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Clase 1: La intervención Social Familiar.

Contenido
1. Conceptualización de familia.
2. La estructura y el funcionamiento familiar.
3. Algunas tipologías familiares.
4. Funciones de la familia en sociedad.
5. Los derechos de la familia.
6. Contexto actual de la familia; el proceso de modernización.
7. Familia y estratificación social.
8. Como intervenir con familias.
9. La autoestima en la familia.

1.- CONCEPTUALIZACIÓN DE FAMILIA.

“Poderosa y frágil al mismo tiempo, la familia es parte esencial de la vida cotidiana de hombres y
mujeres en todo el mundo y lo ha sido a través de los tiempos”. Carlos Eroles (2001).

Buttilione (1994 y su concepto de familia:

• La familia es una dimensión fundamental de la existencia, una dimensión de la persona, su


modo de ser: el modo más inmediato en el que se manifiesta que la persona existe para la
comunión, y que se realiza a sí misma sólo en comunión con otras personas.

• Cuatro dimensiones fundamentales: nacimiento, amor, trabajo y muerte.

¿QUÉ ES LA FAMILIA?

Comunidad de personas que conforma la célula social más pequeña y como tal, es una institución
fundamental para la vida en sociedad.

Cumple en la sociedad una función básica humanizadora con una doble vertiente: dinamismo
personalizador y fuerza socializadora (Vidal, 1986).

Dentro de la función humanizadora, Morandé (1994) destaca como uno de sus aspectos más
relevantes la trasmisión de la cultura (sabiduría y memoria histórica de una generación a otra),
proceso que se realiza a través de la convivencia y el diálogo intergeneracional cotidiano.

La familia deber ser comprendida desde dos perspectivas complementarias:

a) Como una institución regulada por las normas jurídicas y culturales de la sociedad.

b) Como grupo social pequeño, jerárquicamente estructurado, en el que los niños tienen las
primeras experiencias sociales y en el que sus miembros satisfacen cotidianamente
necesidades básicas para la supervivencia y reproducción.
Ana María Roveré define la familia como “un grupo de personas que conviven en una casa
habitación, durante un lapso prolongado que están unidas o no por lazos sanguíneos y que se
asisten recíprocamente en el cuidado de sus vidas”.

Grupo de personas: dos o más personas que interactúan en relación de un objetivo común que se
va construyendo a través del tiempo.

Se asisten recíprocamente en el cuidado de sus vidas: es posible dividirlas según los subsistemas
que existen: conyugal (de los cónyuges), fraterno (de hermanos) y filial (de los padres y de los
hijos).

Convivir: es la cohabitación lo que permite el cumplimiento de su funciones y el ejercicio de roles.

Unidos o no por lazos consanguíneos: legales y consensuales, consanguíneos o no consanguíneos.

Lapso prolongado: es necesario que se tenga cierta permanencia y estabilidad dentro del grupo.

OTROS CONCEPTOS SOBRE FAMILIA:

Mac Iver: “Grupo definido por una relación lo suficientemente precisa y duradera como para
proveer a la procreación y crianza de los hijos”.

Burn: “Asociación más o menos duradera de marido y mujer con o sin hijos o de un hombre y una
mujer solos o con hijos”.

George Murdock: “Grupo social caracterizado por residencia común, cooperación económica y
reproducción. Incluye adultos de ambos sexos, al menos dos de los cuales mantienen una relación
sexual socialmente aprobada y poseen uno a más hijos propios o adoptados, como pareja que
cohabitan sexualmente. El grupo es responsable ante la sociedad, por el cuidado de los niños y es
una unidad económica al menos de consumo”.

Comisión Nacional de la Familia: “Grupo social unido entre sí, por vínculos de consanguinidad,
filiación (biológica o adoptiva) y de alianza, incluyendo unidades de hecho cuando estas son
estables”.

La familia no es sinónimo de hogar. Hogar: es un grupo constituido por una o más personas, con o
sin vínculos de parentesco, que hacen vida en común alojando y alimentándose juntos.

Considera a la familia en función del hábitat en el que se inserta (hogares unipersonales, hogar
familiar, hogar no familiar).

2.- LA ESTRUCTURA Y EL FUNCIONAMIENTO FAMILIAR.

Es la composición de la familia, el numero de miembros que la forman, el grado de parentesco, o


las formas de vida familiar alternativas. En general, se plantea que la estructura familiar es un
fenómeno dinámico que cambia tanto en relación con el momento histórico como con la etapa del
ciclo vital en que se encuentra la familia.
Según constitución familiar:

• Familia de origen: de la cual provenimos.

• Familia de procreación: la cual conformamos con nuestra pareja.

• Matrimonio: unión formal en que se establece un contrato social a través de un vinculo


legal y/o religioso con fines de ayuda mutua, procreación y/o de hacer vida en común.

• Unión consensual: unión informal estable en que se establece un contrato social entre un
hombre y una mujer con fines de ayuda mutua, procreación y/o de hacer vida en común.

• Uniparental-monoparental: familia que se organiza estructuralmente en torno a la


presencia de sólo una de las figuras parentales, sea hombre o mujer…

Según composición familiar:

A.- TIPO DE FAMILIA:

• Familia nuclear: Subsistema social cuyos integrantes conforman una unidad de


hasta dos generaciones.

• Familia extensa: Subsistema social compuesto de más de dos generaciones.

B.- TIPO DE HOGAR:

• Familia completa: Presencia de ambas figuras parentales.

• Familia incompleta: Presencia de solo una de las figuras parentales.

C.- TAMAÑO DE LA FAMILIA:

• Familia reducida: Presencia de hasta cinco integrantes.

• Familia numerosa: Presencia de más de cinco integrantes.

3.- ALGUNAS TIPOLOGÍAS FAMILIARES:

• Familia Estructurada: Corresponde a la familia tradicional, unida a través de un acto


jurídico y/o sacramental y cuya conformación tiene que ver directamente con la cultura. A
partir de esta unión se generan lazos consanguíneos, de herencia y de poder.

• Familia Unipersonal: Compuesta por una sola persona, ya sea esta una persona soltera o
aquella persona cuyos miembros de su grupo familiar se ha disgregado.

• Familia Monoparental: Es aquella compuesta por uno de los padres y los hijos. También se
le ha denominado como “Uniparental”, centrándose en la figura materna o paterna según
sea el caso.

