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Mundos Juveniles
Coordinación
Coordinación
Enrique Pérez Reséndiz
Merarit Viera Alcazar
Cuadernos de trabajo. Mundos Juveniles 3
A esos textos está dedicada esta colección editorial, ¿el fin? despertar y compartir
esas ideas o propuestas que quizá están inacabadas, pero no por eso pierden sus
aportes. O pueden ser adelantos de un trabajo más complejo y a largo plazo, que
pueden perder actualidad si no se dan a conocer. En fin, las posibilidades son
muchas y la apertura de este espacio plural permitirá conocer esos primeros
intentos por descubrir hechos o procesos, pero también descubrir a nuevos
escritores y analistas.
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UN DÉCADA DE MUNDOS
JUVENILES
ENRIQUE PÉREZ RESÉNDIZ
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El esfuerzo de todas y todos quienes han pasado (de una u otra manera) por el
diplomado es invaluable, y como una forma de reconocimiento, y también porque
consideramos que es de suma relevancia la difusión de los trabajos del diplomado
desde el SIJ-UNAM hemos decidido retomar la publicación de las reflexiones y
discusiones de las y los participantes. A partir de lo anterior presentamos la
colección Cuadernos de trabajo del SIJ que recoge los trabajos de las y los
participantes en los diferentes programas de formación y docencia del seminario.
El título de la colección alude a los textos que son resultado de la labor de
investigación, trabajo en campo o intervención de primera mano por parte de las y
los estudiantes con jóvenes mexicanos. Si bien varios de los trabajos no cuentan
con un desarrollo teórico en profundidad, la riqueza de los textos radica en que son
reflexiones situadas y surgidas al calor del contacto con las realidades juveniles,
quienes se acerquen a estos cuadernos de trabajo se percatarán de lo anterior.
Del año 2010 al 2020 Mundos Juveniles así como su programa académico han
sido testigos de dos procesos que marcaron un hito para la población joven del
país. El primero, el movimiento #YoSoy132 que puso en tela de juicio (nuevamente)
la supuesta apatía política de las y los jóvenes mexicanos. En el marco del proceso
electoral de 2012 las y los jóvenes mexicanos irrumpieron en el espacio público de
una manera sin precedentes (por lo menos en el país) mediante la utilización de
Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) lograron poner en la agenda
mediática y política el tema de la importancia de la democratización de los medios
de comunicación. Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre #YoSoy132, sin embargo,
habrán de reconocerse dos puntos de suma importancia en su legado: la estructura
orgánica de su funcionamiento y el hecho de que son un precedente de suma
importancia en lo que ahora conocemos como movilización en red.
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Es justo en este contexto en donde se desarrolló la décima edición del
diplomado. Su inició fue en febrero de 2020 y en ese momento no se tenía idea de
la magnitud del problema, sin embargo, la realidad fue imponiéndose poco a poco
y los contenidos y actividades del diplomado así como la reflexión de las y los
participantes de una u otra manera fue atravesada por esta situación.
El primero de los textos de Luis Biniza Cruz López titulado Las redes sociales de
citas en la pandemia de la COVID-19, una extensión más de la sexualidad juvenil
aborda la complicada situación a la que se enfrentaros las y los jóvenes de un
momento a otro ¿cómo mantener sus relaciones sexoafectivas en un contexto
donde la norma era justamente la distancia? Para dar respuesta a esta interrogante
el autor describe el funcionamiento de algunas aplicaciones de citas como Meetic,
Tinder, Grindr y Badoo, y la importancia que cobraron en el marco de la pandemia.
De la misma manera el texto describe prácticas como el sexting, que si bien
aparecieron y ya contaban con gran popularidad, se tornaron más relevantes
durante el confinamiento. Para finalizar este primer trabajo Luis Biniza advierte
de los riesgos que conllevan este tipo de prácticas, y que por su relevancia e
impactos que tienen en el plano jurídico-legal es necesario seguir debatiendo.
Por su parte Itzel Viviana López García expone la reconfiguración de las acciones
de los movimientos feministas a partir de la declaratoria de emergencia sanitaria.
De acuerdo con la autora, la utilización de plataformas sociodigitales por parte de
las mujeres ha contribuido a la consolidación de un ciberfeminismo y de una
tecnopolítica feminista. El trabajo que lleva por título Mujeres jóvenes feministas
onlife en contextos de crisis en México por la COVID-19 y la violencia basada en
género contra las mujeres recoge las experiencias, visiones y realidades de las
jóvenes feministas respecto a los casos de violencia de género que se dieron (y
aumentaron) durante la cuarentena. Sin duda se trata de un tema de gran
relevancia debido al contexto mexicano y la imposibilidad de las autoridades para
detener esta parte de la realidad nacional.
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Para finalizar este trabajo la autora recoge la preocupación que tienen las y los
jóvenes universitarios respecto a su futuro profesional y personal.
junio, 2021
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LA PANDEMIA LLEGA A LOS
MUNDOS JUVENILES:
ALGUNAS PISTAS PARA LA
LECTURA
MERARIT VIERA ALCAZAR
Este escrito es un pequeño arranque y punto de partida que dejan algunas pistas
para dar a conocer a quien lee el proceso de reflexión que desataron los textos que
componen este Cuaderno de Trabajo. Mi participación en esta edición del
Diplomado, como en otras ocasiones, fue la de asesora; por ello, y aunque en el
programa de contenidos que preparamos y actualizamos cada edición no
contemplaba un problema social tan específico como el de una pandemia mundial,
nos vimos en la obligación (tanto las y los participantes como yo) a tomar en cuenta
la realidad que nos alcanzaba en la incorporación de las reflexiones que enmarcan
el posicionamiento teórico del propio Diplomado.
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La primera pista, y en continuidad con lo antes dicho es que la comprensión de los
mundos juveniles no es una tarea sencilla, por el contrario, se configura a partir de
una serie de articulaciones que dan sentido al ser joven desde una realidad que no
es estática, que se transforma y adapta en torno a situaciones históricas, políticas,
sociales y económicas que no pueden ser ignoradas, que incluso nos exigen un
compromiso ético-epistémico de ser abordados, por ello, la consecuencias de la
pandemia nos obligaron a repensar la realidad contemporánea y sus impactos en
las prácticas y vidas de las y los jóvenes.
La segunda pista está vinculada con el posicionamiento de entender a la
juventud como una categoría de análisis sociocultural que justamente nos permite
comprender a los mundos juveniles. Es decir, si bien “la juventud alude a una
categoría social de edad, que emergió hacia fines del siglo XVIII en Europa. La idea
de juventud corresponde a la consciencia de la naturaleza particular de aquellos
caracteres que distinguen al joven del niño y del adulto” (Urteaga, 2011, p. 32). De
esta manera, y de forma fundamental, entendemos a la juventud, no como una
categoría etaria o moratoria reducida a una “etapa de maduración” que bien puede
ser entendida como adolescencia, y que desde una perspectiva biológica-
psicológica coopta la capacidad de agencia de las y los jóvenes. Por el contrario,
entendemos que la significación de la juventud es relacional y significada desde
condicionamientos sociales, políticos, históricos y económicos específicos que de
manera compleja se enfrentan a imaginarios, estereotipos y representaciones
institucionales, casi siempre adultocéntricos.
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Las y los jóvenes son sujetos con capacidad de agencia. En ese sentido, analizar y
reflexionar sobre sus mundos juveniles nos obliga a reconocerlos con la capacidad
de accionar su realidad, de interpelar las normas institucionales, de cuestionar el
adultocéntrismo que los condiciona. Esa capacidad de agencia es la que nos
permite poner en la mesa de los escritos que integran este cuaderno, sobre todo en
el reconocimiento de que, aún en tiempos de pandemia, de confinamiento y de
miedo, las y los jóvenes están creado y construyendo sus narrativas, generando
estrategias de supervivencia y territorios que, aunque condicionados, nos siguen
demostrando que la realidad no tiene garantías.
Los cuatro textos que integran este cuaderno de trabajo, nos dejan ver la
importancia de los espacios digitales que, aunque ya se venía visibilizando como
una característica compleja en la realidad juvenil contemporánea, se ha
potencializado en un contexto de pandemia como el que hemos estado atravesando
a lo largo de este año. De forma transversal, podemos encontrar las nuevas
tecnologías se potencializan como una necesidad preponderante en las estrategias
de acción juveniles, lo cual seguramente será un marcador importante y vital en las
reflexiones futuras.
