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25 temas que reflejan las actividades de los

vascos en Venezuela Siglo XX


25 temas que reflejan las actividades de los vascos en Venezuela Siglo XX

Sin lugar a dudas, estos actos colectivos servían, -creo que siguen sirviendo-, para crear
unos lazos de unidad y para potenciar el espíritu de nacionalidad. Uas misas por los difuntos
de la colectividad vasca o la celebración del día de San Ignacio con sus cantos y bailes son
actos de afirmación nacional. En las reuniones gas tronó micas se vuelve una y otra vez a los
mismos temas, que en el fondo no sólo son obsesiones de la colectividad sino también
signos de identidad. También observamos pequeños recelos, rivalidades más o menos
marcadas, afanes de protagonismo, aunque nunca demasiado destacados, pero ante todo y
sobre todo experimentamos las ganas de vivir, la necesidad de alegría y la afirmación de una
colectividad como grupo nacional. Estas conductas no las encontramos en ningún sitio fuera
del Centro Vasco.

Otro de los aspectos que nos llamaron poderosamente la atención fue la evolución ideológica
de los descendientes del exilio vasco. Observamos que los hijos y los nietos del exilio
republicano perdían poco a poco su relación e interés por el País Vasco. Los padres pudieron
vivir el trauma de la ruptura con su tierra de origen pero ese sentimiento iba desapareciendo
en los hijos y de forma ya clara en los nietos. Hijos y nietos, de manera más o menos
acusada, veían el País Vasco con curiosidad, como la tierra de sus mayores. Sentían verda-
deras ganas de conocerla pero no se daba una identificación basada en la responsabilidad.

Ellos eran venezolanos con cierto grado de interés por las cuestiones vascas. En el caso del
exilio nacionalista, observamos un fenómeno muy diferente. Sin que se pueda defender
grados de plena coincidencia, sí se puede hablar de tendencias manifiestas. Muchos de los
hijos y de los nietos seguían manteniendo un espíritu de compromiso con la realidad vasca,
centrada sobre todo en la cultura y en el folklore. Quién es capaz de pasar muchas horas del
año aprendiendo euskera, ensayando cantos o danzas, leyendo libros e inclusos periódicos
como medio de información o culturización, etc., revela un compromiso serio con el lugar de
origen de esa lengua, de esos canciones, y de esa cultura. Se puede decir que los hijos y
nietos del exilio nacionalista mantienen la llama viva del amor y de la presencia del país de
sus mayores. En cierto sentido, siguen viviendo el trauma del exilio como ruptura y como
desposesión. En el caso de ese país, sin negar en ningún momento su ser y su compromiso
con Venezuela, sienten la ausencia de esa otra tierra que constituye el país de sus mayores
pero también el suyo propio.

Otro colectivo de la comunidad vasca venezolana lo formaba el elemento clerical. ¿Qué difícil
era distinguir en estos grupos lo que era servicio vocacional o servicio obligado? El voto de
obediencia oculta muchas realidades, claramente perceptibles en algunos casos y difusas en
otros. Hablamos con curas y religiosos que habían sido destinados a ese país por la razón de
defender la lengua o la cultura vascas. Cuando era niño, a todos estos hombres que salían
de sus parroquias o de sus colegios para ir al extranjero para cumplir una labor sa cerdotal se
les denominaba misioneros. Pero dentro de la realidad misional se encendían verdaderos
casos de exilio. Recuerdo entre otros el caso del jesuíta Aguírre, creador de diversos
colegios en la amplia geografía venezolana. Otros casos eran más dudosos, difíciles de
evaluar por la imprecisión en las afirmaciones de sus protagonistas. Otros, sin lugar a dudas,
eran hombres vocacionados, preocupados por el hombre y deseosos de entregar su vida por
los venezolanos como por los ecuatorianos, si su destino hubiera sido éste. El hecho de los
sacerdotes y de los religiosos vascos, -comunidades de jesuítas, franciscanos, capuchinos,
etc., etc.-, en los diferentes países latinoamericanos, especialmente en Venezuela, debería
ser estudiado a fondo. Encontraríamos fuertes sorpresas, entre éstas casos sangrantes de
exilio.

La cultura filosófica y literaria o especialmente la pintura en el campo de las artes están


siendo estudiados con mayor o menor sistematicidad. Existe una preocupación seria por su
recuperación y por su análisis. Sin embargo, nadie hasta ahora se ha dedicado a estudiar de
forma ordenada la aportación de los vascos exiliados al mundo de la ciencia y de la técnica.
Recuerdo con verdadera admiración figuras de gran relieve científico como el Hermano
Ginés, José María Bengoa, etc. Había médicos, arquitectos, investigadores, etc., que
merecerían una larga glosa sobre su actividad y sobre sus aportaciones, entre otras cosas,
para que quedase memoria de su valía y de su entrega. Podría ser una tarea organizada
desde ambas orillas para profundizar en la memoria real y verídica de nuestro pueblo.

Cuando escribo estas líneas, consciente de que tengo que poner punto final a esta
«miscelánea de evocaciones», vuelvo a pensar, como lo hice en su día, en la realidad
histórica que nos hizo ser un pueblo escindido, con un sector de la comunidad en el País
Vasco y otro esparcido por la amplia geografía del mundo, pero en parte reunido en los
diversos centros vascos del mundo entero. No olvido que los que tuvieron que salir por
razones de la guerra formaban el núcleo central y mejor de nuestra sociedad. Me ha
admirado siempre la dignidad humana y la integridad moral de la conducta de casi todos
ellos. ¿Cómo no recordar figuras como Toribio Echevarría. Vicente de Amezaga, Iñaki de
Urreíztieta, Pelay Orozco, etc.? Si formamos parte de una misma comunidad y de un mismo
pueblo, aunque nos encontremos esparcidos por tantas partes del mundo, cabría idear un
plan de trabajo que nos acercara cada vez más, porque la hermandad cultural es la mayor
fuerza de unidad y de progreso que existe.

Si se da un potencial humano tan dinámico en las juventudes de esos lugares y de todos los
centros vascos, sería ilógico e inadmisible que se perdiera esa fuerza de cultura y de unión
por falta de medios y de proyectos. Creo sinceramente que los gobiernos y las entidades
públicas pertinentes, -¿por qué no también las privadas?-, deberían hacer un esfuerzo serio y
continuado de atracción y sintonía con esos jóvenes y con dichas colectivi dades con planes
de trabajo y de cultura que unieran en lo posible los diferentes grupos de la diáspora vasca.
Sería la mejor manera de mantener siempre viva la llama del sentimiento vasco que tan
eficazmente encendieron y conservaron los representantes de nuestro exilio.aquel 25 de
junio de 1939 la popa del «Cuba» se anegó de sonidos que ascendían desgarrando las
gargantas de los hijos de Euskadi, que al compás del txistu, como única posesión
representativa del mundo que dejaban y conscientes que su pasaje tenía como meta «lo
ignoto», supieron sobrellevar su angustia, mientras las notas del Agur Jaunak se enredaban
en la estela de esperanza que iba dejando el Cuba.

Al mes siguiente, 28 de julio, el«Flandre» seguía la misma ruta con otro grupo de
compatriotas y un poco más tarde -26 de agosto- el «Bretagne» transportaba más exiliados
hacia Venezuela..

Creemos importante señalar, en referencia al último contingente de vascos que arribó a las
costas venezolanas, tras la decisión del Capitán José María Burgaña, Oficial de la Marina de
Euskadi, de lanzar a esta travesía a dos barcos de madera el «Donibane» y el «Bigarrena»,
fabricados por el exiliado vasco José Manuel Oruezabala y algunos carpinteros de ribera, en
la desembocadura del Adour, en Bayona. Primero los dedicaron a la pesca, aun a pesar de
accidentes y sabotajes por la oposición de los sindicatos franceses a que los exiliados
vascos trabajasen en sus aguas. Llegaron a La Guaira, después de una semana de
comenzada la guerra mundial. Algo más tarde arribaron otros grupos de vascos de la
República Dominicana y la última odisea de la avalancha del exilio, la escenificó el buque
«Alsina», en cuyo recuerdo se escribieron las obras «Antón Sukalde» y «París Abandonada»
de José Olivares Barrando «Tellagorri» y «Crónicas del Alsina» de Arantzazu Amezaga. Obra
publicada en la Editorial Xamezaga

Tardaron más de 10 meses en atravesar el Atlántico. Además de una escala en Veracruz y de


paso por un campo de concentración cerca de La Habana, embarcaron en Santiago a bordo
del «Cuba», llegando a La Guaira el 10 de diciembre. Entre los pasajeros se contaban los
Sres. Lucio Aretxabaleta y el Dr. Luis Bilbao con sus familias.

El primer exilio

Aquellos grupos de compatriotas, arrojados de su patria por la guerra civil, asumiendo la


certeza de que el mar se tragó sus huellas, conservaron la brújula, apun tando siempre hacia
los verdes horizontes que cubrían la húmeda tierra de sus mayores, manchada de rojo y
cubierta de cruces y rejas habitando el silencio. Caminaron en medio del rigor del mutismo,
enterrando para siempre aquella brújula en las mismas entrañas de su peregrinar de
exiliados, junto a su reloj, parado en el 39. Con tal posesión, amalgamada con el amor que
recibieron de este cálido trópico, sembraron sus sueños, aquellos hombres y mujeres de «la
generación de la esperanza», que aún con la inmensa carga de ausencia, supieron dejar
atrás la desdicha y anclar su pendón de trabajo, responsabilidad y respeto hacia la
idiosincrasia de la «nueva patria» a quien ofrendaron lo mejor de su esfuerzo y honestidad a
toda prueba, contribuyendo al engrandecimiento de esta querida Venezuela, sin abandonar
jamás el recuerdo de la que dejaron, en aquel rincón de Europa, que para la fecha de su
arribo vivía envuelto en la sombra que el eje nazi-fascista había comenzado a ejercer su
labor expansiva por el continente europeo, que culminaría en la Segunda Guerra mundial.

Con el correr del tiempo, tuvimos claro que no les debió resultar nada fácil, ni la decisión de
arribar a una tierra que constituía un punto absolutamente desconocido de la geogra fía, ni el
gran choque que debió suponer para aquella generación, signada por la esperanza y
fortalecida por sólidos principios, entre los cuales su amor a la libertad les arrastró a buscar
caminos abiertos y dejar atrás su amoroso terruño, sepultado bajo aquella abyecta dictadura,
y creemos justo apuntar que resultaron harto valientes los que tuvieron la osadía de cargar
sobre sus hombros a toda la familia. Sus hijos dejamos constancia, de que jamás
escuchamos una queja ni atis-bamos la angustia que debieron sentir tratando de encajar su
recio y justo carácter, en un país tropical, aún con resabios coloniales, hospitalario, pero
reacio a comprender, desde su ángulo facilista y su tibio carácter, amasado con sol y noches
templadas, el doloroso silencio de los que dejaron atrás su patria desolada y enterraron su
juventud en las brumas del belfo país de los mil verdes.

Sus hijos crecimos protegidos por la sólida muralla que erigieron a fuerza de afincar su fe en
el retorno, que jamás abandonaron y que constituye parte de la herencia que absorbimos, en
el marco del más absoluto respeto por todos los pueblos del mundo, entre los cuales quedó
el suyo-nuestro-, herido pero invencible en su secular lucha por obtener el derecho inviolable
a «su libertad que como pueblo le corresponde».
Aquel muro de protección, que significó para ellos la total renuncia a mirar el pasado,
privándose incluso de momentos de regresión, con el fin de no atisbar ni un mínimo de la
historia que cargaban, a fin de conservar la mente de sus hijos al abrigo de recuerdos que
hubieran deseado destruir pero que en nosotros permanecían en algunos casos nítidos,
aunque incomprensibles, guardados dentro de una infancia signada por el horror y vacía de
respuestas ante la reiterada e inocente pregunta: ¿por qué nos quieren matar?

Aquel pasado subyace en ese mundo escondido pero no olvidado y que con cierta
regularidad aflora en nuestros sueños entre el ronco jadear de los aviones de aquella guerra,
donde se hacía tan cotidiano el miedo, que los niños terminábamos por identificar el sonido
de los cazas y de los bombarderos. Y a pesar de todo, logramos conservar un sentimiento
tan profundo como diáfano, lo cual debemos a nuestros padres, porque aun carentes de
ciertos medios económicos, supimos aunar a los rasgos inherentes de la adolescencia, un
cúmulo de mística que nos permitió luchar a su lado en los diferentes caminos que trazaron,
primero asentando sus principios de hombres y mujeres de bien, en un entorno que a pesar
de la hospitalidad característica del pueblo venezolano, entendemos que se percibieron
algunos rasgos de hostilidad, empapados como estaban de la publicidad que había difundido
con gran maestría el eje nazi-fascista.

Lograron, con esfuerzo, levantar a las familias protegidas con su trabajo y suponemos
sacrificio (que en ningún momento percibimos), sin abandonar la solidaridad para con la
comunidad vasca, alimentada siempre por una gran fe en el retorno y un sembrar constante
de honestidad y principios, en un país que fue conociendo a los vascos a través de múltiples
realizaciones en los más disímiles campos.

Boinas en Caracas

El primer rasgo de presencia vasca se fue haciendo evidente cuando sus boinas comenzaron
a salpicar las calles de la Caracas de los techos rojos, como nos lo recordara nuestro gran
poeta Andrés Eloy Blanco, en su bello poema Mañana Larrabeiti, dedicado a una maestra
vasca:
Mariana Larrabeiti,
en mi tierra hubo dos vascos:
uno, Lope de Aguirre, la tempestad,
el galernazo del Golfo de Vizcaya,
y el otro, Simón Bolívar,
la alta montaña cántabra
donde se desbaratan todas las olas,
la perenne montaña, con su mina de hierro,
de donde vamos sacando el hierro del ejemplo
para la espada mejor que esgrimiremos,
la perenne montaña, con su mina de oro
de donde vamos sacando el oro de la piedad
para la hermosa hora en que perdonaremos.
Y ahora Mariana Larrabeiti,
En mi tierra hay muchos vascos;
ya los viste en las calles, y viste en sus cabezas
aquella cosa azul, tan vasca, aquella cosa
redonda y azul,
como un cielo pequeño
sobre la cabeza de la juventud.
Los has visto y no lo olvides,
que ellos son el encanto de mi tierra
y recuerdan la tuya y tienen de la tuya
el breve cielo azul en la cabeza terca.

Constructores y capitanes

Aquellos grupos de exiliados provenientes del laborioso y esforzado pueblo vasco fueron
diversificando sus realizaciones dentro de diferentes campos entre los cuales destacaron
notablemente la construcción, sembrando las urbanizaciones de El Rosal, Alta-mira, La
Castellana, las Mercedes etc., con nombres de sabor patrio: Izarra, Mondragón, Toki Eder...
muchas y bellas edificaciones cuyas fachadas, con toques de piedra, rememoraban los
caseríos de la patria, realizadas por el espíritu emprendedor y eficiente de Don Miguel
Salvador, quien también cuenta en su haber con el primer edificio de apartamentos «Eguzki»
en Los Caobos, considerado entonces -1941- el extrarradio de Caracas.
Como recuerdo y herencia de la intensa labor que realizó, afincado en su nostalgia y
sapiencia, nos legó este hermoso caserío «tropicalizado», cual brillante faro de la «Euskadi
Peregrina»

Otras notorias edificaciones salieron también del trabajo del exilio como la Iglesia de la
Coromoto, en El Paraíso, el Colegio La Guadalupe y la Iglesia de Campo Claro, gracias a la
fértil imaginación del Arquitecto Urbano Mantxobas. Igualmente, compañías como la
Concreto de Abasólo y Lizarralde, la empresa constructora Olaizola, etc. levantaron varios
edificios en distintos puntos de la ciudad.

Anotamos también que ya a fines del 39 un grupo de constructores vascos, emprendieron


obras como el Puente de Palenque -Guárico- sobre el río Orituco, la construcción de los
muros de cierre de la Cárcel Modelo y las primeras casas del Banco obrero en Pro Patria. Su
empeño los llevó a participar en otras importantes edificaciones como el Colegio La Salle de
La Colína y los Bloques de El Silencio.

Entendernos que entre las primeras actividades colectivas que se iniciaron, fue la dedicada a
la pesca, con el Donibane y el Bigarrena que habían servido para traer a un grupo de
exiliados. Se inició así la empresa «Pesquerías Vascas del Caribe» pero no alcanzó el éxito
soñado, ya que la diversidad de pesca que intentaron dar a conocer no tuvo la esperada
acogida, pero resultó la pionera entre la posterior proliferación de pescaderías y restaurantes
vascos.

No fueron pocos los capitanes que arribaron a Venezuela en aquellas memorables fechas,
entre ellos el capitán José María Burgaña, encabezando la hazaña del Donibane y el
Bigarrena, Capitán Ricardo Maguregui, Delegado del primer grupo que llegó en el Cuba a
quien se debe la fundación de la Escuela Náutica (Marina Mercante Venezolana), el Capitán
Unbelin Garmendia, el Capitán Pedro Sesma, que luego de trabajar como pintor de brocha
gorda, fue profesor y fundador de la Escuela Náutica de Venezuela, etc.

Imprenta, literatura, periodismo


La imprenta también supo de la llegada de los vascos y no tardaron en aparecer los nombres
de Cromotip, bajo la dirección de Segundo Eizmendi, cuya calidad en sus trabajos ocupó
buena paite del mercado editorial o la de los hermanos Miangolarra; siguieron varias, como
Editorial Color, Tipografía Venezuela, Tipografía Izarra, Editorial Excel-sior, sin olvidar
Tipografía Vargas, cuyo dueño, Don Juan de Guruceaga no tardó en asociarse con Don
Ricardo Leizaola quien llegaba cargado de experiencia la cual volcó en la citada empresa.
Así, con el conocido sello de Editorial Élite, desde el año 1945 empezaron a publicarse libros
de autores como Urreiztieta, Olarso, etc.

Esta empresa, pionera en el medio editorial, acogió a un grupo respetable de vascos que se
desempeñaron con gran eficiencia en sus diferentes funciones. Entre otros el Sr. Santiago
Aznar, que llegaba, luego de haber compartido momentos de lucha junto al Lendakari Agirre,
en su calidad de Ministro del Gobierno Vasco.

No podemos olvidar a la Revista Momento, impresa en la misma tipografía, bajo la dirección


del Dr. Simón Alberto Consalvi, que mantuvo un pequeño frente anti-franquista. En esta
misma tónica se imprimieron en la mencionada Tipografía Vargas: The tree qf Gernika de
George L. Steer y como reza la introducción al libro: «En recuerdo del periodista George
Lowter Steer, autor de este libro, corresponsal del diario The Times en Euskadi, muerto en el
cumplimiento de su misión en Birmania durante la II Guerra Mundial, tras una vida
consagrada a su decidida vocación de servir a la Libertad con la Verdad. Otra publicación
fue, El caso de los católicos vascos- 7 Días y 7 Noches en la España de Franco, por el Padre
Iñaki Aspiazu, a quien tuvimos el gusto de recibirlo en esta casa y Los vascos no son
españoles de Pantaleón Ramírez Olano.

La literatura y el periodismo tuvieron una insigne representación en la persona de Martín de


Ugalde, quien además de obtener el ler. Premio en el concurso de cuentos de El Nacional,
con Un real de sueño sobre un andamio y de su trabajo en diferentes diarios de Caracas, se
hizo acreedor a otros reconocimientos, contando en su haber con la dirección de algunas
revistas, entre ellas, Élite, El Farol, etc. En 1961 salió tttzüleak (Asesinos) que resultó ser el
primer libro en euskera editado en Venezuela. En 1965, del mismo autor Ama gaixo dago
(pieza de teatro) fruto de su incansable labor como novelista y cuentista.

Es de reconocer también el trabajo de Jon Oñatibia y Andoni Arozena en la revista Argia, más
una buena cantidad de textos en euskera, publicados en América y Europa.. Presente en el
recuerdo se halla el gudari Luis Ruiz de Aguirre Urkijo, Capitán del Batallón N° 1 de ANV,
largos años en Venezuela colaborando con Tierra Vasca y otras publicaciones del exilio. En
su haber se cuentan varias obras, entre otras Gudaris, Vascos por el Mundo, Pido un
Monumento, El ejército Vasco, Semillas de mis surcos y Viento y Agua por los Caminos etc.

Siguiendo en la tónica de la literatura y entrando en la traducción merecen un capítulo aparte


los compatriotas Vicente de Amezaga y Andima de Ibiñagabeitia. Amezaga versiona al
euskera a Goethe, Baroja, Descartes, Shakespeare, Boccacio y al poeta persa Ornar
Khayan. Es también poeta. Ibiñagabeitia es traductor de Virgilio y Ovidio, más pedagogo y
escritor

Y nos volvemos a encontrar con Andrés Eloy Blanco:


«Mariana Larrabeiti, mujer de Bizkaya, tierra de Bolívar
Los vascos le sacan el hierro a la tierra
y se hacen con hierro, nombres,
como se hace un martillo;
nobles apellidos, fuertes como hombres!
El hierro vasco está en todo, > El Nervión lo lleva en el agua oscura, - Bilbao lo levanta en las
grúas, :: a lo largo de la vía
y clava su duro astil en Portugalete
y lo hace flexible en el acero
del campesino y del minero
del músculo redondo de Uzkudun
y del torso ancho del marinero.
Bilbao es un escudo que tiene atrás un guerrero.
Mariana Larrabeiti,
eres hermosa, corno la tardes de Begoña,
así, alta como ellas y, sobre todo, serena,
y flexible, como el acero vasco.
y estás aquí, con nosotros, en la mejor de las horas,
caiga tu duice piedad sobre esos niños nuestros;
como una arenga sobre las cabezas soñadoras,
caiga tu dulce piedad sobre los niños nuestros;
ríeles lo mejor que ríes
llórales lo mejor que lloras...»

Talleres metalúrgicos

Si, también aquí en Venezuela, el hierro tuvo quien lo moldeara y se crearon talleres de
envergadura: Omnium, Talleres Bizkaia, Talleres Eibar, Zabala y Ariño, Abando y Albert,
Fundiciones Domeke, etc. entre los cuales existió uno más modesto que mi aita fundara y
arrastrado por su perfeccionismo se resistió a entrar en el boom que alcanzó Venezuela en
sus épocas de bonanza, legándonos su herencia de humanista, teñida con toques de color
que adornan las paredes de familiares y amigos, que alcanzó a realizar

en sus horas de retiro, cuando soñando, acuñaba su nostalgia con pinceladas de dolor por su
añorada Euskadi.

Aquellos primeros años transcurrieron entre compactar amistades y vencer dificultades,


manteniendo muy en alto el slogan de «vasco ayuda al vasco» a medida que fueron acce-
diendo a puestos de trabajo, intuímos no tan fáciles, por el lógico choque de costumbres y
actitud ante la vida, además de la orfandad que arrastraban, la mayoría desgajados de su
núcleo familiar, más íntimo, como esposa e hijos; lograron a pesar de todo, sustentar una
activa vida comunitaria, rompiendo la barrera del dolor con la fuerza de la esperanza y ese
ejemplo nos sirvió para continuar la cadena de realizaciones y recibir el testigo con el mismo
amor que debemos a la patria de nuestros mayores, como a la que sentimos bajo este cálido
sol tropical. Es por ello que tanto sus hijos como sus nietos seguimos manteniendo en alto su
mismo estandarte de servicio por Venezuela, llegando,'en compás de esfuerzo, a obtener
altos cargos de responsabilidad, junto a honores y reconocimientos que la discreción nos
impide anunciar o enumerar, ya que como dice el título de este humilde homenaje a nuestros
mayores, está enfocado a mantener vivo el recuerdo de La Generación de la Esperanza.
Y luego de pasearnos brevemente por la luminosa estela de trabajo que dejaron, en tránsito
por la nueva patria, nos internamos en la empresa comunitaria que resultó ser el Centro
Vasco de Caracas, apoyada en los cimientos encajados por «ellos» sobre la firme base de no
mirar atrás y mantener la orientación fija en los objetivos que trazaron, confundidos a veces
con «terquedad vasca».

Sociedad Vasca de Socorros Mutuos

Esta iniciativa de la fundación del Centro Vasco fue precedida por la Socie dad Vasca de
Socorros Mutuos, la cual arrancó de la solidaridad característica del vasco, cuando los
pasajeros del «Cuba» antes de desembarcar y por iniciativa del Capitán Maguregui,
comenzaron a redondear la idea de mantener algún tipo de asistencia mínima a los
compatriotas, la cual cristalizó el 6 de agosto de 1939, en reunión que hubieron de realizar en
el Hotel Zuriñe, ya que para esa fecha, como decimos anteriormente, aún no se había
consolidado la fundación del primer Centro Vasco.

Esta Sociedad, manejada con el único aporte de sus asociados, resultó de gran ayuda para
aquellos grupos de exiliados cuya mayoría aún no estaba en capacidad de resolver indivi-
dualmente los problemas de salud, que por supuesto, se fueron presentando. En un principio
se contó con la eficiente atención del Dr. Rafael Vera, médico venezolano y más tarde fueron
arribando los médicos vascos, Dr. Luis Bilbao, Dr. José María Díaz de Rekarte, Dr. Gonzalo
Aranguren, etc.

Resulta, por lo tanto la organización más antigua del exilio vasco en Venezuela y la que aún
continúa funcionando, ahora con otras características, ya que una vez superados los
primeros tiempos de grandes problemas económicos, el abanico de necesidades se fue
ampliando, al mismo tiempo que la facilidad para resolverlas.

Y a medida que fueron pasando los años, tuvieron que enfrentar otra realidad: la que tiene
que ver con el ciclo de la vida y aquellos exiliados comenzaron a enterrar sus sueños en la
cálida y generosa tierra venezolana ya que partir del 1 ° de noviembre de 1952, la colonia
vasca cuenta con un panteón de 120 nichos, osario y capilla.

Centro Vasco de Caracas un poco de historia

Este primer Centro Vasco se constituye el año 1941, de Cipreses a Velásquez N° 9, hasta
que la anuencia de un mayor número de compatriotas, dio por resultado la instalación del
nuevo Centro, de Truco a Balconcito, todavía disfrutando de la Caracas de las bellas casas
coloniales, bajo cuyos aleros, además del frontón que lograron construir, comenzó a tomar
cuerpo una gran actividad colectiva que prácticamente se inició a raíz de la creación del coro
«Pizkunde» bajo la dirección del Maestro Antón Garate, y la fundación de Eusko Gastedi de
Caracas, el 24 de abril de 1948, con la Presidencia de Martín Ugalde, y el lema «Por la
conquista de las libertades vascas».

Tanto el Pizkunde corno el resto de los coros que tuvieron una larga trayectoria merecen un
capítulo aparte, pero ahora nos concretaremos a Eusko-Etxea de El Paraíso cuan do tomaron
cuerpo los sueños tanto del exilio, como de sus hijos, al recorrer el acogedor caserío
sembrado en el trópico, con sabor de nostalgia y cobijado a la sombra de mangos, bucares,
araguaneyes, etc., asomado apenas dentro de la frondosa vegetación con que nos regala
esta exuberante naturaleza.

La inauguración de este Centro, constituyó una fiesta difícil de igualar, cuando se conjugaron
la satisfacción de «los mayores» frente al triunfo obtenido por sus esfuerzos, la ale gría de la
juventud contando ahora con espaciosas áreas donde realizar sus múltiples aficiones,
deportivas, folklóricas, en fin, de expansiones juveniles.

Aquel 3 de marzo de 1950, que coincidió con Aberri Eguna, se palpó la vigencia del «alma
vasca», cuando al compás del txitu y enmarcados entre dos hileras de muchachas y
muchachos con trajes típicos, el entonces Presidente del Centro Vasco, Sr. José Elguezabal,
acompañado por el Dr. Luis Bilbao, Delegado del Gobierno Vasco, recibían al Lendakari José
Antonio de Aguirre acompañado por los Sres: Jesús de Galíndez , Joseba de Rezóla, y
Nicanor de Zabaleta. Se recibieron también innumerables manifestaciones de afecto del
pueblo venezolano y sus autoridades.

No queremos cerrar este capítulo, sin destacar el esfuerzo que supuso para la colectividad,
comandada en aquellas fechas por el Sr. José Elguezabal y Don Luis Bilbao, al embarcarse
en la realización de tamaña obra, lo cual lograron mediante la emisión de acciones de la
recién fundada «Inmobiliaria Euskalduna», adquiridas por los socios del Centro bajo el lema
«No es un donativo, es una inversión», pero no imaginaron que al final resultó un hermoso
donativo tanto para los que heredamos inmediatamente el resultado de aquel esfuerzo, como
los que ignorando la labor de hormiguitas de los primeros exiliados, encontraron las puertas
abiertas y los brazos extendidos para recibir a los hermanos que han ido arribando a nuestro
lado, en diferentes épocas pero con el mismo sentimiento de amor a Euskadi y ansias por su
libertad.

Pizkunde, Txinpartak, Veneuska

Como ya lo comentamos anteriormente, el Pizkunde comenzó a funcionar de Truco a


Balconcito, bajo la dirección del Maestro Antón Gárate y su presentación «fuera de casa» se
realizó en el Teatro Municipal, invitado por la Asociación de Conciertos bajo la Presidencia
del Maestro Plaza, logrando tal éxito, que a partir de ese momento el público caraqueño
comenzó a captar la calidad musical del pueblo vasco, y su canto se fue haciendo sentir en
diferentes actos y teatros que para aquellas fechas, apenas destacaba el Orfeón Lamas,
dirigido por el insigne Maestro Vicente Emilio Sojo, el cual estaba compuesto por intérpretes
de primera calidad.

