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Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Derecho de los pueblos indígenas
Quinto semestre
Sección A
Catedrático: Luis Alberto Gómez Medina

CLASE 4 ( 15 de Marzo de 2023 )

Derecho a la Propiedad de la tierra, el Territorio y los


Recursos Naturales de los Pueblos y Comunidades
Indígenas

PROEMIO

El reconocimiento y la tutela efectiva del derecho a la


propiedad de la tierra, el territorio y los recursos naturales
son probablemente de las demandas más apremiantes que
aparecen en el mapa de los conflictos jurídicos en los cuales
intervienen los pueblos y las comunidades indígenas en
Guatemala yen otros países, que presentan una integración
heterogénea, sobre todo latinoamérica, donde tenemos una
pluralidad cultural. En este contexto el artículo 66 de la
Constitución Política de la República prescribe: "Protección
agrupos étnicos. Guatemala está formada por diversos
grupos étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de
ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta y promueve
sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de
organización social, el uso del traje indigena en hombresy
mujeres, idiomas y dialectos".

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En concordancia con al diversidad étnica y cultural de la
población guatemalteca, en el artículo 67 ( protección a las
tierras y cooperativas agrícolas indígenas ) el constituyente
dedicó especial tutela a la connotación comunal que posee
el dere a la propiedad en el caso de los pueblos originarios:

"Protección a las tierras y las cooperativas agricolas


indigenas. Las tierras de las cooperativas, comunidades
indígenas o cualesquiera otras formas de tenencia comunal
o colectiva de propiedad agraria, así como el patrimonio
familiar y vivienda popular, gozarán de protección especial
del Estado, de asistencia crediticiaydetécnica preferencial,
que garanticen su posesión y desarrollo , a fin de asegurar a
todos los habitantes una mejor calidad de vida. Las
comunidades indígenas y otras que tengan tierras que
históricamente les pertenecen y que tradicionalmente han
administrado en forma especial, mantendrán ese sistema.
.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
interpretado, en relación con al regulación del derecho a al
propiedad privada en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, que deben salvaguardarse la estrecha
vinculación de las comunidades indígenas con los territorios
tradicionales, los recursos naturales existentes en los
mismos ligados a su vez a la identidad cultural, e incluso los
elementos incorporales que valoran dichas comunidades.
De lamisma forma, instrumentos internacionales como la
Declaración de las NacionesUnidas sobre los Derechos de
los Pueblos Indígenas (DNUDPI) y el Convenio 169 de la
Organización Internacionaldel Trabaio sobre Pueblos
Indígenas y Tribales resaltan la relación entre este derecho
y el deber estatal degarantizarel reconocimientodelos
pueblos indígenas a la propiedad y la posesión de las
tierras, los territorios que tradicionalmente han ocupado y los
recursos naturales que han utilizado o adquirido por
cualquier medio.

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A la luz de lo considerado, se entiende a la propiedad como
un derecho fundamental que debe ser comprendido y
protegido en un sentido amplio y titular. Concepcion que
abarca tanto la connotación típicamente civilista, tanto como
la concepción tradicional y comunitaria propia de los pueblos
indígenas.

LA RELACIÓN ENTRE LOS PUEBLOS INDIGENAS Y


TRIBALES Y SUS TERRITORIOS

1. Planteamiento general

El acuerdo sobre identidad y Derecho de los Pueblos


Indígenas ( AIDPI ), firmado en 1995, reconoce que
Guatemala tiene un carácter multiétnico, pluricultural y
multilingüe y que los pueblos indígenas incluyen a los
pueblos maya, garífuna y xinca, lo que constituyen más del
75 % de la población. La identidad nacional está basada en
gran medida en las culturas vivas de sus pueblos indígenas,
con sus tradiciones, valores comunitarios, lenguas y
espiritualidad.

