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Ya en las pinturas rupestres de la Edad de Piedra está patente su uso para diversos
rituales; uso que continúa en frescos de Tebas y Egipto, en honor a Isis. Toda el área
mediterránea conserva testimonios de este tipo y, así, en torno al año 1400 antes de Cristo
existe ya la Danza del toro, en la que una serie de danzantes bailan alrededor de un toro,
saltando sobre sus cuernos.
Entendemos por qué hasta los duros guerreros espartanos la usaban como
entrenamiento para la guerra. Nada menos que Sócrates señala que "el que mejor baila es
el mejor guerrero". En los actos culturales de los griegos, desde tiempos remotos, la
palabra se asociaba a la música y la danza.
Bajo el aspecto de su función educadora, la mousike se entendía como un arte que une
palabra, melodía y baile, y se consideraba la más eficaz de las artes para educar al ser
humano.
A comienzos del siglo XV se publica el primer manual de danza europeo. Las bases para
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entender el proceso del nacimiento de la danza como arte de escenario son:
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corrente, la gavota y el saltarello.
XVI La eclosión del ballet como arte se produce durante la segunda mitad del siglo XVI, en
las cortes italianas, y llega a ser un arte específico cuando se incorpora a la corte francesa.
Ballet Así comienza la música de ballet más temprana, el ballet comique de la reine, que se
representa en París en 1581 para celebrar los esponsales del duque de Joyeuse con
Clásico Margarita de Lorena. Con ello nace el ballet clásico, predecesor del ballet moderno.
La danza sufre una gran evolución en Francia a partir de este momento, debido al apoyo
real. El rey Luis XIV se convierte en el gran mecenas del ballet; él mismo era bailarín y
aparecía en los ballets. Se crea así el denominado ballet de cour.
C
El ballet de cour era una forma de danza, y también dramática, que consistía en una
serie de entrées o cuadros compuestos por el declamado o cantado de versos,
la pantomima y el baile propiamente dicho. Era una danza estrictamente cortesana.
Su estructura era:
C
1. La obra dramática, con acción, desarrollo y desenlace.
2. Después seguía la obertura instrumental y se exponía el tema mediante un
recitado.
3. Seguían las entrées, que eran como los actos de la comedia y en los que se
mezclaba el canto y la danza.
4. Terminaba con el gran ballet, que era la apoteosis final en la que intervenía toda
la corte.
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cantidad de bailarines surgen a lo largo de ese siglo.
2. Algunas bailarinas, como Marie Camargo, quitan el tacón de los zapatos y acortan
las faldas con gran escándalo. Esto permitía pasos nuevos.
3. Su rival fue Marie Zallé, que traslada a Londres el invento.
4. Por fin llega el gran reformador del ballet, Jean Georges Noverre (1727-1809), que
lo reformará haciendo desaparecer las máscaras que cubrían a los danzarines,
dando a los ballets ideas dramáticas y dejando escrito un libro revolucionario:
Cartas sobre la danza y el ballet, en 1760.
Pero las reformas no se quedaron en Noverre. Casi al mismo tiempo otro gran
reformador que vivía en Austria, llamado Hilferding, fue nombrado en Viena maestro de
baile del Teatro de la Corte. Comenzó suprimiendo pelucas y caretas, e incorporando al
ballet a personajes reales, aldeanos tiroleses y húngaros con sus trajes; se representaron
numerosos ballets mímicos, respetando las leyes del arte dramático, igual que Noverre.
Las ideas de Hilferding fueron seguidas por su sucesor en Viena, el italiano Angiolini,
quien montó gran cantidad de ballets-pantomima. En su estancia en Milán conoció a
Noverre y comenzó la disputa entre ambos por saber quién había descubierto el ballet-
pantomima, de donde se originan las Cartas de Noverre.
Lo importante es señalar que entre los tres entregaron a Europa un nuevo “ballet-
drama-pantomima”. Para estos bailarines crearon música los grandes compositores del
momento, sobre todo Gluck, a quien ya se ha estudiado; y el ballet tuvo una gran vida,
desde la llegada al trono de Luis XVI hasta la Revolución Francesa.