Referencias
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LAS REDES SOCIALES DE
CITAS EN LA PANDEMIA DE
LA COVID-19, UNA EXTENSIÓN
MÁS DE LA SEXUALIDAD
JUVENIL
LUIS BINIZIA CRUZ LÓPEZ
FCPyS - UNAM
lcruz@logos.edu.mx
La pandemia que se desató de manera más notoria en el año 2020 implicó una serie
de cambios significativos a escala global que se vieron reflejados en el cotidiano de
los individuos. Una característica primordial de este fenómeno fue el traslado
forzoso a los hogares en busca del resguardo y, como consecuencia, una
reconfiguración en las formas de comunicarse para mantener la vida social por
medio del internet. Por ejemplo, una de las acciones más significativas que
impactaron el cotidiano de muchas familias a escala mundial fue la virtualización
de la escuela, en donde cientos de miles de estudiantes transicionaron de ciclos
escolares por medio de las plataformas electrónicas.
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Este canal del proceso comunicativo está conformado por una cultura digital y
una serie de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que se
internalizan en el día a día de los seres humanos en lo que los estudios llaman la era
de la información. En el presente texto se expondrá un estudio exploratorio que
aborda el uso de las redes sociales de citas en la pandemia de la Covid-19 entre los
jóvenes, desentrañando cada una de las dinámicas más usuales a las que las y los
usuarios recurren en dichas plataformas. Por último, se cierra el texto con una
propuesta de educación sexual digital que ayude a las personas que conviven en
estas redes sociales a navegar de una manera más segura.
Más allá de una respuesta ante la crisis, las dinámicas que existían previamente
gracias al uso del espacio web se intensificaron, siendo en muchos casos la única
forma de continuar con las actividades, incluso las esenciales. Asimismo, estas
redes de comunicación de base electrónica y de transmisión digital, tienen efectos
en los intercambios subjetivos y la socialización por medio de los dispositivos
electrónicos, de ahí que el profesor Scott Lash (2003) las ha nombrado formas
tecnológicas de vida.
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Por lo tanto, la socialización tecnológica de las y los sujetos aumenta
exponencialmente en una situación como es el confinamiento. Las prácticas
sociales son mediadas por redes sociales, teléfonos inteligentes y algoritmos;
“enfrentamos nuestro medio ambiente en interfaz con los sistemas tecnológicos
(…) con una cultura tecnológica que existe, constitutivamente, a distancia, vida y
naturaleza a distancia” (Lash, 2005, p. 43).
Las redes sociales de citas son sitios y aplicaciones en la que los usuarios buscan
conocer a nuevas personas, para que, en la mayoría de los casos, se genere una
relación erótico-afectiva entre las y los usuarios. A partir de introducir una serie de
especificaciones de búsqueda y teniendo como base un sistema de geolocalización
se activa un procesamiento de metadatos que permiten enlazar la información que
proporcionan los navegantes: ¿qué ofrezco y qué busco?, para relacionar perfiles.
Estas redes sociales nacen muy a la par de la expansión masiva del internet. En
un primer momento eran páginas web en donde la interacción se hacía mediante
chats, en los cuales muchas veces ni siquiera se permitía enviar fotografías. Hoy en
día existe una amplia gama en donde se encuentran hipervínculos especiales dentro
Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH)
[1]
censa información sobre disponibilidad y uso de las tecnologías de información y comunicaciones. Se estudia la
población de seis años en adelante. Es una estadística anual que se realiza en todo México desde el año 2001 con el
INEGI como coordinador.
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se encuentran hipervínculos especiales dentro de las redes sociales como es
Facebook Parejas; aplicaciones para teléfonos inteligentes, que son las más usadas
como: Meetic, Tinder, Grindr, Badoo; o bien, páginas dentro de los navegadores
como lo son Élite o Mexicancupid.
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plazo. Mientras que los segundos son personas que transitan por estas apps como
pasatiempo y para conocer personas nuevas en este encierro, esto podemos
observarlo en algunas descripciones de los perfiles.
Esta vida en las ventanas también ha propiciado el sexting como una forma
alternativa de satisfacción del deseo sexual. Este acto ha sido denigrado y
confundido con una serie de violencias que abusan la intimidad de las personas,
cuestión que abordaremos más adelante, pero que en realidad es la expresión del
derecho sexual al ejercicio libre y consensuado para compartir la belleza del cuerpo
humano. Una voluntad de las y los sujetos para ejercer, apropiarse y compartir su
corporalidad con aquellas personas que están formando un vínculo.
De igual forma, estas plataformas han abierto nuevos espacios de convivencia y de
autoconocimiento de la identidad y preferencia sexual, pues permite a las y los
usuarios unirse a comunidades que pudieran no conocer hasta después de entrar a
las aplicaciones. Con el confinamiento en los hogares, el celular y los aparatos
electrónicos se quedan únicamente con las y los dueños, por lo que posibilita la
navegación más privada.
sexoDescripciones
[3] como: “vengo a cotorrear”, “me gusta conocer gente y con la pandemia no se puede”, “no busco
solo conocer personas”, “yo no quería, pero la cuarentena me llevó abrir esto”, “estoy aquí por aburrimiento”,
“abrí esto para despejar un poco mi mente”, “lo que hace la cuarentena pero podemos ser buenos amigos”.
Recuperados de perfiles de Tinder en mayo y junio de 2020.
Referencia a la novela de Andrés Neuman La vida en las ventanas publicada en 2002 por editorial Alfaguara.
[4]
[5] El sexting es una actividad, mutuamente consensada, en donde por medio de la mensajería de las redes sociales
envían fotos y videos personales de carácter erótico a una persona.
se
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Por último, estas aplicaciones son un primer acercamiento para posibles futuros
contactos, debido a la incertidumbre de cuándo se suspenderá el confinamiento la
calendarización de los encuentros está en pausa. Emiliano, un usuario tradicional
de Bumble, ejemplifica esto de una manera bumblera: “si hago cuentas estaría
teniendo sexo durante trece días seguidos con una persona diferente a la vez”.
La incertidumbre que genera la llamada “nueva normalidad” día con día impacta
no solo los espacios laborales o académicos, también se ven modificadas las
situaciones de esparcimiento entre las y los sujetos. Como hemos expuesto
anteriormente, es claro que las interacciones de las que las y los jóvenes se han
apropiado en el espacio de lo virtual seguirán presentes aún después del
confinamiento, pero igualmente, gracias a este mismo hubo un grupo importante
de personas que se incluyó a las dinámicas, en este caso las relacionadas con la
sexualidad, y que muchos de ellas se apropiaran de las mismas. Tanto aquellos
usuarios que antes de este periodo ya estaban inmersos como los que se están y se
van a incluir, necesitan conocer las maneras convivir en estos espacios de una
manera más segura.
Hay diversas precauciones que se deben tener en cuenta en una sociedad del riesgo
en donde la navegación web ha contextualizado, desarrollado y producido una
serie de peligros y situaciones de violencia. Ulrich Beck (1998) ha planteado que la
sociedad moderna se encuentra en una fase donde los riesgos escapan del control
de las instituciones, esto ocurre de dos maneras:
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Los actos sexuales, tanto en la virtualidad como en lo presencial, deben ser
aprobados recíprocamente entre quienes participan en este tipo de encuentros. El
disfrute, la empatía y el respeto a los límites se contextualizan en cada relación y
dentro de dinámicas construidas en las aplicaciones, que bien se pueden construir
o imponer. Dentro de ello, el compartir la intimidad con una persona es
justamente un acto no impositivo, por lo tanto, la insistencia en pedir imágenes y
videos desnudos ante una previa negación rompe con la contextura de lo íntimo, lo
cercano y lo seguro.
Entonces, ¿cuáles serían los riesgos con respecto a la privacidad? En los últimos
diez años la difusión y venta de packs [7] ha trastocado el derecho sexual del
sexting, ya que se pasa de lo privado a lo público sin consentimiento. Tal ha sido el
crecimiento de esta práctica, no solo dentro de la deep web, que grupos
organizados de la sociedad civil [8] han promovido la legislación para sancionar a
las personas que difundan contenido sexual privado a partir de medios digitales.
Ejemplo de lo anterior, es la Ley Olimpia [9] a nivel nacional con perspectiva de
género y que proteja a las personas que sufren de ciberviolencia. Otra violencia
muy común dentro de estas aplicaciones y que gira en torno al consentimiento es el
envío de dickpics. En donde al no tener autorización previa del destinatario se
arrebata el derecho a decidir qué quiero y qué no quiero de la relación que se está
formando. Esta acción se ha observado sobre todo en hombres, tanto para mujeres
como para con otros hombres, visibilizando una imposición egocéntrica del
machismo que se vive día con día dentro de la web.