Uno de los problemas fundamentales que aquejan a los


pueblos indígenas es el relativo al derecho a la tierra, lo que
se configura en un panorama de creciente tensiones
sociales. La Corte de Constitucionalidad ha puesto de relieve
que esta regulación, particularmente dirigida a salvaguardar
la propiedad comunal indigena, es congruente con el
significativo papel, reconocido a nivel nacional e
internacional. que tiene la tierra en la cosmovisión de esos
pueblos (Expediente de apelación de sentencia de amparo
1101-2010).

Cabe destacar que los pueblos indígenas tienen derecho a


poseer, utilizar, desarrollar y controlar las tierras, territorios y

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recursos que poseen en razón de la propiedad comunal o
ancestral. La relación única entre los pueblos indígenas y
tribales y sus territorios ha sido ampliamente reconocida en
el derecho internacional de los derechos humanos. De ahí,
que los derechos territoriales de los pueblos indígenas se
relacionan con su derecho colectivo, a la supervivencia, o el
control de su hábitat como condición necesaria para la
reproducción de su cultura, para su propio desarrollo y para
llevar a cabo sus planes de vida.

La Corte de Constitucionalidad en sentencia de 14 de


septiembre de 2021, expediente 4506-2020, al estudiar el
control convencional consideró: "...cabe traer a cuenta que,
en concordancia con la diversidad étnica y cultural de la
población guatemalteca, en el artículo 67 de nuestro texto
fundamental, el constituyente dedicó especial tutela a la
connotación comunal que posee el derecho a la propiedad
en el caso de los pueblos originarios: "Protección a las tierras
y las cooperativas agrícolas indigenas. los tierras de las
cooperativas, comunidades indigenas o cualesquiera otras
formas de tenencia comunal o colectiva de la propiedad
agraria, así como el patrimonio familiar y vivienda popular,
gozarán de protección especial del Estado, de asistencia
crediticia y de técnica preferencial, que garanticen su
posesión y desarrollo, a fin de asegurar a todos los
habitantes una mejor calidad de vida. Las comunidades
indígenas y otras que tengan históricamente les pertenecen
y que tradicionalmente han administrado en forma especial,
mantendrán ese sistema. " Esta Corte ha puesto de relieve
que esta regulación particularmente dirigido a salvaguardar
la propiedad comunal indigena, es congruente con el
signifcativo papel, reconocido a nivel nacional e
internacional que desempeña la tierra en la cosmovisión de
esos pueblos (expediente de apelación de sentencia.
amparo1101-2010).

Como complemento a lo anterior, en el ámbito convencional


cabe traer a cuenta lo preceptuado en el Convenio 169 de la

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Organización Internaciono de Trabaio sobre Pueblos
Indigenas y Tribales en Países Independientes;
principalmenten su Artículo 14, que regula: "1. Deberá
reconocerse a los pueblos interesados el derecho de
propiedad y de posesión sobre las tierras que
tradicionalmente ocupan. Además,enlos casos apropiados,
deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de
los puedos interesados a utilizar tierras que no estén
exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan
tenido tradicionalmente acceso para sus actividades
tradicionales y de subsistencia.

A este respecto, deberá prestarse particular atención a la


situación de los pueblos nómacos y de los agricultores
itinerantes. 2. Los gobiernos deberán tomar las medidos
quesem necesarias para determinar las tierras que los
pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la
protección efectiva de sus derechos de propiedad y
posesión. 3. Deber instituirse procedimientos adecuados en
el marco del sistema jurídico nacional por solucionar las
reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos
interesados..

En lo que atañe a los instrumentos internacionales en


materia de Derechos Humanos ratificados por el Estado de
Guatemala, el Artículo 21 de la Convención Americana
dispone: “ Derecho a la propiedad Privada. 1. Toda persona
tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede
subordinar tal uso y goce al interés social. 2. Ninguna
persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante
el pago de indemnización justa, por razones de utilidad
pública o de interés social y en los casos según las formas
establecidas por la ley. 3. Tanto la usura como cualquier otra
forma de explotación del hombre por el hombre, deben ser
prohibidas por la ley”.