Hay otros dos nombres esenciales para el ballet, situados entre los siglos XVIII y XIX:
Salvatore Viganó y Carlo Blasis. El italiano Viganó se casó con la segunda gran
bailarina del momento, la vienesa María Medina, y aportó al ballet las siguientes
novedades:
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• Realizó y puso en vigencia los pensamientos de Noverre.
• Consiguió que el cuerpo de baile, que hasta entonces casi no se movía, comenzase a
hacerlo dando a cada bailarín una función.
• Ponía especial cuidado en la música, que en muchos casos componía él mismo.
• Creó muchos ballets, entre ellos Prometeo y Los titanes.
Igual de importante fue Carlo Blasis (1795-1878), que aporta sobre todo la pedagogía,
escribiendo un Tratado teórico-práctico de la danza, 1820.
El otro gran ballet romántico de aquellos años fue Giselle. Creado por Jules Perrot para
quien era su compañera de danza Carlotta Grisi, con música de Adolphe Adam. Es un
ballet realista y místico a la vez, es decir, humano en el primer acto y fantástico en el
segundo, por lo que el bailarín ha de unir todas las técnicas del baile.
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• El bolero es el primer baile famoso, de pareja, con tres partes: introducción,
adorno y exaltación.
• La seguidilla se origina en La Mancha, pero rápidamente se extiende por toda
España surgiendo variantes: seguidillas boleras, pasiegas, sevillanas, gallegas, etc.
Es un baile alegre, en ritmo ternario, rico en figuras y variedad de movimientos,
sobre todo de los pies; con acompañamiento de guitarra y castañuelas.
• El fandango es la tercera danza en importancia; una danza plena de carácter y de
expresión pasional.
Del empleo de estas danzas surge la denominada Escuela bolera, que podríamos definir
como una danza académica nacional española, cuyos movimientos surgen de la
síntesis entre los pasos y mudanzas del baile teatral del bolero y del ballet
francés.
Pero dentro de esta decadencia un país surgía con fuerza, Rusia. Desde comienzos del
siglo XIX los maestros de ballet franceses viajan a Rusia, donde comienza a desarrollarse el
ballet, de forma que en torno a 1880 el ballet clásico alcanza su esplendor en esta nación.
Esta restauración está relacionada con la llegada del bailarín y coreógrafo Marius Petipá.
La entrada de los danzarines rusos en el ballet fue un suceso fundamental. Con un tipo de
danza masculina, consiguieron que el hombre dejase de ser un simple acompañante de la
mujer. Las novedades que este coreógrafo impone son:
• Gran exigencia técnica a todos los bailarines, no sólo a los principales.
• Acepta la tradición rusa de dar la misma importancia a los bailarines masculinos
(dotados de gran fuerza y virilidad), que a los femeninos.
• Inventa pasos y movimientos nuevos.
• Sus ballets tenían por lo general seis actos, con agrupaciones complicadas y muy
grandes.
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En los cambios ejerce su influencia el descubrimiento de las danzas afroamericanas.
Pero la gran reforma del ballet vino a través de los nuevos rusos. Surge en esta nación un
personaje casi mítico Sergei Diaghilev, que elevó de nuevo la danza a arte fundamental.
Su llegada a París produjo una auténtica revolución, con obras como Danzas del príncipe
lgor.
Las nuevas ideas se plasmaron en una serie de nuevos ballets, todos ellos de
Stravinski: El pájaro de fuego (1909), Petrushka (1912), y sobre todo La
consagración de la primavera (1913), cuyo estreno originó una auténtica batalla
campal. Esos ballets produjeron un impacto imborrable en Europa y viajaron por todos los
países, entre ellos España.
Otros dos grandes nombres del ballet están unidos a los últimos años de ¡os "ballets
rusos", el bailarín Serge Lifar, que se convierte en estrella del conjunto en 1923, con
estrenos tan fundamentales como Apolo y las musas, de Stravinski, y el escenógrafo
George Balanchine, hombre más enraizado en la música clásica y que será el puente
entre Rusia y Norteamérica, donde desarrolló la mayor parte de su carrera. Dos de sus
grandes creaciones son, la citada Apolo y las musas y El canto del ruiseñor, ambas de
Stravinski.
