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Cuando pensamos en un creador o artista tenemos instaurara la imagen del genio romántico
que con su inspiración crea la obra de arte, sin embargo, esto confronta de manera directa con
nuestra vida en sociedad y con el hecho de que todo lo que creamos lo hacemos gracias a
nuestra experiencia viviendo en ella. Esta forma individualizada de ver al artista-genio está
claramente fomentada por el capitalismo y el neoliberalismo que impera, al menos, en nuestro
entorno más cercano. Por esta razçon creo que es interesante hacer varias reflexiones y pensar
cómo se puede pensar en fomentar la concepción colectiva de la creación.
Esta idea fomenta también una forma de trabajar jerárquica en donde el considerado autor
único estará por encima de todo el grupo creador. Consecuencia de este sistema son los
ambientes tóxicos de trabajo y jerárquicos que podemos encontrar en las orquestas dinfónicas
con la actitud de muchos directores, en el cine o en un estudio de arquitectura.
En contraposición a todo esto creo que es interesante repensar tanto la idea de autoría como
de forma de trabajo colectiva. Esto no es un aspecto propiamente del mundo del arte por lo
que para realizar esto hay que desprenderse de muchos mecanismos inculcados por la
sociedad y la educación generalizada al menos en España, así como hacer un trabajo activo en
esta búsqueda. Creo que es un proceso que el arte tiene que hacer para servir de modelo y
para ayudar a construir una sociedad mejor. Creo que además estos procesos no solo
repercutirán a la forma sino que la obra de arte en sí misma también se verá influenciada.
Con esto no quiero decir que no haya ejemplos o casos en donde parte de este individualismo
se disipa. Un claro ejemplo conocido son los grupos de música en donde la autoría, al menos a
nivel del público, es colectiva. Por lo general es algo secundario quién haya sido el compositor
de cada canción de un grupo como Queen y se presupone siempre que es una creación del
grupo. A pesar de que haya componentes que puedan tener más repercusión mediática, sí se
entiende al grupo como un todo, estando la obra por delante de la autoría. Algo parecido pasa
curiosamente en los blockbuster de Hollywood en donde la autoría prácticamente pasa
desapercibida en contraposición del producto artístico. En las películas de Marvel o Star Wars
la marca está por delante de los creadores e incluso de los actores que participan que a pesar
de ser estrellas muy famosas su aportación se reduce a integrarse en el universo. Ésta es
resumiendo mucho la tesis que defiende Pedro Vallín en su libro Me cago en Godard en donde
defiende a la industria del cine Hollywoodiense como el verdadero cine de izquierdas en
contraposición al cine de autor europeo. Es verdad que estos ejemplos tienen un gran valor
simbólico al romper la idea de autor único pero habría que analizar de manera profunda las
dinámicas internas para ver si esta idea de cooperación horizontal es real y si a pesar de
remarcar la autoría individualista los roles tradicionales de sometimiento y explotación siguen
estando presentes. Por otro lado también sería interesante como es el reparto de derechos de
autor y de beneficios que en la práctica es como se pueden observar las dinámicas de poder.
En mi opinión la clave del asunto y por donde podemos empezar a construir algo distinto es la
dinámica de trabajo. Creo que reparar en ello y buscar nuevas formas de organización interna
es lo realmente revolucionario en la sociedad actual. Las dinámicas de debate, horizontalidad o
espíritu asambleario son muy difíciles de aplicar en la coyuntura actual en cualquier ámbito
pero más en concreto en el ámbito cultural. En la sociedad actual y con la educación que
hemos tenido, para adquirir ciertos mecanismos asamblearios hace falta tiempo y tener
procesos largos con espacios para crear diferentes formas de trabajo menos individualistas.
Desgraciadamente con la precarización generalizada que hay en el mundo de la cultura es muy
difícil tener el privilegio para dedicar tiempo en crear estos procesos ya que el mercado nos
está empujando a sacar productos culturales a una velocidad mayor a la que podemos. Por
ello, repito, que me parece que reducir el nivel de producción en favor de repensar las formas
que estamos usando para ello es lo revolucionario ahora mismo, pero el problema es que la
gran mayoría no tiene el privilegio de poder hacerlo aún y cuando quieran.
Abro debate con varias preguntas ¿Creéis que es posible cambiar la manera generalizada de la
visión de la autoría individual? ¿Habéis trabajado en proyectos o conocéis proyectos que
tengan alguna de las características reflexionadas en el texto? En el texto no me he metido
demasiado en tema de egos o de propiedad pero ¿Estaríais dispuestos a renunciar a vuestro
nombre en un programa o a realizar cambios en la obra por seguir una idea más colectiva?
¿Qué os sugiere en general esta forma de entender el trabajo artístico? Cualquier comentario
será bienvenido, como siempre digo, todo lo que escribo son ideas en construcción y con
muchas ganas de seguir ampliando.