignora que habiendo vuelto a preguntar nosotros si debíamos salir, el mismo
Presidente envió al Sr. Gobernador D. José Larreinaga para que nos dijera que estaba
cierto de que en nada de política nos habíamos mezclado; ni tampoco, como decía
saberlo, los Padres de la Compañía que están en Nicaragua y por lo mismo no pensaba
sacarnos más?. Todo el mundo lo entiende hoy y lo entendieron muchos desde entonces,
se aplazó la medida entonces porque se tuvo miedo, y si fuéramos como nos quieren
pintar, ¿nos querrían los pueblos y las gentes ilustradas? ¿Se resentirían por nuestro
extrañamiento?

¡Oh sarcasmo increíble! En nombre de la libertad se nos priva de las nuestras… En


nombre de la democracia se nos saca, y es necesario sacarnos a media noche… Si no de
día, porque se temía… ¿Y qué? la expresión de la voluntad del pueblo. Pobre pueblo
privado de los sacerdotes y en manos de los embaucadores que se los quieren vender
por ovejas. Por eso protestamos en nombre de ese pueblo a quien queremos y que nos
ha querido y al cual se ha pretendido engañar con mentiras atroces, sin haberlo logrado.
No llevamos resentimiento contra los que tanto nos han hecho y nos hacen sufrir; pero sí
protestamos contra su inicuo y aleve modo de proceder.

A bordo del Vapor Salvador. Junio 6 de 1872. P. José Telésforo Paúl y R. Pozo SJ

Doc. 13. El Colegio de Matagalpa (Nicaragua)26.

En la ciudad de Matagalpa el 11 Julio de 1873. La Corporación Municipal, el Sr. Cura, la


Dirección de Estudios, los Sres. Alcaldes indígenas del Común y vecindario, presididos
por el Sr. Prefecto del Departamento, en sesión extraordinaria acordaron.

26
Vid. ARSI. Centro América 1001 XIV, 13a.
21

1. Se suplica al Rev. P. Superior de la Compañía de Jesús en Nicaragua, se digne tomar


en consideración que no tenemos en estos pueblos, un Preceptor competente para
inculcar a la juventud la Religión verdadera, y cuanto constituye la Enseñanza Primaria,
o sea un cristiano cumpliendo con el fin de su creación. Que la expresada Compañía
tiene las dotes para el buen éxito de la empresa. Que este vecindario, para el caso
tiene grandes simpatías con los Reverendos Padres que actualmente residen en esta;
y que bien meditados los puntos expuestos y los que tengan enlace con ellos, se sirva
otorgarnos que permanezcan en esta ciudad dos Padres de los RR. que aquí existen, a
elección del R. P. Superior, con el fin de instruir a la juventud en la Enseñanza
Primaria, ya sea rentándolas o alimentándoles por el tiempo que tengan a bien
permanecer en Nicaragua.

2. Se suplica al Sr. Dr. D. Roberto Sacasa se digne hacernos el honor de presentar al


R.P. Superior de la Compañía la presente Acta interponiendo de su parte cuanto sea
posible a favor de nuestra solicitud.

3. Comuníquese por la respectiva Secretaría que firma el Presidente, individuos


Municipales, el Sr. Cura, la Dirección de Estudios, Alcaldes indígenas del Común, y
vecindario por ante el Secretario que da fe. (Siguen firmas)

Doc. 14. Misiones jesuitas en Matagalpa27.

En la ciudad de Matagalpa a los dos 2 de Agosto de 1873. Reunida la Corporación


Municipal de acuerdo con el Sr. Vicario foráneo y Cura de esta ciudad, bajo la presidencia
del Sr. Alcalde 1° por enfermedad del Sr. Prefecto en sesión extraordinaria se acordó:

Art. 1. Al R. P. Superior de la Compañía de Jesús, Sr. D. Francisco J. de San Román se


le rinden las más finas gracias por la deferencia que tuvo otorgando por algún tiempo los
grandes beneficios que produce la misión que se ha tenido en esta ciudad y en virtud de
no haber ocasión en que no necesite un cristiano de tan copiosos bienes, de quedar la
mayor parte del vecindario sin lograr el fruto que ella produce y de no ser suficiente el
corto tiempo que ha permanecedlo en esta, se le suplica al R. P. Superior
encarecidamente, se digne concedernos que, después de haber descansado en esta

