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LAS DIFERENCIAS RACIALES

Mjölnir
Si bien algunos conceptos puedan haber quedado algo desfasados (los avances de la moderna
genética van ahora más allá, demostrando como algunos factores de la personalidad, por ejemplo el
honor, la valentía, etc,  son claramente heredados por nuestra herencia racial y no son proclives  a
ser afectados por el ambiente ni otros condicionantes sociológicos) seguiremos ampliando este
primer artículo próximamente.
Como sea que, a pesar de todo lo que llevamos dicho, todavía habrá quien se obstine en sostener -y
de hecho sigue sosteniéndose con fanático entusiasmo por los fieles de la democracia- que la
desigualdad existente entre las distintas razas humanas es algo puramente accidental y superficial,
debido a factores de índole económica, climática, cultural, etc. ; vamos a mencionar datos
científicos que arrojan luz sobre el tema y que quizá para algunos sean un argumento mucho más
claro que todo lo anteriormente expuesto, que muchos no dejarán de calificar de meras divagaciones
o especulaciones sin fundamento.
Los datos que presento en este capitulo se refieren de un modo especial, a título de ejemplo, a la
desigualdad existente entre las razas blanca y negra; y esto por dos razones fundamentales: en
primer lugar, porque esta parece ser la faceta que, en la actualidad, se presenta con mayor
insistencia y con mayor énfasis en el planteamiento general del problema racial y, en segundo lugar,
porque este es el terreno en el que se han centrado de un modo especial las investigaciones en tomo
a las diferencias raciales1.
Como se verá, los datos que nos proporciona la ciencia -aunque, vuelvo a repetir que, para el
racismo integral, no es este precisamente el aspecto más importante de su argumentación- están
muy lejos de confirmar la teoría del igualitarismo antirracista. Si bien es cierto, como observa
Putnam, que quizás no todos los datos que vamos a exponer pueden considerarse como una prueba
definitiva, no es menos cierto que en su conjunto presentan una clarísima evidencia de que lo
expuesto en las líneas precedentes es algo más que una simple especulación etnosociológica. Todos
ellos muestran que existen profundas diferencias, más o menos fácilmente constatables, en lo que se
refiere a las actitudes de las distintas razas para crear y conservar todo aquello que comprendemos
bajo la palabra Cultura, es decir, de todo aquello que eleva la vida del hombre a una esfera superior
de la existencia.

1
Vuelvo a repetir que el hecho de que una raza sea superior a otra no es algo esencial para el racismo; no es una justificaci6n o una condición dir!
amos "sine qua non" , como pretenden los sectores antiracistas, de su misma existencia. Basta con seifalar el hecho de su diferenciación; esto es, el
hecho de que las razas humanas son radicalmente distintas, independientemente de que, después, una están o no mejor dotadas que otras. Por otra
parte, la dotación puramente intelectual, en la que parece centrarse la atención de nuestros contemporáneos, como 1ógica consecuencia de la
mentalidad ideológica del mundo en que vivimos, es algo puramente secundario, que pierde gran parte de su valor ante otros rasgos y consideraciones
de tipo superior. No obstante, si insistimos en este punto, mostrando la superior dotación de una razas con respecto a otras, es sencillamente porque
ésto es una realidad; realidad que reviste una enorme importancia.
La "Enciclopedia Británica", con anterioridad a su posterior purga ideológica, y como consecuencia
de los acontecimientos históricos y del consiguiente avance de los dogmas democráticos y
antirracistas, proporciona los siguientes datos harto significativos sobre la raza negra:
"3.- Peso del cerebro según la capacidad craneana: 35 onzas (gorilas: 20; europeo medio: 45).
Bóveda craneana muy gruesa que permite al negro dar golpes de cabeza y sufrir choques que
romperían infaliblemente el cráneo de un europeo ordinario.
14.- Los huesos del cráneo se sueldan más rápidamente que en las otras razas. Es a esta osificación
precoz, que impide todo desarrollo ulterior, a lo que muchos patologistas imputan la inferioridad
espiritual de los negros Esta inferioridad es aún más característica que las diferencias físicas.Casi
todos los observadores reconocen que el niño negro es en general tan inteligente como los niños de
las otras razas. Pero, en la pubertad, todo desarrollo parece detenerse "2.
El anatomista norteamericano Franklin P. Mall ponía  de manifiesto en un artículo aparecido en el "
American Joumal of Anatomy" (1909, vol. 9, 1-32), que el peso medio del cerebro del negro era
100 gramos menor que el del hombre blanco normal, mientras el célebre antropólogo británico Sir
Arthur Keith, demostraba en su obra " A new theory of Human Evolution" que la capacidad craneal
que puede servir como índice para medir el volumen cerebral- era 100 cm3 menor entre los negros
que entre los europeos3.
De los estudios de Bean, Pearl, Gordon, Tilney, Vint, Todd y otros científicos, resulta que el peso
del cerebro negro es de un 8 a un 120/o menor que el del hombre blanco. A pesar de los
infructuosos esfuerzos de Simmons, que ha pretendido, de modo totalmente inexacto y
anticientífico, demostrar la falsedad de estas observaciones, comparando el peso de cerebros de
individuos negros masculinos con el de masas cerebrales de mujeres blancas, "la evidencia
mostraba simplemente -escribe Carleton Putnam- que, como una media racial, el cerebro negro era
más ligero que el de los blancos y que ésto, a su vez, indicaba un nivel medio o inferior 1 de
inteligencia y grado evolutivo"4.
Isherwood señala que "el tamaño medio del cerebro del bosquimano Khoisánido , actual es de 1300
cm3 y el del negro 1.400 cm3, comparado con los 1.500 cm3 del moderno caucasoide europeo"5.
Mostrando la amplia escala en que se mueve la diversidad existente entre las distintas razas, Roger
Pearson pone de relieve que "el tamaño del cerebro de las especies humanas existentes va, a través
de una continua variedad de gradaciones, de los 950 cm 3, aproximadamente, en el aborigen
australiano hasta los 1400 cm3 en el individuo masculino europeo medio", no encontrándose un tipo
intermedio de antropoide entre el hombre y los monos superiores, que presentan una capacidad
craneal de 600 cm3 exclusivamente6. Nos encontramos, pues, fijándonos exclusivamente en la
capacidad craneana, con una amplia en lo que se refiere a las dotes de las distintas razas humanas, y
en la cual se aprecia una clara jerarquización, en que la raza negra no es en modo alguno la raza
2
"Encyclopaedia Britannica", 9a ed., Tomo XVIII, pp, 316 ss (citado en .'L 'Europe Réelle", núm. 79-80). "Los antropólogos -comenta el periódico
norteamericano "The Thunderbolt"- declaran que el negro posee un cerebro que pesa 14 onzas menos que el del hombre blanco; que la parte frontal
del cerebro es, en el negro, un 30 % menor en diametro, debido al reducido ángulo de la frente, as! como el hecho de que el cráneo del negro es 1/4 de
pulgada más espeso que el del blanco, osificando las suturas del cráneo del niño negro a una edad mucho más temprana que en los blancos,
retardando el crecimiento y desarrrollo del cerebro" (núm. 122, Febr, 1970, p. 31.)
3
Citado por Colin Jordan "The Coloured Invasion".
4
"Entre las poblaciones vivientes -dice Coon- el tamaño del cerebro está generalmente, aunque no necesariamente a escala individual, relacionado
con los logros y realizaciones".
"Considerado en relaci6n a grandes grupos, ya sean pueblos o razas -afirma Piersol- se ha comprobado que el peso del cerebro corresponde al plano
general de la inteligencia y la cultura". Putnam observa, no obstante, que no hay que fijarse exclusivamente en la cantidad; pueden existir diferencias
en la calidad de las células nerviosas y en su organizaci6n. ."Aparte de la diferencia en el pem del cerebro -aifade el mencionado autor
norteamericano-, Gordon señala que el cerebro del nativo de Africa Oriental crece menos después de la pubettad que el europeo. Brillantes
muchachos nativos de 14 aifos de edad no consiguen hacer realidad lo que prometían.
Comenzando a los 10 años, la capacidad cerebral avanza menos que en el blanco, presentando una curva de crecimiento menos acentuada" ("Race and
Reality, Washington, 1967 pp. 43 V 52 s).
5
H. B. Isherwood: "Racial Contours", p; 85.
6
R. Pearson: "Eugenics and Race", London, 1966, p, 10 (supongo que la cifra de 1.400 cm3 que indica Pearson se debe a un error; queriendo indicar
1.500 cm3, como hace Isherwood).
inferior, como muchos parecen creer. Jerarquización que va desde los 950 cm 3 del  australiano a los
1.500 cm3 del europeo (obsérvese que : es mayor la distancia existente entre éste y aquél -550 cm 3-
que entre los monos superiores y el australoide: 350 cm3).
El Dr. F. W. Vint comprobó, tras pacientes y cuidadosas investigaciones, que el cerebro del europeo
blanco es un 10% más pesado que el del negro. Realizando un estudio comparativo del peso del
cerebro de ambas razas, el profesor Connony comprobó que el peso medio de 13 cerebros
masculinos, pertenecientes a alemanes, era de 1307 gr., mientras que el peso medio de 13 cerebros
negros era de 1201 gr. En un estudio de 36 cerebros blancos y 36 cerebros negros, el profesor
Hrdlicka constataba que el peso medio de aquellos era de 1298 gr. mientras que estos últimos
arrojaban un peso medio de 1198 gr.
" A pesar de que era un declarado enemigo de la 'teoría racista' -escribe A.P. Elkin- F. H. Hawkins
haría constar en su "lntroduction to tlle Study of society" (1928, pp 136-145, especialmente 136 a
137), que el cerebro del negro era un 10 % menor que el del blanco y de diferente estructura en
ciertos aspectos, constituyendo esto un fuerte indicio de la probabilidad de la existencia de
diferencias en la dotación anímica". Las investigaciones de Connolly han puesto de relieve que el
cerebro blanco posee un mayor número de surcos que el negro.
J. C. Carothers, en un estudio patrocinado por la Organización Mundial de la Salud, establece que el
cerebro del negro está menos desarrollado que el del europeo y que el EEG de los africanos
corresponde más al de los niños que al de los adultos europeos.
Teniendo en cuenta el peso medio del cerebro y las medidas de la corteza frontal, Vint llega a la
conclusión de que "el grado de desarrollo del cerebro alcanzado por el nativo africano medio,
corresponde al de un europeo de siete a ocho años de edad"7.
  Según el anatomista Robert Bennett Bean (" American Joumal of Anatomy", 1906, vol. 5,
pp.353~432), los centros de asociación y la totalidad de los lóbulos frontales -los cuales, en opinión
de la mayoría de los científicos constituyen el centro de inteligencia superior son  menores por
término medio en el negro que en el blanco8. El citado científico añade que la evidencia anatómica
sugiere que "el negro tiene las facultades mentales inferiores (olfato, vista, habilidad manual,
sentido corporal ) bien desarrollados; el caucásico (el hombre blanco) las superiores (autocontrol,
fuerza de voluntad, raciocinio y sentido ético y estético)". "Los surcos y fisuras del cerebro negro -
señalan Poyntery Kesgan- son, sin lugar a dudas menos complejos y más fáciles de interpretación
que los del caucásico". 

7
Jürgen Rieger: "Rasse; ein Probleme auch für uns!", Hamburg, 1966, pp.
8
El Or. Ward C. Halstead, profesor de Biopsicología en la Universidad de Chicago, apuntando a la importancia de estas partes cerebrales, esribe:
"Los 1óbulos frontales son la parte del cerebro más esencial para la inteligencia biológica. Son los órganos de la civilización, la base de la esperanza
del hombre para el futuro". Halstead señala asimismo que los lóbulos frontales juegan un gran papel en el juicio ven el control de las emociones.
Wilder Perfleld, especialista del cerebro y profesor de Neurología y Neurocirugía de la Mc Gill University afirma que esta es la zona que más
distingue al cerebro humano de el del chimpancé.
El Dr. C. J, Connolly, profesor de antropología física de la Catholic University realizó en 1950, en su obra "The external Morphology of the Primate
Brain", un estudio de 60 cerebros blancos y negros, mientras la variabilidad es amplia y existe un gran overlapping, los valores medios revelan
diferencias conside. rabIes. Las dimensiones se corresponden bien con lo que cabrfa esperar de un conocimiento del cráneo en ambas razas. El
cerebro negro es, en la media, relativamente más largo, estrecho y liso que el cerebro de los blancos. La región frontal, medida por la distancia
proyeccional al punto medio del surco central es, en relaci6n con la longitud total del cerebro, mayor en los blancos masculinos que en los negros,
mientras el parietal es mayor en los negros que en los blancos... Se puede decir que la estructura de los lóbulos frontales en los cerebros blancos de
nuestra serie es más regular, más uniforme que en el cerebro negro... La serie blanca presenta, quizá, más hendiduras y hay una mayor
"anastomosing" de los surcos" (C.Putnam: "Race and Reality" pp.48 ss). El Dr. Carothers muestra la semejanza existente entre la men.
talidad deun negro normal ven la de un europeo al que le hayan sido inmovilizados. mediante una operación, los lóbulos frontales.N. C. Putnam:
"Race and Reason", p. 53).
El profesor F. w. Vint, del I Medical Research Laboratory de Kenya, demostró que el espesor de las
capas supragranulares (supergranular layers) de la corteza cerebral ~a las cuales van asociadas,
según numerosas autoridades, las cualidades asociativas y receptivas- es en la raza negra menor en
un 14 % al de los europeos 9. Junto a este menor espesor de las capas supragranulares señala
Putnam- el profesor Vint constata asimismo "una notable simplicidad en el modelo convolucional
(convolutional pattem) del negro, descubriendo diferencias raciales en la citoarquitectura de la
corteza frontal: escasez de amplias neuronas piramidales y exceso de células primitivas en esta
zona". Resumiendo: la inferioridad de la raza negra que resulta de todo ello, el profesor Jacques
Millot, uno de los principales antropólogos de Francia, afirma: "La deficiencia del negro se presenta
principalmente en el razonamiento lógico, en el juicio o en la capacidad de definir y analizar con
precisión, en la adaptación a nuevas situaciones, y en la capacidad para la abstracción. Esta
inferioridad parece deberse en gran parte a una detención precoz del desarrollo cerebral"10.
En los últimos años se han desarrollado métodos que permiten medir la rapidez del aprendizaje
kinestético, que supone la transición, desde el nacimiento a los cinco primeros años de vida, de
modelos uterinos a modelos infantiles de control y reflejos musculares. La rapidez de este
aprendizaje está en relación inversa a la complejidad de la corteza cerebral, es decir que, como
indica Carleton Putnam, "en la vida de los mamíferos la estructura mental se desarrolla
tempranamente en relación directa ala simplicidad cerebral. Así, el desarrollo kinestético neonatal
es más rápido entre los gorilas que entre los chimpancés, y mucho más rápido entre los chimpancés
que entre los niños humanos". En 1956, Marcelle Geber, realizando una investigación sobre una
población de niños en Uganda, y constataba que el desarrollo era alcanzado con una rapidez varias
veces mayor por los niños negros que por los niños blancos. Otra nueva ciencia que pone de relieve
las diferencias de nivel en el plano racial es la electrofisiología del cerebro, que estudia sus
emisiones de ondas, la localización de las mismas y las respuestas eléctricas cerebrales a diversos
estímulos.
En 1953 A.C Mundy-Castle, uno de los más destacados electro-encefalógrafos, realizó un estudio
con 66 negros africanos y 77 europeos. En dicho estudio, Mundy-Castle encontró " cinco diversas
categorías de diferencia entre los dos grupos, siendo quizás las más interesante la baja respuesta al
parpadeo (flicker) por parte de los negros. Los parpadeos eran creados por estroboscopios
electrónicos de alta velocidad. Estos estímulos luminosos sincronizados eran lo suficientemente
insistentes y apremiantes para que un mecanismo rector alertase a todo el cerebro, siendo la
respuesta dada una medida tanto de la estabilidad como complejidad cerebral".
"Nuestra principal impresión -concluía Mundy - Castle, como resulta de su estudio- fue que ellos
(los africanos) reaccionaban de modo mucho más simple que el grupo europeo". Nathaniel Weyl
observa que una respuesta nula o pobre ante el parpadeo implica "una deficiencia del cerebro en el

