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ÉTICA EMPRESARIAL Y SUS COMPONENTES PRINCIPALES

Es un conjunto corporativo que se encuentra formado por las normas, los


principios y los valores que se encuentran vinculados a la cultura de la empresa.
Este conjunto sirve como hoja de ruta de las distintas acciones que lleva a cabo un
negocio. Su aprovechamiento proporciona varias ventajas, como tener la
oportunidad de crear un mejor vínculo con la sociedad y dar forma a un activo de
incalculable valor que representará a la empresa tanto ahora como en el futuro.
Este tipo de ética también se aplica a la vida privada de los ejecutivos de la
compañía.
Al hablar y definir la ética en los negocios hay otros factores que también entran
en juego, como la ética personal y la financiera. No obstante, en este caso solo
hablamos de ética empresarial, que se ocupa de las políticas, decisiones
estratégicas y corporativas que la empresa privada toma respecto a la sociedad,
específicamente en los procedimientos y en las normas de gestión.
De manera reciente hemos ido viendo cómo la ética empresarial avanzaba de la
mano de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa), siendo la expansión de
este último movimiento una consecuencia del éxito del primero. Podríamos decir,
dentro de este contexto, que la ética empresarial es el lienzo y la RSC la pintura.
Dentro de lo que entendemos como este tipo de ética se incluyen las normas
morales y los principios, mientras que la RSC reúne las pautas que se seguirán
para cumplir con la ética que se haya estipulado
Componentes principales
Hay innumerables razones para implementar un código de ética en las empresas,
pero lo más importante es que ayuda a que se pueda realizar un trabajo del cual
nos podamos sentir orgullosos tanto nosotros como el resto de personas
involucradas con la misma. Las aplicaciones prácticas para cumplir con los
requisitos de la ética empresarial son diversas y tienen como objetivo común llegar
a resultados de calidad que engloben el negocio en un perfil adecuado.
Los componentes principales que acompañan a la ética empresarial incluyen el
aumento de la responsabilidad hacia el medio ambiente, la lucha contra la
discriminación en todos los sentidos (por sexo, raza, religión o condición física,
etc) y el desarrollo del compromiso hacia la cultura. Al pulir la ética empresarial se
conseguirán proteger los derechos de los empleados, así como respetar sus
necesidades. La compañía será más honesta, tendrá una visión más globalizada y
contará con capacidad para que su ambiente resulte saludable y seguro. Adoptar
por ello transmitirá una transparencia continua, reducirá los márgenes para que
exista corrupción y garantizará la integridad en todos los procesos de trabajo y
desarrollo.
Podremos decir que estamos actuando de forma ética en nuestra empresa cuando
se cumplan dos circunstancias. La primera es que hayamos aceptado y definido
nuestros criterios y valores para la forma en la que actuamos respecto a los
distintos grupos de interés. La segunda radica en que hayamos definido prácticas
éticas para adaptar el negocio a las exigencias en esta materia. Para ello habrá
que crear una serie de informes y documentos que permitan establecer la ética
corporativa de forma que llegue a todas las personas de la empresa. Esto lo
podemos conseguir mediante documentos que reúnan el código ético corporativo,
a través de comunicados enviados desde el departamento de comunicación y
mediante la creación de programas de formación ética que permitan instruir a los
empleados. Introducir a todos los miembros de la empresa en la búsqueda de un
perfil más consciente ayudará a que la compañía alcance sus objetivos en una
menor cantidad de tiempo.
Para que este proceso alcance los resultados más beneficiosos tendrán que
estipularse los códigos de ética y conducta por medio de la participación de los
máximos responsables del negocio, así como de los gestores del departamento de
recursos humanos. Alcanzar el mejor resultado dependerá de que exista un
concepto de unidad bien formado alrededor de la plantilla y de que se piense en
buscar el enfoque perfecto que ayudará a definir al negocio tanto de manera
interna como externa. Potenciar la ética empresarial dará resultados positivos
desde el primer momento y posibilitará que los negocios lleguen aún más lejos de
lo que se podrían haber planteado.
Razones para una ética de las organizaciones
Las razones por las que una ética organizativa se hace necesaria han sido
destacadas por los estudios del desarrollo corporativo en la era posindustrrial y
poscapitalista. Se trata de las circunstancias que presionan en las empresas y que
las abocan a adoptar respuestas globales y proactivas. Las grandes
organizaciones actuales están sometidas a demandas tradicionales de los que
podemos llamar ‘agentes internos’ como trabajadores y accionistas se
transforman.
Desde todos los lugares (desde fuera y desde dentro) se presiona a las
organizaciones porque ellas tienen gran influencia sobre las vidas de mucha gente
y una gran capacidad de poder efectivo en un mundo globalizado. Con frecuencia
las organizaciones multinacionales tienen más influencia, capacidad y poder que
los estados.
Por eso ellas son el objeto de las presiones y las demandas de quienes se sienten
de algún modo afectados o se erigen en portavoces de los afectados por sus
actividades o por las consecuencias de las mismas. Se les responsabiliza porque
muchas veces solo ellas pueden evitar determinados resultados o, si ya ha
ocurrido, repararlos. Y en el caso particular de las empresas con ánimo de lucro,
porque ellas se benefician principalmente de actividades cuyas consecuencias
negativas pueden sufrir otros.
El que una organización deba responsabilizarse de sus actos no es nuevo. En
todos los países desarrollados hay legislación detallada, civil, penal, laboral,
administrativa, mercantil, que especifica que responsabilidades tienen las
personas y las corporaciones. En los países desarrollados hay además sistemas
judiciales suficientemente fiables que tratan de imponer las responsabilidades
legales cuando es necesario. Lo que es nuevo es la conciencia social de que esa
responsabilidad corporativa existe, y que debe hacerse efectiva incluso cuando la
ley no alcanza a imponerla. por ejemplo, cuando atañe a hechos realizados fuera
de las fronteras del país de nacionalidad de la corporación, cuando ninguna ley
protege el bien afectado o cuando el procedimiento de reparación judicial es tan
lento que resulta inútil. en estos casos, y en muchos toros, agentes externos e
internos presionan directamente a la organización, en la medida que pueden para
que se responsabilicen de sus acciones, al margen de si tienen o no una
obligación legal de hacerlo. Esas presiones, que de algún modo suponen el
reconocimiento de la impotencia del Estado frente a las organizaciones, pueden
conducir, cuando se acumulan, a lo que podemos llamar “bancarrota moral” de
esas mismas organizaciones. En cierto momento, una organización que haya
descuidado sus responsabilidades puede encontrarse ante una bancarrota de este
tipo, y que conduce a una bancarrota contable y que acaba por erosionar la
confianza de los consumidores, los gobiernos, y los mercados financieros. Las
organizaciones con una sólida cultura ética se caracterizan por anticipar esas
demandas asumiendo sus responsabilidades antes que sean planteadas como
quejas, o antes que se produzca el daño. Esto es lo que podemos llamar una
actitud proactiva, para distinguirla de la actitud reactiva que se basa en responder
a las demandas una vez que han sido formuladas

