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Tomado de: LA LETRA DE CAMBIO CONTIENE UN DERECHO AUTÓNOMO

LA LETRA DE CAMBIO CONTIENE UN DERECHO AUTÓNOMO


Sinopsis
El demandado interpone recurso de casación de la sentencia venida en grado dentro del juicio
ejecutivo que por cobro de dinero en base a una letra de cambio se sigue en su contra. Fundamenta
su recurso en las causales primera, segunda, tercera y cuarta del artículo 3 de la Ley de Casación. 
Fallo
De acuerdo con la Ley de Casación, el recurso de casación solamente procede contra sentencias y
autos que pongan fin a los procesos de conocimiento; sin embargo, el juicio ejecutivo es un proceso
de ejecución, a pesar de estas consideraciones, la Sala admite el recurso en vista de que el
demandado propuso como excepción la ilicitud de la causa del título valor, circunstancia que torna a
este juicio no en una simple ejecución de crédito, sino que implica un proceso de conocimiento. El
Tribunal de Casación verifica que el recurrente no motiva adecuadamente el recurso interpuesto,
pues no determina las normas infringidas, ni los vicios que se imputan, ni realiza fundamentación
alguna, incumpliendo así con uno de los requisitos establecidos en la ley para la procedencia de la
casación. Sin embargo, la Sala decide analizar el fondo del asunto, posterior al siguiente análisis: si
no bien no existe casación de oficio, debe corregirse los errores legales en la fundamentación de las
acciones y en los procesos, pues es procedente y admisible que el interés particular actúe al servicio
del interés público. Se verifica que el actor es endosatario por valor recibido, siendo por lo tanto, un
endoso pleno que transfiere al endosatario la propiedad del título así como los derechos que
contiene. El endosatario adquiere un derecho nuevo, originario, no derivado; y, puede por lo tanto,
ejercitar un derecho independiente del derecho de los anteriores poseedores, sin que se pueda
oponer excepciones fundadas en las relaciones de los demandados con el girador o con los
portadores anteriores, todo esto en razón de que la letra de cambio contiene un derecho autónomo,
por lo tanto no procede excepción alguna sobre la causa de la obligación que contiene. La doctrina y
la jurisprudencia son claras en el sentido de que una vez que la letra de cambio ha circulado,
mediante endosos, no procede investigar la causa de la obligación. Se admite el cuestionamiento de
la causa en la letra de cambio que no ha circulado. En base a estas consideraciones, la Sala
determina que no existe la violación de normas alegadas por el recurrente, por tanto se desecha el
recurso interpuesto. 
Sentencia
TOMADO DE: JURISPRUDENCIA ESPECIALIZADA CIVIL - MERCANTIL TOMO II 2010
TÍTULO: LA LETRA DE CAMBIO CONTIENE UN DERECHO AUTÓNOMO
PROCESO: 140-2008
SENTENCIA CASO: 23-MAY-2008 (RO S 224: 29-JUN-2010)
ÓRGANO CASO: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: SEGUNDA SALA DE LO CIVIL Y
MERCANTIL
JOSÉ OLINDO VICUÑA CARPIO
CARLOS ARTURO BUCHELY MOREJÓN
“VISTOS: Avocamos conocimiento de la presente causa en nuestras calidades de magistrados
titulares de esta Sala, designados por el Comité de Calificación, Designación y Posesión de
Magistrados y Conjueces de la Corte Suprema de Justicia, mediante Resolución No. 199 de 29 de
noviembre del 2005; y, el Dr. Rigoberto Barrera Carrasco, designado Ministro Titular, por resolución
adoptada por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia, en sesión de 9 de enero del 2008. En lo
principal, el demandado Carlos Arturo Buchely Morejón interpone recurso de casación impugnando la
