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La academia, los medios

y los muertos

E n cualquier lugar de la superfi-


cie de este planeta se habla de
la cuestión criminal. Es casi de lo
arte complejo–, mientras pocos pa-
recen darse cuenta de que molesta-
mos demasiado al planeta y de que
único de lo que se habla –en com- le podemos provocar un estornudo
petencia con el fútbol, que es un que nos proyecte violentamente a
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

quién sabe dónde (por no usar al- fundo de la cuestión, porque mira-
guna expresión poco académica). mos las piezas sin comprender las
Se habla, se dice, con ese se imper- jugadas del tablero de un ajedrez
sonal del palabrerío. Y lo más cu- macabro, en el que en definitiva se
rioso es que casi todos creen tener juega el destino de todos.
la solución o, por lo menos, emiten Cuando nos limitamos a esos
opiniones. juicios quedamos entrampados en
Claro que se habla al compás de doña Rosa. Es claro que debe re-
juicios asertivos en tono sentencia- solverse el problema de doña Rosa,
dor emitidos por los medios masi- pero la trampa del viejo manipula-
vos de comunicación, que a veces dor de los festivos años 90 consistía
están en manos de grandes corpo- en encerrarnos en el problema de
raciones trasnacionales enredadas doña Rosa. Debo aclarar que siem-
con otras que le disputan el poder a pre me ofendió lo de doña Rosa, en
los estados bastante impotentes del justo homenaje a mi abuela mater-
mundo globalizado. na, que se llamaba Rosa y vivía en
Es indispensable escuchar lo un barrio –como yo lo hice siem-
que se habla para no quedar soli- pre– y pensaba mucho más y mejor
loqueando, como suele pasar en el que el personaje de ficción con que
mundo académico. Y en nuestro el artífice de la comunicación de los
país y en otros por los que a veces años irresponsables sintetizaba su
me desplazo se habla de la cues- planteo tramposo.
tión criminal como de un proble- Cuando se abrió la posibilidad
ma local. Las soluciones pasan por de escribir estas entregas, confieso
condenar a uno u otro personaje o que me sentí seriamente desafia-
institución, pero siempre hablan- do. En todo el mundo académico,
do de un problema local, nacional, los dedicados al tema observan y
provincial, a veces casi municipal. critican el fenómeno de centraliza-
Pocos se dan cuenta de que se ción de la cuestión criminal, incluso
trata de una cuestión mundial, en con muy buen diagnóstico. Nin-
la que se está jugando el meollo gún concepto de los que exponga
más profundo de la forma futura en estas entregas ha sido creado en
de convivencia e incluso quizá del el plano científico por mi exclusiva
destino mismo de la humanidad creatividad ni mucho menos.
en los próximos años, que puede Pero todo se queda en el mundo
no estar exento de errores fatales e académico, porque pareciera que
irreversibles. no tenemos la capacidad de comu-
Si nos quedamos en el plano del nicarlo o –más bien– que la comu-
análisis local perdemos lo más pro- nicación es contaminante, que la
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La academia, los medios y los muertos

pureza científica debe mantenerse cia, de coexistencia humana.