La importancia de la ética empresarial


La ética empresarial es algo de suma importancia en todas las empresas porque
es indispensable para que su éxito sea completo.

La ética es la disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con
la moral y el comportamiento humano. La ética empresarial es, pues, la rama de la
ética que se ocupa de atender las cuestiones morales en la actividad empresarial.

La ética empresarial es algo de suma importancia en todas las empresas porque


es indispensable para que su éxito sea completo. Una empresa no puede
solamente vender para generar ganancias, sin ocuparse de los valores y los
principios éticos, porque la falta de ética empresarial la llevará, tarde o temprano,
al fracaso.

La conducta y los valores de los directores de una empresa es un factor muy


importante para que se desarrolle un ambiente ético en la misma pues son los
directores y principalmente el Director General quien a través de su
comportamiento y valores éticos permean en sus empleados y en la organización
la cultura ética en la empresa. Por medio de estrategias, apoyadas por los
directivos, el personal se sentirá motivado para adoptar actitudes éticamente
correctas.

Adicionalmente, en aquellas empresas donde las políticas y procedimientos


buscan solamente alcanzar ciertos objetivos económicos, los empleados dejan,
con frecuencia, a un lado los principios éticos. Cuando no hay nada más
importante que cumplir con las metas comerciales surgen, invariablemente,
conflictos internos con el personal, por la falta de identificación, lo que, desde
luego, afecta de manera directa el crecimiento y el éxito de la organización. En las
empresas donde se respetan los principios éticos, todo el mundo sabe que el logro
de sus objetivos no justifica el uso de cualquier medio.

Para crecer y subsistir, las organizaciones necesitan tener la cohesión de ciertos


valores y normas que sean compartidos por sus integrantes. Virtudes como la
honestidad, la responsabilidad, la lealtad y el respeto, no son sólo valores éticos,
sino que tienen un valor económico palpable porque ayudan a la empresa a
alcanzar sus objetivos y a que la sociedad tenga más confianza en sus productos
o servicios. Este ambiente de confianza favorece también el acceso a los
mercados de capital, porque los inversionistas siempre quieren financiar a
organizaciones confiables, cuyos dirigentes y colaboradores manden un mensaje
de cultura ética en todo lo que hacen.

