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Pregunta 2:

Los siguientes textos hacen referencia a los nacionalismos catalan y vasco,


respectivamente, y surgen en un momento caracterizado por el desarrollo industrial regional
y es consecuente florecimiento de una burguesia nacionalista.

El primer texto corresponde al nacionalismo catalan. Su autor, E.Prat de la Riba, era


considerado uno de los principales impulsores del nacionalismo catalan. El segundo texto
corresponde al nacionalismo vasco. Su autor, S.Arana, se considera el padre del
nacionalismo vasco.

La fecha de los textos las sitúa en un momento de auge de los nacionalismos. Por
ejemplo, en Europa, el s.XIX se caracterizaba por el triunfo de nacionalismos de
separación como los casos de los imperios de Austria - Hungría, Rusia y Turquía; y otros de
unificación, como los de Alemania e Italia. Todo ello contribuye a cuestionar la existencia de
una única nación en España.

Por otro lado, en el contexto nacional, existen varios motivos que intensifican el
sentimiento nacionalista:
- El centralismo de la época, que busca la eliminación de fueros y particularidades
propias. Lo que favorece la aparición de movimientos reivindicativos de la lengua,
cultura e identidad regionales frente a la española.
- El progreso de la Revolución Industrial, en la que Cataluña y el país vasco se
desmarcan del resto del país, en general más atrasado. Aparecen entonces
burguesías que exigen mayor apoyo y protección a sus intereses propios.

Junto a los nacionalismos catalan y vasco destaca el regionalismo gallego, limitado a


su faceta cultural, dada la inexistencia de una burguesía industrial fuerte en esta religión.

SIMILITUDES
Si analizamos los textos vemos que el punto de partida de ambos nacionalismos
consiste en afirmar que Cataluña y País Vasco son naciones basándose en la existencia de
unas realidades diferenciales: lengua, derechos históricos (fueros), cultura y costumbres
propias. Por tanto, los dos movimientos, que derivan del regionalismo, reivindican desde su
autogobierno a su independencia.

En segundo lugar, ambos razonamientos son conservadores y coinciden en proteger


los intereses económicos de sus burguesías industriales.

En tercer lugar, las aspiraciones de ambos se concretan en la demanda de órganos


de autogobierno y en la redacción de un estatuto de autonomía. Sin embargo, aunque estas
aspiraciones tendrán que esperar a la II República (que será cuando obtengan sus estatutos
y Cataluña forme su generalitat) sí que se logra conformar la Mancomunidad Catalana,
eficaz en la ejecución de proyectos de desarrollo regional.

Por último, ambos autores son fundadores o cofundadores de partidos autonomistas:


Prat de la Riba promueve la fundación de la Unión Catalanista (y después de la Lliga
Regionalista), y Sabino Arana es el fundador del PNV.
DIFERENCIAS
Aunque hemos afirmado que ambas posturas son conservadoras, también hay
diferencias entre ellas. Por ejemplo, Prat de la Riba es más liberal e inclusivo (la Lliga se
forma a partir de diversos partidos). Sin embargo, el conservadurismo de Sabino Arana
procede del Carlismo, lo que implica un perfil más reaccionario y radical.

En segundo lugar, sus peticiones ante el estado Español son distintas. Prat de la
Riba defiende un nacionalismo conservador, catolico y burgués con dos objetivos: la
autonomía política para Cataluña y dentro de España y la defensa de sus intereses
económicos mediante una política comercial proteccionista.

La burguesía Catalana, en general, se daba por satisfecha si esto se cumplía. Sin


embargo, no ocurrió igual con el nacionalismo vasco profundamente decidido, debido a la
suspensión de los fueros tras las guerras carlistas.

En cuanto a la influencia del nacionalismo vasco, se extendió, sobre todo, entre la


pequeña y mediana burguesía, además del mundo rural; pero no entre la gran burguesía
industrial y financiera. El proletariado, siguió más bien al socialismo.

La postura del Sabino Arana se caracterizaba, como podemos ver en su texto, por
su independentismo, radicalismo antiespañol, integrismo ultracatólico, promoción de la
euskaldunización de la sociedad vasca y el rechazo radical de todo lo español. Algunos
años después, y tras un fracaso electoral, esta postura se suavizará, sustituyendo el
objetivo independentista por el autonomista.

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