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3.3.- Otros reformadores.
Isadora Duncan (1878-1927), tuvo la trascendencia de llamar la atención sobre una
nueva forma de hacer ballet, que sacudió de manera sustancial este arte como lo harán los
nuevos rusos. Es la primera bailarina moderna, en sentido estricto; desarrolla formas de
danza libre, buscando movimientos más espontáneos. Ataca la danza académica, el baile
sobre las puntas de los pies, las posiciones antinaturales, ibera a los danzarines de las
vestimentas, mallas, zapatillas de raso, etc.
En Europa surgieron nuevas escuelas de ballet con danzarines de primera calidad; así,
en Inglaterra Margot Fonteyn; en Rusia Rudolf Nureyev (1938-1993); ambos
formaron la pareja de danza más famosa del mundo durante la década de los años sesenta.
En Francia destacó Roland Petit, coreógrafo y bailarín que también había formado pareja
con Margot Fonteyn.
Un lugar especial merece otro francés nacido en Marsella en 1927, Maurice Bejart con
una personalidad mágica en sus movimientos, sus ojos y su sonrisa. Bailó como solista en
la compañía de Roland Petit. Su primera coreografía importante fue Sinfonía para un
hombre solo, que tuvo gran éxito. En 1960 se estableció en Bruselas, donde fundó una
compañía estable que llamó "Ballet del siglo XX". Varias de sus coreografías más famosas
lo han sido para música de su compratiota Pierre Boulez, con el que ha colaborado en
repetidas ocasiones.
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• Aparece el argumento como en los grandes ballets.
El auge de este tipo de danza, como hemos señalado, se da en los primeros años del
siglo XX y, sobre todo, a partir de la revolución que supuso El amor brujo de Falla.
Diaghilev, emocionado por este ballet, encarga a Falla otro y así surge El sombrero de tres
picos.
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10.- LA DANZA EN EL RENACIMIENTO
10.1.- Fuentes
Las cortes principescas del Renacimiento italiano jugarán un papel esencial en el desarrollo de las
artes. Los mecenas italianos gustarán de rodearse de artistas capaces de organizar para ellos
suntuosos divertimentos que conjuguen música, poesía, arquitectura, pintura, escultura y, por
supuesto, baile. Entre estos artistas pertenecientes a los círculos de los príncipes renacentistas
también figura el maestro de danza. Estos espectáculos se realizaban para festejar bodas, bautizos
de nobles y príncipes y victorias políticas en las que ellos mismos actuaban buscando tanto su propio
engrandecimiento y lucimiento personales como el de su de su país y corte, ofreciendo una imagen
de importancia, poderío, lujo y suntuosidad.
Mascaradas: desfile ejecutado al aire libre por un grupo de personas que llevaban
máscaras y disfraces. Con el tiempo se fue organizando y podía tener un contenido
dramático basado en un mito. También podía tener partes recitadas e incluir música,
canto y baile.
Intermedios: forma recreativa intercalada entre los actos de diversos espectáculos
(representaciones teatrales, banquetes) compuesta de piezas instrumentales y cantadas
o coreografiadas con diferentes géneros de danza, pantomimas y juegos. Entre sus
funciones podemos citar el servir a la transición temporal y técnica entre los diversos
actos o platos.
Vamos a citar ahora algunas de las principales danzas cortesanas más conocidas en el
renacimiento, clasificadas según dos criterios:
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El surgimiento del ballet de corte: con el material de danzas cortesanas descritas en el cuadro
anterior y algunas otras más se empezaron a montar, en la Francia de finales del siglo XVI, los
primeros ballets de corte que podemos definir como danzas organizadas en torno a una acción
dramática. Vivirá su esplendor en pleno periodo barroco. Entre sus características podemos citar:
2. Las coreografías empleaban las danzas de corte existentes. Alternaban solos con danzas
colectivas. Los pasos eran sencillos pero las evoluciones dibujaban a veces complicadas formas
geométricas y/o diversos símbolos.
