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CONCEPTO

El pagaré aparece como una forma impropia del contrato de cambio que se contenía en el
cambial y como medio de eludir la prohibición de estipular intereses, que la iglesia
repudiaba.

Como originariamente el título de cambio era expresión del contrato de cambio trayecticio
y el derecho canónico prohibía el pacto de intereses, se ideó la emisión de un título análogo
al cambiario en el cual la obligación de pagar los intereses se ocultará bajo la apariencia de
una deuda comercial o un préstamo, sin que, de otro lado, tuviese que emitirse el titulo para
pagar en una plaza diferente a la orden de una tercera persona.

La ordenanza francesa de 1673 disciplinó el titulo de cambio por primera vez en forma
relativamente completa, no tratando del billete a la orden o pagaré.

Las ordenanzas de Bilbao, en sus artículos 1 al 6 del capitulo XIV, se ocupan e los vales a
la orden y de las causas mas comunes de su creación (contrato de préstamo; precio de
mercancías; saldos de cuentas corrientes), así como de los requisitos que debían de contener
dichos instrumentos.

El código de comercio español de 1829, siguiendo a las ordenanzas de Bilbao, regulaba los
vale y pagarés a la orden, a los que identificaba, porque el vale implicaba siempre la
obligación de pagar una suma por quien lo suscribía, es decir una promesa de pago
(pagaré).

El código de comercio del Perú de 1902, trataba del vale y pagaré a la orden en sección
distinta a la dedicada al título de cambio, pero de sus disposiciones no resultaba claro si
podía identificarse el vale con el pagaré. El epígrafe del titulo I de la sección undécima
mencionaba distintamente el vale y el pagare, pero el articulo 520 en su parte inicial aludía
a los vales o pagarés. El articulo 521 mencionaba indistintamente a los vales o pagarés,
pero el articulo 522 trataba solo de los pagarés.

Por su parte la ley N.ª 16587, en unos casos trata al vale y al pagaré como si fueran
institutos distintos; pero en otros los trata como si fueran lo mismo.
Lo es que desde las ordenanzas de Bilbao se reputan idénticos el pagaré y el vale a la orden,
pues el contenido de estos instrumentos es el mismo; la obligación de pagar una suma por
quien lo suscribe. Sin embargo, las normas que los regulan admiten diferencias.

En cuanto vale, la actual ley de títulos valores lo ha suprimido, considerando su poca


utilización, no constituyendo en consecuencia titulo valor.

Finalmente, en lo que se refiere al girador del pagaré, a quien también se le denomina el


emitente, ocupa la misma posición jurídica que la del aceptante de la letra, es decir, es el
obligado principal al pago. De no cumplir con efectuarlo, procede contra él la acción
cambiaria directa, así como contra su avalista, si lo tuviese. Como en esta clase de
documentos no hay girado, no cabe aceptación. La promesa de pago radica en quien origino
el titulo valor.

Por eso decimos que es un instrumento negociable, en la medida de quien lo suscribe se


reconoce deudor de otra persona por cierta suma de dinero, no es otra cosa que un título de
contenido crediticio, acto unilateral a producir efectos jurídicos, en otras palabras se puede
decir que el pagaré constituye una promesa de pago escrita, literal, por cantidad
determinada o determinable de dinero, para hacerla valer a cierto tiempo o plazo a favor o a
la orden de quien tenga la calidad de tenedor legítimo.

La naturaleza jurídica del pagaré lo sitúa como un título de crédito coincidiendo, en ese
sentido, con la letra de cambio y diferenciándolo del cheque que, por su naturaleza, es un
mandato de pago inmediato, debiendo tenerse presente el caso del cheque que diferido que
es regulado por primera vez en la actual ley de títulos valores y que permite postergar su
pago.

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