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Duran
INTRODUCCIÓN
Un sistema energético, en función de la aplicación que tenga, puede incluir una cámara de
combustión u hogar, que es el lugar donde se lleva a cabo la combustión. Es muy
importante que este sistema esté diseñado de manera que permita aprovechar la energía
química del combustible de la forma más eficiente y menos contaminante.
El presente material está destinado a la primera unidad del curso de Diseño de Equipo
Térmico del plan F2 de Ingeniería Mecánica ó a la segunda unidad del curso de Motores y
Equipo Térmico del plan F1 de la misma carrera. El objetivo de este curso es que los
estudiantes diseñen algunos equipos térmicos como componentes de calderas e
intercambiadores de calor. Una parte importante de estos equipos es el sistema de
combustión, al cual se dedica la presente unidad.
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Sistemas de combustión M. Duran
Fig. 1.1. Esquema de hogares paralelos. a) Frontal, b) Frontal posterior, c) en S, d) Con inclinación
variable, e) Con diferentes alturas.
Turbulentos: Los quemadores se colocan para que formen un remolino en el interior
del hogar, como se observa en la figura 1.2.
En función del tipo de hogar y llama que se forme, el rendimiento de una llama en la
cámara de combustión es la relación entre el calor absorbido por el material y el calor
liberado durante la combustión.
Como ya se mencionó, una de las misiones principales del hogar es mantener la combustión
estable y completa. Por esta razón es muy importante diseñarlo adecuadamente, teniendo en
cuenta la aplicación que va a tener, las temperaturas que va a alcanzar y otros factores
como los que se mencionan a continuación: [5]
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La temperatura de salida del hogar de los gases de combustión tiene mucha influencia sobre
la seguridad y economía de operación de las calderas, pues si es muy alta las cenizas
fundidas son arrastradas y se depositan en las superficies de convección, pero si es muy
baja entonces se tiene problemas por combustión incompleta o inquemados. Para
combustibles normales esta temperatura varía entre 950° y 1150°C, recomendándose en
general que sea de 50° a 100°C inferior a la temperatura de fusión de las cenizas.
Por otro lado, cuanto mayor calor desprenda la llama, emite luz de mayor frecuencia,
teniendo en cuenta que el rojo tiene menor frecuencia que el azul.
En una combustión de diesel, la llama debe ser de un color amarillo intenso, esto nos indica
que la combustión es buena, el color amarillo se genera por las partículas de hollín
quemadas y la temperatura más baja que la de otros combustibles. Cuando hogar de diesel
tiene una mala combustión por exceso de combustible o defecto de aire, la temperatura de
llama se hace menor y la llama adquiere un color rojizo.
Así pues, una manera de distinguir si el hogar de diesel está haciendo una buena
combustión es verificando el color de la llama. [4]
Por otro lado, en un hogar de gas natural la combustión es más limpia, sin tantas partículas
de hollín y además ésta se produce a mayor temperatura, es por esto que la llama adquiere
un color azulado, cómo la que se muestra en la figura 1.3.
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El régimen de liberación de calor (Clv), indica la energía que puede absorber el hogar por
unidad de tiempo y de volumen, se da en kcal/m 3h ó en kW/m3, también conocido como
tensión térmica del volumen del hogar. De acuerdo con el tipo de combustible y método de
quemado, así como con el tipo de pared del hogar se presenta en la siguiente tabla: [2]
Teniendo en cuenta los datos de RLC se puede determinar el volumen V del hogar, puede
calcularse en la siguiente forma:
en m3 (1)
en donde:
WC = cantidad de combustible necesario para la capacidad de la caldera, en
kg/h.
PCS = poder calorífico superior del combustible, en kcal/kg
ClV = régimen de calor liberado volumétrico, en kcal/m3h (tabla anterior)
Así pues, la altura y tamaño del hogar viene determinada por la temperatura de los gases
que llegan a la zona convectiva para evitar que la ceniza contenida en éstos se adhiera a los
tubos y afecte negativamente la transferencia de calor. De esta forma, se define un régimen
de liberación de calor mayor para un combustible que emita poca ceniza que para uno que
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emita más. Teniendo en cuenta esto, la figura 1.4 presenta una comparación entre el tamaño
del hogar para 3 tipos de combustible.