[7] Los packs son un archivo de imágenes sexuales, que en muchos de los casos se usaron para hacer sexting, y que
son difundidos sin la aprobación de la persona exhibida. Incluso ante la legislación mexicana este tipo de
contenidos está clasificado como pornografía.
[8] Por ejemplo, el Frente Nacional para la Sororidad y su equipo de Defensoras Digitales que desde 2019 luchan por
la promoción de una cultura digital con perspectiva de género y un derecho a vivir sin violencia en el internet. Son
las principales promotoras de la Ley Olimpia en los estados y se dedican a la divulgación y protección de los
derechos digitales.
[9] La Ley Olimpia son una serie de reformas para reconocer y castigar la ciberviolencia. Esta iniciativa fue expuesta
en 2014 por la activista Olimpia Melo Cruz y se “define la violencia digital como actos de acoso, hostigamiento,
amenaza, vulneración de datos e información privada, así como la difusión de contenido sexual sin consentimiento
y a través de las redes sociales, atentando contra la integridad, la libertad, la vida privada y los derechos,
principalmente de las mujeres” (Defensoras Digitales, 2020).
[10] También llamado cyberflashing son fotografías de genitales masculinos enviadas sin previo aviso a una
persona.
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Por último, uno de los riesgos que están enfrentando sobre todo la población
joven es el robo de identidad y el hackeo. La empresa de ciberseguridad rusa
Kaspersky Lab en su Boletín de Seguridad 2019 señaló que en México cerca de 23%
de internautas declaran haber sido hackeados en alguna de sus cuentas de redes
sociales, siendo los jóvenes de 18 a 24 años el grupo poblacional que más declaró
este tipo de ataques. En el caso de las apps de citas se han reportado denuncias en
donde un perfil roba las fotos de otra persona para usarlas como propias y hacerse
pasar por él. Una ventaja al respecto es que la función de “denunciar perfil” está
presente en todas las aplicaciones y es atendida de manera continua para evitar
este tipo de situaciones.
Esta serie de ciberviolencias y riesgos dentro de la web de citas son una realidad
anterior, durante y después de la pandemia. Sin embargo, al encontrar un
incremento de usuarios e interacciones en este momento específico debe estar
acompañado por una reeducación sexual, enfocada principalmente en los entornos
digitales y sustentada por los derechos sexuales y reproductivos de las personas.
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De lo anterior, el mundo digital no está exento, pero, sobre todo, aún está muy
lejos de la cultura jurídica que proteja y busque informar a las y los usuarios de las
redes qué situaciones están infringiendo sus derechos. La formación de
pensamiento reflexivo y crítico de la sexualidad permitirá a las y los usuarios
conocer y exigir espacios y procedimientos que protejan sus derechos.
Conclusiones
Son formas de vida que como nos ha planteado Lash se han vuelto procesos
tecnológicos a la distancia. Una cultura tecnológica que visibiliza a nuestro mundo,
en buena parte, dentro de lo virtual. Por ello, estudiar las redes sociales, en este
caso las de citas, es adentrarse a una serie de interacción que suceden dentro
nuestro cotidiano.
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como sucede en la realidad no virtual, hay una serie de violencias, inseguridades y
peligros que puede vivir cualquier persona. Una diferencia sustancial que permite
un uso seguro de la tecnología es conocer los riegos de manera profunda, relacional
y con una visión crítica
Por ello, la propuesta de una repensar una nueva educación sexual con énfasis
en las interacciones virtuales es una tarea necesaria en la era de la información.
Formar a su vez una ética relacional en donde las prácticas sean consensadas entre
las y los usuarios buscando el goce y el cuidado mutuo.
Con el encierro propiciado por la Covid-19, las y los jóvenes se han adaptados y
profundizado las distintas formas de interacción social, muchas de ellas en un
lenguaje y con dinámicas muy propias de la misma comunidad juvenil, que como
sucede en gran medida a lo largo de la historia, las generaciones más grandes no
comprenden de todo. Mientras la situación sanitaria siga arrogando a las personas
dentro de sus casas el mundo juvenil seguirá sorprendiendo día con día con nuevas
transformaciones a su cultural digital.
Referencias
26
Defensoras Digitales. (26 de mayo de 2020). Ley Olimpia: nadie tiene derecho a
difundir tus nudes sin tu consentimiento. Recuperado de
https://defensorasdigitales.org/ley-olimpia-nadie-tiene-derecho-a-difundir-
tus-nudes-sin-tu-consentimiento/.
Instituto Federal de Telecomunicaciones (ift). (2019). En México hay 80.6
millones de usuarios de internet y 76.5 millones de usuarios de teléfonos
celulares: endutih 2019. (Comunicado de prensa, núm.103/20) inegi y sct.
Recuperado de http://www.ift.org.mx/comunicacion-y-medios/comunicados-
ift/es/en-mexico-hay-806-millones-de-usuarios-de-internet-y-865-millones-
de-usuarios-de-telefonos-celulares.
Kaspersky Lab. (2019). Boletín de seguridad. Recuperado de
https://securelist.lat/kaspersky-security-bulletin-2019-statistics/89943/.
Lash, S. (2005). Crítica de la información. Buenos Aires, Argentina:
Amorrortu.
Linares, J. (2018). Hacia una ética para el mundo tecnológico. Revista de
estudios de la ciencia y la tecnología, 7 (1), 99-120.
27
MUJERES JÓVENES FEMINISTAS
ONLIFE EN CONTEXTOS DE CRISIS
EN MÉXICO POR LA COVID-19 Y LA
VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO
CONTRA LAS MUJERES
ITZEL VIVIANA LÓPEZ GARCÍA
Servicios a la Juventud A.C.
Colectiva Hablemos de Género
lopezgviviana@outlook.com
[1] Luciano Floridi en su libro The onlife manifiesto: Being human on the hyperconnected era (2009), plantea
repensar los asuntos sociales en una etapa de transición digital en la que la distinción entre online y offline pierde
sentido. El presente artículo se centra en analizar el activismo y la movilización de las jóvenes onlife: tanto en la
realidad física como en la realidad virtual.
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han contribuido a prácticas ciberfeministas [2] o una tecnopolítica feminista [3]
que ya desde hace unos años se viene gestando en la generación de mujeres jóvenes
feministas. En este escrito se incluyen las experiencias, visiones y realidades
juveniles de algunas feministas que permiten comprender y entender éstas formas
de participación que aún son negadas, cuestionadas, minimizadas e
invisibilizadas.
Introducción
La pandemia por COVID-19, que inició en China a finales del año pasado, llegó
oficialmente a México el 27 de febrero de 2020, trayendo consigo una serie de
impactos económicos y sociales, causando estragos en los mercados laborales a
nivel nacional y mundial. En México se estima una pérdida de miles de vidas, de
millones de empleos remunerados y consigo el aumento de diversas problemáticas
en torno a la salud y la seguridad pública.
También, han centrado su especial atención hacia las discusiones que surgieron
por los índices de violencia basada en género contra las mujeres que aumentaron
durante el confinamiento. De acuerdo con diversos colectivos, grupos de ayuda
mutua y organizaciones civiles de mujeres feministas, como la Red de Salud de las
Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC), quienes desde sus activismos se
han referido a estas expresiones de violencia como la otra pandemia de México. Y
no es porque sea una enfermedad en sí, más bien es una analogía porque las
violencias son un problema de salud pública de gran magnitud que requieren
medidas efectivas para prevenirlas y atenderlas.
[2] El Cyborgfeminismo es una corriente inaugurada por Donna Haraway con su Manifiesto Cyborg de 1985. Para
Ana de Miguel y Montserrat Boix (2002), el ciberfeminismo se ha vinculado como un puente entre los movimientos
feministas con los movimientos por la antiglobalización neoliberal y los derechos humanos, proclamando el uso
estratégico de las nuevas tecnologías y el espacio virtual para la transformación social. El ciberfeminismo no se
reduce a la acción virtual, sino que entiende que su campo de acción está online y offline.
[3] Para Montserrat Boix (2015), la tecnopolítica feminista es una propuesta para recuperar el potencial
transformador de las tecnologías y la necesidad de transformar las estructuras patriarcales presentes en los ámbitos
tecnológicos. Para Ivette Pedraza y Rodríguez Cano (2019), la tecnopolítica feminista revalora la relación mujeres-
tecnologías en los múltiples espacios en los que ocurre, no solo con las tecnologías digitales sino con otras
tecnologías de la reproducción, el cuidado, la alimentación, la creación artística; recuperando la dimensión política
de la vida cotidiana.