La Corte IDH ha interpretado de forma amplia el concepto de


propiedad, lo que le ha permitido situar bajo este precepto a

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la propiedad comunal indígena, asignándole un carácter
ancestral y comunal de las tierras indígenas.
Consecuentemente tanto la propiedad privada de los
particulares como la propiedad comunitaria de las
comunidades indígenas deben entenderse protegidas por lo
dispuesto en el Artículo 21 de la CADH.

En este escenario, el artículo XXII de la Declaración


Americana protegen esta vinculación estrecha que guardan
con las tierras, así como con los recursos naturales de los
teritorios ancestrales, vinculación de importancia
fundamental para el goce de otros derechos humanos de los
pueblos indígenas y tribales.

Según han reiterado la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, la preservación de la conexión particular entre las
comunidades indígenas y sus tierras y recursos se vincula
con la existencia misma de estos pueblos, y por lo tanto
"amerita medidas especiales de protección" a la propiedad
comunal indígena.

Un elemento característico del derecho comunal indígena es


su reconocimiento como derecho colectivo, cuyo ejercicio
corresponderá a la comunidad en su conjunto, aunque los
beneficiarios finales sean cada uno de los individuos
pertenecientes a la comunidad.

En función de lo considerado, los Estados deben respetar la


especial relación que los miembros de los pueblos indígenas
y tribales tienen con su territorio, a efecto, de garantizar su
supervivencia social, cultural y económica. Para la Corte
IDH, la relación especial entre los pueblos indígenas y
tribales y sus territorios significa que "el uso y goce de la
tierra y de sus recursos son componentes integrales de la
supervivencia física y cultural de las comunidades indígenas
y de la efectiva realización de sus derechos humanos en
términos más generales".

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La relación especial de las comunidades indígenas con sus
territorios va más allá de la posesión y la producción,
comprende elementos culturales, de integridad e incluso
espirituales.

Dicha relación especial es fundamental tanto para la


subsistencia material, como para la integridad cultural de los
pueblos indigenas y tribales. La Corte IDH ha sido enfática
en explicar, en este sentido, que "la sociedad indígena se
estructura en base a su relación profunda con la tierra; que
“la tierra constituye para los pueblos indígenas una condición
de la seguridad individual y del enlace del grupo”; y que “la
recuperación, reconocimiento, demarcación y registro de
tierras significan derechos esenciales para la supervivencia
cultural y mantener la integridad comunitaria”. En la misma
línea, la Corte Interoamericana ha señalado que “ para las
comunidades indígenas la relación con la tierra no es
meramente una cuestión de posesión y producción sino un
elemento material y espiritual del que deben gozar
plenamente, inclusive para preservar su legado cultural y
transmitirlo a las generaciones futuras.

2. La garantía del derecho a la propiedad comunitaria


de los pueblos indígenas

El derecho a poseer, ocupar y utilizar la tierra y sus recursos


es inherente a la idea que tienen los pueblos originarios de
si mismos y es a la comunidad a quien se le confiere ese
derecho.

Es imprescindible tomar en cuenta que la tierra esta


estrechamente relacionada con sus tradiciones y
expresiones orales, sus costumbres y lenguas, sus artes y
rituales, conocimientos y usos relacionados con la
naturaleza, sus artes culinarias, el derecho consuetudinario,
su vestimenta, filosofia y valores.

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En función de su entorno, su transmiten de generación en
generación este patrimonio cultural inmaterial. que es
integracion con la naturaleza y su historia, los miembros de
las comunidades no es recreado constantemente por los
miembros de las comunidades y grupos indigenas.
La falta de garantía por el Estado del derecho de los pueblos
indígenas y tribales a vivir en su territorio ancestral puede
implicar someterlos a situaciones de desprotección extrema
que conllevan violaciones del derecho a la vida, a la
integridad personal, ala existencia digna, a la alimentación,
al agua, a la salud, a la educación y los derechos de los
niños.

De igual forma, el desconocimiento del derecho de los


miembros de la comunidades indígenas sobre sus territorios
ancestrales puede afectar otros derechos básicos, como el
derecho a la identidad cultural, el derecho colectivo a la
integridad cultural, o el derecho a la supervivencia colectiva
de las comunidades y sus miembros.

