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LENGUA Y LITERATURA III.

GÉNEROS, TEXTOS Y DISCURSOS

Clase 3: La enunciación

Bienvenidos a nuestra tercera clase, en la que seguiremos profundizando aspectos relevantes que
nos permiten analizar los discursos sociales. En particular, nos ocuparemos de la enunciación, que,
según Émile Benveniste, consiste en la apropiación (o “puesta en funcionamiento”) de la lengua para
un acto de utilización individual. En otros términos, se trata de la conversión del sistema “abstracto”
de la lengua en un discurso individual “concreto”, que aparece en una cadena discursiva
determinada, con participantes definidos en el acto de comunicación (destinador, destinatario,
contexto o referencia, mensaje, canal y código), como hemos visto en la Clase 1.

Diversos elementos lingüísticos (gramaticales y léxicos) permiten rastrear las marcas de enunciación
en un determinado discurso. Reconocer esas marcas nos permitirá, a su vez, formular mejores
hipótesis de lectura, particularmente en algunos tipos de discursos que no suelen explicitar la
presencia del enunciador, como ocurre en aquellos en los que predomina la función referencial, si
seguimos el esquema de la comunicación de Jakobson.

Recursos gramaticales
Dentro de los elementos mayoritariamente gramaticales que remiten a la enunciación, se destacan
los deícticos y la modalidad; veremos, más adelante, el caso de los cuantificadores, que interactúan
más estrechamente con los recursos léxicos. Estos elementos nos permiten inferir tanto el contexto
al que se refieren los mensajes como la postura o actitud del enunciador respecto del enunciado.

Deícticos
Los deícticos remiten directamente al acto de enunciación: el locutor, al apropiarse de la lengua,
deviene el centro de referencia del discurso/ enunciado en todas sus variables: yo, aquí, ahora, según
nota Benveniste. Por eso, los deícticos suelen dar pistas acerca de la perspectiva adoptada para
narrar los acontecimientos y explicar o argumentar sobre cierto tópico. Se trata de palabras de
diversas clases, en su mayoría gramaticales (pronombres, determinantes, adverbios

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gramaticalizados), pero en algunos casos también adverbios o adjetivos léxicos, y se clasifican en
deícticos ESPACIALES, de PERSONA y de TIEMPO.

Los deícticos ESPACIALES incluyen algunos adverbios y expresiones locativas (como allí, ahí, acá, en ese
lugar, lejos, cerca, afuera, adentro) y determinantes y pronombres demostrativos (este, ese, aquel,
este chico, esa mujer), que solo se interpretan referencialmente si se conoce el lugar desde donde se
produce el enunciado, que se toma como eje para organizar el espacio. Algunos verbos de
movimiento (como ir, venir, volver, traer, llevar) también pueden reflejar una deixis determinada, ya
que suponen una localización específica.

Los deícticos de PERSONA incluyen pronombres personales, que ordenan los participantes y no
participantes de la enunciación: primera persona (enunciador), como yo/ me/ mí y nosotros/ nos,
segunda persona (destinatario), como vos/te (y la forma de respeto usted, lo/la, le) y ustedes/
los/las/les, y tercera persona (no persona), como él/ ella /lo/ la/le, ellos/ ellas /los/las/les. Algo
semejante ocurre con los determinantes y pronombres posesivos (mi/ mío, tu / tuyo, su / suyo,
nuestro); expresiones como nuestro país o mi hijo son deícticas (solo conociendo al enunciador se
interpreta correctamente la referencia). La misma información que el pronombre personal en
función de sujeto brinda el morfema de concordancia en persona y número presente en la forma
verbal, en el caso de las lenguas con sujeto nulo como el español.

Cabe notar que, mientras que la primera y la segunda persona son siempre deícticas,
la tercera puede señalar un referente extralingüístico (Él es mi mejor amigo) o
retomar de manera anafórica un antecedente lingüístico previo (San Martín nació
en Yapeyú, pero lo educaron en España). Lo mismo puede decirse de los pronombres
y determinantes demostrativos, que pueden tener un referente extra- o
intralingüístico alternativamente.