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Algunos datos que maneja este informe es que, de acuerdo con datos de la
Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH)
del 2016, en México el 44% de las mujeres mayores de 15 años habían vivido al
menos un incidente de violencia a lo largo de su última relación de pareja. En el
contexto de la relación de pareja, el 40.1% reportó haber vivido violencia emocional,
el 20.9% violencia económica, el 17.9% violencia física y el 6.5% violencia sexual.
31
Entonces, ante éstas condiciones ¿cómo han reaccionado las/os/es jóvenes desde
su agencia para afrontar los escenarios de la pandemia por COVID-19?, ¿Por qué es
importante comprender y analizar las participaciones y expresiones juveniles
desde la condición sexo-genérica? Y ¿por qué abordarlo desde una perspectiva de
género feminista? Esto es lo que se pretende responder con el presente artículo.
De acuerdo con Reguillo (2000) fue en las décadas de los sesenta y setentas
cuando se comenzó a hablar del joven y la joven como actores políticos
reconocidos. Y, si nos remontamos históricamente a la mitad de esta década en
nuestro país, nos encontramos con la participación de jóvenes en el movimiento
estudiantil mexicano impulsado principalmente por universidades públicas del
centro del país. Sin embargo, esto no quiere decir que antes no hayan participado.
El escenario del movimiento estudiantil del ´68 sin duda impulsó la participación
y la organización de mujeres jóvenes dentro de la movilización, lo que también
contribuyó a que años después aproximadamente a mediados de los años setenta,
estallará la primera ola feminista en México que estaba por estallar años después.
32
nacional e internacional, hoy nos encontramos frente a un panorama diferente al
de hace algunos años, puesto que el Estado mexicano ha firmado y ratificado
diferentes convenios y tratados internacionales para promover la igualdad de
género y erradicar la violencia basada en género contra las niñas, jóvenes y
mujeres, lo cual contrajo una serie de obligaciones y responsabilidades para poder
garantizar los derechos humanos, específicamente, de las mujeres.
El caso de las jóvenes feministas, el camino ha sido diferente incluso a través de las
generaciones. Una de las características de la actual generación de los feminismos
protagonizados por mujeres jóvenes es la protesta en los espacios públicos; sin
embargo por su condición de edad y de género, las acciones que en colectividad
han organizado para incidir social y políticamente en los espacios públicos aún
continúa siendo criticado –con discursos y acciones basadas en el deseo de tener
un control sobre de ellas y sus cuerpas-. Ejemplo de ello han sido las diversas
respuestas discursivas de las instituciones, usualmente con visiones desde el
privilegio y el adultocentrismo, sobre las actuales manifestaciones, las protestas y
las expresiones de hartazgo de las jóvenes feministas, siendo el espacio público el
lugar propicio para visibilizarse y hacerse escuchar.
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La opinión pública respecto a lo que las jóvenes feministas hacen con los
performances y las intervenciones en el espacio público, van desde la defensa hasta
el señalamiento con frases como: “no son las formas”, “vandalismo”, “violencia no
se resuelve con violencia”, “daño al patrimonio” (Andrade, 2020).
Entonces, ¿cuál es el espacio y cuáles son “las formas” para que las jóvenes y sus
necesidades realmente sean escuchadas y tomadas en cuenta? Pues más allá de
deslegitimizar o señalar las protestas como actos violentos, exigimos que se
comprenda el por qué y para qué surgen.
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ciado por el desarrollo tecnológico y científico, el cual ha permitido el impulso de
un activismo eficaz, en donde las jóvenes onlife sin duda lo han protagonizado.
Por otro lado, Chemaly (2019) asegura que gran parte de lo que las jóvenes
proyectan en sus redes sociales desafía los estereotipos. Para ella, la creación de
memes y el uso de selfies, les permite confrontar y criticar con creatividad, humor
y rabia las representaciones dañinas e inservibles de los medios de comunicación,
construyendo sus propios canales de comunicación. Y para Luisa Vázquez (2015):
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Precisamente, al analizar las violencias del mundo físico que son llevadas al
ciberespacio nos encontramos que, de acuerdo al Informe “La violencia en línea
contra las mujeres en México” publicado en 2017 con la coordinación de
Luchadoras, las jóvenes de entre 18 a 30 años son las más vulnerables en los
espacios digitales y de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso
de las tic en Hogares (ENDUTIH) del 2016, las mujeres más vulnerables a sufrir
algún tipo de acoso fueron las mujeres de entre 20 y 29 años, seguidas por el grupo
de 12 a 19 años.
36
Reflexiones de mujeres jóvenes feministas onlife: entre la reconfiguración de las
acciones del movimiento, la transformación de las redes de apoyo y las tensiones
con el gobierno mexicano, en el contexto de crisis por la COVID-19 y la violencia
basada en género contra las mujeres
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También considera que es un buen momento para reflexionar sobre el
intercambio de saberes entre generaciones de mujeres del movimiento feminista,
puesto que las demandas y los contextos son diferentes entre el feminismo
histórico e institucionalizado y los feminismos actuales. Sobre todo, considera
necesario repensar las críticas que se generan desde la academia por denunciar
públicamente a agresores en ámbitos educativos e institucionales, ya que las
nuevas generaciones se encuentran más informadas y sensibilizadas, esto les
permite asignar/nombrar los distintos tipos y modalidades de violencias. Siendo
fundamental para el movimiento que se reconozca la participación, los
conocimientos y aportes que como mujeres jóvenes pueden tener.
[
6] La entrevista con Karla R. se efectuó el 24 de julio de 2020.
[7] La entrevista con Anabel H. se efectuó el 25 de julio de 2020.
38
la violencia contra las mujeres y que le parece una falta de respeto que el propio
presidente no lo reconozca como algo preocupante, porque si no se nombra no
existe. Además, de que afecta a las acciones de instituciones lideradas por mujeres
sensibilizadas y formadas bajo perspectiva de género, quienes se están esforzando;
reconociendo la importancia de la representación política de mujeres en estos
espacios.
Reflexiones finales
[8] La entrevista con integrantes de la Red de Mujeres Jóvenes por la Democracia Partidaria se efectuó el 27 de julio
de 2020.
39
Pero esto no es algo nuevo ya que, a lo largo de la historia de la humanidad, se ha
justificado y propiciado el ejercicio del poder, del control y de la violencia patriarcal
y adultócentrica; acciones condicionadas por la clase, el género, la raza o la
etnicidad. Las demandas y reclamos feministas, en este sentido son un reflejo
urgente por adoptar medidas eficientes para prevenir y atender las violencias
contra las mujeres durante la Jornada de sana distancia y el regreso a la Nueva
normalidad, ya que la propensión a ejercer y experimentar violencias se delimita al
espacio doméstico, familiar, laboral y digital.
Referencias
40
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42
EL SENTIDO DE LA EXPERIENCIA
ESCOLAR DE LAS Y LOS JÓVENES
UNIVERSITARIOS. IMPACTO
DEL CONFINAMIENTO POR LA
PANDEMIA COVID-19
ANA KAREN SOTO BERNABÉ
Universidad Autónoma de Querétaro
ana.karen.soto@uaq.mx
43
En marzo de 2020 el sistema educativo mexicano, como otros en el mundo,
enfrentó una de las situaciones más complejas hasta ahora registradas en la
historia contemporánea de la humanidad: continuar los procesos de escolarización
a distancia asistidos por herramientas virtuales y digitales debido a la pandemia
por Covid-19. Quienes enseñan y quienes estudian los distintos niveles educativos
han tenido que disponer de nuevas rutinas y recurrir a sus propios recursos (desde
tecnológicos hasta personales) para sostener su aprendizaje y su enseñanza. En
este novedoso escenario en el que la escolarización busca continuidad entre las
tareas domésticas; la disponibilidad de conectividad a internet, las diversas
pantallas y los tiempos de la administración educativa, la experiencia escolar se ha
puesto a debate tanto por sus actores sustantivos como por la sociedad en general.
Una pregunta que surgió en los albores del confinamiento sanitario fue sobre el
sentido de la escuela y la educación escolarizada.
