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empezar, ya no sabía ni qué día era, pasaba el tiempo y notaba cada vez más
debidamente.
peste negra que había cesado hace bastantes años; y el índice demográfico
marchaba a las Indias para hacer fortuna. Todo parecía ir a mejor. En cambio,
Hartos ya de sufrir este martirio y de ver como morían nuestros seres cercanos
No dormí esa noche. Pensaba que si me quedaba allí iba a morir de hambre,
del pueblo para evitar el diezmo y otros impuestos; poder montar mi propia
lejos yo sola y también me daba pánico morir en medio del bosque devorada
embarcarme en el viaje.
No sabía lo que iba a tardar en encontrar un sitio adecuado, así que decidí
acercarme a las huertas para robar unas pocas verduras con el fin de aliviar el
Esperé a que amaneciera para comenzar a andar por un bosque con la idea de
atravesarlo. Muchas veces pensaba que era una locura, que debía volver
encontré una pequeña casa. Me entró la curiosidad así que opté por llamar a la
puerta.
- ¿Quién eres?
- Me llamo Aldara, vengo caminando desde Almería hasta aquí huyendo del
-Siento haberte incomodado, pero tenía que comprobar que no eras una
unos veinte kilómetros de los Pirineos. Si deseas puedes quedarte aquí los
mucho tiempo y trabajo todo, por lo que voy a tener que vivir un tiempo de la
setecientos metros aquí, si quieres puedo dejarte espacio para plantar tus
semillas.
posible.
Esa noche me quedé a dormir en su casa. El exterior daba a entender que era
una casa pequeña pero el interior lo desmentía. Era una casa peculiar, se
notaba que ella tenía dinero. Tenía numerosas alfombras, una chimenea
olvidarme de ello.
Esa noche cenamos sopa, y pan. Al mismo terminar, caí en un profundo sueño.
Al día siguiente, fui al huerto con Catalina, a recoger hortalizas para comer y
líquidos extraños con algunas de las hierbas. Me quedé sorprendida así que le
pregunté:
respondió ella.
- No, hija, no, aunque sé que podría aliviar a mucha gente, me matarían por
gente considera que eso es insultar e invalidar a Dios. Piensan que no existe
nada más allá que la religión, todo lo que ocurre es por voluntad de Dios, la
tachado brujería.
- ¡Me da igual! Si de todas formas vine aquí huyendo de la hambruna con el fin
Pasaron cinco años, Catalina y yo nos hicimos íntimas, éramos como madre e
por todo lo que Catalina me había enseñado y por haberme ofrecido hogar
durante años.
Un día cualquiera, fui a dar un paseo como solía hacer de costumbre y al llegar
a casa llamé a la puerta varias veces y nadie abrió por lo que le tuve que dar
una buena patada para poder acceder. Al entrar, llamé a Catalina varias veces,
decidí ir al huerto a ver si estaba allí pero justo al salir desplacé el felpudo sin
querer y entonces me di cuenta de que había una carta por lo que decidí
abrirla. En el sobre vi que ponía que era de Catalina para mí. Se notaba que la
había escrito rápido ya que me costaba entender la letra. La carta decía así:
Hola Aldara,
Te escribo esta carta porque vienen ya a por mí, me ha tocado ya sufrir las
por favor, que todo esto no quede en el olvido. Y si algún día la gente decide
confiar en los conocimientos del ser humano, saca a la luz todo. Me quedaría
muy tranquila si sé que mi trabajo realizado durante muchos años sirve para
hacer un bien. Me dijiste una vez que en cuanto pudieras me devolverías todo