al margen de la comunicación, que Vivimos un momento de poder
perdemos nivel académico cuando planetario que es la globalización,
pretendemos explicar algo a eso que que sucede al colonialismo y al
hoy llaman la gente, sin percatar- neocolonialismo. Cada momen-
nos de que la gente somos nosotros to en este continuo del curso del
cuando nos duele el hígado o cuan- poder planetario fue marcado por
do vamos a comprar empanadas. una revolución: la mercantil del si-
Por supuesto que el pensa- glo XIV, la industrial del XVIII y
miento académico, universitario, ahora la tecnológica del siglo XX,
es importante, pero creo que llegó que se proyecta hacia el actual. Esta
la hora de comunicarlo. Las borlas última revolución –la tecnológica–
doctorales, las togas y las puñetas es fundamentalmente comunica-
(aclaro que se llama de ese modo a cional. Si no lo comprendemos y
las puntillas de las mangas togadas nos quedamos en nuestros ghetos
de los catedráticos), sirven de poco académicos, muy pobre será el ser-
cuando se habla de lo que todos sa- vicio que podremos brindar.
ben según lo que les dicen las gran- Hay un mundo que el común de
des corporaciones mediáticas del las personas no conoce, que se de-
mundo, incluyendo a muchos po- sarrolla en las universidades, en los
líticos, oportunistas algunos, cons- institutos de investigación, en las
cientes propulsores de un nuevo asociaciones internacionales regio-
totalitarismo otros, amedrentados nales y mundiales, en los foros y en
y temblando ante las corporaciones los posgrados, con una literatura in-
mediáticas los más. mensa, que alcanza proporciones si-
No estamos ante fenómenos derales, de tal dimensión que nadie
únicamente locales, nacionales, puede manejar individualmente. Es
provinciales ni municipales, sino el mundo de los criminólogos y los
ante problemas que podemos re- penalistas. Las corporaciones los
solver sólo en parte en esos niveles, ignoran, y cuando les ceden algún
pero que integran un entramado espacio, los técnicos se expresan en
mundial. Insisto: si no comprende- su propio dialecto, incomprensible
mos ese entramado siempre move- para el resto de los humanos.
remos mal las piezas, perderemos El desafío consiste en abrir esos
partida tras partida y debemos ha- conocimientos, no para pontificar
cer el mayor esfuerzo por impedir- desde la ciencia con la solución ni
lo, porque en el fondo se juega una para ser los iluminados que enmen-
encrucijada civilizatoria, una op- dándole la plana al viejo Platón pre-
ción de supervivencia, de toleran- tendemos un criminólogo rey, sino
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

para mostrar lo que se piensa y lo Pues bien, lo mismo sucede con


que hasta ahora se sabe. También la cuestión criminal: aumentan los
para hacer autocrítica sobre lo que muertos en el mundo. Se sostienen
decimos los propios técnicos que, peregrinas opiniones más o menos
por cierto, tampoco tenemos una parecidas a la teoría de los humo-
historia ni una genealogía del todo res; los políticos y las propias au-
prestigiosas, porque muchas veces toridades difunden o aceptan esas
nuestros colegas han legitimado lo incoherencias y, lamentablemente,
ilegitimable hasta límites increíbles. también aumentan los índices de
Imaginemos lo que sucedería mortalidad.
si con el mismo criterio se proce- Yo no estaba en 1811 cuando
diese en otros ámbitos, como por se suprimieron las togas en lo ju-
ejemplo, el de la medicina. Si en una dicial –ni siquiera en la Reforma
mesa de café alguien sostuviera la Universitaria de 1918–, porque no
teoría de los humores, es probable soy ningún fenómeno de la biolo-
que los contertulios lo mirarían con gía, pero sé que no usamos togas
sorna. Pero como la libertad es libre, en los tribunales ni en los claustros
por supuesto que cualquiera puede universitarios nacionales desde
seguir sosteniendo la teoría de los mucho antes de que me pusieran
humores en una mesa de café; nadie el primer pañal. Sin embargo, nos
discute ese derecho a expresarse. siguen pesando las togas y eso no es
Pero lo grave sería que la teo- admisible a la hora de comunicar.
ría de los humores fuese divulgada Si el campo de batalla es comuni-
como discurso único por los me- cacional, la lucha también debemos
dios de comunicación, que se des- darla en ese terreno. Este es el gran
prestigie o se ningunee a quien diga desafío. Por eso debemos arreman-
algo diferente, que los investigado- garnos las togas y salir al campo en
res médicos y biólogos se queden que nos desafían.
aislados con sus discursos en sus El común de la ciudadanía debe
institutos, que la autoridad sanita- saber que hay un mundo académico
ria y los políticos que hacen las leyes que habla de esto, de la cuestión cri-
crean en la opinión del café y no en minal, que si bien no tiene ningún
lo que podrían decir los médicos, monopolio de la verdad, ha pensa-
o peor aún, que los propios médi- do y discutido unas cuantas cosas,
cos hagan callar a quienes nieguen que se ha equivocado muchísimas
la teoría de los humores porque les veces y muy feo, pero que también
genera un peligro político. Es obvio ha aprendido de esos errores.
que el índice de mortalidad subiría Los médicos también se equi-
en forma alarmante. vocaron muchísimas veces, desde
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los tiempos en que para curar las Pero Baudrillard escribía en