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Más allá de la existencia de valores gramaticales diferenciados, podemos reconocer mayores
sutilezas semántico-pragmáticas, como ocurre con el contraste entre el nosotros incluyente (respecto
del interlocutor: ¿Vamos al cine?) y el nosotros excluyente (Nosotros pensamos muy distinto de vos),
contraste que no se expresa mediante pronombres o desinencias especiales, sino que se deduce por
el contexto discursivo o extradiscursivo.

Ciertos recursos gramaticales del español evitan referir directamente al enunciador, como ocurre con
el nosotros de autor (Intentaremos demostrar en este artículo…) o con otras variantes pronominales
que adquieren un valor más genérico (Se piensa…, Se dice…, Te llamaron por teléfono, Uno nunca
sabe…, Te perdés entre tanta gente). En algunos géneros son habituales otras fórmulas que, para
evitar el yo, acuden a otros deícticos de persona, lugar o tiempo: El que aquí/ ahora habla, Quien les
habla, Su humilde servidor.

Una actividad interesante para estudiantes de distintos niveles educativos es


trabajar la deixis a partir del video del “El rey enamorado”, de Les Luthiers (pueden
encontrar la letra en https://lesluthiers.org/verversion.php?ID=69), con consignas
de este estilo:

a. Analizar cuáles son los cambios en la situación de comunicación y en las funciones


del lenguaje que se producen en “El rey enamorado” (a partir del minuto 4:37 y la
línea “Ven juglar, ven…”).

b. Explicar cuáles son los deícticos de persona que aparecen en ese segmento y qué
papel juegan en el efecto humorístico de la obra.

c. Reconocer los “errores” del juglar y explicar de qué modo contribuyen al efecto
humorístico de la obra.

Las marcas deícticas de TIEMPO incluyen algunos adverbios y expresiones temporales que remiten a
la situación de enunciación: ahora, hoy, mañana, después, en esta época, la década pasada, el
próximo año, la semana que viene, cuatro días atrás, hace tres años se interpretarán adecuadamente
solo si conocemos el momento de la enunciación (el ahora del discurso). En efecto, como se observa,

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ese tipo de expresiones obliga a situar el anclaje temporal, que se recupera por medio de datos
lingüísticos o extralingüísticos (en 1984, en el siglo XIV, el 25 de septiembre). A su vez, las desinencias
verbales que indican pasado, presente o futuro funcionan también como elementos deícticos,
mientras que otras tienen valor anafórico respecto de un determinado anclaje temporal, como
ocurre con el pluscuamperfecto y la mayoría de los compuestos perfectos.

El siguiente fragmento del cuento “Elsa”, de Felisberto Hernández, nos permite


identificar distintos recursos ligados con la deixis de persona:

“Yo quiero decir lo que me pasa a mí. ¿Y saben para qué? Pues, para ver si,
diciendo lo que me pasa, deja de pasarme. Pero entiéndase bien; me pasa una
cosa mala, horrible: ya lo verán. Sé que por más bien que yo llegara a decirla, no
se imaginarán exactamente cómo es lo malo que me pasa; pero el interés que
yo tengo es ver si deja de pasarme tanto lo malo que se imaginarán como lo malo
que en realidad me pasa”.

Podemos observar, en primer lugar, múltiples apariciones de la primera persona del


singular, tanto en los pronombres (yo, me, mí) como en las formas verbales (quiero,
sé, llegara, tengo), y de un “ustedes” (los lectores, presumiblemente), que solo se
expresa a partir de formas verbales (saben, verán, imaginarán). A esas formas
básicas, se agrega una forma pasivizada que no refiere directamente a los
interlocutores (entiéndase). Además, hay una deixis temporal, que opone el
presente (marcado por múltiples apariciones de ese valor temporal en los verbos
(quiero, pasa, saben, entiéndase, pasa, sé, tengo) y el futuro, expresado de múltiples
maneras: presente (deja), futuro (verán, imaginarán), subjuntivo (llegara).