9
El espesor de las capas supragranulares presenta una amplia escala que va del animal al hombre. Según J. S. Bolton, las "supragranular layers"
presentan en el perro la mitad del espesor que en el mono, siendo las de este último sólo tres cuartas partes menores en espesor que las del hombre"
(C. Putnam: "Race and Reality", p. 51).
10
Citado por C. Jordan, obr.cit., p 3 V C. Putnam, obras citadas.
desarrollo, en las zonas de la imaginación, la visualización y el poder de pensamiento conceptual,
hacia algo que se acerque a la madurez"11.
Resumiendo los datos que la medicina y la fisiología moderna ofrecen a este respecto, Wilmot
Robertson señala que "los negros tienen un tipo de maduración kinestética más rápida que los
blancos, del mismo modo que los animales tienen un tipo de maduración kinestética más rápida que
los seres humanos, y que, por lo que se refiere a la fisuración, el espesor de las capas
supragranulares y el número de las neuronas piramidales, los lóbulos frontales y la corteza del
cerebro están menos desarrollados en los negros que en los blancos". Por lo que respecta al campo
de la psicología, Robertson subraya que, "de acuerdo con los más recientes estudios, el negro
muestra una marcada inferioridad con respecto al hombre blanco"12.
Son muchas las investigaciones llevadas a cabo por los más destacados especialistas (psicólogos,
sociólogos, etc.) con vistas a analizar la capacidad y dotes intelectuales de las distintas razas.
Lothrop Stoddard cita los resultados de un estudio llevado a cabo por Miss. A. H. Arlitt en el Bryn
Mawr College, entre 100 estudiantes pertenecientes a distintos grupos raciales, de los que
resultaban los siguientes coeficientes medios de inteligencia para cada uno de ellos: 83 en los niños
de color, 84 en los niños de origen italiano y l06 entre los niños nacidos de padres americanos
blancos (en estos últimos el I.Q. oscilaba entre 92 y 125, según el distinto status social de cada uno
de ellos13. "La inferioridad del negro con respecto al blanco por lo que se refiere a la capacidad
mental leemos en la Enciclopedia Británica- ha sido establecida en diversas ocasiones como
resultado de estudios comparativos; pero es difícil decir en qué medida la diferencia es debida a
factores culturales o innatos14"
Los alumnos negros del grado "high school" de la ciudad de Nueva York permanecen más tiempo
en las aulas, son de edad más avanzada por término medio y presentan en su labor escolar un
resultado inferior a los blancos que se encuentran aproximadamente en el mismo status social
(Mayo). El negro se aproxima tanto más a la ejecución blanca, cuanto mayor es la mezcla de sangre
blanca (Ferguson). Los tests de inteligencia entregados a amplios grupos de blancos y negros en los
tests de variedad lingüística como no-lingüística. Diversas investigaciones han mostrado que el
negro es abiertamente emocional y menos inhibido en sus reacciones que el blanco (Crane) . R.
Pintner, resumiendo las conclusiones de las investigaciones de C. Brigham sobre las diferencias de
inteligencia entre blancos y negros, afirma: "Todos los resultados muestran que el negro es
decididamente inferior a los blancos en los tests de inteligencia estandarizados... Estos
resultados son suficientemente numerosos y consistentes como para indicar una diferencia
racial en la inteligencia". P. L. Boyntom, en su obra "Intelligence, its manifestations and
measurement" declara que "la mayoría de los estudios apuntan de un modo tan definitivo a la
superioridad del blanco medio sobre el negro medio que parece justificable suponer que esta
condición existe". P.C.Young administró el test de inteligencia nacional a 282 niños blancos y 277
niños negros, agrupando a estos últimos en tres grupos o categorías: claros (lighter), oscuros
(darker) e intermedios ( miscellaneous).
En los resultados comprobó un "notable descenso de inteligencia a medida que vamos pasando de
los niños blancos a los negros de piel clara, para terminar en los negros de piel oscura",
estableciendo que los "light negroes", en los cuales quedaba manifiesta una cierta influencia
genética blanca, eran, por término medio, un 19'7 % más inteligentes que los "dark negroes"15.

11
C. Putnam: "Race & Reality", pp. 55 sig.
12
W. Robertson: "The Dispossessed Majority", Cape Caifaveral, 1972, p. 216.
13
L. Stoddard' "The Revolt against Civilization", New Orleans, ed. 1966, p. 63.
14
Hoy día, gracias a los datos proporcionados por las investigaciones de destacados científicos, sabemos a qué atenernos al respecto, a pesar de la
obstinación con que los "científicos" ambientalistas y antiracistas se aferran a la teoría cultural.
15
Americanus: "The Problem of Race", s.f., pp 21 ss.
Durante la segunda guerra mundial, los soldados norteamericanos fueron sometidos  a una serie de
pruebas de inteligencia, en las cuales los soldados negros dieron unos resultados marcadamente
inferiores a los de los blancos. Tales resultados, obtenidos en la aplicación del Test Alpha -esto es,
para personas que conocen el inglés- eran los siguientes:
INDIVIDUOS ANALIZADOS 12.586 51.620 4.162 2.850 1.709
Blancos Blancos no Negros del Negros del
  Oficiales
U.S.A. U.S.A. Norte Sur
RESULTADO MEDIO
139,2 58,9 46,7 38,6 12,4
OBTENIDO
En el estudio de estos resultados, hace notar Fritz Lenz, no hay que perder de vista que los negros
de los Estados del Norte contienen un mayor porcentaje de sangre blanca, mientras los negros del
Sur se mantienen más puros -"los mestizos emigraban  con preferencia a las zonas industriales del
Norte, mientras los negros más puros permanecían en las granjas del Sur"-. De ahí, añade Lenz, que
estos últimos presentan resultados considerablemente inferiores16.
Parecidos resultados pueden apreciarse en el gráfico siguiente, en el que, en el grupo "muy bueno"
(grupo A), los blancos representan un porcentaje del 4'1 % mientras los negros no sobrepasan el
0'l %
Por el contrario, en el grupo "inteligencia muy deficiente" (grupo D), los negros alcanzan el 49 %,
mientras los blancos representan un 7 %17. Para hacerse una mejor idea del significado exacto de
estos resultados hay que tener en cuenta, subraya Lenz, que la distinción sobre la que se realizaba
esta investigación, clasificaba a los individuos en dos grupos: "blancos" y "de color".
  
Soldados con 14 años de 2.773 blancos 355 Blancos 312 Negros 356 Negros del
estudios elementales U.S.A. no U.S.A. del Norte Sur
Puntuación obtenida 23,4 26,6 19,8 8,4
Soldados con 18 años de 14.889 555 Negros
928 Blancos 356 Negros
estudios elementales 448 oficiales Blancos U.S.A. del
no U.S.A. U.S.A. del Sur
U.S.A. Norte
Puntuación obtenida 108,1 64,4 59,4 50 28,9
El estudio se centra, pues, no sobre negros puros, sino sobre elementos "de color", algunos de los
cuales son portadores de un porcentaje no desdeñable de genes blancos. Una parte considerable de
estos elementos de color está efectivamente constituida, pues, por mulatos o descendientes de
mulatos, ya que todo el que muestra algún rasgo de sangre negra es contado entre los negros;
existiendo entre éstos no pocos individuos de sangre predominantemente blanca, que tienen a veces
incluso una piel tan clara como los europeos. Por otro lado, no hay que olvidar que en la época de
su traslado de África a América, los negros habían absorbido ya elementos raciales, no
16
) Pual Witty, en un estudio realizado sobre los llamados "bright negroes" (negros brillantes), en Chicago, llegaba a la conclusión de que el 80 %
presentaba alguna ascendencia blanca ("Research on the american nagro", citado por Carleton Putnam). En una respuesta a Roy Wilkins, director
ejecutivo de la organización integracionista NAACP, el premio Nobel William Shock ley pedía que, para probar su tesis de que el I.Q. negro aumenta
en un 1% por cada 1 % de ascendencia blanca, se eligieran a 10 o 20 intelectuales negros para un análisis de sangre. Shockley afirmaba que si las
pruebas mostraban que si su sangre no contenía un mayor porcentaje blanco que la media nacional de un 20 % para los negros, ésto constituiría un
"nuevo hecho científico" ("Christian Vanguard", núm. 23, Ag.Sept. 1973, p. 3).
17
) Los grados o categorías de capacidad eran las siguientes.
Escala A: Puntos Alfa: 135.212.
S. 105-134. C-: 75.104. C:
45.74. C-: 25.44. D: 15.224.
D-: 0-14,
Hay que tener en cuenta, como indica Fritz Lenz, que la mayor parte de los negros no fueron sometidos al Test Alfa, que supone un dominio adecuado
del idioma inglés, sino al Test Beta, en el cual esto no ocurre. "Dado que los negros conocedores del inglés eran ciertamente menos dotados por
término medio, la diferencia captada en la prueba queda más atrás de la auténtica diferencia de aptitud entre blancos y negros (elementos de color)".
(p. 257).
precisamente insignificantes, orientales y sudeuropeos18 y viceversa: en los llamados "blancos", no
son pocos los elementos primitivos contenidos, no debiendo perderse de vista tampoco que, entre
los blancos, aquellos que están dotados de superiores aptitudes se reproducen menos, dadas las
condiciones de la vida moderna. Por todo ello, "si se pudieran comparar razas puras -afirma Lenz-,
la diferencia sería aún, sin lugar a dudas, mucho mayor".
Para salir al paso de la usual objeción que afirma que estas diferencias están motivadas por la
diferencia en educación, el material analizado es dividido en varios subgrupos que reúnen
características homogéneas en lo que a la educación se refiere (en cada uno de ellos, los individuos
que lo integran han recibido el mismo nivel de educación). Tampoco aquí se puede apreciar, sin
embargo, la completa y verdadera diferencia entre negros y blancos -señala Lenz-, ya que los
blancos que no pasan del cuarto grado en la escuela representan una marcada selección por falta de
aptitudes, mientras los negros del Sur poseen una formación escolar mucho más rudimentaria, no
alcanzando tal grado.
Lenz muestra que en los resultados obtenidos en un campamento militar, en el que los elementos de
color fueron clasificados en dos grupos, según el color de la piel, el grupo más claro de ambos
alcanzó una media de 50 puntos, mientras el de piel más oscura no superaba los 30 19. El psicólogo
A. L. Crane muestra en su estudio "Race differences in inhibition" que, en las pruebas de aptitud,
los individuos de color obtenían tanto mejores resultados cuanto más clara era su piel. Hawis, en un
estudio efectuado sobre una muestra de 4163 niños blancos y 676 de color, encontraba la siguiente
distribución del grado de aptitud20:
 
  Bien Medio  Mal
NIÑOS BLANCOS 10,5 60,6 11,4
NIÑOS NEGROS 0,1 24 38,2
"La existencia de diferencias entre negros y blancos en la calificación de los tests es difícilmente
discutible -afirma el Dr. Frank McGurck-. Por lo que se refiere a los nuevos datos empíricos, la
documentación muestra claramente que los negros, como grupo de individuos, obtienen en los tests
resultados medios más bajos que los blancos, considerados en conjunto". y añade: "Las diversas
alteraciones en el ambiente socioeconómico de los negros, no han alterado la relación negro-blanco
en la calificación de los tests"21. 
La Dra. Audrey M.Shuey Presidente del Departamento de Psicología del Randolph Macon
Woman's College, llega a las siguientes conclusiones en una de las m s importantes y completas
investigaciones llevadas a cabo sobre la inteligencia del negro americano, según resume Henry
Garrett:

18
) Piénsese, por ejemplo, en el caso de los Hausas, Watusi, etc., de que ya hemos hablado. Madison Grant subraya la importancia de esta presencia
de un considerable porcentaje de genes blancos en la población negra americana; población proveniente de diversas tribus africanas, que, ya en sus
tierras de origen, habían sido "saturadas desde un principio con sangre blanca". "Mirando -dice- a cualquier grupo de negros de América, es fácil ver
que mientras todos no son esencialmente negros -bien de un color negro-carbón, moreno o amarillo-, la gran mayoría de ellos posee cantidades
variables de sangre nórdica, que ha modificado su estructura física sin transformarlos en modo alguno en hombres blancos". ("The Passing of the
Great Race", pp. 73).
19
Byram Campbell señala que  mientras en los Test Beta (para , analfabetos), los "light negros" alcanzan una media de 36 puntos y los "dark negros"
no pasan de 25, en los Test Alpha (para letrados), los "light negros" llegan a 50, quedando los "darker'" reducidos a una puntuación de 30. ("Race and
Social Revolution", p. 53).
20
F. Lenz: "Die Erblichkeit der geistigen Begabung", (en "Mensochliche Erblichkeitslehre und RaSo senhygiene"', I, pp. 525 ss). "Hay dos fases
completamente distintas -afirma Cureau- en la vida intelectual del negro. Siendo aun niño, es amable, dócil, gracioso, espontáneo y afable. Parece
muy precoz, mas precoz en todos los ordenes que la gran mayorla de niños europeos. Entiende y asimila fácilmente muchas cosas. En la edad de la
pubertad tiene lugar una metamorfosis radical. Se produce una detención brusca del desarrollo e incluso una ligera regresión, El progreso intelectual
del negro es rápido durante los diez o doce primeros años, pero a continuación es retardado, se hace estacionario, sigue adelante después lentamente,
disminuyendo durante unos quince años. Finalmente tiene lugar un rápido debilitamiento" (citado por C. Putnam: "Race and Reason", p. 52) El Dr.
Geber comprobó, mediante la aplicación de los test que permiten conocer el Coeficiente de Desarrollo de Gesell, una neta superioridad de los niños
negros hasta los tres años, edad a partir de la cual aparece una marcada inferioridad". (C. Putnam; "Race and Reality", pp. 99).
21
Citado por Wesley Critz George.
- El IQ (coeficiente de inteligencia) de los negros americanos se encuentra, por término
medio, de 15 a 20 puntos por debajo del de los norteamericanos de raza blanca.
- El "overlap" negro de la media blanca en el IQ oscila entre un 10 y un 25 0/0 (siendo así que
la igualdad requeriría que el porcentaje llegara al 50 %)22.
- Los blancos caen dentro de la categoría "gifted child" (niño con talento) con una frecuencia
6 veces mayor a la de los negros.
- Los negros caen con una frecuencia 6 veces superior a la de los blancos por debajo del IQ 70
(el grupo "mentalmente débil")
- Las diferencias entre negros y blancos se aprecian en todos los test, pero en mayor medida
aún, en los test de naturaleza abstracta.
- Las diferencias aumentan con la edad, siendo el "gap" mucho mayor en las  universidades y
escuelas superiores.
Las diferencias siguen apareciendo a pesar de la igualdad de los factores Socioeconómicos. Shuey
concluye:
"De la notable consistencia de los resultados de los test, ya pertenezcan a muchachos de edad
escolar, o a estudiantes de grado "high School" o "college", a quintas de la primera o segunda
guerra mundiales, a los dotados o a los mentalmente deficientes, a los delincuentes o criminales, se
deduce: el hecho de que las diferencias blancas o de color están presentes no sólo en el Sur rural y
en el Sur urbano, sino también en las  áreas fronterizas y del norte; el hecho de que se encuentren
diferencias medias relativamente pequeñas entre los IQ de muchachos negros de origen sureño o
norteño, de las ciudades del Norte; la evidencia de que las diferencias comprobadas en los test
parecen ser mayores para los problemas abstractos que para los concretos; la evidencia de que las
diferencias obtenidas no son debidas principalmente a una falta de habilidad lingüística ya que la
media de las gentes de color no es mejor en los test no-verbales que en los test verbales; el hecho de
que se refieren a diferencias en todos los estudios en los cuales el ambiente cultural del blanco
parecía no ser más complejo, rico o estimulante que el ambiente de los negros; el hecho de que en
muchas comparaciones (incluso en aquellas en que la gente color presentaba mayor ventaja) los
individuos negros han sido, o bien más representativos de su grupo racial, o bien más altamente
seleccionados que los individuos blancos en comparación; todo apunta hacia la presencia de ciertas
diferencias innatas entre los negros y los blancos, según queda determinado por los test de
inteligencia"23.
Para acallar realidades tan evidentes, se ha argumentado una y otra vez que tales diferencias, que se
presentan de modo acusado entre las razas blanca y negra, son debidas al medio ambiente, siendo
perfectamente explicable s por las peores condiciones económicas, sociales, culturales, etc., en que
vive la raza negra en comparación con el hombre blanco. Es a esta inferioridad de condiciones,
alegan los apóstoles del igualitarismo antirracista, a lo que hay que atribuir esas cualidades más
limitadas que presenta la raza negra24.
22
) El término "overlap" indica, en este caso, el porcentaje o la frecuencia en que una minoría de negros supera la media blanca.
"Comparaciones por el porcentaje de overlap -explica C.J. Mc Gurck- constituyen el método m s simple para comparar resultados de varios test
psicológicos.
Los resultados del test pueden ser comparados por medio de medidas de tendencia central, pero esto requiere un elaborado tratamiento estadístico y el
producto no es más útil que las comparaciones por medio de overlapping".
("The Culture Hypothesis and Psychological Test", en "Race and Modern Science", pp. 369).
23
A.M. Shuey: "The Testing of Negro Intelligence", London, 1958
24
En apoyo de su t6ctica de desvirtuaci¢n de la verdad científica, los sectores antirracistas han desarrollado toda una labor de obstaculización,
torpedeamiento y ocultación de las investigaciones sobre el tema racial. Como muestra Byram Campbell, la ideología democrática no sólo controla el
pensamiento y la mente de nuestra sociedad, sino también nuestras fuentes de información.
Así, por ejemplo, durante la segunda guerra mundial se llevaron a cabo unos test, semejantes a los realizados en la primera guerra mundial, sobre los
elementos raciales blanco y negro del Ejército americano. La información, dice Campbell, fue tan cuidadosamente guardada que a dos de los
psicólogos que intervinieron en la preparación del test les fue negado el acceso a los resultados del mismo. Una investigación llevada a cabo en 1956
Tal aseveración, que parece tener un considerable peso a su favor, no es sino una de tantas
afirmaciones teóricas, tan usuales en la dogmática igualitarista y democrática, carente en absoluto
de una confirmación real apoyada en los hechos. Sobre la pretendida influencia del ambiente, como
causa de toda diferenciación humana, ya hemos tenido oportunidad de hablar con algo más de
detención.
Ya hemos ido viendo también, en los datos que hasta ahora hemos expuesto, cómo las condiciones
socioeconómicas tienen un papel mucho más reducido de lo que afirman todas esas corriente
antirracistas. "La pretensión -comenta Wesley Critz George de que las diferencias entre blancos y
negros en los test de capacidad mental serían eliminadas si se igualaran los factores educacionales y
otros factores culturales tiene escasa validez. Por el contrario, la evidencia de que disponemos
demuestra la improbabilidad de que la equiparación de los factores culturales llegara a equiparar los
resultados medios de los test". George observa que las diferencias que, entre las razas blanca y
negra, ponen de manifiesto los test, de acuerdo con las investigaciones de Shuey, Mc Gurck,
Garrett, etc., se parecían igualmente al de los negros del condado de Kent, Ontario (Canadá),
establecidos en dicha región en igualdad de condiciones con los blancos, antes de la guerra de
secesión norteamericana o en el transcurso de la misma.
Los resultados del estudio llevado por H.A. Tanser en dicho condado canadiense, mostraban que los
niños negros, a pesar de esta igualdad de oportunidades, se encontraban de un modo acusado por
debajo de la media blanca, en todas las edades y en todos los grados. El "overlap" negro de las
normas blancas oscilaba entre un 13 y un 20 %.
En todos los test-verbales y no-idiomáticos (verbal and no-language), los niños blancos aventajaban
a los de raza negra en una media de 15 a 19 puntos de IQ 25. También en Wilmington (Carolina del
Norte) se establecieron en 1865, por algunos filántropos norteños, escuelas para niños negros, con
unas oportunidades educacionales superiores a las del 90 % de los blancos en Carolina del Norte.
Los informes de las escuelas del New Hanover County, que incluyen las escuelas de Wilmington,
publicados en 1954, proporcionan los siguientes resultados de los test26:  
  BLANCOS NEGROS
1/4 superior 24,3% 1,7%
1/4 siguiente (3º) 21,8% 5,6%
1/4 siguiente (2º) 25,6% 13,2%
1/4 inferior 28,3% 79,5%
Según un artículo aparecido en el semanario portugués "Agora", la inferioridad de los negros en
relación con  los blancos se manifiesta tanto en el rendimiento obtenido por los individuos de color
tanto en las escuelas como en las empresas. "Según un informe del Departamento para la Enseñanza
del Estado de Nueva York, dirigido por el Dr. Natham Brown -leemos en el mencionado semanario-