Sin embargo, sí interesa dar cuenta de algunos cambios y tensiones con relación
a la experiencia escolar y las expectativas a futuro que expresaron las/os jóvenes
universitarios, a partir de que se llevaron la escuela a sus casas. La situación de
llevar la escuela al ámbito doméstico trae consigo complicaciones propias de
imbricar en un mismo espacio-tiempo mundos de vida otrora distintos por su
constitución, fines y reglas; además, de la heterogeneidad de condiciones de vida
de las y los jóvenes universitarios que potencian o limitan las acciones para hacer
frente a los retos de tener la escuela dentro de sus casas. En algunos casos, tales
condiciones de vida se complejizaron por la economía familiar o personal, la
situación de convivencia en casa, la conjugación o asunción de tareas de cuidado,
de acompañamiento escolar a otros, de suministro de víveres, entre otras; de tal
suerte que la pregunta en torno a si debían (era posible o tenía sentido) seguir estu-
[1] Diversas organizaciones han organizado conferencias en línea con expertos del campo para dialogar en torno a
la situación que enfrenta la escuela actualmente en el mundo, ejemplo de ello son: el Consejo Mexicano de
Investigación Educativa (Comie), los Institutos Nacionales de Formación Docente (InFoD) de Argentina o
Fundación Santilla en España. Las conferencias están disponibles en sus respectivos canales de YouTube.
44
diando, apareció frente a la vista de algunos jóvenes. El camino elegido que antes
les dio certidumbre frente al futuro de la vida adulta –que incluye estudiar para
luego trabajar y tener satisfacción en sentido amplio – se tiñó de desesperanza y
dudas.
Puntos de partida
Sigo a Dubet (2007) quien señala que la experiencia es un trabajo, una actividad
cognitiva, normativa y social que realiza el actor para articular tres lógicas de acción
(integración, estrategia y subjetivación) y para reflexionar, individual o
colectivamente, en torno a ellas. Dichas lógicas nutren y habilitan a los actores con
con recursos para su acción, lo que les permite mantener, ampliar, negociar las
posibilidades y restricciones en sus mundos de vida. Por ejemplo, la lógica de
integración ofrece recursos que configuran la imagen sobre sí mismo para integrarse
45
en diversos sistemas sociales –grupos o instituciones–; por su parte la lógica de
estrategia consiste en reconocer cómo tales recursos son dispuestos por los actores
en circunstancias específicas para ganar o sostener su margen de acción, es decir
su autonomía. Esta lógica de estrategia pone en evidencia una de las premisas
básicas de la teoría de François Dubet (2007) la tensión entre el actor y la estructura
que, en la lógica de subjetivación, posibilita la configuración del propio proyecto
personal (como lo nominan Dubet y Martuccelli, 1998); es decir, “un
distanciamiento de sí, una capacidad crítica y un esfuerzo de subjetivación” (p. 15).
Así, desde esta perspectiva sociológica, las y los jóvenes [2] tienen capacidad de
acción, misma que se circunscribe a las características del contexto en el que se
encuentran. Hay reglas, normas, costumbres o creencias que instituyen lo que es
posible y no. La escuela es uno de esos contextos, pero también hay otros mundos
de vida para las personas jóvenes: la familia, el mercado de trabajo, los amigos, las
redes sociales, los grupos religiosos o de afinidad, la vida social en general; cada
uno con reglas o normas que demandan formas de acción específicas, que
posibilitan mayor o menor margen de decisión, que sirven a los intereses de las y
los jóvenes o bien, que los obstaculizan. Dubet y Martuccelli (1998) señalan que la
escuela es uno de los espacios sociales en los que “se fabrica el sujeto social” (p. 83).
Ya que, desarrolla al mismo tiempo la dimensión personal para lograr la
autonomía, y la socialización progresiva que posibilita gestionar las relaciones e
interacciones sociales para hacer frente a la incertidumbre; ahí la importancia de
retomarla.
[2] Para la autora de estas líneas, los actores en condición juvenil lo son debido al propio reconocimiento de ellos y
ellas como jóvenes, con características socioeconómicas y culturales heterogéneas cuyo punto en común es su
tránsito por la universidad como estudiantes, la región geográfica en la que actualmente habitan (zona
metropolitana que alberga la ciudad capital de la entidad federativa en el centro del país con altos niveles de
crecimiento económico y demográfico), y algunas marcas de época como el riesgo social, la incertidumbre laboral y
la expansión del mundo digital en la cultura.
46
población juvenil, en parte por los cambios acaecidos por la globalización
neoliberal, y por el creciente/vertiginoso desarrollo de tecnologías digitales y la
automatización de procesos de trabajo que contribuyen en la sustitución del
humano por las máquinas (Beck, 2009).
Es un escenario con “la falta de certeza sobre el futuro” (Mancini, 2017, p. 12), un
futuro que además, se presenta poco provisorio y que acentúa la individuación
(Beck, 2000), en donde cada actor se hace cargo de su biografía. Son las y los
jóvenes, quienes dan sentido a sus trayectos vitales combinando sus lógicas de
acción y sorteando las oportunidades y limitaciones del contexto en un tiempo que
corre siempre en presente, pues las reglas del juego cambian cada tanto. Ajustarse,
es parte esencial para mantenerse dentro del juego: el movimiento es
imprescindible para integrarse en el mundo que toca vivir (Benedicto, 2014, p. 14).
Ejemplo reciente de lo anterior es la contingencia sanitaria por covid-19, misma
que obligó a jóvenes universitarios a sostener sus procesos de formación desde sus
casas y con un esfuerzo por combinar satisfactoriamente sus distintos mundos de
vida [3]. Tales esfuerzos, acciones y decisiones tiñen su experiencia escolar.
Las expresiones de las y los jóvenes son variadas en términos de qué las generó:
las circunstancias que vivían, las tareas, contenidos de clase o la espontaneidad; así
como variados fueron los medios de obtención: las clases sostenidas a través de
encuentros en vivo, conversaciones en grupos de mensajería instantánea, trabajos
escritos o en formato audiovisual y cuestionarios de coevaluación en el cierre de
clases. Cuando surgió la propuesta de escribir este texto, solicité a las y los jóvenes
su consentimiento para emplear sus testimonios; en adelante los refiero entreco-
[3] Si bien esta no ha sido la única población que migró de un contexto presencial a uno virtual en sus actividades
cotidianas, en este texto interesa conocer cómo la comunidad joven universitaria afrontó el confinamiento
sanitario y el impacto de éste en sus experiencias escolares.
47
millados y con la clave Jo para varones y Ja para féminas, seguido del semestre que
cursan. De tal manera que me acerco a las experiencias de estos jóvenes desde una
perspectiva fenomenológica en la que interesa cómo ellos viven y expresan su
mundo, particularmente, su experiencia escolar en el marco de la contingencia
sanitaria; situación que detallo enseguida.
1. Mujeres u hombres con dedicación exclusiva a los estudios, con una economía
familiar estable.
2. Mujeres u hombres que estudian en el turno matutino y con empleos algunos
días a la semana después de clases (o fines de semana). Esto debido a que la
economía familiar demandaba un ingreso adicional para sufragar los gastos
educativos propios u otros del hogar.
3. Mujeres con dedicación exclusiva a los estudios, madres de infantes entre uno
y seis años, y con apoyo de sus familias nucleares para la manutención o
cuidado de sus infantes.
48
empleos al término de aquélla o mostraban excesivo cansancio en las primeras
clases del día debido a que, luego de trabajar, llegaban a sus casas a realizar sus
tareas escolares hasta la madrugada. Las jóvenes estudiantes madres,
ocasionalmente, se ausentaban de clases o actividades extracurriculares para
cumplir con su rol de madres o, cuando el docente a cargo de la clase lo permitía,
llevaban a sus pequeños a la universidad.
[4] Había, al menos, un par de jóvenes por semestre (de la licenciatura considerada en este texto) que trabajaba en
cadenas de cines o de comida rápida, por lo que los horarios laborales concluían entre las once o doce de la noche;
aunado al tiempo de traslado del espacio de trabajo al hogar.
49
Por su parte, jóvenes madres que cursaban el último semestre de la licenciatura,
aunque tuvieron dificultades con el empalme de roles y responsabilidades, el
anhelo de una meta cercana se sobrepuso: “ha sido bien complicado, hago dos o
tres cosas al mismo tiempo de la casa y la escuela, pero ya casi termino y esto no me
va a detener” (Ja8º).
50
Otros jóvenes dijeron:
De las expresiones realizadas por las y los jóvenes, llama la atención, por
ejemplo, cómo enuncian su experiencia escolar en pasado “me gustaba, era” con lo
que refieren a un escenario que, en el presente que viven se ha escapado de sí
mismos. Cuando comenté esto con las y los jóvenes que así lo expresaron, una de
ellas señaló:
51
Asimismo, la pandemia y sus efectos en toda la vida social colocaron sobre la
mesa una discusión adelantada, quizá, para algunos jóvenes universitarios: ¿para
qué estudiar, con qué sentido para el propio proyecto vital?, ¿cuáles son las
posibilidades de acción –en términos de trabajo y condiciones de vida– en este
escenario incierto y cambiante? Estas interrogantes fueron más frecuentes en
quienes cursaban sexto u octavo semestre, pues están “más cerca de la línea final”
(Ja8º) como señaló una joven. En este asunto me detengo a continuación.