3. En la última entrada, llamada gran ballet final, participaban la mayoría de integrantes del
espectáculo (entre los que se incluían los nobles e incluso algún miembro de la familia real) y
concluía con el gran baile al que se unían espectadores e intérpretes. Esta última entrada era
una pieza de danza pura, desprovista de todo sentido narrativo, en contraposición al resto de
entradas que sí tenían sentido narrativo y hacían avanzar la acción.
CUESTIONES:
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CUESTIONES
4.0.- INTRODUCCIÓN
Durante el siglo XVII Francia releva a Italia (más interesada en el desarrollo del drama
musical o futura ópera) en cuanto a danza se refiere adquiriendo la primacía absoluta y
manteniendo este dominio durante más de dos siglos. En Francia, la danza formará parte de la
educación de los señores, al mismo nivel que la esgrima y la equitación.
4.1.- EL BALLET DURANTE EL REINADO DE LUIS XIII (Rey de Francia entre 1610 y 1643)
Las danzas más en boga en la época fueron la bourrée, la courante, la chacona, la giga, el
minué, el paspié y el pasacalle siendo de todas ellas el minué la que más se desarrolló. En estas
danzas eran de gran importancia distintos tipos de reverencias efectuadas bien antes, durante
o después del baile.
Los primeros ballets de corte aparecieron a finales del siglo XVI para celebrar algún
acontecimiento de la vida de la corte (bodas, nacimientos, alianzas políticas, recepciones
oficiales, homenajes, etc.) Se ejecutaban en el centro de amplios salones reales con asistencia
de un numeroso público cortesano que se sentaba alrededor de la sala, con lo que el baile se
veía desde todos los ángulos y desde un punto de vista elevado.
Durante este periodo asistimos al surgimiento del escenario. 8 Supone una reducción y una
elevación del espacio de representación lo que produce un cambio fundamental de la óptica del
espectáculo (pasa a ser visto de frente y desde abajo). Esto acarreará modificaciones
importantes en las coreografías:
8 Primero se coloca una tarima elevada de uno 50 cm en un extremo de la sala. Esta tarima
se irá elevando hasta alcanzar una altura de 1.80 m.
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Los bailarines tendrán menos espacio para moverse con lo que se restringen las
evoluciones geométricas y la horizontalidad de la danza. La danza se verticaliza, se hace
más aérea, con más saltos, naciendo la danza de elevación. Esta danza ya no podrá ser
danzada por cualquiera, con lo que aparecerán los primeros bailarines profesionales. El
solista destacará del cuerpo de baile.
En torno a esta nueva tipología de espacio escénico heredada del teatro poco a poco se
irá desarrollando un marco arquitectónico que posibilitará los cambios de decorados y
todo lo relativo a la tramoya y la maquinaria escénica: aparece el telón para marcar más
la diferencia entre el escenario y la sala, surgen nuevos procedimientos para cambiar los
decorados (bastidores deslizantes, plataformas giratorias, etc.), se hace uso por primera
vez de los escotillones (trampilla en el escenario por la que se hacía aparecer, subir o
bajar algo o alguien, se alcanzó una gran perfección en el manejo de los efectos de
fuego y agua en el escenario, etc. Todas estas novedades se generalizarán y
perfeccionarán en la 2ª mitad del siglo.
En cuanto al vestuario, al ser el ballet un espectáculo mudo, el traje debía ayudar al bailarín
a encarnar su personaje y darle el carácter expresivo que le correspondiera. Por este motivo,
los modistos dan vía libre a su imaginación apareciendo los trajes llenos de accesorios, adornos
y artilugios: son los trajes simbólicos en los que el traje refleja y retrata fielmente el personaje.
Por otra parte, el vestuario ejerce una influencia notable sobre la técnica: la de los hombres
suele ser más espectacular al llevar el tonnelet (especie de pantalones cortos) por debajo de la
rodilla. Las mujeres ven limitados sus movimientos por sus pesadas ropas y por el hecho de
llevar zapatos de tacón alto.
