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Apunte de Cátedra

Elementos de Lógica

En el camino de introducirnos al pensamiento científico nos va a ser de mucha utilidad


ingresar en algunos elementos básicos de lógica.

Muchos argumentos importantes son difíciles de comprender sin contar de antemano con
conceptos como “proposición”, “razonamiento”, o conocer la diferencia entre
razonamientos inductivos y deductivos. Veámoslos.

Oraciones y proposiciones.

No todas las oraciones son igualmente relevantes para la ciencia. El lenguaje es muy
versátil, y resulta compatible con una multitud de usos. Por ejemplo, veamos las siguientes
oraciones:

Ojalá pronto podamos salir


Cerrá la puerta.
Ayer fui a tu casa.

La primera refleja el ejercicio del lenguaje cotidiano con el fin de expresar deseos, a veces
llamado “uso desiderativo del lenguaje”; la segunda denota el uso imperativo, el que
utilizamos para formular pedidos u órdenes, y la última refleja una tercera esfera que va a
resultar central en lo que sigue: el uso declarativo del lenguaje. Es el que se pone en juego
cada vez que realizamos afirmaciones referidas al mundo, social o natural, con el objetivo
de describirlo o declarar cómo pensamos que es. Solamente este último uso nos va a
interesar por ahora.

El uso declarativo del lenguaje genera descripciones bajo la forma de oraciones que
llamaremos proposiciones o enunicados. Una proposición puede definirse como cualquier
oración de la cual tenga sentido predicar “verdad” o “falsedad”. Es importante notar que la
definición de proposición no nos exige poder determinar si una oración es de hecho
verdadera o falsa, algo que le compete a la ciencia empírica, sino más bien si la oración
puede ser verdadera o falsa.

Veamos cómo funciona la definición. En el listado previo, no tiene mucho sentido asignarle
a “Cerrá la puerta” un valor de verdad. Las órdenes se cumplen o no, pero no parece muy
sensato decir de ellas que son verdaderas o falsas. Lo mismo sucede con la primera. Los
deseos habitualmente pretenden decir cómo quisiéramos que fuera el mundo, no afirmar
cómo pensamos que es. Pero la tercera -ayer fui a tu casa- claramente sí puede ser o
verdadera o bien falsa. Sólo ella es una proposición o enunciado.
Enunciados y razonamientos

Ahora que sabemos qué son las proposiciones o enunciados, podemos avanzar un paso más,
y definir los razonamientos. En principio, los razonamientos están compuestos de
enunciados, los cuales se encuentran típicamente entrelazados en una relación particular.
Para analizarla, consideremos el siguiente ejemplo. Imaginemos que estamos en un parque
con un sobrino pequeño, y de pronto señala a un perro y afirma:

“Esa entidad ladra”.

A continuación, nos pregunta “¿Por qué ladra?”. “Sobrinito”, podríamos contestarle, “esa
entidad ladra porque a) es un perro, y b) todos los perros ladran”.

Lo que acabamos de hacer es explicar un fenómeno, o dar razones de las cuales se


desprende la descripción de ese fenómeno. En otros términos, hemos construido un
razonamiento o argumento. Reordenando la información:

Todos los perros ladran


Ese animal es un perro
Por lo tanto, ese animal ladra

Cada vez que explicamos un fenómeno, lo hacemos mediante razonamientos, por lo que
resulta importante analizar su validez. Como pueden notar, todas las oraciones que
componen un razonamiento son proposiciones o enunciados. Sin embargo, poseen
funciones diferentes. Los dos primeros enunciados son las “premisas”, las razones que
apoyan al enunciado que aparece al final, la “conclusión” del razonamiento.

Todo razonamiento posee una o más premisas, y solo una conclusión. Un ejemplo de
razonamiento con una sola premisa podría ser:

Ningún hombre es azul


Por lo tanto, nada azul es un hombre.

Por lo general, aparecen también en los razonamientos “expresiones indicadoras o


derivativas”. Las expresiones indicadoras pueden aparecer antes de la conclusión (como en
el caso de “por consiguiente”, “por lo tanto”, “en consecuencia”, “luego”, “se sigue
que”, “podemos afirmar que”, etc.), o antes de las premisas (por ejemplo “pues, “puesto
que”, “ya que”, “como”, “dado que”) Como veremos en el próximo ejercicio, resultan
útiles para identificar premisas y conclusión.

Quizás sea conveniente notar que el orden en el que se presentan las premisas y la
conclusión puede variar. En
La pared es roja, ya que está formada por ladrillos y los ladrillos son rojos.

La conclusión “la pared es roja” aparece al comienzo del razonamiento. También puede
aparecer entre las premisas, como en:

Todo porteño es argentino, luego los porteños son latinoamericanos, puesto que todo
argentino es latinoamericano.

Razonamientos Inductivos y Razonamientos Deductivos

Brevemente, la inducción es una clase de razonamiento en el que la conclusión contiene


información que no está presente en las premisas. (Otra definición posible es: que parte de
premisas individuales y llega a una conclusión universal).

En la deducción, por su parte, la conclusión del razonamiento es solamente una


explicitación de las premisas. No involucra información nueva, por así decirlo, sino que
despliega aquello que se encuentra previamente en las premisas.

Supongamos el siguiente ejemplo de un razonamiento inductivo:

A es un cuervo, y es negro
B es un cuervo, y es negro
C es un cuervo, y es negro
D es un cuervo y es negro
Por ende, todos los cuervos son negros

La conclusión del razonamiento refiere a los cuervos que existen hoy en el mundo, pero
también a los del pasado, y a los del futuro. Podríamos decir que predica de un conjunto
potencialmente infinito de entidades. Sin embargo, las premisas refieren a una cantidad
finita y acotada de cuervos. En este sentido, los razonamientos inductivos parecen estar
agregando o creando información nueva.

Algo muy diferente ocurre con los razonamientos deductivos:

Todos los cuervos son negros


En Plaza Houssay hay un cuervo
Por lo tanto, ese cuervo será negro

Aquí la conclusión (“ese cuervo será negro”) ya está de alguna manera incluida en el
conjunto de premisas (“todos los cuervos son negros”). No agregan nueva información.

Tener en mente estas dos clases de razonamientos serán útiles para comprender por qué los
partidarios del Método Inductivo pensaban que la ciencia comienza con la observación
(expresada en enunciados del tipo “En el momento t, y en lugar l, observo un cuervo y es
negro”)

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