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¡¡¡¡¡HASTA QUE SE AGOTE TODOOO ¡¡¡¡

El futuro decrecimiento económico es un hecho, no una opción

Rómulo Pardo Silva, 2010

www.malpublicados.blogspot.com

Si se siguen extrayendo el petróleo, el cobre, el coltan, el polonio… se acabarán.


La única manera para que el aceite de la botella no se termine nunca es guardarlo.

Lo que sí puede hacer la humanidad es elegir cómo se va a organizar durante el


empobrecimiento de bienes de la nueva civilización.

La esperanza de que la tecnociencia produzca las materias primas finitas es


válida; pero no es responsable planificar sobre esa fe.

En general es difícil aceptar que habrá un mundo con menos comodidades,


incluso para los que no las tienen. No obstante, sobreponiéndose a una sensación
de pesimismo, se debe pensar y actuar conforme a lo que es objetivo, aunque no
guste.

Hay sueños del hombre que se han cumplido gracias a descubrimientos científicos
y logros técnicos, ir a la Luna, navegar bajo los océanos, comunicarse a miles de
kilómetros, trasplantar órganos…

Pero hay límites que han permanecido infranqueables, sólo la vida natural produce
vida, el Sol se enfriará, la vida termina en la muerte…ciertos recursos son finitos.
Los hombres y mujeres han probado su capacidad de realizar maravillas; no de
hacer lo que podría llamarse milagros.

La burguesía corporativa mundial sabe que no es posible el crecimiento


exponencial permanente, el grupo Bilderberg habla del crecimiento cero, que no lo
es tampoco. Si se saca cada vez más aceite o siempre la misma cucharada es
igual, un día no quedará.

Con la excepción visionaria de Cuba, de Fidel Castro, el socialismo prefiere un


discurso de justicia en el supuesto de la continuidad de una economía en
crecimiento. Uno de sus economistas rechaza el decrecimiento porque, dice, cree
que la tecnociencia resolverá el agotamiento más adelante en el tiempo.        

Es crucial considerar las limitaciones que muestra el presente para preparar el


futuro. Es imposible mantener ilimitadamente el productivismo y consumismo y si
se quiere facilitar las condiciones en que vivirán las generaciones venideras hay
que actuar desde ahora. Entre más se consuma ahora de menos recursos
materiales dispondrán.

Las corporaciones tienen su respuesta para favorecerse aun en decrecimiento,


perfeccionan armas, planifican una disminución violenta de la población mundial,
invaden o asedian los países con recursos estratégicos, compran tierras de cultivo
a pueblos pobres… Ninguna potencia desarrollada aceptará que una población del
tercer mundo tenga algo de que carece sin expoliarlo.      
La única solución humanista objetiva es construir el socialismo solidario,
sostenible, igualitario, planificado, mundial.

Hay que asumir que se debe racionar el consumo de las materias en agotamiento.
Que la garantía de la vida depende esencialmente de cuidar los recursos
renovables. Que el placer inagotable hasta el fin de la humanidad terrestre será el
arte, la recreación, la relación entre personas, la educación…

El retroceso a la simplicidad material puede ser feliz y no la barbarie.  

Contacto  romulo.pardo@gmail.com

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