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Conducta y modelos de psiquismo

4. El psicoanálisis
Hemos mencionado en el a
radigma psicoanalítico y s~a~tad~ _anterior el pa-
sos inconscientes. Es hora dª ~n~~on ª los proce-
en sus aspectos más general: e mear, al menos
psicoanálisis iniciado por Sis, en qué consiste el
fines del si lo XIX comi;nz~~t~d _Freud entre
ba e1nente, al leer estas líneas e siglo XX. Pro-
'd d encuen res farñ,
}ian a con mue110s términos teó • . m,-
. 'l' . 1. . neos prop10s del
ps1coana · , is1s, ta es como
, uiconsciente, su bl.tmacwn
.,
represion,
. 1 ,superyo, . . y otros. Ocurre que en Buenos,
Aires ·a practica
d · f · , psicoanalítica tiene , p rob ablen1en-
te, tnas y1 us1on q~e e~ ninguna otra parte del
mundo. 1nuchos , . . ternunos teóricos propios . d e su
mo d o d e ana11s1s 11an pasado a ser palabras habi-
tuales del habla . de los porteños. Ahora b'1en, para
e~1tend er me1or 1a perspectiva psicoanalítica, con-
viene aclarar ue en verdad, surció com.o una ·téc-
~ca para la cura de determinadas en erme a es.
Freud inició su carrera co1no médico especializán-
d~ en la f151olog1a del sistema nervioso. Una beca
lo llevó a trabajar entre 1885 y 1886 co1{Jean-Martin
C_barcot, en París. Francia. Este médico, que se ha-
bía especializado en el tratamiento de la histeria,
había descubierto un significado para las crisis bls-
t~ricas: creía que en ellas se debían encontrar hue-
·uas de episodios traumáticos de origen sexual, r~-
legados por el aciente a un estado inconsciente.
sta 1 ea influyó po erosamen e en e desarrol o
de las hipótesis y de las técnicas que probaría y
Ilustraciones de Freud,
aplicaría Freud a su regreso, en Viena. Tal como Suplemento Las/12, Página/12.
cuenta la psicoanalista Anna Freud, hija y herede-
ra intelectual de Sigmund, luego del encuentro con
Charcot, "en 1889, Freud se vio influido por
Histeria: neurosis sin base orgáni-
Hippolyte Bernheim, quien en sus demostracio- ca precisa, más frecuente en la mu-
nes de hipnosis comprobó que la conducta huma- jer que en el hombre, caracterizada
na puede estar motivada por procesos de pensa- por.una exagerada excitación emo-
miento de los que la persona no es consciente". cional. Suele estar acompañada por
manifestaciones espectaculares de
Luego de esta experiencia, sigue Arma Freud, el espasmos~convulsiones, gritos, pa-
paso decisivo que dio su padre "está asociado al rálisis, etcétera.
nombre de Josef Breuer, un respetable médico yje-
_nés, quien en su esmerada labor con una paciente, . Onírico: relativo a los sueños.
Ana O., pudo rastrear sus numerosos síntomas ñis-
,, 1
Catarsis: exteriorización de conteni-
dos mentales vinculados a situaciones
t.~ér~ic~o~s~h.!!a~s~ta!...:s~u:'.s~o~r~íg~e;..:n~
cas t evenidas inconsciente_i:,
7
es:--e:: .n:~ex:.,:L:.-::::.:;__.a-·.lS-psíqu¡.