Historia

La expresión “ética empresarial” tal y como se usa actualmente se remonta solo a


la década de los setenta, aunque hunda sus raíces en la Antigüedad. Su historia
se forja en tres vertientes interrelacionadas, cada cual con dos ramificaciones. La
primera, la más extensa y más amorfa, es la ética en la faceta de los negocios, o
ética empresarial. Sus dos ramas son la religiosa y la secular. La segunda
vertiente es la de la ética empresarial académica, con sus ramificaciones filosófica
y empírica. La tercera es la ética empresarial como una ética integrada en los
negocios. Sus dos ramas son la del responsable de ética y la de la
responsabilidad social corporativa. Cada aspecto ejerce influencia en los otros y
se ve influido por el resto. La historia arranca en Estados Unidos pero el recorrido
de la ética empresarial en cada país varía y refleja las diversas situaciones
sociales, económicas y políticas de cada nación. A pesar de que la ética
empresarial en muchas naciones haya alcanzado un nivel de madurez, aún se
encuentra en ciernes una ética empresarial global.
La historia de la ética empresarial depende de lo que entendamos por “ética
empresarial”, siendo el término empleado con distintos sentidos y variando en
parte según el país. El término que actualmente se utiliza tiene su origen en
Estados Unidos y su uso se extendió en los años setenta. La historia de la ética
empresarial en Estados Unidos puede considerarse como la intersección entre
tres corrientes entrelazadas. Cada una de estas puede dividirse a su vez en al
menos dos ramas correspondientes. La primera corriente, a la que llamaré
corriente de la ética en los negocios, se refiere a la larga tradición de aplicar a los
negocios las normas de la ética, del mismo modo que se han aplicado a otros
aspectos de la vida social y personal. Esta corriente puede dividirse además en la
rama secular y la religiosa. La segunda corriente se corresponde con el desarrollo
de una disciplina académica que ha recibido el nombre de ética empresarial. Esta
se divide asimismo en dos ramas principales, siendo una la rama de la ética
empresarial filosófica, normativa y crítica, y la otra la rama científica y social,
principalmente descriptiva y empírica. La tercera corriente se corresponde con la
adopción en los negocios de la ética o, al menos, de lo que esta implica. De
nuevo, se subdivide en la integración de la ética en los negocios y la práctica
empresarial por un lado, y el compromiso de responsabilidad social de la empresa
por otro. En los años ochenta, la ética empresarial se introdujo en Europa y Japón,
aunque el término no encontró una traducción sencilla y su desarrollo en cada país
difería del seguido en Estados Unidos por las diferencias sociopolíticas y
económicas. Más adelante se propagó de formas distintas a otras partes del
mundo, en cada ocasión con un énfasis e historia locales diferentes. A escala
internacional, pasó a asociarse con el Pacto Mundial de las Naciones Unidas,
iniciado por el entonces secretario general de la ONU Kofi Annan de cara al Foro
Económico Mundial celebrado el 31 de enero de 1999, que despegó oficialmente
en julio de 2000 1.

De las tres corrientes, la primera, o corriente de la ética en los negocios, es la más