heridas pasaban ungüentos sobre Francia, no sé si tomaba algún ape-
el arma ofensiva hasta los más cer- ritivo dulzón en una acera de París,
canos, en que para curar a los en- y lo hacía antes de Sarkozy y cuando
fermos mentales les agujereaban la nadie pensaba en la hija de Le Pen a
cabeza, pero no por eso nos pone- la cabeza de las encuestas. Nosotros
mos en manos de los curanderos estamos aquí, en el fondo del mapa
cuando se nos inflama el apéndice. o a la cabeza, depende desde dón-
Es verdad que hay diferencias de se lo mire (el norte arriba es una
entre la medicina y la ciencia penal mera convención; los neozelande-
y criminológica, y consiste en que ses alguna vez hicieron un mapa
en esta última se trata siempre del con el sur arriba), pero por suerte
poder, lo que no es ajeno a la medi- lejos de latitudes hoy más peligro-
cina, pero por lo menos en esta la sas, aunque con todos los inconve-
relación no es tan lineal. También nientes del subdesarrollo.
es cierto que incluso el concepto de Nos hallamos, por un lado, con
ciencia depende del poder que de- la publicidad mediática de las cor-
cide qué tiene ese estatus. Por eso, poraciones mundiales y su discurso
cuando se habla de ciencia penal único de represión indiscriminada
o de ciencia criminológica, puede hacia los sectores más pobres o ex-
ponerse en duda lo de ciencia, pero cluidos; por otro, con el discurso de
también se dice que la medicina no los académicos, aislados en sus ghe-
es una ciencia, sino un arte. tos y hablando en dialecto.
Como el mundo académico tam- Si junto con el aperitivo nos en-
bién se equivoca, tampoco es segu- gullimos las papitas fritas y los ma-
ro que lo que en él se habla sea la níes y pensamos que nada hay que
realidad. La cuestión de la realidad, pueda darnos un asidero de realidad,
en este como en tantos otros ámbi- estamos perdidos. Y no pretendo ser
tos, es algo muy problemático, en localista y afirmar que cuando digo
particular cuando vivimos una era nosotros me refiero sólo a los latinoa-
mediática, en que todo se construye. mericanos, sino que en pocos años
No me voy a meter en una cues- se ha hecho más que evidente que
tión que se discute desde los albores si no hay un mínimo asidero real en
de la filosofía, pero lo cierto es que estas cuestiones, también los fran-
en esta época el problema de la rea- ceses estarían perdidos con Sarkozy
lidad se ha disparado hasta un lími- y la niña Le Pen, para no hablar de
te tal que no faltó quien sostuviese los norteamericanos y su Tea Party
que todo es construido, que no hay (cuando era chico recuerdo que el
de dónde aferrarse. party era algo mucho más divertido).
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Perón decía que la única verdad ga lo suficiente, porque los matan.


