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Teoría del proceso

Definición e importancia

A riesgo de parecer no disco rayado sino pluma plasmada, se insiste en que el proceso
jurisdiccional no es la única forma de solucionar litigios en sociedad; por ello, la denominación de
teoría del proceso es estrecha. Con acierto y tino técnico científico, el emérito Flores García
propone una denominación más amplia (a la meramente procesal) para aludir a nuestra materia.
Él prefiere llamarla teoría general de la composición del litigio. Incluso así nombra a su texto que
estudia la autodefensa, la autocomposición, el arbitraje y el proceso como medios de solución de
controversias. La teoría general de la composición del litigio —según nuestra forma de ver— no
excluye a la teoría del proceso, sino simplemente la ubica. La primera es el género y la segunda la
especie. En un símil podemos decir que la teoría de la composición del litigio es genérica, como la
teoría general de las obligaciones; una especie de la primera es la teoría del proceso, y un rubro de
estudio de la segunda es la teoría de los contratos. Podemos mostrarlo en el gráfico siguiente:
Hechos estos señalamientos, veamos cómo en los países iberoamericanos se ha denominado
nuestra materia, al menos, en 12 formas (no incluimos el pensamiento de Flores García): • Teoría
general del proceso. • Ciencia procesal.3 • Teoría general del derecho procesal. • Teoría del
derecho procesal. • Introducción al estudio del derecho procesal. • Derecho jurisdiccional (parte
general). • Fundamentos del derecho procesal. • Proceso y derecho procesal. • Introducción al
estudio del proceso • Derecho procesal abstracto. • Teoría general unitaria del derecho procesal.1
• Teoría de los procedimientos judiciales.

Teoría general del proceso Es la denominación más extendida y aceptada en México y otros
países. Entre quienes así han denominado a sus textos tenemos a: Calamandrei, 12 Goldschmidt,
13 Alcalá-Zamora, 14 De la Rúa, 15 Vizcarra, 16 Cortés Figueroa, 17 Arguedas Salazar, 18 Gómez
Lara, 19 Dorantes Tamayo, 20 Devis Echandía, 21 Arellano García, 22 Cabrera Acosta,23 Véscovi,
24 Quintero y Prieto, 25 Santos Azuela, 26 Becerra Bautista, 27 Bacre28 y Armienta Calderón, 29
entre otros. De Brasil no dejamos de mencionar a Araujo Cintra, Pellegrini Grinover y Rangel
Dinamarco.

Derecho procesal

Definición

En este punto no entenderemos al derecho procesal como ciencia ni como teoría del proceso, ni
aludiremos —pues ya lo hemos hecho— al cielo de los conceptos o al de las ideas, ni nos
encontramos en el nivel conceptual sino en el normativo. En este último campo se han realizado
diversas clasificaciones del derecho, por ejemplo: el mundo normativo jurídico se puede dividir en
derecho público, derecho privado y derecho social; o bien, desde otro enfoque, los autores lo
dividen en derecho nacional o interno y derecho internacional. La clasificación que nos interesa es
la que sistematiza las normas en sustantivas y adjetivas (Jeremy Bentham) o, dicho de otra forma,
en derecho de fondo y derecho procesal. El derecho procesal tiene un carácter prístino
instrumental, pues actúa como instrumento en la solución de un litigio, y tal solución es su función
teleológica. A pesar de la íntima relación con el derecho material o de fondo y de que el derecho
procesal siempre se manifiesta a propósito o en función de una controversia, en los últimos
eslabones de la evolución de la ciencia procesal, éste se estudia con autonomía, pues se cuenta
con todos los elementos teóricos y ontológicos para hacerlo. El derecho procesal, entendido como
las normas de derecho público encaminadas a resolver un conflicto jurídicamente trascendente, se
puede dividir en derecho procesal en estricto sentido y en derecho procesal orgánico. Según el
concepto de Carina Gómez Fröde —al que nos adherimos—, por derecho procesal orgánico debe
entenderse las normas referentes a la constitución, organización, funcionamiento y gobierno de
un tribunal de justicia. Este tribunal puede ser federal, estatal o distrital y comprende desde la
SCJN hasta un juzgado de mínima cuantía. Esta rama —importantísima de lo procesal— es
orgánica, pues organiza en todos sus niveles al llamado poder judicial. Por ello, sus bases se
encuentran tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como en las
constituciones políticas de los estados. El derecho procesal orgánico norma a la función judicial y a
los sujetos que directamente se vinculan con ella, pero no se refiere a la actuación de las partes en
un proceso judicial. El derecho procesal en estricto sentido regula las conductas procesales de las
partes (por ejemplo: las cargas procesales que han de cumplir en los plazos legales para estar en
una condición de obtener una sentencia favorable), de los terceros (como abogados y testigos) y
del juzgador y sus auxiliares. Todas las conductas procesales preceptuadas buscan la solución
normal del proceso: la sentencia. Pero también se regulan distintas formas de terminar el proceso,
como el desistimiento, el allanamiento, la transacción o el sobreseimiento del proceso. Un
concepto muy afortunado del derecho procesal es el que ofrece Leonardo Prieto Castro al decir: Es
el conjunto de normas que regulan el proceso. Regula la competencia del órgano público que
actúa en él, la capacidad de las partes y establece los requisitos, formas y efectos de los actos
procesales, los efectos de la cosa juzgada y las condiciones para la ejecución de la sentencia. Fija,
en una palabra, normas para el desenvolmiento del proceso, lo que equivale a decir normas para
la realización del fin de justicia objetiva propia del mismo, y ello le da el carácter de derecho
público. No obstante, el derecho procesal estudia fenómenos más amplios del quehacer jurídico.
No todo es derecho procesal orgánico o derecho procesal en estricto sentido en el mundo adjetivo
de las normas, sino habrá que agregar en primer término el derecho de la composición del litigio
que norma el arbitraje y otras figuras distintas del proceso que solucionan conflictos, y en segundo
lugar al derecho paraprocesal que regula —entre otros— el campo de la llamada jurisdicción
voluntaria o procedimientos paraprocesales, en el cual el juez actúa a pedimento de parte en
asuntos no litigiosos (por ejemplo: cuando un juez autoriza la venta de un bien inmueble que
pertenece a un menor de edad). Con base en lo expuesto presentamos el cuadro siguiente:

Derecho adjetivo: Incluye

• Derecho procesal orgánico: organiza y estructura la función judicial

• Derecho procesal en estricto sentido: norma la actuación del juzgador y de sus auxiliares, partes
y terceros para dirimir el litigio

• Derecho de la composición del litigio: regula el arbitraje, los medios alternativos de solución de
disputas y las figuras autotutelares

• Derecho paraprocesal: norma la actuación del juez y de los solicitantes en trámites no


contenciosos que requieren la intervención judicial

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