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HUMANIDAD
Así, vemos el nacimiento de Jesús con sus dos naturalezas: humana por
ser Hijo de Mujer y divina por ser Hijo de Dios, en aquel pequeño y humilde
establo de Belén, donde José (descendiente de David), el castísimo esposo de
María la llevó y dio a luz al salvador del mundo, aquella noche gloriosa y
resplandeciente, donde los coros angélicos del Padre Dios entonaron cantos de
gloria y alabanza al Divino Niño, de pronto aparecieron otros ángeles alabando
a Dios, Lucas: 2, 13 -14 “Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y en la tierra,
gracia y paz a los hombres”.
Jesús al ver la ciudad de Jerusalén, lloró por ella porque sabía el futuro
que le aguardaba: Lucas: 19,42 – 44 “Ojalá en este día tu también entendieras
el camino de la paz… Vendrán días para ti, en que tus enemigos te cercarán de
trincheras, te atacarán, te estrecharán por todos lados. Te aplastarán contra el
suelo a ti y a tus hijos, que viven dentro de tus muros, y no dejarán… piedra
sobre piedra, porque no has reconocido el tiempo en que Dios te venía a
visitar”. Cuando Jesús entra al Templo indignado expulsó a los vendedores, tiró
al suelo las mesas de los cambistas de dinero y a los vendedores de palomas,
advirtiéndoles a su vez lo que dice la Escritura: Isaías: 56,7 “mi casa será
llamada Casa de Oración para todo el mundo”. Pero, ustedes la han convertido
en refugio de ladrones. Dentro del Templo Jesús sanó a unos ciegos y unos
cojos que se encontraban allí, también los niños clamaban: Mateo: 21,15 “¡viva
el Hijo de David!
Por otra parte, el primer día de la Fiesta de la Pascua o día de los panes
ázimos, Jesús va al atardecer con sus Doce discípulos y suben al piso superior
de la casa donde todo se había preparado para hacer la cena y cuando todos
estaban sentados en la mesa, les dijo: Marcos: 14,18 “Les aseguro que uno de
ustedes me va a entregar, uno que comparte mi pan”. Al oir esto, ellos se
entristecieron y le preguntaron “soy yo”, Jesús respondió: Marcos: 14,21 “es
uno de los Doce, y que mete la mano en el plato, pero ¡pobre de aquel que
entrega al Hijo del Hombre! Sería mejor para él no haber nacido”.
Ese mismo día, en la tarde, los Once estaban a puertas cerradas por
miedo a los judíos, Jesús se les presentó diciendo: “La paz sea con ustedes”,
les mostró las manos y el costado, ellos se llenaron de gozo al ver al Señor,
Jesús les volvió a decir: Juan: 21, 22 -23 “La paz esté con ustedes. Así como el
Padre me envió a mí así yo los envío a ustedes”. Dicho esto sopló sobre ellos:
“Reciban el Espíritu Santo, a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y
a quienes no liberen de sus pecados queden atados”.
Observando el panorama general de todo lo expuesto, puedo concluir,
diciendo que Dios Padre en su inmenso amor y misericordia cumplió la
promesa hecha, desde antiguo, a su pueblo santo de Israel y en él a toda la
humanidad; dándonos a su Unigénito quien en su obediencia al Padre aceptó
el Plan de la Salvación, sometiéndose a una cruel y dolorosa Pasión, Muerte y
una triunfante Resurrección. Jesús en la Cruz vence la muerte, con su
preciosísima sangre derramada, limpia a la humanidad del pecado, destruye
las tinieblas y nos regala la vida eterna.