amorfa y más ampliamente seguida. Este es el sentido que el público general, los
nuevos reporteros y comentaristas, políticos y gente del mundo de los negocios
tienden a dar al término. En este sentido, la ética empresarial no es nada nuevo,
aunque el término como tal no se empleara para describirla antes de los años
setenta. La corriente representa la creencia ampliamente extendida de que la ética
se aplica a los negocios del mismo modo que se aplica al resto de los aspectos de
la vida. Los escándalos de soborno, abuso de información privilegiada, publicidad
engañosa y situaciones similares, las historias sobre Enron y Arthur Andersen, y el
sistema Ponzi de Bernard Madoff representan lo que generalmente se considera
una mala conducta en los negocios y el público general lo asocia con la ética
empresarial, o más concretamente, con el fracaso de la ética en los negocios. Las
reglas de la moralidad que se incumplen son aquellas que se aplican a todos los
componentes de la sociedad. La sola mención de la ética empresarial suele
suscitar anécdotas sobre los delitos de alguna compa- ñía o de algún hombre de
negocios. Peter Drucker, conocido teórico de la gestión empresarial, fue uno de
los que proclamaron la inexistencia de algo como la ética empresarial, solo existía
la ética en los negocios. Veía lo que consideraba la ética empresarial (Drucker
1981) como varios intentos de justificar prácticas empresariales claramente
inmorales según la norma habitual 2. Tenía razón al lanzar ataques contra dichos
intentos, pero lo escribió antes de que se desarrollara la disciplina académica y
sus comentarios no incluían la disciplina como realmente se creó. En su desarrollo
real, la mayoría admitía que las reglas de la moralidad habituales se aplican a los
negocios al igual que al resto de los aspectos de la vida.
Cinco valores básicos de la ética empresarial
Responsabilidad social. Una empresa comprometida socialmente contribuye a
mejorar las condiciones de vida de las zonas donde trabaja impulsando iniciativas
que potencien el crecimiento de la comunidad. Whole Foods, por ejemplo, ayuda a
las comunidades más desfavorecidas en los 69 países en los que opera a través
de la Whole Planet Foundation.
Transparencia y honestidad. Una comunicación transparente con los clientes y
proveedores y permitir que las cuentas económicas sean de dominio público son
factores que potencian la confianza en la empresa. Uno de los casos de ética
empresarial más interesantes es el de Patagonia, que a través del proyecto
Footprint Chronicles muestra su cadena de suministro y su impacto socio-
ambiental.
Creatividad e innovación. Incentivar la creatividad y la innovación dentro de la
empresa es fundamental para lograr una mayor eficiencia, rentabilidad y
competitividad. Google lo sabe, por eso permite que sus empleados destinen un
20% del horario laboral a desarrollar proyectos de intraemprendimiento
relacionados con el negocio.
Respeto por la vida familiar. La conciliación es cada vez más importante para los
trabajadores, por lo que el respeto por la vida familiar debe ser uno de los
principios fundamentales de la ética empresarial. Netflix es un buen ejemplo ya
que brinda 52 semanas de licencia parental remunerada que sus trabajadores
pueden tomar en cualquier momento.
Cuidado del medio ambiente. Todas las empresas tienen un impacto
medioambiental, ya sea en términos de consumo energético, emisiones de gases,
ruido o producción de desechos. Por eso, uno de los valores básicos de la ética
empresarial consiste en proteger el medio ambiente. Bosch, por ejemplo, invierte
la mitad de su presupuesto de investigación y desarrollo en impulsar tecnologías
que protejan al medio ambiente.
CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA EMPRESARIAL
o Es una ética de responsabilidad por las consecuencias de las decisiones que se
toman.
o Los miembros de la empresa son interlocutores validos.
o Los consumidores son interlocutores validos.
o Los miembros de la empresa han de cumplir con sus obligaciones y
corresponsabilizarse por los resultados, basados en la cooperación.
o La empresa ha de atenerse a un marco de justicia no solo legal, sino ante todo
moral.
o Cambio del modelo empresarial taylorista a un modelo postaylorista.
o Fomento de una cultura empresarial que configura formas de vida peculiares,
cada vez más ¨obligadas¨ para quienes tengan afán de supervivencia.

LOS PRINCIPIOS ÉTICOS FUNDAMENTALES EN LA CONCEPCIÓN DE LA


EMPRESA ÉTICA SON:

1. Transparencia que llega a todas las partes interesadas.


2. Información comprensible. Se entregará a los interesados de manera inteligible
y comprensible, con la frecuencia necesaria.
3. Implementación con acciones concretas del código de ética de conducta.
4. Mejora continua en el ejercicio de la responsabilidad ética, social y
medioambiental.
5. Posibilidad de verificar los datos del sistema de gestión ética".

TEORÍA SOBRE LA GESTIÓN DE LAS EMPRESAS ÉTICAS


Los componentes de una empresa ética.
Aunque pueden ser innumerables, los siguientes darían lugar a las bases de una
ética organizacional:
1. Vivir de acuerdo con los cinco valores fundamentales.
2. Una cultura organizacional con valores comunes para sus miembros.
3. Luchar por alcanzar la satisfacción de todos los agentes involucrados en la
empresa: accionistas, directivos, empleados, proveedores y clientes.
4. Asumir la responsabilidad social por sus actuaciones.
5. Pesa más el contrato moral entre la empresa y sus integrantes y asociados que
el mero contrato legal.
La ética suele mejorar el funcionamiento de la empresa mediante varias
vías:Reduce los conflictos de los miembros que la forman.
Mejora la imagen exterior de sí misma, supone un componente esencial del
concepto de "calidad total", tan importante hoy día.

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