es la realidad, pero las papitas fritas Estos quedan mudos, porque suele
y los maníes de Baudrillard nos di- afirmarse rotundamente que los
cen poco menos que la realidad no muertos no hablan, lo que es verdad
existe. ¿Será cierto esto en relación en sentido físico, pero sin embargo
con la cuestión criminal? No, por lo los cadáveres dicen muchas cosas
menos aquí –y no me meto con otras que esta afirmación rotunda oculta.
cosas que son de los filósofos– esto Veamos: un cadáver a veces llega
no es cierto. Si le hubiese pregunta- a decirnos hasta quién lo mató (por
do cuál es la realidad de la cuestión los signos que el autor deja en él), y
criminal a mi abuela Rosa –que in- siempre nos dice que está muerto.
sisto en que razonaba mucho mejor Esta es la más obvia palabra de los
que el comunicador que inventó al muertos: decirnos que están muer-
personaje– me había respondido tos. Por eso, cuando se afirma que
con toda sabiduría que la única rea- no hay asidero ninguno para la rea-
lidad en esto son los muertos. lidad en la cuestión criminal, lo que
Y es así, sin duda: la única verdad en verdad hacemos es enmudecer a
es la realidad, y la única realidad en los muertos, ignorar que nos dicen
la cuestión criminal son los muertos. que están muertos.
No cualquier muerto, claro, En mi complicada vida, cuando
porque la estadística demuestra era muy joven, inspeccionaba hos-
que hay casi un muerto por perso- pitales municipales y conocí a al-
na. Como algunos todavía no esta- gunas personas que hablaban con
mos muertos, existe una pequeña los muertos en las morgues; por
diferencia, lo que llevó al inmortal cierto que tenían algunos patitos
poeta portugués Fernando Pessoa desordenados. Aunque no presu-
a afirmar que el hombre es un ca- mo de mi salud mental, no me de-
dáver postergado. Por cierto, no dico a eso ahora, sino a algo bien
recomiendo su lectura en casos de diferente: preguntarme qué cadá-
bipolaridad (me parece que antes veres adelantados hay en las mor-
se llamaban alteraciones del cír- gues, en fosas comunes, en el mar
culo tímico, maníaco–depresivos o o quién sabe dónde.
melancólicos, ahora es más com- Por eso, lo que les voy a ir ex-
plicado, pero tampoco me meto en plicando tiene tres etapas funda-
cuestiones diagnósticas). mentales: lo que nos fue diciendo
En efecto: es cierto que todos a lo largo de la historia y lo que nos
los vivos –los que vivimos, quiero dice ahora la academia (la palabra
decir– somos postergados, pero hay de los académicos), lo que nos di-
algunos a los que no se los poster- cen los medios masivos de comu-
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La academia, los medios y los muertos

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nicación (la palabra de los medios) A veces la agresividad alcanza


y lo que nos dicen los muertos (la niveles cómicos, pero que pueden
palabra de los muertos). Después volverse dramáticos, como cuan-
veremos si podemos llegar a algu- do en los años 70 del –por suer-
na conclusión que, por mi parte, te– pasado siglo, según la posición
adelanto: el conjunto nos indica del dolo en la teoría del delito se
ante todo prudencia, cautela en pretendía descubrir subversivos.
el uso del poder represivo, mucha ¿Ustedes saben qué es la posición
cautela. del dolo en el delito? Pueden que-
Este es el programa de esta ex- darse tranquilos y vivir tantos años
posición en su mayor síntesis: saber como Matusalén sin saberlo y sin
lo que nos dicen los académicos, los que su existencia se altere en lo más
medios y los muertos. Como me mínimo, pero lo cierto es que hace
puedo arremangar la toga pero no cuatro décadas la cosa podía ter-
quitármela, porque cada uno tiene minar muy mal.
su deformación profesional difícil- Lejos de constituir esto una crí-
mente controlable pero nunca del tica negativa, es la pura descripción
todo cancelable, comenzaré por la de la realidad del mundo académi-
palabra de la academia. co por dentro y, por mi parte, creo
Pero para entrar al tema, antes que es un dato positivo –pese a sus
debo explicar algunas cuestiones inconvenientes– porque demuestra
sin las cuales no se comprende casi lo vivo que está el debate, la pasión
nada de los dialectos académicos, que se pone en llevarlo adelante, la
porque tampoco hay un único dia- intensidad de las discusiones.
lecto en la cuestión criminal. No Tampoco se trata de una carac-
sólo hay varios dialectos académi- terística contemporánea ni mucho
cos, sino que no suelen entenderse menos, sino que siempre ha sido de
entre ellos y, además, no es raro que este modo. Nos lo confirma la histo-
se detesten recíprocamente, aun- ria, la tradición oral en los cuentos
que a veces no lo hagan en voz alta. divertidos de los más viejos y de los
De todas formas, las imputaciones que lo hemos vivido directamente.
recíprocas son la comidilla de los Quien participa de ese mundo no
congresos y seminarios, los mati- se aburre y puedo asegurarles que
zan y les dan sabor. permite conocer a personalidades
Más aún: cuando uno pasa de notables, gente con una capacidad
un grupo al otro y logra dominar de trabajo y una sensibilidad e inte-
el nuevo dialecto, lo consideran un ligencia que, si se dedicasen a algo
traidor o un perdido, que ha dejado con mayor rating, habrían sobresa-
de ser científico. lido en cualquier ámbito.
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La academia, los medios y los muertos