La llama de aceite es más emisiva que la de carbón, por esta razón se puede manejar un
mayor índice de liberación de calor. Sin embargo, aunque un aceite como el diesel maneja
poco porcentaje de ceniza se debe cuidar que ésta no sobrepase la temperatura de fusión
(1000°C) en la zona convectiva. Se puede decir que un hogar de aceite es aproximadamente
65% del tamaño de uno de carbón para la misma capacidad.
Por otro lado, el gas es aún más emisivo que el aceite y casi no presenta ceniza en sus
productos, esto permite un régimen de liberación de calor mucho más, dando como
resultado un hogar de menor tamaño.
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Uno de los papeles importantes del hogar, en este caso, es el de terminar el proceso de
mezcla y después crear las condiciones térmicas necesarias para el encendido de la mezcla.
En el caso de calderas pequeñas, se colocan los quemadores en la pared frontal del hogar y
la parte anterior se protege con tubos de agua, en toda la circunferencia, en una longitud de
600 a 1000 mm para protección de la flama en la zona frente a ésta para evitar el
enfriamiento fuerte por contacto con paredes frías (ver figura 1.8); en esta forma, se asegura
un flujo de calor suficiente en el proceso permanente de encendido. En la mayor parte de
los casos se tiene una aportación suplementaria de calor para asegurar el encendido estable,
suministrado por la recirculación local de gases de combustión en la zona de salida del
chorro del quemador.
Aún en el caso del encendido con una mezcla de combustible bien estable, la zona
recubierta de la porción del hogar conserva su importancia para asegurar una combustión
completa. En vista de que el enfriamiento fuerte de los productos de combustión que
contienen CO y H2, —en una etapa en que la temperatura de los gases de combustión en la
que aparecen estos componentes— y, en consecuencia, aparecen cantidades importantes de
gases no quemados en la salida del hogar.
Para ambos casos, tanto para combustibles gaseosos como líquidos, el quemador cumple las
siguientes funciones:
Desde el punto de vista constructivo, los hogares con quemadores son simples ya que se
realizan en la forma de una cámara paralelepípeda o circular calculada en tal forma de que,
por una parte, se asegure el quemado del combustible dentro del hogar y, por otra parte, que
la superficie de cambio de calor por radiación produzca la temperatura óptima en el hogar.
En general, esta temperatura se determina por consideraciones técnico-económicas pero su
valor inferior está limitado para realizar una combustión estable dentro de un intervalo de
tiempo igual al tiempo disponible para el quemado del combustible en el espacio del hogar.
La solución constructiva para hogares con quemadores es diferente de acuerdo con la
naturaleza del combustible.
Como ya se mencionó en el apartado 1.1.1, la longitud del hogar está limitada al valor
inferior necesario para terminar la combustión en el hogar y a la longitud de la flama-
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Así pues, cuando los quemadores realizan una buena mezcla de combustible con el aire y
con características aerodinámicas adecuadas en el hogar, se produce un precalentamiento
rápido de la mezcla, debido a la turbulencia y recirculación de los gases de combustión,
obteniéndose una elevación intensa de la flama con valores pequeños del coeficiente de
emisividad de llama y de longitud corta de la misma.
Por otro lado, cuando los quemadores no realizan una mezcla homogénea y la mezcla de
aire-combustible se hace en el recinto del hogar, el tiempo de mezcla va a ser mayor y
aparece la posibilidad de precalentamiento del combustible a temperaturas altas, sin estar
en contacto con suficiente oxígeno para la combustión. En este caso se tiene una
combustión difusiva del carbono con coeficientes de radiación de flama mayor y, en
consecuencia, la temperatura máxima de llama se desplaza hacia el centro y final del hogar,
obteniéndose una temperatura a la salida del hogar disminuida, debido al aumento de
intercambio de calor por radiación.
En resumen, se puede decir que existen dos formas de quemar el combustible gaseoso o
líquido en un hogar: la primera consiste en una mezcla completa en el quemador lo que
llevará a una llama corta y de mayor temperatura, la segunda consiste en una mezcla que se
termina en el hogar y que conduce a una llama larga pero que transfiere mayor energía por
radiación.
Al primer grupo se refieren, en particular, los quemadores de las cocinas de gas (fig. 1.5).