• Familia No Reproductiva: Corresponde a la familia que no puede concebir hijos o aquella


que decide no procrear.
• Familia consensual: Se trata de un grupo unido por la voluntad de estar juntos y asumir la
función familiar, en tal caso para hablar de familia, es necesario que se cumplan los
requisitos de lapso prolongado en la relación, cierto grado aceptable de estabilidad y la
asunción de roles y funciones parentales y conyugales.

• Familia agregada: Es el tipo de familia que permite la presencia de otros sin que
necesariamente les unan lazos de consanguinidad. También se le ha denominado como
“Familia con allegados”, concepto que surge a principios del siglo XX, fundamentalmente a
propósito de la migración rural-urbana.

• Familia reestructurada o recompuesta o reciclada: En esta familia al menos uno de los


cónyuges o ambos, vienen de un matrimonio anterior y del cual han procreado uno o
varios hijos que se aportan a esta nueva relación. En este sentido la concepción de
“padrastro y madrastra”, más que de padres sustitutos, se configura en modelos de padres
adicionales, ya que una de las normas básicas de esta nueva relación, usualmente tiene
que ver con el espacio que ocupa en la vida de los hijos el cónyuge anterior.

Respecto del funcionamiento familiar, la familia es esencial para la mantención de una sociedad
sana y es el principal agente transmisor de la vida: tanto física, como cultural, social y
afectivamente.

En nuestra sociedad, la familia es de significativa importancia, pues en ella “descansa”


fundamentalmente el desarrollo de cada uno de sus miembros.

Es así que cuando hablamos del funcionamiento familiar, estamos aludiendo a alagunas de las
siguientes preguntas:

¿Cuál es el objetivo que tiene la familia?


¿Cuál es el papel que tiene la familia?
¿Cuáles son sus tareas y funciones?
¿Cuáles son los fines que persigue la familia?

4.- FUNCIONES DE LA FAMILIA EN LA SOCIEDAD:

La familia como sustrato de la reproducción (desde la perspectiva biológica y cultural): Desde la


experiencia de la sexualidad en la pareja y la protección (o en su caso la adopción) se constituye
una base afectiva y emocional que proporciona el sustrato para que sea posible el desarrollo de la
vida humana.

a) La familia como formadora de la identidad personal: Se reconoce a la familia como el


grupo humano al cual se pertenece primariamente, quedando determinado por el
nacimiento o la adopción. El nombre representa la aceptación de pertenecer a una
realidad que trasciende la familia, pero, a la vez, proporciona una especialidad que no es
intercambiable (la individualización). Somos quienes somos en relación a otros.

b) La familia como significativa y evidente base emocional: Constituye la base de la


afectividad, cuya importancia es fundamental para un desarrollo equilibrado de la persona
humana. Nacen los lazos más profundos de relaciones, apareciendo los conceptos de
amor, convivencia, paz, felicidad y los antagónicos, cuya base sensitiva también es fuerte.

c) La familia como mediadora entre individuo y sociedad: Se asocia a la responsabilidad de


formar personas íntegras (totales según sus características de edad, sexo, etc.),
apoyándoles para alcanzar su máximo desarrollo físico, psicológico, moral y social.

d) La familia como núcleo básico de la socialización primaria: Desde esta característica se


reconoce a la familia la capacidad de socializar valores y pautas de comportamiento en lo
que se refiere a lo cognitivo, lo ético y lo estético.

Aparece aquí el control socia, que impide que se trasgredan las normas establecidas. Este
aprendizaje se da en el marco de un aprendizaje intergeneracional y de género.

e) La familia como unidad económica: La atención y cuidado de la familia implica adoptar


decisiones y realizar tareas, como administración de recursos, adquisición de bienes y
productos; tareas domésticas habituales; relación con la escuela, la prevención de
accidentes y enfermedades, cuidado de enfermos, nna, ancianos y otras.

Se reconocen otras funciones importantes que desarrolla la familia:

Las funciones instrumentales de alimentación, vivienda, seguridad, higiene, cuidados de salud,


educación.

Las funciones psicológicas y afectivas: apoyo social, afectividad, adaptabilidad, autonomía,


valoración y autoestima, comunicación, valores compartidos, reglas y normas, compañía.

5.- LOS DERECHOS DE LA FAMILIA:

La familia participa de la dignidad humana y es también titular de derechos fundamentales que la


sociedad y el Estado deben contribuir a descubrir y reconocer (Eroles, 1998, p.95).

Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas (1948): La familia es el


elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a protección de la sociedad y del
Estado.

Art. 12: Intimidad Familiar.

Art. 16-1: Derecho a contraer matrimonio. Igualdad de los cónyuges.

Art. 16-1: Libre consentimiento para el matrimonio.

Art. 25-2: Igualdad de los hijos. Protección de las madres.

6.- CONTEXTO ACTUAL DE LA FAMILIA: EL PROCESO DE MODERNIZACIÓN

En el aspecto socioeconómico, el sistema neoliberal y la globalización de la economía han


generado un masivo aumento en el intercambio de bienes, servicios y organizaciones con diversos
países del mundo.
Este proceso ha impuesto la necesidad de aumentar la productividad del trabajo, ha generado
mayor exigencia de uso de tecnología y mayores requisitos de capacitación para acceder al
mercado laboral. El sector informal de la economía, que no alcanza estándares, ha ido creciendo.

La intensificación del proceso de industrialización ha generado un importante proceso de


migración campo-ciudad, con el crecimiento de las grandes ciudades. El aumento de la oferta de
consumo de bienes ha ido a la par con el aumento de las desigualdades en la distribución del
ingreso, haciendo mayor la distancia que separa a los grupos de mayor ingreso de aquellos de
menor ingreso de la población.

La incorporación de la mujer al trabajo remunerado cuestiona la distribución tradicional de roles


sexuales y tiene impacto profundo en la vida familiar.

Al no tener canales adecuados que promuevan su participación en los asuntos públicos, la familia
se autorrelega exclusivamente a la vida privada y con frecuencia pierde de vista la importancia de
su papel como formadora de valores democráticos en las nuevas generaciones.

En el contexto sociocultural, se destaca la aparición de una cultura audiovisual.

Al complejizarse y aumentar la cantidad de conocimientos y símbolos que reciben a través de los


medios de comunicación, las familiar se encuentran frente al desafía de asumir una diversidad de
voces socializadoras, que entregan valores y normas muchas veces contradictorias entre sí y no
coherentes con los valores propios de la cultura de cada familia.