Aquel «Pizkunde», no tuvo empacho en acudir al Algodonal (Sanatorio Antituberculoso)


motivados por su espíritu solidario, a ofrecer su música a los enfermos o a los presos de la
Cárcel Modelo, etc. Logró también, en su segunda etapa, un gran triunfo a partir de la
interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven, bajo la batuta del Maestro Galarza, que
por primera vez se escuchaba en la capital, de viva voz o cuando entonó el Aleluya de
Haendel, dirigido entonces por Paulin Urresti, en un montaje teatral que se realizó en el
Nuevo Circo, sobre la Pasión de Cristo.

Entre las notables interpretaciones del Pizkunde, anotamos la colaboración que el gran
maestro Antonio Estévez solicitó a fin de estrenar su Cantata Criolla y recibimos el honor de
comenzar los ensayos bajo su dirección en esta misma casa cuya fecha aniversario estamos
celebrando. El Pizkunde, en este caso fue acompañado por el Orfeón Universitario y algunas
individualidades.

El estreno de la Cantata Criolla constituyó un hito en La Historia Musical de Venezuela.


Existe una anécdota muy simpática, que sucedió cuando ya Caracas contaba con una
considerable proliferación de coros (algunos de colonias extranjeras) y se realizó un
concurso, cuya base era el Himno Nacional. El «Pizkunde» obtuvo el 2° Premio, a pesar del
gran enfrentamiento del Maestro Estévez con el resto del Jurado, ya que desde su punto de
vista el 1 er. Premio lo merecía el «Pizkunde». ¡Lindos recuerdos!

Era la época en que la mística se filtraba por todos los rincones del alma vasca y además de
algunos otxotes y hasta cuartetos que fueron surgiendo, tanto femeninos, como masculinos,
un grupo de entusiastas muchachas, bajo la dirección de Sorne Uzkanga, formamos un coro
femenino denominado «Txinpartak» cuyo estreno se realizó en el memorable programa que
anualmente difundían las emisoras de televisión a beneficio de la Sociedad Anticancerosa.
También se llegó a cantar en la Biblioteca Nacional, etc. etc.

Aun no se acaba la historia de los coros vascos en Venezuela y esperamos que así sea; el
último que surgió fue el «Veneuska» que siguió cosechando triunfos, entonces bajo la batuta
de Koldo Garmendía, músico y pintor que venía prodigando su hermosa voz por los
diferentes templos de ia capital, en compañía de la infaltable presencia de Jontxu Bilbao.
Este coro «Veneuska», luego de actuaciones, en teatros, televisión, etc. se hizo acreedor a
un artículo en la revista literaria Imagen, con el título «Tres vascos...un coro» en aquel
entonces bajo la Dirección del ilustre intelectual, y poeta venezolano Pedro Francisco
Lizardo. Dicha Revista aun se mantiene en el mercado editorial.

No nos resignamos a cerrar el capítulo de los coros vascos en Venezuela, sin lanzar una
semilla de esperanza, que ya soñamos en su germinar, conscientes de que existe un campo
fecundo, tanto de jóvenes, adultos y... «niños», como ha venido sucediendo en diferentes
épocas de esta pequeña que ya se va haciendo larga historia y horadando en ella nos
acercamos a los recuerdos hasta presenciar el inicio de aquellos «Coritos de Gabon»
imbuidos de la mística que en sus comienzos significaba recoger fondos para nuestros
hermanos que en Euskadi sufrían la dictadura franquista y que al paso del tiempo se fueron
diversificando, tanto los aportes como la apreciable y variada cantidad de rostros juveniles
que hermanaban su alegría al compás de las notas del Olentzero y del Tum...Tura...¿quién
es?... GENTE DE PAZ

Folklore

Tras el camino de la música, el folklore siempre ha mantenido un lugar preponderante y


desde la llegada de los primeros exiliados, con los escasos niños con que contaba la
incipiente colonia, se realizó una representación en e! entonces Estadio de San Agustín,
guiados por la pericia de Joseba Badiola, que venía de ofrecer su joven experiencia por los
caminos de Inglaterra, entre los grupos de niños vascos exiliados que habían arribado a ese
país. Además de Joseba, los txtstularis Isasti y los hermanos Oñatibia, más el señor Atxurra,
pionero de los txistularis en Venezuela, se hizo sentir desde entonces en cuanto festejo se
organizó. Aquella representación de los vascos ocupó la atención de varios diarios
caraqueños y a partir de entonces nunca los dantzaris de Caracas han bajado la guardia: de
grupo a grupo, de fecha a fecha, de edad a edad y recientemente nos han sorprendido en el
día del Dantzari Eguna, con un simpático despliegue de niños, jóvenes, menos jóvenes,
perdón, «jóvenes aún», que pusieron a funcionar sus energías, echándole esfuerzo y cariño,
afincados en esa gran voluntad por mantener la vigencia de nuestras manifestaciones
folklóricas.

Estos grupo de dantzaris, txistularis, acordeonistas y di-rectores-profesores de los diversos


grupos merecen un capítulo aparte por su especial dedicación que, entre otras cosas y fuera
de sus exhibiciones en Eusko-Etxea y otros puntos de la geografía caraqueña nos
proporcionan la alegría de contemplar nuestra representación «nacional» con su auténtico
nombre e ikurriña durante largos años, asistiendo al Festival de Danzas Folklóricas
Internacionales que anualmente se celebra en Caracas, donde acuden diferentes colonias de
países extranjeros. En estas lides el Aldaska ha obtenido el ler. Premio el año 1984, y como
es la costumbre les tocó organizar el próximo festival el año 1985 en los locales del Centro
Vasco, el cual resultó un éxito de público, en este año el premio correspondió a los dos años
seguidos, 1988y 1989,Aldaska obtuvo el 2° Premio, presentando el grupo más joven del
Festival.

Teatro en Euko-Etxea

En esta relación de actividades dedicadas al público, imposible olvidarnos de las hermosas y


a veces divertidas tanto estampas como representaciones teatrales, escenificadas bajo la
entusiasta dirección del Sr. Andoni Arozena, que fue la ocasión de reunir «pichones de
actores», que dada su calidad interpretativa hubieran podido dedicarse al teatro,
probablemente con bastante éxito. Andoni Arozena bautizó al grupo con el nombre de
AITZOL en homenaje al sacerdote asesinado «por Dios y por España».

Entre la obras que ofrecieron: «Mujeres en Berrigorria», «La Vieja que pasó llorando»,
escenificada en el Teatro Caracas -que yace entre los escombros de la Caracas que borraron
de nuestra presencia, pero no de nuestro corazón-, monólogo actuado por Josune de Tejada,
afincada para siempre en la parcela del cariño. Siguieron: «Un Espíritu Burlón», de Noel
Coward, la Trilogía de Chejov: «El Oso», «El Aniversario» y «El Pedido de Mano». La última
obra que se escenificó «Los Delfines » de Jaime Salom, con escenografía de Bingen
Arnoriaga, estuvo a cargo de Pascual Estrada, crítico de teatro, escritor y que a la vez cuenta
en su haber con el montaje de varias obras. Colaboró el mejor fotógrafo del medio tea tral,
que a la sazón era socio del Centro Vasco: Miguel Gracia. No contamos con el espacio
suficiente para nombrar a los actores que participaron en aquellos montajes, que tanto
significaron para el público de Eusko-Etxea

También el cine mantuvo su área de atención: para niños a las 3 de la tarde y adultos a las 6,
todos los sábados, salpicados con Cine Forum de vez en cuando y más recientemente
algunas películas que nos trajeron los compatriotas de Euskal-Herria.

Nuevamente volvemos a Andoni Arozena que además de proporcionarnos aquellos


momentos de placidez, apoyado por el entusiasmo de los actores, en aquellas «noches
teatrales» no abandonaba las clases de euskera que tanto él como Martín Ugalde ayudaron
a incursionar en nuestra lengua a los que no tuvimos la suerte de acceder a ella de forma
natural. Dieron un gran ejemplo de constancia y dedicación, conformando las clases con un
fin de curso repleto de reconocimientos y obsequios a los alumnos, premiados con medallas
estampadas de lauburus, mas libros que la sapiencia de Don Vicente Amezaga había
traducido al euskera, por ejemplo Hamlet de Shakespeare, etc.

Ikastola Euskadi-Venezuela

En esta materia del euskera hay un hecho trascendental en la vida del txoko de Caracas,
como fue la fundación de la Ikastola Euskadi-Venezuela, con la particularidad que hasta el
presente ha sido el único caso, fuera de las fronteras de Euskal-Herria. Para el momento de
su fundación, ya la Andereño Arantza Mujica, venía realizando los sábados clases de
euskera para los niños y al fin esta vocación cristalizó en la mencionada Ikastola,
constituyendo un hecho que le dio a nuestro txoko calor de algarabía y sueños de futuro.
Notables fueron sus fines de curso, donde pudimos gozar de hermosas representaciones
encuadradas en bellas escenografías que se escapaban de las manos de «hada» de Arantza
Mantxobas. Sus coritos nos sorprendieron dulcemente, guiados por las hermanas Uzkanga:
Maite y Begoña. Pero en medio de cantos y alegría, el grupo de andereños y otros que tal
vez escapan a la memoria. Tuvimos también tallistas de la categoría de Txopa Berecibar,
Cefe Bilbao, los cuales crearon escuela en Caracas y Los Andes y nuestro recordado amigo
Inaxio Aierbe.

Quizá haya quedado alguno en el olvido, pero no el Sr. Luciano Quintana, dibujante y
cartelista, mas conocido por «Nik» que llegó cargando su gran bagaje de experiencia y aquí
siguió desarrollándola a la par de su éxito y Bingen Arnoriaga, hijo del exilio, que además de
su rica trayectoria de pintor en el ámbito caraqueño, le tocó regalar su arte a varias de la
revistas que se han venido publicando en este Centro y trabajar en diferentes exposiciones
presentadas en esta casa. Hay varios artistas del dibujo y el color que debieran aparecer en
esta lista y que ya le han dado su arte a nuestras publicaciones, actualmente contamos
nuevamente con ellos para ilustrar esta Revista.

En estos recientes años, la Comisión de Cultura-EKA1-se ha dado a la tarea de presentar


hermosas exposiciones de los pintores Eusebio Aizpurua, Patxi Azkuenaga, Koldo Ruiz de
Aguirre, Luis Alberdi, Gorka Etxebarrieta, Iñaki Gurtubai y Arrale Pérez Cañizal, quien fue
Andereño de la Ikastola, actualmente en Euskadi y arrastrada por su entusiasmo al enterarse
de la actividad pictórica que se venía realizando en Eusko-Etxea, se presentó en Caracas a
fin de mostrarnos los hermosos caseríos de la patria, que parecían escaparse de los lienzos.
En Euskadi está obteniendo notable éxito en ese nuevo camino, además de su trabajo de
andereño. Asimismo el final del Campeonato de Mus celebrado en Margarita, fue pretexto
para exponer las obras de varios pintores vascos. Tampoco la cerámica se quedó atrás y
tuvimos la oportunidad de apreciar el arte de Unai Azpiritxaga y Adriana Ponte.
Publicaciones de la diáspora vasca en Venezuela

Revistas Aniversarios del Centro Vasco de Caracas

15 Aniversario del Centro Vasco de Caracas 1942-1957 Indice y Editorial


20 Aniversario del Centro Vasco de Caracas 1942-1962 Indice y Editorial
25 Aniversario del Centro Vasco de Caracas 1942-1967 Indice y Editorial
50 Aniversario del Centro Vasco de Caracas 1942-1997 Indice y Editorial
LOS VASCOS EN VENEZUELA

15 ANIVERSARIO DEL CENTRO VASCO DE CARACAS -

INDICE

Agur..................................................................................................................... 3
Palabras del primer Presidente de Euzkadi ….................................................... 4
Presidentes del Centro Vasco........................................................................ 6
Quince años del Centro Vasco de Caracas, por Martín de Ugalde....................... 7
Los vascos de Caracas inauguran su Eusko-Etxea, por Jesús de Galíndez........ 14
Los vascos en Caracas, por Germán Arciniegas................................................... 16
Los Vascos En La Historia De Venezuela …....................................................... 19
Los vascos, adelantados de Colón, por José María de Burgaña …...................... 20
Historia genealógica del Libertador, por L. A. Sucre …....................................... 21
El elemento vasco en la historia de Venezuela, por Arístides Rojas ….................24
La Compañía Guipuzcoana, por Francisco Depons …......................................... 27
Los comerciantes de Caracas en 1806 …............................................................. 29
Nombres vascos en nuestra Historia, por J. A. de Armas Chitty …..................... 30
Etimología de apellidos vascos en Venezuela, por Benjamín de Iturrieta ….........32
Sabino de Arana y Goiri …................................................................................... 38
Los Vascos Y Su Historia …................................................................................ 39
El árbol de Guernica............................................................................................ 40
Nobleza universal de los vascos, por Juan Carlos de Guerra …......................... 41
Euzkadi, por Jon Chano …................................................................................... 43
¿Qué son los Fueros vascos? ….......................................................................... 47
Constitución del Gobierno Vasco …..................................................................... 50
Homenaje a los Gudaris …................................................................................... 52
Expresiones Vascas …........................................................................................ 53
Interés lingüístico del vasco, por Andima de Iguinagabeitia …............................ 54
Literatura vasca, por Vicente de Amézaga …....................................................... 56
Iru olerkari …........................................................................................................ 60
Una página de Miguel de Unamuno …................................................................ 62
Ángelus, por Pío Baroja …................................................................................... 64
"El arte vasco, por Bingen de Aresti …................................................................ 66
Cómo canta el vasco, por el Padre J. A. de Donosti …....................................... 68

Testimonios Ajenos …......................................................................................... 70


Guillermo Valencia - Alberto Lista • Antonio Cabanillas - José Ortega y Gasset - Juan Donoso
Cortés -Alejandro Pidal y Mon - Guillermo de Humboldt - Elena Vacaresco - Claude G.
Bowers • Leopoldo Lugones
EDITORIAL

AGUR

El CENTRO VASCO de Caracas, al cumplir sus quince años de vida, se acerca a nuestra
colectividad y al pueblo venezolano con los brazos abiertos en un cordial saludo y un
fraternal mensaje de los que quisiéramos fuesen intérpretes las páginas que siguen.
Hay en ellas, en primer lugar, una sincera manifestación de gratitud; de honda gratitud hacia
las autoridades venezolanas. Desde las que auspiciaron y canalizaron nuestra venida a esta
tierra, hoy nuestra segunda patria, hasta las que en el transcurso de los años se han ido
sucediendo en el Gobierno de la República, en una invariable actitud de generosa compren -
sión hacia nosotros.

Hay en ellas la pequeña historia de nuestro vivir y obrar en esta cordial tierra de Bolívar
desde el momento en que un grupo de inmigrantes compatriotas se congregó por vez
primera bajo el techo de un hogar común, casa solar en la que nuestra estirpe renueva aquí
los recuerdos de la tierra natal.

Hay en ellas —como profunda razón de ser de ese vivir y ese obrar— un testimonio de la
perennidad de nuestro pueblo que, a través de siglos que la Historia no puede contar, se
presenta ante el concierto de los pueblos libres con títulos que el transcurso del tiempo y la
fortuna, lo mismo que el desastre, no han podido sino convalidar.
Hay en ellas el aroma del recuerdo. Recuerdo de los años vividos en esta nuestra patria
adoptiva con la que, a través de los vínculos que la vida teje con su cortejo de alegrías y
tristezas, tantos de nosotros han quedado ya para siempre consustanciados.

Y, junto a la melancolía del recuerdo, hay en ellas reverdecer de hermosas esperanzas.


Esperanzas de que estos quince años de vivencia con todos sus logros y sus éxitos, no sean
sino el inicio y la base de una labor que ha de ser incesantemente superada por nuestros
hijos y nuestros sucesores en todos los caminos por nosotros emprendidos y en tantos otros
que aún quedan por emprender.

Para que ante la ejemplaridad de una conducta que fue siempre y en todas partes nuestro
mejor patrimonio podamos oir que se repite en Venezuela como en un eco de la frase
homérica: "Estos son aún mejores que sus padres".
Y el corazón de Euzkadi se alegre al escucharlo.
LOS VASCOS EN VENEZUELA

20 ANIVERSARIO DEL CENTRO VASCO DE CARACAS - INDICE

Indice

2 Un Lustro Mas
4 Palabras Del Presidente De Euzkadi
6 Presidentes Del Centro Vasco De Caracas
7 Los Centros Vascos En Venezuela
13 El Bertsolari
14 Monumento Al Soldado Vasco
15 La Asociación De Socorros Mutuos
16 Euzko Deia, La Voz De Los Vascos En Venezuela
17 Euzko Gaztedi, Juventud Vasca
18 Euzkeraz Gure Etxean
19 Presencias
26 José Antonio De Aguirre Y Lecube (G.B.)
28 Ausencias
29 Cumbres De La Estirpe
30 Pocas Palabras A Los Hijos De Vasconia
32 Borburata
35 Una Pagina Del Maestro Campion
36 El Acta Primera De La Independencia De America
38 El Hermano Gines
40 Etimologías De Apellidos Euzkaros
44 Pro Universidad Vasca
45 Los Vascos Entre Nosotros
46 Santa María De Erebato
48 Iturbe, El Vasco Amigo Del Libertador
50 El Alma Del Centro Vasco
52 Una Pagina Gloriosa De La Historia Vasca
53 Nuestro Patrimonio
54 Aquí Y Allí
55 El Caserío
56 Gure Elertia
58 Olabide
61 Nuestro Primer Presidente
62 Caracas 27-4-62
63 1962 Y Gernika
64 Imagen De La Reunificacion De Euzkadi
68 A Una Mujer Vasca
70 Los Vascos En La Independencia De Venezuela
71 Otros Hablan De Nosotros
72 El Deporte Vasco En Venezuela
74 Distinciones Que Nos Honran
EDITORIAL

UN LUSTRO MAS

DESAPARECIDA, a fines del siglo XVIII, la presencia hegemóníca que, con la Compañía
Guipuzcoana, llegaron a alcanzar los vascos en Venezuela, desaparece también o, al menos,
se vuelve insignificante, su aporte inmigratorio a estas tierras. Hubo de transcurrir siglo y
medio para que la guerra, que los vascos nunca quisimos, provocara el exilio de millares de
compatriotas, parte de los cuales arribaron a estas playas el año 1939, en aquel movimiento
encauzado y dirigido por el Instituto de Inmigración que, con don Eduardo Monsanto su
representante en Europa y el Dr. Arturo Uslar Pietri su director, junto a otros nombres
imborrables en nuestro agradecimiento, supo hacer vibrar nuestros pechos con la honda
emoción de la generosidad venezolana.

Aquellos primeros centenares de vascos llegados en el "Cuba", el "Flandre" y el "Bretagne"


comenzaron a afanarse en rehacer sus vidas. Y surgió la empresa de las "Pescaderías
Vascas del Caribe", y fueron los constructores quienes en urbanizaciones como Las
Mercedes y otras, lo mismo que en obras como la del puente Palenque sobre el río Orituco,
primeras casas del Banco Obrero en Pro Patria, colegio de La Salle en La Colina, bloques de
El Silencio y tantas otras, han dejado huella perdurable.

Además de la construcción y la pesca, las dos iniciativas más importantes de los vascos
recién llegados a Venezuela, su actividad se extendió al campo de muchas otras profesiones,
desde el ejercicio de la Medicina hasta los talleres mecánicos; desde las herrerías y
fundiciones hasta las empresas tipográficas en que alcanzaron y siguen ocupando en
Caracas lugar destacado. Y llegó el momento en que la dispersión que las distintas
actividades imponían, hizo sentir la necesidad de un lazo cohesivo y de convivencia común.
Y así surgió, en 1940, la Asociación Vasca de Socorros Mutuos, y así, en abril de 1942, con
la fiesta de Aberri Eguna, llegó la inauguración del primer Centro Vasco situado de Velázquez
a Cipreses que, resultando estrecho, al cabo de pocos meses, para cumplir su función, hubo
de ser trasladado a un local más capaz donde, además, había la posibilidad de construir el
indispensable complemento de la vida vasca: el frontón. Tal fue el Centro de Balconcito a
Truco, inaugurado el 31 de julio, festividad de Iñaki Deuna, el mismo año de 1942.

Pero esta casa empezó también pronto a hacerse pequeña. El contingente inmigratorio
vasco se hacía cada vez mayor; la colectividad adquiría más pujanza y con ella se hacía
sentir cada vez más fuerte el sentimiento de la unidad vasca que en Aberri Eguna de 1950
halló cobijo en la nueva casa de El Paraíso donde, desde entonces, todas las manifestacio-
nes del espíritu vasco, desde el cultivo del idioma e historia a la pelota, desde el coro
Pizkunde y los grupos de baile hasta el más mínimo latido del sentir patriótico, han hallado
ambiente propicio y espacio adecuado.

Tal fue, brevísimamente resumida, la historia de nuestros primeros quince años,


detalladamente recogida en nuestra revista del XV aniversario, a los cuales viene a sumarse
un lustro más. Un lustro que no nos ha visto pasar con los brazos cruzados sino que, al paso
que ha servido para estrechar más nuestra identificación con el noble pueblo venezolano, no
ha hecho sino avivar nuestro espíritu de superación en la lucha que no conocerá respiro
hasta el triunfo de la Causa vasca.
Frentes nuevos abiertos en esta lucha son el de EUSKO DEYA, la voz radial de los vascos
en Venezuela; la apertura de nuevos Centros en el país, labor en que si el mérito principal ha
de atribuirse en cada caso a los beneméritos compatriotas de la localidad, de ningún modo
puede desconocerse la parte que cabe al Centro caraqueño; la constitución estos días de la
Federación de Entidades Vascas de Venezuela; las grandes obras de mejora de nuestra
sede actualmente en vías de iniciación y tantas otras realizaciones, en fin, de todo género y
entidad que, si de ningún modo pueden hacer de nosotros orgullosos satisfechos, pues
demasiado conocemos nuestras fallas pasadas y nuestras presentes deficiencias, sí valen
para darnos la medida de nuestro esfuerzo ante la sola consideración de la enorme distancia
que ese esfuerzo ha puesto, en estos veinte años, entre aquel modestísimo local de
Velázquez a Cipreses, único refugio entonces de los vascos en Venezuela, a este otro del
Paraíso a cuyo alrededor se agrupan otros seis que han ido naciendo en el territorio de la
República y que ha alcanzado el honor de ser la sede de la Confederación de Entidades
Vascas de América. Y la medida de cuyo valor la dan por igual, desde diferentes ángulos, el
amor de los vascos, la estimación de los venezolanos y el rencor de nuestros enemigos.
LOS VASCOS EN VENEZUELA

25 ANIVERSARIO DEL CENTRO VASCO DE CARACAS - INDICE

Indice

2 Buskeraz bi itz
3 Algunas palabras de introducción
5 Los vascos en el descubrimiento de Venezuela - José María de Burgaña
7 Lope de Aguirre, separatista y rebelde - J. A. de Armas Chitty
9 Los vascos en la fundación de Caracas - Vicente de Amézaga
14 Esquema para una investigación del Siglo XVIII Venezolano - Pedro Grases
19 Los vascos y el espíritu de Venezuela - José de Araño
20 La Guipuzcoana: lo social en lo económico- Juan María de Akarregm
22 Noticia sobre la presencia vasca en el folklore venezolano - Juan Uscano
26 Presencia vasca en la arquitectura venezolana- Lander Quintana
33 Nuestro entrañable amigo venezolano - Francisco G. de Mardones Zabalandikoetxea
38 Mundu Berriko euskal-idazleak - Ibiñagabeitia'tar Andima
42 Sacerdotes vascos en Venezuela - José Marta Mendizábal
46 A Petra Elorriaga la sembraron en Chirgua - Martín de Vgalde
52 Aporte del elemento vasco al desarrollo económico de Venezuela - Jesús Dolara
56 La actuación de los médicos vascos en Venezuela - Luis Bilbao
58 Luisa de Arrambide - Arantzazu de Amézaga
60 La Fiesta del Píjiguao entre los indios waikas -Daniel de brandiarain
64 Familias y géneros de anfibios —Amphibia— de Venezuela -Hermano Gines
65 La traducción imposible – Miguel Pelay Orozco
66 Cuento: La trampa de cemento -Martin de Ugalde
69 La vida en el Centro Vasco – Maribi Apalategui

Dirección: Martín de Ugalde


Portada: dibujo de Bingen Araoriaga
Diagramadón: Karmele Leizaola
Impreso por Cromotip C. A.
CARACAS 1967 / AÑO CUATRICENTENARIO
EDITORIAL

Esta es la tercera vez que el Centro Vasco edita una revista conmemorativa: la primera se
editó en la ocasión de sus 15 años, en 1957; la segunda a sus 20, en 1962, y ahora, cuando
los vascos celebramos los veinticinco años de haber fundado el Centro Vasco de Caracas.

Esta revista aniversaria está dirigida a dos


públicos principales: en primer lugar al venezolano, y luego al que componen los vascos,
tanto los que viven en el exilio como los que alcance dentro de Euzkadi. Por esta razón, el
primero y el segundo número aniversario estuvieron dedicados, sobre todo, a dar algunos
rudimentos acerca de quiénes somos los vascos, de dónde venimos, qué hicimos en la
guerra que nos provocaron y por qué lo hicimos, cuáles son los elementos principales de la
nacionalidad vasca, y también cómo llegamos al país y qué hicimos aquí durante esos años.
En este número de los 25 años del

Centro Vasco de Caracas, que coincide con los 400 de la ciudad capital en que se estableció,
nos proponemos algo más ambicioso: señalar, a través de trabajos pedidos a personas
familiarizadas con los temas, y a veces especializadas, la huella del vasco desde el
Descubrimiento hasta ahora; naturalmente que la pretensión no alcanza más que a tratar de
dar los hitos que señalan la huella del vasco en Venezuela. De esta manera ayudamos a
señalar aspectos de la contribución del vasco a Caracas, que está celebrando sus cuatro
siglos, y contribuimos a la comprensión de su influencia en el país en general.

AI hablar de la confección de esta revista tenemos


que destacar la generosa presencia en estas páginas de escritores venezolanos como J. A.
de Armas Chitty, autor de extensa y valiosa obra histórica, y de Juan Líscano, poeta, autor de
importantes trabajos folklóricos en el país y director de una prestigiosa revista cultural
venezolana: "Zona Franca", y también la de un catalán exilado como nosotros, el Prof. Pedro
Grases, autor de una rica obra venezolana en el campo de la investigación histórico-literaria.
Esta es, pues, una empresa conjunta, como es también conjunta la labor que realizamos en
nuestras respectivas profesiones dentro del mundo venezolano que estamos construyendo,
cada uno en la medida de su capacidad y de su sensibilidad.

También es unida, y muy destacable, la colaboración de vascos y no vascos en la


contribución económica que suponen los avisos que figuran en las páginas de esta revista
aniversaria. Nosotros sabemos que a estos anunciantes benefactores no les ha movido el
interés (por demás legítimo) de hacer publicidad a sus productos o a sus servicios, sino el
deseo de participar en esta empresa, que ellos saben seria, de un grupo huma-
no que celebra los 25 años de su hogar nacional.

Pero en este número tiene puesto importante alguien que vino a ser el precursor de los
colaboradores vasco-venezolanos: el Dr. Simón lo Salas.

El Dr. Gonzalo Salas es un médico venezolano que hizo en París, de forma casual, primer
contacto con aquellos vascos recién vencidos del año 1939. Fue él quien pocos después
proponía, mediante un informe al gobierno de López Contreras, el ingreso de los vs eos al
país, y fue él quien, en generosa campaña para conseguir el respaldo de la opinión pú! ca
frente a una capciosa propaganda política que se esforzaba en hacernos aparecer c<
comunistas, publicó un folleto titulado; Inmigración vasca para Venezuela, que tuvo un imj
sionante eco, no solamente en la prensa venezolana de la época, sino en la más extensa
preí de los pueblos sud-americanos.

"¿Dónde están estos emigrantes?", se preguntaba en ese inf oí


el Dr. Gonzalo Salas, después de hacer un estudio sobre la necesidad de una política iiimij
na en Venezuela. "Estos inmigrantes son por ahora 80.000. Son vascos y están en la actualii
en Francia, deseosos de venir. Podría decirse que hoy están huérfanos de su gran Patria y
ac< rían la nuestra con el músculo y con el corazón".

La generosidad permitió al Dr. Gonzalo al ver en nuestro pueblo algunas virtudes que
recomienda para el país, y hace un resumen de nue»*j tra historia, de los antecedentes de
actividad agrícola e industrial de otros grupos vascos vei a Venezuela, como la Compañía
Guipuzcoana, y, por fin, en un gesto que lo enaltece, nuestra defensa como "gente seria,
gente de trabajo, respetuosa de la moral y de la Iglesia Católica".

Este fue nuestro comienzo de hace 28 años aquí, cuando los vascos recién exilados en
Francia no sabían, salvo rarísimas excepciones, ni dónde estaba Venezuela.