puso de manifiestó que la School Board of Washington "había adoptado una política que prohibía la conservación de estadísticas escolares generales
por raza". ..Si los fanáticos de la unidad humana -comenta Campbell- no tuvieran nada que temer de la verdad, no habrían llegado a tales extremos
para ocultarla". (obr. Clt., p. 53). Así también, para no citar m s que otro ejemplo, aunque de tipo diverso, en 1969 era rechazada por la Academia de
Ciencias Americana la propuesta del profesor M. William Shockley, premio Nobel, profesor de física de la Universidad de Stanford, que pedía a la
Academia el inicio de una serie de "profundas investigaciones" destinadas a determinar la influencia de la elevada natalidad de los negros
norteamericanos (que "son -en palabras de Shockley genética mente menos inteligentes que los grupos étnicos blancos") , sobre la "calidad de la
población americana". El profesor M. Seltz, presidente de la Academia, justificó la negativa a aceptar la propuesta del premio  Nobel repitiendo la
tesis de que no es posible establecer "las partes que corresponden respectivamente a la herencia y a la influencia del ambiente en las diferencias
constatadas entre las poblaciones negras y blancas de los Estados Unidos" y calificando la tesis  del profesor Shockley como una "justificación
pseudocientífica".  "justificación pseudocientífica de los prejuicios de raza y de clase A ésto los diez científicos firmantes de la propuesta de Shockley
responden que son precisamente los prejuicios de un cierto antirracismo "ciego tanto a la realidad genética como sociológica" los que impiden
conocer los problemas de fondo de la sociedad actual ("Corrispondenza Europea", Roma, 12-51969. p. 31). Como es lógico poco airearon el tema las
agencias internacionales de prensa.
25
W. C. George: "The Biology of the Race Problem" pp. 19ss Dr. H. E. Garrett: "A Review Klinebrg.s Chapteron. "Race and Psychology" (en "The
Mankind Quaterly", Julio 1960, Reprint IAAEE. n£m. ,. p. 4)
26
W. C. George: obr. cit., p.20.
las escuelas donde predominan los alumnos de color  presentan un rendimiento escolar medio
inferior al de las escuelas sólo para blancos.
En cuanto al hecho de que los rendimientos de los negros son inferiores a los de los blancos en las
unidades industriales, esta conclusión (entre otros procesos) fue‚ obtenida por medio de
computadores electrónicos"27.
En su obra "Contemporary Sociological Theories", Pitirim Sorokin cita los resultados de las
investigaciones de numerosos científicos en torno a las aptitudes y dotes intelectuales de negros y
blancos. Estos datos, que son sumamente interesantes a la hora de analizar las diferencias raciales,
se orientan en el sentido de lo hasta aquí expuesto :
Yerkes: edad mental del negro: 10,4; edad mental del blanco: 13.
Pinter y Keller: IQ del negro: 88; IQ blanco: 95
Thomdike: el 4 % de los negros alcanza la media blanca.
Hirsch: IQ del negro: 84,6;blancos (exceptuando a los portugueses): de 85,3 a 102,8
Peterson: del 80 al 95 % de los blancos supera la inteligencia de los negros.
Mc Fadden y Dashiell: sólo el 15,4% de los negros sobrepasan la media de los blancos.
Sunne: edad mental de los negros de uno a un año y medio inferior a los blancos.
Pressy, Peter: edad mental de los negros dos años detrás de la de los blancos.
Arlitt: IQ del negro: 83;IQ del blanco: 106
Derrick: IQ del negro: 103;blancos: 112
SchwegIer, Win: IQ del negro: 89; IQ del blanco: 103
M urdock: los blancos mejores en un 85 % a los negros.
Pyle: calificaciones de los negros en comparación con las calificaciones de los blancos tomadas
como 100 son, en el test de Mautnam, 7828.
Por lo que se refiere a la raza negra comparada con otros tipos raciales, no dejan de carecer de
interés las conclusiones publicadas por el Dr. Stanley D. Porteus, catedrático de Psicología de la
Universidad de Hawaii. El Dr. Porteus realizó diversos test entre los nativos de África y Australia,
mientras sus discípulos aplicaban test semejantes sobre indígenas de Malaya y de las islas Filipinas.
De su estudio se deducía que el negro bantu daba calificaciones algo más elevadas que el aborigen
australoide, encontrándose ambos -negro africano y australoide- por encima de los bosquimanos en
todos los test de inteligencia"29.
El Dr. Garrett comparaba las conclusiones de una investigación llevada a cabo entre los negros de
Florida en 1963 por el gobierno federal -y que, por tanto, difícilmente puede ser tachada de estar
inspirada en prejuicios contra los negros-, con los resultados de un test aplicado por los Drs. Terman
y Merrill en una muestra de población infantil blanca de todo el país.

27
"Agora", num. 308. 10 de Junio de 1967. p.11.
28
Pitirim Solokin: "Contemporary Sociological Theories". New York. 1928. Pitirim Sorokin muestra asimismo que los tests aplicados en la India a
individuos de las castas brahmanicas (tipo superior que contiene un considerable porcentaje de Sangre aria) y panchama (tipo inferior. en cuya
constitución intervienen de un modo decisivo los elementos aborígenes prearios de raza negroide, ponen de manifiesto que los elementos constitutivos
de esta última casta son considerablemente inferiores a los que integran la primera.
29
S. D. Porteus: "Primitive Intelligence and Environment" citado por Byram Campbell
Las poblaciones en comparación estaban integradas por 1800 negros y 3000 blancos (hay que hacer
notar que el Dr. Garrett prefería la comparación con las cifras a escala nacional, por lo que a los
blancos se refiere, debido a que los test aplicados a los niños blancos del sudeste de los Estados
Unidos mostraban IQs superiores). Los resultados comparativos eran los siguientes:
( 1 ) El Dr. Garrett concretaba los datos que muestra la tabla en los siguientes puntos:

1.- El IQ medio de los niños negros es 80,7, El IQ medio de los niños blancos es 101 ,8
2.- El 5 % de los negros consiguieron IQs por encima del niño blanco medio. Y a la inversa, el 89%
de los niños blancos consiguieron IQs por encima del niño negro.
3.- En los grupos de Media elevada y Superior se encuentran el 31 % de los niños blancos y el 1,1%
de los niños negros.
4.- En el grupo Medio o Normal estaba el 46,5 de los niños blancos y el 19 % de los niños negros.
5.. Los grupos "Borderline" (línea marginal) y "Defective" (deficiente) contienen el 8,2 % de los
blancos y el 50,2 % de los negros.
6.- El alumno negro medio (cuyo IQ es 80,7) no puede pasar más allá  de un curriculum del Sexto
grado de la escala nacional; para la mitad del grupo negro, el Quinto grado es el máximo.
7.- Sólo el 1% de los negros está  dotado ( 110 IQ y superior)
para realizar una labor universitaria aceptable"30.

En 1956 se aplicó a 2440 alumnos blancos y 1145 alumnos


negros de los grados 70,80 y 90 de las escuelas públicas de
Wilmington (Carolina del Norte) el Otis Quick -Scoring Test.

Los alumnos blancos fueron examinados por profesores


blancos, mientras los negros, a su vez, eran examinados por
profesores de raza negra. El grupo blanco obtuvo un IQ medio
de 99,55 y una desviación típica de 13,74, mientras el grupo
negro conseguía un IQ medio de 81,24 y una desviación típica
de 13,45. Ningún alumno negro obtuvo un IQ igual o superior
a 120, mientras 126 muchachos blancos (el 5,2 % del total)
obtenían IQs de este nivel. Tres años más tarde, en 1959, era
examinado el mismo grupo, que entonces se encontraba en los
grados 100, 110 y 120 respectivamente y del cual había sido
excluido un considerable porcentaje de los menos aptos. El
grupo estaba integrado por 1631 estudiantes blancos y 730
alumnos negros. El grupo blanco obtuvo un IQ medio de
101,98 y una desviación típica de 12,59, en comparación con
un IQ medio de 84,63 y una desviación típica de 11,20
obtenidos por el grupo negro.
En 1959 seguía sin haber ningún individuo negro con un IQ superior o igual a 120, mientras lo
obtuvieron el 7,2% de los alumnos blancos ( 117 en total). "La diferencia media en el IQ, de 18,31 a
17,36 para los dos grupos de Wilmington respectivamente -escriben H.M. Roland y D.A. Swan-,

30
C. Putnam: "Race and Reality". pp. 59 ss
está  aún dentro del límite de los 15 o 20 puntos que, según Shuey, existían en el conjunto de los
Estados Unidos".
Intervalos del IQ Blancos Negros Nivel Ratio Blanco/Negro
130 4,45 0,1 Muy superior 44 a 1
120-129 8,2 0,3 Superior 27 a 1
110-119 18,1 0,7 Media elevada 26 a 1
100-109 23,5 5,0 Media 47 a 1
90-99 23,0 28,0 Media baja 0,5 a 1
80-89 14,5 30,6 Línea marginal 0,2 a 1
70-79 5,6 21,1 Deficiente 0,125 a 1
Debajo de 70 2,6 ---    
IQ medio 101,8 80,7    
Las investigaciones de numerosos científicos, concluyen los citados autores, "han hallado
generalmente que las diferencias entre negros y blancos en los resultados de los tests de inteligencia
son amplios y significativos, aún cuando han sido igualados los fundamentos socio-económicos de
ambos grupos". Estas diferencias se han mantenido desde 1918 a 1950, "a pesar de la considerable
mejora en las condiciones sociales y económicas de los negros americanos" 31 Frank C.J. Mc Gurck
pasa revista a los diversos test realizados desde la primera guerra mundial con la finalidad de
comparar los resultados obtenidos por individuos de raza blanca y negra respectivamente. Según el
mencionado psicólogo, en el espacio que va desde 1935 a 1950 fueron publicados alrededor de 140
artículos científicos especializados en torno a este problema de las diferencias entre blancos y
negros en las calificaciones de los test.
De ellos, sólo 63 presentaban datos estadísticos, mientras el resto se limitaba a hacer comentarios y
especulaciones sobre el problema. Todos los 63 primeros artículos mostraban que la calificación
media del negro era inferior a la calificación media de los individuos blancos.
Mc Gurck centra su atención en seis de estos estudios.
En primer lugar está la investigación realizada por Tanser en 1939 en el Condado de Kent, al que ya
nos hemos referido, y del cual resultaba un "overlap" negro que oscila entre un 13 y un 20 %, según
el test psicológico utilizado (en los test realizados en la primera guerra mundial en todo el país, el
29 % de los reclutas negros obtuvo calificaciones que igualaban o superaban la media de los
resultados "average" obtenidos por los blancos). El segundo estudio es el llevado a cabo por la Dra.
Bruce en 1940, aplicando tres test psicológicos a niños negros y blancos de 9 años de edad que
asistían a escuelas segregadas de la zona rural de Virginia. Los factores socioeconómicos, de muy
bajo nivel, eran homogéneos en ambos grupos comparados. El overlap variaba, según el test
empleado, entre un 15 y un 20 %. En 1942, Shuey realiza una detallada investigación sobre un
grupo universitario de ambas razas y altamente seleccionado de Nueva York. La edad oscilaba entre
los 18 y los 35 años. Los individuos pertenecientes a una y otra raza fueron equiparados de modo
que los individuos en comparación poseyeran idéntico "background" social y económico. De este
modo, los sujetos comparados se encontraban a un mismo nivel por lo que se refiere a la edad, al
status cultural y el background educacional. El overlap resultante no pasaba, sin embargo, a pesar
de todos estos correctivos homogenizadores, de un 18 %.

