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Contenido
1. Conceptualización de familia.
2. La estructura y el funcionamiento familiar.
3. Algunas tipologías familiares.
4. Funciones de la familia en sociedad.
5. Los derechos de la familia.
6. Contexto actual de la familia; el proceso de modernización.
7. Familia y estratificación social.
8. Como intervenir con familias.
9. La autoestima en la familia.
“Poderosa y frágil al mismo tiempo, la familia es parte esencial de la vida cotidiana de hombres y
mujeres en todo el mundo y lo ha sido a través de los tiempos”. Carlos Eroles (2001).
¿QUÉ ES LA FAMILIA?
Comunidad de personas que conforma la célula social más pequeña y como tal, es una institución
fundamental para la vida en sociedad.
Cumple en la sociedad una función básica humanizadora con una doble vertiente: dinamismo
personalizador y fuerza socializadora (Vidal, 1986).
Dentro de la función humanizadora, Morandé (1994) destaca como uno de sus aspectos más
relevantes la trasmisión de la cultura (sabiduría y memoria histórica de una generación a otra),
proceso que se realiza a través de la convivencia y el diálogo intergeneracional cotidiano.
a) Como una institución regulada por las normas jurídicas y culturales de la sociedad.
b) Como grupo social pequeño, jerárquicamente estructurado, en el que los niños tienen las
primeras experiencias sociales y en el que sus miembros satisfacen cotidianamente
necesidades básicas para la supervivencia y reproducción.
Ana María Roveré define la familia como “un grupo de personas que conviven en una casa
habitación, durante un lapso prolongado que están unidas o no por lazos sanguíneos y que se
asisten recíprocamente en el cuidado de sus vidas”.
Grupo de personas: dos o más personas que interactúan en relación de un objetivo común que se
va construyendo a través del tiempo.
Se asisten recíprocamente en el cuidado de sus vidas: es posible dividirlas según los subsistemas
que existen: conyugal (de los cónyuges), fraterno (de hermanos) y filial (de los padres y de los
hijos).
Lapso prolongado: es necesario que se tenga cierta permanencia y estabilidad dentro del grupo.
Mac Iver: “Grupo definido por una relación lo suficientemente precisa y duradera como para
proveer a la procreación y crianza de los hijos”.
Burn: “Asociación más o menos duradera de marido y mujer con o sin hijos o de un hombre y una
mujer solos o con hijos”.
George Murdock: “Grupo social caracterizado por residencia común, cooperación económica y
reproducción. Incluye adultos de ambos sexos, al menos dos de los cuales mantienen una relación
sexual socialmente aprobada y poseen uno a más hijos propios o adoptados, como pareja que
cohabitan sexualmente. El grupo es responsable ante la sociedad, por el cuidado de los niños y es
una unidad económica al menos de consumo”.
Comisión Nacional de la Familia: “Grupo social unido entre sí, por vínculos de consanguinidad,
filiación (biológica o adoptiva) y de alianza, incluyendo unidades de hecho cuando estas son
estables”.
La familia no es sinónimo de hogar. Hogar: es un grupo constituido por una o más personas, con o
sin vínculos de parentesco, que hacen vida en común alojando y alimentándose juntos.
Considera a la familia en función del hábitat en el que se inserta (hogares unipersonales, hogar
familiar, hogar no familiar).
• Unión consensual: unión informal estable en que se establece un contrato social entre un
hombre y una mujer con fines de ayuda mutua, procreación y/o de hacer vida en común.
• Familia Unipersonal: Compuesta por una sola persona, ya sea esta una persona soltera o
aquella persona cuyos miembros de su grupo familiar se ha disgregado.
• Familia Monoparental: Es aquella compuesta por uno de los padres y los hijos. También se
le ha denominado como “Uniparental”, centrándose en la figura materna o paterna según
sea el caso.