7.- FAMILIA Y ESTRATIFICACIÓN SOCIAL

Los cambios sociales no afectan de la misma forma a todas las familias. Las variaciones más
importantes están relacionadas con la posición de la familia en la estratificación social.

En general, existe evidencia de que la estabilidad, el nivel de vida y la calidad de vida familiar están
relacionados con la clase social y estas diferencia son tan significativas en Chile, que se puede decir
muy poco, sin especificar el estrato social de la familia que se está describiendo.

No existe la familia chilena, las profundas desigualdades sociales existentes en la sociedad, hace
que no sea posible agruparlas construyendo un modelo común.

Al debilitar la capacidad de influencia recíproca que existió en otras épocas, este desequilibrio
provoca frustración, desesperanza y resentimiento por parte de los individuos que componen la
familia en la actualidad, dado que el macrosistema no solo ha dejado de fortalecer a la familia,
sino que genera influencias negativas que contribuyan a su desintegración.

8.- CÓMO INTERVENIR CON FAMILIAS

La palabra intervención proviene del termino latino “intervenio” que puede ser traducido como
“venir entre” o “interponerse”. De ahí que intervención pueda ser sinónimo de mediación,
intersección, ayuda o cooperación. Carballeda, 2007.

Ángela Quintero V. manifiesta que “el Trabajo Social es una intervención en el sentido que
intervenir significa tomar parte de una acción con la intención de influenciarla”.
La intervención del Trabajador Social consiste en permitir a la persona/sujeto a desarrollar sus
capacidades, ayudarlo a modificar su situación y finalmente ayudarlo a resolver sus problemas.

Carballeda (2007) indica que los son:

• Aliviador de las múltiples carencias del sistema familiar, aliviador de los padecimientos de
los sujetos sociales que requieren intervención.

• Establecedor de procesos, definiendo prioridades y brindando oportunidades a partir de


ejes que orientan la intervención como práctica de reconstrucción.

• Ligar miradas, recrea vínculos del conocimiento y diversas praxis.

• Buscar coincidencias interdisciplinarias, a partir de discursos que no pueden persistir en


caminos dispersos.

• Implica Hacer ver aquello que el contexto y el escenario impiden visualizar, y permite que
ese otro recupera historicidad, ubicándolo en el lugar de la verdad y corriéndolo del
banquillo de la sospecha.

• Permitir unir aquello que una vez se fracturó y recuperar los lazos perdidos.

• Tratar de buscar una forma discursiva diferente signada por la familia, construida en su
vinculación con los otros y no a partir de atribuciones elaboradas previamente.

9.- LA AUTOESTIMA EN LA FAMILIA

Los cuatro aspectos de la vida en familia (Virginia Satir): 1) Los sentimientos e ideas que el
individuo tiene de sí mismo, autoestima. 2) Los métodos que utilizan las personas para expresar
sus ideas a los demás: comunicación. 3) Las reglas que usan los individuos para normar en la forma
en que deben sentir y actuar, el cual constituye el sistema familiar. 4) La manera cómo la gente se
relaciona con otros individuos e instituciones ajenas a la familia, enlace con la sociedad.

Es muy importante trabajar con las familias en el desarrollo de la autoestima individual y familiar.
Esto dará lugar a una mayor comprensión entre los individuos, al cuidado personal y de los demás
y darán a nuestros hijos fundamentos firmes a partir de los cuales puedan desarrollar su fortaleza
e integración.

La familia con problemas cuenta con una autoestima disminuida, la comunicación es indirecta,
vaga y poco sincera, las reglas son rígidas, inhumanas, fijas e inmutables, y el enlace de la familia
con la sociedad es temeroso, aplacador e inculpador.

Las familias conflictivas crean personas conflictivas y contribuyen así a la devaluación del yo,
situación que esta muy relacionada con la delincuencia, las enfermedades mentales, el
alcoholismo, la drogadicción, los problemas escolares, los desordenes alimenticios, y muchos otros
problemas sociales.

En cambio, las familias relativamente libres de problemas tienen una autoestima elevada, la
comunicación es directa, clara, especifica y sincera, las reglas son flexibles, humanas, adecuadas y
sujetas a cambio, y el enlace con la sociedad es abierto y confiado, y está fundamentado en la
elección.

Clase 2: Fases de la metodología de intervención del trabajo social familiar: El diagnóstico


familiar.

Contenido

Fases de la intervención social familiar:

1.- Diagnóstico familiar.

2.- Estructura de un diagnóstico familiar.

3.- Técnicas e instrumentos de diagnóstico: observación, ficha social, entrevista, visita


domiciliaria, historia social, genograma, economapa e informe social.

4.- Evaluación de competencias parentales.

1.- DIAGNÓSTICO FAMILIAR

Etapas del método para el trabajo social familiar.

a) Diagnóstico Individual/Familiar.

b) Acuerdo o Contrato.

c) Intervención Familiar.

d) Evaluación Familiar y Cierre.

LA DEMANDA FAMILIAR

Antecede al proceso metodológico y se inicia cuando una persona o familia acude al trabajador
social con una demanda o petición.

Amaya Ituarte menciona que la demanda cumple la función de ser llave para acudir a un
especialista o para solicitar ayuda en el sentido que la demanda o bien enmascara el autentico
problema o en su defecto la demanda no es más que la “punta de la madeja” de otra serie de
problemas mucho más profundos y encubiertos.

En síntesis, podemos decir que la demanda por si sola nos da una información incompleta y
sesgada. Para que la intervención profesional sea efectiva, debe ser analizada en los términos de la
persona demandante: ámbito vital, personal, familiar, cultural, entre otros.

ÁREAS DE ANÁLISIS:

a) Individual: son aquellos elementos que tienen que ver estructuralmente con la persona
que sufre el problema y sus características individuales.
• Etapa del ciclo vital individual.
• Resolución de tareas de la etapa.
• Características de personalidad que facilitan y dificultan el proceso.
• Límites personales.
• Elementos físicos que afectan la resolución del problema.
• Enfrentamiento de problemas similares.
• Recursos.
• Disposición al cambio.
• Apoyos situacionales y otros significativos.

b) Familiar: tiene que ver con el estudio de la familia como sistema estructural y sus
subsistemas más significativos.
• Etapa del ciclo vital familiar.
• Resolución de tareas de la etapa.
• Composición familiar.
• Impacto del problema al interior de la familia.
• Dinámica interna (roles, normas, funciones, status y autoridad).
• Comunicación y expresión de los afectos.
• Recursos familiares.
• Disposición al cambio.
• Apoyos situacionales y otros significativos.
• Límites familiares.

c) Medioambiental: corresponde al estudio de las relaciones y vinculaciones que establece la


familia con el medio ambiente lejano.
• Vinculación con las instituciones más cercanas (Iglesia, escuela, consultorio, junta
de vecinos, etc.).
• Relación de la familia con otras familias significativas (parientes, vecinos, amigos).
• Variables que favorecen o dificultan la aparición del problema.
• Recursos disponibles en el medioambiente.