¿Cómo no darlo, ahora que nuestra casa cumple un cuarto de siglo de establecida en aquella
su primen etapa entre las esquinas de Velázquez y Cipreses?
Queremos, sí, recordar en lugar destacado al Dr. Simón Gonzalo Salas, nuestro amigo
desconocido de aquellos primeros momentos difíciles y amargos de la derrota, de la
calumnia y de la orfandad. Queremos expresar a este merideoo de altísima sensibilidad
moral que estamos agradecidos, y que lo estarán nuestros hijos, porque estos vínculos del
alma son de los que no se extinguen con la muerte, y que esperamos no haberlo defraudado,
que esperamos que las razones que tuvo en su conciencia para recomendarnos cuando la
situación era tan adversa, cuando tantas conciencias estaban turbadas por una propaganda
interesada, y cruel, se hayan mantenido viva hasta ahora, y que en este momento en que
cumplimos veinticinco años de haber inaugurado la casa común de los vascos en Caracas,
se sienta reconfortado con la idea de que, ademas de habernos rendido un inestimable
servicio a los vascos, ha rendido también un servicio a su país.

1967
LOS VASCOS EN VENEZUELA

50 ANIVERSARIO DEL CENTRO VASCO DE CARACAS -

INDICE

Inaki Aguirre Arizmendi Zorionak Eta Urte Askotarako............................................... 3


Xabier Leizaola Felices 50 Años.......................................................................... 4
Martín De Ugalde En Busca De Una Patria En Libertad.......................................... 7
María Paz Matxain La Generación De La Esperanza …................................ ….. 9
Amaia Fano Miguel Salvador, El Hombre Que Vasquizó Caracas …...................... 31
Gerardo Vivas Pineda La Flota Que Nos Hizo Millonarios …................................ 35
Ramón A1zpurua Aguirre Los Viajeros Vascos A La Venezuela Colonial …......... 44
Jesús María Sasia En Torno A Las Primeras Inmigraciones Vascas En Venezuela . 50
Elias Pino Iturrieta Un Par De Historias Sin Aparente Trascendencia …............. 52
Arantzazu Amezaga Iribarren Emakune Abertzale Batza.................................... 56
José María Bengoa El Exilio Vasco En Venezuela Y Los Médicos …..................... 62
Lander Quintana Uranga Aporte Vasco Al Cooperativismo De Vivienda............. 68
Amaia Fano Hermano Ginés. Fraile De Los Hermanos De La Salle (88 Años) …...... 70
Poesía Balendiñe Albizu / Xabier Ametzaga / Celia Matxain / Gabriel Aresti …........ 72
José Ángel Ascunce Arrieta Miscelánea Evocativa............................................. 78

Equipo Editorial

Koldo Ruiz de Aguirre


Maria paz matxain
Karmele leizaola
EDITORIAL

Felices 5O años

Qué bueno para mí evocar el cincuentenario del Centro Vasco. Hace más de cincuenta años
pisaba el Centro Vasco, de Truco a Balconcito, como niño con zapatos nuevos. Atrás
quedaban la Euskalherria continental invadida por los alemanes de los que me escapé
milagrosamente; la Euskadi peninsular donde se respiraban aires de opresión que apretaban
el corazón y menospreciaban la dignidad humana. Ahora estaba en Caracas, la colonial, la
señorial, la sultana del Ávila, con su medio millón de habitantes que rezumaban aires de
humilde y respetuoso quehacer ciudadano y de hondo sentir republicano, acompañados de
búsqueda de ilustración.

En aquel entonces, la colectividad vasca, exiliada en su inmensa mayoría, se reunía en torno


a su Centro Vasco donde se proyectaban coloquios, conferencias, publicaciones, sueños de
un retornar a la tierra ancestral; se despertaban y se mantenían ansias de revivir lo autóctono
vasco, el deporte de la pelota, del fútbol, de las competencias populares de hacha y de
piedra, de los bailes tradicionales, del canto coral; todo ello ofrecido con sano orgullo al
pueblo venezolano que, con tanto respeto y tanta generosidad, nos acogía. Así mismo, los
médicos, los ingenieros, los abogados, los escritores, los maestros de obra, los carpinteros,
los mecánicos, los herreros, los marinos, los agricultores vascos iban levantando empresas,
construcciones, escuelas, a través del país y en unión del sentir y del querer venezolanos.

Pero no quedaba en el olvido el amor a la patria vasca.

Había que dejar una huella que fuera símbolo de fortaleza y de agradecimiento. Crecía la
ciudad y dejamos el viejo Centro de Balconcito para instalarnos en el nuevo de El Paraíso. La
última Junta Directiva de Balconcito pudo inaugurar este nuevo Centro acompañada por
ilustres políticos vascos que dieron vida y luces a la causa de su pueblo, el lehendakari José
Antonio Aguirre, su ministro de la Defensa de 1936, Joseba Rezóla, y su delegado en
América, Jesús Galindez. Fueron recibidos, a la sazón, por el delegado vasco en Venezuela,
el querido médico Luis Bilbao, y por la Junta Directiva presidida por José Elguezabal,
fundamental hacedor de este Centro de El Paraíso, a quien acompañábamos el doctor Bitor
Elguezabal, Paulin Urresti, Jon Bilbao, Luis Guzmán de Frutos, Joseba Badiola, hoy
fallecidos, y yo mismo.

Esta evocación, por breve, no permite nombrar a la pléyade de vascos y venezolanos que
han dado vida y calor, a través de sesenta años, a la colectividad vasca en afán de sano
convivir humano. No obstante, recordaremos al primer delegado del Gobierno Vasco en
aquel 1939, al marino capitán Ricardo Maguregi, quien vive entre nosotros.

Hoy, al igual que ayer, los vascos sentimos la amenaza de la intolerancia, del desprecio a la
integridad y a la libertad humanas. No nos arredramos. Nos acogemos al decir de los Lope
de Aguirre, cuando desafía al imperial Felipe u; de los Miguel Otero Silva, cuando lo trata de
Príncipe de la Libertad; de los Emparan de 1810, cuando dijo: «Si el pueblo no me quiere, yo
tampoco quiero mando»; de los Arístides Rojas, cuando nos describe rebeldes y forjadores
de hierro y de patria; de los Andrés Eloy Blanco, cuando evoca a Mariana Larrabeiti, la
generosa maestra que esparce su fiera y ancestral dignidad vasca en tierra venezolana.
Cuando celebremos el centenario de este Centro Vasco, desde aquí y desde el más allá,
seguiremos felicitándonos vascos y venezolanos por ese querer vivir en libertad y en alegría.
Tendremos, a flor de labios, el Ongi Etorri, y cantaremos solemnemente el Agur Jaunak para
honrar a quienes honra merecen: el pueblo vasco y el bravo pueblo venezolano.

XABIER LEIZAOLA

50 aniversario Revista del Centro Vasco de Caracas


Revista Euzkadi

• Órgano divulgativo del Centro Vasco de Caracas


• Tercer y cuarto trimestre 1978
• Editorial
• Tarradellas'en Egaskiñ. Txaranbel
• La Batalla de Orreaga Jesús Basañez
• Bolívar y Vizcaya Jesús Ma. Sasia
• Inauguración del Instituto Simón Bolibar
• Bolívar, un Continente y un Destino
• Presencia vasca en América Leiotar
• Rueda de prensa en Bilbao
• Begoña'ko Ama, Patrona de Bi/kaia Joseba de Artagan
• El asno Zaspi Felicie Duinant
• Dos Grandes Veteranos Segundo Cazalis
• José Nicolás Kortazar Glosaba
• Acuse de recibo
• Ecos del Centro Atarjo
• Noticias de Euzkadi
editorial

Las bases firmes para el establecimiento de un puente cultural entre Venezuela y Euzkadi, se
han fraguado muy recientemente.

En la Universidad Vasca de Bilbao, con la solemnidad de rigor, se procedió a la inauguración


del Instituto Simón Bolibar.

Posteriormente en el Garitón, residencia oficial de la Presidencia del Primer Gobierno


Autónomo Vasco, se realizó la presentación del magnífico libro BOLIBAR: UN CONTINENTE
Y UN DESTINO, traducido al euzkera.

En la Universidad de Los Andes, en Mérida, el Rector de la Universidad Vasca de Bilbao,


ha mantenido estrechas conversaciones con los altos miembros de la Alma Mater
venezolana.

Todo esto, en una proyección que se venía vislumbrando, y que hoy es esplendorosa
realidad: el acercamiento cultural entre nuestra Patria de adopción y, la que nos viera nacer.
Venezuela-Euzkadi, Euzkadi-Venezuela.

El gran escritor bolivariano, hombre público, destacado docente, doctor José Luis Salcedo-
Bastardo, ha sido la personalidad venezolana que ha servido de eslabón para llevar a cabo
este primer paso efectivo.

Sus palabras en el Aula Magna de la Universidad Vasca, así como las que pronunciara en el
acto de la presentación de su extraordinaria obra de gran ancestro bolivariano, han quedado
grabadas y reflejan profundo sentir y valor.

Anteriormente, una rápida visita del ex-presidente de Venezuela, doctor Rafael Caldera, a
Euzkadi, sirvió para que nuestro pueblo tributase no solamente cordialísima acogida a tan
distinguido visitante, sino que a la vez testimoniara el sentimiento que se mantiene hacia la
Patria de quien fuera el ejemplo viril de la proyección emancipadora de cinco repúblicas
suramericanas:de Simón Bolibar, descendiente de un pintoresco pueblecito bizkaino.

Igualmente, la visita del doctor Martín Mateo a la Ciudad de los Caballeros, ha servido para
coordinar doblemente esta presencia cultural de Venezuela en Euzkadi y de Euzkadi en
Venezuela.

Dentro del plan de próximas actividades de nuestro Euzko Etxea de Caracas, se contempla
la celebración de un acto muy significativo. La presentación oficial en Venezuela, de la obra
premiada en la ONU y traducida a varios idiomas, en su edición especial en euzkera:
BOLIBAR - AMER1KAKO ASKATZAILEA.

En esta oportunidad, su propio autor, muy estimado amigo de esta Casa, Dr. José Luis
Salcedo-Bastardo, dictará una conferencia en nuestros salones, y, su palabra cálida y suave,
henchida de ese entrañable amor bolivariano que siente, nos enseñará nuevos parajes de la
vida de quien diera todo por un Noble Ideal Patrio, como es la LIBERTAD.

Como vascos-venezolanos y venezolanos-vascos, acogemos con alborozo y profundo


sentimiento, esta trayectoria abierta.

Egun auetan asi da jasotzen beste zubi bat Venezuela eta Euzkadi ko
kultur artu emanak eramateko.

Bilbo ko universitatean iriki dute Instituto berri bat: Simón Bolívar


du izena. Universitate berak, Bilbo ko Garitón hotelean, bataioto zun
venezolano liburu bat orain dala gutxi, liburuaren izena da Bolívar un
Continente y un Destino; liburu ori venezolano den idazlari

José Luis Salcedo Bastardo k españotez idatzia du aspalditik eta orain


itzuli du euskerara Martin Ugalde k Bilbo ko universitatearen komisioez.

Ara or kultur artu eman eder bat. Noski, bataio festa orretan arkitu ziran
elgar venezolano eta euskaldun ainitz, alkartasun berezia lortuz.

Beste alde alkartasun onen inguruan ere, Bilbo ko Universitatearen


erretoreak, Ramón Martín Mateo, lortu diku kompromiso batzuk
Universidad de los Andes ko erretorearekin, Pedro Rincón Gutiérrez.

Universitate bakoitzak bialiko ahal ditu bestearengana bai ¡rakasle


bai eta ikasleak, posgrado ko kurso eta beste irakaskintzak
artu emateko.

Egun auetan ere bai, Caracas ko Eusko Etxeak ospatu ko du ONU k


saritu dun liburua: Bolívar, Amerikako Askatzailea, au ere euskerara
itzulia eta Salcedo Bastardo k españolez idatzia,

Orain ¡Me batzuk, Rafael Caldera Venezuela ko izan den lendakaria


Euzkadin izandu zan: Gernikan, Bolibarren, Donibanen, eusko lur
toki maitagarriak ikusten eta euskaldun jende jatorrak
agurtzen eta ezagutzen.

Beraz, bai euskaldun lez eta venezolano lez pozik artzen dítugí beri auek
eta eman bedi frutua Gernikako arbolak.
Euzkadiko Erriak
Antes pueblos del Pais Vasco

Editorial

Fue un monje español, Tirso de Molina,, quien dijo que los vascos, somos tan cortos de
palabras como en hechos largos. ¿Acaso porque fueron vascos los que vinieron a descubrir
América con El Almirante? ¿Porque Lakotsa fue su cartógrafo y vascos los fundadores de
pueblos en América? ¿Porque el Padre Vitoria diera el primer grito del DERECHO DE LOS
ABORÍGENES pensando en los que asistían a los indios que encontraron en las tierras del
Nuevo Mundo? ¿Porque Zumarraga, vasco igualmente, se ocupó tan activamente del
bienestar de. los hijos de estas tierras? ¿Acaso porque un vasco, Elkano,— no Magallanes,
que. falleció sin haber dado cima a su gran empresa—¡ué el primero en dar la vuelta al
mundo?

¿A causa de Legazpi, de Caray, de Mendoza o por la hazaña de Urbiela?


¿Fue San Ignacio o Francisco Xavier quien le inspiró la jrase?

Se nos antoja que lo dijo porque siendo el vasco uno de los pueblos más pequeños del
mundo, ninguno otro se ve en todos los episodios más importantes de la Historia Universal,
dando hombres y nombres con mayor prodigalidad, no obstante lo cual, hasta hace poco
más de un siglo, a ningún vasco se le ocurrió jamás escribir. Hasta el Padre Larramendi, que
dio un mentís formidable a los filólogos hispánicos con su Imposible Vencido, el euzkera era
una lengua para comunicarse de palabra e imposible — se quiso hacer ver — para sujeta a
escritura, bien a pesar de que más tarde, y gracias a Humboldt principalmente, se haya
podido constatar que es una de las lenguas de más fuerza filosófica que existen, la que da-
imágenes más limpias y determinadas, etc.

Pero los vascos no escribían. Se les ve en Lepanto y Argel; se les ve invadiendo Ostia y
dictando impuestos que humillan a Roma — Menaldo de Guerri—; en África entregados a la
investigación — Manuel de ¡radier—; conteniendo al César en las cumbres pirenaicas y
venciendo al sarraceno lo mismo que a Carlomagno; pero si la posteridad ha de saber de
ellos, de los vascos, es por lo que escribieron. . . los otros.
En Euzkadi, en definitiva, el vasco está oponiéndose al invasor, a los presuntos invasores.

Está en África, el dicho Iradier.

Está en Asia — San Francisco Xabier.

Está en América con cientos de miles de todos sus hijos, poblando el continente.

Más: hay Estados del Norte de América donde todavía hoy la lengua oficial es el inglés y la
familiar el euzkera: Boise, capital del Estado de Idaho.

Venezuela es el más fiel reflejo de esta condición de los vacos. No se les llamaba, siquiera,
vascos. Eran "vizcaínos", simplemente, fuesen o no arabarras o lapurtanos, navarros o
guipuzcoanos.
Y en Venezuela, a donde vinieron formando parte de la tripulación de Cristóbal de Colón, es
donde encontraron el campo más agradable, sucesivamente a frailes de todas las etapas
históricas: Lakotsa, Aguirre, la Guipuzcoana, José María España y Gual; el Canónigo
Madariaga y Bolívar; y luego los hijos de los vascos que ya no lo son, esto es, los
venezolanos hijos y nietos del árbol vasco, sean Zuloagas, Olabarrias, Ibarras, Berrizbeitia,
Markano, Mendoza, Iribarren, Alcega, etc.
La nomenclatura de toda la geografía de Alaba, por ejem.plo, está totalmente repetida en
Venezuela. En ríos, montes, ciudades. Esto es, Araya, Katia, Gamboa, Elkoro, Aguirre,
Ibarruri, Ullibarri, etc.

Algún día, para estudiar a fondo al pueblo vasco, habrá que estudiar a América; pero muy
principalmente a Venezuela. Venezuela constituye un trozo hermosísimo de la Historia
Vasca. "Euzkadi'ko Erriak" (Antes Pueblos del País Vasco) no es sino un esbozo casi infantil
que apunta sólo lo destacadamente más prominente de ese fárrago de hechos históricos que
empiezan en Juan de la Cosa y culminan en Simón de Bolívar, un Bolivarjauregui
descendiente de Cenarruza (Bizfcaya) en la que por entonces Bonaparte, de alcurnia regia,
hubo de depositar sus amores hasta el extremo de aprender la vieja lengua de los hijos de
Altor.

Bolibar, la aquí llamada Puebla de Bolívar, al pie del gigantesco Santa Eufemia., cumbre
biskaína, se ungió de gracias mayestáticas.

Es hora de que los vascos vayamos ocupándonos de lo nuestro más caro. Esto revista no
pretende otra cosa sino hacer una exposición sucinta de lo que más nos enorgullece y que
está en Venezuela.
Medios de comunicación vascos en Venezuela

Desde 1940 y hasta nuestros días la comunidad vasca en Venezuela ha utilizado, como
ninguna otra del Nuevo Mundo, los medios de comunicación. Desde un inicial programa
radiofónico hasta los actuales Euzko Deia y el boletín Noticentro, siempre ha habido un
medio de comunicación vasco en dicho país. Por otro lado, en muchos momentos algunos de
los medios de comunicación promovidos por la comunidad vasco-venezolana están dirigidos
específicamente a Euskadi, donde o bien se distribuyen clandestinamente, caso de la prensa
escrita, o se reciben, no sin dificultades, a través de las ondas.

Según el historiador José Luis de la Granja: «la prensa escrita ha sido el medio de
propaganda más y más utilizado por el nacionalismo vasco en sus noventa años de
existencia. No creo equivocarme al afirmar que el nacionalismo vasco ha generado la mayor
cantidad de prensa política vasca en el siglo XX, más que las distintas fuerzas de derechas e
infinitivamente más que las de izquierda. Las publicaciones nacionalistas suman centenares
de títulos, si se tiene en cuenta no sólo las aparecidas en Euskadi sino también las de la
diáspora vasca, sobre todo en Francia y en América, especialmente durante el exilio tras la
guerra civil» (1). En este punto hay que destacar que los medios de comunicación vasco-
venezolanos tienen, sin excepción, un contenido nacionalista («patriótico»), aunque no sea
partidista.

Revista «Euzkadi» de Caracas

En agosto de 3942 aparecía el primer número de la revista «Euzkadi», editada por el Centro
Vasco de Caracas. Su primer responsable fue el doctor Juan de Iturbe. Aquella entrega
inaugural estaba dedicada a los vascos exiliados y a los venezolanos que les habían
acogido. «Euzkadi», de Venezuela, tiene características propias que la diferencian de otras
publicaciones del exilio americano. Al contrario de lo que ocurre con los dos «Euzko Deya» y
de «Basques», órganos, respectivamente, de las Delegaciones de Buenos Aires, México y
Nueva York; de «Euzkadi», de Chile, del PNV, etc., la revista caraqueña es, como decimos,
órgano del Centro Vasco. No quiere decir esto que hubiese sustanciales diferencias en
cuanto a contenidos. Asimismo y durante muchos años, una característica llamativa fue
la de su formato y diseño. Se utilizó el tipo del «Reader's Digest».

En aquel primer número, además de la presentación, se incluyeron los siguientes trabajos:


«Loyola, Bolívar y Arana» (losé Antonio de Aguirre), una reseña del acto-homenaje a losé
Antonio de Aguirre, celebrado en el Parlamento uruguayo el 15 de octubre de 1941, noti cias
sobre el fallecimiento de Ortiz, las fiestas de San Ignacio, la visita del lendakari Aguirre a
Venezuela y un ensayo titulado «Pesca y diplomacia».

A partir del número 2 aparece ya como director losé María de Barrenechea, que aparece en
la mancheta hasta el número 6. A partir de entonces, y hasta diciembre de 1945, ocupa el
puesto Blas de Gárate. Le suceden Eusebio Barrióla (1946), (José María de Bengoa (1946-
1948), Genaro Egileor «Atxerre» (1948-1949) y Martín Ugalde (1949-1950) .

A partir de «Euzkadi» se inicia una larga tradición de publicaciones vascas en Venezuela.


Entre 1951 y 1956 aparece «Euzko Gaztedi», «al servicio de la Patria y de la Juventud».
Posteriormente, aparecería un número extraordinario en 1976. Entre 1957 y 1961, Manuel
Fernández Etxebarria, «Matxari», edita «Irrintzi», considerado órgano oficioso del Frente
Nacional Vasco. Entre 1969 y 1970 se publican «Azkatuta» y «Sabindarra».

Sin embargo, la publicación más importante en este período es, sin duda, «Gudari», que con
el lema «Por una Euzkadi libre en una Europa unida» publicó «Euzko Gastedi del Interior»
entre abril de 1961 y enero de 1972. Durante esos años «Gudari», en sus diferentes
formatos, fue distribuida clandestinamente en Euzkadi. Su principal animador fue Alberto
Elosegui, que popularizó el seudónimo «Paul de Garat». ElQsegui, periodista profesional, fue
redactor-jefe de la revista «Momento», en la que también trabajó Gabriel García Márquez,
«Gudari» editó algunos libros, como «El árbol de Guernica», de Steer; «La causa del Pueblo
Vasco», de Landáburu, o «Siete meses y siete días en la España de Franco», de Iñaki de
Azpiazu.

En 1968 reaparecía «Euzkadi», «Boletín Informativo del Partido Nacionalista Vasco». Y a


partir de 1977 otra revista del mismo título, órgano del Centro Vasco de Caracas.

Deya», órgano de ELA-STV, dirigido por José de Abasólo; «Los vascos en Venezuela»,
«Euzkadi Erriak», dirigida por «Matxari», o alguno de los números del órgano de ETA,
«Zutik».

A partir del 9 de diciembre de 1959 se emite un programa de radio para la comunidad vasca,
«Euzko Deya». En ^1965, y desde la selva, inicia su actividad «Radio Euzkadi», que
mantendría sus emisiones hasta 1977. Formaron parte de esta iniciativa Jokin Intza, Iñaki
Zubi-zarreta, Félix Berríozábal, Iñaki Anasagasti, José de Abasólo, fon Mikel Olabarrieta,
Guillermo Ramos o el inevitable Alberto Elosegui

Por otro lado, en 1970 se estrenaba la película «Los hijos de Gernika», subtitulada «La lucha
del pueblo vasco por su libertad». Era un documental de veintisiete minutos de duración,
realizado por el cubano de origen vasco Segundo Cazalis y bajo la cobertura de la
productora «Avila Films». Este documental, que contaba con comentario escrito por Alberto
Elosegui, música de Iñaki Irureta y fotografía de Jorge Solé y Gastone Vinsi, se presentaba
como la «historia de los gudaris, de sus hijos y de su amor por la libertad».

Entre 1942 Y1989 en Venezuela se editan al menos 30 cabeceras de prensa diferentes y se


financian muchas otras en América, Francia y el Interior de Euskadi. Si bien los editores y los
contenidos son diversos e incluso contrapuestos, tienen en común, como hemos señalado,
su carácter patriótico (abertzalé).

Hay asimismo un dato que en parte explica este florecimiento periodístico. En Venezuela se
exilian no pocos periodistas profesionales vascos (Genaro Egileor «Atxerre», Luis Ibarra
Enciendo «Harko», Bernabé Orbegozo «Otarbe», Andoni de Astigarraga, Manuel Fernández
Etxebarria «Matxari», José de Abasólo Mendibil). Otros se forman o alcanzan su plenitud
profesional en el país. Este es el caso de Martín Ugalde, Alberto Elósegui, Xabier de
Leizaola, José Félix Azurmendi, Joseba Lazkano, María del Carmen Matxain, Laurentzi
Odriozola, Iñaki Anasagasti, Txomin Las Heras, María Isabel Arriaga... Junto a los periodistas
hay también una larga lista de diseñadores e ilustradores. También en Euskadi trabaja un
grupo de periodistas vasco-venezolanos como Estepan Aldamiz-Etxebarria o Sorne
Ortuondo.
¿Qué funciones desempeña la prensa vasco-venezolana? Desde nuestro punto de vista, en
primer lugar mantener la cohesión de la comunidad. En este caso, por lo menos existe una
comunidad ideológica por la especificidad del exilio vasco en Venezuela. Cumple además
funciones de adoctrinamiento ideológico, de información y de organización, e incluso de
debate doctrinal y de polémica política dentro del campo nacionalista, que es predominante.
También es cierto que a partir de 1977 la ideologización de los medios de comunicación
vasco-venezolanos es mucho menor, tras los cambios políticos habidos en el País Vasco a
raíz de la desaparición de la dictadura militar franquista.

Prensa comunitaria

Para nosotros prensa comunitaria es aquella editada por los diferentes centros vascos y otro
tipo de entidades culturales o deportivas. Además hay que destacar que la primera revista
vasca editada en Venezuela, Euzkadi, lo fue por el Centro Vasco de la capital, y la única
revista vasca que hoy se mantiene en el país, Noticentro, pertenece a dicha institución.
Euzkadi. Órgano divulgativo del Centro Vasco de Caracas aparece en el verano de 1942,
poco después de la fundación del mismo. Sale con cierta regularidad entre 1942 y 1950. La
revista fue dirigida por el científico venezolano Juan Iturbe (1942), José María de
Barrenetxea (1942), Blas Gárate (1943-1945), Eusebio Barrióla (1945-1946), José Estornés
Lasa (1946), José María Bengoa (1947-1948), Genaro Egileor «Atxerre» (1949) y Martín
Ugalde (1949-1950). Entre sus colaboradores, Eduardo González de Mendoza, Vernabé
Orbegozo,

José Olivares Larrondo «Tellagorri», Jesús de Galíndez, Manuel de Irujo, Julio de Jauregui,
Francisco Javier de Landaburu, Manu de la Sota, Piarres Laffite, Andoni de Arozena, Miguel
Pelay, Iñaki Urreztieta... El último número aparece en 1950, en medio de una fuerte crisis
económica. En una primera etapa reproducía numerosos artículos de vascos exiliados en
diferentes países del mundo y noticias reducidas al ámbito de la comunidad. A partir de 1946
reproducen las noticias difundidas por la agencia OPE, organizada en París por el Gobierno
Vasco.

La segunda revista vasco-venezolana de carácter comunitario, Itzinga' ko Argia, se publica


en Maracaibo a partir de 1961, Sus directores fueron Jon de Urrezti -el primer gran animador
de la colectividad vasca en dicha ciudad petrolera- y Joseba de Elorriaga. Desde la segunda
entrega se incluyen informaciones de la agencia OPE de París. Aparecieron once números.

Pasarán casi veinte años hasta que, de nuevo en Caracas, se edite Noticentro, al que poco
después sustituye Notimes, del que se publican quince números entre 1975 y 1977. Sus
directores fueron, sucesivamente, Iñaki Anasagasti y José Abasólo Mendibil.

En 1977 el órgano del Centro Vasco de Caracas recupera su nombre original, Euzkadi, del
que aparecen nueve números hasta 1979. Su responsable fue José Abasólo Mendibil. Entre
sus colaboradores, Segundo Cazalis, Martín de Ugalde, Luis Bilbao, Jesús Basáñez, Juan M.
Polo, José María Bengoa, María Antonia Aramendia, P.M. Urrutikoetxea, Jesús María Sasía,
Miren Etxezarreta, Koldo Ruiz de Aguirre... En este período en el Centro Vasco-Venezolano
de Valencia se edita el boletín Gasteak.

Nuevo silencio y en 1987 reaparece Noticentro, también editado en Caracas. Colaboran


María Isabel Arriaga, Odón Ulibarrena, Ramón Ruiz Marticorena, Andoni Arozena, Xabier
Odriozola... Con el mismo título aparece una hoja mensual de información interna.

También en 1957, 1962 Y 1967 el Centro Vasco de Caracas editó álbumes con motivo de los
diferentes aniversarios de dicha institución. En ellos se recoge una serie de diferentes
trabajos históricos y literarios sobre la presencia de los vascos enVenezuela desde el siglo
XV.

Publicaciones del Gobierno Vasco

En el verano de 1940 se creaba la Delegación del Gobierno Vasco en Venezuela. Sin


embargo no contó con una prensa influyente, al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, en
Argentina y México con las respectivas ediciones de Euzko Deya. Es cierto que, tanto en
contenidos como en orientación, las publicaciones que aparecen en la década de los 40-50
tienen la misma orientación, e incluso se reproducen los mismos artículos.

La primera de sus publicaciones fue el Boletín Vasco de Información, que aparece en


Caracas entre 1948 y 1949. En realidad se trataba de una reproducción del Boletín OPE
editado en París. Tuvo un periodicidad quincenal y llegó a tirar 3.000 ejemplares.
Posteriormente, durante el mandato de Ricardo de Maguregui (1951-1955) al frente de la
Delegación se publica el folleto Acción Cultural Vasca.

Habrán de transcurrir casi 20 años hasta que aparezca GV-OPE, dirigido por Fernando de
Carranza. Entre octubre de 1972 y enero de 1978 aparecieron quince números y uno
extraordinario. Sus redactores fueron Joseba Olabeaga, José de Abasólo Mendibil e Iñaki
Anasagasti.

Euzko Gaztedi, punto de referencia

Sin duda es Euzko Gaztedi (en sus dos vertientes) la organización vasco-venezolana que
editó un mayor número de publicaciones, con las temáticas más diversas. A esta
organización pertenece, por ejemplo, una de las revistas más populares de la clandestinidad
anti-franquista: Gudari.