31
H. M. Roland y Donald A.Swan: "Race. Psychology and Education: Wilmington. NC". New York, 1966. pp. 255. y 16 ss.
Roland y Swan subrayan que los procesos de formación de las razas han dado lugar a "diferencias raciales tanto en las características psíquicas como
en los rasgos físicos. Las diferencias faciales han sido demostradas en el tamaño, forma y estructura del cerebro y el sistema endocrino, en los
resultados de los tests de inteligencia psicomotrices y realizaciones educacionales, así como en la personalidad y el temperamento.(pp. 17 s).
En 1944 Brown estudia un grupo de niños negros y blancos de diversos kindergarten, todos los
cuales asistían a escuelas no-segregadas, de Minneapolis. La edad media era la misma para los
individuos integrantes de cada grupo.
Aunque Brown no precisa el porcentaje de "overlapping" de su investigación se deducía que cerca
del 31 por ciento de los niños negros igualaba o superaba la media blanca.
T .F . Rhoads lleva a cabo en 1945 un estudio de individuos de sexo masculino, de edad inferior a
los cuatro años, en la ciudad de Filadelfia. Como base del trabajo, se partía de idénticos factores
socio-económicos, de bajo nivel, para ambas razas. Aunque el psicólogo encargado del test
informaba que no había diferencia sensible entre los resultados medios de negros y blancos, se
comprobó que esto no era así; pues los niños negros mostraban un nivel muy inferior al de los niños
de raza blanca. Sólo el 30 % de los negros llegaba al overlap de la media blanca.
Por ultimo, en 1951, Mc Gurck profundiza aún más en este tipo de investigaciones, realizando una
serie de estudios concluyentes en torno al tema. Los elementos que integran los test son divididos
en dos grupos de problemas: culturales (su ejecución depende de la preparación cultural) y no-
culturales (los resultados no dependen o dependen muy poco de la formación cultural).. Una vez así
estructurados, los test fueron administrados a grupos de blancos y negros, estudiantes del grado
"high school", de una edad media de 18 años, de Pennsilvania y Nueva Jersey. Los miembros de
cada grupo en comparación fueron equiparados por lo que se refiere a las condiciones socio-
económicas ( se tuvieron en cuenta 14 factores socioeconómicos). " A pesar de la equivalencia
socioeconómica -comenta Mc Gurck- el overlapping negro en el resultado total fue tan solo de un
28 % cifra casi idéntica con la proporcionada por los datos de la primera guerra mundial. No hay
lugar , a dudas sobre la superioridad cultural de los negros de 1951 sobre los negros de 1918. Sin
embargo, esto no mejoró en absoluto el resultado conseguido por los negros en los test. Todo lo
cual muestra la falsedad de la hipótesis cultural (de ser cierta esta teoría, sostenida  por Kineberg,
AsWey, Montagu y otros muchos científicos igualitaristas y ambientalistas, la mejora en el status
cultural de los negros debía ir acompasada por una disminución en las diferencias que surgen de la
aplicación de los test).
"En los 16 años -añade Mc Gurck- que van desde 1935 a 1950, un periodo de incuestionable avance
cultural para el negro (en comparación con el periodo de la primera guerra mundial), no puede
encontrarse ninguna prueba de hecho que apoye la pretensión de que la igualación de oportunidades
culturales de ambas razas tenga como resultado la igualación de sus resultados en los test
psicológicos o en la reducción de la diferencia racial resultante de los mismos.
Sobre la base de los únicos estudios de que disponemos para hacer esta comparación, hay que llegar
a la conclusión de que la "cultural hypothesis" debe ser rechazada".
Dado que los científicos sociales. a pesar de toda esta evidencia científica, continuaban refiríendose
a la hipótesis cultural como explicación de los pobres resultados de los negros en los test, Mc Gurck
decidió profundizar aun más en sus estudios, comparando la diferencia existente entre individuos
negros y blancos de un nivel socioeconómico muy elevado con la diferencia que presentaron
individuos de ambas razas de un bajo nivel socioeconómico. Esto permitiría apreciar la importancia
de las oportunidades culturales en relación con las diferencias raciales en los test.
El psicólogo norteamericano agrupó la muestra estudiada en dos secciones: una, con blancos y
negros de un nivel social y económico extremadamente alto ( un "high Negro group" y un "high
White group) y otra, también dividida en blancos y negros, de nivel socioeconómico
extremadamente bajo (un "Low Negro group" y un "Low White group"). Los resultados obtenidos
fueron los siguientes: mientras las diferencias en las calificaciones medias  no eran excesivamente
significativas entre el "grupo negro  bajo"y el "grupo blanco bajo", el "grupo negro alto" presentaba
unos resultados sensiblemente inferiores a los del "grupo blanco alto". El overlapping era en el
primer caso de un 41%, mientras en el segundo no pasaba del 18 %.
Es decir, que, al contrario de lo sostenido por los "antropólogos y sociólogos culturales", la
diferencia de los resultados de los test, lejos de disminuir al aumentar el nivel socioeconómico de
los negros, aumenta considerablemente. Como señala Byram Campbell, esto, "no sólo desacredita
por completo las : teorías de los igualitaristas, sino que muestra que la innata inferioridad de los
negros se hace más manifiesta a medida que mejora su posición socioeconómica". Es precisamente
en medio de las elevadas condiciones socioeconómicas donde las diferencias entre ambas razas se
hacen más evidentes. " A medida -señala Mc Gurck- que las oportunidades culturales aumentan
para cada grupo racial, las diferencias en los resultados medios de los test psicológicos aumentan"32.
"Las diferencias entre negros y blancos en los test mentales -afirma Henry Garrett uno de los más
destacados psicólogos norteamericanos-, son tan regulares y persistentes que sugieren
poderosamente una base genética"33.
En un estudio llevado a cabo por el Ejercito americano durante la segunda guerra mundial sobre una
población de más de 500.000 soldados de ambas razas, de aquellos que habían terminado la escuela
primaria, el 33,4 % de los blancos y el 76,5 % de los negros cayeron en las categorías más bajas de
calificación del Army General Classification Test; mientras que de aquellos que poseían estudios
superiores (grado "college"), cayeron dentro de los niveles inferiores el 1 % de los blancos y el 14,4
% de los negros. Un medio, señala Garrett, de eliminar la incidencia de los factores sociales y
ambientales es comparar niños blancos y negros demasiado jóvenes para ser afectados por las
diferencias culturales y socioeconómicas. Llevando a cabo una investigación de este tipo, el Dr.
Myrtle Mc Graw comparó 68 niños blancos con 60 niños negros, de los 2 a los 11 meses de edad,
todos ellos residentes en una comunidad del Sur . Fueron entregados a los niños "baby tests",
desarrollados por el Dr. C. Büwer de Viena, que permite comparar niños de la misma edad
mediante unos "coeficientes de desarrollo" (DQs: developmental quotients) que viene a ser un
equivalente del IQ para niños de muy corta edad. De tal estudio resultó que los "DQs de los bebés
blancos eran más elevados que los de los niños negros en cada nivel de meses.
Las diferencias oscilaban en torno a un promedio de 13 puntos, siendo el DQ medio para todos los
bebés negros de 92 y para los bebés blancos de 105. Exactamente el 28 % de los niños negros
32
) Como observa Mc Gurck. un hallazgo semejante sería imposible de ser cierta la hipótesis cultural. El eminente psicólogo norteamericano por otra
parte -frente a la suposición de Klinebarg de que los resultados inferiores de los individuos de raza negra en los tests eran derivados del bajo nivel
cultural del negro, que entrañaba una especie de penalización para éste al ser sometido a los tests psicológicos la mayorla de los cuales están cargados
de implicaciones culturales-. señala que "los negros cumplieron mejor (en relación con los blancos en los problemas de carga cultural que en los de
menos contenido cultural (non-cultural)". La evidencia objetiva a nuestra disposición -concluye McGurck- no apoya la hipótesis cultural como
explicación de las diferencias entre negros y blancos en la ejecución de los tests psicológicos. A pesar de ello -continua- hay muchos entre los
científicos sociales que persisten en citar la hipótesis cultural como si se tratara de un hecho objetivamente demostrado. Esto coloca a estos científicos
sociales en una posición única entre los científicos. Se encuentran en la posición de haber aceptado una hipótesis en favor de la cual no hay la mis
ligera señal de evidencia..(pag. 380) (Frank C. J. Mc Gurck:
"The cultural hypothesis and psychological tests" en "Race and Modern Science". pp. 367 ss). Las investigaciones de Travis Osborne refuerzan "el
hecho harto conocido de que en la mayoría de los resultados escolares y los tests de inteligencia los niños negros como grupo no llegan al nivel de los
muchachos y niños blancos en los mismos grados escolares" y confirman la tesis de Mc Gurck de que "las diferencias raciales son mayores en las
zonas no culturales que en las culturales" (R. Travis Osborne: "Racial Differences in mental growth and school achievementn" en "Race and Modern
Science" pp. 402 s) .
33
"The S.P.S.S.I. and Racial Differences" (en "Amerian Psychologist". Mayo 1962. IAAEE, Reprint num. 9. p. 1).
superaban el DQ medio de los niños blancos (casi exactamente igual al overlap negro-blanco de las
calificaciones Alpha de la primera guerra mundial)"  Garrett menciona asimismo los resultados de
diversos tests administrados a 8.400 niños negros y 8.000 niños blancos de la escuela de Chicago.
De los 8.400 niños negros, sólo 103 tenían un IQ Stanford-Binet igualo superior a 120, mientras en
la población de 8.000 niños blancos la incidencia de los IQs Stanford-Binet superior o igual a 120
era de 500 a 800, según la forma de StanfordBinet empleada. El ratio , pues, de niños brillantes
blancos en relación a los niños brillantes negros es de 6 o 7 a 1 (Garrett observa, por otro lado, que
de los 103 niños brillantes negros, el 78 % acusa alguna ascendencia blanca)34.

Las investigaciones del profesor Travis Osborne han proporcionado nuevos datos que corroboran
una vez más el hecho de la menor dotación intelectual de la raza negra. "En los test de resultados de
grupo destinados a valorar el grado de éxito en el aprendizaje de los temas básicos enseñados en las
escuelas públicas -escribe Osborne- el negro americano, con raras excepciones, es incapaz de
mantenerse al nivel de las normas establecidas para cada grado. En la mayoría de los temas, el
negro medio queda atrás del grupo-norma en un porcentaje de casi un tercio de grado por año". Es
precisamente en el campo de la aritmética, señala el Dr. Osborne, donde el niño negro se muestra
más deficiente. Los alumnos de raza negra del grado 12 se encontraban por debajo de las normas
nacionales del grado 80 ; esto es, cuatro años por debajo de la norma ; mientras los niños blancos
del grado 80 se encontraban no sólo por encima de las normas del grado, sino que eran incluso
superiores en el campo aritmético a los alumnos negros de los grados 110 y 120. El hallazgo -
observa Osborne- "de un más alto resultado de los estudiantes negros en las llamadas zonas de peso
cultural que en las operaciones aritméticas elementales, corrobora los cuidadosos trabajos de Mc
Gurck y otros que muestran de un modo firme y consistente que no son los temas culturales, sino
los no-culturales los que resultan difíciles de aprender para el negro"35.

34
"Race and Psychology", pp. 5 s
35
R. Travis Osborne: "Racial Differences in mental growth and Scholl Achievement", en "Race and Modern Science"., pp. 383 ss
Conocida es, para terminar , la ola de discusiones y polémicas que, en los ambientes científicos
norteamericanos y del resto del mundo, han levantado recientemente las investigaciones del Dr.
Arthur Jensen, profesor de de la universidad de Berkley (California) y que es miembro de la
American Educational Research Association. En su documentadísimo estudio, publicado por la
"Harvard Educational Review", el Dr. Jensen establecía -según el resumen que de sus conclusiones
hace la revista "Nouvelle Ecole"- que "la desviación constante de los resultados obtenidos por los
blancos y los negros americanos en los tests destinados a medir el IQ, desviación que se eleva por
término medio a quince puntos, probaba la existencia de diferencias estructurales de inteligencia
entre las dos razas y que tales diferencias eran hereditarias. Precisaba que la desviación era
particularmente acentuada en el terreno del razonamiento abstracto, mientras era prácticamente nula
en los test de memorización (repetición de la cosa aprendida)". Finalmente, criticaba los programas
educativos de los Estados Unidos, que, por no tener en cuenta tales diferencias, están destinados al
fracaso.
En una entrevista concedida a "Nouvelle Ecole", Arthur Jensen respondía a la manida objeción de
las influencias ambientales como causa explicativa de las diferencias psicológicas. Aparte de
señalar la existencia de "baterías de tests en los cuales no entra en absoluto ningún factor cultural",
en los cuales "las diferencias sociales y raciales subsisten, siendo a veces acentuadas", Jensen
observa que los asiáticos y los indios americanos, que provienen de condiciones mucho más
desfavorables que los negros, obtienen resultados mejores que estos. "Este tipo de descubrimientos -
afirma- lleva, evidentemente, a dudar de las teorías según las cuales el medio social explicaría las
diferencias de inteligencia". Con respecto al origen de las marcadas diferencias de IQ entre los
diversos grupos raciales, Jensen comenta: "Si se considera que tanto el IQ de los negros como el de
los blancos está  determinado, en su mayor parte, por factores genéticos, se puede del mismo modo
pensar , razonablemente, que esos mismos factores intervienen en parte para explicar la diferencia
constante entre las poblaciones de ambos grupos36.
En primer lugar existen unas diferencias físicas, entre las cuales ciertamente está la  pigmentación
de la piel, pero sin ser, con mucho, la más importante. Podríamos decir sin exageración que estas
diferencias entre las razas, en lo que a sus características físicas se refiere, abarcan todo el
organismo humano: la altura, la estructuración ósea, la forma del cráneo, la longitud de los
miembros, el cabello, el color y forma de los ojos, etc37.
"No existe -afirma el antropólogo noruego Halfdan Bryn- ningún enlace que ligue de forma
ininterrumpida a las diversas razas humanas.Estas se diferencian entre sí no sólo en uno o dos
caracteres, sino en numerosos conceptos". Bryn, en base a las nuevas investigaciones humanas y a
estas radicales diferencias entre las razas, rechaza la imagen del conjunto de las razas humanas
como un  árbol, cuyo tronco seria el tipo originario y del cual irían surgiendo después las diversas
ramas38.
"Si igualdad humana -escribe Giuseppe Sergi- quiere decir que las mismas leyes físicas y vitales
dominan en todos los hombres, que las mismas leyes psíquicas gobiernan la mente humana y que,
36
"Nouvelle Ecole", num. 18, mayo-junio 1972, pp. 75 ss.
37
Los descubrimientos científicos están  lejos de confirmar las palabras del autor socialista sueco Gunnar Myrdal, que proclamaba en su obra "An
american dilemma" (New York, 1944), con aires triunfales: "Las dos o tres últimas décadas han visto una verdadera revolución en el pensamiento
científico sobre las características raciales del negro... Inventando y aplicando ingeniosos métodos especializados de investigación, el dogma popular
de la raza (de que las razas son esencialmente diferentes en su capacidad creadora de cultura) está siendo perseguido en todos los rincones y expuesto
como falaz, o, al menos, como falto de base... Se está  haciendo difícil incluso para los escritores populares expresar otras ideas que no sean las del
igualitarismo racial manteniendo el respeto intelectual' (citado por Carleton Putnam). El autor antirracista Thomas E. Gomet habla asimismo de la
rebelión científica contra el racismo. afirmando que "todos los intentos de construir cualquier teoría de la historia de la civilización sobre la teoría
racial, todos los intentos de describir con exactitud las diferencias de carácter, temperamento e inteligencia entre las razas, han sido un fracaso".
Basándose fundamentalmente en las teorías pseudocientrficas de Franz Boas y sus discípulos, el mencionado autor concluye "que está  ampliamente
reconocido que las pretensiones de los racistas tienen escasa o ninguna base científica" ("Race: History of an idea in America", Dallas 1963, pp. 409)
38
"Die Entwicklung der Menschenramen, publicación de la "International Zeitschrift für Volker und Sprachenkunde", Tomo XXI, Wien, 1926, p.
458. Para Bryn. las razas humanas se formaron por aislamiento en el oligoceno. No se puede hacer derivar, añade el célebre científico noruego, unas
razas de otras. .'No es cierto que las razas procedan imperceptiblemente unas de otras. Todo lo contrario; hay, por asl decirlo, grandes abismos de una
raza a otra. Eas de acuerdo con la verdad si decimos que son esencialmente diferentes. Faltan por doquier eslabones intermedios entre las distintas
razas. Donde se cree encontrar un eslabón intermedio (Zwischenglied), resulta que se trata siempre de bastardos surgidos con posterioridad" (p. 1054).
por tanto, para todos vale el mismo juicio, el mismo modo de razonar en sus formas lógicas, no
habrá  ninguna dificultad en afirmarlo. Pero este título puede y debe existir también entre los
hombres y los animales a ellos inferiores. Las leyes de la vida para el hombre no son
fundamentalmente diversas de las del resto de los animales; ni las leyes de los hechos psíquicos
difieren de unos a otros". El  hecho de que existan unas leyes comunes, que regulan de un mismo
modo general al animal y al hombre en los planos anatómico, fisiológico y psíquico, no hace
desaparecer las diferencias entre estos distintos planos del ser. "Los diversos grupos humanos -
continúa el célebre antropólogo italiano- están separados unos de otros por una diversa estructura
peculiar a cada grupo, y por diferencias funcionales, especialmente en la actividad del cerebro y en
el uso y extensión de esta actividad".
Nadie, ni siquiera el monogenista más convencido, podrá afirmar que exista igualdad entre papúes y
chinos, entre fueginos y europeos, entre negros de África y esquimales. Las diferencias en el color
de la piel, en la estructura de los cabellos, en la forma del cráneo y del rostro, en la disposición de
los miembros de todo el cuerpo son tales que resulta imposible sostener la igualdad física; y las
diferencias de actividad cerebral para las funciones psíquicas son tan manifiestas en los fenómenos
sociales, en los cuales se explican, en las costumbres, en las tendencias, en el modo todo de vivir,
que es incluso imposible afirmar la igualdad delos hombres bajo este aspecto. Estas diferencias
psíquicas se hacen aun más evidentes cuando son contemplados a la luz de su desarrollo. Sin
pretender entrar a examinar si el desarrollo psíquico depende de condiciones externas o internas,
primitivas o secundarias, obsérvese solamente lo que es en realidad y se observará  que entre las
diversas razas humanas es harto diferente.
Las razas de color son infinitamente inferiores a las blancas; mientras las razas mongólicas, chinas y
japonesas, tienen un desarrollo que se avecina al de las blancas europeas, pero son también
diferentes de esta en muchos aspectos"39.
Las diferencias en el campo físico son tan evidentes y palmarias, que resultara absurdo tener que
referirse a ellas, de no ser porque se ha llegado incluso a poner en duda su existencia por algunos
exponentes del igualitarismo moderno. En una conocida revista americana se llegó a publicar un
artículo, cuyo autor se decía antropólogo, en el que se defendía la tesis de que, aparte del color de la
piel, las razas humanas eran completamente idénticas40.
No vamos a detenernos aquí en señalar todas las diferencias físicas existentes entre las distintas
razas humanas.
Para ello basta con cualquier consulta a un libro de antropología física que, como ya hemos dicho,
es la tendencia que en la actualidad descuella más en los estudios raciales. Baste con unas simples
referencias.
En lo que se refiere a la conformación del cráneo, las acusadas diferencias en el índice cefálico 41
permite distinguir entre razas dolicocéfalas, braquicéfalas y mesocéfalas. Dolicocéfalas son, por
ejemplo, la raza nórdica y la raza negra, como braquicéfalas podemos señalar la raza alpina y las
razas mongólicas.