sentencia dictada por la Segunda Sala de la Corte Superior de Justicia de El Oro, que revoca el fallo
del Juez a quo y acepta la demanda en el juicio ejecutivo que, por cobro de dinero con base en letra
de cambio, sigue en su contra el Dr. José Olindo Vicuña Carpio. Por encontrarse el recurso en estado
de resolver, al efecto, la Sala hace las siguientes consideraciones: PRIMERA: La Sala es competente
para conocer el recurso de casación en virtud de lo dispuesto en el artículo 200 de la Constitución
Política de la República del Ecuador y en el artículo 1 de la Ley de Casación, así como por el sorteo
de 10 de noviembre del 2003; y, por cuanto calificado el recurso por la Sala mediante auto de 24 de
agosto del 2004, por cumplir con los requisitos de procedencia, oportunidad, legitimación y
formalidades en la forma dispuesta en el Art. 6 de la Ley de Casación, fue admitida a trámite. Si bien,
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de conformidad con lo dispuesto en el Art. 2 de la Ley de Casación, el recurso de casación procede


contra sentencias y autos que pongan fin a los procesos de conocimiento, y el presente es un
proceso de ejecución, la Sala, mediante auto de mayoría admite el recurso en consideración a que el
recurrente, como demandado se ha excepcionado con la ilicitud de la causa, atacando la presunción
legal que trata el Art. 229 de la Ley de Mercado de Valores; y, que al haberse “trabado la litis para
discutir la licitud de la causa del título valor, se toma a este juicio no en una simple ejecución de
crédito, sino que debe decidirse el derecho que el título valor exigido exhibe y que se objeta, lo que
implica un proceso de conocimiento”. SEGUNDA: El casacionista funda el recurso en las causales
primera, segunda, tercera y cuarta de la Ley de Casación. Mas, el recurrente no determina las
normas infringidas, ni los vicios que se imputan, ni realiza fundamentación alguna. Al respecto, la
Corte Suprema de Justicia se ha pronunciado diciendo: “(...) La importancia de la fundamentación del
recurso es tal, que Devis Echandía, en su obra 'Compendio de Derecho Procesal', al respecto anota:
'La Corte no puede examinar causales no alegadas, ni errores de la sentencia no alegados aunque
pueda corresponder a una de las causales escogidas por el recurrente. En esto se diferencia de la
apelación y por ello no se trata de otorgar una tercera instancia'. Por su parte Véscovi, en su obra
'Los Recursos Judiciales y demás medios impugnativos en Iberoamérica' enseña que 'El recurso de
casación en todos los sistemas está sometido a estrictas reglas formales, especialmente en lo que se
refiere a los requisitos para la interposición del recurso', añade: 'Resulta esencial el respeto a dichas
formas, que no son simples requisitos extremos sin contenido. Y que determinan el rechazo, por
razones de forma, del recurso de casación, dentro de la calificaci6n primaria de admisibilidad que
todos los sistemas incluyen', y dando más fuerza a estas ideas, agrega: 'Podemos reproducir, al
respecto, las exactas expresiones del profesor argentino Fernando de la Rúa, cuando expresa: <No
son solemnidades innecesarias ni mecanismos sacramentales que hayan perdido su justificación
procesal. . . > sino que <responden a la necesidad, siempre actualizada, de no quitar al recurso su
carácter de medio de impugnaci6n verdaderamente extraordinario que supone -por eso mismo- el
previo cumplimiento de obligaciones inexcusables, para evitar que en la práctica se concluya por
desvirtuarlo>'. El profesor Fernando de la Rúa, en su obra, 'El Recurso de Casaci6n en el Derecho