En ellos el gas con una presión de varios kilopascales, al salir de la tobera al mezclador
(construido en forma de eyector) succiona, desde el medio que le rodea, la cantidad
necesaria de aire para mezclarse con él.
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decir, el coeficiente de exceso de aire, permanece más o menos constante. Para cambiarlo
en la línea de suministro de aire se coloca una mariposa o una arandela de resistencia
variable.
La figura 1.6 presenta el esquema de un quemador mezclador que se emplea de una manera
amplia en las grandes calderas de vapor. En la figura, a por colector anular de gas (1) se
suministra, a través de los orificios radiales, el gas con una velocidad superior a 100 m/s
para que sea mezclado con el aire. Prácticamente todo el aire necesario para la combustión
se manda a través del generador de torbellino con aletas (2) (registro) que hace retorcer el
flujo para crear el remolino en la salida del quemador y mejorar el mezclado del
combustible. Una pequeña cantidad de aire se dirige por un tubo coaxial con el conducto de
combustible, para enfriar el quemador (y el inyector) (este tubo no se muestra en el dibujo).
Para reducir la carga (y, respectivamente, el gasto del aire) la válvula de compuerta (6) se
desplaza hacia la derecha a lo largo del eje con el fin de reducir la sección dejada para el
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paso del aire a través del generador de y conservar, de este modo, la velocidad necesaria
para promover la turbulencia del aire. La válvula de compuerta tiene un perfil especial para
promover una corriente suave. En régimen nominal la velocidad con que sale la mezcla de
gas y aire de un quemador de este tipo es aproximadamente de 30m/s. [1]
El quemador mostrado en la fig. 1.6 está diseñado para quemar no sólo combustible
gaseoso, sino también líquido (combustóleo). Ambos combustibles se pueden quemar
juntos o por separado. Los quemadores de gas y de combustóleo de las modernas calderas
de vapor tienen rendimientos muy altos y queman cantidades de hasta 3,1 m 3/s de gas y 2,8
kg/s de aceite.
Fig. 1.6. Quemador de gas y de combustóleo de tipo coaxial con suministro central de gas.
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Asimismo, en la figura 1.7 se presentan los esquemas de algunos quemadores de gas siendo
los representados en los incisos a), b) y c) del tipo autotranspirantes y los de los incisos d) y
e) mezcladores.
Por otro lado, los quemadores modernos, trabajan con el mismo principio que los
mezcladores, sin embargo, presentan estructuras más complejas para promover la
disminución de emisiones de CO y NOx. Esto se logra refrigerando la llama para evitar
zonas de muy alta temperatura y promoviendo los remolinos en la periferia de la llama,
para realizar la postcombustión de estos compuestos no deseados. En la figura 1.8 se
muestra el diagrama de un quemador moderno que presenta control de emisiones de NO x y
que, además, puede ser empleado para combustible gaseoso y líquido. En este quemador se
observa claramente un generador de torbellino interior que promoverá una llama turbulenta
para un mejor mezclado, del combustible y oxidante.
En los párrafos anteriores se han mostrado las características de los quemadores de gas más
comunes, a continuación se presentarán algunos procesos de combustión con gas.
Con respecto a la colocación de los quemadores de gas y los de gas y combustóleo, éstos se
ubican en las paredes, en el techo o en la solera del hogar sin parrilla que representa una
cámara. La mezcla de gas y aire, previamente preparada, se quema de manera muy intensa,
por eso, por ejemplo, en los hornos de recalentamiento la tensión térmica (régimen de
liberación de calor) en el hogar durante la combustión de los gases alcanza 0,6 – 1,2
MW/m3. En este caso la relación aire combustible se acepta de un modo general igual a
1,05 – 1,3 y la combustión imperfecta química constituye el 1 – 3% (las cifras más grandes
se refieren a los gases pobres del tipo de los de alto horno cuando éstos se mezclan mal con
el aire). Cuando es necesario enfriar los gases dentro del hogar, para disminuir emisiones de
NOx se eligen valores menores de tensión térmica.
