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Surgimiento y Desarrollo del Ballet

Angélica Loría Cárdenas

Desde los inicios del ballet, en el siglo XV, este arte ha ido evolucionado y cambiando,
pues a lo largo de los años, se han buscado las maneras en las que se pueda perfeccionar de modo
que sea posible crear la mejor visualización y el placer estético para el público. A lo largo del
tiempo, se ha buscado que el ballet cumpla con diferentes funciones dentro de la sociedad. Estas
funciones han ido cambiando conforme el paso de los años, de forma en la que se ha ido
enfocando para alcanzar y llegar a otras perspectivas y estándares (Ramírez, 2019).

En el siglo XV, lo que conocemos como ballet hoy en día, eran las danzas de corte o las
historias de las danzas preclásicas. Estas danzas comienzan en Italia con el inicio de lo que fue el
Renacimiento, lo cual condujo a cambios en las ideas y conocimientos previamente establecidos
que abrieron las ideologías a más formas de pensamiento, cultura e indagación. La creatividad se
ve estimulada en muchos aspectos, como es la monarquía y la forma de expresar realeza y
elegancia, con lo que son las danzas de corte. Para las grandes fiestas y las reuniones reales, eran
necesarias estas danzas, por lo cual los maestros de danza empezaron a enseñar las posturas
correctas del cuerpo superior, los brazos y las manos. Además de esto, los partícipes de la realeza
en toda Europa participaron en pequeñas coreografías como fueron La Pavana, La Gallarda, La
Alemanda, La Curante, La Sarabanda, El Bourré, entre otras, (Naranjo, 2010).

Después de tener las danzas de corte establecidas, se empezó a buscar nuevas formas de
complacer a los aristócratas con la danza. Fue en Francia, en 1581, cuando se logró adaptar este
objetivo con la danza de forma en la que se crearon los primeros Ballets, producidos por
Catherine de’ Medici, en los cuales los artes como la música, la danza y la poesía se unieron y
crearon historias dramáticas con mucho entretenimiento (Danza Ballet, 2006). Estos ballets no
eran llevados a cabo por bailarines profesionales, sino por la misma gente de la corte. No fue
hasta que el rey Louis XIV, apasionado por la danza, funda la Academia Real de la Danza, la
gente de la corte deja de protagonizar las pequeñas coreografías y se empieza a buscar la
profesionalización de bailarines (Naranjo, 2010). A pesar de esto, la danza servía solo como un
acompañante, ya que se le daba más énfasis a la tragedia, la comedia, la actuación y el canto, de
aquí viene el nombre Ópera-Ballet. Con el paso del tiempo, el Ballet dejó de servir únicamente
como entretenimiento para los aristócratas y se empezó a buscar el entretenimiento de más
audiencias. En 1673 Jean-Baptiste Lully es el precursor de lo que ahora conocemos como Ballet
Clásico, ya que él compra el primer teatro de danza y funda la primera compañía de Ballet,
Ópera de París.

En el siglo XVIII, las ideas previamente establecidas del Ballet revolucionaron


completamente en cuanto a su visualización y la forma en la que los bailarines bailaban. Maria
Camargo y María Sallé, ambas bailarinas de la compañía Ópera de París, fueron las que
empezaron a guiar el Ballet hacia lo que hoy se le puede acontecer familiaridad en cuanto a su
apariencia, empezaron a utilizar zapatos de baile sin tacón, faldas más cortas, hasta los tobillos,
sin crinolina y el pelo acomodado sin peluca. Todos estos cambios empezaron para crear más
comodidad y estética visual, y fue Jean Georges Noverre quien promueve que el Ballet sea
considerado un arte autónomo en vez de ser utilizado de decoración para otros lenguajes de
expresión. En este siglo se buscaron nuevas estéticas y políticas, el Ballet fue un gran participe
de esto gracias a los ballets creados por Jean Georges Noverre (Naranjo, 2010). Entre sus obras
hay unas muy conocidas, como La Fille Mal Gardée, un ballet que gira en torno a los
campesinos, y a su vez se refleja la caída de la monarquía, ya que se crea un contraste con los
siglos XV-XVI, en los cuales la aristocracia era la responsable de las historias, bailes y el
protagonismo.

El Romanticismo en el Ballet se vio muy reflejado, su aparición en el siglo XVIII crea un