Pero no se alarmen, mi propó- El primer movimiento será mirar


sito es traducir estos dialectos a hacia la Facultad de Derecho. Allí
un lenguaje comprensible para los están y de allí salen los penalistas.
mortales. Espero tener éxito y que Saben derecho penal. Sin duda es
no me suceda lo que a algunos tra- algo que tiene que ver con la cues-
ductores, que terminan escribiendo tión criminal. ¿Pero hasta dónde?
castellano con la estructura de la La idea de que el penalista es el
lengua original. más autorizado para proporcionar
Debo confesar que me sien- los conocimientos científicos acer-
to mucho más seguro por tener a ca de la cuestión criminal es una
Rep a mi lado. Dentro de poco les opinión popular, pero no científica.
explicaré la función del arte en la Ni de lejos basta con saber derecho
creación de estereotipos, y creo que penal para opinar con fundamento
es necesario combatir en el mismo científico acerca de la cuestión cri-
campo para destejer esa construc- minal, aunque sabiéndolo bien pue-
ción. Por otra parte, estoy seguro de hacerse mucho para resolver nu-
de que los dibujos de Rep perdura- merosos aspectos fundamentales
rán mucho más que lo que yo diga. en la práctica, pero eso es otra cosa.
Cuando hace poco leí que había Es necesario distinguir dos
fallecido Ferro, volvieron a mi me- ámbitos del conocimiento que son
moria Langostino, Bólido, el fan- muy diferentes, aunque suelen con-
tasma Benito, Tara Service, el Libro fundirse: el del penalista y el del
de Oro de Patoruzú, están vivos en criminólogo, o sea, el del derecho
mí desde la infancia, en tanto que penal por un lado y el de la crimi-
hace tiempo que son sólo historia nología por el otro.
quienes en esos años escribían so- Aclaro desde ahora que no se
bre la cuestión criminal. llevan nada bien, pero no pueden
separarse, y aunque declaren estar
divorciados son como esas parejas
¿Quién sabe de esto? que se excitan peleando y terminan
como todos sabemos. En las parejas

P ero volviendo al programa de


las tres palabras (la de la aca-
demia, la de los medios y la de los
es patológico, claro, pero en lo que
hace al derecho penal y la crimino-
logía tal vez lo sea un poco menos.
muertos), si queremos empezar ¿Qué hacen los penalistas? Ante
por la de la academia, lo primero todo son juristas, abogados. El de-
que debemos saber es a quién pre- recho se divide en ramas: civil, co-
guntar. ¿Quién se ocupa académi- mercial, laboral, administrativo,
camente de la cuestión criminal? constitucional, etc., y cada día se
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