4.2.- EL BALLET DURANTE EL REINADO DE LUIS XIV (Rey de Francia entre 1643 y 1715)
En la segunda mitad del siglo XVII se asiste a la fase final del ballet de corte. Los de esta
época se caracterizan por: añadir un prólogo y un epílogo, articular el contenido dramático con
mayor coherencia, la utilización de máscaras con lo que los bailarines, al no necesitar esforzarse
en la expresión, pueden concentrarse en las poses y movimientos del cuerpo y, finalmente, por
su magnificencia y esplendor. Con Luis XIV juegan también un papel político ya que sirven para
reforzar la autoridad absoluta del monarca. Bajo su reinado la danza se inscribe en una política
cultural que buscará dar de Francia una imagen de potencia brillante y dominadora.
El propio rey, Luis XIV, tendrá verdaderas condiciones para la danza y será un excelente
bailarín. Debuta a los trece años en el ballet Casandra y a los quince encarnará al sol naciente
en el Ballet de la noche (1653). Esta interpretación le valdrá el sobrenombre de rey Sol. Su
autentica pasión por el género explica el importantísimo papel que este rey jugará en la
extensión y desarrollo de la belle danse (danza aristocrática) al fundar la Academia Real de
Danza, la Academia Real de Música y al apoyar el nacimiento de nuevos géneros líricos y
dramáticos que incluyen la danza.
Fue fundada en 1661 por Luis XIV de Francia con la intención de rehabilitar el arte de la
danza que, según él, estaba en manos de intrusos. La función de la academia, compuesta por 13
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miembros, era analizar la danza, codificar y normalizar los pasos y los sistemas de escritura de
la danza, aprobar nuevas danzas, difundir las normas que se aprobaban en su seno y formar
bailarines profesionales.
Tuvo un papel transcendental para la regularización y el impulso de este arte. Con el paso
del tiempo el trabajo de reflexión y teorización parece abandonarse en beneficio de la
formación de bailarines para la Academia Real de Música. De ella saldrán los primeros
bailarines y bailarinas profesionales9. A partir de ahora, el género será realizado por
profesionales.
Fundada en 1669 por Luis XIV de Francia con el propósito de impulsar la creación de óperas.
Al estar la danza inserta en la mayoría de espectáculos, la Academia contó desde el principio
con un cuerpo de ballet permanente. Será la primera compañía institucional, la primera que
asegurará a los bailarines un empleo y salario fijos. Por ella pasarán los más relevantes
bailarines de la época y en ella se formarán las cuatro primeras bailarinas profesionales.
Durante este siglo se extiende la ópera italiana. Los franceses introducirán el ballet en estas
obras, primero en forma de divertimento entre los actos y luego integrándola en la acción
dramática, creando así nuevos géneros de espectáculo en los que la danza, por si sola, se revela
como un arte con capacidad de contribuir al desarrollo de una acción dramática. Entre estos
nuevos géneros podemos destacar:
La comedia ballet: inventado por Moliere, el espectáculo se basaba en intermedios,
cantados y bailados, que enriquecían y matizaban la comedia. La idea era facilitar el
cambio de vestuario de los artistas. La obra estaba precedida de una obertura musical y
un prologo cantado y bailado. El género se agota con la muerte de Moliére en 1673,
único autor textual.
Tragicomedia ballet: género a medio camino entre la superficialidad del género anterior
y la gravedad del siguiente.
Ópera francesa, tragedia en música, tragedia lírica o tragedia ballet: fue J. B. Lully10 el
creador de este género que podemos definir como ópera autóctona francesa
fusionando tragedia y danza al hacerse cargo de la Academia Real de Música en 1672.
La ópera ballet: proviene del la anterior pero se diferencia en que aquí la acción
cantada se reduce al máximo en favor de la danza que no sólo será un ornamento sino
que tendrá una función narrativa, integrándose en la acción.
9 Louis Guillame Pécourt, Raoul Auger Feuillet, Pierre Rameau, Claude Ballon, Michel Blondy,
Mademoiselle de la Fontaine, Marie Therese Perdou de Subligny, Francoise Prévost, etc.
