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DISLEXIA

¿Qué es la dislexia?

Existen múltiples definiciones que intentan definir y crear parámetros sobre


éste trastorno. De esta manera, la definición abarca los diferentes puntos de
vista, ya sean éstos: neurológicos, psicológicos, pedagógicos, logopédicos, etc.

Podemos empezar por señalar lo que los estudios actuales demuestran que no
es la dislexia:

• No es una discapacidad intelectual.

• No es una discapacidad sensorial.

• No es una falta de motivación

• No es un déficit de atención.

• No es un problema de inmadurez.

•. No es consecuencia de un problema emocional.

Definición más acertada y completa:

“La dislexia es una dificultad significativa y persistente que afecta las


habilidades lingüísticas asociadas a la lectura y a la escritura, especialmente a
la discriminación fonológica, la memoria a corto plazo, la decodificación, la
secuenciación fonológica y la percepción de los rasgos de las letras. Se
manifiesta como una dificultad de la automatización de la lectura, problemas
con la ortografía y también con el cálculo aritmético. En niños con una
inteligencia y entorno socio educativo normal.”

En la actualidad se calcula que el 10% de los niños de todo el mundo padece


dislexia, un trastorno neurológico que provoca dificultades para aprender tanto
a leer como a escribir. Pese a ello, de identificarse a tiempo es posible ofrecer
un tratamiento que permita convivir de forma natural con este padecimiento,
explican los especialistas.

Cuando un pequeño empieza a tener dificultades para descodificar las


letras o reconocer las palabras, existen altas probabilidades de que se esté
ante un niño con dislexia. Un trastorno de origen neurológico con base
genética que trae consigo ciertas limitaciones al momento de aprender tanto a
leer como a escribir.

Se trata de un padecimiento que se calcula afecta a más del 10% de los


escolares en todo el mundo. Hasta el momento no se tienen datos oficiales
sobre la realidad que viven los menores mexicanos en cuanto a este trastorno,
pero se conoce que en países como Estados Unidos los niños con dislexia
rondan el 20% del total, mientras que en Reino Unido se ubican en el 10%.

Especialistas informan que de los 4 a los 8 años es la edad promedio en la


que suele despertarse este trastorno, dado que se trata de la etapa en que
los pequeños se sumergen en el proceso de aprendizaje. Aunque, añaden,
existen casos en que la dislexia se manifiesta con más edad, cuando el
adolescente comienza a involucrarse con textos más complejos.

Explican también que al descubrir que no leen como el resto de los niños,
muchos de los pequeños con dislexia padecen trastornos emocionales
como por ejemplo baja autoestima, estrés, ansiedad, pérdida de motivación en
relación a las actividades escolares e incluso en algunos casos depresión.

Etiología

La etiología de la dislexia es objeto de continuo debate en los últimos años. Los


recientes estudios científicos, apoyados en las nuevas técnicas de Tomografía
por Emisión de Positrones, están aportando información sumamente valiosa
para entender la etiología de la dislexia.
Se ha encontrado que los disléxicos las áreas de asociación auditiva no
funcionan igual que las de un normo lector. Las conexiones funcionales del
lóbulo temporal (áreas fonológicas) y áreas visuales del lóbulo occipital del
hemisferio izquierdo tienen un nivel de activación muy bajo o inexistente.
Dichos hallazgos sugieren que las áreas cerebrales alteradas no sólo muestran
un patrón característico de hipo activación, sino que estas alteraciones podrían
ser la causa de este padecimiento.

La dislexia va unida en ocasiones a otros problemas de aprendizaje escolar, tal
es como la disgrafía (dificultades en el trazado correcto de las letras, en el para
lelismo de las líneas, en el tamaño de las letras,  en  la  presión  de  la 
escritura...) 
y en fases posteriores aparece la disortografía (dificultades para el uso correcto 
de las reglas de ortografía, desde las que se llaman de ortografía natural a las 
de nivel más complejo.) 

En ocasiones la dislexia va unida a dificultades de pronunciación, con mayor in
cidencia en la dificultad de pronunciación de palabras nuevas, largas o que con
tengan combinaciones de letras del tipo de las que le producen dificultades en l
a lectura. 