En una serie de procesos tecnológicos se forman gases combustibles que contienen además
sustancias nocivas las cuales no pueden ser expulsadas a la atmósfera. Estos desechos
pueden dividirse en dos grupos: en el primer grupo entran los gases cuya velocidad normal
de llama supera los 10-15 cm/s y el calor de combustión es mayor que 3MJ/m 3 (los gases de
hornos de coque y de alto horno, los de los hornos de fundición de ferroaleaciones y los de
convertidores, los gases sulfhídricos de desecho que se obtienen durante la refinación del
petróleo, etc.). Estos gases se queman del mismo modo que el natural, sin embargo, siendo
bajos los valores de poder calorífico, es deseable calentar previamente el aire y a veces el
mismo gas (por ejemplo, el de alto horno) y usar unos quemadores especiales.
El segundo grupo lo conforman los gases en que el calor de combustión es menor que
3MJ/m3 (gas de escape de las fábricas de negro de humo, la mayoría de los gases de
cubilote, gases evacuados por ventilación desde los aparatos secadores y otros que
contienen vapores de disolventes orgánicos por ejemplo, de tolueno, etc.) en esencia no son
combustibles y muchos de éstos contienen también oxígeno que los hace explosibles. En
este caso se emplea la neutralización con fuego quemándolos en el hogar junto con el gas
natural.
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Por otro lado, los gases evacuados por ventilación, es decir, el aire que contiene vapores de
un disolvente, se utilizan con frecuencia simplemente en sustitución del aire de soplado en
hogares y hornos. En este caso se elimina la contaminación de la atmósfera y se usa el calor
de combustión de los gases de desecho.
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Fig. 1.8. Quemador de gas circular, refrigerado para quemar gas y aceite [2]
Fig. 1.9. Quemador de gas y aceite para bajas emisiones de NOx [2]
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Una ligera pulverización, un buen mezclado con el oxidante y una estabilización segura de
la combustión son las tres condiciones que garantizan una quema rápida y económica de
un combustible líquido.
Existen numerosos procesos para lograr una pulverización adecuada del combustible
líquido. Generalmente esto se logra mediante inyectores, que pueden ser neumáticos o
mecánicos, a continuación se explica el funcionamiento de algunos de ellos.
Cuando es difícil asegurar una depuración segura del combustible se emplean inyectores
neumáticos en los que el combustible se pulveriza por un chorro de aire (con menos
frecuencia un chorro de vapor). El primer inyector de este tipo lo creó en 1877 el destacado
ingeniero V. G. Shújov. Este inyector sigue empleándose hasta nuestros días, aunque
posteriormente se han creado inyectores más eficientes, basados sobre el mismo principio.
Uno de ellos está presentado en la fig. 1.11 a). En este inyector el aire o el vapor a alta
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presión (por lo general de 0,4-0,8 MPa) sale de la tobera con una velocidad supersónica,
arrastrando y pulverizando intensamente los chorros del aceite previamente calentado hasta
100-140°C, que se suministra aproximadamente bajo la misma presión que la del agente
pulverizador, y lanza la niebla formada al hogar o al horno. El gasto del agente
pulverizador es de 0,5-1 kg por kg de aceite.
a) b)
Fig. 1.11. Inyector a) neumático; b) rotacional.
Inyectores de vapor
Dentro de los inyectores neumáticos modernos, se encuentran aquellos que no trabajan con
aire como fluido atomizador, si no que emplean vapor saturado seco a alta presión para tal
fin. Esto se hace porque la atomización con vapor produce partículas más pequeñas y no
requiere de una presión tan alta.
Existen algunos diseños de atomizadores de vapor disponibles en el mercado, la mayoría de
ellos están en un rango de potencia de 80 MW y con un flujo de 2 kg/s de combustible,
aproximadamente. La presión de trabajo que requieren, tanto para el combustible como
para el vapor, depende del modelo específico del atomizador. Sin embargo, la máxima
presión del combustible (aceite) puede alcanzar los 2MPa con una presión del vapor
aproximadamente de 1.3 a 1.4 MPa. Los diseños más comunes de este tipo de atomizadores
son los Y-jet, T-jet y I-jet. Cada diseño está caracterizado por su rango de operación y
consumo de combustible.