traumáticas relegadas al inconscien- t n Viena -donde Freud vivió desde ]os 4 años hasta
te, con la que se liberan o descargan pocos meses antes de morir, cuando se ex_ilió en
contenidos reprimidos. Londres, hostigado ferozmente por el nazismo-,
Neurosis: afección caracterizada por el creador del psiroao.ª1isis investigó junto a_Bre~r
trastornos psíquicos de los cuales el cas os severos de histe¡ia (ca~os en los cuales la en-
enfermo es consciente y desea ser
curado (situación que no se encuen- férn1edAd se resentaba acompaña a e parálisis,
tra en la psicosis). Algunas formas son pérdida de 1 visión o 1 en a x resiórt
la neurosis obsesiva, la histeria y la o a motricidad). Allí, Breuer y Freud buscaban
neurosis fóbica. curar la histeria mediante la llamada "cura Pº.! la
Psicosis: enfermedad mental que al- ~ ,. ¿En qué consistía esta técnica que es el
tera profundamente la personalidad, antecedente del psioanálisis? Los médicos habían
observado en una ocasión ueuna -· aé1ente histé-
con carácter de permanencia. Puede
tener manifestaciones orgánicas. Son
psicosis la paranoia, la esquizofrenia, rica murmura a ciertas pa abras ue aredan re-
la melancolía y la manía. ve ar e tras on o e su cnsis. Entonces, por me-
Libido: fuerza subyacente en todas las qio de la hipnosis, intentaban retrotraer a sus wi-
tendencias relacionadas con los ins- ciente a los motivos ue odrí haber ori · do
tintos de la vida. Freud la relaciona con s~ crisis. reuer descubrió así que si lograba re-
el instinto sexual {no meramente ge-
nital). Jung la interpreta como valor montar al paciente a ese momento originario y si,
enérgético psíquico. una vez que salía del estado hipnótico, éste podía
Erogenizar: buscar y evocar el placer.
hablar y extenderse sobre esas motivaciones, los
síntomas de la crisis histérica desaparecían al me-
nos temporalmente. Llamó a este procedimiento el
El método de asociaciones libres
Según Marthe Robert, Freud descu- método catártico (del griego katharsis:purificación).
brió la significación del sueño tratan- S1gu1endo la líneatle trabaJo de Breuer, pero ya en
do de penetrar en el por qué y en el forma separada, Freud llegó a la conclusión de que
cómo de la neurosis. lo que tiene lugar en la conciencia constituye "tan
Para analizar los sueños aplicó un
método semejante al de asociación li-
sólo un~ ~arte de la vida mental humana, y que el
bre: dividió el sueño en secuencias y mo~~ l~gico de pensamiento con el que estamos
solicitó al sujeto del mismo que se de- f~~uhanzados ~xtiende más allá de la super-
jara llevar por el libre curso de las aso- ficie de!ª conc1enc1a , mientras que ''lo que suce-
ciaciones y ocurrencias que surgieran
en relación con cada uno de estos frag-
de d;tras de la conciencia y emerge bajo la forma
mentos del sueño. El análisis interpre- de s1ntomas patológicos es tan irracional, defor-
tativo de este conjunto de asociacio- m~~o ~,condensado como los fenómenos de la vida
nes y ocurrencias así recogido, y de oninca . A esto lo llama Freud lo . .
p d'd ' 1nconsc1ente.
ers~a I ?de que el origen de las enfermedades
las relaciones entre ellas, demostró de
modo invariable que también estos
que investigaba estaba en estos fen , , .