• Familia agregada: Es el tipo de familia que permite la presencia de otros sin que
necesariamente les unan lazos de consanguinidad. También se le ha denominado como
“Familia con allegados”, concepto que surge a principios del siglo XX, fundamentalmente a
propósito de la migración rural-urbana.
Respecto del funcionamiento familiar, la familia es esencial para la mantención de una sociedad
sana y es el principal agente transmisor de la vida: tanto física, como cultural, social y
afectivamente.
Es así que cuando hablamos del funcionamiento familiar, estamos aludiendo a alagunas de las
siguientes preguntas:
Aparece aquí el control socia, que impide que se trasgredan las normas establecidas. Este
aprendizaje se da en el marco de un aprendizaje intergeneracional y de género.
Al no tener canales adecuados que promuevan su participación en los asuntos públicos, la familia
se autorrelega exclusivamente a la vida privada y con frecuencia pierde de vista la importancia de
su papel como formadora de valores democráticos en las nuevas generaciones.
Los cambios sociales no afectan de la misma forma a todas las familias. Las variaciones más
importantes están relacionadas con la posición de la familia en la estratificación social.
En general, existe evidencia de que la estabilidad, el nivel de vida y la calidad de vida familiar están
relacionados con la clase social y estas diferencia son tan significativas en Chile, que se puede decir
muy poco, sin especificar el estrato social de la familia que se está describiendo.
No existe la familia chilena, las profundas desigualdades sociales existentes en la sociedad, hace
que no sea posible agruparlas construyendo un modelo común.
Al debilitar la capacidad de influencia recíproca que existió en otras épocas, este desequilibrio
provoca frustración, desesperanza y resentimiento por parte de los individuos que componen la
familia en la actualidad, dado que el macrosistema no solo ha dejado de fortalecer a la familia,
sino que genera influencias negativas que contribuyan a su desintegración.
La palabra intervención proviene del termino latino “intervenio” que puede ser traducido como
“venir entre” o “interponerse”. De ahí que intervención pueda ser sinónimo de mediación,
intersección, ayuda o cooperación. Carballeda, 2007.
Ángela Quintero V. manifiesta que “el Trabajo Social es una intervención en el sentido que
intervenir significa tomar parte de una acción con la intención de influenciarla”.
La intervención del Trabajador Social consiste en permitir a la persona/sujeto a desarrollar sus
capacidades, ayudarlo a modificar su situación y finalmente ayudarlo a resolver sus problemas.
• Aliviador de las múltiples carencias del sistema familiar, aliviador de los padecimientos de
los sujetos sociales que requieren intervención.
• Implica Hacer ver aquello que el contexto y el escenario impiden visualizar, y permite que
ese otro recupera historicidad, ubicándolo en el lugar de la verdad y corriéndolo del
banquillo de la sospecha.
• Permitir unir aquello que una vez se fracturó y recuperar los lazos perdidos.
• Tratar de buscar una forma discursiva diferente signada por la familia, construida en su
vinculación con los otros y no a partir de atribuciones elaboradas previamente.
Los cuatro aspectos de la vida en familia (Virginia Satir): 1) Los sentimientos e ideas que el
individuo tiene de sí mismo, autoestima. 2) Los métodos que utilizan las personas para expresar
sus ideas a los demás: comunicación. 3) Las reglas que usan los individuos para normar en la forma
en que deben sentir y actuar, el cual constituye el sistema familiar. 4) La manera cómo la gente se
relaciona con otros individuos e instituciones ajenas a la familia, enlace con la sociedad.
Es muy importante trabajar con las familias en el desarrollo de la autoestima individual y familiar.
Esto dará lugar a una mayor comprensión entre los individuos, al cuidado personal y de los demás
y darán a nuestros hijos fundamentos firmes a partir de los cuales puedan desarrollar su fortaleza
e integración.
La familia con problemas cuenta con una autoestima disminuida, la comunicación es indirecta,
vaga y poco sincera, las reglas son rígidas, inhumanas, fijas e inmutables, y el enlace de la familia
con la sociedad es temeroso, aplacador e inculpador.
