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Lo que empezó siendo como un desajuste momentáneo entre la oferta y la demanda a finales de

2020, ahora podría prolongarse hasta el 2023, generando interrupciones en las cadenas de
suministro, paralizando fábricas, presionando al alza los precios y restando algunas décimas de
crecimiento a la recuperación de la economía global.

Hubo un indicio del problema en 2020 cuando los jugadores de videojuegos lucharon para comprar
nuevas tarjetas gráficas, Apple tuvo que escalonar el lanzamiento de su iPhone y las últimas consolas
Xbox y PlayStation no pudieron satisfacer la demanda. La industria automotriz perderá 64.000
millones de dólares en ventas porque ha tenido que cerrar o reducir la producción, teniendo que
producir un millón menos de automóviles en el primer trimestre de 2021.

Actualmente, los chips se han vuelto sumamente escasos, casi tanto como el oro. Primero hay que
entender que los grandes productores de chips semiconductores del mundo son Taiwán y Corea del
Sur, pero desde hace más de un año las principales empresas que los producen no se dan abasto.

Y esto no solo afecta a las computadoras, también genera problemas de abastecimiento en


vehículos, consolas y hasta refrigeradores y zapatos. Los automóviles nuevos a menudo incluyen más
de 100 microprocesadores y los fabricantes simplemente no pudieron obtenerlos todos.

Y quizás se pregunten por qué sencillamente otras empresas no empiezan a producirlos o por qué no
se crean nuevas empresas, pero no es tan sencillo, ya que producir chips toma mucho tiempo, y
puede tomar años crear nuevas tecnologías, o incluso únicamente crear plantas que imiten los chips
que ya existen.

Esto ocurre porque es una industria extremadamente costosa, así que necesita inversiones
inmensas, pero también personal calificado que no es tan abundante y una maquinaria que los
seguirá haciendo dependientes de Taiwán o Corea del Sur, a menos que se cree maquinaria propia,
que haría más largo el proceso.

También hay empresas americanas que generan estos componentes, como Intel o Foxconn, sin
embargo estos solo los desarrollan y se encargan de venderlos, y allí entran las empresas coreanas y
taiwanesas como TSMC o Samsung, que se encargan de producir y manufacturar los chips
semiconductores. Tanto así, que entre estos dos países se produce el 83% de estas piezas
electrónicas de procesadores y 70% de chips de memoria en todo el mundo.

La demanda ha aumentado mucho por el crecimiento económico generalizado en todo el mundo,


incluso en plena pandemia, la cual además generó una mayor compra de productos electrónicos en
la mayoría de los países.

Como muchas personas ya no gastaban en restaurantes, transporte, viajes y otras cosas que se
limitaban en pandemia, tuvieron más dinero disponible para productos electrónicos. Esto sin contar
todos los equipos de oficina adquiridos para asumir el teletrabajo durante la pandemia. Además,
cada vez existen más productos que necesitan microchips, por todo el crecimiento del Internet de
las cosas.
Y no son las únicas razones, también está la expansión de las redes 5G en muchos países, lo cual ha
generado una compra mucho mayor de móviles que tengan compatibilidad con esta tecnología. Y
como si no fuera suficiente, el crecimiento del mercado de criptomonedas ha hecho que la compra
de ordenadores y tarjetas gráficas para minado crezca inmensamente, generando mucha más
demanda y profundizando el problema.

Pero esto es respecto a la demanda, porque la oferta también se vio muy afectada. Primero,
lógicamente por la pandemia, que causó que por unos meses la cantidad de empleados disponibles
en fábricas disminuyera notablemente, por lo que los fabricantes de microchips planificaron una
menor producción durante la pandemia, sin esperar un aumento brutal de la demanda, sino que
esperaban que por la crisis económica, la demanda disminuirá.

Por otro lado, cuando la industria logró operar al máximo de su capacidad, las averías en cuatro
instalaciones de Texas debido al frío extremo y un incendio en la fábrica de Renesas Naka al norte de
Tokio empeoraron la situación de cara al segundo trimestre, agudizando y prolongando la escasez de
chips.

Para cubrir esta demanda, TSMC ha aumentado el gasto en capital este año hasta los 28.000
millones de dólares, unos 11.000 millones más que en 2020. Además, la compañía está barajando un
plan de inversión de largo plazo que podría rondar los 100.000 millones en los próximos años para
aumentar su capacidad de producción. Samsung también planea aumentar el gasto en capital físico
relacionado con los semiconductores en un 20%, hasta los 31.000 millones de dólares.

Europa apenas tiene 9% de la producción de los microchips del mundo y por eso prepara su ley de
semiconductores. El plan anunciado tiene como meta alcanzar para 2030 el 20% de la producción
mundial de chips. Una medida que no será tan sencilla si tenemos en cuenta que el resto de países
también está decidida a ampliar la producción.

https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11154707/04/21/El-porque-de-la-escasez-
repentina-de-chips-y-como-esta-impactando-en-la-economia-real.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias-55955119

https://iteso.mx/web/general/detalle?group_id=27800884

https://www.xataka.com/componentes/ley-europea-chips-gran-plan-43-000-millones-euros-
para-acabar-dependencia-asia-eeuu

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