co:
sueños absurdos -y a primera vista
ininteligibles- del adulto son, en reali-
cos inconscientes ue com omenos ps1qu1-
dad, realizaciones ideales de deseos ocul_tos tanto al paden'te tales, se mantenían
insatisfechos. sustituyó el método d 1 h. o al .terapeuta, Freud
b I e a 1pnos1 s -q
Extraído de Freud y el psicoanálisis, Biblioteca
Salvat de grandes temas, 1974.
a a gunos inconvenie . ue presenta-
método de las asoci . ntes_ irresolubles- por el
aciones libres y elaboró la hipó-
tesis de que en el origen de los ad . .
]lecJioS perturbadores que habfu 11 ~~lmtent~s ~istéricos o, en general, neuróticos, había
1
que latentes a nivel inconscient ; repn~udos, es decir ocultos a la conciencia, aun-
riJnental tradicional, concentra~~ c~cl azó ª~ 1 el ?bjeto de estudio del~ psicología ex~e-
de quienes pretendían tomar
1
ª conciencm, pero rechazó también la perspectiva
d
da a conciencia. Enfocó enton:e: coo uct~ coino un acto voluntario y racional, maneja-
ellos el objeto de su estudio. su atenctón en los fenómenos inconscientes e hizo de .
5egún la perspectiva psicoanalíf d F
. sciente cual uier . tea e_ reud, el individuo no olvida o reprime en el
incoi1 Lo ue~'la cos_a 5 ~ 0 , especialmente, aquello que por algún motivo le resul-
ta pet1050· ~, s aspiraciones de su personalidad" consideran "temible, doloroso
o vergonzante · _Es ~or tener tales características que esos hechos caen en el olvido
"fuera
.
de. ]a conciencia"
. . ·
Cuant 0 m ás traumahco
, . resulta ser ese hecho dice
• Freud, más'
res1stenc1a
. none
r el individuo en reve larlo en un plano consciente.
• Esa' tarea de revelar
Jo oculto será_ luego _la_tarea precisa del terapeuta o psicoanalista.
Pero, ¿por que debena mtervenir un psicoanalista en este proceso? Porque al reprimir esos
~echos qu~ le resu1tan dolorosos, el individuo no logra eliminarlos de su actividad psíquica
s~o q~e s~~lem~~te los ~u~ta a la conciencia. Como, además, la represión es un "meca-
rusn10 ~uficiente p~r~ elurunar estos hechos, ellos -lo mismo que sus huellas traumáti-
cas- persisten e~ la actiVIdad psíquica a nivel inconsciente; y a la larga, estos datos reprimi-
dos suelen manifestarse como síntomas de una enfermedad: la neurosis.
Decíamos líneas más arriba que la represión es un "mecanismo insuficiente". Según
Freud: ''Todas las represiones decisivas tuvieron lugar, efectivamente, en la más tem-
prana infancia". En esta etapa, el individuo o, para decirlo en palabras de Freud, su yo
aún no está plenamente desarrollado, por lo tanto, esa represión no elimina lo angus-
tiante sino que lo reprime o relega, y eso relegado vuelve a hacerse presente en forma
de síntoma neurótico. Recordemos que el método que practicaba Freud desde la época
de sus investigaciones con Charcot, Bernheim y Breuer era el de la hipnosis, primero, y
más adelante el de las asociaciones libres, pero siempre con la intención de bucear en la
historia del paciente hasta dar con los hechos ocultos que provocaban la crisis histérica
o, si se quiere, de toda clase de neurosis. Este buceo en la historia del paciente lo llevó a
concentrar la atención en las huellas que dejaban en la actividad psíquica los primeros
años de vida del paciente. En este proceso se puede decir que Freud "descubrió" la
sexualidad infantil, ya que fue el primero en concebirla como material de estudio y el
primero en teorizar al respecto, mientras la comunidad científica de la época se escan-
dalizaba de sus conclusiones.
Para Freud, la energía sexual, o libido -del latín, deseo-, está presente desde que el niño
nace. Es, sin embargo, en el contacto con otra persona que el niño se erogeniza. Esa
energía sexual se expresa en distintas zonas de su cuerpo al atravesar distintas etapas:
oral, anal y genital o fálica (en la segunda unidad de este volumen volveremos más
atentamente sobre las características de cada una de ellas).
Ahora bien, "ya dijimos -escribe Freud en Análisis profano- que el análisis habría de
retroceder hasta la más temprana infancia del paciente, por ser en esta época y durante
el periodo de debilidad del yo cuando han tenido efecto las represiones decisivas. Es
5t
cre<>ncia general que en la infancia no hay vida s~xual, empeza~do é a con la puber-
tad. Por el contrario, descubrimos nosotros que los 1mpu !sos puls10nales sex~ales acom-
pañan a la vida desde el nacimiento mismo, y que las represiones son precisamente el
arma defensiva empleada por el yo contra tales pulsiones. (... ) ¿A_ qu~,se d~be que d
niño pequeño se rebele contra el poder de la sexualidad? La e~phcacion mas general
sería la de que nuestra civilización se forma a costa de la sexuahdad, pero esta exphca-
ción no agota, ni con mucho, el tema".
En La i11terpretaci611 de los sue,ios, que algunos consideran su obra más importante, dice
Freud que en el análisis de los sueños - se trata de una de las formas de acceder al
contenido de la actividad psíquica inconsciente-, "la mayoría de los sueños de los adultos
se revelan como dept'ndientes de deseos eróticos". Si bien aclara que "no existe razón
teórica de por qué esto es así", afirma, a modo de explicación, que "ningún otro grupo
de pulsiones ha experimentado un más amplio sojuzgamiento por las exigencias de la
educación civilizada como precisamente las sexuales". Casi todo hombre civilizado ha
conservado, según Freud, la conformación infantil de su vida sexual y sus deseos sexua-
les infantiles reprimidos proporcionan la más frecuentes y poderosas fuerzas pulsiona-
les para la formación de los sueños. Es necesario aclarar aquí que para Freud la pala-
bra sexualidad no equivale a genitalidad, sino que es una dimensión más abarcado-
ra del deseo.