Las familias conflictivas crean personas conflictivas y contribuyen así a la devaluación del yo,
situación que esta muy relacionada con la delincuencia, las enfermedades mentales, el
alcoholismo, la drogadicción, los problemas escolares, los desordenes alimenticios, y muchos otros
problemas sociales.
En cambio, las familias relativamente libres de problemas tienen una autoestima elevada, la
comunicación es directa, clara, especifica y sincera, las reglas son flexibles, humanas, adecuadas y
sujetas a cambio, y el enlace con la sociedad es abierto y confiado, y está fundamentado en la
elección.
Contenido
a) Diagnóstico Individual/Familiar.
b) Acuerdo o Contrato.
c) Intervención Familiar.
LA DEMANDA FAMILIAR
Antecede al proceso metodológico y se inicia cuando una persona o familia acude al trabajador
social con una demanda o petición.
Amaya Ituarte menciona que la demanda cumple la función de ser llave para acudir a un
especialista o para solicitar ayuda en el sentido que la demanda o bien enmascara el autentico
problema o en su defecto la demanda no es más que la “punta de la madeja” de otra serie de
problemas mucho más profundos y encubiertos.
En síntesis, podemos decir que la demanda por si sola nos da una información incompleta y
sesgada. Para que la intervención profesional sea efectiva, debe ser analizada en los términos de la
persona demandante: ámbito vital, personal, familiar, cultural, entre otros.
ÁREAS DE ANÁLISIS:
a) Individual: son aquellos elementos que tienen que ver estructuralmente con la persona
que sufre el problema y sus características individuales.
• Etapa del ciclo vital individual.
• Resolución de tareas de la etapa.
• Características de personalidad que facilitan y dificultan el proceso.
• Límites personales.
• Elementos físicos que afectan la resolución del problema.
• Enfrentamiento de problemas similares.
• Recursos.
• Disposición al cambio.
• Apoyos situacionales y otros significativos.
b) Familiar: tiene que ver con el estudio de la familia como sistema estructural y sus
subsistemas más significativos.
• Etapa del ciclo vital familiar.
• Resolución de tareas de la etapa.
• Composición familiar.
• Impacto del problema al interior de la familia.
• Dinámica interna (roles, normas, funciones, status y autoridad).
• Comunicación y expresión de los afectos.
• Recursos familiares.
• Disposición al cambio.
• Apoyos situacionales y otros significativos.
• Límites familiares.
La personalidad.
La OMS la define como “un patrón enraizado de modos de pensar, sentir y comportarse, que
caracterizan el estilo de vida y modo de adaptase único de un individuo, los que representan la
resultante de factores constituciones evolutivos y sociales. Estos patrones comportamentales
tienen a ser estables y a afectar múltiples dominios conductuales. Se asocian frecuentemente,
pero nos siempre, y con grados variables de malestar subjetivo y alteraciones del funcionamiento
social.
Según R. Florenzano, es la organización dinámica al interior del individuo, que determina su
conducta y pensamientos característicos.
Otros conceptos
Carácter: esencia individual y constante de una persona. Rasgos relativamente persistentes del
comportamiento frente al mundo exterior y a uno mismo. Es un aspecto de la personalidad, tiene
que ver con la actitud de las personas hacia el entorno, sobre todo respecto de los sentimientos
permanentes.
Temperamento: fue definido en el tiempo de Hipócrates (400 A.C.) quien hizo una distinción entre
colérico (aquel fácilmente irritable) sanguíneo (impulsivo y activo) melancólico (depresivo y con
tendencia a la tristeza), el flemático (apatico). En consecuencia, los temperamentos surgirían por
la preponderancia de uno de estos cuatro estados de humor.
✓ Aspecto externo, rasgos físicos en general o fisonómicos que destacan, aseo personal,
vestimenta.
Es holístico, se modifica, puesto que el propio proceso de resolución de problemas genera nuevos
cambios en el cliente, en la comprensión de su situación y la explicación de la misma.