EL DERECHO A LA PROPIEDAD TERRITORIAL


INDÍGENA EN LOS INSTRUMENTOS
INTERAMERICANOS DE DERECHOS HUMANOS

Si bien es cierto, que la Declaración Americana de los


Derechos y Deberes del Homore ni la Convención
Americana sobre Derechos Humanos consagran
expresamente los derechos de los pueblos indigenas sobre
sus teritorios, los órganos del sistema Interoamericano de
protección han interpretado que éstos derechos se
encuentran amparados por el derecho a la propiedad de los
articulos XXlll de la Decuracian Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre (OEA 1948), Toda persona tiene
derecho a la propiedad privada correspondiente a las
necesidades esenciales de una vida decorosa, que
contribuya a mantener la dignidad de la persona y del hogar.

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Derecho a la propiedad". Declaración Universal de los
Derechos Humanos (ONU 1948) Artículo 17(1): Toda
persona tiene derecho a la propiedad, individual y
colectivamente' y el artículo 21 de la Convención.

Aplicando su interpretación evolutiva de las garantías de


derechos humanos de los instrumentos interamericanos, la
Corte IDH ha afirmado que "el artículo 21 de la Convención
Americana reconoce el derecho de propiedad de los pueblos
indígenas en el marco de la propiedad comunal"; y que el
derecho a la propiedad bajo el artículo XXlll de la
Declaración Americana "debe ser interpretado y aplicado en
el contexto de las comunidades indigenas con la debida
consideración por los principios que se relacionan con la
protección de las formas tradicionales de propiedad y
supervivencia cultural y de los derechos a la tierra, los
territorios y los recursos".

La Corte Interamericana ha resaltado en este sentido que


"tanto la propiedad privada de los particulares como la
propiedad comunitaria de los miembros de las comunidades
indigenas tienen la protección convencional que les otorga
el artículo 21 de la Convención Americana".

Esto es un reconocimiento de un derecho consuetudinario


de propiedad que ha pervivido ancestralmente, y no es otro
que el derecho a la propiedad comunal indígena, que ha
tenido que esperar al siglo XXI para que sea reconocido
internacionalmente por voluntad de la Corte, que lo ha
situado bajo el amparo de la CADH.

Por otra parte, es importante acotar que el Convenio 169 de


la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos
indígenas y tribales en países independientes, fue ratificado
por Guatemala en 1996 y por ende se constituyó en una
obligación internacional de ineludible cumplimiento. Con
relación al tema de la tenencia comunal de la tierra de los
pueblos indígenas, la parte ll del Convenio, artículos 13 al

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20, regulan lo relativo a las tierras, reconociendo especial
relación que tienen los indigenas con las tierras y territorios
que ocupan o utilizan de alguna manera. El concepto de
tierras se refere a los aspectos jurídicos sobre ellas. Desde
esta perspectiva cuando se utilice el término tierras debe
entenderse incluido el concepto de territorios, el cual cubre
la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos
indigenas ocupan o utilizan.

En este marco de argumentos, los derechos de propiedad


de los pueblos indígenas y tribales sobre sus territorios son
jurídicamente equivalentes a los derechos de propiedad
privada no indígena, aspecto que se deriva del debe de no
discriminación establecido en la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre y en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.

En concreto, la Corte Interamericana de derechos humanos


ha caracterizado reiteradamente el derecho de la propiedad
territorial como un derecho cuyos titulares son las personas
individuales que conforman los pueblos indígenas o tribales,
y cuyo ejercicio se desenvuelve en sistemas de propiedad
colectiva. En forma simultánea, la Corte IDH ha reiterado
que el derecho a la propiedad de los pueblos indígenas y
tribales también es un derecho colectivo, cuyo titular es el
pueblo correspondiente. Esta dimensión colectiva coexiste
con la dimensión individual del derecho.

