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El sentido que interpreto en esta obra es el proceso la construcción de una identidad que está

inevitablemente moldeada por la herencia paternal y maternal. El comienzo de la performance,


con el gateo y la calidad vocal de Leppe, genera la imagen de un comienzo de la vida, y la
búsqueda de la gruta, donde finalmente se nos revela que estará la voz de su madre, indica el
proceso de encontrar comodidad a través de la madre. La gruta entonces podría representar el
hogar que anhela cualquier infante, y específicamente un hogar con una presencia maternal.
Además, la cabeza rasurada y la ropa que utiliza, imagen que remite a los recién nacidos,
podría apuntar a la precariedad y fragilidad del cuerpo humano en el nacimiento. A su vez, los
lentes de sol podrían representar la ceguera que enfrenta el ser humano tras comenzar su
existencia. La vida aparece como una imposición del padre y la madre que luego habrá que
navegar como un ciego, vislumbrando de a poco la manera de insertarse en el mundo. La
pizarra en el cuello de Leppe también indica la presencia del padre, que parece ser una
imposición que genera una carga. Al llegar a la gruta, la acción realizada con el recipiente
precolombino podría apuntar a una conexión ancestral. La biografía no solo está marcada por
la madre y el padre, sino por una serie de ancestros que van miles de años atrás. El tomar ese
objeto sitúa la obra en su contexto chileno y resalta la herencia de esa ancestralidad. Luego, el
uso del excremento para formar el gorro podría significar la creación de una identidad propia. El
gorro parece ser un objeto que Leppe usa para distinguir su cuerpo, una creación creativa que
usa para crear su identidad. El uso de un accesorio fálico podría significar la pubertad y el
proceso de asumir un rol masculino. Después, Leppe es despojado de sus accesorios y
arrastrado de vuelta al taxi, lo que podría ser una representación de la muerte como una vuelta
al inicio y de la naturaleza cíclica de la vida.
El foco de esta performance parece estar en la construcción de identidad en relación con la
herencia familiar, especialmente paterna y materna, y el proceso de independización de esa
herencia para crear un ser propio y único. Luego, el título de la obra haría referencia al proceso
de asumir una identidad que en cierto sentido es limitada tanto por la sociedad como los
padres. Los zapatos serían una cárcel identitaria a la que no se puede escapar.
Respecto a la cualidad actoral de Leppe, destaca su capacidad de remitir claramente, a través
de su cuerpo, la imagen de un bebé y la carga que le pone a las pocas palabras que dice. El
tono actoral es bastante extracotidiano y llamativo. El acto catártico aparece precisamente en el
despojo actoral de Leppe, en su capacidad de soltar una serie de emociones de manera
potente y emotiva, a través de gritos y llantos que parecen liberarlo al punto de terminar botado
en el piso, inmóvil.

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