El diagnóstico familiar.
En trabajo social familiar, al realizar un proceso de diagnóstico con una familia, este no puede ser
realizado desde una sola caracterización. El desafío es una mirada holística de la familia. El
diagnóstico familiar es mucho más que la suma de los diagnósticos individuales de cada integrante
de la familia. Algunos diagnósticos difieren dependiendo de la perspectiva desde la cual cada
teórico ve la familia. Por ejemplo, Minuchin, cuyo eje es la estructura o Virginia Satir (la
comunicación).
Objetivo del diagnóstico conocer las problemáticas de la familia, sus recursos y habilidades tanto
en la dimensión directa como en la indirecta.
2.- Estructura de un diagnóstico familiar
1.- Antecedentes y datos básicos sobre la familia que consulta: información mínima para iniciar un
trabajo de aproximación a la familia.
3.- Antecedentes de la estructura familiar: utilizar algunas preguntas para conocer la estructura de
una familia.
4.- Antecedentes de la situación problema: la situación problema que hace que la familia consulte
espontáneamente o sea derivada al servicio social.
5.- Antecedentes de las fuerzas familiares para la estabilidad y el cambio: el balance que permita
mantener la integridad y fuerza de cambio necesario.
6.- Fuerzas o factores claves de evaluación de Virginia Satir: orientado hacia la definición de
familias nutricias y familias perturbadas o conflictivas.
Dimensión indirecta: requiere de parte del profesional habilidades adicionales referidas a conocer
y usar los recursos provenientes de las políticas sociales.
Enlace con la sociedad: la manera como los miembros de la familia se relacionan con otras
personas e instituciones ajenas a la familia.
Redes sociales: como red social se puede entender al grupo de personas al que pertenece el
individuo: familia inmediata, familia extensa y todas aquellas relaciones que constituyen apoyo de
alguna importancia (vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc.).
Acuerdo o contrato
Objetivo del acuerdo: focalizar la atención del trabajador social, la persona y la familia en una
situación problema, que ha sido definido por todo e incluye los procedimientos que se
desarrollarán en el proceso.
Para que exista como tal deben darse a lo menos cuatro condiciones básicas, las dos primeras
tienen que ver con las personas y las segundas con el instrumento propiamente tal:
4. Debe ser legal: puesto que el propósito del contrato no puede ir contra la ley ni las normas
sociales establecidas.
Actividades:
Técnicas:
• Entrevista.
• Observación.
• Genograma.
• Ecomapa.
• Fotografías familiares.
• Hipótesis sistémicas.
Pueden ser entendidas desde múltiples enfoques y perspectivas teóricas, lo que se traduce en
diferentes metodologías de evaluación.
La posibilidad de contar con estas competencias estaría influenciada por componentes biológicos-
hereditarios, modulados por experiencias vitales, la cultura y los contextos sociales en los que se
han desenvuelto tanto en el presente como en el pasado (Barudy & Dantagnan, 2005, 2010).
Rodrigo, Máiquez, Martín y Byrne (2008) refieren por su parte, que estas competencias les
permitirían a los cuidadores afrontar de manera flexible y adaptativa la tarea vital de ser padres,
considerando las necesidades evolutivas y educativas de sus hijos (as).
Las competencias parentales implican la habilidad de los padres para reconocer y responder
adecuadamente a las necesidades de desarrollo de su hijo (a).
López (1995) plantea que cuando nos referimos a las competencias parentales debemos
considerar al ser humano como una especie distinta a otros seres vivos, requiriendo de
condiciones y cuidados específicos. Dichas necesidades son:
• Fisiológicas (alimentación, dormir, cubrirse del frío)
• Cognitivas (estimulación, exploración del entorno, educación, incorporación de normas
sociales.
• Emocionales y sociales (habilidades de reconocimiento, expresión y modulación de las
emociones, seguridad emocional en el contacto con otros, contar con una red de apoyo,
participación y autonomía progresiva).