especializa más y más. Hoy no hay La fuente principal de la cien-


nadie que maneje todo el derecho cia jurídico-penal de hoy, es decir,
en profundidad, como no hay nin- de la dogmática jurídica aplicada
gún médico que domine todas las a la ley penal, es la doctrina de los
especialidades. El derecho penal penalistas alemanes. Los ingleses
es una de esas ramas que se ocupa tienen su propia construcción, que
de trabajar la legislación penal para influye poco en la nuestra. Los fran-
proyectar lo que llamamos doctrina ceses han hecho muy poca dogmá-
jurídico-penal, es decir, para pro- tica jurídica, están muy cerca de la
yectar la forma en que los tribuna- vieja interpretación literal de la ley
les deben resolver los casos de ma- (lo que se llamaba exégesis). Los
nera ordenada, no contradictoria. italianos están bastante próximos a
De manera más sintética diría los alemanes, aunque con una tra-
que la ciencia del derecho penal que dición penal muy sólida y antigua.
se enseña en las cátedras universi- Los suizos y austríacos siguen di-
tarias de todo el mundo se ocupa rectamente las escuelas alemanas.
de interpretar las leyes penales de Los españoles lo hacen a pie jun-
modo armónico para facilitar la tillas, casi más que nosotros. En
tarea de los jueces, fiscales y de- toda América Latina se siguen cer-
fensores. Su trabajo es básicamente canamente las escuelas alemanas
de interpretación de textos con un desde hace muchos años. El pe-
método bastante complejo, que se nalismo norteamericano es más o
llama dogmática jurídica, porque menos comprensible en la medida
cada elemento en que descompo- en que sigue el modelo inglés, pero
nen la ley debe ser respetado como cuando se aparta de él es bastante
un dogma, dado que de lo contrario antojadizo.
no interpretarían sino que crearían Conforme a los principios de la
o modificarían la ley. ciencia jurídica alemana, los pena-
La tarea del penalista es funda- listas construyen un concepto jurí-
mental para que los tribunales no dico del delito que se llama teoría
resuelvan arbitrariamente lo que les general del delito. Las discusiones
pluguiese, sino conforme a un or- sobre esta teoría son poco menos
den más o menos racional, o sea, re- que interminables, pero en gene-
publicano y algo previsible. No voy ral se trata de un orden prioritario
a discutir ahora si la dogmática jurí- conceptual para establecer, frente a
dica del penalista consigue o no es- una conducta, si es o no delictiva en
tos objetivos. Tampoco viene al caso miras a una sentencia.
ni les interesan mucho a ustedes los Para eso se dice que el delito es
detalles de estas construcciones. una conducta típica, antijurídica y
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culpable. O sea, ante todo debe ser razón se consideraba que eran un
una acción humana, es decir, dota- apéndice de la Constitución, dado
da de voluntad. En segundo lugar, que marcaban límites a la libertad.
debe estar prohibida por la ley, o En nuestro país, sin ir más lejos,
sea, que cada tipo es la descripción los códigos penales fueron proyec-
que la ley hace de un delito: ma- tados por Carlos Tejedor en 1866,
tar a otro, apoderarse de una cosa que fue gobernador de la provin-
mueble ajena, etc. En tercer lugar, cia de Buenos Aires y no llegó a ser
no debe estar permitida, con las presidente de la República en lugar
excepciones de la legítima defensa de Roca porque protagonizó la últi-
o del estado de necesidad. Por úl- ma guerra civil en 1880, y por Ro-
timo, debe ser culpable, o sea, re- dolfo Moreno (h) en 1917, que tam-
prochable al autor: no lo es cuando bién fue gobernador de la provincia
éste no sabía lo que hacía, estaba y precandidato a presidente para las
loco (inimputable), etc. elecciones de 1944, y fue derrotado
Esta es la estructura básica sobre en el interior del partido conserva-
la que se discute, respetando ciertos dor por Patrón Costas, lo que preci-
principios constitucionales como la pitó el golpe de 1943.
legalidad, por ejemplo, que impide Entre medio hubo varios pro-
que se imponga pena por algo que yectos, y el más importante fue el
no está estrictamente descripto en de 1891, obra de los fundadores de
una ley anterior al hecho, o como la nuestra Facultad de Filosofía y Le-
lesividad, que requiere que en todo tras, que eran los jóvenes brillantes
delito haya un bien jurídico lesio- de la época: Rivarola, Piñero y Ma-
nado o puesto en peligro. tienzo. Los tres fueron destacados
Como puede verse, el delito de personajes públicos y uno de ellos,
los penalistas es una abstracción Matienzo, fue candidato a la vice-
que se construye con un objetivo presidencia de la República.
bien determinado, que es llegar a La trayectoria jurídica, intelec-
una sentencia racional o por lo me- tual y política de estos proyectis-
nos razonable. Pero en la realidad tas prueba que se tomaban muy en
social este delito no existe, porque serio las leyes penales, lo que hoy
en el plano de lo real existen viola- cambió rotundamente, pues ahora
ciones, homicidios, estafas, robos, las hacen los asesores de los políti-
etc., pero nunca el delito. cos, conforme a la agenda que les
En otros tiempos los penalistas marcan los medios masivos de co-
también proyectaban los códigos municación.
y las leyes penales, porque se les Por eso, los penalistas tampoco
daba muchísima importancia y con hacen hoy las leyes penales y se ocu-
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