cambio de la visión del mundo y el Ballet como forma de expresión adopta estos cambios. En
este siglo se empieza a llevar a cabo el uso de nuevas técnicas, como son los saltos grandes y el
uso de las puntas. También se crean mayores cambios en cuanto a la iluminación y ambiente de
un Ballet por los avances tecnológicos de la luz y la inclusión de decorados lumínicos. El
objetivo principal del Ballet durante este periodo fue mostrar un mundo onírico, es decir, un
mundo ficticio, de sueños y fantasía. Uno de los primeros ballets en el cual se adoptan estos
cambios fue el Ballet de las Monjas, en el cual se muestran las monjas como espíritus, se utiliza
una luz tenue que simboliza la luz de la luna y también las bailarinas usan el tutú romántico para
crear movimientos más suaves y sutiles. María Taglioni, conocida por haber sido la fundadora
del ballet romántico, fue la primera en interpretar el ballet de La Sylphide, el cual independiza el
ballet de la ópera y aplica el uso técnico y artístico de las puntas. Este ballet tuvo mucha
influencia, sobretodo para Auguste Bournonville, bailarín y coreógrafo que decide crear su
propia versión del Ballet en Copenhague. El coreógrafo logra crear una técnica que se utiliza
hasta el momento para la interpretación de los ballets románticos, la cual incluye el uso del torso
erguido cuando se realizan las combinaciones de pies en los pequeños saltos y la simplicidad y
elegancia del uso de los brazos (Murcia, 2010).

En esta época se caracterizó el cambio de ideas y técnicas, por lo cual, se crean


dualidades, ya que muchos bailarines de Madrid viajan a París a realizar sus ballets, los cuales
eran completamente diferentes en su forma artística a lo previamente establecido. Sus
coreografías eran muy expresivas sobre todo en el uso del torso y los brazos, con movimientos
grandes y exóticos lo cual sorprende a las audiencias y quedan impactadas con esta técnica. A
pesar de esto, el mayor logro de esta época es considerado el ballet de Giselle, ya que logra crear
la expresión máxima de lo dramático y lo coreográfico, es el primer ballet con una partitura
original, creada únicamente para el ballet, y además, crea una estética correspondiente a todas las
ideas empleadas del ballet romántico. El último ballet romántico que fue creado fue Coppelia,
por Arthur Saint-Leon, e interpretada como primera bailarina por Giuseppina Bozzacchi. Este
ballet cuenta una historia alegre y sirve para cerrar una época de cambios, nuevas ideas y
dualidades (Murcia, 2010).
En la segunda mitad del siglo XIX, la mayor influencia del Ballet pasa de Francia a Rusia
con la creación de la Escuela de Ballet de San Petersburgo por Charles L. Didelot. Esta escuela
fue reconocida por sus múltiples maestros, como Enrico Cecchetti, quien fue muy reconocido
por sus habilidades para enseñar y el desarrollo de su propia técnica. Él tuvo a estudiantes que
ahora son muy reconocidos como fueron Anna Pavlova, Leonid Massine o Vaslav Nijinsky entre
otros. Aunque la figura más reconocida de esta escuela es Marius Petipa quien logra dirigir una
compañía de 250 bailarines con el teatro Mariinsky como sede, y con compositores como L.
Minkus, C.Pugni o R. Drigo. Aquí el ballet llega a una “cima” ya que logran utilizar la técnica
avanzada de Italia y el vocabulario del Ballet francés. Petipa es capaz de combinar aspectos
dramáticos como la pantomima y las danzas de carácter, además hace innovaciones muy
avanzadas como el establecimiento de los Pas de deux, y crea los ballets más famosos junto con
el compositor P.I. Tchaikovsky, como por ejemplo, El lago de los Cisnes, El Cascanueces, La
bella durmiente, Don Quijote, El Corsario, etc (Naranjo, 2010).

Después del éxito del Ballet en Rusia, muchas compañías por toda Europa y diferentes
partes del mundo se empiezan a formar y se logra mezclar el ballet junto con diferentes valores
del arte moderno, posmoderno y de esta forma se crea una gran variedad de estilos que hoy son
muy conocidos. Esto fue gracias a Sergei Diaghilev, quien impulsó a los ballets para sus
presentaciones por toda europa y a los coreógrafos para crear nuevas obras. Esto a su vez hizo
que en Estados Unidos se busquen nuevas formas de interpretar las más famosas obras y George
Balanchine desarrolla una nueva técnica para esto y fue el primero en tener una compañía que
buscó evolucionar el ballet a un estilo neoclásico y contemporáneo (Bibliodanza, s.f.). Todas
estas etapas le dieron forma al ballet y a la técnica que actualmente es utilizada en todas las
compañías y escuelas de ballet, cada una con sus alteraciones y propias interpretaciones del
Ballet Clásico.

Bibliografía
Ramírez, C. (2019). El antes y el después del ballet. https://www.contrareplica.mx/nota-el-antes-
y-el-despues-del-ballet-201918114
Naranjo, M. (2010). Historia del Ballet. https://www.contemporary-dance.org/historia-del-ballet.
html
Danza Ballet. (2006). Historia del Ballet. https://www.danzaballet.com/historia-del-ballet/
Murica, I. (2010). Historia de la Danza: El Ballet Romántico.
https://arteescenicas.wordpress .com/2010/10/24/historia-de-la-danza-3-el-ballet-
romantico/
Bibliodanza. (s.f). El Ballet en el siglo XX. https://www.ciudaddeladanza.com/bibliodanza/
historia-de-ballet/el-ballet-en-el-siglo-xx.html

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