Modalidad
La modalidad reúne una serie de elementos gramaticales que indican cuál es el acto de habla en
juego (i.e., si se trata de una pregunta, una orden, un pedido, una sugerencia, un deseo, una crítica,
etc.) o bien cuál es la actitud (intelectual o afectiva) que toma el hablante hacia su propio enunciado.
Por ese motivo, las clases de modalidades reconocidas (interrogativa, exclamativa, desiderativa,
declarativa) se ligan (pero no están determinadas) por los actos de habla, sino que más bien tienden

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a coincidir con los TIPOS DE ENUNCIADOS, de los que hemos hablado en la clase 1. Otros recursos de la
modalidad son:

§ El MODO VERBAL, que señala en el propio verbo el grado de probabilidad que el hablante le atribuye
al enunciado en el presente o el pasado: el ministro firmó la orden (indicativo: certeza), (tal vez) el
ministro firme la orden (subjuntivo: posibilidad), el ministro firmaría la orden (condicional:
posibilidad), el ministro habría firmado la orden (condicional complejo: posibilidad en el pasado).
También puede indicar el acto de habla en juego, como una orden (imperativo: vení, venga).

§ Las PERÍFRASIS MODALES: ciertos verbos auxiliares indican la obligación (hay que / tiene que /debe
estudiar más), el permiso (hoy no puede salir), la posibilidad (puede/ debe llover). Suelen
interactuar con el modo verbal, como se puede ver en el contraste entre estas dos afirmaciones:
Tenés/ Tendrías que traer el libro, Hay/ habría que llamarlo por teléfono. El verbo parecer, si bien
no conforma perífrasis, también tiene valor modal, ligado también con la posibilidad.

A modo de repaso, en la siguiente viñeta de Inodoro Pereyra, de Roberto Fontanarrosa, se


advierten dos actos de habla: el pedido del cura y el rechazo de Pereyra.

Fuente de la imagen: https://www.inodoropereyra.com.ar/pecador-y-guitarrero/

Esos actos de habla solo se transparentan en la perífrasis de obligación del cura, que muestra
su carácter directivo (suavizada con el condicional: Usted tendría que dar…), y en el
desiderativo No quiero que se arme una guerra... También se usan enunciados declarativos
(He visto afuera un caballito moro; Ahí se mancó el negocio…) y el exclamativo de Pereyra
(¡Qué lástima!).

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Los anteriores son recursos básicamente gramaticales, mientras que otros se entremezclan con el
léxico:

§ Los VERBOS DE PROCESOS COGNITIVOS, sobre todo en primera persona, indican un acto de habla
determinado (Juro/ prometo/ aseguro que/ Me pregunto si vamos a ir; Te ordenamos que vayas)
o una actitud determinada del hablante respecto de la probabilidad, la verdad o la “deseabilidad”
del enunciado, como hemos visto en el ejemplo de Inodoro Pereyra (Estoy seguro de / dudo mucho
/ desconfío / no creo / (no) quiero / deseo/ prefiero / no me convence que vengas; Creo / supongo
/ sé/ Me parece que va a venir). En los textos periodísticos es frecuente usar estos verbos
combinados con estrategias impersonales o pasivas, de modo de otorgarle mayor generalidad: Se
sabe / Se supo/ Se supone que es así, La ciudadanía/ Uno no conoce las motivaciones, Son
conocidas/ sabidas las inclinaciones del senador, Se suele desconfiar / dudar de los políticos.

§ Los ADVERBIOS Y EXPRESIONES MODALES funcionan como marcas léxico-gramaticales que indican el
grado de verdad, probabilidad, necesidad, “deseabilidad” del hecho, o bien su evaluación global
en términos intelectuales o afectivos.

Probablemente/ Posiblemente/ Tal vez / Quizás/ Aparentemente / Parece(ría) ser que/Capaz


/ Por ahí (probabilidad) /Ojalá (deseo) llueva; Seguramente / Seguro/ Sin dudas/
Indudablemente/ Evidentemente /Obviamente / Posta/ de una (certeza)/ Necesariamente
(necesidad) / Por fin/ Lamentablemente /Felizmente/ Sorprendentemente/ Increíblemente
(evaluación) va a llover.