En 1949 comienza la publicación de Euzko Gaztedi con el lema «Al servicio de la patria y de
la juventud». Hasta 1956 aparecen 56 números, y luego saldrá de forma irregular hasta 1976.
Sus directores fueron Andoni Arozena, Martín de Ugalde, Joseba Leizaola, Alberto Elósegui e
Iñaki Anasagasti. Entre sus colaboradores, Jesús Dolara, Joseba Urruzuno, Txomin
Bizkarret, Bingen Amézaga, Koldo Ruiz de Aguirre, Vicente de Amézaga, José Joaquín
Azurza, Javier Uzkanga, Joseba Bilbao, Joseba Olabarrieta, Josu Osteriz, Silverio Zabala...
En 1958 aparecía Abefi como boletín de la Comisión de Organización y Formación Patriótica
de Euzko Gaztedi. De contenidos culturales, su director fue Lander Quintana, Publicó 20
números entre 1958 y 1962 y contó entre sus colaboradores a Nik Quintana, Xabier
Uzkanga, Arantza Basáñez, V. Korostola, Miren Berecfbar, Pello Irujo, Martín Ugalde, Jesús
Dolara...

EGI-lnforma sale en 1967 editado por la Resistencia Vasca. Sus redactores son Alberto
Elósegui, Iñaki Aretxabaleta e .Iñaki Anasagasti.

Entre 1969 Y 1970 Euzko Gaztedi edita el mensuario satírico La Pulga, que tiene como lema
«El periódico que mantiene intranquilo al Centro Vasco».

Publicó 16 números y fue dirigido por Iñaki Anasagasti. Sus redactores fueron J. I. Zuazo,
Zuriñe Zubillaga, Koldo Ruiz de Aguirre, Gotzon Lakatza y Miren y María Esther Solabarrieta.
Mención aparte merece la revista Gudari, que nacía en 1961 con el lema «por una Euzkadi
libre en una Europa unida». Estuvo dirigida fundamentalmente al Interior. Su fundador,
director y «alma» fue Alberto Elósegui, que ocupó puestos relevantes en diferentes medios
de comunicación caraqueños. Elósegui está presente en muchas otras iniciativas en el
campo de la comunicación; Euzko Gaztedi, EGI-lnforma, Radio Euzkadi o en la producción
de la película Los hijos de Gernika. Cuando Alberto Elósegui se traslada a Europa le sucede
Iñaki Anasagasti. Jokin Ynchausti, por su parte, se encargó de los números extraordinarios
dedicados al juicio de Burgos, y a Joseba Elósegui a raíz de su acción «a lo bonzo» ante
Franco.

Entre 1961 y 1974 se editaron 67 números, y contó entre sus colaboradores y redactores a
Luis Ibarra Enciondo, José de Abasólo Mendibil, Mauro Elizondo, Manuel de Irujo, Jesús
Insausti, Jesús María de Leizaola, Paul Doutournier, José de Artetxea, Iñaki Azpiazu...

Gudari publicó varios monográficos, libros y folletos como La causa del pueblo vasco (J.F.
Landaburu), El Árbol de Guernica (G.L. Steer), 7 meses y 7 días en la España de Franco (1.
Azpiazu,), Discursos de Lendakari (J.A. Aguirre) o El PNV en la vida práctica de un cuarto de
siglo y La Economía Vasca (I.M. Leizaola), El caserío vasco (Francisco de Abrisketa), Los
vascos no son españoles (Pantaleón Ramírez de Olano) o Mugarra begiraria (Francisco
Atutxa).
Publicaciones en Venezuela

• Aberri
• Accion Cultural Vasca
• Acción Nacionalista Vasca
• Amarreko El
• Argia
• Azkatuta
• Berriak
• Cuaderno Zutik
• Eman
• Erri
• Etxeko Jaun'nen Alkartasuna
• Euskadi Bai
• Eusko Gaztedi
• Euzkadi
• Euzkadiko Erriak
• Frente Nacional Vasco
• G.V. - O.P.E.
• Goazen
• Grupo Pelota Zale
• Gudari
• Irrintzi
• La Pulga
• Lan Deya
• Noti-mes
• Sabindarra
• Zutik

Colaboradores y autores de articulos

1. José María de Burgaña


2. J. A. de Armas Chitty
3. Vicente de Amézaga
4. Pedro Grases
5. José de Araño
6. Juan María de Akarregm
7. Juan Uscano
8. Lander Quintana
9. Francisco G. de Mardones Zabalandikoetxea
10. Ibiñagabeitia'tar Andima
11. José Marta Mendizábal
12. Martín de Vgalde
13. Jesús Dolara
14. Lías Bilbao
15. Arantzazu de Amézaga
16. Daniel de Barandiarán
17. Hno. Gínés (Pablo Mandazen)
18. Miguel Pelay Orozco
19. Martín de Ugalde
20. Maribí Apalategui
21. Inaki Aguirre Arizmendi
22. Xabier Leizaola
23. Martín De Ugalde
24. María Paz Matxain
25. Amaia Fano
26. Gerardo Vivas Pineda
27. Ramón A1zpurua Aguirre
28. Jesús María Sasia
29. Elias Pino Iturrieta
30. José María Bengoa
31. Lander Quintana Uranga
32. Amaia Fano
33. Xabier Ametzaga
34. Celia Matxain
35. Gabriel Aresti
36. José Ángel Ascunce Arrieta
37. Jesús de Galíndez
38. Germán Arciniegas
39. José María de Burgaña
40. L. A. Sucre
41. Arístides Rojas
42. Francisco Depons
43. J. A. de Armas Chitty
44. Benjamín de Iturrieta …
45. Jon Chano …
46. Andima de Iguinagabeitia
47. Pío Baroja
48. Bingen de Aresti
49. J. A. de Donosti
50. M. Fernancez Etxeberria
51. Diez de Ibarrondo

Cuadro de publicaciones a nivel internacional

Publicadas en diecisiete países de tres continentes a lo largo de un siglo, hacen posible la


reconstrucción de las vivencias, el pensamiento y las esperanzas de aquellos vascos que se
vieron obligados a abandonar su tierra.

Alemania
1 Publicación

Argelia
2 Publicaciones
Argentina
38 Publicaciones

Bélgica
3 Publicaciones

Chile
6 Publicaciones

Colombia
2 Publicaciones

Cuba
7 Publicaciones

España
5 Publicaciones

Estados Unidos
14 Publicaciones

Filipinas
1 Publicación

Francia
37 Publicaciones

Guatemala
1 Publicación

Inglaterra
5 Publicaciones

Italia
1 Publicación

México
23 Publicaciones

Panamá
1 Publicación

Uruguay
7 Publicaciones

Venezuela
29 Publicaciones
En esta materia de publicaciones hacemos notai' que se ha sembrado bastante historia,
cuando a partir de la visita del Lendakari Aguirre, en octubre de 1942, coincidió con la
aparición de la Revista «Euskadi», en aquel momento bajo la dirección del eminente
científico venezolano R. Juan Iturbé. La citada revista, que vivió períodos de gloria y baches
de ausencia, siempre mantuvo una gran calidad aun alternando sus directores: José Mari
Barrenetxea, Blas Garate, Eusebio Barrióla, José Mari Bengoa, Martín Ugalde, etc. La lista
de colaboradores también mantenía un alto nivel en los nombres de Jesús de Galíndez,
Manuel de Irujo, Julio Jáuregul, Pierre Laffite, Andoni Arozena, Iñaki Urreiztieta, etc. Los
últimos números fueron cambiados de formato, y también contaron con interesantes
colaboraciones tanto gráficas, como literarias.

Eusko Gastedi (el periódico de la organización juvenil del mismo nombre) no se quedó atrás,
ya que a partir de su fundación, bajo la Presidencia de Martín Ugalde, en 1948, y aun a pesar
de sus altibajos se mantuvo vivo durante largos años, máxime cuando ya sus jóvenes y
politizados colaboradores, algunos en militancias partidistas, entraban en e! terreno del
enfrentamiento, para disgusto de las directivas de turno del Centro Vasco.
Fueron años de efervescencia, de trabajo y de posicionarse en cada trinchera, pero con una
mística en común: Euskadi es la Patria de los Vascos.

La única revista deportiva vasca resultó la dirigida, durante largos años por el Sr. Ángel
Bustinduí, Pilotazale

El Centro Vasco, o sea su Directiva, ha tratado de mantener su periódica publicación,


también entre altibajos y a veces cambiando su logotipo: NOTICENTRO - NOTIMES. El más
extenso en cuanto a compaginación resultó el dedicado a la Semana Vasca, mayo 1988,
festividades que lograron reunir a multitud de asistentes como no se había conocido en
mucho tiempo. Resultó una hermosa jornada de comunión abeitzale: folklore, deportes
típicos vascos, el acordeón del nabarro Zelaya y las canciones de Pello ta Pantxoa,
representando a Iparralde, más el folklore de los Aranaga, criollos con sangre vasca que
arribaron de El Tigre para ponernos «a bailar al son del cuatro y las maracas». Y los
dantzaris y txistularis del Centro Vasco, que nos hicieron quedar a la altura de nuestras
expectativas. Más el concierto del Orfeón de la Electricidad de Caracas, que luego de
deleitarnos con sus bellas interpretaciones, culminó su éxito con una melodía vasca que
sirvió para afincar la simbiosis vasco-venezolana, aquella hermosa noche del inicio de «La
Semana Vasca»
.
Estas fechas que van quedando para la historia, resulta estimulante recordarlas, cuando se
han vivido intensamente, a fin de ir pasando el testigo a la actual juventud, que no se queda
atrás, como lo demostró el Aberri-Eguna del ano 1999, cuando emulando las korrikas que se
efectúan en Euskal-Herria, se desbordó el sentimiento abertzake de adultos, jóvenes y hasta
niños, en reconocimiento a los eminentes euskeldunes Sres. Peli de Irizar, Martín de Ugalde,
Andoni de Arozena, Vicente de Amezaga, Ignasio .de Aierbe, homenajeados por su intensa
labor y dedicación en pro del euskera, expresados con el profundo sentimiento poético de
Jokin Arregui, sin olvidarnos el ejemplo de continuidad y entusiasmo que recientemente nos
dieron los tarnborreros de Donosti, fiesta acaparada definitivamente por niñas y niños más
jovencitos de ambos sexos... y tampoco faltaron en su día los chapuzones de San Aníolín, ni
la gran mística de los organizadores del Gudari Eguna.
Eusko Déla, la voz de los vascos en Venezuela

En esta materia comunicacional, no podemos dejar atrás a «Eusko Deia-La Voz de los
Vascos en Venezuela», que pasó de 20 años ininterrumpidos, trabajando en pro de nuestra
causa, a partir de los primeros años que fueron, casi diríamos gloriosos, cuando partiendo de
cero, pero aferrados a nuestros principios, decidimos abocarnos a la empresa de divulgar en
esta ciudad la persecución que vivían nuestros compatriotas bajo la dictadura franquista. La
intención también se extendía a difundir, cada domingo, la música, las noticias y el
sentimiento ancestral por nuestra libertad que deseábamos comunicar a nuestros hermanos
venezolanos, mediante ese espacio dominical donde los compatriotas se solazaban con el
escalofriante ir.ri.ntzi, las bellas tonadas de la patria, el editorial en euskera de Don Peli de
Irizar y las inquietantes noticias de la opresión franquista más la lucha, en la resistencia y en
los sindicatos, etc.

Esta iniciaüva, que durante un tiempito se venía gestando con gran calor y entusiasmo, tuvo
quien guiara sus pasos en la persona de Marcos Porcada, que llegaba de Euskadi con expe-
riencia en la materia; se sentaron las bases y se creó la comisión que inmediatamente
comenzó a trabajar de manera muy organizada. Reuniones semanales para concretar el
guión, editoriales con autores diversos, música elegida y a veces discutida, etc. etc. ....y el
¡susto por el micrófono! No fueron fáciles los primeros años enfrentados a la escasez de
medios económicos, ya que luego de conseguir algunos avisos, transmitidos con la brillante
expresión de lllari Mirena de Egiarte, generalmente la presión de los representantes
franquistas, lograban retirarlos. A la larga se fueron superando contratiempos y se logró
instalar un estudio de grabación, (sencillo pero muy útil) en el Centro Vasco, gracias a los
beneficios obtenidos mediante una «tómbola gigante».

LA VOZ DE LOS VASCOS EN VENEZUELA

Octubre y noviembre de 1959: un grupo de gente activa se reunía casi a diario en alguna
mesa del gran salón del Centro Vasco. Parecían poseedores de un secreto. Algo se tramaba.
Luego empezaron a pedir colaboraciones. Pero la mayoría de los socios seguía peñerado en
el secreto. . .

El 9 de diciembre de 1959, a los tres meses de la «uñera idea, de la reunión preliminar, el


secreto abrió puertas con voces, música, noticias, canciones por ma emisora local. Había
nacido "Euzko Deia", La Voz le los Vascos en Venezuela, un programa de radio que turante
una hora —de una a dos de la tarde del dominio— traía a la Colonia Vasca el alma de
Euzkadi, con royección externa e íntima. Los 1.300 kilociclos de Eadio Crono Radar se
sintonizaban los domingos y allá oaban los txistus, las masas polifónicas, los cantantes,
oficias, los comentarios, el acordeón y la dulzaina; todo » vasco se expandía por las ondas
hertzianas.

"Señora, señora, para dar gusto a esas caráotas . . ."

Los anuncios que ayudan a la economía del programa u sido y siguen siendo simpáticos.
Hay locutoras y enitores en euzkera y en castellano, con el sabor criollo : la propaganda.
Pero. . .
No hay peros en "Euzko Deia". Hace dos años y medio que este programa sale a su hora por
la misma nsora y mejorado cada día. Es el acto uniforme del antro Vasco, es el trabajo
impersonal y en equipo de la misión de Radio. No hay lapsos, ni omisiones, y hasta
perdonan las pequeñísimas "meteduras de pata". Euzko Deia" es el orgullo de los vascos de
Venezuela "Euzko Deia" merece todo el aporte y apoyo moral con nuestras felicitaciones.
"Y seguidamente, el genio del txistu, Polentzi tezala..."

"Euzko Deia", grato y ameno, nos trae la música en b la extensión folklórica y cultural de
Euzkadi. Rendamos programas de gran valía en este sentido: Acciones del Coro Pizkunde,
de Ochotes del Interior y Exterior, conciertos de canto, acordeón, antologías mímenla les.
programas diferidos desde Bilbao o Bia-r. etc.... Y todos los domingos una selección de
backmes en programas bien confeccionados.

"Y ahora, nuestro editorial. . ."

Cada domingo, en la libertad democrática de Vene-b_ la voz oficial de "Euzko Deia", que
acoge libre e arria]mente los conceptos de todas las ideologías vas-, lanza su opinión
nacionalista o su comentario inter-íonal en una proyección universalista, dentro de núes-
ancestrales cánones de libertad y justicia humanas. d concepto claro de nuestro ente
demócrata y nuestra icterístíca de causa y búsqueda de las libertades, de iercchos de los
pueblos y de los hombres.

"Noticiero Euzko Deia"

Y el txistu suena en su "kalejira" para anunciar las informaciones de su boletín informativo,


confeccionado con plausible e informe trabajo. Son nuestras noticias, o las de los luchadores
por la libertad, son nuevas de alegría como en la declaración de los 339 sacerdotes que
reclaman libertad a Franco, son actos de resistencia como el 18 de julio de 1961, son voces
de protesta como en las recientes huelgas de Asturias, Euzkadi, Cataluña, etc... . Pero
también son quisicosas de interés como el precio de las papas, la última victoria de Ataño X,
la actuación de grupos teatrales en la patria, la castellanización de nuestros caseríos. . .
Y en Caracas, los vascos de Venezuela sentimos la segunda patria, integramos la marcha de
la república. Y así sale la música de arpa, cuatro y maracas para ofrecernos un pasaje o un
ritmo orquídea en ocasiones, y siempre como sintonía de nuestras actividades en el seno de
El Paraíso.

"Euzkadi es la patria de los vascos"


Esto es "Euzko Deia", la actividad más sobresaliente, el impacto más fuerte que ha dado al
exterior la Colonia Vasca y su Centro en estos veinte años. Es un programa que cunde y da
frutos. Es un hecho que resaltamos sin cortapisas, por orgullo razonado de su existir y de su
superación continua. Y aquí debemos señalar la colaboración de todos, de los componentes
de la Comisión de Radio, de los colaboradores, de las entidades, de los anunciantes, de
Crono Radar, de los que ayudan económicamente, y de los que se unieron hermanados en
aquel acto del 18 de febrero de este año, cuando "Euzko Deia" organizó un domingo de
festividades para recaudar fondos para sus equipos de grabación.

Y "Euzko Deia" progresa. Hoy cuenta con una moderna instalación de grabaciones, con
gente entusiasta que dará amplitud a sus actividades culturales, que se expandirá hacia otras
corno las de Teatro Cinematología, Discos, etc.
Adelante, pues, que todos los vascos de Venezuela apoyan la labor de los que hacen y
mantienen a "Euzko Deia". Que sigamos escuchando el irrintzi y la marcha de San Juan. Y
nuestras sinceras y cálidas felicitaciones.
La Resistencia

Desde Caracas la comunidad vasca hace y ha hecho patria. Las ayudas a los distintos
partidos y organizaciones sindicales del país han llegado puntualmente, a lo largo de todos
los años, desde los primeros y más difíciles momentos.

Cada año, una cena especial se convoca en Euzko Etxea con el exclusivo propósito de reunir
fondos con destino al Gobierno en el Exilio. En esta oportunidad, a finales de enero de 1979,
los invitados llegados de la patria originaria para «calentar» el ambiente eran Arzalluz y
Garaikoetxea. El año anterior, el presidente del EBB estuvo acompañado por Juan de
Ajuriaguerra.

Los donativos directos, efectuados a los postres, rozaron la cantidad de dos millones de
pesetas. No pasaban de doscientos los comensales y había abundantes matrimonios.
Dejamos al lector que establezca la proporción «per cápita» de las donaciones.

Y no todo ha sido dinero. Iñaki Zubizarreta nos contaba la genesis de Radio Euzkadi Libre,
«Euzko Deia»:

«Salió un día un anuncio en el periódico, vendiendo una radie una estación, por ocho o diez
mil bolívares; un monstruo que ocups ba cuatro metros. Hubo que coger un terreno de varias
hectárea; hacer una antena que tenía más de cuatrocientos metros de períme tro, de forma
romboidal; también se construyó una casa, luego otr y ya, por fin, se puso a andar.

El día que salió al aire parecía un milagro, tan de refilón respec to a todo. Para que llegara,
con un sólo kilowatio de potencia, la cues tión técnica parecía un compendio de «basket
ball»: las ondas llegaba a puro rebote: tenían que dar en el mar en tal punto, en la estratosfe
ra en tal otro, y desde allí, por fin, a Bilbao o a Donosti.

Yo la he oído en Carolina del Norte, en Idaho, en Nueva York en Londres, en Donosti, en


Madrid, en Bilbao».

Era un emisor de onda corta, de escasa potencia, y muy viejc El ingeniero de


comunicaciones que obró el milagro es José Joaquíi Azurza, hoy residente en la Avenida de
Sancho el Sabio, de San Seba= tián. Al principio, en plena clandestinidad, los promotores del
proyect-pensaron que aquello podía durar una semana. Además, se metieroi en el «dial» en
el límite justo de las frecuencias utilizadas por 1 aviación. Todos los aviones empezaron a
protestar y hubo que modifi car levemente la ubicación...

La «cuarta rueda de la resistencia», decía Iñaki Anasagasti que se llamó a este poderoso
instrumento de propaganda.
GURE IRRATI IXILA RADIO EUZKADI, LA VOZ DE LA RESISTENCIA VASCA
Iparralde 1946 1954 - Primera Etapa
Euskal Irrati Ixilla (E.LI.)

Un poco de historia, como primer paso hacia la materialización de su proyecto, Joseba


Rezóla comenzó una campaña de acercamiento hacia los gobiernos y los medios de
comunicación extranjeros, con el objeto de dar a conocer la -situación que se vivía bajo el
régimen franquista y solicitar, asimismo, colaboración para poder mantener lo más informada
posible a la población.

El 22 de septiembre de 1945 Joseba Rezóla viajaba a Londres en un avión de la R.A.F., un


«Dakota» muy cómodo aunque no rápido^. La buena acogida y contactos del Gobierno
Vasco con los gobiernos democráticos europeos permitieron que Rezóla viajara como agente
diplomático de país acreditado, en servicio de su Gobierno y llevando consigo pasaporte del
Gobierno Vasco con visados francés e inglés. En la capital británica Rezóla visitó a represen -
tantes de los partidos Liberal, Conservador y Laborista. En estas conversaciones Rezóla —
como jefe de la Resistencia— informó de la existencia en el Estado español de cuatro
importantes núcleos resistentes: el catalán, el gallego, el vasco y el de Alian/a —éste último
abarcaba el territorio de habla de Jiwchii Ke/nlifii Jeml» Snluun, 7 de oi'luhrc tic IY45.

Explicaron, asimismo, que el hecho de que las víctimas de la p« cución franquista hubieran
sido principalmente las clases obreras y los pue de cultura hispana, provocaba que la
reacción producida en el Interior tu-el doble carácter de reivindicación social y nacional.
Hicieron constar, bien, la brutalidad de la persecución falangista, que obligaba a los resiste a
obrar con gran cautela. Durante las conversaciones se lamentaron de la de solidaridad
internacional y de la deficiente información de la prensa, tánica y de la BBC en sus emisiones
en castellano.

Pero en su deseo de contar con la colaboración de los medios de ce nicación extranjeros,


Rezóla no se conformó con las conversaciones ms nidas con los políticos británicos, y
aprovechó su viaje para entrevistarse el jefe editor de la sección española en la BBC —
donde colaboraba don berto Onaindia James Masterton— y con el señor Geiringer, director c
agencia Reuter. Rezóla sabía que la prensa londinense recogía con frecue noticias
referentes al régimen franco-falangista, e intuía que estaría dispL a colaborar en el trabajo
que desde el Interior se pretendía desarrollar. N equivocó. El director de la agencia Reuter,
agencia que suministraba ÍE mación a casi toda la prensa inglesa, se comprometió a recibir
en Ma-París y Londres toda la información que desde Euskadi se les enviara, interesaban
facts, es decir, hechos y documentos, pero huyendo en lo po: de vaguedades y opiniones
personales.

El optimismo y la ilusión de Rezóla a su vuelta de Londres eran evide: La cuestión de


información a la prensa está pues encarrilada, escribía é Jesús Solaun 7. En opinión de
Rezóla, interesaba que aparecieran en los pi dicos ingleses todas las noticias referentes a la
situación en las cárceles la persecución que estaba desarrollando el Caudillo, procurando
que est; formación aludiese no solamente a Euskadi, sino también a Galicia y Catal
Detenciones, número de presos políticos, atentados a la cultura de los puel etc., constituirían
los facts enviados por la Resistencia Vasca. Naturalm* interesaba al prestigio del Gobierno
Vasco que las noticias enviadas ni ciertas y que ellos fueran los primeros en suministrarlas.

También en Francia, dentro de la sección para extranjeros de Radio P 1 encontraron su txoko


los resistentes vascos. Las emisiones en castellano-esta sección estaban dirigidas por
exiliados españoles y tenían lugar de las 23,30 a las 24 horas en ondas 31, 38 y 463 metros.
Dentro de las emisiones dedicadas a Euskadi destacaron sobre todo dos: la dei 20 de abril
de 1946, víspera del Aberri Eguna, y la del 26 de abril del mismo año, emisión ésta última
conmemorativa del aniversario del bombardeo de Gernika. El programa de la emisión del día
20 incluyó sendos discursos de Monzón 8 y Agirre9 acompañados de la música del «Jaiki
Jaiki» de Eresoinka y del «Agur Jaunak». No hubo tiempo para emitir el himno nacional. En
la emisión del 26, además del «Gernikako Arbola» cantado por el grupo «Elai Alai» de
Gernika, los radioyentes pudieron escuchar, asimismo, el «Euzko Gudariak gera» y el himno
nacional.

Estas emisiones se realizaban principalmente con la vista puesta en el Interior, auque podían
oírse, y de hecho se oyeron, en lugares tan dispares como América, Londres o Roma. El
objetivo no era otro que el de despertar el ánimo de los vascos y, por ello, los organizadores
de estas actividades, que fueron principalmente Telesforo Monzón, Javier Landaburu' 0 y José
Antonio Durañona11, siempre en contacto con Joseba Rezóla, tenían un gran interés en
conocer la reacción que en la gente del Interior producían.

Las emisiones de la víspera de Aberri Eguna y del aniversario del bombardeo de Gernika
constituyeron todo un éxito, aunque no exento de algunas críticas. Además del himno
nacional de Euskadi —¡hay que ver cómo vibra la gente al oírlo!—, se echó en falta, por
ejemplo, que en su discurso el lehendakari Agirre no se refiriese más concretamente a los del
Interior, particularmente a los que se encontraban aún en cárceles, a los que para no estarlo
habían tenido que desaparecer de la circulación, a tantas familias deshechas o a quienes a
las pocas horas iban a correr tantos riesgos portando las ikurriñas

que avisaran la festividad del día. La intervención de Telesforo Monzón gustó enormemente,
así como la emisión del aniversario de la destrucción de Ger-nika 12. En general, estas
emisiones constituyeron un éxito y obtuvieron una gran acogida en el interior de Euskadi,
cumpliendo así los objetivos de sus organizadores, quienes recibieron la felicitación y el más
firme apoyo por parte del lehendakari Agirre 13.
Estos, además, solicitaron que desde el Interior la gente enviara cartas felicitando a los
directores y al personal de la emisión por la calidad de la misma y resultados conseguidos.
Una de estas cartas, firmada por Donostiar bat, decía lo siguiente:
«Parisinos!! Agur!:
Al conjuro maravilloso de la emisión vasca de Radio París y en el día solemne de la Patria,
San Sebastián, nuestra Donostia, floreció de banderas de Euzkadi. Radio París, nuestro
presidente, y las líricas palabras de Monzón nos hicieron trepidar de emoción. No todo ha de
ser odio, represión, fascismo, inquietud, hambre. Hasta para llorar es necesaria la libertad.
Agradecemos a Radio París esas lágrimas que brotaron en nuestros párpados porque
representan la alegría de la vieja madre que está en trance de difícil alumbramiento.

El día de la Patria en Radio París fue el lenitivo ideal a nuestros pesares del Calvario» 14.
Con el envío de felicitaciones, los encargados de las emisiones dedicadas a Euskadi en
Radio París, pretendían que los responsables de la emisora francesa quedaran satisfechos,
satisfacción que podría suponer mayores facilidades para el futuro, pensando siempre en
tener una participación lo más independiente y libre15. Y es que, por mucha ayuda que
pudiera suponer, la radiodifusión francesa estaba en manos del Estado y tenía que «templar
algunas gaitas» entre los diversos gobiernos —«autonómicos» y republicano— en el exilio.
Por ello, se iniciaron las gestiones para conseguir una emisión los sábados, o dos emisiones
semanales los jueves y sábados, emisiones que tendrían una duración de 15 minutos, en las
que se emplearía tanto el euskera como el castellano, y que serían producidas bajo la
responsabilidad del Gobierno Vasco. Sin embargo, surgieron resistencias a este proyecto,
resistencias más o menos veladas de quienes infundadamente temían por sus puestos y
provenientes de los organizadores de la emisión en castellano. Una de las voces que se
opuso a estas emisiones fue la del «speaker» Díaz Roncero, quien consideraba que era
imposible llevar a cabo emisiones en euskera, pues éstas no interesarían más que a un
reducido número de oyentes en comparación con los millones que a ellos íes escuchaban a
diario. En la conversación —sería mejor hablar de discusión— mantenida entre Roncero,
Telesforo Monzón José Antonio Durañona en mayo de 1946, el «speaker» de Radio París
pudo ocultar su antipatía por el euskera. Ahora bien, propuso que siempre qt se celebrara
alguna fiesta conmemorativa vasca o cosa parecida, se lo hiciei saber, pues estaba dispuesto
a facilitarles la emisión, sobre todo si esa emisiói se hacía en castellano, de manera que toda
España pudiera escucharla y cor prenderla

Las emisiones sobre Euskadi en Radio París, aun con dificultades, siguieron adelante,
porque, como decía Rezóla, como vivimos de prestado hay qi conformarse con lo que dan 11.
La solución a las trabas vendría pronto des< la propia dirección de Radio París, que
proyectaba la creación de una emisora! clandestina en la que, gracias a los contactos entre
representantes vascos y[ autoridades francesas, se reservarían algunas horas a las
emisiones dirigidas al Euskadi. Esta emisora, que permitiría a los vascos actuar con plena
libertad, utilizaría onda corta y media. Las emisiones se llevarían a cabo bajo el control | del
Gobierno Vasco. Las pruebas comenzarían a fines del mes de mayo oj comienzos de junio
de 1946. Era necesario que desde el Interior se comprobara'. si la audición era buena. Junto
a esto, la puesta en marcha del proyecto requería un buen equipo compuesto por locutores
euskaldunes y un grupo para el suministro de noticias, reportajes y editoriales, es decir, del
material de emisión. Se ocuparon de la labor Telesforo Monzón, Javier Landaburu y José
Antonio Durañona18. A esta emisora clandestina dentro de Radio París, Rezóla decidió darle
el nombre de E.l.I. —Euskal Irrati Ixilla—, precisamente para diferenciarla de otra emisora,
exclusivamente vasca, exclusivamente de la Resistencia, libre y sin cortapisas, la emisora
con la que Joseba Rezóla soñaba desde aquellos terribles años de las cárceles franquistas, y
a cuyo nacimiento y desarrollo consagró toda su vida. Se trataba de G.I.I. —Gure Irrati Ixilla
—. o posterior Radio Euzkadi, La Voz de la Resistencia Vasca. El que Rezóla bautizara a la
emisora clandestina de Radio París con ese nombre nos está indicando que él sabía que
pronto su sueño se haría realidad.

