Reflexión sobre la exposición “Ensamble”.

Javier de Jesús García Ruiz.

La exposición “Ensamble” es impulsada por diversos talleres independientes subrayando que la

creatividad existe como espacio de libertad ya que el arte trasciende y sobrevive a las ataduras que
se le podrían poner. Los detalles son parte del todo y viceversa, así pasa con los momentos finales
de la espera en esta inauguración, donde el ambiente se llena de comentarios al aire, impresiones
compartidas, expectativas que se van tejiendo, rencuentros momentáneos y alegría. Es como una
prueba de la práctica de las ideas que mueven la exposición, un ambiente que es congruente con
las perspectivas liberadoras de “Ensamble” o al menos de los intentos porque como dicen lo más
importante es la motivación. “Ensamble” me parece un curioso nombre para una exposición que
coordinan diversos talleres, habla de lo que veremos, pienso, ósea un trabajo colectivo que impulsa
una idea, una voluntad de cambio que se relaciona en un medio donde los esfuerzos colectivos
parecen más motivados por el espíritu de lucro que por motivaciones sensibles. Cuando todo ha
comenzado, los recordatorios, las anécdotas y los comentarios “abren el telón” y nos damos cuenta
que era algo de lo que esperábamos, se respira un ambiente de camaradería y alegría, la sensación
de la labor cumplida pero una incertidumbre sobre el cumplimiento de los objetivos de “Ensamble”.
Claro está que no podemos esperar resultados rápidos y la experiencia que tengamos en esta
exposición será fundamental para fortalecer nuestros puntos de vista internos, nuestras
consideraciones sobre la pertinencia de llevar a cabo exposiciones como esta. Las experiencias vivas
que encontramos a lo largo y ancho de nuestro país cuya denominador común ha sido llevar un
mensaje de cambio, de justicia, y que bien puede plasmar la realidad que nos rodea, se encarna una
propuesta creativa independiente una vanguardia cultural contra los controles colonialistas, las
practicas xenófobas y las apariencias modernistas, partes de la sociedad consumista decadente. La
correlación entre la realidad objetiva y la realidad interior que nos presenta ensamble plasma parte
de la naturaleza de la humanidad en medio de su contexto social, un tono que rompe con la
convención conservadora y que plasma realidades que no limitan ni imponen criterios.