Teoría del apego, transmisión trasgeneracional y trauma: John Bowlby (1956, 1978 citado en
Cassidy & Shaver, 2008), postula que el vínculo madre-hijo(a) se sustenta en el apego, entendido
como un sistema motivacional innato que aumenta las posibilidades del niño de sobrevivir al
mantener la cercanía con su cuidador principal. Este tendría influencias durante todo el ciclo vital,
desde la progresiva internalización de la relación como modelos operantes internos.
Según Coloma, (1993) son esquemas prácticos que reducen las pautas educativas a unas pocas
dimensiones básicas, que cruzadas entre sí dan como resultado diversos tipos de educación
parental.
Darling & Steinberg (1993) indican que los estilos parentales son un conjunto de actitudes hacia
los hijos que les son transmitidas y que en su totalidad crean un clima emocional en el cual
expresan las conductas de los padres.
1.- Educativas (p.e. manejo del niño, cuidado físico, seguridad, expresión emocional).
2.- Sociocognitivas (p.e. perpectivismo, expectativas adecuadas respecto a las capacidades
infantiles, estilo de atribución positivo, autoeficacia).
3.- Autocontrol (p.e. control de impulsos, percepciones precisas, habilidades de autocontrol,
asertividad).
4.- Manejo del estrés (p.e. auto-cuidado, relajación, capacidad para divertirse, mantenimiento del
apoyo social, capacidad de afrontamiento, planificación).
5.- Sociales (p.e. solución de problemas interpersonales, empatía, reconocimiento de las
emociones).
Recomendaciones para la evaluación de las competencias parentales
Reconocimiento: de sus relaciones, actividades y actividades, del valor que ellos tienen, sobre sus
preocupaciones y necesidades. Es importante escucharlos y valorarlos como sujetos con pleno
derecho.
Capacitación: apunta a potenciar el valor de los hijos e hijas, a que se sientan protagonistas,
competentes, capaces de producir cambios e influir con su opinión o accionar a los demás.
Educación sin violencia: descartar toda forma de castigo físico o psicológico. Eliminando de esta
manera la posibilidad de que imiten modelos de interacción inadecuados, degradantes y
violatorios de los derechos humanos.
CONTENIDO
1.- Fases de la Intervención Social Familiar.
2.- Diseño del proyecto de intervención: conceptualización y procedimientos principales para
llevarlo a cabo.
3.- Resguardos éticos en a intervención social familiar.
4.- Puesta en práctica del proyecto de intervención.
5.- Evaluación de los resultados.
6.- Finalización de la Intervención.
1) Las familias: Esto abarca toda la diversidad de tipos de familias existentes en la realidad
chilena: familiar nucleares, familias extensas, familias uniparentales, familias
reconstituidas, convivencias, Etc.
2) El medio social. En el medio ambiente inmediato se encuentra la vivienda y los parientes,
amigos, vecinos y redes sociales con las cuales la familia tiene relación habitual. En el
medio ambiente mediato se encuentra el barrio o población en que la familia vive y las
instituciones con las cuales se vincula y que le aportan servicios: fuentes de trabajo,
escuela, servicios de salud, de seguridad social, de vivienda, municipalidad,
establecimientos comerciales, servicios de movilización colectiva, etc.
Viviendas estrechas o insalubres, carencia de trabajo, pobreza, consumo y venta de drogas, barrios
deteriorados, delincuencia, instituciones ineficientes y burocráticas, servicios escasos y de mala
calidad, contaminan y deterioran la vida familiar.
A su vez, familias afectadas por la falta de educación, conflictos conyugales, violencia intrafamiliar,
alcoholismo, consumo de drogas y con incapacidad para establecer relaciones positivas con su
medio, contaminan y deterioran el ambiente.
