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Al respecto, debe tenerse en cuenta que, en el caso de estudio, el deudor formuló una
oposición, que conllevó a que el trámite cambiara y continuará su diligenciamiento
conforme a lo previsto en el art. 496 CPCM, que establece que seguirá las reglas del proceso
abreviado, lo que no significa constituya un proceso abreviado como tal.
Ahora bien, debe considerarse entonces, que resultan aplicables al proceso monitorio, las
reglas del proceso abreviado, cuando existe oposición en el mismo. Se aplican en
integración de una fase más del proceso monitorio; y con base en la sentencia pronunciada
en este, se podrá fundamentar la pretensión para exigir judicialmente el cumplimiento de la
obligación de un proceso ejecutivo.
Para una mejor comprensión respecto a la naturaleza jurídica del proceso monitorio, sus
reglas, y los documentos que sirven como base para la petición de este tipo de proceso, es
pertinente citar al autor José María Asencio Mellado, en su obra “Derecho Procesal Civil”,
2a Edición, Editorial Tirant lo Blanch, Valencia 2008, págs. 244 y 247, en la cual expone:
«[...] El proceso monitorio, regulado en los artículos 812 a 818 de la LEC y ahora instaurado
en España, constituye un proceso declarativo especial cuya finalidad es la creación de un
título de ejecución, a partir de un documento privado de los que normalmente documentan
las relaciones comerciales [...] Por otro lado, y ello deriva de lo establecido en el artículo
815, no es posible que el Juez entre a valorar la suficiencia probatoria del documento para
servir de base a la reclamación; por el contrario, su análisis, como mucho, no debe exceder
de la simple regularidad formal del documento y de, en ciertos caos, apreciar que puede
constituir un principio de prueba, lo que siempre sucederá cuando aparezca un documento
privado en el que conste una cantidad, un concepto y un deudor frente al que se dirige [...]»
(sic).
Sin embargo, cabe destacar que en la referida sentencia no se está ordenando el pago, pues
lo que se ha constituido es un título de ejecución judicial; por consiguiente, el tribunal ad
quem ha considerado, acertadamente, que no es aplicable lo dispuesto en el art. 995 rom. III
CCom, pues la prescripción no puede alegarse en un proceso monitorio por deudas de
dinero, porque no estamos en un proceso de ejecución o condena.
De ahí que, al no configurarse la infracción de ley, consistente en la inaplicación del art. 995
rom III CCom, esta Sala concluye que no procede casar la sentencia impugnada.”
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