Mientras ese momento llegaba, las emisiones vascas de Radio París lograban su objetivo:
los oyentes seguían con expectación todas aquellas noticias que a través de las ondas
llegaban desde el otro lado de la muga, y que les informaban de las detenciones producidas
en las capitales, de los comunicados de los presos sobre la situación en las cárceles o de las
manifestaciones/de Resistencia que se llevaban a cabo.
EMEN EUZKADI IRRATIA.
EUZKO ERRESTENZIKO GUDARIEN DEYA.

Aquí, Radio Euzkadi. La Voz de la Resistencia Vasca que transmite todos los días tres
programas en 13250 y 15000 kilociclos... 1965

Venezuela 15 de Septiembre de 1965 - 30 Abril 1977

Segunda Etapa
 
Hacía calor en el estado Zulia. No más que otros días, igual que siempre, J. J. Azurza lo
resentía. Su pálida tez y sus ojos azules parecían ceder fácilmente a la apretura del clima
tropical y al sol tórrido de Maracaibo. Por otra parte, andaba acelerado. Iban a traer
elementos nuevos (torres, emisoras, etc.) para modernizar la radio de la Compañía Petrolera
para la cual trabajaba, la Shell. Las viejas torres emisoras, levantadas sobre la tierra roja y
caliente del Zulia, calificadas por los técnicos como de la guerra de Crimea, pensaban
enviarlas a una chivera, como se denomina en Venezuela a las chatarrerías. J. J. fue a
revisar el vetusto aparato al que tantas veces manipuló en sus funciones de trabajo, pero con
una nueva visión, mucho más crítica. La emisora necesitaba urgentes retoques, pero él sabía
cómo hacerla funcionar. Sus expertos dedos, finos y delicados como los de un pianista, se
movieron por el cuerpo de hierro de la maquinaria. El viejo armazón vibró. Fue entonces, así
lo contaba, cuando la Idea se apoderó de él, como le sucedió a Pablo en el camino de Tarso.
Había encontrado lo que necesitaban los vascos para comunicarse a través de los muros de
la dictadura.
 
Llegó a la reunión de la Mesa Cuadrada de los lunes, sin aliento, tras haber conducido las
más de diez horas que separaban Maracaibo de Caracas. Le ofrecieron, en bromas, agua,
hielo y whisky, o una cervecita Polar, bien fría. Lo rechazó todo con gesto impaciente, pues
tenía prisa en detallar su plan. Intza, a quien le había adelantado el asunto, miraba con ojos
ahuevados y semi cerrados a cada uno de los compañeros de la Mesa Cuadrada. Como los
conocía bien, sabía que nadie iba a rechazar la oferta de J. J., como así fue.
 
Los iba ganando sin demasiado esfuerzo. Cuando detalló la cantidad de dinero necesaria
para la compra de la maquinaria y su traslado, unos seis mil bolívares, nadie pestañeó. Era
una rebaja considerable a los tanteos que se habían realizado con anterioridad, a instancias
de Rezóla, y del Gobierno Vasco. Según informes del propio J. J. y de Iñaki Elguezabal, y
apartando las consideraciones técnicas para una audición que debía cubrir ocho mil
kilómetros. Sin ir más lejos, el costo de un transmisor (que habría que comprar en Estados
Unidos y transportarlo a Venezuela) podría alcanzar los 15.000 dólares, según su
sofisticación.
 
El bolívar, por entonces, se cotizaba a cuatro por dólar (en pesetas a unas 60), así que la
cifra resultaba alarmante y además, en semejante traslado, podía fácilmente detectarse el
secreto de la empresa. Ahora tenían casi en la mano un aparato de 5 kw, con dos
transmisores completos de la misma potencia, que le permitía funcionar al tiempo en dos
frecuencias diferentes. El coste de este aparato, nuevo, podía ser de unos 50.000 dólares,
aseguró finalmente J. J.
 
—Y estamos hablando de una zoquetuda... ¡seis mil bolívares! —reafirmó mientras limpiaba
el cristal de sus lentes y sonreía satisfecho.
Todos estaban absolutamente desbordados por la emoción. El sueño podía hacerse realidad,
tras largos años de debate, iniciativas truncadas, informes sesudos pero que paralizaban el
proyecto por su excesivo coste en maquinaria y personal. Cuando llegó el consabido
momento de reflexión, mientras J. J., ya callado, se dedicaba a beber su cervecita fría, se
hizo un silencio profundo. Intza dejó pasar unos minutos y finalmente, con voz recia,
preguntó con un modismo venezolano que había asumido como propio:
—¿Le echamos pichón?
 
Nadie iba a poner un pero al proyecto. Y menos con Jo-kin, el Gordo, como ya le
denominaban familiar y cariñosamente, aprobando la acción. Su siguiente paso fue llamar a
Ramón Otxondo, que vivía en El Tigre, localidad del interior de Venezuela, y que mantenía
una situación económica ventajosa, para pedir la financiación inmediata, cosa que logró sin
problemas. A más, la oferta generosa del patriota Otxondo se ensanchó hasta ofrecer pagar
sueldo de una persona para el cuidado de la emisora por seis meses. Nadie creía que podría
durar más. También Otxondo se ofreció a buscar un terreno idóneo por los alrededores.
 
Cuando he hablado o entrevistado, mucho después, a los componentes de EGI sobre aquel
momento, en ninguno de ellos palpé otra cosa que una decidida movilización hacia la empre-
sa. Pello aseguraba que a él le pareció natural el paso a seguir. Todo estaba preparado para
Radio Euzkadi/Euzkadi Irratia. El modo de obtener fondos económicos, la información
bibliográfica, la cohesión del equipo. Los inconvenientes no se sopesaron en ningún
momento de esa euforia inicial, y en verdad eran considerables.
 
En primer lugar Radio Euzkadi/Euzkadi Irratia debía ser clandestina tanto para los vascos
como para los venezolanos, pero había que llegar a ciertos políticos importantes, para que
hicieran la vista gorda. Eso, en cierto modo, ya lo llevaban algo adelantado Xabier Leizaola,
Alberto Elosegi e Iñaki Zubizarreta, cuyos conocimientos del medio político venezolano y su
intrusión en la política era más profunda. Tenían, desde las primeras conversaciones, la tarea
de mover ciertas fichas para que no se paralizara cualquier acción emprendida. Rezóla, entre
tanto, incansable en su afán, se movía en Europa, en el medio de la Democracia Cristiana,
para el logro de los fines. Pero no obtuvo la respuesta requerida.
 
Se insistía, pese a tantas diligencias, en el secreto de la empresa. Era importante. Como se
sabía del espionaje de la Embajada española, la petición cíe partidas monetarias debía
disfrazarse, aun en los ¡imhilo.s del Centro. No .se iha ¡i poner confian/a en micllc porque no
es que .se deNC'onl'Uii'ii, niño que se lemííi que al- guien pudiera irse de la lengua. Rezóla
advertía desde París del peligro de los tres enemigos: la imprudencia, la chivatería, y el caso
fortuito. Contra ellos habrían de luchar los del grupo EGI, aunque hubo sus momentos de
alarma porque ciertas personas se acercaron demasiado a la verdad.
 
Las torres de la emisora no podían colocarse en Caracas, era evidente, pero no tan lejos que
se hiciera penoso el traslado a ellas, ya que los miembros del grupo nuclear vivían en la
ciudad. Por eso se descartó el terreno de El Tigre que señalaba Atxondo, uno de su
propiedad. J. J. habló al principio de cuatro torres, lo cual era un volumen considerable, y
necesitaban espacio abierto, pero la grabación del material debía realizarse en un
apartamento, no demasiado lejano al centro reproductor.
 
Azurza, con la conformidad del grupo, se convirtió en el Consejero Técnico, y nadie osó
dudar de sus conocimientos en telecomunicaciones —su trayectoria profesional era
impecable—, ni le puso pega alguna. Más tarde le ayudaría en su trabajo Jon Mikel
Solabarrieta. Los puestos eran muy oficiosos aunque a la larga, todos hicieron de todo.
Desbordados, hablaron finalmente de mantener una persona fija para asegurar la grabación
cotidiana y se señaló al joven Iñaki Anasagasti, para Caracas, y otra persona para guardar el
lugar en la selva donde se iban a instalar las torres emisoras.
 
El sitio fue encontrado pronto. La hacienda La Virginia, que incluía una laguna, cercana al
pueblo de Santa Lucía, a 60 kilómetros de Caracas, parecía el lugar idóneo donde instalar
las torres, que fueron transportadas penosamente desde el estado Falcón, en unas
gandolas, como se llamaba en Venezuela a los grandes camiones.
 
El párroco del pueblo de Santa Lucía, Bonifacio Urkizu, en conversaciones conj. J., fue quien
señaló la hacienda abandonada, propiedad de Luis José García. Cuando fue a visitarla con el
cura, J. J. decidió, mientras trajinaba por la maleza espinuda, bajo los viejos árboles,
escuchando el canto de las paraulatas, que era en verdad el sitio perfecto. Cercana a
Caracas, para acceder cotidianamente a ella, pero no tanto como que pudiera ser loca-
 
Radio Euzkadi/Euzkadi Irratia va a ser escuchada en Euskadi pero nunca, nunca, lo será en
Caracas —afirmaba rotundo J. J., que se encargó de que así fuera, no solo por la elección
del sitio, sino además por un medio muy simple en la técnica de telecomunicaciones, que
desviaba las ondas libertarias del valle de Caracas.
 
Llegar a La Virginia no era fácil entonces, no lo es hoy día. Para 1964 la ciudad de Caracas
se había extendido por todo el angosto y largo valle, comiéndose en su crecimiento
vertiginoso los viejos pueblos de Chacaíto, Chacao, Campo Alegre, Los Chorros, levantadas
las urbanizaciones de Altamira, La Castellana, La Floresta, Los Palos Grandes, Las
Mercedes, El Rosal, y Sebucán, devorando el cemento la jugosa y verde hierba sabanera.
Pero el pueblo de Petare continuaba estando lejano, y por Petare se pasaba, siguiendo
después (se dejaba atrás el Ávila, la gran montaña de Caracas, y se adentraba en el Estado
Miranda en dirección sur) por una carretera estrecha, tortuosa, montañosa. Se seguía las
fuentes del río Guaire, el río de Caracas, el cual cruzaba la carretera varias veces, y en la
época de lluvias se desbordaba impidiendo el tránsito. Había abundantes controles de la
Guardia Nacional, pues había guerrilla.
 
El dueño de La Virginia accedió al proyecto, suplicando silencio para su nombre y cobrando
un alquiler mensual simbólico de ochocientos bolívares. Además conectó al grupo EGI con
un abanico más amplio de autoridades venezolanas, que no opusieron resistencia a la
implantación de cuatro torres para la radio clandestina de los vascos. Hay que añadir que la
CÍA, a través de la Embajada Americana, dio aviso a las autoridades venezolanas de la
instalación de una radío en Santa Lucía.
 
Más que el asunto político de la radio, que les era enojoso, al parecer les molestaba que las
ondas vascas interferían las comunicaciones de índole comercial entre Gran Bretaña y
Estados Unidos, caso muy grave, y un grupo de sus técnicos pudo detectar la emisora en las
cercanías de Caracas. Dado este conocimiento, era más que probable que llegara ;i la
límbajacln cíe Hspaña, como lie-K<>, y que conset'uenle con sus nwllmiíis rcelamaclone.s,
delatara el desafuero, pero n;ul;i i'oivslguleron u ñus y otros. A los americanos se les calló
afirmando que no era comunista y desviando las ondas, para no interferirles el negocio. A los
españoles, con la frialdad de unas relaciones diplomáticas tensas, se les aplicó el silencio
administrativo. Aunque Manuel Fraga, por entonces Ministro del Interior, era un demandante
obsesivo.
Se dijo que hasta el mismo Franco despotricaba contra la radio clandestina que hablaba con
verdad de su régimen odioso. Exigía a su policía y a su embajada venezolana que, de una
vez por todas, quitaran ese estorbo del medio. Había respirado tranquilo el día de la muerte
del Lehendakarí Agirre, en 1960. Creía, con esa estólida mente militar y poco cultivada que
era la suya, que la cuestión vasca acababa aquel día. Para su sorpresa, renacía en una
generación criada a ocho mil kilómetros del país de los vascos.
 
Estas dificultades fueron vencidas, gracias a la intervención decidida del ministro de
Relaciones Exteriores venezolano, Gon-salvi. De él sí sabemos el nombre porque incluso
llegó a personarse alguna vez en las reuniones de la Mesa Cuadrada. Apoyó a los vascos en
su empresa, incondicionalmente. Hasta les llegó a ofrecer otro terreno y unas condiciones
más favorables si arremetían contra Fidel Castro, ya despejado de su talante libertario de la
Sierra Maestra y que mostrando la faz de su dictadura atroz impulsaba la guerrilla que se
mantenía en el interior del país y en la propia Caracas.
 
Por un tiempo, el que duró la concertación, dejaron de emitir para apaciguar los ánimos de
unos y otros. Fue el precio que tuvieron que pagar. También fue vencido el miedo que tenían
a su rival, Radio España Independiente, la voz de la resistencia comunista. Radio
Euzkadi/Euzkadi Irratia resultó más fiable en su información y responsabilidad dial.
 
Como se dieron cuenta de que La Virginia necesitaba su guardián y encargado de emitir los
Talos, se escogió a Isaka Atutxa, soltero, de Galdakao, un gudari, por entonces sin trabajo, y
que aceptó el arriesgado trabajo de custodiar una emisora clandestina en medio de la selva
venezolana.
 
—Euzkadik behar ñau. Euskadi me necesita —comentó simplemente, al aceptar la
encomienda.
 
La tarde en Venezuela cae a las 6. Caracas tenía por entonces un tráfico denso e
impredecible. Se estaban realizando las autopistas vértebras que recorrían la ciudad de
oeste a este, pero nunca fueron ni parece que lo serán, suficientes. Pese al tráfico, que
mantenía los coches (carros como se denominan en Venezuela) parados horas sobre la
ardiente vía de asfalto, y las dificultades que suponía atender a sus vidas privadas y
compromisos laborales, los jóvenes del grupo EGI decidieron que trabajarían los sábados y
domingos de sol a sol en las tareas de la instalación del equipo en los linderos de la laguna
de La Virginia.

—Bien duro, a pico y pala, compadre —afirmaban entre risas.

Durante meses las manos de aquellos hombres dedicados a oficios de administración y


oficina, estuvieron tan curtidas como las de un obrero de la construcción. Añadiría que esos
hombres despidieron también no el olor rancio del sudor que procura el trabajo físico, sino
que transpiraban de sí algo de ese suave aroma de los araguaneys, los esbeltos
chaguaramos, los espinudos habillos, ceibas con sus semillas aceitosas envueltas en una
lana blanca, de algún caobo asilvestrado, y un mango generoso en sus frutos deliciosos, que
una ve/ cobijaron las esbeltas cañas de azúcar de la hacienda, esa humedad del fango de la
laguna mansa
Había prisa. Rezóla, entusiasmado por la idea, apuraba las decisiones pues se sabía que
ETA pensaba instalar otra emisora en Argelia. Eso hacía que el grupo se dedicara al trabajo
con frenesí. Fueron finalmente ayudados por una cuadrilla de obreros; tal cosa fue asumida y
con pesar como absolutamente necesaria. Se levantaron pues las cuatro torres, se embutió
la emisora (dos transmisores, llamados Pedro y Pablo) en una choza, a resguardo de las
tormentas y del sol tropical, y tuvieron que abrir caminos en la maleza, para instalar las
antenas.
 
Se fabricó una txabola. La amoblaron con dos camas, una mesa y armario, y sillas para jugar
las previsibles partidas de dominó y mus, e instalaron una nevera capaz para las cervezas a
consumir. En todos latía la conciencia de que la soledad sería demasiado profunda para
Atutxa, y el compromiso tácito era compartir algunas noches con él y se elaboró un
calendario de responsabilidades que se cumplió escrupulosamente. Durante algún tiempo, al
observar que la incomunicación gravaba demasiado en el ánimo de Atutxa, le destinaron
como compañero al navarro José Elizalde. Otras veces acompañaba a Pello Irujo su cuñado,
Bingen Amezaga, médico, y así Isaka era revisado profesionalmente, hablaba de sus do-
lencias, cosa que siempre conforta el alma, y tomaba las medicinas correspondientes. Atutxa,
a finales de 1966, tuvo un grave accidente de coche, y fue internado en una clínica.
 
Durante su ausencia, los miembros del grupo se repartieron las tareas que, al ser diarias,
ponían en peligro los trabajos personales. Así que durante la convalecencia de Atutxa,
decidieron ofrecerle el puesto a José Elizalde, y posteriormente se fueron turnando Juan
Ortiz, Jotxu Castañero, Julián Atxurra.
Años más tarde, tras una visita inesperada de miembros de ETA, se decidió contratar un
guardia jurado venezolano.
 
Nadie dejó de cumplir con su calendario previsto para acudir sábados y domingos a La
Virginia. El que llevaba los Talos, como se denominó a los casetes grabados, solía siempre,
por más prisa que hubiera, echarse unos «palitos» y jugar una partidita al mus con Atutxa.
Corriendo el tiempo, el hombre se aficionó al pueblo de Santa Lucía, y solía estarse ahí
algunas tardes. Nadie preguntaba qué hacía por aquellos predios un «musiú», según el argot
ve-ne/olano, tan rico como singular, cvs ck'dr un extranjero, de- ojos claros, complexión
robusta y hablar Intrincado... que- clase' de ira bajo realizaba en La Virginia. Él hablaba
vagamente de unas perforaciones a la orilla de la laguna.
 
—Igual encontramos petróleo por ahí, compadre, y nos hacemos todos ricos —explicaba en
la bodega del pueblo, antes de iniciar su recorrido por los dos bares de Santa Lucía. Nadie le
demostró jamás desconfianza. Sabían todos lo locos que eran los extranjeros, sobre todo los
europeos, con ese asunto de hacer «las Américas».
 
Ni Atutxa ni ninguno de los pobladores de Santa Lucía había escuchado hablar de El Dorado
de los conquistadores. De esa ciudad al borde de una laguna donde se sumergía un cacique
cubierto de oro y cuyo fondo no era de algas y carecía de peces, porque estaba cubierto de
una inmensa pátina del precioso metal dorado. La que describe enfebrecido el aventurero
inglés Wal-ter Raleigh, en sus vanos intentos de llegar a la Manaos prodigiosa, con su lago
Cassipa, antecedente en el paso del encuentro con Manoa. Como un río que en vez de gotas
de agua las tiene de oro que se observan en sus bancos, cuando el verano caliente seca las
fuentes de agua. En cierto modo, La Virginia era El Dorado para los jóvenes del grupo EGI.
 
Atutxa fue gudari, pero antes fue baserritarra. Pronto instaló un corral, criando gallinas.
 
La cabeza de la operación radial, tras varios domicilios precarios, se instaló defínitivamente
en el apartamento del edificio La Sierra, llamado así por su curiosa arquitectura, parecida a
una sierra. Era un apartamento amplio y ventilado en el que se acolchó un dormitorio para
lograr grabaciones perfectas. Las demás dependencias estaban atiborradas de paquetes de
propaganda, cajas con llaveros, estuches con las monedas de oro. Como si se tratara de los
baúles de un barco pirata tras la algarada filibustera de Maracaibo. Esto me sorprende ahora,
cuando recuerdo las cosas... la cantidad de monedas de oro y plata allí dispuestas. Era tal la
rectitud de cada uno y la confianza del grupo, que nadie presumió un robo. Y es que no lo
hubo.
 
Tampoco creyeron que pudiera haber accidentes. Y lo hubo. Protegieron la puerta del
apartamento con chapa blindada. Se cuidaba de que los cigarrillos, en ese tiempo la mayoría
fumaba, se apagaran. No se prendían los hornillos de la cocina. Pero un día, pese a las
precauciones, Iñaki Anasagasti grababa uno de los Talos, aislado en su cuarto de grabación,
y no se percató del incendio que comenzó en la cocina a causa de un corto circuito.
 
El fuego se fue expandiendo solapado, apremiante... cuando Iñaki, finalizado el trabajo, abrió
la puerta del cuarto acolchado, se enfrentó a una nube de humo tan densa que se quedó sin
aliento. Cerró la puerta para tranquilizarse, contando hasta diez, y pensar en cómo salvarse.
Su única salida de escape, la puerta, estaba bloqueada por el fuego. Corrió hacia la ventana
del cuarto, al parecer convertido en su panteón, forzó el acolchado, logrando abrirla
penosamente. Desesperado se trepó al alféizar, y solo entonces recordó que estaba en el
tercer piso.
 
Gritó. Gritó a pleno pulmón. Con las fuerzas de la desesperación. Por entonces el humo
había atraído la atención de varias personas que llamaron a los bomberos que 1, ;il ver ¡il
¡oven en la ventana, temieron lo peor. Si .sallaba la muerte era seguni. Si se quedaba,
también.
 
El fuego lograría penetrar en el cuarto, empujándolo al VE cío. Menos mal, por aquella vez,
que Caracas era una ciudad e: perpetuo estado de construcción. A poca distancia del edificio
L, Sierra estaban levantando otro y una grúa gigante maniobrab ahí. Advertidos de la trágica
contingencia, manipularon la grú hacia el joven que permanecía en la ventana, y le animaron
a da un salto en el vacío, hacia la grúa, pues no podían acercarla total mente a la ventana.
—¡Calcule bien, musiú\ —gritaban los peones-buen brinco.
 
Era su única posibilidad de salvación. Iñaki, así lo contab después, se serenó, calculó la
distancia, obvió el precipicio a su pies, y saltó. Logró engancharse a la grúa. Y salvarse.
 
Intza fue el encargado de despistar a la policía que, al ver li bros chamuscados, se dedicó a
inspeccionarlos, y los encontr* sospechosos. Tras una tarea de disuasión, unos bolívares de
dis tracción en los bolsillos, los agentes se retiraron sin dar el sopla de la extraña oficina que
operaba en el incendiado apartamento del piso tercero del edificio La Sierra. En algunos
apartamento funcionaban burdeles. Eso no llamaba su atención.
 
Quizá lavando la desenfrenada imagen del edifico La Sierra puedo afirmar que en mis largas
esperas en lo que era su sala mientras Irujo, tanto Manuel como Pello, grababan el Talo, rn
hijo Xabier dio sus primeros pasos en solitario. Desdeñó de m mano y caminó, vacilante pero
independiente, sobre el opaco pavimento de granito de la sala, que no contenía mueble
ningunc sino las cajas de las monedas de oro dispuestas a los lados, y e« las paredes el
afiche de Gernika, aquel que pregonaba «Gernikas gizona».
 
Radio Euzkadi-La Txalupa

Durante doce años y siete días a la semana «desde un lugar de la selva venezolana» emitiría
para el País Vasco ocupado Radio Euzkadi, conocida popularmente por «La Txalupa». Y a
pesar de que en esta empresa participan casi un centenar de personas, militantes del PNV
(4), fue un secreto celosamente guardado mientras duró. Es cierto que en su origen, a través
de las gestiones del arquitecto Iñaki Zubizarreta, se consigue la colaboración -incluso
económica-y la cobertura del Ministro de Asuntos Interiores, Reinaldo Leandro Mora. Los
antecedentes habría que buscarlos en la Radio Euzkadi que, entre 1946y 1953, emite desde
Mougerre en el País Vasco-continental y que fue clausurada por el Gobierno francés.

A principios de 1965 comienza a prepararse el proyecto. A través del sacerdote Bonifacio


Urquizu, a la sazón párroco de la ciudad de Santa Lucía, el grupo vasco alquilaría un terreno,
en plena selva, a Luis José García. En él se instalará la estación, que fue diseñada por José
Joaquín Azurza e Iñaki Elguezabal. Se utilizaron dos viejos transmisores -uno fabricado en
1932- modificados con potencia de uno y medio y dos y medio kilovatios, respectivamente.

Asimismo, además de un grupo de energía se utilizaba una antena direccional.


Se usaron tres bandas de transmisión, de 19, 23 y 25 metros, respectivamente. A su vez, en
cada banda se utilizaban cuatro frecuencias adicionales cercanas a la principal, con el fin de
emitir en una de ellas aleatoriamente, escogida por el operador en cada transmisión con el fin
de evitar interferencias. En este punto hay que señalar que, aunque tolerada, «La Txalupa»
no estaba legalizada por las autoridades venezolanas, lo que en ocasiones supondría que el
operador acabase en una comisaría.

Jokin Intza, Isaías Atxa, Iñaki Elguezabal, José Joaquín Azurza, Peio Irujo, Alberto Elósegui,
Feliciano Aranguren, Xabier Leizaola, Iñaki Zubizarreta, Guillermo Ramos, José María
Zugarramurdi, Rafael Mendizabal, Félix Berriozabal, Kepa Lekue, Jon Mikel Olabarrieta, Josu
Urresti, Pauliri Urresti, Iñaki Landa, Isaac Atucha, Joseba de Rezóla, Perú Ajuria, Garbiñe
Urresti, Julián Achurra, Joseba Amaga, Iñaki Arechavaíeta, Paul Aguirre, Juan María López
Izaguirre, Jon Garaigordobil, Txomin Llanos, Iñaki Anasagasti, Jone de Elósegui, Antonio
Mendiluce, Jesús María Gallastegui, Juan Ortiz, Ricardo Líbano, Patxi Albízu, Bonifacio
Urquizu, José Eleizalde, Luis José García, Julián Achurra Garate, Tomás Andonegui, José
Ignacio Zuazo, Joseba Urresti, Iñaki Ercoreca, Domeka Echearte, Andoni Olabarri, Miguel
riceño, Joseba Iturralde, Julián Amezcoa, José Abasólo, Maite Leizaola, José Luis Acha,
Santiago Guruceaga, Mikel Olasagasti, Maite Garitaonaindia, Jon Gómez, Mikel Isasi, Miren
Solabarrieta Aznar, . Ugalde, Lander Quintana, Julene Urzelai, Joseba Olabarrieta, Jesús
Irazabal y Ventura Chico. Todos ellos eran militantes activos del Partido Nacionalista Vasco.
 

PRIMERA EMISIÓN DE RADIO EUZKADI/ EUZKADI IRRATIA

15 de Septiembre de 1965

La obligatoriedad del secreto, pauta de supervivencia del proyecto, los llevó a utilizar un argot
específico para mencionar sitios y cosas y disfrazar su naturaleza.

La hacienda La Virginia fue denominada Macuto (un pueblo del litoral venezolano, a más de
su intrínseca acepción castellana), el apartamento del edificio La Sierra, en el que se
grababan los programas, se denominó El Paraíso, nombre de la urbanización donde estaba y
sigue estando el Centro Vasco de Caracas/ Caracas Euzko Etxea. Así, calcularon, cualquier
alusión podía interpretarse de un modo diferente. El grupo EGI intervenía activamente en las
actividades del Centro Vasco/Euzko Etxea: en su junta directiva —J. J. en 1975 era
presidente—, en sus diversas asociaciones, en sus actividades deportivas y culturales.
 
Al conjunto de la radio se le denominaba La Txalupa, porque una vez comenzados los
programas, todo el mundo, unos por enterarse de lo bueno, otros de lo malo, y todos por
conocer la ubicación de la radio, hicieron cabalas de su ubicación. Muchos aseguraban que
estaba situada en algún lugar de la costa africana, cara al Mediterráneo. También hubo quien
la quiso ver en un fiordo noruego. Otros, los más, afirmaron que era una radio trashumante, a
bordo de la bodega de un barco, en derrota por los mares del mundo con su mensaje
libertario. Por ser esta versión la que corrió de boca en boca con mayor l'acilitlad, se le
denominó la Txalupa. En la selva tropical, lindando con una laguna. Pronto el grupo EGI
terminó denominándose a sí mismos los Txaluperos.
 
Hemos mencionado el soplo de la CÍA, pues parte de su misión, desde el ámbito de las
embajadas, era detectar emisoras clandestinas en América Latina. Vivíamos años de
fragorosas revoluciones, de guerrillas urbanas y montañeras, del emergente despliegue de
Fidel Castro, aclamado como un libertador pero iniciador de una dictadura, y del Che
Guevara, un romántico guerrillero, fiel a su palabra combativa, finalmente traicionado y ase-
sinado en el Chaco boliviano. Años de Guerra Fría, de cegado anticomunismo o ardoroso
comunismo. De un vitalista Movimiento Feminista, y donde en el país más poderoso de
occidente, Estados Unidos, iban a asesinar a su presidente, el católico irlandés John F.
Kennedy, a su hermano Bobby, y al líder pacifista de los Derechos Civiles, Martin Luther
King, Premio de la Paz, y al belicista Malcolm X.
 