Valores semejantes se expresan con diversas construcciones con verbo copulativo y predicativos,
adjetivos o, eventualmente, nominales:

Es posible/ probable/ factible / imposible/ dudoso / difícil de creer / poco creíble (probabilidad)
/ inevitable /necesario / imprescindible / importante (necesidad) que llueva.

Parece fácil /sencillo/ bueno / positivo/ favorable (evaluación) que venga.

Resulta negativo / malo / espantoso / difícil / lamentable / problemático / complicado/


sorprendente / disparatado / sospechoso / inaceptable (evaluación) tomar esa decisión.

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Recursos léxicos
Los recursos gramaticales recién descriptos interactúan con las categorías léxicas, que aportan
significado conceptual rico (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios), y cuya selección también
suele dar cuenta de la presencia del enunciador en el discurso.

Marcas de subjetividad

Las marcas de subjetividad (o “subjetivemas”, según la etiqueta popularizada por Catherine Kerbrat-
Orecchioni) son palabras léxicas que expresan la posición subjetiva del enunciador en relación con su
propio enunciado. Esa evaluación positiva o negativa (en términos intelectuales o afectivos) puede
abarcar cualidades, acciones, objetos, escenarios, etc., por lo que se expresa por medio de distintas
clases de palabras léxicas.

Imagen extraída de: http://www.fotolog.com/burocracia/23770253/

Así, diversos sustantivos permiten reconocer la subjetividad del enunciador, como ocurre en el
ejemplo con el despectivo cohetucho (también tiene acólitos, escribió dos obras maestras); lo mismo
ocurre con adjetivos (insoportable, difícil de soportar, pobre casa, habló en forma convincente),
adverbios o expresiones equivalentes que modifican al predicado (lo mató cobardemente, habla con
fanatismo) y verbos (mintió sobre su declaración, engañó a sus seguidores).

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A menudo suelen distinguirse los APELATIVOS, que identifican al evento central y a sus participantes,
del resto de los subjetivemas. En efecto, las denominaciones elegidas para el evento ocurrido o sus
participantes suelen indicar por sí mismas una evaluación del enunciador.

En los discursos periodísticos o históricos, los apelativos influyen directa o


indirectamente en la percepción que tendrán los lectores del acontecimiento o de
sus participantes, ya que la selección de una variante suele implicar una toma de
posición.

En una noticia policial, por ejemplo, no será igual presentar a un detenido por su
nombre de pila (Juan Valdés), por su sexo o edad (el hombre / muchacho /joven),
por las circunstancias de su detención (el sospechoso / detenido) o por una etiqueta
que dé cuenta de una evaluación del evento (el violento/ exaltado / ladrón / criminal
/ delincuente).

Lo mismo ocurrirá en el discurso histórico, en el que las oscilaciones en el modo de


denominar los eventos revelan fuertes disputas ideológicas (como el
descubrimiento de América vs. la llegada de los europeos a América, la conquista
del Desierto vs. el genocidio de los pueblos indígenas, etc.). Desde ya, casi nunca es
fácil determinar cuál sería la forma “neutra” de denominar a los acontecimientos y
sus participantes; de hecho, las etiquetas que pueden parecer más neutras o menos
“cargadas” ideológicamente pueden ser un modo de ocultar o “disfrazar” un
evento, por lo que siempre debe tomarse en cuenta los hechos que efectivamente
ocurrieron.

Por su parte, los CUANTIFICADORES (palabras de clase gramatical) interactúan con diversos elementos
léxicos, al señalar la cantidad o intensidad que se le atribuye a cierta cualidad, sustancia o acción: Fue
muy/ extremadamente/ bastante / poco convincente (vs. Fue convincente); Había poca/ demasiada/
mucha/ un montón de / una cantidad de gente (vs. Había gente); Me gustó bastante / poco / mucho
(vs. Me gustó). También pueden intervenir construcciones comparativas, como Es menos/ más/ tan
inteligente que/como Juli, Es igual de viva.