¿Cómo puede el trabajador social mantener una actitud exenta de juicios al marido que golpea a
su mujer, a la madre que castiga con violencia a sus hijos? Linzer (1999) afirma que la manera más
efectiva es que el trabajador social separe las acciones del individuo de la persona, es decir,
distinguir al abusador del acto de abuso.
Refiriéndose específicamente a las situaciones de abuso sexual en los niños, Haverkamp y Daniluk
(1993) sugieren que el trabajador social se guíe en su práctica por seis principios éticos generales:
autonomía, fidelidad, justicia, beneficencia, ausencia de maleficencia y autointerés.
Fleck-Hemnderson señala la importancia de considerar a la familia como una comunidad moral y
considera que esta dimensión ha sido largamente ignorada en la práctica.
De acuerdo con lo anterior, el trabajador social debería considerar los aspectos morales tanto
como los aspectos emocionales de la vida familiar. Los componentes de esta dimensión moral son:
1) Sensibilidad moral, para interpretar la situación.
2) Razonamiento moral, para decidir qué hacer.
3) Carácter moral, para llevar a la práctica lo que se ha considerado correcto.
En esta fase, el trabajador social toma contacto por primera vez con la familia y utiliza sus
conocimientos y destrezas profesionales para establecer un acuerdo con ella respecto a la
naturaleza de la necesidad, los objetivos de la intervención y las responsabilidades y tareas que se
asumirán.
La vinculación con la familia.
Independientemente de cómo un trabajo social se encuentra frente a una familia a la que debe
atender, debe cumplir ciertas tareas específicas en esta primera fase del proceso.
Para Shulman (1979), la vinculación en la fase preliminar del trabajo requiere del trabajador social
el ejercicio de algunas destrezas básicas entre las cuales destaca la sintonización y la respuesta
directa a las preguntas indirectas.
MOORE (1996) SEÑALA TRES TAREAS NECESARIAS PARA LA VINCULACIÓN CON LA FAMILIA:
Construir credibilidad.
Establecer relación con las personas y familia.
Informar a la familia acerca del proceso, el papel del profesional y la función de la institución.
Minuchin (1984), cree que la habilidad para lograr el cambio en la familia en parte depende de la
vinculación del profesional, afirmando que al formar el sistema terapéutico, el profesional debe
mostrar aspectos de sí mismo que faciliten un terreno común con la familia.
La vinculación también se puede lograr a través de un compartir consciente de sentimientos
personales. Por ejemplo: con una familia que parece asustada y tímida. El trabajador social puede
comentar su desventaja al encontrarse con ellos, destacando el que todos se conocen y él no
conoce a ninguno.
El último aspecto señalado por Moore se refiere a la necesidad de informar a la familia sobre el
proceso que se intenta desarrollar. Esta información crea disposición para participar en el proceso
y permite, por otra parte, establecer expectativas realistas y evitar equivocaciones posibles acerca
del proceso.
Es necesario señalar que la vinculación con los niños es indispensable, a fin de reconocer su
importancia y dar desde la partida el mensaje que se intenta establecer contacto con toda la
familia.
La evaluación de la situación problema que afecta a la familia.
La evaluación preliminar de la situación.
Una de las tareas importantes a desarrollar en esta etapa de la intervención es la exploración
inicial del tipo de situación problema que afecta a la familia.
Es esencial aclara el problema que afecta a la familia y lo que ésta demanda al trabajador social, en
términos generales, en el curso de la primera entrevista.
Habiendo ya establecido vinculación con la familia y realizado una pre-evaluación podemos seguir
avanzando en el proceso de la situación problema que afecta a la familia.
La evaluación abarca básicamente tres aspectos: considera las relaciones de la familia con otros
sistemas a los que pertenece , lo que aporta información sobre el estilo que tiene la familia para
enfrentar y manejar sus problemas.
Este proceso, si bien es central en este momento desde una perspectiva evaluativa inicial,
mantiene su importancia durante todo el proceso de intervención en función de la necesidad de ir
evaluando los cambios y los no cambios que se van produciendo en la familia y en la situación que
la afecta.