Positivo Argentino' manifiesta que 'El recurso de casaci6n debe ser motivado, y esa motivación debe
ser suministrada por la parte recurrente en el mismo escrito de interposici6n, determinando
concretamente el agravio, tanto en lo referente al vicio que denuncia como al derecho que lo
sustenta'“ (Resolución No. 687-97 publicada en el Suplemento del Registro Oficial No. 261 de 19 de
febrero de 1998). En este mismo sentido tenemos que “(...) La casaci6n, como bien lo señala la
doctrina procesal, es considerada como una demanda contra la sentencia y en tal virtud, debe quedar
trabada la litis con relaci6n a las normas de derecho, normas procesales y preceptos jurídicos
aplicables a la valoración de la prueba, que se estimen aplicados indebidamente, erróneamente
interpretados y no aplicados: dichas circunstancias deben quedar expuestas en forma clara por el
recurrente para que proceda la impugnación. Por otro lado, el recurrente no ha tenido presente que
los vicios a los que hace referencia el Art. 3 de la Ley en cuestión, son excluyentes entre sí; no
pueden concurrir simultáneamente la aplicación indebida, falta de aplicación y errónea interpretación
de una misma norma de derecho, de una misma norma procesal o de un mismo precepto jurídico
aplicable a la valoración de la prueba, la mera enunciación de las causales no constituye la
fundamentación del recurso, se requiere del análisis del vicio en relación a la norma de derecho,
norma procesal y precepto jurídico aplicable a la valoración de la prueba (...)”(énfasis añadido) (fallo
de la Sala Civil y Mercantil de la Corte Suprema de Justicia de 5 de diciembre de 1997, publicado en
la Gaceta Judicial, año XCVII, No. 10, p. 2522). TERCERA: El recurso de casación persigue
finalidades de naturaleza pública y también de naturaleza privada. Son finalidades de naturaleza
pública: a) La defensa del derecho objetivo para conseguir que las normas jurídicas se interpreten y
apliquen correctamente; y, b) La unificación de la jurisprudencia: “Como garantía de certidumbre e
igualdad para todos los que integran el cuerpo social”. En cambio, el interés de naturaleza privada, es
el de procurar la reparación de los agravios ocasionados a las partes en el fallo recurrido: “En
definitiva, el recurso extraordinario debe operar de tal manera que sirva a las finalidades públicas y
privadas. Con esto de ninguna manera se quiere decir que siempre ha de servir a unas y otra, ya que
en ocasiones ocurre que la sentencia casada en su parte motiva o considerativa es la pretensión del
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actor, está conforme a derecho, caso en el cual debe casarse parcialmente el fallo impugnado y
corregir los errores en la fundamentación. Los partidarios de la teoría privatista del recurso
ciertamente que condenarán este tipo de casación platónica por considerarla ajena al fin real del
recurso, esto es, la reparación del agravio sufrido por el recurrente”, Dr. Santiago Andrade U., La
Casación Civil en el Ecuador, Universidad Andina Simón Bolívar, Quito, 2005, pp. 35 y 36. “Pero el
que se concilien las dos finalidades no significa que para que actúe el tribunal de casación sea
preciso siempre y necesariamente que se atienda también al interés privado; en efecto, como ya se
ha señalado en líneas anteriores, puede ocurrir que el fallo impugnado adolezca del vicio acusado,
pero que el recurrente no se encuentre asistido por el derecho y que, por lo tanto, no pueda alcanzar
una sentencia de mérito favorable, caso en el cual la resolución que se dicte por el tribunal de
casación, si bien anulará el fallo impugnado, pero igualmente rechazará la pretensión del recurrente.