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Predicados y causalidad

Diversos autores que han analizado en detalle el modo en que puede descubrirse la ideología en el
discurso (como Robert Hodge, Gunther Kress o Tony Trew) destacaron el papel que cumple la
selección de los predicados que se les atribuyen a los participantes de los eventos, particularmente
en el caso de los pares léxicos que pueden o no implicar la agentividad de un evento.

Veamos un ejemplo, tomado de la historieta Mafalda, de Quino:

Imagen extraída de http://melinuncajamas.blogspot.com.ar/2012/05/y-ahora-si-que-se-murio.html

En la historieta, Manolito utiliza romperse para implicar un evento espontáneo, no causado ni


agentivo, que evita referir a su propia responsabilidad (lo contrario de lo que haría el verbo transitivo
romper: Lo rompí). Lo mismo ocurre con otros verbos transitivos con agente que tienen una variante
con se intransitivizador que los presenta como eventos espontáneos: romper/ romperse, quebrar/
quebrarse, hundir/ hundirse, quemar/ quemarse, incendiar/ incendiarse, golpear/ golpearse, mover/
moverse, etc.

Otros pares léxicos no están vinculados formalmente entre sí, como morir /matar, caer(se)/ tirar,
salir(se)/ sacar: el primer verbo supone que el evento es espontáneo y el segundo, que es causado
por un agente. Los pares pueden utilizarse para referir al mismo evento y es ahí cuando su elección
se vuelve significativa para el análisis del discurso:

Dos manifestantes murieron.

La policía mató a dos manifestantes.

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Nótese que matar y morir no son en sí subjetivemas, pero el hecho de presentar el evento como
espontáneo, sin agente ni causalidad, funciona como una toma de posición muy importante si puede
demostrarse que se trató de una muerte violenta, ya que oculta o “disfraza” los hechos ocurridos
(obviamente, ese no será el caso si los manifestantes murieron por un escape de gas, por un tumulto
o por un paro cardíaco, donde el uso de morir resulta perfectamente aceptable, porque describe los
hechos acaecidos).

Del mismo modo, se considera ideológicamente marcado atribuir la causalidad de un evento a un


participante inanimado, como en un famoso titular del diario Clarín (27-6-2002): “La crisis causó dos
nuevas muertes” (nombre de un documental que discute, justamente, la responsabilidad de los
medios de comunicación al “etiquetar” los acontecimientos). Ese titular puede contrastarse con “La
cacería policial terminó con dos muertos a balazos”, que fue como reflejó el mismo hecho el diario
Página 12 en la misma fecha: allí el sujeto está constituido por un evento (cacería) que tiene un
agente responsable inequívoco (policial=la Policía) a la que se atribuye como resultado los “dos
muertos a balazos”.

El titular elegido por Clarín elide la responsabilidad policial en las muertes, que
atribuye a un participante inanimado (la “crisis”).

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Además del se intransitivizador, también implican un borramiento del agente las formas
impersonales (incluyendo las plurales de interpretación arbitraria) y pasivas:

• Hubo dos muertos (impersonal)


• Se mató a dos manifestantes (se impersonal)
• Mataron a dos manifestantes (si no se explicita el agente)
• Fueron muertos dos manifestantes (pasiva)
• Se rompieron dos faroles (se intransitivo o pasivo)

Las distintas esferas de la comunicación humana


Los recursos que hemos visto en esta clase nos permiten analizar la postura del enunciador en
distintos tipos de discursos.

En los discursos literarios y, en general, cuando predomina la función poética del lenguaje, los
recursos léxicos (subjetivemas y causalidad de los predicados) se utilizan de modo profuso y creativo.
De hecho, los subjetivemas se enriquecen con metáforas, comparaciones, hipérboles y otros recursos
poéticos, mientras que en el campo de los predicados se suele alterar lo que se entiende como lógico
o realista en el dominio cotidiano, como puede ocurrir en la personificación (el silencio nos acecha,
la luna nos mira).