Diagnóstico psicosocial centrado en la persona.

Su mayor exponente es Mary Richmond (1917) y posteriormente Gordon Hamilton y Florence


Hollis (1940), orientaron esta etapa metodológica, sobre una base psicológica, influida
fuertemente por el psicoanálisis.
Surge en una época de depresión económica, pero la causa de las dificultades que padecían, se
atribuyen a las condiciones intra psíquicas de las personas.
La meta terapéutica del trabajo social tiene que ver con dos cuestiones centrales: reducir las
presiones del medio ambiente y fortalecer el ego de la persona.

La personalidad.
La OMS la define como “un patrón enraizado de modos de pensar, sentir y comportarse, que
caracterizan el estilo de vida y modo de adaptase único de un individuo, los que representan la
resultante de factores constituciones evolutivos y sociales. Estos patrones comportamentales
tienen a ser estables y a afectar múltiples dominios conductuales. Se asocian frecuentemente,
pero nos siempre, y con grados variables de malestar subjetivo y alteraciones del funcionamiento
social.
Según R. Florenzano, es la organización dinámica al interior del individuo, que determina su
conducta y pensamientos característicos.

Otros conceptos

Carácter: esencia individual y constante de una persona. Rasgos relativamente persistentes del
comportamiento frente al mundo exterior y a uno mismo. Es un aspecto de la personalidad, tiene
que ver con la actitud de las personas hacia el entorno, sobre todo respecto de los sentimientos
permanentes.

Temperamento: fue definido en el tiempo de Hipócrates (400 A.C.) quien hizo una distinción entre
colérico (aquel fácilmente irritable) sanguíneo (impulsivo y activo) melancólico (depresivo y con
tendencia a la tristeza), el flemático (apatico). En consecuencia, los temperamentos surgirían por
la preponderancia de uno de estos cuatro estados de humor.

Tanto conceptos de carácter como de temperamento se definen como cualidad de la personalidad


igual que la inteligencia y las habilidades.

Guía para la descripción de la personalidad durante la entrevista

✓ Aspecto externo, rasgos físicos en general o fisonómicos que destacan, aseo personal,
vestimenta.

✓ Conducta expresiva, motricidad general, porte, gesticulación, tics, mirada, habla,


expresión oral, trastornos del lenguaje.

✓ Capacidades, inteligencia, habilidades, destrezas, capacidades prácticas, fantasía.

✓ Propiedades del curso de la acción, vitalidad, intensidad, impulsos, sensibilidad, ritmo,


concentración, actitud.

✓ Estado de ánimo principal, travieso, optimista, risueño, satisfecho, equilibrado, agobiado,


depresivo, pesimista, insatisfecho, lábil, cambiante.

✓ Apetencias y sentimientos, animado, reservado, frío, razonador, tosco, apático de


reacciones rápidas, capaz de entusiasmarse, tenaz, superficial, resistente, afectivo.

✓ Actitudes, impulsos y necesidades característicos, vital, activo, diligente, débil, reprimido,


alterado, impetuoso, egoísta, codicioso, rencoroso, altruista, bondadoso.

✓ Otras actitudes y comportamientos, actitud moral, escrupuloso, formal, honrado, sin


conciencia, irresponsable desamparado, conciencia en si mismo, vanidoso, narcisista.

✓ Contacto con las personas, absorbente, autoritario, agresivo, sádico, dependiente,


sumiso, acepta su rol sexual, contactos normales de acuerdo a su edad, reprimido,
pervertido, fantasioso, hostil, insatisfecho, amante de la naturaleza y los animales,
materialista, indiferente, negativo, destructivo.

Diagnósticos clínicos de nivel individual:

a) Diagnóstico dinámico: estudia la interacción entre el usuario y las otras personas


significativas o sistemas relevantes para poder determinar donde introducir el cambio. La
tarea fundamental del trabajador social es llegar a definir en qué consiste el problema,
qué factores psicológicos, físicos y sociales contribuyen a él.

La tarea profesional de resolución de problemas exige:

Recoger información de la persona, el problema y la situación.

Analizarlo y organizarlo en el contexto especifico de la situación de caso social.

Reflexionar la información hasta estableces un juicio sobre el significado del problema.

Planificar lo que se debe hacer y cómo hacerlo.

Es holístico, se modifica, puesto que el propio proceso de resolución de problemas genera nuevos
cambios en el cliente, en la comprensión de su situación y la explicación de la misma.

b) Diagnóstico clínico, es un diagnóstico que exige poseer conocimientos en salud mental.


Este tipo de diagnóstico debe ser realizado por equipo multidisciplinarios. Usualmente el
trabajador social forma parte de un equipo clínico, donde su rol fundamental es llegar al
conocimiento global de los aspectos psicosociales del usuario y su situación.

c) Diagnóstico Etiológico, es el diagnóstico lineal, que se basa en la causa-efecto. Sigue el


modelo Richmondiano e implica aclarar el problema, tratar directamente los factores
causales, definir factores causales que son inmutables y comprender la naturaleza del
problema, anticipando procedimientos para prevenir otras consecuencias. El objetico de
este tipo de diagnóstico es la necesidad de dar sentido y dirección a la intervención del
trabajador social de casos.

El diagnóstico familiar.

En trabajo social familiar, al realizar un proceso de diagnóstico con una familia, este no puede ser
realizado desde una sola caracterización. El desafío es una mirada holística de la familia. El
diagnóstico familiar es mucho más que la suma de los diagnósticos individuales de cada integrante
de la familia. Algunos diagnósticos difieren dependiendo de la perspectiva desde la cual cada
teórico ve la familia. Por ejemplo, Minuchin, cuyo eje es la estructura o Virginia Satir (la
comunicación).

Objetivo del diagnóstico conocer las problemáticas de la familia, sus recursos y habilidades tanto
en la dimensión directa como en la indirecta.
2.- Estructura de un diagnóstico familiar

Pauta de diagnostico para la dimensión directa de la familia.