Con el siguiente ejemplo se aclara el punto: si en el proceso de instancia se rechazó la pretensión del
actor aduciendo existir ilegitimidad de personería (falta de legitimación ad processum) y el actor
impugna en casación alegando que no existe tal vicio, el tribunal de casación deberá admitir su
demanda y revocar el fallo de instancia, pero al examinar el proceso encuentra que ha habido falta de
legítimo contradictor (falta de legitimatio ad causam), porque, por ejemplo, siendo un caso de litis
consorcio necesaria no intervinieron todas las personas que debían hacerlo, se deberá rechazar la
pretensión y dictar una sentencia inhibitoria. En cierta forma, se podrá decir que se está ante una
casación platónica” Dr. Santiago Andrade Ubidia (op. cit. pp. 38 y 39). En conclusión, si bien no
existe casación de oficio en cuanto a los agravios de interés particular de las partes, debe corregirse
los errores legales en la fundamentación de las acciones y en los procesos; pues, es procedente y
admisible que el interés particular actúe al servicio del interés público para que se cumpla las
finalidades de naturaleza pública que persigue el recurso de casación. CUARTA: En el caso sub
júdice, el actor demanda en juicio ejecutivo como acreedor endosatario (segundo) de la letra de
cambio que apareja por la cantidad de dos mil ochocientos dólares. La letra de cambio es girada por
Arturo Aguilera a su favor y aceptada por Arturo Buchely Morejón; el girador-beneficiario ha
endosado la letra de cambio por valor recibido a Luís Patricio Mogro, quien a su vez la endosa por
valor recibido al ejecutante Dr. José Olindo Vicuña Carpio. El último endoso ha sido judicialmente
reconocido, conforme lo dispone el Art. 416 del Código de Procedimiento Civil. Al respecto, la Sala
hace el siguiente análisis: 4.1. La letra de cambio es un título valor y como tal tiene la cualidad de ser
necesario en el sentido de que subsiste por sí mismo, e incorpora un derecho literal y autónomo. “La
autonomía es activa y pasiva. El derecho que se contiene en los títulos valores es autónomo, es decir
independiente de las relaciones habidas entre las personas vinculadas con el documento. Vivante,
citado por Joaquín Rodríguez, ob. cit. p. 258, dice al respecto: “el derecho es autónomo, porque el
poseedor de buena fe, ejercita un derecho propio, que no puede limitarse o decidirse por relaciones
que hayan mediado entre el tenedor y los poseedores precedentes”. Autonomía significa que el
adquirente del título recibe un derecho nuevo, originario, no derivado; puede ejercitar un derecho
propio, independiente del derecho de los anteriores poseedores; y, por ello no pueden oponérsele
excepciones personales del deudor y los tenedores precedentes. Es esta autonomía del derecho la
que facilita y permite en forma absoluta la circulación del título; puesto que el actual poseedor
legítimo adquiere un derecho originario por disposición de la ley, no sujeto a excepción alguna de
parte del deudor y tenedores precedentes. Lo expuesto anteriormente es lo que se denomina la
autonomía activa. Autonomía pasiva, en cambio, significa que los suscriptores del título valor se
obligan con absoluta independencia uno de otro; es decir que las circunstancias que invalidan la
obligación de alguno de los signatarios del título no afectan las obligaciones de los demás (Carlos M.
Ramírez Romero, Curso de Legislación Mercantil, Loja, Industrial Graficamazonas, 2006, pp. 25 y
26). Además, según lo previsto en el Art. 229 de la Ley de Mercado de Valores, la letra de cambio
constituye título ejecutivo para los efectos previstos en el artículo 413 del Código de Procedimiento
Civil y “se presume, salvo prueba en contrario, su autenticidad así como la licitud de su causa y la
provisión de fondos”. Lo que caracteriza a los títulos ejecutivos es que “3.1 Contienen una obligación
ejecutable. No se requiere de que aún se declare la existencia de la obligación o de que el deudor
esté obligado a la prestación; pues la obligación está o es determinada. No se requiere de una
declaratoria de los derechos judicial o personal del deudor. No se requiere dirimencia. La obligación
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es clara, determinada, pura; el deudor ha sido precisado, señalado, identificado. 3.2 Hace prueba
plena porque el título acredita el cumplimiento de determinados requisitos y exigencias legales que