4.1. Las distintas áreas de la actividad psíquica


En_ un_a primera aproximación teórica, Freud distinguió tres instancias de actividad
ps1qu1ca:
• La c~n~iencia: el aspecto más superficial de nuestro aparato psíquico, pero asimismo
el mas irrelevante desde el punto de vista del tratamiento de las neurosis. Dice Anna
Fre~d: "Na~a de lo que tiene lugar en el pensan1iento de la conciencia puede abrir un
carruno h~c1~ los procesos mentales anormales e irracionales que subyacen a los sín-
tomas ps1qu1cos".
1 • El i;c~nscie~te: r~coge aquello que el individuo involuntariamente reprime y expul-
1 i sa e a con~1enc1a; ~e aquí procede la mayor parte de nuestra actividad sí ui
p_ero los fenomenos inconscientes no tienen una organización lógica O crop ql, ~a,
sino que ellos están aq u1, "d eformad os, condensados, irracionalmente organizados";
no og1ca
1
1 1

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PitlllJ~! ¿ lP •D'«f'N~ r~\~•··
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Yo, Mtth"~ Scnd r"


estos datos sólo son accesibles t ,
·, d
terpretac1on e sus 1nanifestacio ,
a raves de l, in
. t - ¿C6, no se relacionan conciencia e
- l
en los suenos, os olvidos los auto t·
nrs no lineales
. .
mc01 iscieute con yo, superyó y ello?
d . ' ma 1smos m-
íldecu a os, ciertos chistes los a t f . En el nrtículu Autilisis profano, en el qut!
" . . ' e os a 11 idos Freu d imagina el diálogo que manten-
(aquel 1as equ1vocac1ones" involunt .
. . anas en 1as dría eon alguien que no conoce el psi-
que mcurnn10~, que una vez cometidas revelan coan álisis parn explicarle el abecé de
nuestro auténtico estado de ánimo). la te orfo, se establC'Ce que la diferencia-
• Los procesos
,, preconscientes·· aquello
·· s que pue-
dón condcncia, iJ1eonsciente, precons-
den desaparecer temporalmente de la 5 f' _ cienl e no coincide con la posterior en-
. d 1 . . uper 1 tre yo, ello y superyó. "Sería un error de
oe e a conc1enc1a y que son, por tanto, incons- grav es consecuencias creer que esta
cientes d~sde.un ptu1to de vista descrinti·vo
r ,aun _ anti tesi!- -consciente/ inconsciente-
b
que no can1 1en su carácter por el hecho de d _ coin cide con la diferencié\ción de un yo
Ser . es yu1, ello. Por mi parte, -dice Freud- lo
aparecer:. 1m1tan a dar sitio a otros procesos y
celebraría mucho, pues tal coinciden-
para tal hn abandonan temporahnente el terr~ - cia facilitaría muchísimo el camino de
no de la conciencia; pero en cualquier momento nu estra teoría; pero no es así. Todo lo
pueden retornar a ella sin dificultad". Se dife - qu e sucede en ello es y permanece in-
rencian de los procesos inconscientes porque consciente, y sólo los procesos desarro-
lla dos en el yo pueden llegar a ser cons-
pueden ser eventualmente accesibles a la con-
cientes. Pero no todos ni siempre ni ne-
ciencia. Freud eje1nplifica este tipo de proceso s cesariamente, pues partes muy consi-
con los recuerdos o conocimientos alguna ve z derables del yo pueden permanecer in-
adquiridos pero no actualizados. conscientes duraderamente."

El esquema fue completado a partir de 1920 co n


una nueva clasificación que no excluye la anteri or
distinción sino que la enriquece y la vuelve m ás
compleja. Entonces, Freud diferenció entre:
Pulsión: incitación a pasar a la acción,
• Yo procedente de las tendencias instinti-
• Ello vas del hombre.
• Superyó
El yo es el intermediario entre los estímulos ex te-
riores y los actos que provienen del interior del,
hombre. Es la instancia que organiza la vida a111-
n1ica, y en esa tarea se caracteriza por su asp ira-
ción a la unidad, a la síntesis entre la realidad ~l
mundo externo-y las pulsiones o deseos que sur-
gen del interior del hombre. El ello, en cambio, es
un sector anímico "más amplio, importante y os-
curo que el yo"; carece de unidad y síntes,is, e in-
el uso de "coherencia". Su naturaleza esta d eter-
minada por la búsqueda ciega de satisfacc~ónde
los impulsos, que vienen dados des~e nac1mien-:1
to. Por eso, en su rol de intermed1ano, el yono
puede menos que estar permanentemente ~n con-
flicto entre el principio de placer-que proviened e

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Unidad I . ·· ·.
• • • . ,,: • .¡. •• - •

