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COLOMBIANOS
JULIAN
Lo anterior no busca desmeritar que hay un intento por hacer avances dentro del país en
cuestión de planeación para mediano y largo plazo, pero sin duda carece de un desarrollo de
trascendentales reformas por parte de los gobiernos en las administraciones, poniendo
trabas para su cumplimiento y ejecución, incluso desde el mismo congreso de la república,
que dejaba estas propuestas solo en documentos para elaborar presupuestos e indicativos
para una que otra iniciativa, sin darle una continuidad real al proceso que se debía ejecutar.
Y es que como lo indica Carlos Arturo Grosso (2009), estas limitantes han sido las
principales causantes de no tener un resultado real en los Planes de Desarrollo Territorial, y
que el país presente en su actualidad tasas de desempleo del 10,6% en agosto de 2022
según el DANE y que el índice de pobreza se haya establecido en el 39,2% para mediados
de 2022.
Es de resaltar que de acuerdo con Grosso (2009), los últimos gobiernos han tenido
avances en cuanto a los planes de Desarrollo sean aprobados en el congreso,
convirtiéndolos en Ley de la República, pero sin ser garante de su respectivo cumplimiento
a nivel nacional, pues estos no tienen un proceso de veeduría establecido de manera
rigurosa para que todos los planes avancen en el mismo sentido y hace que queden en teoría
sin llevarlos a la práctica.
Este hecho, sin embargo, debería ser encargado a la veeduría del Departamento Nacional
de Planeación, a la oficina de planeación Regional y Municipal, con el objetivo de
garantizar un avance constante en la implementación de dichos planes, buscando como lo
dice la LEY 850 DE 2003, que:
Es de resaltar, que los planes de desarrollo comprenden un aspecto importante que son las
temáticas sociales, planteamiento de propósitos, objetivos y metas que podrían llegar a ser
en muchos casos como utópicos o muy ambiciosos, que es, de acuerdo con algunas
intervenciones presidenciales en los últimos años la causa principal del no cumplimiento a
cabalidad de las propuestas inicialmente planteadas o que estas se cumplan a medias.
Algunos aspectos que suele tratar la mayoría de Los planes de Desarrollo son para Grosso
(2009) la propuesta de “cambio, equidad, estrategias, desarrollo, justicia, disminución de la
pobreza, libertades, transparencia, paz, participación, distribución del ingreso, calidad de
vida, inclusión social, etc.” (p. 56), que proponen solventar las problemáticas y brechas
sociales más importantes en la nación y que a pesar de los buenos esfuerzos no ha logrado
cambios significativos en la realidad nacional, tal como se expuso previamente.
De acuerdo con el periódico El Tiempo (2022), los planes de gobierno suelen cumplirse
desde un 65 a 80, 5%, en los distintos periodos, además de que este porcentaje suele estar
en proceso de construcción y no de cumplimiento de meta como tal. Dichos procesos se
ajustan medianamente a las necesidades que se deben priorizar, pues en la mayoría de los
casos, estas estrategias de acción son pensadas desde una oficina que no conoce la realidad
social de ls regiones de manera cercana, o por el contrario es muy sintiente, al punto de
querer resolverlo todo, sin lograr mucho.
Es por esto por lo que el proceso de planeación no debe pensarse dese un inicio en los
objetivos finales, sino que su proceso debe ser constructivo y mancomunado, debe jugar un
papel en la ejecución y darle unas garantías alcanzables en el tiempo, para que los esfuerzos
por lograr un cambio significativo en las regiones no se apaguen por falta de cumplimiento
en los planes de la nación.
Instrumentos de planificación
En este contexto cabe señalar que desde la Ley 19 de 1958 en Colombia se definió la
estructura jurídica e institucional de la planeación, que entre otras cosas permitió la
creación y puesta en marcha del Departamento Nacional de Planeación y los diferentes
instrumentos de planificación para el desarrollo, con una visión de tipo centralista que
minimiza el rol de los territorios en las decisiones y la gestión de su propio desarrollo.
(Flores, 2012).
Esto último, hizo que las estrategias no sean aterrizadas a una problemática actualizada y
vivenciada, sino que buscan una solución a un problema macro de la nación, tal como lo
plantea Villegas (2018) la normatividad colombiana en el tema del desarrollo territorial
evidencia que sus dimensiones, ambiental, social, económico, cultural, administrativo y
tecnológico, se mueven en un proceso de trasformación permanente y transcurren de
manera interrelacionada, lo que hace que los efectos del desarrollo, que inciden en las
condiciones de la calidad de vida de cada territorio, sean de alta complejidad. De esta
manera la planificación territorial en Colombia es un proceso con muchas aristas ya que,
siendo un país biodiverso y pluriétnico, en la aplicación de las políticas públicas los entes
territoriales intervienen en los modelos de producción a partir de nuevos instrumentos
(leyes y decretos) y herramientas de gestión provenientes de la nación, los departamentos y
los municipios en el marco de una visión renovada y contextualizada de estos instrumentos.
Actualmente, hay avances significativos en los planes de gobierno y están buscando hacer
participe a la comunidad, lo que les da una mayor difusión a los planes, que en décadas
previas no solía hacerse. Este tipo de ejercicios permite a la sociedad manifestar sus
necesidades, inquietudes, propuestas de avance en relación con el desarrollo social y
territorial. Y es que, desde hace años, los instrumentos de planificación han sido participes
de muchos logros de los gobiernos, no obstante, es a aquello que nos han acostumbrado, a
escuchar en rendición de cuentas, sus gestiones positivas, pero no se habla de lo que faltó y
por qué falto.
En cuanto a la construcción del proceso de planeación y desde los que se hacen desde los
Consejos de Planeación, tanto nacional como territorial, tienen unas limitantes de
herramientas legales para actuar de manera práctica en la toma de decisiones, lo que ya
hemos dicho en líneas previas, entorpece el resultado final y su eficacia.
En el Decreto Ley 2996 de 1968, se definen las funciones y los miembros del Consejo
Nacional de Política Económica y Social, y del Departamento Nacional de Planeación”
VALLEJO y FUENTES (2006, p. 116).
Dicha planificación debe ser repensada de manera constante, tanto desde su creación y
proceso de adopción, hasta el momento en que se ejecuta en las regiones, pues el proceso
debe ser descentralizado para proporcionar directrices y lineamientos reales frente al
camino que debe llevar el país, desde la visión de la misma comunidad que vivencia
diariamente los problemas nacionales y que son los que reciben de primera mano las
consecuencias de una mala gestión, un mal proceso de desarrollo y la eficiencia
institucional, para garantizar la aplicabilidad de las respectivas veedurías sociales.
Como conclusión se entiende entonces que la centralización del poder ha dejado claro que
el Gobierno Nacional, no tiene un panorama actualizados de las vivencias del pueblo y de
las entidades territoriales, pues las practicas, costumbres y necesidades no han favorecido
de manera positiva a comunidades vulnerables en el país, y es que esto no significa que si
las entidades territoriales se encargan de estos procesos, no va a existir obstáculos, pero
permitirán estar más cerca de las necesidades reales con el propósito de gestionar y
solucionar dichas problemáticas con el aporte que se da desde las autonomías territoriales
para suplir un proceso de avance para nuestra nación.
Bibliografía
Ley 850 de 2003 - Gestor Normativo. (s/f). Gov.co. Recuperado el 30 de octubre de 2022,
de https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=10570
IEMP.