garantizan que se trata de una obligación pura, clara, determinada. Así: la sentencia ejecutoriada
pasada en autoridad de cosa juzgada, que ya no admite discusión; la confesión de parte, hecha con
juramento ante juez competente; una letra de cambio rodeada de especiales características dadas
por la Ley” (op. cit. p. 42). La letra de cambio es un título a la orden y como tal el título y/o derecho se
transfieren por endoso. La letra de cambio contiene una obligación no discutible; como título valor
representa derechos y obligaciones y la ley le fija requisitos para dar seguridad al título. 4.2. La
obligación que contiene un título valor, como toda obligación, tiene su origen, su causa. Pero una vez
emitido el título, esa causa queda fuera del título, que es lo que la doctrina llama “relación
subyacente”. La esencia del título valor está en que incorpora una obligación cautelar dejando fuera
la causa. 4.3. El actor en este juicio es endosatario por valor recibido, y el endoso por valor recibido
es un endoso pleno, en el sentido que transfiere al endosatario la propiedad del título como los
derechos que contiene. En este caso, el endosante recibe de parte del endosatario el valor
correspondiente al efectuar el endoso. “El endoso de la letra de cambio trae los siguientes efectos
generales: 3.5.1 Transmite todos los derechos que resultan de la letra de cambio. Art. 422 C. de
Com. El endoso transfiere el dominio de la letra y los derechos que contiene y resultan de este título;
y, de esta manera adquiere el endosatario el derecho de poder demandar al aceptante, al girador, a
su garante y a cualquiera endosante anterior, ya sea en forma individual o colectiva por la totalidad
de la obligación, en virtud de que se consideran garantes solidarios para con el portador. Art. 455 C.
de Como 3.5.2 El endosante, tal como el librador, será garante de la aceptación y del pago de la
letra. Pero, al contrario del librador, el endosante puede insertar o establecer una cláusula de
exoneración de esta garantía, porque el endosante es un sujeto cambiario accidental o que adviene
en la circulación del título. El girador en cambio es el creador de la letra y debe asumir la obligación
de pagarla en forma inexcusable. En todo caso, la cláusula de exoneración de la garantía de
aceptación y pago sólo aprovecha al endosante que la estableció; no afecta ni aprovecha a los
endosantes anteriores ni posteriores, quienes conservan esa responsabilidad íntegramente. El
endosatario adquiere un derecho nuevo, originario, no derivado; y, puede por lo tanto ejercitar un
derecho independiente del derecho de los anteriores poseedores, sin que se le pueda oponer
excepciones fundadas en las relaciones de los demandados con el girador o con los portadores
anteriores, en razón de que la letra de cambio contiene un derecho autónomo (op. cit. p. 71). 4.4. En
el caso sub júdice, si la letra de cambio base del juicio ejecutivo ha sido endosada, y si el endosatario
adquiere un derecho nuevo, originario, no derivado, puesto que: “Las personas demandadas en
virtud de una letra de cambio no podrán oponer al portador las excepciones fundadas en sus
relaciones personales con el girador o con los portadores anteriores, a no ser que la transmisión de la
letra hubiere sido el resultado de un acuerdo fraudulento” (Art. 425 Código de Comercio), no procede
excepción alguna sobre la causa de la obligación que contiene. La doctrina y jurisprudencia están
claras en el sentido de que una vez que la letra de cambio ha circulado, por los endosos, no procede
investigar la causa de la obligación, porque ello significaría desvirtuar totalmente las cualidades de
título valor y su función económica que es la de movilizar riqueza comercial; pues los títulos valor
surgen para dotar de seguridad y de facilidad a la transferencia de derechos. Se admite el
cuestionamiento de la causa en la letra de cambio que no ha circulado. Por lo expuesto, no existe la
violación de normas que alega el casacionista. Por estas consideraciones, la Segunda Sala de lo
Civil y Mercantil de la Corte Suprema de justicia, ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA
REPÚBLICA Y POR AUTORIDAD DE LA LEY, no casa la sentencia impugnada. Notifíquese.
Devuélvase.”
F.) Drs. Rigoberto Barrera Carrasco, Carlos Ramírez Romero y Ramón Jiménez Carbo. 

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