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FUNDAMENTOS DEL DERECHO A LA PROPIEDAD
TERRITORIAL

1. Jurisprudencia de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos sobre esta Materia

La jurisprudencia interamericana ha caracterizado la


propiedad territorial indigena como una forma de propiedad
que se fundamenta no en el reconocimiento oficial del
Estado, sino en el uso y posesión tradicionales de las tierras
y recursos; los territorios de los pueblos indígenas y tribales
"les pertenecen por su uso u ocupación ancestral”.

El derecho de propiedad comunal indígena se fundamenta


asimismo en las culturas jurídicas indígenas, y en sus
sistemas ancestrales de propiedad, con independencia del
reconocimiento estatal; el origen de los derechos de
propiedad de los pueblos indígenas y tribales se encuentra
también, por ende, en el sistema consuetudinario de
tenencia de la tierra que ha existido tradicionalmente entre
las comunidades.

La Corte Interamericana ha explicado, por su parte, que


como producto de la costumbre, la posesión de la tierra
debería bastar para que las comunidades indigenas que
carezcan de un título real sobre la propiedad de la tierra
obtengan el reconocimiento oficial de dicha propiedad y el
consiguiente registro.

Los órganos del sistema interamericano han explicado que


se viola la Convención Americana al considerar las tierras
indigenas como tierras estatales por carecer las
comunidades de un título formal de dominio o no estar
registradas bajo tal título.

La Corte IDH también ha reiterado que el derecho de los


pueblos indígenas a administrar, distribuir y controlar

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efectivamente su territorio ancestral, de conformidad con su
derecho conseutudinario y sistemas de propiedad comunal,
forma parte del derecho a la propiedad amparado bajo el
artículo 21 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

En cuanto a los derechos de los pueblos indigenas, relativos


a la propiedad comunal Indigena, la sentencia de 14 de
octubre de 2014 dictada por la Corte IDH, en el caso de
los Pueblos Indigenas Kuna de Madungandly Emberá de
Bayano y sus miembros vs. Panamá (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), párrafos
111.122. 135,137 y 146, considero que el artículo 21 de la
Convención Americana protege la vinculación estrecha
que los pueblos indígenas guardan con sus tierras, así
como lo recursos naturales de las mismas y los
elementos incorporales que se desprenden de ellos.
Entre los pueblos indígenas existe una tradición comunitaria
sobre una forma comunal de la propiedad colectiva de la
tierra, en el sentido de que la pertenencia de ésta no se
centra en un individuo sino en el grupo y su comunidad.
Estas nociones del dominio y de la posesión sobre las tierras
no necesariamente corresponden a la concepción clásica de
propiedad, pero la Corte ha establecido que merecen igual
protección del artículo 21 de la Convención Americana.

2. El alcance geográfico de los derechos de propiedad


indígenas

Los derechos de propiedad indígenas sobre los territorios se


extienden en principio sobre todas aquellas tierras y
recursos que los pueblos indígenas usan actualmente, y
sobre aquellas tierras y recursos que poseyeron y de los
cuales fueron despojados, con los cuales mantienen su
relación especial internacionalmente protegida, ejemplo, un
vínculo cultural de memoria colectiva, con conciencia de su

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derecho de acceso o pertenencia, de conformidad con sus
propias reglas culturales y espirituales.

Para efectos de identificar el territorio tradicional de una


comunidad o pueblo determinado en casos específicos, los
órganos del sistema interoamericano han examinado
pruebas de la ocupación y utilización históricas de las tierras
y recursos por miembros de la comunidad; del desarrollo de
las prácticas tradicionales de subsistencia, rituales o
sanación; de la toponimia de la zona en el lenguaje de la
comunidad; y estudios y documentación técnicos; así como
pruebas de la idoneidad del territorio reclamado para el
desarrollo de la comunidad correspondiente, siempre
teniendo en cuenta que “ el territorio tradicional relevante, a
efectos de la protección del derecho a la propiedad
comunitaria de los miembros de la Comunidad, no es el de
sus ascendientes sino el de la propia Comunidad.