27
Vid. ARSI. Centro América 1001 XIV, 13b. Carta de la Corporación municipal de Matagalpa al P, Francisco de San
Román.
22

ciudad dos de los RR. PP. que de aquí se despiden, regresen a permanecer en esta con
el fin de continuar en misión permanente.
Art. 2. En testimonio de gratitud a los servicios prestados por los RR. PP. de la
Compañía de Jesús residentes en esta ciudad actualmente, se les consagra el
reconocimiento más cordial, la pena de verlos separarse de nosotros, y los deseos más
ardientes por su felicidad.
Art. 3. Se comisiona al Sr. D. Nazario Vega para que ponga en manos de los RR. PP.
residentes en esta, copia autorizada de la presente acta, haciéndoles de nuestra parte las
significaciones de aprecio que merece la benevolencia de que se han mostrado para con
nosotros. Igualmente dirija al R. P. de San Román copia autorizada de la presente acta
manifestando la más cumplida gratitud que le es debida de este vecindario.
Art. 4. Se comisiona a los Alcaldes 1° y 2° para que alisten y pongan a disposición de
los RR. PP. cuanto sea necesario para conducirlos a León, debiendo entenderse con ellos
para que sus deseos sean completamente satisfechos. Igualmente se comisiona al
Regidor D. Manuel Molina para que marche en compañía de los RR. PP. hasta dejarlos a
la ciudad de León.
Art. 5. Nuestro secretario comunicará a quienes corresponde.
Se levantó la sesión que firma el Presidente, Municipales, y el Señor Cura por ante el
Secretario que da fe.

Doc. 15. Los jesuitas son llamados a Costa Rica28.

Palacio Episcopal, San José. Junio 28 de 1856.


Al R. P. Superior de la Compañía de Jesús de Guatemala,

Señor de todo mi respeto: Tal vez habrán llegado a noticia de V. R. los esfuerzos que
hice cuando arribaron a Punta Arenas los PP. de la Compañía expulsos del Ecuador,
para que fuesen admitidos en esta República cuyo Obispado gravita sobre mi debilidad:
entonces encontré una resistencia para lograr mis intentos, como podrá manifestarlo el P.
Eladio (Orbegozo) y sus compañeros, y desde entonces, ya por mis persuasiones y por
medio de otras personas he procurado inculcar en mi grey sentimientos favorables a la
Compañía, haciendo ver principalmente la utilidad que resultará a la Religión y a la
República con su venida tanto más cuanto que de otra suerte debíamos temer gravísimos
males, siendo el peor entre ellos, el ver desaparecer el catolicismo por falta de Ministros
28
Vid. Víctor Sanabria. Anselmo Llorente y la Fuente, Primer Obispo de Costa Rica. (Apuntamientos históricos), Ed. Costa
Rica, San José, 1972, pp. 175 y ss. La primera vacante de la Diócesis de San José, Ed. Costa Rica, San José, 1973, p. 75.
23

instruidos y celosos que combatiesen las perversas doctrinas que con tanta rapidez se
nos introducen.

Hoy mismo me ha manifestado el Ministro de Relaciones que el Supremo Gobierno está


deferente en que vengan dos o tres PP. de la Compañía, y yo no dudo que llegando
estos precursores, muy breve se podría fundar una casa que fuese el foco de la luz que
tanto necesitamos. Aunque el Supremo Gobierno nada me ofrece para esta empresa,
conozco la piedad de los fieles, y me prometo que por medio de ellos D. N. S. proveerá de
cuanto fuese necesario.

La gloria de Dios es el distintivo de la Compañía de Jesús, y siendo esto cierto ¿cuál


sería la que resultara de la venida de algunos de sus individuos? Aún hay más: en este
Obispado no existe una sola comunidad religiosa, hay falta de sacerdotes y la educación
está tan olvidada en materias religiosas, que siguiendo de esta manera no habrá a quien
imponer las manos. Los Recoletos que antes tuvieron pueblos en que ejercer las Misiones
los abandonaron: en una palabra “messis quidem multa, operarii autem pauci”.