10 Lully: violinista, compositor y escenógrafo de origen italiano. Cortesano astuto, consigue
mantener el favor del rey durante toda su vida profesional, desempeñando sucesivamente los
cargos de muchacho de cámara, compositor de música instrumental, supervisor de música real
y director de la Academia Real de la Música, dónde ejerció un control absoluto. Se hizo
prácticamente con el monopolio de las artes musicales en Francia. Su obra será modelo para los
compositores franceses durante varias generaciones, siendo el mayor compositor de música
profana de su tiempo. Con él la orquesta comienza a adquirir forma definida.
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CUESTIONES:
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Grandes guitarristas que logran que este instrumento ocupe, a finales del siglo XVIII, un lugar del todo
privilegiado. Los más importantes: Fernando Ferrandiere, Fernando Sor (1778-1839) y Dionisio Aguado,
auténtico virtuoso del instrumento para el que dejó rondós, valses, minuetos y variaciones.
A lo largo del siglo XVIII la danza se hace cada vez más compleja, evolucionando hacia la
profesionalización y el virtuosismo. Sus principios serán l’en dehors4 y la verticalidad. Su estilo se ajusta
a la estética del Clasicismo: equilibrio, simetría, orden, elegancia, precisión y limpieza en la ejecución de
los movimientos.
La danza continuará oscilando entre dos polos: la danza narrativa que pone el acento en el
contenido, en el tema que se desarrolla y donde la técnica está al servicio de la expresión (escuela
francesa) y la danza formal o puramente técnica que pone el acento en la forma, en el vigor y brío, en el
virtuosismo que lleva a la acrobacia y que descuida la delicadeza y el rigor (escuela italiana).
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El “en dehors” (“hacia fuera”) es la base de la técnica en la danza clásica. Se trata de llevar “hacia fuera” las
extremidades inferiores rotando externamente el fémur. Los muslos giran desde las caderas, gracias al trabajo que
realizan los músculos rotadores externos, hasta conseguir que los pies lleguen a formar una apertura de 180º.
El género aparece a principios del siglo XVIII en diversas escenas europeas como intermedio o
divertimento danzado en el seno de obras teatrales o líricas. Hacia mediados del XVIII se extiende por
las grandes escenas europeas: Franz Hilverding trabajará en Viena y San Petersburgo mientras Noverre
y Anglioni se repartirán Austria e Italia, concretando la forma del género tanto en sus obras como en
sus escritos. Sus discípulos difundirán sus ideas en Londres, Burdeos, Suecia, Dinamarca…
Con la publicación en 1760 de “Las cartas sobre la danza y los ballets” de Noverre como parte de
una polémica con Anglioni acerca de la paternidad de este nuevo tipo de espectáculo, el ballet
pantomima recibirá su consagración definitiva. En este libro Noverre expone sus concepciones sobre el
ballet:
o Aboga por un ballet que, en lugar de ser una mera sucesión de danzas convencionales,
ponga en escena una acción dramática donde los bailarines expresen sentimientos.
o Las historias contadas se desmarcan del habitual clima mitológico que caracterizaba al ballet
hasta entonces para ofrecer temáticas reales en las que intervienen personajes corrientes
procedentes de la clase media.
o Defiende la capacidad de la danza de ser el vehículo de la narración.
o La perfección en la ejecución nunca debe ser un fin en sí mismo sino que debe estar al
servicio de la libertad en la expresión dramática.
o Abandona el uso de máscaras y pelucas y aligera el vestuario de las bailarinas.
o Rehabilita la pantomima encargada de hacer avanzar la acción de sus ballets.
o Por último, se preocupa del estudio de la anatomía humana para saber qué es lo que se le
puede exigir al cuerpo humano.
En el siglo XIX será la forma coreográfica dominante de la que los coreógrafos eliminarán la
pantomima.
.
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6. Cita compositores españoles de música instrumental pertenecientes al
Romanticismo.