39
G. Sergi: .'Le degenerazioni umane" (en "Difesa della Ralla", Roma 1942, n£m, 17, pp. 4s).
40
.'Reader's Digest". Sept. 1946, citado por B. Campbell.
41
El indice cefálico mide la relación entre anchura y longitud del cráneo, y es uno de los principales criterios para la individuación de las razas. Se
expresa mediante la fórmula siguiente:

Anchura del cráneo dividido por Longitud del cráneo


-Dolicocéfalas son aquellas razas que presentan un indice de 76 % o menor; braquicéfalas las que poseen un 80 % o  más; y mesocéfalas, aquellas que
arrojan una cifra intermedia.
El  ángulo facial presenta otro claro índice de diferencia racial: mientras entre los europeos es de 80
a 85 grados entre la raza negra viene a ser de 70 a 72 grados. El hecho de que según se descienda en
la escala de los seres vivos, vaya disminuyendo el índice o ángulo facial, apunta ya a la clara
jerarquía entre las razas, esto es, a la superioridad de unas sobre otras. Como ya se ha apuntado en
diversas ocasiones, el Apolo de Belvedere, considerado como prototipo de la belleza física, presenta
un ángulo facial de más de 90 grados42.
La forma de la nariz es otra característica diferenciadora que salta a la vista y reviste considerable
importancia, hasta el punto de que la clasificación de Topinand está  basada fundamentalmente en
este criterio, distinguiendo tres grupos de razas: leptorrinas (o de nariz estrecha), platirrinas (o de
nariz ancha) y mesorrinas (o de nariz intermedia). La raza blanca es leptorrina, mientras la raza
negra es marcadamente platirrina.
 
Las diferencias raciales se presentan no sólo en la anchura de la nariz,
sino en toda su estructura y en sus líneas en general; en el dorso, en la
base, en los orificios nasales, etc. El dorso nasal curvo y protuberante
que caracteriza a la raza levantina contrasta con la nariz recta de las
razas mediterráneas o nórdicas (la llamada nariz romana).

Las razas humanas difieren asimismo en el resto de las características


de la cabeza: en la forma de los ojos (véase, por ejemplo, la diferencia
entre el típico ojo rasgado mongólico y el ojo europeo normal; o de
las características "Mandelaugen" -ojos almendrados- de la raza
oriental); en la forma de los labios (entre los blancos los labios son
finos y bien proporcionados, mientras en la raza negra son gruesos y
revertidos); en la configuración de la barbilla (mientras en las razas
europeas presentan una barbilla bien formada y marcada, la raza
levantina, por ejemplo, muestra una barbilla más baja y retraída); en
la línea del occipucio, en la forma de las orejas, etc
La altura es otra característica que varía sensiblemente de unas razas a otras. Sin llegar al caso
extremo de los pigmeos, puede apreciarse la diferencia de talla entre la raza mediterránea, pongo
por caso, y la raza nórdica. Esto, para no hablar de las diferencias mucho más acusadas, como la
existencia entre las razas blancas y las razas mongólicas.
Otras características que varían según los diversos tipos raciales son: la pigmentación, que se
manifiesta tanto en el color de la piel como en el de cabellos y ojos; las proporciones de los
miembros; las huellas digitales43; la estructura del esqueleto (según el Profesor Mildred Trotter, "los
huesos del esqueleto negro son más compactos que los blancos"); la constitución del pelo, su
abundancia y su forma44.
42
Diccionario Enciclopedico Salvat, atr. "Ángulo facial".
43
) "La configuración de las huellas digitales -afirma el genetista norteamericano David C. Rife- es altamente hereditaria. Es determinada meses antes
del nacimiento y no se ven afectados por el ambiente post-natal". Así, por ejemplo, señala el profesor Rife, "las huellas digitales de los judíos difieren
de modo muy significativo de las de los no-judlos en los países huéspedes (Sachs y Bat-Miriam, 1957), mientras estudios llevados a cabo en Israel
han puesto de manifiesto que las huellas digitales de los inmigrantes judíos provenientes de todas partes del mundo, son extraord inariamente
semejantes" .
Los judíos de Norteamérica se distinguen del resto de la población por las huellas digitales y los grupos sanguíneos ABO. ..La configuración de las
huellas digitales -añade Rife- es quizá el ejemplo mas notable de variaciones hereditarias poligénicas no-patológicas en el hombre" "'Race and
Heredity", en '.Race a"d Modern-Science", recopilación publicada por Robert E. Kuttner, New York, 1967). Los dermatoglifos o dibujos digitales,
señala Paulatte Marquer, varían según el sexo y el tipo racial. Estas marcas digitales constan de tres partes fundamentales: arcos, presillas y
torbellinos.
La proporción de unos y otros varía de una a otra raza. Así. por ejemplo, mientras los arcos se encuentran en una proporción de 0 a 3 % entre los
amarillos, entre blancos y negros se presentan con una frecuencia que oscila entre 4 y 7 % ("las razas humanas", pp.52yss).
44
Así por ejemplo, mientras los blancos presentan una abundante pilosidad (son típicos la barba y el bigote) , esta es mucho menor entre la raza negra
y casi inexistente entre los mongoloides. El criterio de la forma del pelo ha llevado a establecer una clasificación de las razas humanas que distingue:
razas lisótricas (amarillos y algunos blancos, cimótricas (la mayor parte de los blancos) y ulótricas (negros, australianos, khoisánidos. etc.) (Cf. P.
Marquer, obr.cit., pp, 33 y 55.).
Incluso en el olor parece apreciarse un carácter distintivo entre las razas. "Un chino que se
encuentra en medio de una muchedumbre de blancos sudorosos -observa Raymond Hall, uno de los
más eminentes zoólogos norteamericanos- o un caucásico que se halle en una situación semejante
entre negros, sólo por el distinto olor puede identificar a sus compañeros como pertenecientes a una
subespecie diferente de aquella a la que pertenece"45.
En algunas razas se presentan características muy peculiares, o que no encontramos en otras razas y
que subrayan esta radical diferenciación de las razas humanas en el aspecto físico. Podemos citar
como ejemplos la esteotipigia y el característico "delantal" que presentan las mujeres bosquimanas
y hotentotes respectivamente, unido a la posición horizontal que adopta, en estado de flacidez, el
pené de los hombres de esta última raza.
Las diferencias raciales son constatables incluso, y esto tiene un especial interés práctico, en lo que
se refiere a la receptabilidad o propensión a ciertas enfermedades. Como es sabido, al igual que
entre los japoneses, por ejemplo, prevalece una atrofia óptica congénita, en los judíos se manifiesta
una normal inclinación a la miopía. La Organización Mundial de la Salud informaba en 1963 que la
leucemia se daba con intensidad dos veces mayor entre los judíos de Nueva York que en el resto de
ciudadanos46.
Jacques Millot muestra cómo las desigualdades raciales se manifiestan en las causas de los
fallecimientos: mientras los negros mueren menos de afecciones digestivas, se ven afectados de
modo especial por las enfermedades circulatorias y, sobre todo, respiratorias. "Una de las
constataciones generales más sorprendentes de la patología comparada -escribe Millotes la gran
vulnerabilidad de la raza negra a todas las enfermedades que afectan al aparato respiratorio (ya se
trate de bronquitis, pneumonía, bronconeumonía, gripe, tosferina, etc.). Se ha observado incluso que
la "agregación de sangre negra en un cultivo de pneumococos favorece el desarrollo de este"
(Marchoux). Por lo que se refiere a la tuberculosis pulmonar , las estadísticas muestran que la raza
negra es mucho más vulnerable que la blanca ( 11 negros por cada blanco). Por el contrario, los
judíos se ven poco afectados por esta enfermedad, mientras los japoneses están sujetos a las
enfermedades peritoneales dos o tres veces más que los europeos"47.
"Ciertos tipos raciales -escribe Jean Sutter- son más sensibles que otros a ciertas enfermedades. El
ejemplo, citado a menudo,de la escarlatina, más mortífera entre los anglosajones, es característico.
La tuberculosis pulmonar : evoluciona entre los lapones, los árabes y los negros de un modo muy
particular: su pronóstico es, entre ellos, mucho más grave que entre los blancos. Sabido es que el
catarro cerebral es, aun, para las poblaciones primitivas, una enfermedad terrible. Numerosos
trabajos han subrayado la patología particular de los judíos, que se caracteriza por una inmunidad
relativa a la tuberculosis y a las enfermedades exóticas graves. Numerosas observaciones muestran
que, en la locura, los diferentes tipos raciales tienen tendencias particulares. Hrdlicka hizo la
historia de nuestros conocimientos sobre el tema. A. T.readway, estudiando en los Estados Unidos
cerca de 70.000 casos de perturbaciones psíquicas entre los inmigrantes, le llamó la atención el
hecho de que la proporción de los diferentes tipos de enfermedades mentales variaba según el
origen de los enfermos"48.

45
Raymond Hall: .'Zoological subspecies of man", (The Mankind Quaterly, Cct. 1960); Reprint IAAEE n£m. 2, p. 3. El Dr.
Hall recuerda también las diferencias constatadas por G. M. Stratton y P. M. Henry "en la resistencia eléctrica de la piel de los caucásicos (blancos) y
orientales cuando existía un impulso involuntario para evitar el dolor".
46
H. B. Isherwood: "Racial COl\tours", Isle of Man, 1965, p. 249 y 176. Recuerdo que el raciólogo holandés Van Tienen comentaba en cierta ocasión
que, en Europe, la fimosis indicaba la presencia en un individuo de un cierto porcentaje de herencia  árabe o judía.
47
El contraste observado en Nueva York, por ejemplo, -escribe Millot- entra los negros, muy duramente atacados, y los judíos, relativamente
indemnes, pone en evidencia la importancia de la raza en la patología. El científico francés subraya asimismo el hecho interesante de que, con
respecto a la tuberculosis, los mulatos se comportan de un modo intermedio entre las razass de que provienen. "Mas sensibles que los blancos, lo son
menos que los negros, y su resistencia a la enfermedad depende de la proporción de sangre negra que han recibido: los mulatos claros sanan mejor
que los oscuros" ("La biologie des races humaines", Paris, 1952, pp.194 ssl.
48
Jean Sutter: "L'Eugenique. Problèmes, méthodes, résultats", París, 1950, p. 55. En algunos de estos casos, como sei\ala Sutter , no hay que
descuidar, sin embargo, la influencia del medio.
Caso interesante, por ejemplo, es el de la anemia hemolítica constitucional (sickle cell anemia), que
parece darse únicamente entre la raza negra. El " American lllustrated , Medical Dictionary" defme
así esta enfermedad: "Una enfermedad marcada por anemia y úlceras, y caracterizada por la forma
de hoz o de media luna que adquieren los glóbulos rojos del paciente en el vitro. La enfermedad
parece limitada a la raza negra y su herencia" El Dr. M. A. Ogden, destacada autoridad en el tema,
declara lo siguiente: "El rasgo de hoz (sickling trait) es una cualidad encontrada sólo en la raza
negra, y el encontrar semejante rasgo en otra raza indica una mezcla de sangre negra en los
antepasados próximos o remotos". El Dr. Ogden añade que la anemia hemolítica constitucional es
un problema de sanidad publica en los Estados Unidos y que los matrimonios entre blancos y
negros pone en peligro a la raza blanca por la transmisión del "sickling trait" 49-"La anemia de
hematías falciforme, llamada también "sicklemia" (sickle cell disease) o "drepanocitosis"
(drepanon-hoz) -escriben Maurice Lamy y Jean de Grouchy- es una enfermedad frecuente en la raza
negra, y es tan grave que a menudo produce la muerte antes de la pubertad" 50. "Esta afección -
observa Jacques Millot- ofrece un notable ejemplo de característica específica racial prácticamente
absoluta: es propia a los negros y a los mulatos, hasta el punto de que no se conoce un solo caso en
un individuo que esté totalmente desprovisto de sangre negra"51.
A medida que la ciencia avanza, se van descubriendo nuevas diferenciaciones raciales que acentúan
m s aun este cuadro que hemos delineado.
La propaganda antirracista había esgrimido siempre el argumento de que no existían diferencias
raciales en la sangre; con el descubrimiento de los grupos sanguíneos se creyó haber puesto fin al
mito racista. Las recientes investigaciones han puesto, por el contrario, de manifiesto que en la
sangre de las distintas razas se encuentran también diferencias fundamentales. 

Ian Mc Nisch afirma que los hombres de ciencia han llegado a la conclusión de que "los grupos
sanguíneos varían en las distintas poblaciones de una parte del mundo a la otra y que estas
variaciones están directamente relacionadas con el carácter racial principal de la población en
cuestión". Científicos tan poco sospechosos de racismo como el Dr. A. E. Mourant han dedicado
libros enteros a esta cuestión52.
El Dr. John Scudder, destacada autoridad en la clasificación sanguínea, afirma en un artículo al
respecto que la distribución y frecuencia de los grupos antígenos sanguíneos varia tanto en los
grupos étnicos como raciales53.

49
Colin Jordan: '.The Coloured Invasion'., London. 1969.
50
"Hombre y Herencia" (trad.española), Barcelona, 1972, p.154.
51
J. Millot, obr. cit.. p. 198. Por el contrario, añade el citado autor, la hemofilia, enfermedad sanguínea hereditaria que está  relativamente extendida
entre la raza blanca, es rarísima en la negra.
52
"The Thunderbolt", Junio, 1968, p. 9.
53
"Mankind Quaterly", Octubre 1960, citado por C. Jordan.
Hasta el punto es importante esta diferenciación sanguínea de las razas, que Roger Pearson afirma
que la clasificación etnológica y el análisis racial de las poblaciones se están viendo muy
perfeccionados por los avances de las técnicas de clasificación de los grupos sanguíneos, al estar
determinado (el grupo sanguíneo) por la naturaleza especifica solo gen. Así, por ejemplo, se ha
comprobado que los indios sudamericanos, antes de la llegada de los europeos, eran casi
enteramente del grupo 0 (98'5 %), mientras que en los aborígenes australianos se constata una total
ausencia de los grupos A y AB. La alta frecuencia del tipo A es característica de la raza alpina (18).
H. Cleave y . A. G. Bearn han comprobado, asimismo, que las razas blancas y negra difieren en
los componentes proteicos del suero sanguíneo54.
Como puede verse, no se trata de una mera diferencia del "color de la piel". Existen, en el plano
físico, diferencias tan acentuadas entre las distintas razas humanas, que inducen ya a pensar que tras
ellas debe esconderse una radical diferenciación la cual abarque toda la realidad humana; que estos
diversos rasgos físicos deben ir acompañados por otros rasgos del alma, de los cuales los
primeros no son sino una manifestación. Tan acusada diferenciación no puede ser obra de un
mero accidente externo55.
Desde tiempo inmemorial ha sido conocido por el hombre que cuerpo y alma son realidades
indisolublemente unidas, que se complementan mutuamente y ejercen una influencia recíproca. El
estado del cuerpo es un reflejo del estado del alma, y esta, a su vez, se ve afectada por el estado de
aquel56. Como ya dijimos anteriormente, toda realidad física es símbolo, manifestación, reflejo de
una proyección más allá  de la realidad. Los rasgos físicos son reflejo de una realidad más profunda,
la realidad anímica y espiritual, que se trasluce al mundo exterior, físico y material, por medio de
unos caracteres que cobran, en virtud de ella, verdadero sentido. De todo ello se deduce -y así hará
cualquiera que reflexione- que las razas no sólo se diferencian física, sino también psíquica y
espiritualmente. Es evidente que todas las diferentes características físicas que hemos analizado
brevemente, deben ir acompañadas por una diferenciación anímica paralela. Las razas humanas se
diferencian tanto en su exterior, como en su interior. Las diferencias externas hacen presumir unas
diferencias internas paralelas.
Pero, sin entrar aún en el camino de la diferenciación anímica y espiritual de las razas, ya en el
mero plano físico puede constatarse una jerarquización en base a los caracteres que cada una de