Así que algo de esa violencia podía rozar a Radio Euzkadi/Euz-kadi Irratia. Había claros
intentos de terminar con el asunto, y provino de grupos del interior del país porque resultaba
demasiado eficaz y pacifista, afecta a los intereses del PNV/EAJ o del Gobierno Vasco en el
Exilio de París. Eduardo de la Escosura, miembro de ANV y cuñado, advirtió a Pello Irujo de
los rumores que corrían entre los más intransigentes de los grupos del Centro, Josu Osteriz,
Carlos Otaño y Luis Las Heras, cercanos a la ideología de ETA. Hablaban de localizarla,
boicotearla, usarla para sus fines, si tal cosa resultaba posible, y si no, destruirla sin
miramientos, afirmó el más que asustado Escosura. Devolvía así al hijo de Eusebio el
inmenso favor que su madre recibió de él, cuando sacándola de un mísero hospital de Santo
Domingo, la envió a Venezuela, siendo él un niño, y donde pudieron mejorar sus condiciones
de vida.
 
Cualquiera de las opciones barajadas resultaba buena para los fines mezquinos, opinó, pues
no pensaban en absoluto en el trabajo y en el dinero invertido en la empresa. Tampoco
resultaban capaces de montar algo similar.

Por más que quisiera romperle la cara de un puñetazo a Osteriz... no serviría para callarlo de
una p... vez.
Causaba ira que los propios resultaran peores que el adversario, pero así era. Así que se
mantuvo una alerta excepcional en La Virginia, lo cual significó más trabajo para los
miembros del grupo. Se compró un arma para Atutxa. Se contrató un personal de seguridad,
con lo cual los gastos subieron. Estas medidas lograron disuadir a los presuntos agresores
por un tiempo. Pero no desistieron. Dos miembros de ETA, Koldo Azurza y Pruden Aroze-na,
visitaron en 1966 a Aretxabaleta para obtener información del paradero de la radio, aunque el
delegado, con su proverbial simpatía de la que hacía extenso uso cuando quería —había
sido un excelente actor en su juventud de las obras de Arturo Campion en los batzokis del
país—, supo distraerles, comentando que, a lo que sabía, la radio estaba instalada en la
bodega de un barco.
 
—Desconozco el rumbo del navio. No sabemos ni su nombre —admitió con entonación
cansina, como si eso pesara en su ánimo, meneando la cabeza con aflicción, alzándose de
hombros, y apagando el cigarrillo en un cenicero de cristal, añadió: es una aventura que
terminará mal y pronto, como tantas otras. Pero os aseguro que no está en Venezuela.
¡Hombre! Eso, al menos, ya lo sabría... soy el delegado.
 
Los dos hombres, aceptaron sus palabras y parecieron convencidos de la ignorancia de
Aretxabaleta que, una vez que partieron, llamó a Intza para comunicarle la noticia.
 
En 1971, un 22 de febrero, se presentaron en Macuto tres activistas de ETA: Jon Urresti,
Patxi Letamendia y Koldo Azurza. Habían dado con el lugar tras años de cabalas. No
llegaron a acceder a la hacienda y regresaron a Caracas a hablar con Jon Gómez, quien
sabían que formaba parte del grupo EGI,
Radio Euzkadi/Euzkadi Irratia mantuvo su emisión los 13 años que duró, sin interrumpir ni un
solo día su programación por ninguna causa, salvo la excepción que ya apuntamos. En
deuda queda Euskadi con los presidentes Ró-mulo Betancourt y Raúl Leoni, adecos, y
Rafael Caldera, dirigente del partido democristiano COPEY. La emisora se cerró bajo la
presidencia de Carlos Andrés Pérez, restablecida la democracia en el Estado español.
Visitantes como los Lehendakaris Leizaola y Carlos Ga-raikoetxea y dirigentes como Manuel
Irujo arribaban a Venezuela y se entrevistaban con los mandatarios venezolanos, agrade-
ciendo tácitamente el apoyo desinteresado a una labor que pudo comprometerlos
diplomáticamente. La contestación siempre fue la misma: a los vascos no se les podía negar
nada porque habían demostrado ampliamente su buen hacer como ciudadanos de Ve-
nezuela. No había quejas contra ellos. A más, la Venezuela democrática estaba en el deber
de apoyar la lucha contra regímenes dictatoriales. En propia carne los había sufrido y los
temía, en consecuencia.
 
El mal latino de los militares operando en el poder, el viejo estigma de los caudillos
despóticos, había de ser de una vez por todas eliminado de la faz de la tierra. Debía
prevalecer la felicidad de hombres y mujeres y el trabajo de la libertad. «Moral y luces»
sentenció Simón Bolívar. Y una emisora siempre estaba en ese camino. En la década
prodigiosa de los sesenta donde tantas cosas florecieron, prosperaron y cambiaron, la utopía
parecía posible.
 
La cinta grabada era denominada Talo, en recuerdo a las tortas de maíz, propias de los
baserris del país de los vascos. El maíz, don de la tierra americana, especialmente de la
zona tropical, había sido importante para la economía de supervivencia de los caseríos
vascos... ahora se transformaba en otra especie de pan, más simbólico pero igualmente
vivificador,
 
De los transmisores, Pedro y Pablo, se hablaba familiarmente de ellos, con ellos y para ellos.
Se les urgía con palabras a iniciar su labor de transmisión ya que solían, entre humos y
bufidos, hacerse rogar un tanto, pero cumplieron, viejos artefactos como eran, desfasados
para la tecnología de su tiempo, su misión de propagar libertad.
 
Rescatados de una muerte que los iba a convertir en chatarra por J. J., transportados desde
el caluroso occidente de Venezuela, alargaron su vida en Santa Lucía, en la hacienda La
Virginia, gracias al esfuerzo contumaz de un grupo empecinado en demostrar que la libertad
era el bien de la humanidad. Eestaban dispuestos a cumplir la famosa frase del asesinado
presidente Kennedy: «No preguntes qué es lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú
puedes hacer por tu país.» Es decir, en el concreto lema vasco que ellos recogieron:
Euzkadik behar zaitu. Euskadi te necesita.
 
La primera grabación no fue convencional. Se la esperaba con ansia, expectación e incluso
miedo. Así, un 27 de junio de 1965, tras los arduos trabajos, que llevaron meses, de
desbrozar la maleza exuberante de la hacienda, de la instalación de las torres, de la
edificación de las cabanas, reunido el grupo, se dieron los pasos consabidos en ensayos
anteriores, para la puesta en marcha de Pedro y Pablo.
 
En medio de la humareda que despidieron al arrancar sus ruidosos motores, de la nube de
mosquitos que circundaba permanentemente la zona, y del calor húmedo que empapaba los
cuerpos de los animados promotores de aquella primera Radio Euzkadi/Euzkadi Irratia
clandestina en América, se colocó el primer Talo.
 
El grupo contuvo la respiración. No era ocasión de transmitir mensajes, ni noticias ni
consignas, sino la de ver si la radio funcionaba. Si las ondas emitidas de los viejos cuerpos
de Pedro y Pablo, traspasaban victoriosas los 8.000 kilómetros que los separaban cíe
Euskadi.
La emisión inicial formal de los Talos llevaba además, un mensaje del Lehendaka-ri Leizaola
y un texto de Joseba Rezóla, entonces vicepresidente del Gobierno. El himno, creación de
Sabino Arana Goiri, oficial del Gobierno de Euskadi, no se había escuchado en la Euskadi
interior desde junio de 1937. Como la ikurriña, permanecía escondido en el fondo de los
corazones vascos, sepultado por el cemento de represión de una dictadura infame.
 
Era una prueba y no resultó bien. Llego el calamitoso mensaje: «Sin rastro de Pedro hasta el
momento». Habían estudiado, sobre todo J. J., qué hora era la óptima para mayor fluidez
entre Euskadi y Venezuela, y se decidió una hora después de la salida del sol en Venezuela,
que es cuando en Euskadi son las once de la mañana. La hora habría de retrasarse, visto el
fracaso, para mejorar audición, y resultó que al haber un accidente cuando maniobraban los
alambres de uno de los postes emisores, no pudieron hasta el 10 de julio hacer la
transmisión completa, entre las 12 y 13,30 de ese sábado de 1966. Tampoco fue tan nítida
como esperaban, según observación implacable de Rezóla y de algunos de los escuchas.
 
La condición, a rajatabla, era que la audición resultara impecable. Nítida. Y que el contenido
resultara diverso y cautivador. En eso sí que estaban todos de acuerdo, y por eso se
esforzaban. Solamente el día 14 de julio fueron escuchados con nitidez, música y mensajes,
aun mayor a finales de ese julio, lo cual levantó la moral de los voluntarios de la Euskadi
interior que accedían a los montes, compraban aparatos más fiables, y contenían la respira -
ción en el momento de la escucha.
 
Azurza, siempre eficiente, apurado por las circunstancias, había colocado al aparato
trasmisor un limitador-compresor qué multiplicaba por seis su potencia, esperando que esto
limara las dificultades del inicio. En la parte administrativa, pronto se vio la necesidad de
encauzar el trabajo en dos vertientes: para facilitar la lectura y comprensión de los partes
recibidos, a los puramente de detalles técnicos los dirigían a Iñaki Elguexabal, que los tras -
pasaría a J. J., y los de forma periodística, a Xabic-r U'i/iiulji y Jo-soba Elosegi.
 
Los partes llegaron, cuando se mejoraron las condiciones, y para alborozo del Grupo EGI, de
Bilbao, Santurtzi, Donostia, Oiar-tzun, puntos diversos de Francia, Holanda, Alemania,
Estados Unidos... y de Venezuela.
 
La emisión, en los 70, podía escucharse en un 80% por ciento de Euskal Herria, lo cual nos
da idea de que el tremendo trabajo que realizaron tuvo un verdadero éxito. La voz de la
Resistencia Vasca había atravesado los muros de odio del franquismo opresor.
 
La Mesa Cuadrada, cuya cabeza era Intza, agrandada hasta trece miembros, los poseedores
del secreto, actuaba como un órgano soberano de decisión. Sabían ya, como Elosegi repetía
incansable, que un artículo escrito permanece, pero la audición, aparte de nítida, debía ser
corta y repetida. Las ondas se llevaban la voz y quizá el meollo del mensaje. Y la atención
del escucha.
 
Aunque la política ocupaba la mayor parte del contenido de los mensajes, se fue matizando
desde los comienzos hasta los finales, según la política del Estado español se tornaba más
represiva. Se difundieron listas de detenidos, de su precaria situación. Episodios estrellas
fueron los Aberri Eguna, se anunciaba sus días, así fue a partir del de Gasteiz, animando a la
gente a concurrir, visto el éxito de Gernika. Y los aniversarios que iba cumpliendo el Gobierno
vasco en exilio: cada 7 de octubre se leía la fórmula del juramento del Lehendakari Agirre en
Gernika, en euskara y castellano, y se radiaban los mensajes del Lehendakari Leizaola. Los
Gudari Eguna, el Juicio de Burgos, el suceso de Elosegi, contra el Referéndum de Franco de
1966... se emitió una lista de chivatos, se acusaba al esbirro Escobar de torturas y al sar-
gento López, asegurándose de que la acusación fuera certera, ya que se trataba de una
violación de los Derechos Humanos y un genocidio y debían saberlo los escuchas del
mundo: desde Estados Unidos hasta Japón.
Vasca, del soporte que suponía la biblioteca en el Centro Vasco que era bastante buena,
contaba con las obras completas de la Editorial EKIN de Buenos Aires, dirigida por Andrés
Irujo, y que completaban un contenido importante de la cultura vasca.
 
Se fortaleció el euskara en sus programas, se adoptó un decidido apoyo a los equipos de
fútbol vascos, lo cual no es extrañar si se tiene en cuenta el asunto de las quinielas. También
decidieron que aunque había que obedecer las directrices de Rezóla, portavoz del Gobierno
vasco, tajante en su nacionalismo, debían actuar según les indicaba el bien común: se
dirigían a todos los vascos, a los nacionalistas, a los socialistas, a los ávidos de in formación
sin querencia política. Radio Euzkadi/Euzkadi Irratia debía ser el pulmón de una sociedad
duramente reprimida, informarles casi al momento de los sucesos, desnudar la magna de-
crepitud y corrupción de un régimen que había durado demasiado tiempo, y demasiado
tiempo ejercido el mal.
 
Fue Elosegi quien cargó sobre sus hombros el delicado asunto de perfilar hasta qué punto
podían coincidir con todas esas realidades. Para los Irujos, uno en París en la sede del
Gobierno vasco, y el otro en el trabajo de la radio clandestina, el factor nacionalista era clave,
incidiendo en el tema de Navarra, pero también lo era el de informar a todos, los de
Venezuela y los de la Euskadi interior, qué piezas se movían en Europa.
 
El 15 de septiembre, a las 21,30 horas en Euskadi, fue en realidad la emisión inaugural, la
oficial. Las notas del himno de los gudaris eran telón de fondo de las palabras del
Lehendakari Lei-zaola, recogidas después tanto en OPE EPI, el Boletín del Gobier no Vasco,
como en Gudari, cuya portada del número 32, anuncia la emisión de Radio Euzkadi/Euzkadi
Irratia, e incide en su transmisión diaria de 9,30 a 11, 30 de la noche, en 15.020 y 13.250 ki-
lociclos en banda de 19 y 23 metros.

Félix Berriozábal, «Elorrio», nacido en este pueblo de Vizcay: es conocido entre otras cosas
por la agresión de un maleante caraque ño, que un mal día le apuñaló, rompiéndole cuatro
costillas, el páncrea y un pulmón. Félix había emigrado después de actividades de resis
tencia en el interior de Euskalerría, y en los años difíciles: distribuí ción de propaganda,
«pintadas»...

Ahora, en el barrio de la Candelaria, tiene su casa y su oficina. representación de una


empresa de maquinaria de Beasain. Allí convivió, solteros ambos, con Joaquín Inza,
fundador de Eusko Gaztedi en la capital venezolana. Aquél es el refugio del último que llega
y tam bien sede de numerosas reuniones de la junta extraterritorial del PNV

Allí hay un «télex» que facilitó al periodista su transmisión diaria al periódico, durante la
estancia de los burukides.

Pues bien, «Elorrio» también recordaba aspectos de la creación de Radio Euzkadi: «todos
los domingos íbamos a hacer carretera. Allí se jodieron todos, ingenieros, arquitectos...
todos. Teníamos que hacer la carretera nosotros mismos, porque si no, todo estaba
descubierto. Aquello era selva, pero selva-selva, con cantidad de culebras. Por allá han
pasado después todos, menos José Antonio de Aguirre, porque ya había muerto: Leizaola,
Rezóla, Irujo, Juanito, Isasi, Garaikoetxea, Olábarri...».

Radio Euzkadi emitió tres programas diarios, desde 1965 hasta 1977, ininterrumpidamente.
Una de las fechas clave era «Aberri Eguna». En esa ocasión, después del acto principal de la
fiesta, había que subir a toda velocidad, por aquellas careteritas, para emitir las grabaciones.
No se mató nadie por milagro.

Junto al emisor se quedaba Achurra, viviendo allí permanentemente, con dos excepciones:
Nochebuena y Gabon Zar. En esas dos grandes festividades le sustituía Félix Berriozábal,
para que el otro cenase con sus amigos de Galdácano.
Se quedaba en esas ocasiones al raso, fuera de la caseta, envuelto en una manta,-para que
no pudieran pillarse de sorpresa. Le rodeaban tres perros guardianes, y dejaba siempre al
alcance de la mano un arma, «para poder cambiar plomo» en caso de un asalto a tiros.

«Cuando el terremoto de Caracas, fui el primero en subir. Tenía un «Wolsky», y allá me fui,
apartando las piedras que-habían caído a la carretera. La antena se había movido un poco,
pero la caseta de la estación estaba en pie».

José Abasólo era uno de los que participaban diariamente en la elaboración de «Euzko
Deia». Desde primera hora de la madrugada, con unos auriculares, se dedicaba a escuchar
la BBC de Londres, Radio París...

Con las noticias más frescas que lograba en los noticiarios europeos menos «censurados», y
las del propio Estado Español, elaboraba sus informativos. Así, día tras día. Contaba que la
madrugada siguiente al cierre de la emisora se levantó automáticamente a eso de las seis,
tomó los auriculares, sintonizó la BBC y se puso a anotar

las noticias. Tuvo que despertarse su mujer y advertirle que ya nc hacía falta, que se había
acabado aquel trabajo.

Iñaki Anasagasti y Jon Mikel Olabarrieta, junto con Guillermc Ramos, el locutor, eran de los
más jóvenes participantes en la aventura El segundo de ellos, un día que nos llevaba en su
automóvil nos dije al pasar ante un edificio: «Mira, aquí teníamos los estudios. Entonces
había, de los cincuenta apartamentos, cuarenta y siete ocupados por «masajistas» y dos por
«maricos». Cuando veníamos a grabar, nos miraban con una cara de complicidad...».

El verdadero motor, el más activo en todo éste y los demás esfuerzos de propaganda, fue
Alberto Elósegui, según Zubizarreta, que explica: «En muchos casos, nada de lo que
hacíamos podíamos decirlo, íbamos a pedir dinero y entonces pensaban: esos zánganos,
¿para qué querrán el real?, ¿cuál es la actividad que desarrollan? Tenías que hablar tanto,
que pensabas sí no merecía la pena poner de tu bolsilloi lo que te iban -a dar, antes que
gastar tanta saliva para conseguirlo-Pero era parte del ejercicio; aunque fuese más cómodo a
veces decir «lo pongo yo», había que mantener a la gente en posición de colaborar».

Cuesta trabajo creer que las autoridades venezolanas ignoraron realmente la existencia de
aquella emisora. Algunas veces, la guardia nacional pasó por las cercanías. Pero no la «vio».

El caso es que allí estuvo, y que la pudo oír todo el que quiso. En Donosti bastaba con un
receptor corriente y un mínimo de antena: un cable sacado por la ventana.

Un «enteradillo», que llegó por Venezuela desde Euzkadi, puso en el brete al grupo de la
radio, cuando afirmó:

—Ya sé que Euzko Deia está en Francia...


—¿Estás seguro?
—Absolutamente seguro. Lo sé de muy buena tinta». Y los hombres que la hacían

a diario tenían que tragarse el reflejo inmediato de reivindicar la obra propia.


Cuando alguno —-de los que estaban «en el ajo»— quería comentar a sus compañeros que
se dirigía al emisor, utilizaba la clave: «Me voy pa Macuto». (Macuto es una playa cercana a
Caracas)

Ultimo Dia de transmision de Radio Euzkadi

Tras 12 años y 7 dias e1 20 de noviembre de 1975 murió Franco. En Euskadi las distintas
fuerzas políticas se preparaban para salir de la clandestinidad. Se acercaba el tan ansiado
camino hacia la democracia, un camino de esperanza y libertad. El años 76 fue, sin embargo,
todavía un año agitado. El futuro no se vislumbraba aún con claridad, la represión no cesaba
y las detenciones seguían estando a la orden del día. Radio Euzkadi siguió emitiendo.

Pero, una vez «normalizada» la situación, continuar con las emisiones no tenía razón de ser.
Ya no se requería ni la clandestinidad ni el anonimato. Había llegado el momento de hacerse
oír a cara descubierta, en la propia Euskadi, en casa. Así, los miembros del EGI caraqueño
decidieron, no sin honda tristeza, acatar la resolución tomada por la dirección del PNV y sus-
pender sus emisiones.

En la tarde del sábado 30 de abril de 1977 258, todo el equipo de Radio Euzkadi se
concentraba alrededor de «Pedro» y «Pablo», y escuchaba con emoción contenida, el último
talo venezolano. Fue el último programa, el más especial entre los especiales. Las voces de
los locutores que radiaron aquella última emisión rezumaban nostalgia, sentimiento y pena.
El programa comenzó con la sintonía de Radio Euzkadi. Por última vez sonaban las notas de
Euzko Abendaren Ereserkia interpretadas con el xilofón. Tras las consabidas Hemen Euzkadi
Irratia..., This is Radio Euzkadi..., Id Radio Euzkadi..., Aquí Radio Euzkadi..., los oyentes de la
emisora pudieron escuchar una vez más el Eusko Gudariak del Talo de Oro. A continuación,
una voz emocionada leía en castellano el siguiente mensaje:

«Radio Euzkadi inicia este programa de hoy con un agur eta gero arte que repetiremos al
final del programa. Por tercera vez Radio Euzkadi deja de estar en el aire en los últimos
cuarenta años. Desde Radio Euzkadi en Bilbao el presidente Agirre denunció al mundo la
atrocidad y el genocidio de Gernika. Radio Euzkadi enmudeció ese mismo año de 1937
cuando Franco logró dar cumpli-
miento a la amenaza que su compañero de armas y de maldad, general Mola, lanzó sobre
Bizkaia: Vascos, rendios o de lo contrario arrasaré Bizkaia.

Quince años después, reponiéndonos de tanto castigo, salimos al aire en Radio Euzkadi para
dar fe de nuestra terca decisión de querer seguir viviendo como hombres y como vascos. La
persecución española nos alcanzó en tierras ajenas y tuvimos que volver a callar nuestra voz
de resistencia. Euskadi entró en la larga y penosa lucha de la rehabilitación de la
convalecencia y de la preparación para la misma batalla de la libertad.
Hace once años plantamos la bandera de Radio Euzkadi en los aires del mundo y hemos
dado fe, día a día, años tras años, de nuestra voluntad de vivir libres e! pueblo vasco y su
tierra.

Hoy dejamos de salir al aire porgue hemos de preparar nuestra aparición en nuestra tierra
con la libertad. Desde Radio Euzkadi enviamos con el calor de nuestros corazones y el eco
de nuestras inmensas esperanzas un recuerdo para los vascos que han caído en la lucha por
Euskadi, para los que han sufrido por su causa, para los vascos y todos los demás
ciudadanos del mundo que nos han acompañado con su paciencia de escucha.

No podrán despedirlos nuestros compañeros de equipo que entregaron su la bor y su alma:


Txomin, Mikel, Atxa, Rezóla, Mendi. Si estamos presentes aunque dispersos por el mundo
los Alberto, Jokin, José Joaquín, Ixaka, Félix, Gernika, José Luis, Iñaki Elgue, Félix, Julián,
Ugalde, Ricardo, Iñaki Aretxa, Iñaki Erko, Iñaki, Patxi, Guillermo, José Ekaitz, Azkon,
Orreaga, Arrizabalaga, Manuel, Pello, Felixfn, Garbiñe, Maite, Jesús, Iñaki Gazti, Maite Gari,
Mirentxu, Otamendi, Luis José, Kepa, Jon Mikel, Juan Mari, Iñaki Landa, Miguel, Andoni,
Domeka, Paulín, Josu, Paul, Bingen, Tommy, Joseba, Zugarra, Julián Atxur, Jongo, Txomin
Biska, Santi, Iturralde, Juantxo, Elizalde, José Ignacio, Iñaki Zubi. Estos y otros son los
nombres de los vascos que viven y sienten el palpito del alma vasca en su eterna lucha por
un ideal humano, el de la libertad.

Aquí Radio Euzkadi, Hemen Euskadi Irratia.»


A continuación sonó el Jaiki Jaiki del Talo de Oro. Después se leyó un mensaje similar en
euskera:

«Eusko Irratiak dakarki gaur bere entzuleentzako agur luze bat eta gero arte labur bat.
Hirugarren aldiz Eusko Irratiak ixiltzen du bere abotza. Lehen, guda denboran, orain dala
hogeitamar urte ixildu ginan euskotarrak bakardadean geu-delarik. Eusko lurra arerioen
menpean gelditu zan osorik eta gure herria eta aberria hil zorian. Geroago amasa hartu eta
berriz aurrera jo genduan Eusko Irratiakin. Hainbeste arerioek, Espainakoak bai kanpokoak,
lortu zulen gu berriz ixiltzea. Hirugarrenez, orian dala hamar bat urte, egia esan hamaika urte,
hasi ginan berriz Eusko ¡rratitik gure herriari, Euskal Hernán, Euskadiri, eta mundu zabalari
agur luze eta maitakorra ematen. Hamaika urte iraun ditugu gure abolsa egunero oihutuaz,
Munduak badaki gure izakera. Aldizkarietan eta teknikoen har-emanetan agertu gera, behin
eta berriz, beti zutik eta eme, Euskaldun Herria bezela, Euskaldun Ízate nahiaren ikurriña
aztindu degu egunero Eusko ¡rralian, egunero eta urtez urte. Gure gazteekin ibili gera ikurriña
elizdorrean edo mendi gainean jartzen, edo kale erdian era bai; gure gazteekin ibili gera
mcndicfan bihoíz alaiez aberriari kantatzen; gure gazteekin ibili gera kale barrenean aska-
tasuna eskatzen, gobernuaren aurka eta neniaren alde; xure xazteekin ¡bilí gera txapel oker
eta~txakurrak madañkatzen.
Euskadi ¡rratian e%on gera %urc emtíkttnu'ckin ncxarntk i,\urtz?n, amaren, arri'hurt'n,
etnaztearen cía andrc^akircn ne#arr<tk. Min ÍMi'tu lit-ffH Kuxkal Imitlan euskaltiun xtndittirn
xnfMmfmluai'fkin, Hatntin twrltltitík hetala ihili
herriz herri: Bubón, Barakaldon, Lekeition, Gernikan, Bermion, Gaz lian, Iruñan, Tolosan,
Donostian, Donibanen edo Maulen.

Itxaropenez beteak primaberako edo udaberriko haizeak onartuz rraren illunak eta hotzak
urruinatuaz. Zenbat eta zenbat itxoin egim dugu agure zahar madarikatu horren alde
egiteagatik. Gazteekin Ñola, ñola, laister eroriko dan. Eta azkenean Franco erori da baila e
eraman deabruaren gaiztakeriak.

Gaur Euskadi Irratiak ixiltzen du bere abotsa, Erresiztentziko D bizi izandu gera hamaika urte
luze hauetan txoria bezela ehislariaren urruti. Nahiko neke, lan, bildur pasatu ditugu
Euskadigaitik. Bainan e behin ere itxaropenik. Gaur hasiko gera asmatzen eta antolatzen En
askatasunezko giroan entzuteko. Zor zaigu askatasunean bizilzea, c pentsatu eta hitz egitea.
Euskaldun lagunok, askatasun eguzkia basotik urten da, bere c. arin zabaltzen da. Itxartu
zaiz euskotarra. Noizian behin abestu de_ netan euskal probintzielako alkartasunaren kantua.
Hor dijoa berr dezagun beharrezkoa den alkartasuna:

Zazpi Euskal Herriek bat egin dezagun, guziok beti beti gaunden g Agur eta ohore Euskal
Herriari, Lapurdi, Baxe-Nabar, Zibero gam Gipuzko, Ñapar eta Araban. Zazpiak bat besarka
lot beitez elgarr besarka lot beitez elgarri.

Euskadi Irraitak esaten dio mundu zabalari: Agur eta gero arte Euzkadi. Hemen Euskadi
Irratia.»

Tras este emotivo mensaje, el Talo de Oro volvió a sonar, esta Gu gara Euskadiko. Otra voz,
también masculina, radió a conlir comentario sobre la libertad de la patria vasca y los
derechos di recordando palabras de personas que habían jugado un gran papel en de Radio
Euzkadi, tales como Galíndez, Rezóla o el lehemiitknri . intermedio musical —Askatasun
eguzkia, Cora Euskadi scpuro • guíente comentario, en el que fueron recordados algunos
de ION más emocionantes de los programas emitidos en U>s UiMinloN Ahcrr Finalizó con un
emocionadísimo Gora Euskadi Axkatuhi!

Una nueva canción precedió a la última cdiloriul tic Radio Ku voz femenina enviaba, por
última vez, desde Macuto, un mérmale de a Euskadi y al mundo:

«Radio Euzkadi, ¡a Voz de la Resistencia Vasca surgió al mnndr ondas hertzianas, con un
mensaje que ha estado vigente a lo Itii'K proyección.

Con la verdad de los hechos, acusando directamente a los aulo* bles de los padecimientos
de nuestro pueblo. Ha sido un largo car rrido.

Respaldados por la Gran Verdad de nuestro lema, Radio Euzkte la Resistencia Vasca, se ha
mantenido en diaria sintonía. Hoy, cu* memos que discurren catán aelañando una
perspectiva distinta a la renta años hacemos un alio en el camino. No amamos ninguna
hancuando la ikurriña, el pabellón nacional vasco, ondea a todo viento en el territorio de
Euskadi.
Radio Euzkadi, la Voz de la Resistencia Vasca, se retira del aire con todos los honores en
alto y esgrimiendo el estandarte del lema EUSKOTARREN ABE-RRIA EUSKADI DA.
EUSKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS»

Escritores sobre temas Vascos

Venezuela fue también refugio de escritores sobre temas vascos: los Amézaga, Acarregui,
Bilbao, Bengoa, los ya regresados Ugalde y Pelay, Jesús Basáñez y el mismo capitán
Burgaña.

Basáñez vino a Caracas el año 54, por asunto más bien de índole económica. Es el suegro
de Joseba Bilbao, el cirujano. Y ha publicado seis obras: «Arlotadas», «Lejona, anteiglesia
vizcaína», «El Proceso de Martín Sertucha», «El humorismo vasco», «Pruebe usted esta
pildora» y «¿Qué dicen de los vascos?».

