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1 CORINTIOS PRIMERA CARTA DE

PABLO A LOS CORINTIOS


RESUMEN
INTRODUCCIÓN

Esta carta fue escrita desde Éfeso (cf. 16.19), entre los años 54–57.

Corinto es una antigua ciudad griega, situada en el estrecho que une la parte

continental de Grecia con la península del Peloponeso. En el siglo I d.C. estaba

habitada principalmente por excombatientes romanos y por antiguos esclavos

libertados, procedentes de Italia, o por sus descendientes. Era capital de la

provincia de Acaya, y por su posición tanto geográfica como política, tenía una

activa vida comercial, cultural y religiosa. Las referencias de algunos autores

antiguos sobre el extremado desenfreno de sus costumbres no parecen

corresponder a la realidad de entonces. En este aspecto, la situación de Corinto

debía de ser semejante a la de tantos otros puertos del Mediterráneo.

La comunidad cristiana de Corinto fue fundada por Pablo en su segundo viaje

misionero (cf. Hch 18.1-18), a principios de la década de los 50. Algunos de estos

cristianos procedían del judaísmo, pero la mayoría eran de origen pagano (cf.

1$Co 12.2). Aunque Pablo permaneció allí año y medio (Hch 18.11), solo pudo

poner los fundamentos de la fe cristiana (cf. 1$Co 3.6,10). Más tarde llegaron otros

maestros, entre los cuales Pablo menciona en particular a Apolos (véase 1$Co

1.12 nota ñ).

La actividad de algunos de los maestros que llegaron posteriormente motivó que

surgieran divisiones y grupos en la comunidad. Por otra parte, la intensa vida

carismática que se desarrolló en la iglesia de Corinto llevó a algunos a creerse


demasiado sabios. Además de todo esto, el pasado pagano de la mayoría de los

cristianos y el contacto inevitable con una sociedad pagana de costumbres

libertinas, así como las diferencias sociales entre los propios miembros de la

comunidad cristiana, dieron lugar a una serie de situaciones y abusos, que Pablo

se vio obligado a corregir.

El apostol había seguido en permanente contacto con esta comunidad, bien por

carta, por mensajeros, o personalmente.

De la correspondencia de Pablo con los cristianos de Corinto se han conservado

dos cartas. Pero es casi seguro que antes de 1 Corintios (=1$Co) Pablo ya les

había escrito (cf. 1$Co 5.9). También es probable que haya otra carta del apóstol

entre 1 Corintios y 2 Corintios (cf. 2$Co 2.4).

El motivo principal para el envío de 1 Corintios es doble: por una parte, Pablo

había recibido noticias de la situación de la comunidad y, en especial, de ciertos

abusos (cf. 1$Co 1.11). Por otra, los corintios habían escrito una carta a Pablo

para pedirle explicación sobre algunos aspectos que les creaban problemas (cf.

1$Co 7.1). Toda la carta es, pues, una instrucción orientada a corregir las

deficiencias que había y a profundizar más en el mensaje del evangelio que los

corintios ya habían recibido. Teniendo esto en cuenta, se entienden mejor los


principales temas tratados en esta carta.

Como introducción encontramos las partes acostumbradas: el saludo (1.1-3) y la

acción de gracias (1.4-9).

El primer tema se refiere a las divisiones o grupos que se habían formado en la

comunidad (1.10–4.21). Pablo les dice a los corintios que tales divisiones son, en

primer lugar, contrarias a la unidad de Cristo (1.10-17). En seguida les hace ver

que ellos todavía no han aprendido la verdadera sabiduría, la sabiduría de Dios,

distinta de la sabiduría del mundo (1.18–3.4). Y como esas divisiones se han

formado tomando como bandera a varios apóstoles o predicadores, les recuerda


cuál es la misión del apóstol (3.5–4.5). Finalmente, les llama la atención por su

comportamiento orgulloso (4.6-21).

Después pasa a tratar otros problemas que se han presentado en Corinto.

Critica a la comunidad por su actitud condescendiente en el caso de uno que sigue

una conducta inmoral (5.1-13), y por recurrir a tribunales paganos en ciertos

pleitos entre los propios miembros (6.1-11). Además, corrige algunas ideas de los

corintios sobre la libertad en el campo sexual (6.12-19).

Luego pasa a responder a las consultas que los corintios le habían hecho en su

carta. En primer lugar, sobre el matrimonio y la virginidad (7.1-40), y, a

continuación, sobre lo que se debía hacer con los alimentos que eran ofrecidos a

los ídolos y se vendían en el mercado (8.1–11.1).

A continuación viene una sección que tiene que ver con el orden en algunos

aspectos de la vida de la comunidad: la conducta de la mujeres en las reuniones

(11.2-16) y la manera de celebrar la cena del Señor (11.17-34).

Después trata de otro tema consultado por los corintios: los dones espirituales o

carismas. Les enseña a valorarlos correctamente, y los instruye acerca de la

manera de ejercitarlos, mostrándoles que por encima de todo está el amor (12.1–

14.40).
Finalmente, les da una explicación sobre la resurrección de los muertos: esta es

una consecuencia de la resurrección de Cristo, pero se debe entender

correctamente (15.1-58).

La carta concluye con instrucciones sobre la colecta en favor de los cristianos

de Jerusalén (16.1-4), información sobre sus planes de viaje (16.5-12), algunas

recomendaciones concretas (16.13-18), y los saludos y despedida de costumbre

(16.19-24).

Aunque algunos de los problemas tocados en esta carta eran muy propios de la

situación particular de la iglesia de Corinto en ese momento, en su mayoría siguen


siendo actuales. Debe señalarse, sobre todo, que los criterios y principios que el

apóstol propone a los corintios para resolver todos esos problemas se derivan del

evangelio predicado por Pablo y tienen, por tanto, valor universal.

Esquema de la carta:

Introducción (1.1-9)

I. Divisiones en la iglesia corintia (1.10–4.21)

1. La unidad en Cristo (1.10-17)

2. La sabiduría de Dios y la sabiduría humana (1.18–3.4)

3. Qué significa ser apóstol (3.5–4.5)

4. Orgullo de los corintios (4.6-21)

II. Corrección de ciertas actitudes (5.1–6.20)

III. El matrimonio cristiano (7.1-40)

IV. Los alimentos consagrados a los ídolos (8.1–11.1)

V. La vida de la iglesia (11.2-34)

1. Las mujeres en el culto (11.2-16)

2. Celebración de la Cena del Señor (11.17-34)

VI. Los dones espirituales (12.1–14.40)

VII. La resurrección de los muertos (15.1-58)

SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS RESUMEN.

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