COMO DIJO Thomas Mann... en un in- las pulsiones del ello- y el principi? de ,~ealidad .
terescmte ensayo sobre el sentido del psi-
coanálisis:
Este conflicto generalmente se soluc10na abando..
"Freud demostró que, en sí, lo anímico nando una tendencia en obsequio de Ja otra". "Nos
es inconsciente y que la conciencia es sólo representamos al yo -dice Freud- como la capa
und proriedad que puede agregarse al exterior del aparato anímico (del ello) modificada
acto psíquico, pero que, si no aparece, no por la influencia del mundo exterior (la realidad);
modifica en nada el acto. Su teoría de la
mientras que el yo es lo superficial, el ello es lo pro..
neurosis se basó en este hecho, pues afir-
mó y demostró el fenómeno de la repre- fundo; el yo se encuentra entre la realidad y el ello,
. ,, . ,,
que es lo propiamente arum1co .
sión, el fenómeno de la no admisión de
una pulsión en la conciencia, y de su El superyó, por su parte, tiene una función com-
transformación en síntoma neurótico. parable a la de un censor o un juez -según expli-
Esta demostración tiene un alcance que
sobrepasa toda la esfera m~ica, tiene w1
can J. Laplanche y J-B. Pontalis en su Diccionario
significado para todo el saber sobre el de Psicoa11álisis-. La dependencia del niño respec-
hombre. Y aunque, desde luego, de ello to de los padres arrastra una serie de exigencias
no era consciente el que la realizó, hoy en cuanto al control de los impulsos y la socializa-
todo el mundo lo comprende. Esta de- ción. El superyó representa la conciencia moral, la
terminación era revolucionaria, lo era en-
teramente en el sentido de un movintien- autocensura, que exige el cumplimiento de un
to general antirracional y antüntelectua- ideal y se forma por la interiorización de las exi-
lista de nuestra época y mantiene una cla- gencias y prohibiciones paternas. En este sentido
ra relación histórico-espiritual con él. (... ) también es fuente de conflictos para el yo. Deno-
~ero la doctrina está muy lejos de permi-
tir que se la convierta en servidora del
minado en ocasiones como ideal del yo, revela su
espíritu OSCUrantista, visionario, involu- función castigadora en los sentimientos de culpa
tivo. Es aquella manifestación del irra- y de inferioridad que experimenta el yo cuando
cionalismo moderno que se resiste de ha infringido alguna regla o cuando, simplemen-
modo inequívoco a que se abuse reaccio- te, no cumple con el ideal propuesto por el superyó.
nariamente de ella.( ... ) En cuanto inves-
tig.a~or de las profundidades del alma y
ps1cologo de los instintos, Freud se en-
cuadra perfectamente en las filas de los
escritores de los siglos XIX y XX que, RESUMIENDO:
como historiadores, filósofos, críticos de El contexto en ~I cual surgieron los primeros esbozos de
cultura y arqueólogos, subrayan, cul- la llama~a teona psicoanalítica -que ha tenido diversas
tivan y destacan científicamente la cara for~ulac1ones en los textos freudianos- es el de una apli-
nocturna de la naturaleza y del alma, en ~ac16n co~creta: el tratamiento de la histeria y luego el de
contra del racionalismo (... ) y que consi- neur~s1s en ~eneral. En sus últimos años, Freud tam-
deran que esa cara nocturna de la natu- bién aplicó sus investigaciones al estudio de las . .
rale~ Y del alma es lo propiamente de- Alct~almente, los psicoanalistas utilizan las técniC:1yc~so1ns~
temunante de la vida, lo que crea la vida e us1ones de Freud O d .
Y que además defienden de modo revC:... cable universalmente : tsoudsosteragtu,d~res como teoría apl.i-
d d
lucio~ario,la primacía de lo pre-espiritual, es e sus comienzos esta amiento
. · Ahora b'ten, ya
la prunac1a de los dioses de la tierra la un enfoque completament:e:spect1va se propuso como
primacía de la "\'oluntad", la primad; de ble con el de la psicolo í dr!~rente y hasta incompati-
la pasión, la primacía de lo inconsciente tal o conductista- Mie~t a trad1c1ona1 -ya sea experimen-
como decía Nietzsche, la primacía d ºí tende que la psi~lo ía r:s que esta_última escuela pre-
"sentimiento" sobre la "razón". e
tro de aquellos datoi obse ortel su ObJeto de estudio den-
(Thomc1s Mann, en Sd1opndrn11rr, Nict:scl,e f; d cables, el Psicoanálisis en rvab es, mensurables, cuantífi-
Barcelona, Plaza y Janés, 1986.) ' rru ,
ca allí donde, por definic'ócuentra el eje de la vida psíqui-
1 n, se oculta: en lo inconsciente.

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