La mitad son de corte humorístico, y la otra mitad, de divulgación histórica. La monografía


sobre Lejona fue regalada a cada familia de la villa que lo solicitó, con el patrocinio de los
lejoneses exiliados en Venezuela, que casi alcanzan la docena.
«¿Qué dicen de los vascos?» es una compilación de testimonios de vascólogos antiguos,
generalmente europeos (alemanes, franceses, italianos, belgas, suecos, noruegos, algún
ruso...) y también norteamericanos; dos tomos de opiniones ajenas sobre las peculiaridades,
bien diferenciadas, de los éuskaros de otros tiempos.

Pero quizás el tema más atrayente y vivo en la actualidad sea el de su obra teatral «El
Proceso de Martín Sertucha», que ahora está en trance de reedición:

«Hice una obra de teatro porque los procesos, los juicios, creo que es en el teatro donde
tienen mejor cabida, con la intervención del defensor, la intervención del fiscal, etc. Este
Sertucha fue un señor que marchó a Valladolid en el siglo XVII, poco antes de que Cervantes
publicara el primer tomo del Quijote. Fue a vivir a la villa de Portillo, parece que montó una
tiendecita, y lo empadronaron como pechero. Pero, claro, como la ley que teníamos nosotros
en Vizcaya decía que éramos todos iguales, y libres; o sea que no había pecheros, ni
aristócratas, entonces Sertucha alegó su condición de vizcaíno. Le obligaban a pagar poco,
dieciséis maravedíes, pero no era eso, él defendía el principio; el fuero y no el huevo. Y litigó
durante tres años en la Corte de Valladolid, hasta que consiguió que le exoneraran del
impuesto.

Entendí que era un mensaje para la juventud, y por eso lo edité, más que nada con vistas al
Centro Vasco, porque allá en la Península no se podía publicar entonces».

Basáñez es asiduo participante en las dos etapas de la revista «Euzkadi» de Venezuela.


Empezó a los dieciséis años, en la revista «Amayur», que se editaba en Pamplona, en el año
treinta y uno. Aquel primer artículo suyo apareció después en «Euzkadi» de Bilbao, con un
curioso pie: «tomado de la revista Acción Vasca, de Buenos Aires». Antes que él mismo, su
primera creación literaria fue y vino por encima del Atlántico.

Años después ganaría un concurso de cuentos de la editorial «Rumbos» de Madrid, y el


relato, escenificado en la S.E.R., sería emitido por Radio Bilbao.
Ahora acaba de terminar una monografía, estudio comparativo de Unamuno y Baroja, y de
sus opiniones sobre lo vasco, a través de las obras respectivas.

El inagotable Capitán Burgaña no ha lanzado sólo la tesis del descubrimiento venezolano por
«txalupas» vizcaínas. Es un investigador constante, con resultados sorprendentes, basados
en sus cono cimientos náuticos y en sus lecturas detenidas de textos antiguos, entre los
cuales la Biblia ocupa lugar preferente.

Ya al primer año de estancia en la República, el Ministerio de Agricultura y Pesca le publicó


un trabajo titulado «Contribución al estudio de la Oceanografía en los mares de Venezuela,
en sus relaciones con la pesca».

En la revista de la «Fundación La Salle», Fernando Cervigón afirma que fue «el primero en
aportar trabajos oceanógraficos a Venezuela, seguido por otros estudiosos».

El Congreso de Estudios Vascos, celebrado en Biarritz, contó con una ponencia de Burgaña,
en donde reivindicaba la memoria de Juan de la Cosa, el marino y cosmógrafo vizcaíno,
maltratado por Colón, y por Bartolomé de las Casas, que le llamó traidor, entre otras cosas.
El investigador motrikoarra afirma que la culpa de la varada y la pérdida de la Santa María
fue del Almirante en persona, que Juan de la Cosa obró sensatamente aquella noche y,
además, poco interés podía tener en que se perdiese una embarcación de la que era pro -
pietario.

La «Editorial Sucre», de Caracas, le editó a este investigador el año pasado un libro titulado
«El Vasco, pueblo singular», en donde aparecen conclusiones y tesis no menos
revolucionarias. Afirma Bur-gaña que las diferencias de criterio entre vizcaínos y
guipuzcoanos, por una parte, y alaveses y navarros, por otra, vendría dada por los
remotísimos orígenes de unos y otros, procedentes de distintas ramas del tronco común
étnico, el arameo. Asegura, tras la lectura detallada de los textos bíblicos, que el Paraíso
estuvo en Canarias. Y se refiere también a «Las tierras de Atlandi», a «Los Vascos en
Poniente», «Los Vascos con Colón» y «Los Vascos en la Vuelta al Mundo».

Un curioso, amplio y diversificado ensayo que tal vez se edite próximamente en Euzkadi.

De todos modos, el libro más popularizado en el mundo, de entre los lanzados por los
venezolanos de Euzkadi como arma defensiva contra el franquismo, fue «Los hijos de
Guernica», de Steer. Lo tradujo el periodista Alberto Elósegui. Y aquel grupo de jóvenes
entusiastas consiguió la jugada maestra de venderlo la edición íntegra, a un Ministerio del
Gobierno de Venezuela y después recuperarla, casi completa, como regalo del propio
Ministro.

Más ligero y fácil de distribuir era «Gudari», hecho en Caracas durante años y años, en una
tipografía que aún existe, enfrente del restaurante «La Cita» y a una «cuadra» de la oficina
de «Elorrio». Fue el primer boletín de la resistencia vasca de la postguerra, y pudo publicarse
con absoluta regularidad, mediante un esfuerzo titánico de aquella comunidad prácticamente
arruinada en lo económico. Se imprimía en papel biblia, y en un formato pequeño, para que
se pudiera llevar fácilmente en un bolsillo, y el encargado de contrabandearlo tuviera que
soportar menos peso.
Y con «Gudari», la primera etapa del «Euzkadi» venezolano, y la revista de los jóvenes de
Euzko Gaztedi...

Primero se enviaba de contrabando a Francia, y de Francia a Euzkadi, también de


contrabando. Todo eso, sin que se enterasen más que unas pocas, poquísimas personas.
¡Había tantas cosas que hacer!».

Incluso una película de largometraje, que no es ninguna tontería. En primer lugar, por el
costo. Se necesitan bastantes miles de bolívares más que para pagar el emisor radiofónico.
Luego, el trabajo de creación e investigación, la recogida de materiales informativos
desperdigados, la elaboración del guión, la redacción de los comentarios «en off», la música,
compuesta especialmente para la banda sonora, la sonorización, el montaje...

El guión se hizo por el equipo de los Inza, Elósegui, etc. El montaje se encomendó a un
técnico. La composición musical corrió a cargo de Iñaki Irureta, ex-miembro del conjunto
musical «Los Contrapuntos», de Azcoitia, que en este enero de 1979 amenizó con un órgano
electrónico el baile siguiente a la tamborrada.

Y el intérprete de las partituras fue el guitarrista Federico Reina. (Hablando de música, el


concertista internacional de piano Jesús Gallastegui, otro miembro de esta comunidad vasca,
ha colaborado siempre con las actividades de Euzko Etxea).

Zubizarreta, el miembro de aquel equipo de resistentes, que presidió el Centro Vasco y ahora
pasa la vida en el aire, entre Caracas y Donostia, seguía con sus revelaciones:

«Yo estoy seguro de que fue la actividad desarrollada en Venezuela la que salvó la vida de
Aguirrezábal, el primer condenado a muerte de las gentes de ETA. Por un lado, estábamos
consiguiendo que todo el mundo actuara, y por todo el mundo entiende el Presidente de la
República, el Ministro de Asuntos Exteriores, los demás ministros, el Nuncio de Su
Santidad... y, por otro lado, estábamos manifestándonos.

Esto era en el año 69. Aguirrezábal había tenido un tío sacerdote en el grupo de curas del
Tuy, que tanto bien hicieron aquí, incluida la fundación de una cooperativa por Hormaechea,
hoy director de la Escuela Profesional de Mondragón.

También se publicó toda una colección de sellos de Euzkadi, que se utilizaron, y llegaban allá
en la época de Franco desde todas partes del mundo, sellos con el nombre de Euzkadi y con
la Ikurriña, que eran entregados en el interior del País.

Y el gran motor de ese equipo era Alberto Elósegui, junto con Jokin Intza, que está ahora en
Donosti.

Incluso se cultivó la cuestión internacional. Yo estaba enseñando en Carolina del Norte


cuando el Proceso de Burgos. El diputado correspondiente a mi municipio era un griego,
Galliataniakis, Yo le llamé al griego para que, como mi representante, protestara ante el
Congreso. Y lo hizo, además.

Sin que nadie me diera órdenes, organizamos una gira, con Perico Beitia, que hoy también
está en Donosti, Javier Unzummzaga, ahora director del Departamento de Urbanismo en el
Consejo General Vasco para Guipúzcoa, y que estaba estudiando en Carolina del Norte. Nos
fuimos los tres a Boysse, en Idaho, donde los inmigrantes habían roto las relaciones políticas
con el mundo vasco hacía más de veinticinco años.

Pero seguía siendo una colectividad vasca. En el archivo de cada uno de los Estados, y en el
archivo del Congreso de los Estados Unidos están recogidas todas las expresiones que
tuvieron aquellas asambleas en Idaho, con la colaboración extraordinaria de Pete Cenarruza,
que se entregó totalmente, para sorpresa de muchos.

Allá conseguimos reunir al Congreso y la Cámara de Representantes de Idaho, que


produjeran un documento a favor de los condenados de Burgos, un repudio terminante a la
política franquista, y creo que logramos concienciar un poco a aquella comunidad vasca que,
por razones de su actividad económica, es diferente de ésta.

De allí se pasó a Oregón, de Oregón a Nevada, de Nevada se siguió a California... Ahí


estuvo el inicio de la magnífica relación que hoy tenemos con el Senador Franck Church,
cultivada por Perico Beitia. Church estuvo después aquí, en Caracas, con motivo de una
conferencia internacional, y aquí mantuvo su primera entrevista con don Manuel de Irujo».

El proceso de Burgos, después de la experiencia del año anterior con Aguirrezábal, trajo
consigo una gran actividad por parte de la comunidad vasca de Venezuela. De los jóvenes, y
de los no tan jóvenes. Caldera nos recordaba en sus declaraciones cómo, en su calidad de
Presidente, envió un telegrama a Franco en favor de los condenados.

De nuevo, paralelamente a la actividad de los políticos venezolanos, por la vía diplomática,


se desarrolló el activismo, la demostración en la calle.

Patxí Álava, el ex-jugador de Osasuna y ex-pastor de Nevada, andaba un tanto liado


respecto al análisis de la actualidad.vasca («yo estuve allá en octubre, soy amigo de Gorka
Knórr y en mi familia tengo, por ejemplo, a mis cuñados que son del Partido, otros sobrinos
son de HASI, y otros de esto, y de lo otro. Total que me armo un lío del carrizo. Porque si
hablo bien de unos, los otros me dicen que no, que son tales y cuales. No lo comprendo»).

Pues bien, Patxi cuenta que en aquellos tiempos, en el año 70 había en Caracas un grupo
bastante nutrido de gente de «ETA», «quemada» en Euzkadi. Pero no sólo ellos, el Partido
Nacionalista, y los vascos como tales, de cualquier tendencia, se metieron a fondo en las
actividades.

«Tanto es así, que a mí me llevaron a la cárcel; en la manifestación nos agarraron a cuarenta


y tantos presos, hubo palos...

La manifestación no estaba autorizada en ningún sentido. Era la época de COPEI y nos


dijeron; «No lo podemos autorizar, pero ustedes háganlo». Fue una manifestación tremenda,
con «bombas-molo-tov» en el Consulado de España, en las oficinas de «Iberia», con
violencia pasiva. Sin ningún herido, ni nada de eso, pero con mucha bulla.

Entonces, en el último momento, yo creo que hubo alguna queja de la Embajada Española, y
tuvieron que dar un poquito la cara. Sacaron a la policía, nos cayeron a palos, nos metieron
en furgonetas y nos llevaron presos. Estuvimos día y medio. A mi mujer, que tam bién la
agarraron, la soltaron antes. Al día y medio nos dejaron a nosotros».

«Aquí hacíamos todo eso con un cierto grado de comodidad —nos contaba Iñaki—.
Comodidad, porque no nos perseguía la policía, ni nadie. Pero se ha realizado y se ha
mantenido todo eso, muchas veces, por parte de gente que ha hecho un ejercicio de
patriotismo puramente mental, porque dime tú, yo que salí de allí con siete años en el treinta
y siete, y volví por primera ve/ en el sesenta y dos...».

No, no hubo persecuciones, y a menudo hubo favores más o menos personales desde las
máximas alturas del poder. Pero también existió el odio y el ataque físico de los
«incontrolados», represalias de franquistas. El pintor Azpiazu se refería a las producidas
poco después de aquella sonada manifestación contra el proceso de Burgos:

Eusko-Gaztedi

Resulta un tanto difícil parcelar las actividades que se realizaron en aquellos largos años de
colaboraciones, bien sea por medio de sus socios o como organización en sí, ya que
prácücamente vivíamos inmersos en cuanta actividad se desarrollaba, ya desde sus
comienzos cuando la juventud nos fue llevando a organizar excursiones, formar grupos de
baile, participación en el coro Pizkunde, etc. Más adelante en venta de rifas pro-presos de
Euskadi, tómbolas, los «teatreros» del Centro, menos su director, todos eran de Euzko
Gastedi, y por supuesto el periódico del mismo nombre al cual ya hicimos referencia. Sería
demasiado largo y tedioso entrar en detalles que suponemos ya sabidos o intuidos.

Gobierno vasco

Capítulo aparte merece el esfuerzo que realizó la Colonia, a fin de cubrir las necesidades del
Gobierno Vasco en el exilio. Fueron años de ayuda solidaria, sin escatimar esfuerzos, desde
todos los ángulos y como dato al margen curioso, pero cierto, mencionamos el hecho de que
siendo los «cabeza de familia» quienes se reunían a fin de obtener las mencionadas
colaboraciones, las damas de la colonia, sintiéndose marginadas, muchas ya profesionales,
la mayoría prestando sus servicios fuera del hogar y con el apoyo también de las amas de
casa, decidieron aportar «su granito de arena», (que pasó de granito) dando así un gran
ejemplo de vocación abertzale.

Emakume Abertzale Batza

En esta materia, viene al caso la organización Emakume Abertzale Batza, bajo la fundación y
presidencia de Agustina Amunarriz de Larrañaga, ya desde Truco a Balconcito, presta a
colaborar en cuantas organizaciones, bien sea patrióticas o sociales han requerido de su
ayuda: rifas anuales pro-presos en Euskadi, canastillas para madres necesitadas de barrios
de Caracas, presencia el Día del Centro, ofreciendo exquisito platos de nuestra cocina,
colaboración a los actos religiosos que se han venido realizando en el Centro, léase Misas
Mensuales, etc. en fin, innumerables aportaciones solidarias a lo largo de todos estos años.

Deportes

El deporte también se ha hecho sentir, por supuesto el de la pelota, cuando aun no se había
techado el frontón hasta nuestros días, y sería demasiado largo explayarnos en sucesivos
campeonatos, cuando gozábamos de los mejores pelotaris de cesta (de paso por Caracas)
hasta la participación de nuestros jóvenes actualmente viajando en busca de triunfos. El ci-
clismo también transitó sus épocas de gloria con representantes que nos dejaron muy bien
parados, y por supuesto nunca ha faltado el fútbol en diferentes épocas y en distintas
categorías y actualmente el futbolito se incorporó, con su representación vasca, formando
parte de nuestra afición deportiva.

La adaptabilidad del vasco a otros ambientes es un hecho de curiosos matices, pues


consigue convivir con entrega absoluta de su esfuerzo, mientras mantiene inalterable su
personalidad. Es un paralelismo equilibrado entre universalidad e intimidad que, lejos de ser
antagónicos, se fusionan y complementan.

Y hay cierta lógica en su postura; porque el vasco tiene medida de su idiosincrasia,


porcentaje de su entrega, control de su influencia, afecto por sus ocupaciones, integridad por
los conceptos, emotividad sincera.

No se si el deporte, como factor cultural del pueblo vasco, puede servir para ejemplarizar
estas afirmaciones, de orden más amplio y trascendente. Pero contiene una versión, una
faceta, que dibuja parcialmente esta aplicación.

En Venezuela, como en otros lugares del mundo, el vasco llegó impelido por la ruta del exilio
o por el acuciante éxodo de la emigración. En su bagaje traía esperanzas de mejora
económica, horizontes de vida 'más generosa y esa verdad de apatrida que le hostiga el
alma.

De ese paisaje que lleva hundido en la retina, el vasco modela su decoración en la nueva
sede y combina la fuerza invulnerable de su modo, con la distribución de objetos, murales,
sensaciones, ansias, presentes y futuros en una amalgama armoniosa que le permite
convivir en su nuevo hogar con las condiciones idóneas del ambiente y el factor moderado de
sus propias vivencias.

Como cronista deportivo veo nacer junto a las casas vascas de Venezuela, dos paredes en
ángulo recto que son los frontones para practicar su legendaria pelota vasca. Atrás, muy
detrás de tales construcciones y también de sus quimeras, quedan, los lejanos "segalaris",
"paU "aizkolaris", cuya presencia no coordina en las sit actuales.

La historia deportiva de los vascos en Vene2 centra principalmente a la pelota en el frontón, y


en cuyas actividades ha destacado por muchos años.

Por ambos caminos la enumeración de atletas innumerable. Han transcurrido muchas


fechas para minar valores y campeonatos. Desde los pelotaris sionales que han volcado su
ilusión de cesantes, aficionados y juveniles, la historia de cada fronl álbum de abundantes
sucesos.

Otro tanto sucede en el trabajo futbolístico. Equipos en varias categorías, trofeos de


campeón, épocas de profesionalismo y otras variantes, han producido un club de raigambre
en Caracas, que es tenido en cuenta por toda la afición criolla.

Ese es el resumen más importante de la labor deportiva. La creación del hecho y pervivencia
de la pelota vasca, y el uso del universal espectáculo futbolístico, con nombre de tono en el
país. Mencionar las copas, por ejemplo, es oficio de otra reseña, que ahora cedemos por
improcedente.

Quizás nos atrae más el comentario a la actualidad de tales prácticas deportivas, señalando
la existencia de un Deportivo Vasco que hoy (año 1962) compite en la Liga Mayor de
Caracas, profesional, con un conjunto de ama-teurs, que pugna entre combinados
profesionales con mejor voluntad que acierto. Las lesiones de unos jugadores y la ausencia
del país de otros titulares, le ha obligado a hacer un trabaj o más discreto del que se
esperaba, notable, puntero, temible, como lo hizo en torneos anteriores.

De todas formas, esta mención actual del Deportivo Vasco, aunque poco brillante, conserva
el matiz de transición que soportan todos los clubes de solera. Y el Vasco de hoy, uno de los
conjuntos más débiles en la Liga Mayor caraqueña, volverá a sostener lides en la cima del
fútbol venezolano, como corresponde a su trayectoria y futuro. En la pelota, se despertó en
fechas inmediatas, una expectación por la posible participación de los pelotaris locales,
Elordi, Erentxun, Iriberri, Gómez Ugalde, en los campeonatos mundiales de Pamplona. La
ilusión se desvirtuó por la indiferencia oficial hacia el viaje y las precarias finanzas del
organismo, que vio truncado su deseo de competir en el evento internacional, dispuestos a
plasmar la calidad de los pelotaris caraqueños.

El intento nació y se fortaleció con ocasión de la estancia en Euzko Etxea del campeón de
trinquete Simón Harán, quien efectuó varios encuentros de exhibición y declaró que 'había
material humano y técnico para intervenir en el mundial, con decoro y posibilidades".
Mas se doblegó la intención ante los imponderables, y el deporte vasco por excelencia,
prosigue su marcha de evolución, principalmente, entre las canchas que nacieron y nacen a
la sombra de los hogares vascos.

El futuro es promisor, y la esperanza tiene ribetes de lógica, cuando los dirigentes piensan
que tanto el Deportivo Vasco como el pelotari, tendrán ocasión de gloria y aspirarán al
galardón del triunfo, por ser producto del ánimo colectivo que apremia y apoya un importante
desarrollo deportivo en el ámbito criollo.

El deporte vasco en Venezuela es una realidad, de amplias resonancias, al margen de los


lideratos permanentes y la absorbente labor de las victorias. El deporte vasco, compite,
trabaja, suena, y eso es, a la postre meta definitiva de sus aspiraciones.

Si uno pudiera hacer las cosas como quisiera y si después de una jornada fatigosa me
preguntasen dónde desearía pasar un rato de sosiego plácido, respondería sin vacilar que mi
gusto sería ir a la ladera que sirve de base al Centro Vasco de Caracas y sentarme al pie de
la fachada, en la terraza en que arranca la escalera principal, contemplando la iluminación de
la ciudad, cambiante y distraída como las olas del mar o como las llamas del fuego de una
chimenea, coronada muy arriba por las luces del Avila. Respaldado por el Centro, entretenido
por el paisaje urbano, los sentidos embebidos en la noche venezolana, la fatiga se va, la
pesadumbre desaparece, la serenidad conquista el espíritu, descansa al cuerpo y se siente
plenamente la reconciliación con la existencia para volver, al día siguiente, a seguir luchando.
Ese reposo nunca es contrariado por el ir y venir de las gentes, por los ecos de
conversaciones que llegan del salón ni por los pelotazos que suben del frontón y la calma no
se perturba sí la mesa la ocupan unas bebidas refrescantes y la comparten cuatro o cinco
amigos que tratando de temas diversos sólo quieren, en el fondo, engañar la nostalgia de la
patria.

Porque el Centro es un gran edificio en una bonita finca, pero el mayor éxito del Centro es
que a esas horas de la noche tropical o a cualquier hora del día congrega lo que ahora se
llama "material humano" que es allá muy estimable. Es raro que en mis viajes no haya
pasado por un sitio con el que no me haya sentido ligado. Las ciudades atan a uno por
motivos muy diversos que se hacen inolvidables: una perspectiva, un monumento, el rincón
de una plaza, la animación o la quietud, el ambiente, etc. He pasado veinte días en
Venezuela y al hacer el balance sentimental de mi viaje, me sentía unido a ese país por un
lazo que tardé en definir. El fenómeno se había repetido en Caracas, en El /Eigre, en Puerto
La Cruz, en La Victoria, en Ocumare. Es decir, que persistía cambiando el paisaje. Después
he dado con la solución: son las gentes las que crean y sostienen mi afinidad con Venezuela
y, para concretar más, puesto que apenas he visto venezolanos, son nuestras gentes en
Venezuela las que provocan y fomentan el sortilegio. Algo tiene también, sin duda, el país
que, cuando menos, pone marco amable al desarrollo de ese sentimiento.

Algo, y mucho, tiene el Centro Vasco por lo que a Caracas se refiere. Cuando se llevan
veinticinco años de labor patriótica en el extranjero —en París la esfera de relaciones vascas
es reducida y casi invariable y todo lo demás es bueno o malo, pero extraño—, estar en el
Centro Vasco de Caracas es llegar a un oasis vasco, es como no haber salido de casa, como
borrar de repente cinco lustros de destierro. Es haber seguido viviendo, sin estar un día
ausente, en cualquier centro vasco de Euzkadi de aquella época, en aquellos locales de
Juventud Vasca de Gasteiz —la que más he conocido— como si las personas, los
acontecimientos, las aspiraciones de cada ano y de todos, los problemas, no hubieran
cambiado. Con los mismos motivos de conversación y hasta de discrepancias.
Como en una película retrospectiva estoy viendo las noches de '.os días que pasé
últimamente en el Centro Vasco de Caracas.

Reuniones movidas y simpáticas en extremo con esa juventud compuesta de chicas y de


chicos a quienes el dinamismo, la alegría desbordante, la plétora de vida, no distraen sino
que excitan el afán patriótico. ¡Qué buenos ratos me dieron los jóvenes del Centro de
Caracas, hasta los que quisieron dármelos no tan buenos con el ametrallar de sus preguntas
traduciendo inquietudes y anticonformismo! Jaungoikoa se los aumente. Y las otras
reuniones, las de los partidos, tas de las emakumes, los solidarios, las de los que tienen el
legítimo orgullo de la ortodoxia, las de los que fomentan el no menos honroso prurito de la
innovación, los prudentes y los audaces, los impetuosos y los reflexivos, los arlotes y los
precavidos, todos patriotas, todos con sentido de responsabilidad, todos con "errimiña" y
todos componiendo algo así como una micro-nación, con todas las ventajas y todos los
inconvenientes de una nación de buen tamaño.

Es que en el Centro Vasco de Caracas se vive vida nacional, la vida de todo un pueblo. Es,
salvando las proporciones, una prefiguración de Euzkadi, tal como la veo. Yo felicitaba al
Centro Vasco de Caracas, es decir, a sus directivos de ahora y de antes y a todos sus socios,
porque al cabo de veinte años y a siete mil kilómetros de la patria han levantado y mantienen
esa obra con ese espíritu. Ahora repito aquí que a un pueblo que hace eso —y no sólo se
hace en Venezuela— nadie puede impedirle ya resucitar. Estos hechos y esa moraleja son
magnéfico remedio para combatir desalientos. Los fundadores del Centro y los que los han
secundado, tal vez no se den cuenta de esa obra patriótica que han realizado. Aquí les
queda, por lo que valga, el testimonio de un hombre que la ha visto, que ha vivido dentro de
ella y que, entre títulos y honores en más de treinta años de vida política, tiene en muy alta
estima haber merecido ser nombrado socio honorario de ese Centro. Nombramiento que —
ahí lo dije también— crea obligaciones que hoy empiezo a cumplir con estas líneas.

Ha anochecido en este día muy frío de invierno en París. No ha sido ñoja la jornada en esta
Delegación sede del Gobierno de Euzkadi. Los temas son cada día más varios y los años no
hacen ceder sino aumentar trabajos y preocupaciones. Anocheció con más lentitud, pero con
muchísimo más frío que en Venezuela, apunta el cansancio; fuera, la atención está
atormentada por la impaciencia: se espera que esta noche el gobierno argelino acepte las
bases de suspensión de hostilidades. Otro pueblo que renace. El nuestro sigue siendo
esclavo. ¿Cuál es la razón? ¿Dónde está la dificultad? Motivo de reflexión diario,
insistentemente repetido desde hace mucho tiempo. No se puede, no se debe desertar del
tema. Es la vida o la muerte vasca. ¿Qué podría yo dar por volver esta noche con mis
meditaciones a la terraza donde arranca la escalera principal del Centro Vasco de Caracas y,
mirando al Avila por encima de las luces de la ciudad, preguntar a lo Alto cuándo va a cesar
esta cruel paradoja?

Mientras eso llega, el Centro Vasco de Caracas es un pedazo de patria construido a siete mil
kilómetros y que dura y progresa desde hacs veinte años. Es una página gloriosa de la
historia vasca.

Contribuciones economicas al sostenimiento del Gobierno Vasco

Faceta importante a ser destacada, bajo la figura Escuela de Musica, se remitia desde
bancos venezolanos las remesas economicas de lo recaudado de los aportes de los socios
del Centro Vasco de Caracas a traves de varias actividades creadas para tal fin

Se posee copias de tales documentos mercantiles que demuestran lo dicho anteriormente


DISTINCIONES QUE HONRAN AL CENTRO VASCO DE CARACAS

• José Antonio de ARMAS CHITTY Premio Nacional de Literatura 1961


• Vicente de ARNORIAGA Primer Premio de Pintura del Salón D'Empaire, Maraca
• Luis BILBAO Orden de Francisco de Miranda (Segundo Grado)
• Ramón DÍAZ SÁNCHEZ Premio Novela "Añstides Rojas"
• Andima de IBINAGABEITIA Académico correspondiente de la Academia de la Len{
• Vasca
• Martín de UGALDE Premios en Concursos de Cuentos en Venezuela y reciei
• mente el "Sésamo"
• Dr. Vicente Amezaga Aresti Miembro Correpondiente de la Academia de la lengua
vasca

VISITANTES ILUSTRES

• La última visita del inolvidable Presidente J. A. de Aguirr


• Jesús María de Leizaola, nuevo Presidente de Euzkadi, .
• Francisco Javier de Landaburu, Vicepresidente del Gobierno Vasco.
• General Ammburu, ex-Presidente de la Argentina.
• El P. Azpiauzu
• El ilustre Embajador de la Argentina Dr. Ramón Andrés Yac ante Molina.
• El senador de los Estados Unidos, Charles Portre
• Simón Harán campeón de pelóla

CONFERENCIAS DICTADAS EN EL CENTRO VASCO DE CARACAS

• /. A. de Armas Chitty, un gran escritor y un gran amigo de los vascos.


• Ramón Díaz Sánchez, historiador, y compañero de la Colonia Vasca.
• F- Daniel de Barandiarán, vasco universal, indio personalidad internacional.
• Dr. Siso Martínez; su conferencia jue ie^ ratificación de su gran personalidad.
LA CULTURA VASCA CONFERENCIAS DICTADAS EN EL CENTRO VASCO DE
CARACAS 1961

La asociación pro-universidad vasca ofreció un interesante ciclo de clases sobre cultura


vasca o cargo del Dr. Vicente de Amezaga Aresti Abogado y Miembro de Numero de la
Academia de la Lengua Vasca

La finalidad de estos cursos organizados por la Asociación Pro-Universidad Vasca fue dar a
todos los vascos la oportunidad de adquirir un sólido conocimiento del ser nacional vasco.