A su vez, el análisis de las marcas de enunciación permite obtener claves precisas del modo en que
el enunciador se posiciona en los discursos en que resulta primordial el componente de la referencia,
como los periodísticos, históricos o políticos; en los discursos científicos se despliega un subconjunto
más pequeño de los recursos que hemos revisado, ya que se prefieren marcadamente los elementos
de registro formal ligados con la impersonalidad y se limita fuertemente el número de subjetivemas.
En cambio, discursos donde predominan fuertemente otras funciones, como la apelativa o la
emotiva, no requieren en general rastrear las marcas de enunciación, ya que la situación contextual
suele estar mucho más explícita.

Actividades de la clase

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1. Leer el material de estudio correspondiente a la clase: Benveniste, Émile (1974) “El aparato formal
de la enunciación”, en: Problemas de Lingüística General II. México: Siglo XXI

2. Participar en el foro de intercambio #4: Las marcas de la enunciación

¿Qué recursos ligados con la enunciación se reconocen en el siguiente texto


de la revista Barcelona?
Las máximas autoridades ya estarían enteradas. Sin embargo, a pesar de ello,
parecería ineluctable el inicio, desde hoy mismo, de una violenta y descarada ola de
saqueos en todas las localidades de la Costa atlántica y de los diferentes sitios
turísticos del país. “Sabemos que hay hordas de personas que, escudadas tras su
inocente apariencia de gerentes de restaurante, vendedores de choclos en la playa,
agentes inmobiliarios, expendedores de gaseosa fría y mercaderes del barquillo,
entre muchos otros perfiles, dedicarían los próximos cuarenta y cinco días, o más,
al saqueo del patrimonio de millones de visitantes”, afirma, revisando gráficos y
planillas, un agente de la Policía Federal. “Sabemos que esta gente opera a cara
descubierta o, a lo sumo, cubierta con una gruesa capa de protector solar, y
sabemos que es muy osada, al punto de que no se detiene ante nada, ni siquiera
ante las más básicas reglas de decoro comercial”, agrega, preocupado.

Fuente: Revista Barcelona, versión web (1 de enero de 2013):


<https://revisbarcelona.com/aseguran-que-hoy-se-iniciaria-en-la-costa-ola-de-
saqueos-que-duraria-45-dias>

No olviden analizar: deícticos, marcas de modalidad, subjetivemas. También


comenten: ¿qué sucede con la causalidad?, ¿cómo se emplean los
cuantificadores?

3. Resolver la actividad #3, según se detalla a continuación:

A continuación, presentamos dos de los objetos de estudio centrales en el análisis del discurso: el
artículo periodístico (en la versión humorística de la revista Barcelona), y el discurso político (a través
de discurso del célebre militante norteamericano Martin Luther King). Elijan una de las siguientes
opciones (A o B) para desarrollar y entregar, como actividad correspondiente a esta clase.

Opción A. Lean el siguiente artículo extraído del Libro Negro del Bicentenario (Revista Barcelona,
2010) y luego resuelvan las consignas.

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Bandoneonista asesina el tango en un reducto
porteño y enluta a los argentinos bien nacidos

