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La norma del Codex Alimentarius para leches fermentadas, las define como
aquellos productos lácteos obtenidos mediante la fermentación de la leche,
que pueden haber sido elaborados a partir de productos obtenidos de la leche
con o sin modificaciones en la composición, atendiendo a algunas limitaciones
por medio de la acción de microorganismos adecuados y teniendo como
resultado la reducción del pH con o sin coagulación (precipitación
isoeléctrica). Los microorganismos fermentadores serán viables, activos y
abundantes en el producto hasta la fecha de duración mínima. Si el producto
es tratado térmicamente tras la fermentación, no se aplica el requisito de
presentar microorganismos viables. Los yogures y demás leches fermentadas
son alimentos a los que cada vez se les atribuyen más propiedades saludables.
Por una parte, por su elevada riqueza nutricional.
Se trata de una caja no estanca que conserva y proporciona una temperatura y
humedad concretas. Principalmente está concebida para que las masas suban
de forma óptima, más rápida y, sobre todo, para que podamos controlar con
precisión el cultivo/fermentación de alimentos que lo requieran.
Es un aparato ideal para personas que se dedican a elaborar habitualmente
panes de todo tipo, concretamente de larga fermentación y masas de repostería
que requieren reposo, como los rollos de canela, el roscón de reyes, o el
panettone, entre muchos otros.
Asimismo, se puede utilizar para cultivar y fermentar cualquier tipo de
alimento que requiera una temperatura constante cómo, por ejemplo, yogur
casero, natto, amasake, tempeh, mantequilla fermentada, ajo negro, etc.
Y además tiene más posibilidades, por ejemplo, se puede usar también para
atemperar chocolate, mantener calientes los alimentos y para cocinar a fuego
lento a menos de 90 ºC, sin necesidad de tener una olla de cocción lenta.
La fermentadora transfiere un calor radiante suave y constante que emana
desde la placa base. Consta de un termostato que permite controlar y ajustar la
temperatura en un rango de 21 a 49°C para fermentar o de 75 a 90 ºC en el
modo de cocina lenta. Por otro lado, mantiene la humedad, ya que no difunde
aire y, por lo tanto, no seca el contenido.