No desconfío que el celo y la caridad que le animan a V. R. harán vencer los obstáculos
que el enemigo común quiera poner, y que accederá a los vehementes deseos de la
mayor parte de esta República, y a los de su att.° servidor y Capellán.
Anselmo, Obispo de Costa Rica.

Doc. 16. Los jesuitas asumen el Colegio de S. Luis Gonzaga (Cartago, Costa Rica)29.

Entre tanto el Gral. Guardia llamó al P. España para decirle que era necesario para
asegurar la existencia de la Compañía en el país el que se hicieran cargo del Colegio de
Cartago de donde los solicitaban. Se respondió a S.E. que eso era imposible pues los que
habían llegado y otros dos que se esperaban no eran suficientes para un Colegio y
además que debían esperar instrucciones del P. Superior que se hallaba en Ecuador. A
estas razones dijo el Sr. Presidente: Hagan Uds. lo que les parezca, pero si pierden esta
ocasión, yo salvo mi responsabilidad y Uds. no podrán permanecer aquí mucho tiempo.
En vista de esto, nos encomendamos al Señor y aceptamos el ofrecimiento formal que la
Municipalidad de Cartago nos hizo de su Colegio de San Luis Gonzaga.

29
Vid. AHCAM. Misión Centroamericana MPA, I. 21
24

Las bases del contrato con que nos hicimos cargo del Colegio fueron:
1. Aumentar a cinco el número de cursos preparativos al Bachillerato en Ciencias,
para el que solo había señalados cuatro.
2. Hacernos cargo por de pronto solo de los tres primeros cursos.
3. Elegir nuestros textos y tener libertad para arreglar el internado conforme nos
pareciera.
4. La Municipalidad se compromete a pagar $ 80 por la dirección del Colegio y otros
tantos por cada uno de los cursos en sus respectivas asignaturas.
5. Fijar el 2 de febrero (de 1876) para la apertura de las clases.

Arregladas las bases se nos puso en posesión del edificio del Colegio que aunque poco
adaptado para un internado, se pudo arreglar de modo que satisficiese las necesidades
del momento, para admitir como se admitieron unos 80 internos entre los que estaba el
mismo hijo del Señor Presidente de El Salvador y varios jóvenes de las mejores familias.

Antes de la instalación del Colegio, vinieron por el mismo camino de Sarapiquí los PP.
Francisco Castañeda y Camilo de Koninck quedando arreglado el personal en esta forma.
P. Luis J. España. Rector con las clase de Latín 1, y 2, Francés y parte de Inspección. P.
Nicolás Cáceres, Prefecto de Estudios, clases e Inspección. P. Francisco Castañeda,
Prefecto de disciplina y clases.

Además del Colegio nos fue preciso satisfacer las solicitudes que todas las Provincias
nos hacían para predicar en las fiestas principales, lo que por entonces, y a pesar de las
dificultades en que nos hallábamos, creímos deber aceptar por conveniencia de que nos
fuesen conociendo. En la ciudad, desde entonces para acá, se nos han confiando casi
todos los sermones, sin prejuicio de los ministerios.

Hacia fines de julio nos vino otro refuerzo de que teníamos necesidad con los PP.
Santiago Páramo y Gervasio Lora, el primero de los cuales se hizo cargo de las clases de
matemáticas y dibujo, y el segundo además de dos clases, se hizo cargo de ministerios.
Con ellos vinieron los Hermanos Coadjutores Vicente Toledo y Antonio Gabilondo. Lo
cierto es que Dios Nuestro Señor bendijo colmadamente nuestros primeros trabajos y los
exámenes y distribución de premios de fin de curso llamaron extraordinariamente la
atención, no sólo de la ciudad, sino también de la capital y las Provincia”…
25

Doc. 17. Solicitan la venida de la Compañía a Honduras.30

Al Rev. P. Don Jorge M. Avaro S.J.


Belice Trujillo. Octubre 6 de 1869

Reverendo Padre: Convencido de los grandes beneficios espirituales que desde su


institución ha derramado la Providencia Divina sobre la humanidad por medio de la
Compañía de Jesús, no he cesado Señor, durante mi permanencia en este Obispado de
interesar a los Gobiernos civil y Eclesiástico por la permisión de que se establezca en el
país tan cristiana como civilizadora sociedad.