El Y-Jet, por ejemplo, está diseñado para una amplia variación de carga sin necesidad de
cambiar las piezas del inyector. La presión del combustible puede estar entre 0.4 y 0.6
MPa, consumiendo alrededor de 0.1 lb de vapor por libra de combustible. Por otro lado, los
inyectores T-jet y I-jet, también están diseñados para un amplio régimen de variación de
carga, pero tienen la particularidad de que el vapor y el aire son mezclados en una cámara,
previamente a ser descargados durante la atomización. La presión del aceite en el I-jet es
del orden de 0.4 a 1.2 MPa y su consumo de vapor por varía entre 0.2 y 0.1 libras de vapor
por libra de aceite. En la figura 1.12 se presenta el ensamble de un inyector tipo I-jet [2].
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Los inyectores rotacionales son más complicados en su explotación que los mecánicos y los
neumáticos, pero poseen en comparación con éstos una gran ventaja: pulverizan muy bien
el combustible dentro de una amplia gama de variación de la carga: desde 100 hasta 10%.
Además, no requieren depuración fina del aceite para eliminar las impurezas (ya que no
tienen orificios de secciones pequeñas) y funcionan con aceite a baja presión.
Una vez que ya se han indicado las características de los quemadores principalmente
usados para combustible líquido, en los apartados posteriores se explicarán algunas
particularidades de la combustión de éste.
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Es más difícil quemar un combustible tipo aceite que un gas rico, por lo que el régimen de
liberación de calor del hogar para los hogares de aceite se acepta por lo general no superior
de 300 kW/m3, eligiendo además una relación aire combustible entre 1,1 y 1,35 lo cual
origina unas pérdidas por combustión imperfecta química entre el 1 y el 3%. Los mejores
índices de combustión del combustóleo, por ejemplo, se logran en los hogares de las
grandes calderas de vapor, los peores, en los pequeños hornos [1].
Por otra parte los hogares que funcionan con aceite como combustible (combustóleo), son
extremadamente sensibles a la caída en éste del agua. Esta no se mezcla con el aceite y si
una porción grande de ésta cae en el inyector, la llama se apaga, lo cual puede provocar una
explosión en el hogar, cuando, a través de la tobera, de nuevo comenzara a circular el
aceite. Por otro lado, los residuos líquidos de la elaboración de petróleo que contienen hasta
un 50% de agua tienen todavía un calor grande de combustión. Para utilizarlos (quemarlos)
la mezcla de aceite y agua se transforma previamente en una suspensión fina que se quema
como cualquier combustible líquido.
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Es importante indicar que no en todos los inyectores se pueden lograr gotas de diámetro
menor a las 10 micras. Si las gotas son mayores (entre 10 y 60 micras), no necesariamente
se tratará de una combustión ineficaz, si no que este fenómeno será una combustión por
coalición de gotas, formándose, en la primera fase frentes de llama independientes en cada
gota. Estos frentes de llama independientes son producto de la evaporación del
combustible, como resultado de la energía térmica que se le transfiere. Una vez que se ha
evaporado el combustible y las gotas han disminuido su tamaño, como producto de la
recirculación de la mezcla, se produce una combustión en fase gaseosa, igual a aquella que
se produciría si se tratara de gotas de diámetro menor a las 10 micras.
El cuadro de la figura 1.14 muestran, a manera de resumen, los dos procesos para quemar
un combustible líquido. En el lado derecho del cuadro se muestra el proceso de combustión
de gotas menores de 10 micras y del lado izquierdo el proceso de combustión por coalición
de gotas. Como se observa en el cuatro, sólo la primera etapa de combustión es diferente ya
que si se lleva a cabo una mezcla adecuada y una recirculación de los productos, en ambos
casos se produce, posteriormente, una combustión en fase gaseosa.
Proceso de Combustión
Atomización
Coalición de gotas
Vaporización Ø mayor 10μm
Ø <10μm
Mezclado
Turbulento o Laminar
Recirculación
Productos finales en
equilibrio
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Como se verá más adelante el carbón se puede quemar empleando distintos procesos, sin
embargo el más común y antiguo es la combustión directa de trozos sobre parrilla o lecho.
En el siguiente apartado se describirá este proceso de combustión.
