La cultura de ética corporativa no se trata solo de establecer sistemas de cumplimiento de

normativas para evitar sanciones si no de general conductas positivas dentro de la empresa

para contribuir al logro de los objetivos de los negocios de forma responsable y que genere
valor.
Cada oportunidad de negocio tiene una serie de riesgos, algunos que pueden ser asumidos
dentro de los principios y valores de la empresa y cumpliendo con la legalidad. Sin
embargo, deben valorarse los riesgos asumibles y cuales son los que vulneran las líneas
éticas por la empresa. Teniendo en cuenta como repercutiría esa actividad en la imagen de
la empresa.
Cada persona en la empresa debe conocer y asumir como parte de sus responsabilidades.
No basta con implementar un código de conducta, canal de denuncias y crear unidades o
departamentos de ética. Todas las personas tienen la responsabilidad de actuar éticamente al
determinar la inversión de la empresa.
Los líderes empresariales encaran diversos desafíos. Mediante este procedimiento, los
directivos escogen la solución más acertada para asegurar el crecimiento de la compañía,
contratar un nuevo personal, erradicar un conflicto,. Por este motivo, la toma de decisiones
es un aspecto crucial, ya que, en ocasiones, puede determinar el futuro de la organización.