7. Cita y explica las corrientes sinfónicas más importantes al final del siglo XIX.
8. Las sinfonías de Mahler.
9. Obras orquestales de Richard Strauss.
10. Citas las principales corrientes musicales de la Francia de finales de siglo, con sus
autores y obras más representativas.
11. Cita compositores de música religiosa y algunas de las obras más representativas.
Los primeros años del siglo XIX se caracterizan por prolongar la supremacía de la
danza masculina del siglo anterior. Las bailarinas en cambio, limitadas en sus
movimientos por el vestuario y el calzado, quedaban relegadas a la realización
movimientos menos virtuosos. Pronto aparece una novedad técnica y estilística muy
importante que revierte por completo esta situación: la técnica e las puntas.
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Hija de Filipo Taglioni, coreógrafo de grandes ballets como La Sílfide, Natalia, La lechera Suiza, Rebelion en el Serrallo, L a gitana, La sombra... Su
genialidad se debe a un cúmulo de circunstancias: la extraordinaria complicidad artística con su hija hace que, a través del gran e implacable
trabajo hecho con ella, la convierta en intérprete ideal para plasmar toda la dimensión artística de sus coreografías.
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sugerente, y todo el aparato escénico que se pondrá al servicio de los seres y espíritus
sobrenaturales protagonistas.
Entre las principales personalidades dancísticas durante esta 1ª parte del siglo XIX
podemos señalar:
En la 2ª mitad del siglo se produce una crisis en el ballet romántico, que se traduce en
su práctica desaparición de los principales teatros franceses e ingleses y en su descenso
a teatros de segunda categoría en los que fue expirando poco a poco. Entre los factores
que explican esta crisis podemos citar: cambio en el gusto del público que ahora se
orientará hacia nuevos tipos de espectáculos que tendrán un rápido y enorme éxito
tales como el music-hall o espectáculo de variedades en el que predomina la
canción, combinada con números tomados del baile, teatro, circo (magia, malabares,
acrobacia), etc. Por consiguiente, se abrirán muchas salas de music-hall y café conciertos
en los que se ofertará una danza más popular y divertida.
Desaparecido el ballet romántico (hacia 1870, más o menos) los nuevos centros de la
danza serán Italia y Rusia.
La resurrección del ballet como arte vendrá de la Rusia Imperial que ofrecerá un
terreno particularmente favorable: su potente corte, último reducto de monarquía
absoluta en Europa, consagrará enormes sumas de dinero al ballet, que allí gozará de la
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misma categoría que la ópera, y acogerá favorablemente la llegada de profesores,
bailarines y coreógrafos franceses, italianos y daneses lo que dará lugar a una simbiosis
única que desembocará en la creación de la escuela rusa de ballet, clasicismo o
academicismo ruso, caracterizada por la elegancia de la escuela madre francesa, las
aportaciones de la vía danesa, el virtuosismo de la escuela italiana, todo ello sobre la
base de la propia idiosincrasia eslava.
Dentro de esta escuela rusa, no podemos dejar de nombrar a Marius Petipa. Como
coreógrafo firmará unas 60 coreografías de ballet y una treintena de danzas para
óperas. Su obra como coreógrafo constituye todavía lo esencial del repertorio de toda
compañía clásica y sus variaciones un reto y una vara de medir de las capacidades de las
bailarinas clásicas. Entre las características de su producción podemos destacar:
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A Tchaikovsky hay que reconocerle el mérito de elevar la música de ballet a la categoría de género musical y dejar establecidos los cánones que
todo compositor habría de seguir para poder componer un ballet que resultara bailable. Merece también la pena destacar la hum ildad que
caracterizaba a este compositor y que le hacía aceptar todas las indicaciones formuladas por el coreógrafo.
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Cada acto presenta un punto culminante: el adagio de la rosa, del acto I, la escena de la visión, del acto II o el paso a dos de la boda o la
variación del pájaro azul del acto III; convirtiéndose cada uno de ellos en uno de los fragmentos más repetidos del repertorio clásico.
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Dará muestras de su talento en la coreografía de las danzas española, árabe, rusa, china, de los mirlitones, en el elegante vals de las flores, en el
paso a dos final y en el poético cuadro de los copos de nieve del acto I, donde sesenta bailarinas creaban la ilusión de una tempestad de nieve.