1.- Antecedentes y datos básicos sobre la familia que consulta: información mínima para iniciar un
trabajo de aproximación a la familia.

2.- Antecedentes de la demanda o motivo de consulta: considerar el cómo y el porque la familia


esta consultando en ese momento.

3.- Antecedentes de la estructura familiar: utilizar algunas preguntas para conocer la estructura de
una familia.

4.- Antecedentes de la situación problema: la situación problema que hace que la familia consulte
espontáneamente o sea derivada al servicio social.

5.- Antecedentes de las fuerzas familiares para la estabilidad y el cambio: el balance que permita
mantener la integridad y fuerza de cambio necesario.

6.- Fuerzas o factores claves de evaluación de Virginia Satir: orientado hacia la definición de
familias nutricias y familias perturbadas o conflictivas.

Pauta de diagnóstico para la dimensión indirecta de la familia

Dimensión indirecta: requiere de parte del profesional habilidades adicionales referidas a conocer
y usar los recursos provenientes de las políticas sociales.

Enlace con la sociedad: la manera como los miembros de la familia se relacionan con otras
personas e instituciones ajenas a la familia.

Redes sociales: como red social se puede entender al grupo de personas al que pertenece el
individuo: familia inmediata, familia extensa y todas aquellas relaciones que constituyen apoyo de
alguna importancia (vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc.).

La aplicación de un Ecomapa: como técnica complementaria al diagnóstico.

Acuerdo o contrato

Objetivo del acuerdo: focalizar la atención del trabajador social, la persona y la familia en una
situación problema, que ha sido definido por todo e incluye los procedimientos que se
desarrollarán en el proceso.

Para que exista como tal deben darse a lo menos cuatro condiciones básicas, las dos primeras
tienen que ver con las personas y las segundas con el instrumento propiamente tal:

1.- Consentimiento mutuo: identifica la posición de cada uno en el proceso.

2.- Capacidad contractual: formular un acuerdo susceptible de ser cumplido.


3. Determinado y posible: el objetivo debe ser preciso y limitado, definido previamente por la
familia y acordado con el profesional.

4. Debe ser legal: puesto que el propósito del contrato no puede ir contra la ley ni las normas
sociales establecidas.

3. Técnicas e instrumentos de diagnóstico

Actividades:

• Contactos telefónicos o personas con él o los derivantes.


• Revisión de fichas sociales o clínicas de familias a atender.
• Visita domiciliaria.
• Reunión clínica/Técnica.
• Coordinación institucional.
• Registro de las intervenciones.

Técnicas:
• Entrevista.
• Observación.
• Genograma.
• Ecomapa.
• Fotografías familiares.
• Hipótesis sistémicas.

4. Evaluación de competencias parentales.

Pueden ser entendidas desde múltiples enfoques y perspectivas teóricas, lo que se traduce en
diferentes metodologías de evaluación.

BARUDY Y DANTAGNAN (2010)


“las capacidades prácticas que tiene los padres y las madres (o personas adultas significativas),
para cuidar, proteger y educar a sus hijos y asegurarles un desarrollo suficientemente sano”.

La posibilidad de contar con estas competencias estaría influenciada por componentes biológicos-
hereditarios, modulados por experiencias vitales, la cultura y los contextos sociales en los que se
han desenvuelto tanto en el presente como en el pasado (Barudy & Dantagnan, 2005, 2010).
Rodrigo, Máiquez, Martín y Byrne (2008) refieren por su parte, que estas competencias les
permitirían a los cuidadores afrontar de manera flexible y adaptativa la tarea vital de ser padres,
considerando las necesidades evolutivas y educativas de sus hijos (as).
Las competencias parentales implican la habilidad de los padres para reconocer y responder
adecuadamente a las necesidades de desarrollo de su hijo (a).

López (1995) plantea que cuando nos referimos a las competencias parentales debemos
considerar al ser humano como una especie distinta a otros seres vivos, requiriendo de
condiciones y cuidados específicos. Dichas necesidades son:
• Fisiológicas (alimentación, dormir, cubrirse del frío)
• Cognitivas (estimulación, exploración del entorno, educación, incorporación de normas
sociales.
• Emocionales y sociales (habilidades de reconocimiento, expresión y modulación de las
emociones, seguridad emocional en el contacto con otros, contar con una red de apoyo,
participación y autonomía progresiva).

Barudy y Dantagnan (2010) diferencian la parentalidad biológica de parentalidad social:

Biológica: la capacidad de procrear o dar vida.


Esta diferenciación con la desmitificación del instinto parental y el énfasis en la construcción social
por sobre lo innato en lo que respecta a la parentalidad (Baca, Eitzen & Wells, 2010), asó como la
posibilidad de que sean otros miembros de la comunidad los que desempeñen dicha función
(Barudy & Dantagnan, 2010).

Social: habilidades de crianza de niños(as) y adolescentes.


Atendiendo al bienestar superior del niño (a) y al reconocimiento de la necesidad de que cuente
con protección por parte de otros (ONU, 1990), resulta relevante contar con una metodología que
permita evaluar y generar las intervenciones necesarias en este ámbito.

Enfoques teóricos de la evaluación de competencias parentales:

Enfoque psicodinámico: desde un inicio en la teoría Freudiana se subrayó la importancia de las


experiencias infantiles en el desarrollo de la personalidad adulta. Este autor se centró más en la
mirada de la parentalidad desde el punto de vista de los adultos y sus conflictos no resueltos en la
infancia, sentó las bases para que sus seguidores se interesaran en conocer las dinámicas propias
de es período (Cohler & Paul, 2002).

Teoría del apego, transmisión trasgeneracional y trauma: John Bowlby (1956, 1978 citado en
Cassidy & Shaver, 2008), postula que el vínculo madre-hijo(a) se sustenta en el apego, entendido
como un sistema motivacional innato que aumenta las posibilidades del niño de sobrevivir al
mantener la cercanía con su cuidador principal. Este tendría influencias durante todo el ciclo vital,
desde la progresiva internalización de la relación como modelos operantes internos.

Evaluación parental: estilos parentales


Es la forma de actuar, derivada de unos criteros, y que identifica las respuestas que los adultos dan
a los menores ante cualquier situación cotidiana, toma de decisiones o actuaciones (Comellas,
2003).
Se habla de estilo por su permanencia y estabilidad a lo largo del tiempo, aunque pueden existir
modificaciones (Climent, 2009).