No obstante la calamidad de los tiempos y las leyes patrias que rechazaban las
Instituciones monásticas no habían permitido la consecución de tan sanos deseos. Sin
embargo, la Providencia que siempre vela por el bien de sus criaturas no solamente ha
permitido que comience a consolidarse la paz en la República, sino que concediéndole
un Magistrado supremo al par que cristiano y eminentemente progresista en lo espiritual y
material. Él ha influido en que el Congreso Nacional sancionase las negociaciones y
Concordatos celebrados son Su Santidad y dentro de poco regirá como ley del país. En
ese célebre Concordato se ha estipulado la permisión en la República de las instituciones
monásticas y aprovechando esa autorización de la ley, en mi último viaje a la Capital en el
mes de Agosto, me consagré a obtener de los Supremos Gobiernos civil y eclesiástico la
facultad de dirigirme a V. Reverencia informándole que hay permisión en el país para el
establecimiento de la Compañía de Jesús, y gran necesidad espiritual en este Puerto,
costas e Islas adyacentes de predicación evangélica para la catequización de selváticos y
moralización de estos habitantes.

Cumpliendo pues con aquel encargo es que me dirijo a V. Paternidad como principal de
la Compañía en Belice, para que se digne en contestación indicar las bases y puntos
necesarios para establecer en el país la Compañía de Jesús y dar cuenta con esa
contestación a los Gobiernos respectivos.
Dios guarde a V. P. Pedro Ramírez, Cura Beneficiario de Trujillo, Honduras.

30
Vid. ARSI. Centro América 1001 XII, 14.
26

Doc. 18. El trabajo apostólico se extiende a la región en 1878.31

León de Nicaragua y Mayo 19 de 1878.


Mi muy R. en C. P. Beck:

(…) En toda esta Misión se trabaja mucho predicando, confesando y ejerciendo otros
ministerios de nuestra Compañía y por la misericordia del Señor, creo que en todas las
casas se hace mucho fruto. Esto no impide que cierta gente (non sancta, que aumenta de
día a la sombra de la libertad) nos haga toda la guerra que puede. Si Dios N. S., no
desbarata los planes que maquinan contra nosotros, pronto tendremos que ir a visitar
nuevas regiones. Pero el pueblo en general nos ama y aprecia y hay muchos buenos
tanto clérigos como seglares que nos favorecen y socorren con sus limosnas; pero en
estos tiempos de tanta civilización y progreso, se hace poco caso de hombres honrados.

Aquí en casi todas las Residencias de esta Misión y en el Colegio de Cartago se


celebraron con toda solemnidad las honras fúnebres de nuestro amadísimo Pío IX. En
Panamá han empezado los PP. su especie de Seminario. Me dice el P. Moreno que
aquello va muy bien, pero que son muy pocos. Lo mismo me escriben de Cartago donde
se está haciendo mucho bien educando aquellos niños. Están deseando que se les
envíen más sujetos, pero actualmente el gobierno no permite entrar allí más jesuitas (…)
En Matagalpa, el P. Alejandro Cáceres tiene muy adelantada la obra de la Iglesia, que
está haciendo con tanta economía, por venir cada semana a trabajar gratis multitud de
indios. Dicen que después de la catedral de León es la mejor de toda esta República. Los
PP. de Granada han tenido que sufrir bastante de parte de los ilustradores modernos. En
León estamos viviendo de algunas limosnas”

Doc. 19.  Expulsión de la Compañía de Nicaragua.32

Honorables Senadores y Diputados.


Los graves acontecimientos del país, durante el año que acaba de pasar me imponen el
deber de presentarme para daros cuenta de ellos y de la conducta del Gobierno.