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Fig. 1.15. Composición de los gases durante la combustión del carbón, en función de la altura de la capa. [1]
Los hogares para quemar el combustible en parrilla, suelen ser más sencillos que aquellos
que emplean quemadores y/o inyectores, sin embargo, requieren de un mayor
mantenimiento debido a las altas emisiones de partículas, cenizas y hollín. Este tipo de
hogares se clasifican de acuerdo al procedimiento de suministro de combustible. En los
hogares no mecanizados, en los que las operaciones se hacen a mano, no es posible quemar
más de 300 a 400 kg/h de carbón. En general, actualmente se usan hogares mecanizados en
los cuales la parrilla se mueve ininterrumpidamente con una velocidad aproximada de 1-
15m/h. En estos hogares el aire necesario para la combustión se suministra por la parte
inferior de la parrilla por medio de unos huecos. El suministro de combustible se realiza por
medio de un lanzador mecánico, cuyo elemento principal es un rotor, y que incluye un
transportador pequeño de banda y una tolva. Este tipo de hogar se presenta en la figura
1.16.
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Los hogares para quemar combustible en suspensión con quemadores se emplean para
sólido y líquido en estado pulverizado, así como para quemar combustible gaseoso
mezclado con el aire.
Desde el punto de vista del proceso físico de combustión, tanto el combustible sólido en
estado de polvo como el combustible líquido pulverizado se comportan en forma similar al
quemarse en suspensión debido al hecho de que las fases de quemado son similares:
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sus partículas son menores de 200 micras. El espaciado entre quemadores, entre éstos y los
extremos de las paredes y el fondo no debe ser menor de 1,5 a 2,0. [3]
Los quemadores de bajas emisiones de NOx son el método más efectivo para reducir las
emisiones de este producto (aproximadamente en un 50%). Un quemador de este tipo se
presenta en la figura 1.17, en él la reducción de emisiones de óxido de nitrógeno se deben a
los siguientes factores.
- Formar una zona de combustión rica que cause que el combustible nitrógeno se
mantenga como N2.
- Decremento de la temperatura en la zona exterior de la llama reduciendo la
formación de NOx.
Requemado de NO
Para una mayor reducción de NOx en los hogares de carbón pulverizado se puede añadir un
combustible secundario, que puede se metano o combustóleo. Éste combustible se inyecta
inmediatamente después de la zoma de la combustión principal para reducir las emisiones
de NOx por medio de la combustión de los radicales hidrocarburos en un ambiente pobre en
oxígeno. A continuación se presenta la reacción de combustión de NO x que se realiza
durante esta combustión secundaria.
(2)
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Figura 1.17 Zonas de combustión de quemadores de carbón pulverizado de bajas emisiones de NOx [2]
La combustión en lecho fluidizado se caracteriza por ser una combustión a baja temperatura
(alrededor de los 1100°C). Esta combustión a baja temperatura tiene una ventaja
considerable ya que disminuye considerablemente las emisiones de NOx y SO2 a la
atmósfera.
Se llama lecho fluidizado porque se forma una cama de material de granos pequeña a través
de la cual, de abajo a arriba, pasa un gas con una velocidad superior al límite de estabilidad
de la capa, para mantenerla flotando. La circulación intensa de partículas en el volumen
limitado de la cámara de combustión da la impresión de un líquido que hierve intensamente
–de ahí el nombre de lecho fluidizado burbujeante–.
La razón por la cual se añade piedra caliza al lecho porque ésta se usa para capturar el
óxido de azufre, generado durante la combustión, a través de las siguientes reacciones:
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Fig. 1.20. Corte de una moderna caldera de lecho fluidizado, empleada en un proceso químico.
1.5. RESUMEN
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Sistemas de combustión
Autotranspirantes
Combustible
gaseoso
Mezcladores
Mecánicos
Aire
Combustible
líquido Inyectores Neumáticos
Vapor
Rotacionales
Trozo Parrilla
Comb. en suspensión
Combustible Pulverizado
sólido Lecho fluidizado
Gasificado
Actividad 3. En los últimos apartados se han estudiado las formas más comunes de
quemar combustibles sólidos, como el carbón. Existe otro proceso que es más limpio pero
más costoso, que consiste en la gasificación del carbón.
¿En qué consiste este proceso?
¿Qué tipos de tecnologías para la gasificación del carbón se aplican?
¿En qué consiste la captura del CO2?
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BIBLIOGRAFÍA
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GLOSARIO
Llama emisiva. Es una llama larga, de menor temperatura pero más larga, con mayor
superficie que permite lograr una mejor transferencia de calor.
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