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El cambio en Rusia era, a todos los niveles, imparable. La revolución rusa estaba a las
puertas y el imperio zarista se acercaba a una época de grandes cambios sociales y
políticos de los que el ballet, como forma artística, no se podía librar. El fin de ballet
imperial era también el fin de una era, de un régimen y de una sociedad. Por otra parte el
ballet había alcanzado tal perfección técnica que se situaba en el ámbito del puro
virtuosismo, con lo cual para muchos se estaba asistiendo a su decadencia. Toda la
futura reforma de Fokine (a principios del siglo XX) responderá a su rebelión contra una
técnica fría y mecánica.
Con la llegada de Carlos III (rey de España entre 1759 y 1788), el intercambio de ideas
con el resto de Europa se intensificó. Se sabe de la presencia en España de bailarines y
coreógrafos italianos y franceses: Salvatore Viganó se casará con la bailarina madrileña
María Medina, siendo esta bailarina uno de los primeros puntos de contacto entre la
incipiente escuela española y el lenguaje internacional del ballet, influyendo en el propio
Viganó y, los dos, en toda la generación posterior de bailarines. Por consiguiente, en las
postrimerías del siglo XVIII, en un contexto de reacción a las escuelas italianas y francesa,
se puede hablar de lo que posteriormente (ya en el siglo XX) se ha dado en llamar
Escuela española de danza, danza clásica española o Escuela Bolera: estilización
progresiva y gradual de las antiguas danzas populares que existían en España, bajo la
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Petipa será el coreógrafo de los actos I y III y dejará a Ivanov la coreografía de los actos II y IV así como la danza napoli tana y las zardas del
acto III. El contraste entre el virtuosismo de las escenas coreografiadas por Petipa (escena del castillo) y la poética que desprenden las
coreografiadas por Ivanov (episodios del lago) no rompen la coherencia del espectáculo. La perfección del II acto será tal que la mayoría de las
versiones posteriores la han preservado.
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Felipe IV, Felipe V (1º rey Borbón, de origen francés, nieto de Luis XIV de Francia y casado en segundas nupcias con la italiana Isabel de Farnesio), Carlos III,
casado con Amalia de Saboya, etc.
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influencia de las escuelas de danza francesa e italiana. La gran aportación de la escuela
española al mundo de la danza será la utilización de los brazos y castañuelas. A ello hay
que añadir la expresividad del movimiento a través de todo el cuerpo.
La escuela bolera gozará de un gran desarrollo y difusión en el siglo XIX. España será
el único país que conservará en el teatro una danza autóctona e internacionalmente
reconocida, paralela al ballet. Entre la escuela española de danza y el gran florecimiento
del ballet por toda Europa existirá un fuerte vínculo claramente perceptible del que
podemos enumerar algunos ejemplos tales como:
CUESTIONES
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A partir de 1830 La Cachucha, El Bolero y Los corraleros de Sevilla traspasan las fronteras españolas. Dolores Serral, Mariano Campubrí, Francisco Font y
Manuela Dubinon triunfan en París y en Copenhague, donde se produjo un furor por lo español que se prol ongó durante todo el siglo. Bournonville,
Impresionado por este acontecimiento, creó poco después “El Toreador”, incluyendo un jaleo y un bolero, “La Ventana” y “Lejos de Dinamarca” en el que
aparecen en su segundo acto majas y manolos, toreros, mantillas, castañuelas y abanicos.
La Cachucha se convirtió en París en una moda. Fanny Elssler la aprendió de de Dolores Serral y la bailó en “El Diablo Cojuel o” con un éxito total.
La bailarina María Taglioni estrenó su ballet “La Gitana Española”, con coreografía de Filippo Taglioni, en San Petersburgo, en 1838.
El coreógrafo Marius Petipa, que había estado en España entre 1843 y 1846, cristalizó el estilo español dentro del ballet académico, produciendo entre 1847
y 1888 una serie de ballets y fragmentos de aire y estilo español que son auténticas obras maestras.
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