En el aula la dislexia se puede detectar inicialmente por el retraso en el aprendi
zaje de la lectoescritura, las peculiaridades que se dan cuando consigue iniciar 
el aprendizaje, la lentitud, la tendencia al deletreo, la escasa comprensión lecto
ra debida a la falta de ritmo, la ausencia de puntuación. A medida que los curso
s pasan, los problemas se agudizan, ya que el estudio, y el trabajo escolar  en 
general  se  basa  en  las  habilidades  que  el  niño  no  tiene  y  se  retrasa 
progresivamente. Así, la dificultad  lectora,  la  escasez  de  comprensión, 
llevan  a  malos  resultados  escolares,  mal  autoconcepto,  actitudes  de 
desgana  y  conductas  en  ocasiones, 
disruptivas, perturbadoras del buen funcionamiento del clima del aula. 

Ocurre con gran frecuencia que al niño se le tacha de vago, distraído y se atrib
uye a estas 
características su mal funcionamiento escolar, presionándole para que trabaje, 
atienda, y de 
alguna manera menospreciándolo por su incapacidad para aprender. 

Hay que  tener  en  cuenta  que  la  realidad  es  justo  al  revés,  ya  que  las 
características  de  distraibilidad  es  consustancial  al  síndrome  disléxico  y 
si  bien  es  una  dificultad  para  el 
aprendizaje, no es algo que el niño pueda controlar voluntariamente y cuya mej
ora debe  entrar dentro del esquema de tratamiento del problema. 

La dislexia se presenta en muchos grados, desde pequeños problemas supera
bles en breve plazo, hasta una dificultad que se arrastra de por vida y que se a
proxima como en un continuo 
hacia la disfasia, que es un problema más grave y profundo de todas las áreas 
de lenguaje. De 
cualquier modo, con la iniciación del tratamiento con suficiente precocidad se s
uelen derivar  resultados  positivos  y  una  clara  mejora  en  el  rendimiento 
escolar.  La  mayor  o  menor 
efectividad va a depender de factores tales como la profundidad del trastorno, e
l nivel de  motivación,  inicial  o  que  se  le  consiga  inculcar,  grado  de 
implicación  de  la  familia  y  el 
profesorado, adecuado diagnóstico y tratamiento, duración y seguimiento del tr
abajo... 

He de insistir en la importancia de la detección precoz de estos problemas, ant
es de que  generen  los  problemas  de  personalidad  a  que  hemos  aludido. 
En  vez  de  ignorar  las 
dificultades, atribuirlas a desidia, distraibilidad, o inmadurez, recomiendo la deri
vación hacia el 
psicopedagogo/a escolar con el fin de descartar problemas de deficiencia intele
ctual u otros y 
orientar el diagnóstico hacia la inmadurez o la dislexia. Recomiendo no perder 
de vista la 
presencia de una dislexia en todos aquellos niños calificados de inmaduros.  

Profundizando en la detección de los niños con problemas de dislexia, de acuer
do con los 
criterios de la Asociación Británica de Dislexia y con otras fuentes, los signos q
ue pueden tener 
(algunos d ellos, no necesariamente todos) los niños según la edad serían los s
iguientes: 

*Niños de Preescolar (Educación Infantil) 

*Historia Familiar de problemas disléxicos (padres, hermanos, otros familiares)  

*Retraso en aprender a hablar con claridad  

*Confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejan por su fonética 
 

*Falta de habilidad para recordar el nombre de series de cosas, por ejemplo, lo
s colores  

*Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial  

*Alternancia de días "buenos" y "malos " en el trabajo escolar, sin razón aparen
te.  