31
Vid. ARSI. Centro América 1001 XV, 15. Carta del P. Superior de la Misión José Hernández al P. General, 1878.
32
Vid. “Mensaje dirigido por el Presidente de la República General Don Joaquín Zavala al Soberano Congreso”. Gaceta
Oficial de Nicaragua, Año XX, N° 4 Enero 28 1882, p. 25 y ss.
27

El 30 del mes de marzo, el orden público aparece alterado en el departamento de


Matagalpa, por la insurrección de los indígenas que en ese mismo día atacaron a mano
armada la ciudad cabecera. Semejante atentado se ha pretendido justificar después,
asegurándose que las autoridades principales de aquel departamento inferían a los
indígenas repetidos vejámenes; pero en contra de esa aserción había la añeja costumbre
de esa casta de recurrir al Gobierno a presentarle sus quejas, aunque ellas fueran de un
carácter absolutamente insignificante. Era, por tanto, necesario conocer a fondo los
verdaderos móviles de la insurrección. Con tan importante objeto, fue comisionado el Sr.
Ministro de la Guerra, Coronel don Joaquín Elizondo.

Según los informes de este alto empleado, varios hombres notables de Matagalpa, mal
avenidos con la primera autoridad del departamento, trabajaban por desprestigiarla en la
esperanza de que se obrase un cambio más favorable a sus intereses. Con este fin
hacían caer sobre ella la responsabilidad de las quejas de los indígenas, por ciertas
cargas municipales a que habían sido obligados, explotando muy especialmente sus
arraigados sentimientos religiosos.

Los PP. de la Compañía de Jesús, avecindados en aquel departamento desde hacía


algunos años, gozaban de absoluta influencia sobre los indígenas, y pareciendo el Sr.
Prefecto poco adicto a dichos PP. se explotó esta circunstancia para aumentar la
animadversión de los indios hacia él, hasta el punto de excitarles a la rebelión, con el
pretexto de que se trataba de expulsar a los mencionados Jesuitas.

Sabía el Gobierno que estos Clérigos dirigían en Matagalpa un establecimiento de


enseñanza. Pero fue hasta después de la llegada del señor Ministro de la Guerra a aquel
lugar, que se supo de un modo cierto que los Jesuitas estaban de tal manera arraigados
allí que, con el carácter de una corporación reconocida, poseían un edificio que habían
convertido en Monasterio; y que, haciendo vida enteramente conventual, tenían un
noviciado de más de cuarenta jóvenes nicaragüenses, en su mayor parte de familias
distinguidas y de los cuales varios habían profesado ya.

Con presencia de tales informes con respecto de los PP. Jesuitas, el Gobierno se vio
constituido en dos obligaciones indeclinables; impedir que la ley que extingue las
corporaciones religiosas y el Concordato que las establece sólo bajo ciertas condiciones,
siguiesen violándose; y remover un elemento que juzgaba inconveniente a la tranquilidad
28

de Matagalpa. En consecuencia, dispuso la disolución del noviciado y decretó la


concentración de los PP. Jesuitas en el departamento de Granada.

A la noticia de la concentración de los PP. Jesuitas de Matagalpa a Granada, León se


conmueve, se levanta una asonada, se ataca a la fuerza pública, se pretende incendiar el
edificio del Colegio, blanco ya de los odios populares, y hasta se amenaza la vida de
muchos importantes ciudadanos…Tan deplorables acontecimientos, seguidos de otros de
igual naturaleza en la ciudad de Masaya, plantearon inmediata y seriamente la cuestión
relativa a la expulsión de los PP. de la Compañía de Jesús…

Doc. 20. Intentos pacificadores de los jesuitas en Matagalpa.33

Jesús María y José.

Sres. Capitanes de la expedición en las cañadas, que no nombro a ninguno porque no


sé quiénes son.

Con gran pena de nuestro corazón estamos viendo las desgracias tan grandes que se
han ofrecido. Y ¿qué necesidad hay de eso cuando todo se puede arreglar fácilmente de
otro modo con orden? Yo quiero hablar con los principales de Uds. para ver qué se
necesita y luego voy a hablar con el Sr. Prefecto, y verán cómo se arreglan las cosas
fácilmente. Quiero que vengan cuatro o seis de los principales que Uds. elijan, el lugar
que les parezca, para que hablemos con todo cariño aquí en el pueblo o en Los Congos o
en Apacorral, pues el Sr. Prefecto da su palabra de honor con toda seguridad que
mientras Uds. vengan a hablar sobre eso, nadie les puede hacer nada y yo también doy
mi palabra segura como sacerdote, y luego se volverán Uds. mientras se ve qué arreglo
se hace.

