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Jorge Adán Cárdenas Sánchez

Análisis: Uso del recurso de apelación en el juicio sumario de desahucio y criterios


jurisprudenciales en torno al mismo.

En el presente caso, se analiza la sentencia dictada por la Corte de Constitucionalidad


con fecha catorce de agosto de dos mil dieciocho, a través de la cual se resuelve en
apelación la acción de amparo interpuesta por Jorge Marlon Hernández Pinera y Gina
Imelda Garzaro Aguilar. Dicha sentencia fue dictada dentro del expediente acumulado
1647-2018 y 1647-2018, siendo declarada la acción constitucional de amparo sin lugar, de
conformidad con los hechos y análisis que se mencionan a continuación:

1. Expediente acumulado 1647-2018 y 1675-2018:


a. Antecedentes procesales:

Respecto del fondo de la Litis, la misma versa sobre una controversia derivada de un
contrato de arrendamiento entre Maynor Enrique Rosales Ayala (arrendante) contra Jorge
Marlon Hernández Pineda (arrendatario) y Gina Imelda Garzaro Aguilar (fiadora).

De conformidad con el Código Procesal Civil y Mercantil, se tramitan en juicio sumario los
asuntos de arrendamiento y desocupación (artículo 229). En el expediente, la Juez Cuarto
de Primera Instancia civil resolvió sin lugar la contestación de demanda planteada por el
arrendatario y fiadora, así como la excepción de cosa juzgada. A su vez, declaró con lugar
la demanda planteada por Jorge Marlon Hernández Pineda, en consecuencia condenando
al arrendatario y fiadora al pago de rentas atrasadas así como costas procesales.

De tal forma, tanto el arrendatario y fiadora interpusieron recurso de apelación de manera


separada, siendo ambos denegados por no cumplir con el requisito del artículo 243 del
Código Procesal Civil y Mercantil, el cual establece: “…Sólo son apelables los autos que
resuelvan las excepciones previas y la sentencia. Para que se conceda el recurso de
apelación, el arrendatario apelante debe acompañar a su solicitud del documente
que compruebe el pago corriente de los alquileres o haber consignado la renta
dentro del juicio.” (El subrayado es propio).

Tras la denegación del recurso de apelación para arrendatario y fiadora, se acudió al


ocurso de hecho. El ocurso de hecho se encuentra regulado en el artículo 611 del Código
Procesal Civil y Mercantil, a través del mismo el Tribunal Superior resuelve respecto de si
es apelable o no la resolución. En este caso, la Sala Segunda de Apelaciones del ramo
civil y mercantil declaró sin lugar ambos ocursos. En consecuencia, ambos ocursantes de
manera separada entablaron una acción constitucional de amparo (siendo luego
acumuladas), aduciendo que se ha vulnerado su derecho de defensa de conformidad con
el artículo 12 de la Constitución Política de la República de Guatemala.

b. Del análisis del fondo de la decisión de la Corte de Constitucionalidad en


sentencia:

La Corte de Constitucionalidad declara sin lugar las acciones constitucionales de amparo,


mencionando que no se ha vulnerado el derecho de defensa de conformidad con el
artículo 12 de la Constitución. De tal manera, menciona:
Jorge Adán Cárdenas Sánchez

“No ocasiona agravio la decisión de la autoridad cuestionada de declarar sin lugar un


ocurso de hecho planteado ante la negativa de otorgar el recurso de apelación dentro de
un juicio sumario de desocupación y cobro de rentas atrasadas, cuando la interponente
no cumple con los presupuestos establecidos en el artículo 243 del Código
Procesal Civil y Mercantil; en particular, acompañar el documento que compruebe
el pago corriente de los alquileres o la consignación respectiva.” (El subrayado es
propio).

En este sentido, menciona la Corte de Constitucionalidad que no es procedente el amparo


cuando se deniega la apelación en un juicio sumario de desahucio, cuando el arrendatario
no ha cumplido con los requisitos del artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil.