TITULACIÓN JURÍDICA Y REGISTRO DE LA


PROPIEDAD

De conformidad del artículo 21 de la Convención Americana


y del artículo XXII de la Declaración Americana, los pueblos
indígenas y tribales son titulares de derechos de propiedad
y dominio sobre las tierras y recursos que han ocupado
históricamente. y por lo tanto tienen derecho a ser
reconocidos jurídicamente como los dueños de sus
territorios, a obtener un titulo juridico formal de propiedad de
sus tierras, y a que los títulos sean debidamente registrados.
Por otro lado, de acuerdo con lo establecido en el Convenio
169, en el artículo 8, prescribe, "1. Al aplicar la legislación
nacionala los pueblos interesados deberán tomarse
debidamente en consideración sus costumbres o su dereho
consuetudinario. 2. Dichos pueblos deberán tener el derecho
de conservar sus costumbres e instituciones propias,
siempre que estás no sean incompatibles con los derechos
fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional..." y

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12, "Los pueblos interesados deberán tener protección
contra la violación de sus derechos, y poder iniciar
procedimientos legales... para asegurar el respeto efectivo
de tales derechos.

El derecho colectivo de propiedad sobre las tierras indígenas


implica la titulación colectiva del territorio, esto es, el
reconocimiento de un título también colectivo de propiedad
sobre esas tierras donde se refleje la propiedad comunitaria
de la tierra, sin perjuicio de las formas de organización
interna de los pueblos indígenas en cuanto a la tenencia de
la tierra. En los casos de compra de tierras, los títulos deben
quedara nombre de la respectiva comunidad, y no del
Estado. La complejidad del asunto no es excusa para que el
Estado considere o administre las tierras indigenas no
tituladas como tierras estatales.

Los procedimientos para titular tierras comunales indigenas


o tribales deben ser (rectivos, atendiendo a las
características particulares del pueblo respectivo. es
eusencia de procedimientos efectivos, específicos y
regulados para la rectivo. La Pastierras comunales
indigenas causa una incertidumbre generalque no es
compatible con los estándares impuestos por el artículo 25
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

El Convenio 169 de la Organización Internacional del


Trabajo (OIT), sobre Pueblos Indigenas y Tribales (1989), en
su artículo 14, numeral 3°, establece.". 3. Deberán instituirse
procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico
nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras
formuladas por los pueblos interesados".

Importante asignatura pendiente de cumplir por parte del


Estado guatemalteco. En este sentido, deviene necesario
señalar que en los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS), la aprobada Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible (2016) incorpora diversos elementos importantes

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relacionados con los derechos de los pueblos indígenas, que
abordan la seguridad de la tenencia de la tierra como
cuestión clave para la erradicación de la pobreza.

El derecho de los pueblos indígenas y tribales a la propiedad


de sus territorios debe tener certeza jurídica. El marco
jurídico debe proveer a las comunidades indigenas la
seguridad efectiva y la estabilidad jurídica de sus tierras. Ello
implica que el titulo jurídico de propiedad de los pueblos
indígenas y tribales sobre la tierra debe ser reconocido y
respetado, no sólo en la práctica, sino que en el derecho, a
fin de salvaguardar su certeza jurídica. El derecho a la
certeza jurídica de la propiedad territorial requiere que
existan mecanismos especiales, rápidos y eficaces para
solucionar los conflictos jurídicos existentes sobre el dominio
de las tierras indígenas.

Los Estados están, en consecuencia, obligados a adoptar


medidas para establecer tales mecanismos, incluida la
protección frente a ataques de terceros.

ADVERTENCIA :

Se aclara que todo fue sustraído del libro “ DERECHOS


REALES DEL DR. VLADIMIR AGUILAR GUERRA, el cual
pueden obtener con el Catedrático del curso de Derecho de
los pueblos de indígenas “Luis Alberto Gómez Medina” a un
precio de Q.300.00, al teléfono 33492792 o correo
electrónico: gomealberto44@gmail.com si se desea tener
una mejor comprensión de la obra en su 4a. Edición 2023.”

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