Según Coloma, (1993) son esquemas prácticos que reducen las pautas educativas a unas pocas
dimensiones básicas, que cruzadas entre sí dan como resultado diversos tipos de educación
parental.
Darling & Steinberg (1993) indican que los estilos parentales son un conjunto de actitudes hacia
los hijos que les son transmitidas y que en su totalidad crean un clima emocional en el cual
expresan las conductas de los padres.

Análisis de las competencias parentales:

En el ámbito de la investigación e intervención en situaciones de maltrato infantil, Sandra Azar y


colaboradores (Azar y Cote, 2002) han desarrollado un modelo cognitivo consuctual que considera
que una parentalidad competente tiene que ver fundamentalmente con la capacidad de
adpatación de los padres.
Esta autora ha delineado las capacidades requeridas para ejercer las funciones parentales aunque
tambien afirma que dichas capacidades no difieren mucho de las necesarias para funcionar
satisfactoriamente en las relaciones interpersonales en general (Azar y Weinzierl, 2005).

1.- Educativas (p.e. manejo del niño, cuidado físico, seguridad, expresión emocional).
2.- Sociocognitivas (p.e. perpectivismo, expectativas adecuadas respecto a las capacidades
infantiles, estilo de atribución positivo, autoeficacia).
3.- Autocontrol (p.e. control de impulsos, percepciones precisas, habilidades de autocontrol,
asertividad).
4.- Manejo del estrés (p.e. auto-cuidado, relajación, capacidad para divertirse, mantenimiento del
apoyo social, capacidad de afrontamiento, planificación).
5.- Sociales (p.e. solución de problemas interpersonales, empatía, reconocimiento de las
emociones).
Recomendaciones para la evaluación de las competencias parentales

El esquema elaborado por Budd (2005) marca algunas directrices:


✓ La evaluación debe centrarse en las características de la parentalidad y las relaciones
padre hijo. No interesa tanto un diagnóstico clínico de trastorno de la personalidad del
padre o la madre sino cómo este trastorno repercute en el bienestar de NNA.
✓ Realizar un análisis funcional analizando las creencias y conocimientos evolutivo-
educativos de los padres.
✓ Buscar evidencia de una adecuación parental mínima o resiliente a las necesidades y
características de los hijos.
✓ Describir las fortalezas actuales de los padres.
✓ Identificar aquellas condiciones contextuales (sociales, ambientales o históricas) que
pudieran estar influyendo positiva o negativamente en la capacidad parental para educar
a los hijos.
✓ La evaluación debería incluir un pronóstico, así como recomendaciones sobre posibles
intervenciones a realizar para fortalecer las competencias parentales.

Principios básicos de la parentalidad positiva.


Entorno estructurado: aporta guía y orientación para el aprendizaje de normas y valores. Esto
promueve la instalación de hábitos y rutinas con el fin de organizar las actividades diarias.
Estimulación y apoyo: para el aprendizaje a nivel familiar y educativo formal con el fin de lograr
una alta motivación y el desarrollo de sus capacidades. Esto supone conocer características y
habilidades de sus hijos(as). Es importante compartir tiempo de calidad con ellos/as.
Vínculos afectivos cálidos: funcionan como barrera de protección, de ser duraderos, generan
aceptación y sentimientos positivos.

Reconocimiento: de sus relaciones, actividades y actividades, del valor que ellos tienen, sobre sus
preocupaciones y necesidades. Es importante escucharlos y valorarlos como sujetos con pleno
derecho.
Capacitación: apunta a potenciar el valor de los hijos e hijas, a que se sientan protagonistas,
competentes, capaces de producir cambios e influir con su opinión o accionar a los demás.
Educación sin violencia: descartar toda forma de castigo físico o psicológico. Eliminando de esta
manera la posibilidad de que imiten modelos de interacción inadecuados, degradantes y
violatorios de los derechos humanos.

EL EJERCICIO DE LA PARENTALIDAD POSITIVA REQUIERE DE APOYOS PARA PODER LLEVARLO A


CABO.

Clase 3: Fases de la Metodología de Intervención del Trabajo Social Familiar: El Proceso de


Intervención.

CONTENIDO
1.- Fases de la Intervención Social Familiar.
2.- Diseño del proyecto de intervención: conceptualización y procedimientos principales para
llevarlo a cabo.
3.- Resguardos éticos en a intervención social familiar.
4.- Puesta en práctica del proyecto de intervención.
5.- Evaluación de los resultados.
6.- Finalización de la Intervención.

2.- Diseño del proyecto de intervención: conceptualización y procedimientos principales para


llevarlo a cabo.
El Trabajo Social y la familia
El Trabjo Social ha tenido desde sus orígenes como profesión un fuerte compromiso con la familia.
Reynolds (1942) afirma que ninguna otra profesión se ha centrado tan consistentemente como el
Trabajo Social en los problemas cotidianos de la vida familiar.
El Trabajo Social fue la primera profesión que se acercó a las familiar en el lugar donde ellas vivían,
conociéndolas al interior de sus hogares, y esto le permitió desarrollar una comprensión compleja
de las familias en su contexto social, que no es atribuible a otros profesionales.

Trabajo social familiar: funciones y niveles de intervención

1) Las familias: Esto abarca toda la diversidad de tipos de familias existentes en la realidad
chilena: familiar nucleares, familias extensas, familias uniparentales, familias
reconstituidas, convivencias, Etc.
2) El medio social. En el medio ambiente inmediato se encuentra la vivienda y los parientes,
amigos, vecinos y redes sociales con las cuales la familia tiene relación habitual. En el
medio ambiente mediato se encuentra el barrio o población en que la familia vive y las
instituciones con las cuales se vincula y que le aportan servicios: fuentes de trabajo,
escuela, servicios de salud, de seguridad social, de vivienda, municipalidad,
establecimientos comerciales, servicios de movilización colectiva, etc.

Viviendas estrechas o insalubres, carencia de trabajo, pobreza, consumo y venta de drogas, barrios
deteriorados, delincuencia, instituciones ineficientes y burocráticas, servicios escasos y de mala
calidad, contaminan y deterioran la vida familiar.
A su vez, familias afectadas por la falta de educación, conflictos conyugales, violencia intrafamiliar,
alcoholismo, consumo de drogas y con incapacidad para establecer relaciones positivas con su
medio, contaminan y deterioran el ambiente.