La definición del problema: Según Schón (1983), definir el problema implica nombrar o etiquetar
la situación, decidir qué es lo que la hace problemática, postular la causa del problema o de los
factores que inciden en él, especificar qué es lo que queremos que cambie y postular qué acción lo
modificaría.
La definición del problema es en esta forma una instancia de carácter colaborativo, que articula las
diferentes responsabilidades del profesional y de la persona o familia.
De este modo, para definir el problema se requiere conocer las diferentes versiones que se dan en
el sistema acerca del problema. Se trata de captar el punto de vista de la familia y de cada uno de
sus miembros.
A través del diálogo se “construye” o se acuerda qué problema se trabajará. De este modo la
definición del problema pasa a ser comprensible para todos.
En esta perspectiva, Cowger propone algunas guías para evaluar las fuerzas, las que están basada
en la noción de que el conocimiento que orienta el proceso de evaluación esta basado en una
realizas construida socialmente.
DAR PREEMINENCIA AL SIGNIFICADO QUE LA FAMILIA DA A LOS HECHOS. Los focos centrales de
la evaluación son la visión de la familia acerca de los hechos, el significado que le da a la situación,
y sus emociones y sentimientos relacionados a dicha situación. Una evaluación intrapersonal e
interpersonal, como la historia de vida de la persona, no debe tener vida por sí misma y no es
importante por sí sola.
DESCUBRIR LO QUE LA FAMILIA QUIERE. Este punto es básico para poder dar forma a un acuerdo
conjunto de trabajo. Descubrir lo que la familia quiere, más precisamente implica clarificar qué es
lo que la familia quiere y espera del servicio, consideraría además, cuál sería la solución exitosa de
sus problemas.
HACER UNA EVALUACIÓN MULTIDIMENSIONAL DE LAS FUERZAS. Esto significa descubrir las
fuerzas y los recursos para resolver una dificultad que se encuentran tanto en las habilidades
intrapersonales e interpersonales de los individuos como aquellas que provienen de su familia, de
otras personas significativas de organizaciones voluntarias, de grupos comunitarios y de
instituciones públicas que pueden aportar servicios y recursos.
COMPARTIR LA EVALUACIÓN CON LA FAMILIA. En esta perspectiva, las evaluaciones deben ser
compartidas con las personas atendidas. Debido a que la evaluación da estructura y dirección para
la intervención de los problemas de la familia, cualquier evaluación que se mantenga en privado
dejará a ésta vulnerable a ser manipulada.
EVITAR LAS CULPAS Y CULPAR. La evaluación y las culpas son muchas veces confundidas, la culpa
es la primera en aparecer en modelos prácticos deficientes. Las situaciones de las familias son el
resultado de la interacción de un sin número de sucesos.
EVITAR EL PENSAMIENTO CAUSA-EFECTO. El pensamiento causal representa sólo una de las
muchas posibles perspectivas de problemas que son usualmente multidimensionales, representan
acciones multidireccionales y reflejan dinámicas que no son bien entendidas con explicaciones
simples de causalidad.
EVALUACIÓN, NO DIAGNÓSTICO
La preferencia por el uso de la palabra “evaluación” por sobre “diagnóstico” está altamente
acuñada en la literatura del Trabajo Social.
Para Cowger, en este contexto, la evaluación es tanto un proceso como un producto. La
evaluación como proceso ayuda a los clientes a definir sus situaciones (esto es, clarificar las
razones por las cuales necesitaron ayuda) y ayudarlos a evaluar y dar significado a los factores que
afectan dichas situaciones.
Saleebey (1997) afirma que es necesario tener alguna conceptualización general acerca de qué es
lo que se considera fuerzas, dado que el sistema de servicios en general no las considera y que de
hecho el lenguaje institucional habitualmente utilizado no destaca las capacidades de las personas,
sino más bien se focaliza en sus déficits, carencias y defectos.