Espero su contestación y verán que esto es fácil, y no que ahí se estén cometiendo
tantas desgracias y tantos pecados, que Dios va a castigar terriblemente; y ver las
desgracias de las familias y la ruina de sus bienes y que no podrán hacer sus rozas y
siembras y que se han interrumpido las funciones de la Semana Santa y tan mal ejemplo
a los hijos y tantas otras cosas.

33
Vid.. ARSI. Centro América 1001, XVI, 4. Carta el P. Alejandro Cáceres a capitanes indígenas Matagalpa
29

Les advierto que aquí ya saben que están en eso el Sr. Toribio Mendoza, el Sr. Lorenzo
Pérez, el Sr., Vicente García, y otros que tienen ya apuntados las autoridades por todo lo
que han sabido, pero yo no quiero nombrar a ningunos al principio de esta carta, para que
Uds. elijan los que han de venir a hablar y yo iré con el R. P. Superior.

Que Dios los ilumine y dirija. Matagalpa 1 de Abril 1881.

P. Alejandro Cáceres S.J.

Doc. 21. Expulsión de los jesuitas de Costa Rica.34

“Próspero Fernández, General de División y Presidente de la República de Costa Rica,

Considerando:

1. Que tanto de las informaciones debidamente seguidas, como de los hechos notorios, y
de las demostraciones públicas practicadas a instigación del Diocesano Eclesiástico en
connivencia con los Padres de la Compañía de Jesús, se pone en evidencia la mira de
trastornar el orden público con el fin de apoderarse de la dirección de los negocios que
solo incumben al Poder público constitucionalmente establecido;

2. Que están de manifiesto las tendencias del expresado Diocesano Eclesiástico a


sobreponerse al Estado en sus más altas funciones;
3. Que el primero y principal deber del Gobierno es el de alejar ambiciones bastardas y
tramas astutas para trastornar el orden y seducir a las personas sencillas para que
sirvan a sus reprobados propósitos; en uso de las facultades de que está investido,

Decreta:
Art. 1- Extráñase del territorio de la República al Diocesano Don Bernardo A. Thiel.
Art. 2- Extráñase igualmente del territorio de la República a la Compañía de Jesús
establecida en la ciudad de Cartago.
Art. 3- El Ministro de Policía queda encargado de la ejecución de este decreto.

34
Vid.. Ricardo Blanco Segura. 1884 El Estado, la Iglesia y las Reformas Liberales; Editorial Costa Rica; San José, 1984; p.
160-16.
30

Dado en el Palacio Presidencial, San José, a diez y ocho de julio de mil ochocientos
ochenta y cuatro. - P. Fernández -. El Secretario de Estado en el Despacho de Policía. -
Bernardo Soto-.”

Doc. 22. El trabajo urbano en Panamá35.

Panamá 22 de Septiembre 1871.

M.R.P. Francisco José de San Román. Nicaragua.


Respetado Sr. y hermano: Me es sumamente grato dirigirme a V.P. por medio de esta
para tener el honor de saludarlo muy atentamente poniéndome a la disposición de V.P.
tanto como Pastor de esta grey como particular y poniendo a sus órdenes mis servicios de
uno y otro género.

Ayer recibí la infausta noticia de la expulsión de la Compañía de la República de


Guatemala, y también la de la llegada y desembarque de todos los PP. en el puerto de
Corinto, en la República de Nicaragua. Siento inmensamente el primer acontecimiento,
pero considero que Dios que ordena tales cosas, sabrá también remediarlas a su tiempo,
y mientras tanto, tengo mucho gusto en ofrecerle con toda la comunidad, los pequeños
servicios en que pueda V.P. considerarme útil, abrigando la confianza de que el día que
tengan a bien partir para el Istmo, serán por nuestra parte acogidos con toda la
benevolencia y hospitalidad de que seamos capaces, quedando entre tanto rogando al
Señor para que remedie las circunstancias aflictivas, en que se encuentran.
Ignacio Antonio Parra. Obispo de Panamá.

35
Vid. ACAM, Misión Centroamericana (Bogotá), XII, 1.

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