pan casi exclusivamente de lo que Imperio Alemán hasta la posguerra


les cuento, es decir, de su interpre- por sobre Weimar, los crímenes del
tación, en la forma en que lo señalé. ascenso del nazismo, las masacres,
Lógicamente, se preguntarán el genocidio, la guerra, sin enterarse
qué es lo que saben estos señores de los millones de cadáveres. Todo
acerca de la realidad del delito, de lo eso pertenecía a las ciencias de la
que pasa en el mundo en que todos naturaleza y por lo tanto a ellos no
vivimos, de lo que hacen los delin- les incumbía.
cuentes, los policías, los jueces, las Para que se tranquilicen les diré
víctimas, los empresarios mediá- que hoy no todo el derecho penal si-
ticos, los periodistas, etc. Sencilla- gue este camino, aunque no faltan
mente, lo mismo que cualquier ve- nostálgicos que intentan atrinche-
cino que lee los diarios y mira tele- rarse en las normas. De cualquier
visión, porque el penalista se ocupa manera, eso es cuestión del derecho
de la ley, no de la realidad. penal, o sea, de lo que no nos ocu-
Esto, que puede llamar la aten- paremos aquí en cuanto tal, sino
ción de quien no se haya asomado precisamente de lo que pertenece
antes a este mundo, es sabido e in- al mundo del ser, en el que vivimos
cluso teorizado. Desde chiquito, todos los días.
cuando uno entra a la Facultad de De esto se ocupa la criminolo-
Derecho, le explican que allí se es- gía precisamente, donde conver-
tudian relaciones de normas, de de- gen muchos datos que provienen
ber ser y no de ser. de diferentes fuentes: sociología,
Incluso hay toda una corriente economía, antropología, discipli-
que pretende un corte radical entre nas psi, historia, etc., que tratan de
los estudios del deber ser y del ser. respondernos qué es y qué pasa con
Son los neokantianos, que dividen el poder punitivo, con la violencia
los conocimientos entre ciencias de productora de cadáveres, etc.
la naturaleza y ciencias de la cultu- Por supuesto que esta palabra
ra. El derecho sería una ciencia de de la academia también estuvo pla-
la cultura y lo que pasa en el mundo gada de palabrotas (o por lo menos
en que vivimos todos los días sería estas son las que tenemos ganas de
materia de las ciencias de la natura- decirle a veces), y pasó por diferen-
leza. ¿Les parece un poco esquizo- tes etapas. Primero se preguntó por
frénico? Algo de eso hay, es cierto. las causas del delito, lo que se llamó
La división fue tan tajante que criminología etiológica, y trataron
permitió que la gran mayoría de los de responderle los demonólogos,
penalistas de tiempos del nazismo los juristas y los filósofos, hasta los
pasasen tranquilamente desde el médicos, los psicólogos y los soció-
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logos. Mucho más recientemente Estas son las etapas que recorre-
advirtió que el poder punitivo tam- remos después de dar un pantalla-
bién era causa del delito, y pasó a zo general sobre el poder punitivo
analizarlo y a cuestionarlo, con di- y su función real en el marco del
ferente intensidad crítica. poder planetario.

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