Un tal Astor Pantaleón Piazzolla mató anoche la música ciudadana en el


reducto del Chantecler a golpes de disonancias de su fuelle y descargas
de guitarras eléctricas, ante la mirada atónita de los tangueros
presentes, quienes aturdidos por el ruido del octeto del asesino, no
pudieron hacer nada por salvarle, la vida al dos por cuatro. Exigen que
las autoridades detengan al musicida y lo ejecuten al ritmo de Juan
D'Arienzo
El músico había engañado a los propietarios del cabaret ofreciéndoles un
espectáculo acorde con los cánones del género porteño, inclusive llegó a
decirles que tenía una orquesta, pero a último momento presentó una mínima
formación absolutamente ajena al espíritu tanguero. Al subir al escenario,
no dudó en atacar con saña criminal al tango, primero con los estridentes
acordes de una guitarra eléctrica y luego con demoníacos arreglos que
destrozaron el corazón del ritmo nacional. Cuando el público quiso
reaccionar, Piazzolla y sus músicos huyeron con las partituras para hacer
desaparecer la principal prueba del delito.
“Estábamos con los gomias esperando que aparecieran los cantores y los
bailarines, y vienen estos cosos con ese batifondo moderno para matar al
tango; no nos dieron tiempo a nada”, comentó entre lágrimas uno de los
testigos del luctuoso hecho. Las autoridades militares ya habrían decidido
demoler el Chantecler para evitar que los ecos de las disonancias asesinas
“subviertan el orden establecido por Dios para la música ciudadana". Al
cierre de esta edición, el asesino continuaba prófugo, pero fuentes bien
informadas aseuran que tras ultimar al tango estaría planeando un nue vo
atentado a la nacionalidad ejecutando valsecitos electrónicos.
Publicado el 18 de agosto de 1957. El Chantecler cerró pocas semanas
después y fue demolido para que el tema quedara sepultado por el olvido
Fuente: Libro Negro del Bicentenario (Revista Barcelona, 2010)

I. Explicar cuál es la situación (ficcional) de enunciación, tomando en cuenta paratextos y deícticos.

II. Analizar los recursos léxicos utilizados, en particular, el uso de subjetivemas y de la causalidad
de los predicados.

III. A partir de a. y b., determinar la postura ante el acontecimiento que adopta el cronista,
justificando la respuesta.

Opción B. “I Have a Dream” (28-08- 1963) es un discurso pronunciado por un militante


norteamericano por los derechos civiles, Martin Luther King, en las escalinatas del Monumento a
Lincoln en Washington ante una manifestación de más de 200.000 personas (se puede ver completo,

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con subtítulos, en este enlace y traducido aquí). Lean el siguiente fragmento, que incluye los siete
primeros párrafos, y luego resuelvan las consignas.

“Tengo un sueño” – Discurso de Martin Luther King (28-08- 1963)

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la
libertad en la historia de nuestro país.

Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la
emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones
de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer
al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años
después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la
discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de
prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad
estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a
la capital de nuestro país a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las
magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que
todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres
les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos
negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin
fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer
que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes
bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos
colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia
impetuosa del ahora. Este no es el momento de darse el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de
gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de
salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el
momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a
nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de
los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un
otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse
y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni
descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de
ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que
surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido
umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de
obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad
bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino
elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en

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violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza
física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe
conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como
lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su
libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer
la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.

I. Analicen en detalle los deícticos de persona, de tiempo y de espacio presentes. A partir de ellos,
reconstruir todos aquellos elementos contextuales que sean relevantes para interpretar el
discurso de Luther King.
II. Analicen los recursos de modalidad que aparecen en el último párrafo.
III. Elijan diez subjetivemas que sean representativos de la postura que adopta el orador y justifiquen
su elección.

Material de lectura
Benveniste, Émile (1974). “El aparato formal de la enunciación”, en: Problemas de Lingüística General
II. México: Siglo XXI. Disponible en: http://www.teaydeportea.edu.ar/wp-
content/uploads/2016/03/Benveniste-El-aparato-formal-de-la-enunciacion.pdf [Último acceso:
marzo 2018]

Bibliografía de referencia
Kerbrat-Orecchioni, Catherine (1986). La enunciación. De la subjetividad en el lenguaje. Buenos Aires:
Edicial.
Fowler, Roger, Bob Hodge, Gunther Kress y Tony Trew (1983) Lenguaje y control. México: FCE.

Créditos
Autor/es: Laura Kornfeld, Ángela Di Tullio

Cómo citar este texto:

Kornfeld, Laura & Ángela Di Tullio (2017). Clase Nro. 3: “La enunciación”. Lengua y Literatura III:
Géneros, textos y discursos. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

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Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0

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