Frente a este objeto complejo, los objetivos profesionales apuntan a:


1. Colaborar con las familias para el desarrollo de capacidades y fortalezas que les permitan
enfrentar las situaciones y problemas de su vida cotidiana.
2. Relacionar a las familias con los sistemas que les pueden aportar recursos, servicios y
oportunidades.
3. Promover el funcionamiento eficiente y humanizador de los sistemas de recursos.
4. Contribuir al desarrollo de la política social y a los procesos de cambio social e
institucional.

2.- Resguardos éticos en la intervención social familiar.

Aspectos éticos en el trabajo con familias.

¿Cómo puede el trabajador social mantener una actitud exenta de juicios al marido que golpea a
su mujer, a la madre que castiga con violencia a sus hijos? Linzer (1999) afirma que la manera más
efectiva es que el trabajador social separe las acciones del individuo de la persona, es decir,
distinguir al abusador del acto de abuso.
Refiriéndose específicamente a las situaciones de abuso sexual en los niños, Haverkamp y Daniluk
(1993) sugieren que el trabajador social se guíe en su práctica por seis principios éticos generales:
autonomía, fidelidad, justicia, beneficencia, ausencia de maleficencia y autointerés.
Fleck-Hemnderson señala la importancia de considerar a la familia como una comunidad moral y
considera que esta dimensión ha sido largamente ignorada en la práctica.
De acuerdo con lo anterior, el trabajador social debería considerar los aspectos morales tanto
como los aspectos emocionales de la vida familiar. Los componentes de esta dimensión moral son:
1) Sensibilidad moral, para interpretar la situación.
2) Razonamiento moral, para decidir qué hacer.
3) Carácter moral, para llevar a la práctica lo que se ha considerado correcto.

3.- Puesta en práctica del proyecto de intervención.

El trabajo directo con familias.


En el trabajo con familias, la acción en el ámbito local o comunitario ha formado parte de una de
las más valoradas tradicionales del Trabajo Social, profesión que, fue la primera en acercarse a la
familia en su medio ambiente a través de las visitas domiciliarias.
Los trabajadores sociales han utilizado con frecuencia el trabajo de grupo para tratar problemas
comunes que afectan a las familias.
En estos grupos han participado principalmente los padres. Numerosas experiencias se han
desarrollado con padres para ayudarlos a enfrentar la adolescencia de sus hijos y otros problemas
comunes, como se padres adoptivos, tener hijos drogadictos, con síndrome de down, etc.

Etapa del método para el trabajo social familiar.


a) Diagnóstico Individual/Familiar.
b) Acuerdo o Contrato
c) Intervención Familiar.
d) Evaluación Familiar y cierre.
El inicio de la intervención

La fase inicial de la intervención directa tiene tres grandes tareas:

1.- La vinculación con la familia.


2.- La evaluación de la situación problema.
3.- El establecimiento de contrato.

En esta fase, el trabajador social toma contacto por primera vez con la familia y utiliza sus
conocimientos y destrezas profesionales para establecer un acuerdo con ella respecto a la
naturaleza de la necesidad, los objetivos de la intervención y las responsabilidades y tareas que se
asumirán.
La vinculación con la familia.
Independientemente de cómo un trabajo social se encuentra frente a una familia a la que debe
atender, debe cumplir ciertas tareas específicas en esta primera fase del proceso.
Para Shulman (1979), la vinculación en la fase preliminar del trabajo requiere del trabajador social
el ejercicio de algunas destrezas básicas entre las cuales destaca la sintonización y la respuesta
directa a las preguntas indirectas.
MOORE (1996) SEÑALA TRES TAREAS NECESARIAS PARA LA VINCULACIÓN CON LA FAMILIA:
Construir credibilidad.
Establecer relación con las personas y familia.
Informar a la familia acerca del proceso, el papel del profesional y la función de la institución.

Minuchin (1984), cree que la habilidad para lograr el cambio en la familia en parte depende de la
vinculación del profesional, afirmando que al formar el sistema terapéutico, el profesional debe
mostrar aspectos de sí mismo que faciliten un terreno común con la familia.
La vinculación también se puede lograr a través de un compartir consciente de sentimientos
personales. Por ejemplo: con una familia que parece asustada y tímida. El trabajador social puede
comentar su desventaja al encontrarse con ellos, destacando el que todos se conocen y él no
conoce a ninguno.
El último aspecto señalado por Moore se refiere a la necesidad de informar a la familia sobre el
proceso que se intenta desarrollar. Esta información crea disposición para participar en el proceso
y permite, por otra parte, establecer expectativas realistas y evitar equivocaciones posibles acerca
del proceso.
Es necesario señalar que la vinculación con los niños es indispensable, a fin de reconocer su
importancia y dar desde la partida el mensaje que se intenta establecer contacto con toda la
familia.
La evaluación de la situación problema que afecta a la familia.
La evaluación preliminar de la situación.
Una de las tareas importantes a desarrollar en esta etapa de la intervención es la exploración
inicial del tipo de situación problema que afecta a la familia.
Es esencial aclara el problema que afecta a la familia y lo que ésta demanda al trabajador social, en
términos generales, en el curso de la primera entrevista.
Habiendo ya establecido vinculación con la familia y realizado una pre-evaluación podemos seguir
avanzando en el proceso de la situación problema que afecta a la familia.
La evaluación abarca básicamente tres aspectos: considera las relaciones de la familia con otros
sistemas a los que pertenece , lo que aporta información sobre el estilo que tiene la familia para
enfrentar y manejar sus problemas.
Este proceso, si bien es central en este momento desde una perspectiva evaluativa inicial,
mantiene su importancia durante todo el proceso de intervención en función de la necesidad de ir
evaluando los cambios y los no cambios que se van produciendo en la familia y en la situación que
la afecta.

La definición del problema: Según Schón (1983), definir el problema implica nombrar o etiquetar
la situación, decidir qué es lo que la hace problemática, postular la causa del problema o de los
factores que inciden en él, especificar qué es lo que queremos que cambie y postular qué acción lo
modificaría.
La definición del problema es en esta forma una instancia de carácter colaborativo, que articula las
diferentes responsabilidades del profesional y de la persona o familia.
De este modo, para definir el problema se requiere conocer las diferentes versiones que se dan en
el sistema acerca del problema. Se trata de captar el punto de vista de la familia y de cada uno de
sus miembros.
A través del diálogo se “construye” o se acuerda qué problema se trabajará. De este modo la
definición del problema pasa a ser comprensible para todos.