*Aptitud para la construcción y los objetos y juguetes "técnicos" (mayor habilida
d manual que lingüística, que aparecerá típicamente en las pruebas de intelige
ncia.), juegos de bloques, lego,  

*Dificultad para aprender las rimas típicas del preescolar  

*Dificultades con las palabras rimadas  

*Dificultades con las secuencias  
CAUSAS
La discusión sobre el origen de este trastorno no se ha cerrado hasta la fecha. 
Aportaremos 
diversas teorías y estudioso que avalan distintas tesis. Adelantaré que mi punto 
de vista es que 
es una dificultad funcional de alguna parte o partes del cerebro que interviene e
n el proceso 

de  aprendizaje  y  ejecución  de  la  lecto‐escritura,  que  va  generalmente 


acompañada  de 
disfunciones colaterales (orientación espacial y temporal, lateralidad, psicomotri
cidad gruesa y 
fina , esquema corporal) , que hay un componente hereditario en una gran canti
dad de casos, 
que se distribuye en un continuo con variación de niveles de gravedad y de ma
nifestaciones y 
cuya gravedad final depende de la situación personal de partida y la interactuac
ión con el  entorno familiar, escolar y psicopedagógico.  

Las  hipótesis  explicativas  se  agrupan  principalmente  en  dos  grandes 


áreas  o  tipos  de 
problemas: de tipo neurológico y de tipo cognitivo. El nivel neurológico de explic
ación se  refiere a la  manera en 
que el cerebro procesa la información y cómo se diferencian  los 
disléxicos en este campo. La organización neuropsicológica es la base en la qu
e se asienta el  funcionamiento  cognitivo,  que  es  el  aspecto  al  que  se  le 
presta  más  atención  por  ser 
directamente observable en pruebas de lectura y en trabajos de observación en 
laboratorios. 

Otro modo de clasificar las explicaciones de la alteración disléxica es entendién
dola como una 
deficiencia neurológica, una alteración de la memoria a corto plazo o de codific
ación o como 
un problema lingüístico de algún tipo. L a dificultad y la posible clave para llegar 
a alguna 
conclusión sobre la etiología de la dislexia sería ver cómo interaccionan estas á
reas débiles o  lábiles con el problema de lecto‐
escritura, que es lo que aparece al exterior. 

Mi punto de vista es que la dislexia, como otras alteraciones de etiología no cla
ra, puede ser el  producto  final  de  diversas  alteraciones  que  afectan,  como 
he  dicho  al  principio,  al 
funcionamiento correcto del complejo sistema que hace posible en el hombre el 
aprendizaje  de la lecto‐
escritura. Así, distintas dificultades y problemas , de orígenes distintos, afectarí
an 
tramos de los circuitos cerebrales implicados en estos aprendizajes de distintas 
maneras. 

En general se admite que el hemisferio cerebral izquierdo tiene una implicación 
directa en el aprendizaje de estas habilidades. Así una inmadurez de desarrollo 
produciría estos problemas. 
Esto avalaría las tesis de la dislexia como inmadurez, pero los estudios con el 
WISC diferencian retrasos mauritanos y déficits en determinadas áreas, que pu
eden aparecer como inmadurez debido a un buen entrenamiento paliativo. 

La existencia de dislexia adquirida en adultos que sabían leer y que han sufrido 
determinadas lesiones neurológicas ha disparado estudios y paralelismo, pero l
os autores no se ponen de  acuerdo.  
Diagnóstico de la dislexia

La evaluación de los procesos cognitivos implicados en la lecto escritura es la


única vía posible para llegar a un diagnóstico preciso del trastorno. En cuanto
a la lectura, se analizará con detalle:

• La capacidad para leer palabras frecuentes.

• La capacidad para leer palabras poco frecuentes y complejas.

• La velocidad lectora.

• Bajadas en el rendimiento lector por cansancio o ansiedad.

• El procesamiento sintáctico de las oraciones.

• Nivel de acceso a los contenidos semánticos del texto.

• La capacidad de integrar los nuevos conocimientos en la memoria remota.

• La capacidad de acceder y organizar los nuevos contenidos.

• Las memorias operativas de trabajo.

En la escritura, se analizará con detalle:

• La capacidad para copiar palabras con un trazo correcto.

• La capacidad para escribir palabras y frases al dictado sin

• errores ortográficos ni de omisión o inversión de letras.

• El uso de un tipo de letra legible y que se ajuste a unos patrones de tamaño


y espacio.

• La capacidad de reflejar los conocimientos a través de la escritura


espontánea.
Un diagnóstico que no refleje estos aspectos y que haga referencia
exclusivamente a aspecto emocionales, psicomotrices, perceptivos o de
lateralidad no tendrá ninguna validez científica.