54
Roger Pearson: "Blood GroupS and Race", London,1966.
55
"American Journal of Human Genetics", v. 13, citado por w. C. George
56
) La conciencia de esta realidad, que comienza a ser comprobada cada vez más por la ciencia actual (tal es la idea sobre la que descansan, para no
citar más que un ejemplo, los biotipos de Kretschmer; basados en la estrecha correlación entre la constitución física y el temperamento es algo
evidente para la doctrina tradicional, podemos apreciar como se ha conservado intacto en el pensamiento oriental. constituyendo la base. del Yoga
Zen y otras disciplinas. '.La mente y el físico -escribe Raymond Thomas. especialista en doctrina Zen- están ligados igual que la cara y la cruz de una
moneda'. (Relación práctica del Zen al Budo... Barcelona. 1971. p. 19)  "La unión entre el alma y el cuerpo -escribe H, M, Enomiya Lassalle- no ha de
entenderse como si el alma o el espíritu habitasen en el cuerpo como en una casa. Esa unión es mucho mas estrecha y no puede ser debidamente
expresada por medio de una comparación material".
("El Zen". trad, esp.. Bilbao, 1972, p. 89). Un maestro oriental afirma que "en el Do del Zen lo físico es contemplado como símbolo de una mas alta
realidad".. (Joe Hwa Kwon:.Zen Kunst der Selbstrerteidigung". Weilheim, 1971, po 18). Ideas semejantes han sido expredas por destacados
exponentes de la doctrina Yoga, como Sr. Aurobindo. Swani Mudra. Sivananda Saresvati. etc.de "forma viviente del espíritu" califica al cuerpo
Aurobindo.
Idea semejante podemos encontrar por ejemplo, en Santo Tomás de Aquino. Principio fundamental de la Psicología Tomista. escribe un comentador
de la doctrina del gran teólogo, es "que el alma no puede definirse completamente mas que en función del cuerpo que anima y con el cual forma una
unidad real y substancial". (consultese el interesante opúsculo publicado recientemente en Francia bajo el título de "La Race europèenne:sa mission
historique. s.f.. p. 1. En esta pequeña obra el autor, definiendo la postura racista, dice: "la concepción plenamente realista de la naturaleza humana.
que es la nuestra, es la del Cristianismo. que ve en el hombre a un tiempo su cuerpo y su alma. La doctrina de Santo Tomás de Aquino es la de la
unidad del alma y del cuerpo, siendo el alma inseparable del cuerpo viviente").
ellas presenta. Basándose exclusivamente en los caracteres físicos, Byram Campbell establece la
siguiente jerarquía de las razas humanas en la escala de la evolución: en la cumbre se encuentra la
raza blanca, que es la que presenta rasgos más perfectos; poco más abajo en la escala se encuentran
los mongoloides; mucho más abajo el tipo negroide y aun en una escala inferior, ya en la base, la
raza australoide.
Multitud de autores han señalado los caracteres primitivos de la raza negra, algunos de los cuales le
dan cierta apariencia simiesca57. Mucho más primitivo aun es el tipo australoide; hasta el punto de
que, como es sabido, al llegar los europeos a Australia, dudaban si se trataba de seres humanos o de
animales. Por lo que se refiere al tipo mongoloide, en la estructura de la cabeza y del rostro presenta
caracteres más primitivos que la raza blanca, siendo también menos evolucionados en la
conformación de la columna vertebral y de la pelvis. Campbell cita los datos expuestos por Morris,
destacado anatomista americano, que vienen a confirmar lo anterior: según Morris, el peso relativo
del cerebro de las diversas razas guarda el siguiente orden: en primer lugar el caucásico, seguido
sucesivamente del chino, el malayo, el negro y, por último, el australoide58.
 Fritz Lenz, al cual debemos uno de los más extensos y completos estudios en este terreno, señala
que, en comparación con los Weddas, australianos, etc., que no conocen la agricultura, la ganadería,
el vestido, ni ninguna clase de instrumentos, los negros,  se encuentran en un nivel superior, pues
poseen ya algo de  ganadería y agricultura y conocen actividades como la forja. El citado
investigador puntualiza, sin embargo, que no pueden deducirse conclusiones definitivas en lo que se
refiere a la aportación cultural de la raza negra propiamente dicha, ya que muchos pueblos negros
tienen influencias mediterráneas u orientales59. "En comparación con las razas europeas escribe
Lenz- llama la atención la falta de espíritu previsor en el negro. La perspectiva de un  bienestar
posterior no le dispone en general a un trabajo perseverante. El negro está  más entregado que el
europeo a la inmediata impresión de los sentidos; por eso se deja sobornar fácilmente por baratijas.
Según las vivencias inmediatas oscila entre una despreocupada alegría (Ausgelassenheit) y un
asombroso abatimiento". Lenz coincide con el investigador americano Yerkes, el cual, en su estudio

57
Ya en 1799. el Dr. Charles White exponía una teoría científica en torno a las profundas diferencias entre las diversas razas humanas, que le
llevaban e establecer su origen múltiple. En su obra "An Account of th. Regular Gradation in Men" White mostraba que las especies constituían una
amplia jerarquía natural un "great chain of being" (una gran cadena del ser en la que cada especie y cada raza ocupaba un nivel diferente. En esta
jerarquía, el negro ocupa un grado distinto del blanco. Sus características anatómicas sitúan a la raza negra según el físico inglés entre el hombre
blanco y el mono. White observaba que. como los monos el negro presentaba una barbilla retraída y expedía un desagradable olor. En cuento a las
diferencias sexuales, White escribía: "El pene de un Africano es mas largo que el de los europeos...En los simios el pene es aun mas largo en
proporción al tamaño del cuerpo". Por su parte, los órganos sexuales femeninos son mayores en la mujer negra. siendo "el clítoris en las hembras del
mono y del perro aun mas largo". White refería asimismo que el cerebro del negro está menos desarrollado que el del europeo y que poseía una mente
mucho menos compleja y una sensibilidad menos rica. (Cf, Thomes E. Gossett: "Race: the History of an Idea in America" Dallas, 1963. pp. 47).
58
Byram Campbell: "Race and Social Revolution.", New York, 1958, p. 32 y p. 42.
59
Los pueblos mis civilizados de África muestran claros rasgos de mezcla con otras razas. así, por ejemplo, los Hau58s, pueblo inteligente, agricultor,
ganadero, comerciante y uno de los mis civilizados de África Central. tiene mezclas de diversas razas, especialmente de los árabes. Los Watusis,
pueblo noble que algunos antropólogos suponen descendientes de los antiguos egipcios, presentan rasgos bien proporcionados, que denotan una
aportación de sangre blanca.
"Psychological examining in the United States Army", refiere que, según el juicio unánime de los
oficiales del ejército norteamericano en la primera guerra mundial, el negro era un soldado alegre,
dócil y  sumiso por naturaleza, pero que carecía de iniciativa y dotes de mando y que, por tanto, no
estaba capacitado para puestos de responsabilidad.
Los robos y las enfermedades sexuales ocurrían con más frecuencia entre soldados negros que entre
los de raza blanca60. El negro -continúa Fritz Lenz- "no es especialmente inteligente en el estricto
sentido de la palabra, siendo pobre de imaginación y careciendo ante todo de aquella energía
creadora espiritual sin la cual no puede surgir un arte original y un conjunto especialmente
desarrollado de mitos y leyendas. Por el contrario, muestra gran habilidad y destreza técnica, hasta
el punto de poder ser calificado de dócil y hábil. La previsión y la firmeza espiritual están
escasamente desarrolladas. De temperamento alegre, el negro vive, en general, frívolamente al
día"61.
En sus conclusiones, Lenz concuerda con Fergurson, el cual, en su obra "The psychology of the
Negro", señala como características de la raza negra: inestabilidad, falta de espíritu previsor y de
prudencia, de constancia, de espíritu de iniciativa y de combatividad ("ambition") así como una
cierta tendencia a contentarse con éxitos momentáneos.
Lenz adscribe a la raza negra un cierto infantilismo, del cual derivan muchas de las características
antes indicadas al igual que otras como su crueldad, tantas veces mencionada, y su tristemente
célebre falta de control sexual (que, según Lenz descansa menos en una especial fuerza del instinto
sexual que en un general desenfreno infantil). Por último son de destacar la vivacidad y la aptitud
gesticulante (concretada, por ejemplo, en el jazz), así como las escasas aptitudes organizativas y
público estatales de la raza negra. Como ejemplo de esto último véanse los casos de Haití, Liberia y,
hoy día, los infinitos ejemplos que nos ofrecen la inmensa mayoría de países liberados del
colonialismo". "Obras geniales en el sentido europeo -concluye Lenz- no han sido creadas jamás
por un negro"62. "Ningún negro pura sangre -podemos leer en la "Enciclopedia Británica" se ha
distinguido jamás como hombre de ciencia, poeta o artista, siendo la fundamental igualdad

60
Según el informe del FBI de 1954, los "ratios" que indican la proporción de los crímenes cometidos por negros en relación a los crímenes
perpetrados por individuos de raza blanca, era la siguiente: para el asesinato 16/1; para el robo 13/1 y para las violaciones 6/1. Frente a la teoría
sostenida por Klineberg, de que "no se ha descubierto ningún factor que sea responsable del crimen", el Dr. Garrett comenta: "se requiere un grado de
imaginación que no posee el que analiza estos datos, para no  ver en ellos ningún "factor racial' ". Ya en 1910, el criminólogo holandés W. A. Bonger,
estudiando el censo de los Estados Unidos, observaba que la criminalidad era superior entre los negros que entre los blancos. El citado criminólogo
mostraba que "la criminalidad de los negros en los Estados del Norte es considerablemente superior que en los Estados del Sur, a saber: tres a uno". A
pesar de que los negros constituyen el 10 por ciento de la población, los informes del FBI proporcionan los siguientes porcentajes de participación del
elemento  negroide en la criminalidad norteamericana en tantos por ciento en los años 1955, 1956 y 1960 respectivamente: Drogas:
64, 61, 62. Ataques graves: 64, 68, 62. Asesinatos: 60, 66. Prostitución y vicio: 59, 48. Robo: 51, 52, 56. Violación: 43, 45 y 55 por ciento. W. C.
George atribuye estas cifras claras y sorprendentes al hecho de que la raza negra "muestra una vida emocional más incontrolada y falta de
autodisciplina que los blancos" (obr.cit. pp. 23 s). También en Inglaterra, como consecuencia de la masiva afluencia de inmigrantes de color,
procedentes de África y de las Indias Occidentales, se han registrado aumentos en la tasa de criminalidad. "Resulta bien claro -afirmaba el Cambridge
Institute of Criminology- que la proporción de los inmigrantes convictos por delitos violentos es muy superior a la encontrada en la población nativa.
Cometieron el 33 por ciento de los ataques a la policía y mis del 20 por ciento de los altercados públicos". Por lo que se refiere a las enfermedades
venéreas, según el "Daily Telegraph" (8.3.64) el 53 por ciento de los pacientes de las clínicas destinadas a los afectados por este tipo de enfermedad
eran inmigrantes de color. Según el "British Journal of Venereal Disease" de 1963, la gonorrea se daba entre los West Indians con una frecuencia 20
veces mayor que entre los blancos. En un estudio de 173 clínicas de Inglaterra y Gales, realizado por el "Times", se comprobó que el 37 por ciento de
los casos masculinos y el 41 por ciento de los casos femeninos eran inmigrantes. No hay que olvidar que, por aquel entonces, la población de color
del Reino Unido ascendía aproximadamente a un millón, lo que no llegaría a representar un 2 por ciento del total de la población británica (V. Colin
Jordan, obr. cit., p. 21.)
61
Friedrich Keiter, haciendo un análisis comparado de la poesía lírica de polinesios y negros africanos, muestra cómo el alma del negro  se encuentra
más aferrada y se proyecta con mayor énfasis hacia el presente, cercano e inmediato. La realidad circundante lejana en el tiempo o en el espacio- atrae
menos su interés, siendo mencionada con muy escasa frecuencia en las canciones de los pueblos negros. As¡, mientras las palabras que describen este
ambiente distante, apenas visible (por ejemplo: el bosque, el paisaje, el cielo, las nubes, las estrellas, etc.) aparecen en un 21 por ciento del
vocabulario empleado en las canciones polinesias; lo hacen sólo en un 4'4 por ciento en las canciones negras. "De acuerdo con su lírica -afirma
Keiter- los negros ven poco en el lejano futuro y poseen escasa visión general, orientando mucho m s su mirada al presente tangible o inmediato.
Cuando una característica básica semejante es expresada en el arte pictórico al igual que en la poesía lírica  nos encontramos ante un estilo de
Weltanschauung. En todo caso es un rasgo que no está  limitado a la esfera de los estilos artísticos". ( F. Keiter: "Race and Culture", en "Race and
Modern Science". p. 362).
62
Como han observado muchos autores, del escaso numero de negros que han adquirido cierta preeminencia en la historia, muy pocos puede decirse
que sean de raza negra pura. Reuter, en su estudio "Mulatto in the United States" comprobó que de 139 famosos "de color", 135 eran mestizos, Por lo
demás, como bien puntualiza Fritz Lenz, habría que ver si los cuatro restantes no llevarían en sus venas sangre oriental de su herencia africana.
Booker T. Washington, famoso pedagogo norteamericano "de color", era hijo de madre negra y de padre blanco. Fritz Lenz: obra citada. pp. 524
reclamada por filántropos ignorantes desmentida por toda la historia de la raza a lo largo del periodo
histórico "63.
La prueba de las escasas dotes creadoras del negro podemos verla en su prácticamente nula
aportación a la civilización y a la historia de la humanidad. Lothrop Stoddard subraya la "falta de
originalidad constructiva" de la raza negra "que no ha creado nunca una civilización propia". Desde
el primer momento, escribe, vemos en el negro un ser que difiere profundamente, no sólo del
blanco, sino de otros tipos raciales ( como el amarillo, el "moreno", etc.).
"El hombre negro está sin duda, agudamente diferenciado del resto de las ramas de la humanidad.
Su cualidad sobresaliente es la superabundante vitalidad animal. En esto sobrepasa con facilidad a
todas las demás razas. A ello debe su intenso emocionalismo. A ello, de nuevo, es debida su
extrema fecundidad; el negro es el más rápido de los reproductores" . Esta vitalidad se muestra
asimismo en la capacidad del negro para sobrevivir en condiciones de esclavitud en que otras razas
habrían perecido y, por último, en la prepotencia que muestra la herencia negra en los cruces
raciales, pues "la sangre negra, una vez que se introduce en un tronco humano -dice Stoddard-,
parece que no es eliminada de nuevo jamás". "La ineptitud política del negro, que no se eleva jamás
por encima del concepto tribal -continua el raciólogo norteamericano-, ha reducido a África a un
mosaico de pueblos, que luchan entre sí de un modo salvaje y ampliamente adictos al canibalismo.
Las religiones nativas eran generalmente sanguinarias, exigiendo una prodigalidad de sacrificios
humanos. Las matanzas ordenadas por los brujos y hechiceros adquirían a veces proporciones
increíbles" cosas todas estas contra las que actuó el poder político blanco, que luchó contra la
enfermedad, puso término a las guerras tribales y erradicó toda aquella amplia gama de
abominables supersticiones. Mientras que "la raza blanca -añade Stoddard- desarrolla un estable
poder constructivo en un grado que no tiene parangón, especialmente en sus ramas nórdicas; los
pueblos morenos y amarillos han contribuido poderosamente a la civilización del mundo,
influenciando profundamente el progreso humano. El negro, por el contrario, no ha contribuido
prácticamente a nada.
Abandonado a sí mismo, siguió siendo un salvaje, produciendose su única aceleración en el pasado
allí donde los hombres de tipo moreno han impuesto sus ideas o alterado su sangre. Los poderes
creadores del europeo y del asiático no existen en el"64.
El negro se ha mostrado incapaz en el Nuevo como en el Viejo Mundo. "Por doquier ha significado
su presencia regresión, habiendo resultado la tierra de su triunfo en el Nuevo Mundo -Haití- un
abismal sumergirse en el nivel de la jungla de Guinea o el Congo"65.
Carleton Putnam demuestra la falsedad de los argumentos sostenidos por la jerarquía del
"establishment”, según los cuales la deficiencia cultural que acusa la raza negra es debida al
aislamiento en que esta ha desarrollado su existencia, lejos de todo contacto con las influencias

63
) Enciclopaedia Britannica", 9. edición. 1884. Vol. 17. p. 318.
64
L. Stoddard: "The R ising of Color". New york. 1921. pp. 90 ss. Basándose en estos hechos, Stoddard concluye que "las relaciones del hombre
blanco con la raza negra adquirir en el futuro un matiz muy distante al de los que aquel habrá  de mantener con los pueblos asiáticos. Mientras el
asiático, que posee un amplio patrimonio de creencias, tradiciones y experiencias y es consciente de su pasado y de sus potencialidades, es reacio a las
innovaciones extranjeras y hostil a una influencia blanca; el negro, debido a su falta de originalidad creadora, es extremadamente susceptible a las
influencias externas". El negro, al no  tener pasado -señala el autor norteamericano-, da la bienvenida a la novedad y tácitamente admite que otros son
sus amos... La relativamente débil resistencia presentada por los negros, naturalmente valientes, a la conquista blanca y morena, la pronta recepción
del Cristianismo y el Islam, y el extraordinario ascendiente personal adquirido por individuos  árabes o europeos; "todo ello indica una buena
voluntad para aceptar el tutelaje que es  completamente ausente en el asiático" (p. 91 s). Estas condiciones se encuentran hoy, por obra de la
demagogia democrática internacional, sensiblemente adulteradas. Sobre todo, como  señala Parker Yockey, a raíz de la pérdida de prestigio del
hombre blanco, del europeo, que trajeron consigo las ultimas guerras mundiales (en estas guerras, el hombre de color -que combatía en los ejércitos
aliados en las mismas tierras de Europa- aprendió que el "amo y jefe blanco" podía ser derrotado y no era tan poderoso y respetable como parecía).
"Por doquier en el mundo de color -escribe Yockey- perdió el europeo blanco poder y prestigio" (en este sentido, añade, no  sólo perdieron la guerra
los dos Estados dirigentes, Alemania e Inglaterra, sino el "organismo occidental considerado en su conjunto, aunque este organismo no hubiera
tomado parte como  tal en la guerra". "Der Feind Europas". 1953. p. 7. Las consecuencias están a la vista
65
Ibid. pp. 141 ss.
civilizadoras. El mismo atraso cultural, afirman los sostenedores de esa idea, presentara hoy día la
raza blanca, si hubiera vivido en condiciones semejantes, de aislamiento geográfico.
Frente a esto, Putnam responde que es totalmente falso que África haya
carecido de contactos con otras culturas (recuérdese la colonización
árabe, europea, etc.); lo que, ocurre es que la raza negra no ha sabido
responder a esas incitaciones civilizadoras, por carecer de energía
necesaria para ello. Mientras las razas blanca y mongoloide han
demostrado -dice el mencionado autor- poseer "una yesca que responde a
la antorcha de la civilización", "el negro, como raza, no ha respondido
literalmente jamás". "Esto -añade-no quiere decir que los caucásicos y
mongoloides hayan respondido siempre. Grupos marginados han existido
en ambas razas. Pero en el caso del negro toda la raza en su conjunto,
excepción hecha de algunos individuos poco frecuentes, ha estado
siempre, y está  aun, marginada"66. "La raza negra -afirma el famoso
historiador británico Arnold Toynbee- no ha aportado por sí sola
contribución positiva alguna a ninguna civilización". Por mucho que
duela a la actual sensibilidad igualitaria, difícil es negar este hecho tan
evidente.