Las y los jóvenes descubren que el panorama frente a sí es más complejo a raíz
de la contingencia sanitaria: altas tasas de desempleo; demanda de nuevos saberes,
habilidades o cualificaciones, así como de recursos tecnológicos y de conectividad;
ofertas de trabajo con pocas o nulas prestaciones sociales; situación social de
violencia o inseguridad creciente; entre otros aspectos. “Estaba emocionada por
terminar la carrera, pero ahora me da un poco de temor, no sé qué esperar, solo sé
que tengo que seguir aprendiendo porque todo cambia muy rápido” (Ja8°), “sin
duda el futuro es uno que cambia constantemente y no quedará más que aprender
a adaptarse a él” (Jo8°). Las líneas anteriores expresan la percepción en torno al
[5] Algunas notas periodísticas dan cuenta de situaciones que se han agudizado con la pandemia, por ejemplo
https://www.eluniversal.com.mx/mundo/coronavirus-uno-de-cada-seis-jovenes-sin-empleo-por-covid-19-oit?
fbclid=IwAR3n26PvQ40G-dahFAB5SHYpXr5csXHUBOW3w_vvMn0bDzvjMRNxlLgguIE o
https://economia.nexos.com.mx/?p=3104&fbclid=IwAR1mPAVjOJIlNO9ipKZ9-Vy3Ajh0vV4OyX-
ygkuQLf8LarPyOBtxf7vKuvA
52
cambio permanente que deben asumir las y los jóvenes, no tienen mucha certeza
pero intuyen que deberán estar atentos a las demandas que surjan en su recorrido
vital para hacerles frente; en ese sentido, la mayoría de las y los jóvenes
universitarios coincide al señalar que la universidad les ha dotado de herramientas
que serán “útiles para esa tarea” (Jo8°), “no nos ha dado todo, pero sí lo más
indispensable: un camino para aprender siempre” (Ja6°). En palabras de Dubet y
Martuccelli (1998), la lógica de subjetivación se activa cuando ellos/as toman
distancia del “deber ser” y construyen sobre lo que es en su vivencia: la universidad
no les agota, les abre otros caminos.
53
En los testimonios anteriores, hay una valoración en torno al saber qué ofrece la
universidad como un aspecto que permitirá hacer frente a la incertidumbre del
mercado de trabajo que, quizá, no siempre ofrezca lo que se quiere, pero servirá
como sostén de vida. También que es una parte importante de las aspiraciones de
las y los jóvenes respecto a qué expectativas tienen de sí en el futuro. Asimismo, las
figuras parentales son fuentes que inspiran a las y los jóvenes a seguir
construyendo en sí mismos los recursos que les permitan hacer frente a lo que está
por venir, ellos son su mejor inversión. Si bien en esta expectativa está la idea de
que él o la joven transite al mundo adulto, porque es lo que se espera que todos/as
hagan, la apuesta es que dicho tránsito sea más terso o con más dotes que los que
tuvieron los padres o madres de familia.
Y las y los jóvenes se cuestionan si efectivamente es así: “se supone que estoy más
preparada que mi papá que sólo terminó la prepa, pero yo pienso que todo ha
cambiado para ser más difícil que antes” (Ja8°), “me estresa un poco que mis
hermanos me preguntan qué haré ahora que terminé y no sé bien qué haré… ellos
esperan que yo tenga todo resuelto, y no es así” (Ja8°). Mancini (2017) señala:
***
Reflexiones finales
54
becas para estudiar posgrados, movilidad académica o pasantías, o elaborar tesis.
Las declaraciones parecían una broma que emergía después de caer en cuenta que
el hogar o “ser adulto significa interminables responsabilidades” (Ja4°), “es
apabullante todo lo que hay prever” (Ja6°). Desde otra lectura, estas expresiones
también podrían sugerir el temor que causa la incertidumbre de un mundo que no
se detiene y cuyas promesas se vislumbran cada vez más lejanas.
55
dientes de cómo íbamos e hicimos modificaciones al programa entre todos, la
maestra y el grupo” (Jo4°), “cuando me sentía confundida, el grupo de WhatsApp
con la maestra ayudaba a despejar las dudas” (Ja6°), como evidencian estos
testimonios el diálogo intergeneracional, el acompañamiento y la escucha mutua,
la toma de decisiones conjunta entre jóvenes estudiantes y docentes fueron
estrategias que contribuyeron en el sostenimiento de los procesos remotos de
formación.
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57
DE LA GENERACIÓN DEL
CONFINAMIENTO A LA GENERACIÓN
DEL DISTANCIAMIENTO.
DESEMPLEO JUVENIL EN LA
COYUNTURA DE LA COVID-19 EN
MÉXICO. APUNTES Y REFLEXIONES
AMAURY FERNÁNDEZ REYES
Universidad de Colima
amfer11@yahoo.com.mx
59
COVID-19, y con el primer caso confirmado y registrado oficialmente en México el
día 27 de febrero del 2020. Esta pandemia comenzó a modificar la vida social,
económica, política y cultural del país y el mundo; pocos días después la
Organización Mundial de la Salud (OMS) le declararía el 11 de marzo como
pandemia debido a su propagación a nivel mundial y el día 30 del mismo mes
México le reconoce como emergencia sanitaria.
[1] En este caso, pocos fueron los sectores que continuaron funcionando en México, especialmente los considerados
para trabajadores de sectores esenciales. Sin embargo, la propia realidad de la economía mexicana no permitiría
sobrevivir más de unas cuantas semanas sin trabajar a millones de trabajadores, debido a que de acuerdo con inegi
(2020) en México más de la mitad de la Población Económicamente Activa (pea) desarrolla sus actividades en el
contexto de la informalidad (p. e. trabajo doméstico remunerado, trabajo agropecuario o ganadero no protegido, y
trabajadores subordinados que aunque trabajan en modalidad formal, lo hagan sin seguridad social); o en
condición de autoempleo, de subocupación (trabajadores con necesidad y disponibilidad de ofertar su fuerza y
tiempo de trabajo además de ocupación actual) o en áreas que obligan a trabajar presencialmente, ya que son
espacios laborales y negocios que no podrían resistir varias semanas de inactividad económica.
[2] Al respecto Cfr. el sitio https://coronavirus.gob.mx/
[3] Sin embargo, el gobierno federal continuó con los apoyos a los jóvenes y a los adultos mayores así como a
diversos sectores poblacionales como los pescadores, los agricultores o los dueños de las micro, pequeñas y
medianas empresas a partir de apoyos económicos de asistencia social. Además de ciertos apoyos y créditos a
pequeñas y medianas empresas a través del programas de la Secretaría de Bienestar del Gobierno Federal, con la
finalidad de paliar dicho impacto, aunque fuera momentáneamente y evitar una mayor crisis económica y laboral
en el país.
60
refirió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, entre los
sectores sociales más afectados a partir de esta pandemia en el mundo laboral se
encontrarían los jóvenes, las mujeres y las personas con menores ingresos (OECD,
7 de julio de 2020). Así, la crisis de la COVID-19 afectaría a los jóvenes de forma
cada vez más rápida e intensa, lo que provocaría ante tal riesgo, la posible
emergencia de una «Generación de confinamiento», tal como la denominó la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2020):
61
Aunado a lo anterior se sumaría a nivel mundial, el alto índice de población joven
perteneciente al sector laboral informal:
A lo anterior, en esta encuesta a escala mundial realizada por la oit sobre Empleo
Decente para los jóvenes, se puso de manifiesto la presencia de diversos problemas
laborales que en muchas ocasiones se suman a otro tipo de vulnerabilidades, como
las sicológicas o escolares:
62
de hotelería, alimentación y comercio al por mayor o por menor. La
alteración de las cadenas de suministro tendrá consecuencias laborales
devastadoras en el sector productivo, lo que afectará asimismo a los
jóvenes, (p. 9)
[4] Al respecto, David Kaplan especialista en Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano del
Desarrollo (bid), mencionó sobre la situación que prevalecía en México durante la etapa covid, que “El riesgo que
existe es que haya casi una generación de trabajadores jóvenes que puedan tener malos resultados en el mercado
laboral por muchos años (…) los instrumentos que tiene el Estado son políticas contra cíclicas o medidas activas de
empleo” (Albarrán, 1 de mayo de 2020), es decir, fomento al empleo público, tanto en disminución de horas como en
incentivación de jubilaciones anticipadas; de formación e inserción o reducción de la oferta de trabajo. Para ello
reconoció que posterior a la crisis mundial del 2008, las empresas tardaron varios años en recuperar las tasas de
contratación “En 2009, la tasa de desempleo no volvió a su nivel pre-crisis hasta 2017 (…) El peor mes de abril fue en
1995 cuando se perdieron alrededor de 185,000 empleos. Entonces, todo parece indicar, que esta crisis será peor”
(Albarrán, 1 de mayo de 2020).