Dislexia y TDH (trastorno de atención con hiperactividad)

Es muy frecuente la presencia de niños con síntomas de ambos trastornos. En


estos casos va a ser fundamental realizar un diagnóstico correcto, que tenga
en cuenta la posibilidad de la comorbilidad. En muchos casos La comorbilidad
de ADHD y dislexia ha sido ampliamente identificada (Mc Gee, 1987; Cantwell,
1991). Si en un paciente con ADHD pasa desapercibida la dislexia, el
tratamiento con estimulantes será insuficiente y no se abordará un problema
básico. Del mismo modo si en un paciente disléxico no se tiene en cuenta su
problema de concentración es posible que el trabajo psicopedagógico sobre la
dislexia no genere los resultados óptimos.

Detección precoz

Síntomas en infantil (0 a 5 años).

Historia Familiar de problemas disléxicos.

*Dificultades de evocación y poca habilidad para acceder a la forma lingüística


de los conceptos.

*Ausencia de conciencia fonológica.


*Dificultades para entender el sentido de la lectura, resulta una tarea que no
entienden que representa y ni que se quiere conseguir. En la mayor parte de
los casos es frustrante enfrentarse a la tarea de aprender a leer.

*Alternancia de días "buenos" y "malos " en el trabajo escolar, sin razón


aparente.

*Dificultad para aprender las rimas y canciones típicas de la etapa preescolar.

*Bajo nivel de las memorias operativas de trabajo necesarias en los procesos


de reconocimiento y retén de sonidos y grafemas.

Síntomas en niños de 5 a 9 años

*Serios problemas para aprender la asociación fonema grafema para cada letra
y aprender a leer.

*Persistente tendencia a escribir los números y letras en espejo o con un trazo


no correcto.

*No se consigue pegar el salto en velocidad lectora para superar la lectura


silábica.
*Dificultad de aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar y en general para
retener secuencias, como, por ejemplo: los días de la semana, los dedos de la
mano, los meses del año, las estaciones, etc.

*Problemas en las tareas de escritura: errores al copiar de la pizarra, sobre


todo si se les deja poco tiempo antes de borrar el modelo.

*Bajísimo rendimiento en los dictados con numerosos errores ortográficos.

*Bajo rendimiento de las memorias operativas de trabajo, que provoca lentitud


en las tareas académicas, deberes sencillos les ocupan hasta las 10/11 de la
noche.

Síntomas entre 9 y 12 años

*Continúan los errores en lectura, aunque son más sutiles.

*No se ha conseguido el automatismo en la lectura, aumentan los errores


cuando aparece el cansancio y la ansiedad.

*Mala letra y gran cantidad de errores ortográficos.

*Bajo rendimiento académico al tener que demostrar sus conocimientos por


escrito, soporte que no les permite expresar todo lo que saben.
*Falta de confianza, frustración y baja autoestima.

*Problemas de comprensión y estructuración de los contenidos.

*Dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras. Sobre todo, su escritura.

Síntomas de los 12 años en adelante.

*Tendencia a la escritura descuidada, desordenada, en ocasiones


incomprensible.

*Inconsistencias gramaticales y errores ortográficos, a veces permanencia de


las omisiones, alteraciones y adiciones de etapas anteriores.

*Dificultad en la comprensión lectora.

*Dificultad para planificar y para redactar relatos y composiciones escritas en


general.

*Aparición de alteraciones conductuales (de inhibición, depresión y/o


agresivas).

*Aversión a la lectura y la escritura.


Tratamiento

Cuando se habla del tratamiento de la dislexia generalmente se piensa en fich
as de lateralidad,
orientación espacial, grafomotricidad, orientación temporal, seriaciones, etc.... 

Sin embargo no está demostrado que todo esto sea necesariamente previo al a
prendizaje de la lectoescritura ni  "conditio  sine  qua  non"  para  poder 
avanzar  y  recuperar  las  dificultades  disléxicas.  Lo que  yo  practico 
fundamentalmente  y  recomienda  Thomson  es  el  "sobreaprendizaje". 
Volver a aprender la  lectoescritura,  pero  adecuando  el  ritmo  a  las 

posibilidades del niño, trabajando siempre con el principio rector del aprendizaj
e sin errores,
propiciando los éxitos desde el principio y a cada paso del trabajo de sobreapre
ndizaje. Se trata de hacer el reaprendizaje  correcto  de  las  técnicas  lecto‐
escritoras,  haciéndolas 
agradables y útiles para el niño, propiciando como digo el éxito, en lugar del fra
caso que está  acostumbrado a cosechar. 