"Ninguna contribución a las artes de la civilización -constataba también la British Association for
the Advancement of Science-, ha venido de Africa, que no ha producido sino destrucción y
explotación ruinosa de recursos naturales"67.
Y no se trata de cosas inventadas por una mente llena de prejuicios o por fanáticos racistas
intolerantes. Abraham Lincoln, el gran defensor de los negros norteamericanos percibía
perfectamente esta realidad cuando, al firmar la Emancipation Proclamation, por la cual se abolía la
esclavitud en los Estados Unidos, calificaba a la raza negra de "raza inferior" cuya asimilación por

66
C. Putnam: "Race and Reality'.. Washington. 1967. pp. 61.
Nos encontramos aquí con ese justificante del "ambiente", tan característico del igualitarismo antirracista. "Environment -dice Putnam- fue la palabra
exorcista, el abracadabra del movimiento  negro. Fue la excusa, escuchada desde Zanzíbar a Seattle, capaz de explicarlo todo y que cubre un periodo
de tiempo que va del alborear de la historia a la actualidad -aunque uno podría suponer , en palabras de un escritor, que en 6.000 años la suerte del
negro habr¡a cambiado al menos por una  vez"(p;47).
67
Citado por H. B, Isherwood. , "Cuando clasificamos a la humanidad por el color -escribe Arnold Toynbee-, la única de las razas primarias que
surge de esta clasificación, que no ha hecho una contribución creadora a ninguna de nuestras veintiuna civilizaciones es la raza negra" ( " A study of
History", 4 ed., New york, 1948, 1, p. 233). Toynbee puntualiza, no obstante -dominado por la hipnosis colectiva de signo igualitario que absorbe la
mente de nuestros contemporáneos-, que ‚esto no debe hacer pensar que la capacidad de civilización no  sea "the universal birthright of mankind" (el
derecho natural universal de la humanidad), ya que sólo han transcurrido 6.000 años desde la aparición de la primera civilización y es demasiado
pronto para juzgar si el negro  se encuentra "en un sueño diurno... paralizado... o eliminado de la carrera (out of the running)". A este respecto, otro
escritor ha argüido que "si  60 siglos es un periodo demasiado corto para que el hombre pueda sacar deducciones generales acerca de su pasado, la
labor de toda la vida de Toynbee ha sido una perdida de tiempo". Carleton Putnam, por su parte, se declara dispuesto, no  sin cierto escepticismo, a
aceptar la posibilidad de que el negro adquiera una mayor capacidad para la civilización en los próximos 500.000.000.000 de años, cifra que Toynbee
sitúa antes‚ según los cálculos astronómicos (C. Putnam: "Race and Reason". Washington. 1961. p.52)
la sociedad norteamericana no era "ni posible ni deseable". También Albert Schweizer, el cual
sacrificó su vida en el hospital de Lambar‚ en aras del bien físico y moral de la raza negra, quedó
tan plenamente convencido de la falta de capacidad del negro, que no consideraba mereciese la pena
prepararle para asumir las más altas responsabilidades del hospital.
"El negro -decía- es un niño, y con los niños nada puede realizarse sin hacer uso de la autoridad"68.
Por lo que se refiere a la raza mongoloide, Fritz Lenz la caracteriza como una raza que presenta
ciertos rasgos femeninos, dotada para el comercio, menos guerrera que la europea, de poca
inclinación científica y metafísica, sobriamente práctica, más apta para la imitación que para la
invención y con una cierta inclinación al colectivismo.
El carácter del mongólico, como bien observa Lenz, más que aventurarse en lo desconocido, más
que inventar, descubrir y conquistar prefiere aferrarse a la producido, a la existente 69. Ello va unido
a ese carácter pasivo que señala Woltmann y que caracteriza a la raza amarilla. "Entre los mongoles
apenas pueden señalarse grandes pensadores, inventores y descubridores en el sentido europeo de la
palabra", añade Lenz.
La memoria del mongoloide es más fuerte que su razón critica. Es de destacar en el‚ un menor
interés por las ciencias abstractas que por lo histórico. "El chino -comenta el mencionado científico
alemán- se caracteriza por una fácil comprensión y una buena memoria, pero no por la fantasía, el
sentido crítico y la abstracción. Por ello, puede ser un buen erudito, pero no un gran investigador y
pensador". La necesidad metafísica del hombre de raza amarilla es tan ínfima como la científica.
"Las enseñanzas de Kung Tse (Confucio) y Lao Tse no versan sobre temas de naturaleza metafísica,
sino que están de manera totalmente preponderante orientadas a la vida social práctica.
Dondequiera que en los escritos de los famosos filósofos chinos  trata de cuestiones generales, se
hacen éstas peculiarmente oscuras y vagas".
Gobineau, a pesar de reconocer a la raza amarilla aptitudes muy superiores a la raza negra, le
negaba la capacidad de ocupar un puesto principal en la escala de la civilización ya que, según el
genial pensador francés, "su inteligencia, limitada en otro sentido, no lo es  menos estrechamente
que la de los negros"70, a lo cual se añade que "su instinto de lo útil es demasiado poco exigente".
El ilustre escritor francés caracteriza ala raza amarilla del siguiente modo: "Una carencia absoluta
de imaginación, una tendencia única a la satisfacción de las necesidades naturales, mucha tenacidad

68
Citado por Carleton Putnam. Pero no se vaya a creer, por todo lo que venimos diciendo, que todo hombre de raza blanca es superior a cualquier
negro  o  individuo de otra raza. Estamos muy lejos de mantener semejante estupidez, que algunos ilusos pueden sostener porque así conviene a su
egoísmo subsconsciente y a sus insatisfechos y necios instintos, aún cuando quizás sean ellos la primera refutación de la hipótesis. Visto lo que la
Europa de hoy nos muestra, pocas ilusiones podemos abrigar al respecto: ciertamente no  se puede dudar ni un momento que muchos hombres de
otras razas son superiores a los que aquí tenemos. Ya científicamente sería difícil mantener la afirmación anterior . Pero, sobre todo, la superioridad
viene definida por criterios morales, espirituales, de altura humana; por el estilo, por la total identificación con lo más elevado de la propia raza,
podríamos decir. Podemos encontrarnos con un blanco, muy inteligente y muy dotado  pero sin raza; y con un negro  verdaderamente de raza. Yo
personalmente, he de decir que siento una mayor vibración espiritual junto a éste que junto a aquel.
Nosotros, aquí en España, en la ‚poca estival sobre todo, tenemos ocasión de observar valiosísimos ejemplares de "raza superior"... y si todo eso que
vemos tiene algo que ver con la "superioridad", ¡Dios me libre de semejante cosa!... Yo, no lo puedo negar, tengo mucho más en común con los Black
Muslims (racistas negros de Norteamérica) que con toda esta bazofia burguesa, marxistoide, "progre" y no se cuantas cosas más, que inunda nuestra
Europa. Y no hablemos de la clara superioridad de los nobles Samurais o de los heróicos Kamikazes.
69
Este aferramiento a lo  heredado, a todo aquello que viene del pasado, es la gran virtud de los pueblos orientales; a la cual deben toda su grandeza y
en la cual ciertamente superan a los pueblos occidentales, a las razas europeas actuales. Es precisamente gracias a esta cualidad, como gran parte de la
tradición primordial se ha conservado hasta nuestros días mucho  más íntegramente en Oriente que en Occidente, donde prácticamente ha
desaparecido  o  ha quedado totalmente aletargada.
De los pueblos orientales, destaca  su actitud de amor a la tradición, ha de aprender nuestra raza una valiosa lección, si quiere volver a encontrar su
más alto ser. No hay que olvidar que en ciertos núcleos de lo que actualmente conocemos como "pueblos amarillos", late una remota herencia aria -y
no sólo desde el punto de vista espiritual-; herencia que puede percibirse en algunos de los rasgos físicos de los pueblos del Extremo Oriente -en sus
estratos superiores- y a la que hay que atribuir sus más grandiosas creaciones y su más elevado y rico patrimonio espiritual y tradicional.
70
A. H. Keane afirma que los chinos "parecen ser en algunos aspectos casi tan incapaces del progreso como los propios negros, estribando la única
diferencia esencial en que la detención del desarrollo mental ocurre más tarde en la vida para el amarillo que para el negro" ("Ethnology", pp. 322 y s,
citado por E. S. Cox). A esto  se debe, según Keane, el estancamiento de la cultura china, que fu  producida por las tribus Bak, que hablan estado en
contacto con los acadios de Babilonia, de los cuales tomaron elementos de civilización
y perseverancia aplicadas a ideas vulgares o ridículas, cierto instinto de la libertad individual,
manifestado, en la mayoría de las tribus, por el apego a la vida nómada, y, entre los pueblos más
civilizados, por el respeto de la vida doméstica; poca o ninguna actividad, ninguna curiosidad de
espíritu, nada de ese gusto apasionado por los adornos, tan manifiesto entre los negros: he aquí los
rasgos principales que todas las ramas de la familia mongol presentan.
De aquí su orgullo profundamente convencido y su mediocridad no menos característica, no
sintiendo más que el aguijón material y habiendo encontrado desde muy antiguo los medios de
satisfacerlo"71.
Aun reconociendo al pueblo chino unas dotes intelectuales muy semejantes a las del europeo,
Isherwood observa "una asombrosa deficiencia" manifiesta en el hecho de que jamás a través de su
larga historia desarrollaron en un modo cualquiera lo que ahora llamamos la aproximación
científica (o sea scientific approach) a un problema". Esto a pesar de sus numerosos inventos:
pólvora, papel, seda, etc. "Su lenguaje desarrollado empíricamente, con su infinita serie de
improvisaciones y su compleja ideografía puede haber tenido algo que ver con esto. El no haber
conseguido descubrir el principio del alfabeto y la teoría de las matemáticas impondría un severo
handicap en el razonamiento formal, analítico o científico.
La ausencia de este elemento de su cultura por un periodo tan largo, podría indicar una
diferenciación racial de orden mental"72.
La raza amarilla aparece también caracterizada como una raza femenina, más pasiva y menos
amante de la personalidad, de la acción y del dominio, que las razas europeas.

71
Conde de Gobineau: obra citada, p: 282.
72
H. B. Isherwood: obra citada. P. 237 y s.
Fritz Lenz afirma que los mongoles difieren de los
europeos en una medida semejante como la mujer difiere
del hombre; "son más receptivos que creadores, siendo
además contentadizos y pacientes".

Las diferencias entre los sexos no son tan acentuadas,


tanto física como psíquicamente, como entre los europeos.
En los chinos es constatable una menor actitud de valor
varonil y la disposición al ataque que la valentía femenina
en el padecimiento. El mongoloide se encuentra más a sí
mismo, como dice Lenz, "en el sufrir" y en el padecer que
en la acción liberadora". De ahí que entre los pueblos
orientales se haya dado tanto lo que precisamente se ha
designado con el nombre de "despotismo oriental",
despotismo que saben soportar con un estoicismo
asombroso para nosotros los occidentales lo cual también
es explicado por ese mayor instinto gregario de la raza
amarilla de que tantas veces se ha hablado.
Ejemplo que ilustra perfectamente lo que decimos es el caso de la China de Mao, el Viet Nam de
Ho-Chi-Min o la Camboya de los khmer rojos, donde parece cumplirse aquel dicho de que cada
pueblo tiene el régimen que se merece, pudiendo también señalarse el de las hordas mongolas que
llegaron a Europa, recuerdo que no debería dejar de tener cierto efecto admonitorio sobre la
población europea.
Esta inclinación al colectivismo, propia de una raza de nivel inferior, parece constituir un rasgo
peculiar de las poblaciones mongoloides 73. Menos móvil que la raza europea, según Lenz, "se apega
a lo heredado, quedando absorbidos en la comunidad. Son un terreno fértil para las sugestiones de
masa y para el mandarinismo". A la influencia mongólica habría que atribuir , según el mencionado
autor, la observación de Radosawljewitsch sobre el pueblo ruso: "El pueblo ruso no tiene el deseo
de dominar; es pasivo por naturaleza, más bien suave, presto a obedecer más semejante a la
naturaleza femenina que masculina"74.
 La raza amarilla parece ofrecer, de modo patente, un menor campo de diferenciación personal. Se
cumple aquí "aquella ley -a la que refería Gobineau- de que las razas simples no presentan sino
ligeras desviaciones de un tipo nacional inmóvil" (obra citada, p. 215)75.
Es algo que parece totalmente claro que cuanto más elevada es una raza, tanto mayor gama de tipos,
de vigorosas personalidades ofrece; personalidades que, concentrando en sí la intensidad y la

73
Este carácter, unido a su propensión a la superstición, a su falta de proyección metafísica, es lo que ha movido a muchos autores a considerar como
menos dotada a la raza amarilla. De "raza inferior" la calificaba el famoso intelectual portugués Teófilo Braga ("Sistema de Sociologia", cap. 1.
1, p. 44).
74
No deja de llamar la atención que otro inmenso país, la Unión Soviética, que cuenta con considerables masas, que han dejado de sentir su
influencia en el substrato del pueblo, de población mongoloide y que aniquiló  sistemáticamente a lo  más selecto de su élite europea, sufra tan
pacientemente, y desde hace tanto.
75
Es interesante el hecho referido por Gobineau de que los chinos "pretendan descender de los monos y de ellos se encontraban satisfechísimos". Idea
próxima al totemismo de las razas negroides y paralela también al mito evolucionista de la sociedad democrática actual, creación, y creadora de
hombres masa (Personalidad frente a domesticación, despersonalización, embrutecimiento, regresión a esferas de lo infrahumano y de lo  animal).
Los monos que, en la epopeya hindú, ayudaron a Rama en su campaña contra Ceilin, podrían ser, a juicio de Gobineau, "tribus de amarillos
acampados en las estribaciones meridionales del Himalaya". Muchos científicos e investigadores efirman que los rasgos de genio y de personalidld
que se presenten entre los pueblos de raza amarilla son debidos a la influencia remota de corrientes indoeuropeas o  cruces que llegaron hasta el
Extremo Oriente.
Hay quien ha llegado a sostener que la raza mongoloide, que ha sufrido hondamente de la mezcla racial, podría ser el resultado del encuentro de
primitivos núcleos blancos y negros. Tal es la idea expuesta, por ejemplo, por Ira Calvin, que sostiene que "en el principio había dos razas la negra y
la blanca". Calvin señala que el mulato surgido de la mezcla de blanco y negro suele presentar un color de la piel muy próximo al de los japoneses o
chinos ("The Lost White Race", Brookline, 1944, pp. 83 s),
profundidad del propio ser racial, son , tanto más grandes, cuanto más grande es la raza que en ellas
late.
Podríamos hablar de razas de personalidad y razas de masa así las primeras presentan una tendencia
acusada a la personalización, a la diferenciación y a la jerarquía, tendencia que, como hemos dicho,
se agudiza tanto más cuanto más elevada y noble es la raza en cuestión; algo así como si la persona
"absoluta" intentara encarnarse en términos raciales concretos. A las segundas corresponde un total
desconocimiento y hasta aversión del principio de personalidad, así como una marcada tendencia a
la promiscuidad, al colectivismo ya todo lo que de más bajo ofrece la realidad humana.
Mientras el tipo de las primeras es el del hombre héroe, del creador y del señor, el de las últimas es
el del hombre-masa. De aquellas ha nacido el principio viril del Estado; a estas corresponden el
despotismo y el colectivismo76. En todo proceso de decadencia se da la tendencia del paso de una
raza a la otra y este es, principalmente, uno de los efectos del mestizaje: producir un ser promiscuo,
mediocre y sin garra, material propicio para la tiranía de las fuerzas materiales, de cualquier signo
que estas sean.
Se ha señalado en repetidas ocasiones que si a lo largo de la historia es constatable una cierta
preferencia por los esclavos negros, esto es debido precisamente, unido a su resistencia física, a su
carácter dócil y manejable.
El análisis de las diferencias espirituales entre las razas, nos lleva a un campo mucho más difícil y
profundo, al  cual, no siendo éste el lugar , más adecuado para tratarle, volveremos a referirnos en el
capítulo dedicado a las "razas del espíritu". Basten por el momento, para tener una ligera idea de las
profundas diferencias existentes entre unas y otras razas en la más  alta esfera de la realidad
humana, con apuntar algunos rasgos de sus íntimas creencias y vivencias religiosas, de sus puntos 
álgidos de su concepción del mundo y de la vida.
Cada raza concibe y vive de una manera radicalmente distinta las más altas realidades de la vida y
del ser humano. La concepción de la Divinidad, del hombre y su destino, del orden cósmico, de la
eternidad, del mundo del espíritu, varían profundamente de una raza a otra, así, por ejemplo, la raza
negra aparece siempre ligada a las formas más bajas y pobres de religiosidad. No sólo no hay
intuición de los grandes problemas y de las altas esferas de la vida humana, sino que, aun cuando
hay siquiera el intento de una aproximación a dichas realidades, estas quedan rebajadas hasta el
nivel de lo infrahumano, en el cual lo sobrenatural se mezcla con lo animal y a las más oscuras
fuerzas de la naturaleza. La raza negra no parece haberse elevado nunca por encima de ese
fetichismo y animismo que constituyen las más pobres muestras de vida espiritual del ser humano
que las corrientes cientifistas-actuales pretenden hacemos  creer han constituido el primer escalón
en la evolución religiosa de la humanidad77. En esta forma de concebir el mundo, el hombre aparece

76
Al igual que la  mujer presenta un menor campo de expresión de la personalidad y muestra en el fondo de su psiquismo -la mujer participa más del
plano de lo naturalmente dado- una cierta inclinación hacia todo cuanto es fenómeno masivo y gregario (atracción por la moda, gusto por la compañía
y por la acción desordenada en grupo, etc.), a las razas que presentan esta tendencia hacia el tipo de raza-masa o raza-horda -idea próxima al concepto
de "raza de naturaleza" expuesto por Evola- les suele caracterizar un carácter femenino (véase lo que hemos dicho de la raza amarilla y algunos de los
caracteres que hemos señalado en las razas judías o negroide). Las razas viriles, por el contrario (ej.: raza aria), son las que presentan una mas potente
personalidad, una conformación espiritual de1 ser mas vigorosa.