[5] El trabajo decente sintetiza las aspiraciones de las personas durante su vida laboral. Significa la oportunidad de
acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección
social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los
individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad
de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres. (oit, s/f) y (Horowits, 7 de mayo de 2020).
63
de personas en el país dejaron de trabajar y perdieron su fuente de
ingresos en el mes de abril debido a la pandemia de coronavirus
(INEGI, 30 de junio de 2020) [6]
Por lo anterior y dadas las circunstancias y efectos que tuvo en diversas aristas
esta pandemia, se propone ahora y de forma modesta, pensar de manera alterna a
la conceptualización de la Generación del confinamiento por la oit, la emergencia
de una Generación del distanciamiento más amplia, descriptiva y
multidimensional.
A partir de la cuarta edición del Informe “El Covid y el mundo del trabajo”
elaborado por el Observatorio de la Organización Internacional del Trabajo (oit,
2020), se propuso una nueva e interesante conceptualización de la generación
joven contemporánea. Así como se ha marcado en otras etapas de la historia a
distintas generaciones, por ejemplo: Generación del 68; Generación de
entreguerras (1918-1939), Generación de la posguerra también conocida como
Generación Baby Boomer, e incluso a partir de épocas y los avances tecnológicos y
[6] Véase también: Notimex (2 de junio de 2020). Coronavirus deja sin empleo a 12 millones de mexicanos: Inegi.
Forbes México.
[7] Por ejemplo en América Latina han comenzado a formarse grupos de trabajadores en resistencia, para
reivindicar y defenderse ante las distintas situaciones de peligro y precariedad a las que se enfrentan en este tipo de
trabajos de reparto por aplicaciones, tales como: la Asociación de trabajadores de reparto en Argentina, o en Brasil
los denominados Riders, quienes han comenzado a realizar huelgas masivas.
64
el mundo digital en sus diversas categorizaciones, desde las distintas generaciones
y grupos etarios, sea la Generación x; Generación Millenial, Generación@ entre
otras, Feixa (2014). [8]
Los jóvenes son los que más padecen las consecuencias sociales y
económicas de la pandemia, y corren el riesgo de tener que seguir
haciendo frente a los efectos de la misma a lo largo de toda su vida
laboral, y de pasar a constituir una «generación de confinamiento».
(oit, 2020, p. 3).
Para ello la generación del confinamiento (OIT, 2020) según estos parámetros
correspondería a:
Pero también podríamos añadir a la presencia de una crisis sanitaria, una crisis
económica, una crisis laboral e incluso en una crisis social; en este sentido sería
más atinado nombrarla desde una perspectiva más integral y en términos sociales,
como la Generación del distanciamiento, debido a que nos encontramos de
acuerdo con la propuesta que se plantea aquí, con una nueva generación
determinada por ciertas características específicas e históricas compartidas, mar-
[8] Para una consulta más especializada acerca de las generaciones y sus características desde inicios del siglo xx
hasta inicios del siglo xxi, Cfr. Feixa (2014).
65
cada por un fenómeno natural y con diversos efectos que también integra el ámbito
cultural y que incluiría entre otros aspectos, los siguientes 10 componentes
principales de esta generación social:
[9] Concepto proveniente de la filosofía alemana y principalmente utilizado por los románticos alemanes, cuya
expresión significa: El espíritu (geist) del tiempo (zeit). Dicho término se refiere a la experiencia de un clima
sociocultural e intelectual dominante, incluido el político; es decir, el espíritu de una nación en términos hegelianos
(Volksgeist) en una relación dialéctica con el proceso total del espíritu mundial (Weltgeist). (Fernández, 2016: 114).
[10] Véase: Conferencia magistral de Carles Feixa (21 de octubre de 2020). Quien ubica a la Generación Hashtag;
Generación Viral y Generación Blockchain. Su propuesta contempla varias ideas que coinciden con la Generación
del distanciamiento que se propone ahora; evento académico en el que también tuve oportunidad de presentar mi
propuesta, de la que se desprende el presente texto académico. Véase al respecto: Amaury Fernández (21 de octubre
de 2020) y Fernández, A. [amfereyes]. (2020, septiembre 10).
66
bienestar más accesible para la juventud; la presencia de una hiperconectividad y
cambios en la escolaridad. Pero también reconoce el impacto de diversas crisis y
respuestas por parte de las generaciones que las experimentan y a las que analiza
en distintas temporalidades (pre-pandemia, pandemia y post-pandemia); y algo
muy importante y en la que también coincide la presente propuesta, es que resalta
la importancia de reconocer la Pandemia de la COVID-19 como “marca
generacional”, que en este caso estaría marcada por la experiencia del
confinamiento (y el distanciamiento añadiría yo), y que la caracteriza por una
conciencia de la cibercultura; un emblema del uso de la mascarilla y un estigma del
“botellón” (en España serían reuniones sociales y fiestas en medio de la pandemia,
en México las “fiestas covid”)[11], aunque finalmente su propuesta va más enfocada
a la realidad europea, es muy completa, novedosa y útil para la comprensión de la
generación actual.
[11] De nueva cuenta se hizo presente el mito de que los jóvenes no eran proclives a morir por su contagio, a pesar de
la observación del fenómeno de resistencia cultural y generacional por muchos que prefirieron una intensión de
festividad colectiva al confinamiento con el riesgo que ello conllevaba en las conocidas fiestas covid en favor de una
“Inmunidad de rebaño o colectiva” (Martínez, 15 de mayo de 2020; Contreras,14 de mayo de 2020), o el participar en
manifestaciones en contra de la violencia contra jóvenes, pese al riesgo que esto representaba (Reina, E., 9 de junio
de 2020), mitos cada vez más descartados, al aumentar la tasa de mortalidad y letalidad en este grupo etario; este
acontecimiento se unió a los problemas ya existentes en México, como por ejemplo las distintas violencias
estructurales ejemplificadas en juvenicidios (Valenzuela, 2019), el crecimiento de feminicidios y desapariciones
forzadas, la presencia de la delincuencia organizada, entre otros, y llegar a modificar, dificultar y complejizar aún
más la condición juvenil de millones de mexicanos, especialmente entre los más vulnerables de la Generación del
distanciamiento.
67
la economía, de la política, del Estado, de la religión, de la familia
— o bien en uno de esos sistemas o en una o más instituciones de
las vinculadas a ellos, observable en un momento respecto a otro
anterior, subsistiendo la identidad de la unidad de referencia y de
las variables que se consideran para identificar la variación. Como
muchos cambios sociales, tienen relación con cambios de los
sistemas culturales; en el lenguaje sociológico contemporáneo es
común hablar de cambio social o cambio cultural, o de cambio
sociocultural (p. 86).
Pero más allá del marco cronológico que recapitulan estos juvenólogos acerca del
relevo generacional consistente de la suma del paso de tres lustros que propuso
Ortega y Gasset (1984) o la perspectiva positivista de Augusto Comte sobre las
generaciones, que serían perspectivas ya superadas pero no por ellas ineficaces, la
generación actual es participe de un acontecimiento de alcance
mundialrepresentada por una intensificación del mundo virtual en la era
hiperdigital y caracterizada por “el marco sociotecnológico que acompaña la tran-
68
sición a la sociedad de la información madura, con la consolidación de la web 2.0,
la llegada de internet de segunda generación, la emergencia de las redes sociales, el
uso de la multipantalla y la consolidación de la multitarea o multitasking por parte
de los jóvenes” (Feixa, Fernández-Planells y Figueras, 2014, p. 323).