LLA TIERRA. Territorio primitivo y actual suelo vasco. Zonas y paisajes. La montaña y
el mar.

2.—EL HOMBRE VASCO PRIMITIVO. El vasco en la pre-histo-ria. La civilización


franco-cantábrica: su alcance y características su supervivencia en la Euzkadi de hoy.

3-—EL HOMBRE VASCO HISTÓRICO. Concepto del vasco a través de griegos y


romanos, la literatura francesa y española del Siglo de Oro; los viajeros extranjeros;
estudio caracteológico.
4.—EL COMPLEJO AGRÍCOLA, EL PASTORIL Y EL MARÍTIMO. Mineros y Ferrones.

5.—RELIGIÓN ANTIGUA. Calendario vasco. Mitología.

6.—EL CRISTIANISMO; su introducción en el país. Hechicería. Heterodoxos. Sentido


de la religiosidad vasca.

7.—LA LENGUA VASCA: características generales; área primitiva de la misma;


retroceso de sus fronteras a través de las diversas vicisitudes históricas. Influencias.

8.—LA CASA VASCA; su función étnica y social. Instituciones jurídicas de ella


derivadas: la troncalidad; el heredero; la comunicación floral.

9.—LA FAMILIA base de la democracia política vasca. El voto foguera!. Otras


instituciones de raíz familiar.

10.—LA EMIGRACIÓN; raíces y alcances de este problema.

11.—EL APELLIDO; su origen, clases y significación; los apellidos vascos en


Venezuela.

12.—GREMIOS Y COFRADÍAS ANTIGUAS; las relaciones de vecindad.

13.—EL MUNICIPIO autónomo y democrático; sus aspectos en las distintas regiones


del país vasco de los orígenes a nuestros días.

14.—ORGANIZACIÓN SOCIAL. Contenido de la democracia vasca; sentido de la


igualdad; reacción contra los intentos feudales de los Parientes Mayores. Nobleza
universal.
15.—LOS ELEMENTOS DISOCIATIVOS: Oñacinos y gamboinos, agramonteses y
beaumonteses, sabeltzuris y sabelgorris.

16.—EL PUEBLO en los períodos romano, visigodo y árabe: luchas y vicisitudes; la


unidad. Sancho el Mayor.

17.—INSTITUCIONES ESTATALES. El Ducado de Vasconia; orígenes y trayectoria


histórica.

18.—REINO DE NAVARRA; síntesis histórica de su grandeza y y miseria.

19---- Álava; características de los mismos; separación y relaciones mutuas.

20.—,LABURDI, ZUBEROA Y GENABARRA; desarrollo propio; sus vinculaciones con


Francia e Inglaterra y sus relaciones con los estados vascos del Sur.

21.—FUEROS VASCOS: Su aparición escrita en las distintas regiones de Euzkadi;


carácter fundamental de los mismos.

22.—DERECHO VASCO: Instituciones básicas del mismo; origen, sentido y valor de


las mismas.

23.—ORGANISMOS FORALES.—Las Juntas Generales; organización y funciones;


otros organismos gubernativos. Eí Regimiento y la Diputación General.

24.—VIDA INTERNACIONAL; los tratados con Inglaterra y la expansión marítima y


comercial vasca.

25.—LA EDAD MEIDA. Las llamadas uniones a Castilla; su sentido y alcance. Intentos
de absorción; cuatro glorias patrias.

26.—EL RENACIMIENTO. La conquista de Navarra; historia de una perfidia.

27.—LOS VASCOS EN LAS EMPRESAS DE LA CORONA DE CASTILLA;


precedentes y desarrollo.

28.—LOS VASCOS EN LA LITERATURA CATELLANA; desde Gonzalo de Berceo a


nuestros días.

29.—EL EUSKERA; Bernardo Dechepare, primer poeta en lengua vasca; estudio de


su obra.

30.—PEDRO DE AXULAR, el más grande prosista euskérico. Estudio de su "GERO".

31.—EL PRINCIPE DE VIANA; imagen de su patria y hombre del Renacimiento.

32.—LA CONTRARREFORMA. Ignacio de Loyola y Fracisco de Xabier.


33.—DESCUBRIMIENTO DE AMERICA. Los vascos en el mar; balleneros y
bacaladeros. Embarcaciones e invenciones marítimas vascas.

34.—LOS GRANDES NAVEGANTES. Juan de Lacosa, Sebastián de Elcano.

35.—EL DERECHO DE LOS PUEBLOS RECIÉN DESCUBIERTOS; Francisco de


Vitoria y su doctrina de Derecho Internacional.

36.—LOS MISIONEROS. Antxieta, Azpilikuetas, etc.

37.—LOS CIVILIADORES. Juan de Zumarraga.

38.—LOS FUNDADORES. Irala, Caray, Zabala.

39.^LOS COLONIZADORES. Urdaneta y Legazpi y la empresa de las Filipinas.

40.—LAS PRIMERAS VOCES DE LA LIBERTAD; Alonso de Er-cilla y Lope de Aguirre.

41.—EL SIGLO XVIII. Desarrollo marítimo; El Consulado de Bilbao. Proyección


internacional de sus ORDENANZAS.

42.—EMPRESAS COMERCIALES ULTRAMARINAS; La Real Compañía


Guipuzcoana de Caracas. Síntesis de sus actividades y realizaciones.

43.—EMPRESAS CULTURALES: La Sociedad Vascongada de Amigos del País;


Peñaflorida y sus colaboradores. Alcances de la obra realizada.

44.—SIGLO XIX. La Revolución Francesa y su repercusión en la Euzkadi continental.


Pérdida de las libertades de estas regiones.

45.—LA GESTA NAPOLEÓNICA. Resultados de la misma en el norte y en el sur del


país.

46.—LA CUESTIÓN DINÁSTICA ESPAÑOLA. La primera guerra carlista; sentido de la


intervención vasca. Zumalacarregui, el genio vasco de la guerra.

47.—LA SEGUNDA GUERRA CARLISTA. Sus características; pérdidas de las


libertades, per vi ven cías.

48.—José María de IPARRAGUIRRE; el bardo errabundo.

49.—LA REACCIÓN EN EL PAÍS; fueristas y "euskalerriakos". Intentos culturales y


políticos de renacimiento: Arturo Campion.

50.—SABINO DE ARANA GOIRI; raíces, vida, obra y doctrina.

51.—RENACIMIENTO VASCO. Aspecto cultural. Congreso de Estudios vascos. La


Sociedad de Estudios Vascos. La Academia de la Lengua.
52.—LA POESÍA ÉPICA. Precedentes. El poema "EUSKALDU-NAK" de Nicolás de
Ormaetxea.

53.—LA POESÍA POPULAR. Los bertsolaris. El bardo Fierre de Echahun.

54.—LA LÍRICA. Precedentes y contemporáneos. Xabier de Lizardi y su obra.

55.—EL TEATRO. Las "PASTORALES". Intentos modernos de creación.

56.—EL LIBRO vasco en euskera y castellano; historia, presente y futuro.

57.—EL PERIODISMO, EL CUENTO, LA NOVELA; las traducciones.


58.—LAS REVISTAS CULTURALES; obra realizada y por hacer.

59.—ARTES PLÁSTICAS: música y danzas;'deportes.

60.—EL PORVENIR DE LA CULTURA VASCA. De la escuela primaria a la


Universidad. El euskera lengua de cultura.

Articulos de prensa publicados en la Prensa nacional (El Universal y El Nacional), asi


como en Revistas de Venezuela

1. Articulos-Prensa-Venezuela-Aberri Eguna-1958
2. Articulos-Prensa-Venezuela-Aramburu-El Universal-02-1960
3. Articulos-Prensa-Venezuela-Aspectos culturales de Cia Guipuzcoana
4. Articulos-Prensa-Venezuela-Begoña de Naguanagua-Euzko Gastedi Octubre 1956
5. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta a el Director del Diario La Religion
6. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta de agradecimiiento
7. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta Caracas,Gloria Bravo Pueblo-Euzko Gastedi 1958
8. Articulos-Prensa-Venezuela-Carta de Caracas
9. Articulos-Prensa-Venezuela-De Bolivar a Zaldivar-1961
10. Articulos-Prensa-Venezuela-De nuestra estirpe Jose de Cadalso
11. Articulos-Prensa-Venezuela-Dialogo de emigrados-Euzko Gastedi Febrero 1958
12. Articulos-Prensa-Venezuela-Dialogos presencia y ausencia-Euzko Gastedi-Julio 1956
13. Articulos-Prensa-Venezuela-El caso Vasco- El Nacional 1962
14. Articulos-Prensa-Venezuela-El Himno Nacional Vasco- Aberri 1959
15. Articulos-Prensa-Venezuela-El Humorismo Vasco-El Nacional 1963
16. Articulos-Prensa-Venezuela-Elcano Juan Sebastian
17. Articulos-Prensa-Venezuela-El-Caracter-Vasco-por-Vicente-Amezaga-Aresti
18. Articulos-Prensa-Venezuela-El-Himno-Vasco-por-Vicente-Amezaga-Aresti
19. Articulos-Prensa-Venezuela-Entierran a un Vasco-
20. Articulos-Prensa-Venezuela-Esto es Pizkunde
21. Articulos-Prensa-Venezuela-Etimologia-Vasca-Siglo-XVIII-Venezolano
22. Articulos-Prensa-Venezuela-Exportacion de cacao
23. Articulos-Prensa-Venezuela-Fundacion-de-la-real-Compania-Compania-Guipuzcoana-
24. Articulos-Prensa-Venezuela-Hacia la Libertad-Gudari 1969
25. Articulos-Prensa-Venezuela-Homenaje al Padre Zabala
26. Articulos-Prensa-Venezuela-Ideas simples-Euzko Gastedi 1959
27. Articulos-Prensa-Venezuela-Inedito-Guillermo Humboldt.
28. Articulos-Prensa-Venezuela-Inedito-Problemas en la traduccion al Euskera
29. Articulos-Prensa-Venezuela-Jesus de Galindez-El Universal 1959.
30. Articulos-Prensa-Venezuela-La Casa Vasca-Vicente-Amezaga-Aresti.
31. Articulos-Prensa-Venezuela-La Cultura del Exilio Vasco por Vicente Amezaga Aresti.
32. Articulos-Prensa-Venezuela-La Vigerie El Universal 01- Junio 1965-
33. Articulos-Prensa-Venezuela-Lengua Vasca y Nacionalidad-El Nacional Mayo 1958.
34. Articulos-Prensa-Venezuela-Lo que no podemos olvidar– Euzko Gastedi 1957-
35. Articulos-Prensa-Venezuela-Los-Vascos-en-El-Siglo-Xviii-Venezolano.
36. Articulos-Prensa-Venezuela-Los-Vascos-en-La-Fundacion-de-Caracas
37. Articulos-Prensa-Venezuela-Lucio de Aretxabaleta-09-08-1967
38. Articulos-Prensa-Venezuela-Madariaga Bolivar y los vascos-1961-
39. Articulos-Prensa-Venezuela-Murio Don Pio el Tremendo – El Nacional 29-22-1959
40. Articulos-Prensa-Venezuela-Nuestro Don Pio Baroja y Nessi-El Nacional 1956-.
41. Articulos-Prensa-Venezuela-Orixe-Nicolas Ormaetxea-Eusko Gastedi-09-1961-
42. Articulos-Prensa-Venezuela-Palabras de Defensa – El Universal Marzo 1959-
43. Articulos-Prensa-Venezuela-Pocas palabras a los hijos de Vasconia
44. Articulos-Prensa-Venezuela-Problemas de Jovenes-Euzko Gastedi Octubre 1956.
45. Articulos-Prensa-Venezuela-Programa Aberri Eguna Centro Vasco Caracas 1959-.
46. Articulos-Prensa-Venezuela-Puente de San Miguel – El Universal-.
47. Articulos-Prensa-Venezuela-Resisitir y Persistiir-Euzko Gastedi 1962-
48. Articulos-Prensa-Venezuela-Sabino de Arana Goiri-.
49. Articulos-Prensa-Venezuela-Sinfonia de Getxo-Euzko gastedi 1959
50. Articulos-Prensa-Venezuela-Sobre-apellidos-venezolanos-
51. Articulos-Prensa-Venezuela-Tierra Nuestra – Eusko Gaztedi – Febrero 1962-.
52. Articulos-Prensa-Venezuela-Un Reflejo Pais Vasco-El Universal 2 Julio 1968.
53. Articulos-Prensa-Venezuela-Vascos-en-La-Independencia-de-Venezuela-
54. Articulos-Prensa-Venezuela-Yunque y Martillo-Euzko Gastedi 1956.

Publicacion en Revistas especializadas en Venezuela

1. Revistas Venezuela Comision Cuatricentenario Caracas-RNC-N 162.


2. Revistas Venezuela-A una Mujer Vasca-Centro Vasco Caracas 1962-.
3. Revistas Venezuela-Aberri Eguna.
4. Revistas Venezuela-a-Bolivar.
5. Revistas Venezuela-Artistas Vascos en Venezuela Revista Centro Vasco 1957
6. Revistas Venezuela-Belford Hinton Wilson- Revista S.B.de V. Julio 1961.
7. Revistas Venezuela-Bidasoa.
8. Revistas Venezuela-Bolivar y los Vascos-Revista S.B.V. 1964.
9. Revistas Venezuela-Dos hombres y un Pueblo.
10. Revistas Venezuela-El Arte Vasco-Centro Vasco Caracas 1957-.
11. Revistas Venezuela-El Bilbao de Bolivar-R.S.B.V. 24-Julio 1966.
12. Revistas Venezuela-El Renacimiento Don Carlos, Príncipe de Viana (1421-1461)-
13. Revistas Venezuela-Etimologias de apellidos euzkaros-Centro Vasco Caracas 1957-.
14. Revistas Venezuela-Hombres Compañia Guipuzcoana-Boletin A.N.H. Abril 1958.
15. Revistas Venezuela-Informacion Bibliografica Mario Briceño Perozo-Revista A.G.N..
16. Revistas Venezuela-Casa Vasca-Sociedad Bolivariana Venezuela- Caracas, Julio1961
17. Revistas Venezuela-La Gens de los Landaeta-FundacionJohn.Boulton 20 Mayo 1969
18. Revistas Venezuela-Literatura Vasca-Centro Vasco Caracas 1957-
19. Revistas Venezuela-Lo que nos dice un Viejo Inventario.
20. Revistas Venezuela-Lope de Aguirre . El Peregrino-Euzkadiko Eriak Caracas 1957-
21. Revistas Venezuela-Los Libros de la Caracas Colonial-El Farol-1969.
22. Revistas Venezuela-Los vascos en la Fundacion de Caracas.
23. Revistas Venezuela-Cuatricentenario-Caracas-Revista Nacional Cultura N 182.
24. Revistas Venezuela-Sobre-apellidos-venezolanos.
25. Revistas Venezuela-Tierra Nuestra-Eusko Gaztedi- Febrero 1962.
26. Revistas Venezuela-Tres Emigraciones-Centro Vasco-1966.
27. Revistas Venezuela-Vascos en la Independencia de Venezuela.
28. Revistas Venezuela-XXX Aniversario llegada de Vascos-Centro Vasco Caracas 1957-.
29. Revistas Venezuela-Yo-soy-el-Bidasoa-El-hombre-malo-de-Itzea.

Libros publicados en Venezuela – Temas vascos -Vicente Amezaga Aresti

1) Jesús Muñoz Tebar. 1847-1909. Por Edgar Pardo Stolk y Vicente de Amezaga.
Caracas, Ediciones de la Fundación Eugenio Mendoza, 1959. 63 p.

2) Hombres de la Compañía Guipuzcoana. Prólogo Pedro Grases. Caracas,


Banco Central de Venezuela. 1963. 395 p. (Colección histórico-económico
venezolana).

3) Vicente Antonio de Jcuza. Comandante de corsarios. Caracas, Ilustre Consejo


Municipal de Caracas; Gobernación del Distrito Federal; y del Consejo Bancario,
1966. 265 p. (Ediciones del Cuatricentenario de Caracas).

4) El elemento vasco en e! siglo XVIII venezolano. Caracas, Ilustre Consejo


Municipal de Caracas; Gobernación del Distrito Federal y Consejo Bancario
Nacional, 1966. 372 p. (Ediciones del Cuatricentenario de Caracas).
Vigencia de los Centros Vascos en Venezuela, su hacer y quehacer

El Presidente Aguirre nos recordaba a menudo que la legitimidad del Gobierno Vasco, ese
"inmortal Gobierno Vasco" a que se refería Aldasoro una vez, descansaba sobre todo en ese
(plebiscito diario que rinden los vascos que pueden expresarse en libertad. Y esta casa de
los vascos en Caracas, como la de Puerto La Cruz, la de El Tigre, la de Cumaná o la de La
Victoria, es una proyección cabal de esa vocación nacional. Porque ¿quién obliga a un vasco
que llega a Venezuela a inscribirse en un Centro Vasco? Aquí no se extienden pasaportes, ni
se conceden permisos de importación, ni se regalan puestos públicos. Al contrario, quienes
se adhieren al espíritu de esta casa se exponen a contratiempos. Entonces, ¿qué ofrecemos
en ella que no tenga un club social cualquiera?

No es más barato, sino mucho más caro, pertenecer a este Centro Vasco sin bailes
semanales, y sin piscina, y sin concursos de belleza, y sm-bewlmg, y sin grandes recep-
ciones de sociedad, que pertenecer a un club social que ofrece todo eso. Aquí el socio se
expone a más gastos que el de la cuota, porque hay muchas urgencias patrióticas que cubrir
y muy pocos trozos de tierra libre donde solicitar ayuda. ¿Qué tiene, pues, esta casa que
pide mucho y da poco, para que tenga la vida sólida de socios que tiene, para tener la
capacidad de entusiasmo y organización y trabajo que tiene, y, para qué no decirlo también,
para tener el prestigio moral que tiene?

Lo que esta casa tiene, además de esos huesos de cemento, es un alma recia. Y por eso,
por la reciedumbre de su sencillo espíritu de pueblo llano, sin poses, por el carácter
espontáneo de la organización, y porque cumple fun-aones elementales de hondísimo
contenido social y político, este Centro Vasco de Caracas es algo más que paredes y pisos
de cemento.

El Centro Vasco de Caracas es esa casa y ese frontón que salen en las fotografías, pero
también es la nostálgica canción de patria que uno¡ escucha cuando llega en noche de
ensayo, y el golpe de la pelota contra el frontis las tardes de domingo, y la energía que la
ezpatadantza todavía conserva en el trópico, y la alegría de la romería de Aberrí Eguna.
Centro Vasco es también el golpe nervioso de teléfono que nos anuncia la muerte de un
compatriota; y es él calofrío que nos sacude el alma cuando escuchamos el Réquiem del
Pizktmde en un funeral; y es la compañía de pueblo que uno siente en los pasos lentos de
una conducción; y es también Centro Vasco la capilla del Cementerio General del Sur, que
reúne los restos de aquellos que nacieron en la misma tierra.

Centro Vasco es también, y por qué no, el baile social. y es la ruidosa velada de cine de los
jóvenes; y es el ensayo de teatro, con más ambiciones que recursos; y es también la
excursión de Eusko Gaztedi; y es el irrinfzi de Eusko Deia, la emisión radial de los domingos;
y es el partido del Deportivo Vasco el sábado en la tarde; y es también la ikurriña en la solapa
o en el parachoque o pegado al vidrio. para que alguien diga al pasar: "¿Qué bandera es
esa?". y para que otro le conteste: "Esos son los vascos"; para que así nos reconozcan lo
que somos.

Estas son algunas de las cosas pequeñas que no existirían si nos faltase el calor de una
casa común.
Eso es el Centro Vasco, y aún más que eso; porque también es Centro Vasco la devoción de
nuestra mujer por enseñar a los niños la lengua y las canciones de su pueblo; es también,
cómo no, el chisme del pueblo, inconvenientes de pueblo pequeño; pero también es, cómo
no, una casa donde los padres pueden soltar a sus niños desde los tres hasta los veinte años
como si los juegos, o el baile, fuesen, y son, en la intimidad seria y respetable de su propia
casa; ventajas de pueblo pequeño.

Centro Vasco es la conferencia del viernes en la ñocha y es también la colecta, la tómbola y


la rifa, y es la cuota para Acción Cultural, o para la Resistencia, o para la difu sión del
euskera, o para la edición de un libro, o para la ayuda de un vasco necesitado; y también es
Centro Vasco la clase de euskera que se ofrece para adultos, para jóvenes y para niños, en
ese angustioso pasar del fuego nacional de la lengua de labios de un vasco a otro

Centro Vasco es la Asamblea General que se prolonga, a veces acaloradamente, hasta la


madrugada; y son las reuniones de los partidos; y es la elección de directiva de Eusko
Gaztedi, en la que nuestros jóvenes tienen oportunidad de ejercer la lección diaria de civismo
y de respeto democrático y de servicio que reciben en esta casa; y Centro Vasco es el día del
Euskera o el de Aberri Egana o el de Iñaki Deuna, nuestras celebraciones tradicionales; y es
el acto conmemorativo del bombardeo de Gernika o el de la juramentación del Gobierno
Vasco, nuestras efemérides nacionales.

Centro Vasco es la solemne comunión de cientos de vascos por Pascua de Resurrección,


promesa de Patria Libre; es la confirmación de cientos de niños en la Catedral; es también
Centro Vasco la caravana que baja a Maiquetía a recibir al Lendakarí Aguírre o al Lendakari
Leizaola, y es Centro, Vasco la conferencia de cualquiera de ellos, o la de Irujo, o la de
Landaburu, o la de Jesús de Galíndez, o la de Simón Harán, el hermano de la Euzkadi
continental, o la de venezolanos amigos como la de don Ramón Díaz Sánchez, o la de don
José Antonio de Armas Chitty.

Y es Centro Vasco la sola presencia silenciosa, desapercibida, pero vibrante, de un enviado


de la Resistencia.

Y Centro Vasco es la ofrenda floral de los vascos al Libertador en el Panteón Nacional, y es


la edición laboriosa de cada uno de los números del periódico "Eusko Gaztedi", es el silbido
agudo del txistu en las noches de ensayo. Centro Vasco es también, cómo no, la cerveza o el
café en la ruidosa tertulia del salón lleno de niños, y es el golpe seco de las fichas de dominó
sobre la mesa ya en el salón casi vacío de la noche alta. Hasta alguna ínterjeción de vez en
cuando es Centro Vasco. Y también es Centro Vasco la visita al vasco que está en la clínica,
y la oferta de trabajo para el desempleado; y es Centro Vasco la llamada de teléfono
recordando la conferencia o el ensayo. y es la exposición de pintura o la del libro.

Todo esto, y mucho más que no vemos y mucho más que no acertamos a expresar, es el
alma del Centro Vasco de Caracas, ese algo que está por encima y por los lados y hasta en
los cimientos de esta casa, de este frontón y este estacionamiento que salen en las
fotografías y que ven los que miran al Centro Vasco sólo desde puertas afuera.
Yo quisiera rendir un homenaje de admiración, de respeto y de agradecimiento personal a
todos aquellos que desde los momentos iniciales, con el sacrificio de muchas impaciencias
personales y muchas pequeñas renuncias, y con el ofrecimiento de muchos sacrificios
pequeños y muchos esfuerzos grandes, y hasta a veces con ©1 tributo de años enteros de
vida, dedicaron su lealtad y sus fuerzas a esta empresa de pueblo que ha sido capaz de
dotar de un alma fuerte al accidente de cuatro paredes de cemento.

Porque el Centro es un gran edificio en una bonita finca, pero el mayor éxito del Centro es
que a esas horas de la noche tropical o a cualquier hora del día congrega lo que ahora se
llama "material humano" que es allá muy estimable. Es raro que en mis viajes no haya
pasado por un sitio con el que no me haya sentido ligado. Las andadas atan a uno por
motivos muy diversos que se hacen inolvidables: una perspectiva, un monumento, el rincón
de una plaza, la animación o la quietud, el ambiente, etc. He pasado veinte días en
Venezuela y al hacer el balance sentimental de mi viaje, me sentía anido a ese país por un
lazo que tardé en definir. El fenómeno se había repetido en Caracas, en El Tigre, en Puerto
La Cruz, en La Victoria, en Ocumare. Es decir, que persistía cambiando el paisaje. Después
he dado con la solución: son las gentes las que crean y sostienen mi afinidad con Venezuela
y, para concretar más, puesto qne apenas he visto venezolanos, son nuestras gentes en
Venezuela las que provocan y fomentan el sortilegio. Algo tiene también, sin dada, el país
que, cuando menos, pone marco amable al desarrollo de ese sentimiento.

Algo- y mucho, tiene el Centro Vasco por lo que a Caracas se refiere. Cuando se llevan
veinticinco años de labor patriótica en el extranjero —en París la esfera de relaciones vascas
es reducida y casi invariable y todo lo demás es bueno o malo, pero extraño—, estar en e!
Centro Vasco de Caracas es llegar a un oasis vasco, es como no haber salido de casa, como
borrar de repente cinco lustros de destierro. Es haber seguido viviendo, sin estar un día
ausente, en caalqmer centro vasco de Euzkadi de aquella época, en aquellos locales de
Juventud Vasca de Gasteiz —la que más he conocido— como si las personas, los
acontecimientos, las aspiraciones de cada mo y de todos, los problemas, no hubieran
cambiado. Con los mismos motivos de conversación y hasta de discrepancias.

Como en una película retrospectiva estoy viendo las noches de k>s días que pasé
últimamente en el Centro Vasco de Caracas. Desfilan por mi memoria muchas cosas todavía
sin desenfoque de lejanía, todavía con mucho detalle: reuniones movidas y simpáticas en ex-
tremo con esa juventud compuesta de chicas y de chicos a quienes el dinamismo, la alegría
desbordante, la plétora de vida, no distraen sino que excitan el afán patriótico. ¡Qué buenos
ratos me dieron los jóvenes del Centro de Caracas, hasta los que quisieron dármelos no tan
buenos con el ametrallar de sus preguntas traduciendo inquietudes y anticonformismo!
Jaungoikoa se los aumente. Y las otras reuniones, las de los partidos, las de las emakumes,
los solidarios, las de los que tienen el legítimo orgullo de la ortodoxia, las de los que
fomentan el no menos honroso prurito de la innovación, los prudentes y los audaces, los
impetuosos y los reflexivos, los arlotes y los precavidos, todos patriotas, todos con sentido de
responsabilidad, todos con "errimiña" y todos componiendo algo así como una micro-nación,
con todas las ventajas y todos los inconvenientes de una nación de buen tamaño.

Es que en el Centro Vasco de Caracas se vive vida nacional, la vida de todo un pueblo. Es,
salvando las proporciones, una prefiguración de Euzkadi, tal como la veo. Yo felicitaba al
Centro Vasco de Caracas, es decir, a sus directivos de ahora y de antes y a todos sus socios,
porque al cabo de veinte años y a siete mil kilómetros de la patria han levantado y mantienen
esa obra con ese espíritu. Ahora repito aquí que a un pueblo que hace eso —y no sólo se
hace en Venezuela— nadie puede impedirle ya resucitar. Estos hechos y esa moraleja son
magnéfico remedio para combatir desalientos. Los fundadores del Centro y los que los han
secundado, tal vez no se den cuenta de esa obra patriótica que han realizado. Aquí les
queda, por lo que valga, el testimonio de un hombre que la ha visto, que ha vivido dentro de
ella y que, entre títulos y honores en más de treinta años de vida política, tiene en muy alta
estima haber merecido ser nombrado socio honorario de ese Centro. Nombramiento que —
ahí lo dije también— crea obligaciones que hoy empiezo a cumplir con estas líneas.

Ha anochecido en este día muy frío de invierno en París. No ha sido floja la jornada en esta
Delegación sede del Gobierno de Euzkadi. Los ternas son cada día más varios y los años no
hacen ceder sino aumentar trabajos y preocupaciones. Anocheció con más lentitud, pero con
muchísimo más frío que en Venezuela, apunta el cansancio; fuera, la atención está
atormentada por la impaciencia: se espera que esta noche el gobierno argelino acepte las
bases de suspensión de hostilidades. Otro pueblo que renace.

El nuestro sigue siendo esclavo. ¿Cuál es la razón? ¿Dónde está la dificultad? Motivo de
reflexión diario, insistentemente repetido desde hace mucho tiempo. No se puede, no se
debe desertar del tema. Es la vida o la muerte vasca. ¿Qué podría yo dar por volver esta
noche con mis meditaciones 3 la terraza donde arranca la escalera principal del Centro
Vasco de Caracas y, mirando al Avila por encima de las luces de la ciudad, preguntar a lo Alto
cuándo va a cesar esta cruel paradoja?

Mientras eso llega, el Centro Vasco de Caracas es un pedazo de patria construido a siete mil
kilómetros y que dura y progresa desde hace veinte años. Es una página gloriosa de la
historia vasca.

Compilacion Edicion y Publicacion


Xabier Iñaki Amezaga Iribarren

Editorial Xamezaga
Catalogo de Obras 1.200
La Memoria de los Vascos en Venezuela
La mas extensa en referencia a la Diapsora Vasca America
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