Otto Weininger mostraba el paralelismo existente entre ciertos rasgos del alma femenina y del ser anímico del pueblo judío. Innecesario es recalcar
aquí las tendencias. colectivistas, caóticas y despersonalizadas tan patentes en el capitalismo occidental y en el marxismo- de esta raza. En la obra
sobre los pueblos negros de África -algunos rasgos femeninos de su carácter han sido señalados por diversos antropólogos--, Maurice Delafosse, al
tiempo que señala la frecuencia del parentesco entre los pueblos de África, habla del "colectivismo que caracteriza en alto grado a la civilización
negra", señalando que "en cada individuo de una multitud negro africana, y  en  grado más acentuado aun que en  cada individuo de una multitud
europea, hay dos personalidades un hombre y un fragmento anónimo de colectividad" ("Los negros", Barcelona, 1931, pp. 47 y ss. y 70). Recuerde
cómo el antiguo régimen de matriarcado, característico de ciertas razas, como por ejemplo entre las antiguas poblaciones mediterráneas, va unido a la 
promiscuidad sexual y el colectivismo social. Alfred Rosenberg ha expuesto, en líneas magistrales, esta íntima conexión entre el amazonismo
feminista, la revolución sexual y el colectivismo social y político, y tampoco ha de perderse de vista la tendencia al heteirismo y al colectivismo que
muestran en grado creciente los pueblos desarianizados y desvirililados de la Europa actual, que se precipitan en el abismo de la más negra
decadencia, fruto del eclipse espiritual y de su alienación y sometimiento a elementos alógenos.
77
) Como ya hemos puntualizado  en otras ocasiones, se trata aquí más de formas degeneradas, degradadas y adulteradas que de formas originarias. A
esta idea va asociada como puede apreciarse fácilmente, la teoría evolucionista.
dominado por fuerzas mágicas inferiores e infrahumanas, careciendo, así. el ser humano de toda
posibilidad de elevación, de toda proyección trascendente y viendo, por tanto, cerrado el camino
hacia la liberación y la realización. Los negros "desde el origen de su especie -escribe el conde de
Gobineau- no dejaron de concebir la religión  bajo el aspecto de la animalidad ". Para Gobineau, las
formas idólatras de adoración de animales existentes en el antiguo Egipto eran debidas a la mezcla
de sangre negra. Gobineau caracterizaba la más brutal superstición, la adoración a  "todo lo que
puede inspirar temor" con el "eterno culto de quien lleva en las venas sangre de negro"78. "La
RELIGIÓN del negro -escribe Robert Brown- es tan ruda como el templo que erige para resguardo
del objeto de su veneración o temor. De un ser supremo no conoce nada. Sus únicos pensamientos
son los de propiciar la cólera de seres demoníacos por medio de 'fetiches' o encantamientos,
combinados con la fe en el destino, en la fatalidad, la astrología, la necromancia, los amuletos, los
hechizos, los agüeros, los días favorables y aciagos, la fortuna, y los buenos y malos genios de los
individuos, en una palabra: superstición del tipo más bajo"79.
Otra  forma de concebir la religión, la divinidad, y sus relaciones con el hombre la encontramos en
la contra raza judía. En este pueblo -como veremos más adelante con más detenimiento -
encontramos una religión concebida desde el punto de vista de una alianza entre un dios particular,
exclusivo del pueblo elegido, al cual promete la dominación del mundo; religión que:
desconociendo toda otra realidad superior, sólo se preocupa de esta vida. Alfred Rosenberg señala
que, mientras en la mayoría de las religiones se pretenden frenar los impulsos instintivos, en el
pueblo judío ocurre lo contrario:
“un continuo azuzamiento, apoyado en su peculiar religión, a la posesión de bienes materiales (el
robo, la mentira, la violación aparecen incluso permitidos y fomentados, con respecto a los no
judíos, por su "religión"). "Al estudiar la historia y los textos de los judíos no se encuentra apenas
otra cosa que actividad sin pausa y sin fin, una concentración totalmente unilateral de todas las
fuerzas hacia el bienestar terrenal"80 .
Esto coloca al pueblo judío en una situación muy inferior y opuesta al sentimiento religioso del
resto de los pueblos.
"Eternamente bajo otros nombres y, sin embargo, siempre conservando su identidad; siempre
aseverando la verdad y siempre mintiendo; creyendo eternamente en su "misión" y, por el contrario,
de una total infructuosidad y condenado como parásito, el eterno judío ofrece el más radical de los
contrastes con Jajnavalkya, Buda, Lao Tse. Allá calma, aquí actividad81;  allí bondad, aquí taimería;
allí paz, aquí odio de lo más profundo contra todos los  pueblos del mundo; allí una comprensión
total (All verstehen), aquí una completa impotencia e incapacidad para comprender nada", El
hombre de raza amarilla, si bien su mundo religioso se encuentra en un plano mucho más elevado,
lo limita a lo puramente moral, olvidando la proyección metafísica, que es la que le da un contenido
verdaderamente elevado y superior. Se revela aquí, una vez más, el aspecto práctico, carente de
elevación y que es índice de una cierta mediocridad del individuo de raza mongoloide.
Rosenberg se pregunta si "esta aparente y bella calma del chino no significa una inmovilidad interna
del alma, que no es sino reverso del escasamente vivo interior"82.

78
Gobineau: obra citada, pp.203 y ss
79
En nuestros días -escribía Angel Ganivet- se trabaja con pasión por convertir a los negros africanos; es posible que en breve se nos diga que ya
están todos catequizados, y es posible que a1 cebo de a1gunos siglos aparezcan adorando a groseras divinidades, no muy superiores a 1os fetiches que
hoy adoran, y viviendo conforme a sus prácticas nativas", Ganivet comprendía lo absurdo de querer cambiar como si todos los hombres fueren
iguales  y  se tratara de un mero barniz superficial las profundas creencias y opciones espirituales de un pueblo, olvidando su naturaleza social
80
A. Rosenberg: "Wesen und GrundsBtze und Ziele der NSDAP" München, ed. 1937, pp. 5755
81
) La palabra que emplea Rosenberg es "Geschäftigkeit', difícil de traducir al castellano, y que podría equipararse a "negociosidad"; indica la idea de
una actividad en sentido material, de tipo mercantil o de negocios.
82
Alfred Rosenberg' "Der Mythus des 20 Jahrhunderts", München, 1935, p, 265 y s.
Por encima de todas estas formas inferiores de
espiritualidad aparece radiante la actitud, la experiencia y
las creencias religiosas de los pueblos indoeuropeos, tal y
como presentan en el mazdeísmo persa, en la religión
olímpica griega, en el brahmanismo indo ario, en la
austera religión patricia de la antigua Roma, en el
cristianismo en sus formas más elevadas. En todas estas
religiones -con diferentes matices- motivados por la época
en que se presentan en la evolución histórica encontramos
las ideas que han constituido y constituyen el más alto
patrimonio de la humanidad: creencia en una divinidad
única, en la inmortalidad del espíritu y en un mundo de
ultratumba; concepción de la vida del hombre como un
campo de lucha del bien y del mal, donde el hombre ha de
tomar una postura activa, de la cual depende su existencia
sobrehumana; conciencia de la presencia de lo sagrado en
todas las esferas de la vida.

Contrariamente a lo que hasta época reciente se había creído, las religiones arias son esencialmente
monoteístas:
En el fondo de todas ellas late la creencia de una divinidad única, inconmensurable, inexpresable y
que sobrepasa los límites mismos de la comprensión de la mente humana. Dada la propia limitación
del intelecto humano, éste ha de recurrir a expresar esa realidad suprema mediante la
personificación de las distintas fuerzas a través de las cuales se manifiesta. Surgen, así, los dioses
(Wotan, Apolo, Zeus, Mitra, Atenea, Baldur, Thor, Minerva, etc.) como representaciones de las
fuerzas de la divinidad; fuerzas que el hombre ha de realizar en sí mismo, para conseguir una
existencia sobrenatural. (Así, por ejemplo, Zeus, el "dios padre", que volveremos a encontrar con
idéntico nombre en el cristianismo -"Zeus pitar": "Deus pater"-, es el dios del poder y de la
sabiduría supremas; Apolo es el dios de la virilidad, del equilibrio y de la belleza. En épocas de
decadencia se olvida este significado real y cósmico de los dioses, quedando las creencias
primordiales degradadas al nivel de un tosco paganismo politeísta, que sólo puede satisfacer a los
espíritus más superficiales, propios de los momentos de degeneración83.
Este verdadero monoteísmo de dimensiones cósmicas está  muy por encima del supuesto
monoteísmo hebreo, que crea un dios exclusivista, el cual convive perfectamente -si bien con las
consiguientes fricciones derivadas de la intolerancia y del egoísmo peculiares de esta raza- con los
dioses de los pueblos vecinos.  En todas las religiones indoeuropeas existe esta conciencia de la
existencia de una  realidad sobrenatural, que tiene una proyección concreta y real sobre la vida
humana; una proyección realizadora de las más altas posibilidades del ser humano, gracias a lo cual
éste queda ennoblecido, dignificado, enaltecido, elevado a las más altas esferas de su propio ser;
pues ante ‚el se abren no de un modo más o menos teórico o filosófico, si no de una manera real,
plenamente vivida las puertas del  mundo sobrenatural; mundo  que ‚el, como microcosmos, realiza
en sí mismo a través de cada uno de los actos de su vida. Esta es la idea que late en  el mazdeísmo
persa. Los iranios se consideraban a sí mismos como la "milicia del Dios, de la luz". En cada uno de
los hechos de su vida, el hombre  ha de tomar postura a favor de Ahura Mazda, Dios del bien;
siendo siempre noble y austero, no mintiendo, dando hijos a su raza, cultivando el suelo, luchando
83
Esto podemos apreciarlo de modo claro en la religión egipcia. Como señala Boris de Rachewitz, es erróneo atribuir al faraón Amenhotep IV
Akhenaton la introducción del monoteísmo en Egipto. "Un número impresionante de textos, afirma el abad prof. A. E. Drioton, prueba que los
egipcios poseían ya a principios del Imperio Antiguo una noción filosófica de Dios sustancialmente semejante a la nuestra: la de un Dios nombrado
sin determinaciones por consiguiente, concebido como único, señor de los acontecimientos, providencia de los humanos, juez y retribuidor de las
buenas y malas acciones".
"El panteón egipcio -escribe Boris de Rachewitz- no fue sino una manifestación individualizada del Dios supremo. Entre los estratos inferiores de la
población fue  fácil, por ignorancia, decaer en el politeísmo, considerando cada una de las distintas manifestaciones divinas como existente de por sí y
objeto de un culto particular" (B. de Rachewitz' "I miti e i Luoghi del Antiguo Egitto", Milano, 1961, pp. 73s; 130 y 163).
valientemente en la guerra contra los pueblos de Angrymayniu. El mundo es concebido como un
gigantesco campo de batalla, batalla en la cual el hombre no puede permanecer neutral ; o inactivo;
de ello depende su propia existencia sobrenatural. Al final de la vida terrena, aquellos que se han
mantenido al lado del Dios del bien, entran en el paraíso, a formar parte de los "santos inmortales",
que rodean a Ahura Mazda. Idea ésta del más allá , del mundo de la muerte destinado a los héroes,
que, desde las más remotas épocas hasta el cristianismo, vamos a encontrar en todos los pueblos
indoeuropeos; es el "Walhalla" nórdico, el Olimpo griego...

Nos encontramos mucho más allá , muy por encima,


de las mezquinas promesas terrenales del egoísta,
cruel y vengativo Jehová  hebraico.

La experiencia aria, profunda y real, de lo divino y lo sobrenatural podemos apreciarla -puesto que
en la obra de arte quedan plasmadas las experiencias más auténticas, sutiles e íntimas del hombre a
través de las más grandes creaciones de la historia del arte, en las cuales ha quedado plasmado, de
manera indeleble e inconfundible, el modo en que la vivencia de estas realidades ha sido
experimentada por nuestra raza. las pasiones de Bach, los bellos templos griegos, el canto
gregoriano, las pinturas de un Rafael, un Zurbarán, un Leonardo o un Durero, los brillantes
oratorios de Handel, las majestuosas esculturas de un Miguel Angel o un Tillman Riemenschneider,
la sencillez de los monasterios románicos esparcidos por toda Europa, el "Parsifal" de Wagner, la
música religiosa de Mozart, Haydn o Beethoven, los dramas de Calderón, las grandes catedrales
medievales, la "Graner Messe" de Liszt, las más sublimes poesías de la literatura europea... En
todas ellas hay profundidad (aproximación a aquella "Werte und Breite" de que hablaba Meister
Eckel), equilibrio, recogimiento, grandeza, luminosidad, elevación, acercamiento a algo más alto y
más profundo que lo meramente humano.
¡Que gran abismo entre estas creencias y vivencias religiosas y el torpe animismo y fetichismo de
las tribus de África! . Gran osadía hay que reconocer a los que han pretendido afirmar la igualdad
de los hombres portadores de una y otra realidad. "Cuan increíblemente ancho -escribe Isherwood,
al hablar de las doctrinas del joven ario, Siddhartha-Gautama ( Buda)- es el abismo racial entre esta
imaginativa concepción indoaria del Ser Infinito, hace 2.500 años, y cualquier culto que los
negroides de África han sido capaces de desarrollar hasta el día de hoy"84.
Ernest Senier Cox, estudiando las creencias religiosas hindúes, señala cómo desde los comienzos de
la historia "encontramos hombres de nuestra raza en posesión de los conceptos religiosos más
elevados: la idea de un Dios Todopoderoso; de la encarnación de Dios por el bien de los hombres;
de un nacimiento milagroso de este Dios encarnado; y de la esperanza de la reencarnación de este
mismo Dios". Mientras los arios –añade- esperaban la encarnación de Dios, los judíos no esperaban
sino un Mesía" terrenal.
Como puede apreciarse, lejos de lo que afirman los mitos democráticos igualitarios y universalistas,
las razas humanas están separadas unas de otras por diferencias fundamentales. Estas diferencias se

84
H. B. Isherwood. obra citada, p. 128
elevan desde el plano puramente físico hasta los más altos y profundos niveles del ser humano;
hasta las regiones del espíritu.
He aquí la realidad con la que ha de contar una organización y estructuración del mundo que, lejos
de apoyarse en artificiales y suicidas teorías, pretenda instaurar una verdadera paz y armonía entre
los pueblos; pues aquellas construcciones políticas que están edificadas sobre los sólidos cimientos
de la profunda realidad humana podrán responder a las más altas exigencias y sufrir con éxito las
duras pruebas a las que la someterán los avatares de los tiempos que se avecinan.

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