Además estaría acompañada de un contexto socioeconómico crítico debido al
impacto global mucho mayor incluso a la crisis financiera del 2008 y como ya se
dijo, de la Segunda Guerra Mundial o la Recesión del 29. En este sentido, comulgo
con la idea de Mannheim respecto a que esta generación se encuentra o puede
definirse “sobre las bases sociales y existenciales del conocimiento en relación con
los procesos del cambio histórico-social” (Laccardi y Feixa, 2014, p.51),
representada por una visible discontinuidad histórica. Es decir, para Karl
Mannheim es útil el considerar la categoría de generación, como instrumento
epistémico para el análisis del cambio social:
tanto de las dinámicas del cambio social (…) como para los “estilos
de pensamiento” y la actitud de la época (…) aspectos específicos
capaces de producir el cambio social, de la colisión entre el tiempo
biográfico y el tiempo histórico. Al mismo tiempo, las generaciones
podían considerarse el resultado de las discontinuidades
históricas, y por lo tanto del cambio (Leccardi y Feixa, 2014, p. 51).
En este sentido nos recuerdan Leccardi y Feixa (2014), que la propuesta de Philip
Abrams (1982) iría más allá, pero retomando ciertas ideas de Mannheim, al
relacionar el concepto de generación con el de identidad, en una relación dual del
individuo y la sociedad, que implicaría considerar tanto el tiempo lineal como el
69
social, pero siempre dentro de un marco referencial histórico. Para este autor:
70
La crisis ocasionada por la COVID-19 y la precariedad laboral en la Generación del
distanciamiento en México [12]
Luego de este planteamiento acerca de la importancia de la noción generacional, la
Generación del distanciamiento estaría marcada por el contexto coyuntural de la
pandemia de la COVID-19 (AFP, 27 de mayo, 2020), que ha sido vivida o
experimentada en un momento de incertidumbre mundial, no solo en la salud
pública, sino también en lo político, lo cultural, lo social y lo cotidiano, y
representaría un momento de disrupción histórica, incluso reflejado por datos no
vistos en décadas pasadas, como en el caso del ámbito económico, uno de sus
componentes principales a través de una contracción en el mercado del trabajo.
En este apartado, se retoman ciertos fragmentos de una nota periodística publicada por el autor en el periódico
[12]
El Comentario de la Universidad de Colima. Cfr. Fernández, A. (30 de mayo de 2020).
71
enedicto (2014) reconoce el gran impacto que tuvo la crisis económica de 2008 y
B
que cabe bien de ejemplo a la crisis actual ocasionada por el virus SARS-CoV-2:
La crisis nos permite visibilizar las inconsistencias y
contradicciones del diseño institucional encargado de la
integración juvenil, pero sin por ello olvidar el contexto más amplio
de las transformaciones estructurales experimentadas por las
sociedades occidentales en las últimas décadas (globalización,
erosión de los pilares básicos del sistema de bienestar, nueva
posición relativa del Estado) y el predominio de los planteamientos
ideológicos y las políticas neoliberales (p. 57).
[13] Como ejemplo respecto a los despedidos en México, miles de patrones dieron de baja del Seguro Social
aproximadamente a un millón de trabajadores durante la pandemia. (Raziel, Z., 6 de julio de 2020); lo que incluso
corresponde un 70 por ciento de los despidos a jóvenes de 29 años o menos (Mendoza, 17 de junio de 2020).
72
ridad
Además nos encontramos con una Generación del distanciamiento, más educada
que sus predecesores, pero con menor posibilidad de acceso al trabajo decente o
formal. En este sentido concuerdo también con Benedicto (2014, p. 76) al momento
[14] El propio Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (Coneval, 2020), señalaba incluso
en la etapa precovid, que la evolución del índice de tendencia laboral de la pobreza al cierre del primer trimestre de
2020, representaba en los trabajadores menores de 29 años, ingresos promedios mensuales de 3,686.48 pesos
(153.60 dólares), con una canasta básica cada vez más encarecida e inalcanzable (Villanueva, 17 de junio de 2020), y
aun así se excluía a los trabajadores del sector informal, los que representaban casi la mitad de trabajadores en
México.
73
de reconocer que es indispensable “comprender mejor qué significa hoy la
integración para los jóvenes (…) Frente a los modelos más o menos lineales,
predominantes en épocas anteriores, en los que las instituciones establecían las
pautas de acción a seguir en éstos”. Ahora solamente el presente inmediato es el
que está disponible, lo que dificulta la “promesa futura de movilidad ascendente
misma que ha dejado de funcionar como ideal de integración” (Benedicto, 2014, p.
67). De esta manera la situación actual se complejiza debido a procesos de
transición a la vida adulta difíciles y poco programables, aún más con la
mencionada pandemia, por lo que ellos buscarán estrategias de vida entre la
tradición y lo nuevo:
74
que ha vivido estas etapas disruptivas, como en el caso de las crisis económicas de
1982 con la caída del precio del petróleo y el valor del peso; la de 1994, también
marcada por una estrepitosa depreciación del peso y una crisis económica severa;
la de 2008 por la crisis mundial derivada de los falsos activos de bienes raíces en
EUA y con efectos en México y ahora una crisis ocasionada en 2020, por una
pandemia sanitaria, a la que la Generación del distanciamiento tendrá que hacerle
frente.
Reflexiones finales
Los jóvenes siempre han sido un sector que encuentra determinadas dificultades y
retos para poder insertarse al mundo laboral, (Pérez, y Urteaga, 2001), ya sea por su
nivel de experiencia, por la tradicional lucha intergeneracional y relaciones
históricas de poder, o por la cada vez mayor escasez de espacios y lugares de
trabajo ante el aumento poblacional y las crisis económicas y políticas públicas de
juventud desfocalizadas.
75
Deberían realizarse intervenciones a nivel político dirigidas
específicamente a los jóvenes, con arreglo a marcos de política
laboral exhaustivos, inclusivos y orientados al futuro, incluida la
implantación eficaz de garantías de empleo o competencias,
complementadas con paquetes de medidas más amplias que
fomenten los incentivos y la recuperación (oit, 2020, p.2).
76
La noción de generación ha sido para esta propuesta muy útil si queremos
complementar elementos como la clase social y la identidad en el análisis del
mundo contemporáneo de las juventudes. De esta manera, el término
distanciamiento también ha sido útil porque la condición juvenil está cada vez más
alejada de los parámetros ideales de bienestar. Dicho sea de paso, se ubica en un
cruce entre la precarización laboral y las desigualdades generacionales, y en una
degradación de las condiciones laborales derivada de una precarización laboral de
manera multidimensional, tanto en el caso de trabajos formales (con contratos de
trabajo, prestaciones u horarios determinados) como en los no formales como lo
refiere el juvenólogo Pablo Vommaro (CLACSO TV, 2020, mayo, 20).
77
reses y deudas contraídas por parte de los países del tercer mundo ante el BM y el
FMI, como en el caso de la región de América Latina y el Caribe que comenzó a
contabilizar oficialmente el mayor número de contagios y muertes en el mundo, y
México para el mes de noviembre sumaba ya cerca del millón de casos confirmados
acumulados y rebasaba las 100 mil muertes debido al Coronavirus SARS-CoV-2.
Por ello se requieren de políticas públicas de inserción laboral que permitan
empoderar al sector juvenil para lograr su emancipación, su acción, su autonomía,
su desarrollo y libertad, todo encaminado hacia el despliegue de una ciudadanía
juvenil (Reguillo, 2003).Requerirán para ello nuevas destrezas laborales (Ordaz, A.,
1 de mayo de 2020), pero también nuevas oportunidades e inversiones desplegadas
tanto por la iniciativa privada como por el Estado.
Las crisis si de algo ha servido, han sido para llevarnos a repensar el mundo y
cómo vivimos. Crisis humanitarias, económicas, políticas, sociales, naturales
quizás seguirán. Se ha escrito mucho sobre este fenómeno mundial y seguirá
quizás esta tendencia en los siguientes años, ya que según algunas voces,
seguiremos viviendo con este virus durante los próximos años, y que hasta el
momento de redactar el presente texto, apenas se vislumbraban ciertos avances de
vacunas en países como Rusia, Inglaterra, Francia o Estados Unidos de América, y
las grandes farmacéuticas trabajaban a marchas forzadas por encontrar la cura.
Pero mientras esto ocurría, el mundo padece sus grandes efectos, y ahora en lo que
debiera enfocar más sus ojos, sería hacia los sectores más vulnerables, como los
jóvenes.
Como hemos analizado, este escenario ha provocado una de las mayores crisis
económicas y sociales de la región en las últimas décadas, que ha afectado
negativamente el empleo, la lucha contra la pobreza y la reducción de la
desigualdad, compromisos asumidos en la Agenda 2030 de los ODS, según
estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
además de profundizar las brechas de desigualdad. Lecciones que nos deben llevar
a replantear nuestro mundo y el de las nuevas generaciones que están ahora otras
por venir.
78
de privilegiar en primer lugar la vida, y a la construcción de una nueva agenda de
juventud latinoamericana.
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