Las colecciones de fichas me parecen útiles como trabajo de apoyo y complem
entación de la tarea principal, para variar las tareas y que no sean demasiado i
dénticas a las del aula, así como para trabajar determinados aspectos en los q
ue algún niño debe incidir especialmente. 

En la situación del aula se pueden dar las siguientes sugerencias específi
cas: 

1. Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente 
inseguro y  preocupado por las reacciones del profesor. 

2. Establezca criterios para su trabajo en términos concretos que él pueda ente
nder, sabiendo  que  realizar  un  trabajo  sin  errores  puede  quedar  fuera  de 
sus  posibilidades.  Evalúe  sus 
progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no con el nivel de 
los demás en 
sus áreas deficitarias. Ayúdele en los trabajos en las áreas que necesita mejora
r. 
3. Dele atención individualizada siempre que sea posible. Hágale saber que pu
ede preguntar  sobre lo que no comprenda. 

4. Asegúrese de que entiende las tareas, pues a menudo no las comprenderá. 
Divide las 
lecciones en partes y comprueba, paso a paso, que las comprende ¡Un disléxic
o no es tonto!  Puede comprender muy bien las instrucciones verbales. 

5.  La  información  nueva,  debe  repetírsela  más  de  una  vez,  debido  a  su 
problema  de 
distracción, memoria a corto plazo y a veces escasa capacidad de atención.  

6. Puede requerir más práctica que un estudiante normal para dominar una nue
va técnica. 

7. Necesitará ayuda para relacionar los conceptos nuevos con la experiencia pr
evia. 

8. Dele tiempo: para organizar sus pensamientos, para terminar su trabajo. Si n
o hay apremios 
de tiempo estará menos nervioso y en mejores condiciones para mostrarle sus 
conocimientos.  En especial para copiar de la pizarra y tomar apuntes. 

9.  Alguien  puede  ayudarle  leyéndole  el  material  de  estudio  y  en 
especial  los  exámenes. 
Muchos disléxicos compensan los primeros años por el esfuerzo de unos padre
s pacientes y  comprensivos en leerles y repasarles las lecciones oralmente. 

Si lee para obtener información o para practicar, tiene que hacerlo en libros que 
estén al nivel  de su aptitud lectora en cada momento. 

Tiene  una  dificultad  tan  real  como  un  niño  ciego,  del  que  no  se  espera 
que  obtenga 
información de un texto escrito normal. Algunos niños pueden leer un pasaje co
rrectamente  en voz alta, y aún así no comprender el significado del texto. 

1. El programa este orientado hacia el entrenamiento fonológico, aspecto


disfuncional en el que se sustenta la dificultad lectora.
2.Ha de estar orientado al problema. La dislexia mejora mediante tareas
relacionadas con la lectura.

3. El profesional deberá trasmitir su hipótesis de trabajo, e implicar al entorno


familiar y educativo en la mejora del trastorno de su hijo/a.

4 Pero tan importante como recomendar un programa es desaconsejar


intervenciones sin aval experimental que gozan de gran difusión:

Hablamos de métodos no convencionales tales como:

.- Entrenamiento perceptivo optométrico.

.-Lentes teñidas .

- Entrenamiento psicomotriz.

.- Entrenamiento de la lateralidad y gateo.

.- Terapia psicológica emocional.

Estos métodos, a parte de su coste económico, no solo mejoran la dislexia,


sino que añaden una carga de trabajo al niño y a la familia, y retrasan años una
intervención adecuada.

Claves para el futuro

• Mayor conocimiento del trastorno:

• Del ámbito educativo.

• De los profesionales de psicopedagogía y logopedia.

• Del ámbito sanitario.

• Por parte de las familias de los niños afectados.

• Desarrollo, conocimiento y uso de las nuevas tecnologías.

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