4.- Evaluación de los resultados


La evaluación de las fuerzas familiares.
Según de Jongh y Miller (1985), la evaluación de la familia según la perspectiva de la construcción
social y de las fuerzas descansa sobre los siguientes supuestos: 1) A pesar de los problemas
cotidianos que las afectan, todas las personas, familia y los ambientes cuentan con fuerzas que
pueden ser activadas o movilizadas para mejorar la calidad de la vida. 2) La motivación de las
personas y familias aumenta o se fomenta con énfasis consistente en las fuerzas tal como ellas las
definen. 3) Descubrir fortalezas requiere de un proceso de exploración cooperativo entre el
profesional y la familia. Los profesionales no tienen la última palabra acerca de lo que las personas
necesitan. 4) Focalizar en las fuerzas nos aleja de la tentación de “culpar a la víctima” y nos orienta
a descubrir cómo las personas se las han arreglado para sobrevivir aún en las más difíciles
circunstancias. 5) Todos los ambientes hasta los más carenciados tienen recursos.

En esta perspectiva, Cowger propone algunas guías para evaluar las fuerzas, las que están basada
en la noción de que el conocimiento que orienta el proceso de evaluación esta basado en una
realizas construida socialmente.

DAR PREEMINENCIA AL SIGNIFICADO QUE LA FAMILIA DA A LOS HECHOS. Los focos centrales de
la evaluación son la visión de la familia acerca de los hechos, el significado que le da a la situación,
y sus emociones y sentimientos relacionados a dicha situación. Una evaluación intrapersonal e
interpersonal, como la historia de vida de la persona, no debe tener vida por sí misma y no es
importante por sí sola.

CREERLE A LA FAMILIA. Prejuzgar a una persona pensando que no es confiable, es contrario al


Trabajo Social y a sus valores de respeto a la persona y reconocimiento de la dignidad del ser
humano. A partir de esta confianza básica, las familias pueden requerir ayuda para articulas su
problema, y una confrontación del profesional puede facilitar dicho proceso.

DESCUBRIR LO QUE LA FAMILIA QUIERE. Este punto es básico para poder dar forma a un acuerdo
conjunto de trabajo. Descubrir lo que la familia quiere, más precisamente implica clarificar qué es
lo que la familia quiere y espera del servicio, consideraría además, cuál sería la solución exitosa de
sus problemas.

DESCRUBRIS A TRAVÉS DE LA EVALUACIÓN LAS FUERZAS PERSONALES Y AMBIENTALES.


Obviamente existen obstáculos personales y ambientales en la resolución de las dificultades. Pero
si uno cree que las soluciones a las dificultades se encuentran en las fuerzas, quedarse en los
obstáculos no conduce a nada.

HACER UNA EVALUACIÓN MULTIDIMENSIONAL DE LAS FUERZAS. Esto significa descubrir las
fuerzas y los recursos para resolver una dificultad que se encuentran tanto en las habilidades
intrapersonales e interpersonales de los individuos como aquellas que provienen de su familia, de
otras personas significativas de organizaciones voluntarias, de grupos comunitarios y de
instituciones públicas que pueden aportar servicios y recursos.

USAR LA EVALUACION PARA DESCUBRIS LO SINGULAR. La evaluación centrada en las fuerzas de


la persona o familia debe ser individualizada para entender la situación única que ella está
experimentando.

USAR UN LENGUAJE QUE LA FAMILIA PUEDA ENTENDER. La nomenclatura profesional y de las


ciencias sociales es incongruente con la evaluación basada en la mutua participación del
trabajador social y de las familias atendidas. La evaluación como un producto debe ser hecha en
un lenguaje simple y de tal forma que sea comprensible por sí misma.

HACER DE LA EVALUACIÓN UNA ACTIVIDAD QUE DISMINUYA LAS DIFERENCIA ENTRE EL


TRABAJADOR SOCIAL Y LA FAMILIA. El Trabajador Social puede minimizar el desbalance de poder
inherente en su relación con la familia, enfocándose en la importancia de los significados y deseos
de ésta y haciéndola dar dirección a los contenidos de la evaluación. Esto sólo se logrará en la
medida que la evaluación sea abierta y compartida.

COMPARTIR LA EVALUACIÓN CON LA FAMILIA. En esta perspectiva, las evaluaciones deben ser
compartidas con las personas atendidas. Debido a que la evaluación da estructura y dirección para
la intervención de los problemas de la familia, cualquier evaluación que se mantenga en privado
dejará a ésta vulnerable a ser manipulada.

EVITAR LAS CULPAS Y CULPAR. La evaluación y las culpas son muchas veces confundidas, la culpa
es la primera en aparecer en modelos prácticos deficientes. Las situaciones de las familias son el
resultado de la interacción de un sin número de sucesos.
EVITAR EL PENSAMIENTO CAUSA-EFECTO. El pensamiento causal representa sólo una de las
muchas posibles perspectivas de problemas que son usualmente multidimensionales, representan
acciones multidireccionales y reflejan dinámicas que no son bien entendidas con explicaciones
simples de causalidad.

5.- Finalización de la intervención.

EVALUACIÓN, NO DIAGNÓSTICO

La preferencia por el uso de la palabra “evaluación” por sobre “diagnóstico” está altamente
acuñada en la literatura del Trabajo Social.
Para Cowger, en este contexto, la evaluación es tanto un proceso como un producto. La
evaluación como proceso ayuda a los clientes a definir sus situaciones (esto es, clarificar las
razones por las cuales necesitaron ayuda) y ayudarlos a evaluar y dar significado a los factores que
afectan dichas situaciones.
Saleebey (1997) afirma que es necesario tener alguna conceptualización general acerca de qué es
lo que se considera fuerzas, dado que el sistema de servicios en general no las considera y que de
hecho el lenguaje institucional habitualmente utilizado no destaca las capacidades de las personas,
sino más bien se focaliza en sus déficits, carencias y defectos.

En esta etapa se busca información acerca de:

• Lo que ellas han aprendido de sí mismas, de otras familias y de su mundo.


• Las cualidades personales, sus rasgos característicos y sus virtudes.
• Lo que la gente sabe, lo que conoce.
• Sus talentos y potencialidades.
• Sus historias personales y culturales.
• Su orgullo.
• Los recursos y competencias de la comunidad en que está ubicada la familia.

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