Dicho artículo establece: “…Sólo son apelables los autos que resuelvan las excepciones
previas y la sentencia. Para que se conceda el recurso de apelación, el arrendatario
apelante debe acompañar a su solicitud del documente que compruebe el pago
corriente de los alquileres o haber consignado la renta dentro del juicio.” (El
subrayado es propio). De tal cuenta, es un requisito especial que el legislador ha
establecido en el contexto del juicio sumario de arrendamiento y desahucio. En otro orden
de ideas, dicho requisito especial se encuentra única y específicamente establecido para
dicho juicio sumario en particular. Otro juicio sumario distinto (por ejemplo, rescisión de
contratos, deducción de responsabilidad civil contra funcionarios y empleados públicos,
interdictos, etc.) no exige dicho requisito para la interposición del recurso de apelación.

En el expediente en cuestión, la Corte de Constitucionalidad analiza el trasfondo de dicha


disposición legal, así como por qué es aplicable al caso concreto. Respecto de este punto,
es menester mencionar la existencia del principio de lex specialis, regulado en la Ley del
Organismo Judicial en el artículo 13, que menciona: “Las disposiciones especiales de las
leyes, prevalecen sobre las disposiciones generales”. Dicha disposición es relevante para
el caso (analizado también por la Corte de Constitucionalidad), pues el requisito de
acompañar a la solicitud de apelación el comprobante de pago de alquileres o
consignación de la renta dentro del juicio es propio del juicio sumario de arrendamiento y
desahucio. De tal forma, debe ser aplicado al caso concreto, siendo la controversia
derivada de un contrato de arrendamiento. En otro orden de ideas, dicho requisito no es
aplicable a ningún otro proceso contemplado en el Código Procesal Civil y Mercantil.

Respecto al trasfondo del artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil, menciona la
Corte de Constitucionalidad lo siguiente:

“…ya que la obligación plasmada en la norma relacionada tiene como fundamento el


hecho que la falta de pago de rentas ocasiona al arrendante un perjuicio económico
que, por el contrario favorece indebidamente al arrendatario; desigualdad que la ley trata
de corregir dentro del proceso, por lo cual dicha medida previsora busca evitar, no el
conocimiento del asunto en segunda instancia, sino obstruir el uso de la alzada como
medio dilatorio, garantizado con ello la tutela judicial efectiva de los sujetos en
contienda. En ese sentido se ha pronunciado esta Corte en sentencias de diecisiete de
mayo de dos mil trece y veintisiete de octubre de dos mil quince dentro de los
expedientes 5132-2012 y 4064-2014.” (El subrayado es propio)
Jorge Adán Cárdenas Sánchez

De tal forma, el artículo 243 existe por dos razones esenciales: i) Evitar el perjuicio
económico del arrendante y ii) Evitar el uso de la apelación como medida dilatoria.

En cuanto al perjuicio económico del arrendante, se refiere al daño ocasionado por la falta
de pago de rentas. El arrendante ha puesto a disposición del arrendatario el uso o goce
de una cosa por cierto tiempo, obligándose la arrendataria a cierto pago por ese uso o
goce. De hecho, estos dos elementos (dar uso o goce de un bien y pago de renta)
constituyen los elementos esenciales del contrato de arrendamiento conforme al artículo
1880 del Código Civil.

En este sentido, el trasfondo del requisito de pago o consignación de rentas atrasadas,


fue previsto por el legislador para evitar el detrimento económico del arrendante. Es
entendido que el arrendante ha cumplido con sus obligaciones civiles (dar uso o goce de
una cosa), mientras que es posible que el arrendatario no ha cumplido con las suyas
(pago de rentas). De tal forma, se prevé que en el juicio sumario de arrendamiento y
desocupación, el arrendatario, si quiere hacer uso de la apelación, debe cumplir con el
requisito establecido en el artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil.

Por otro lado, el requisito establecido en el artículo 243 evita el uso de la apelación como
medida dilatoria. El arrendatario que quiera hacer uso del recurso de apelación debe
pagar o consignar las rentas atrasadas. Esto desincentiva el uso de la apelación como
recurso frívolo o notoriamente improcedente, especialmente considerando que una
segunda instancia hace aún más extenso el proceso.

Es menester mencionar también que, incluso después de agotar la segunda instancia,


pudiera el condenado hacer uso de la acción constitucional de amparo si considera que
en la tramitación del proceso ha existido una violación de sus derechos fundamentales. Es
decir, un juicio sumario de arrendamiento y desocupación puede extenderse aún más y el
arrendante carezca del uso o goce de aquello que es de su propiedad. De tal forma, la ley
prevé que debe pagarse o consignarse la renta, por lo que el arrendatario que apele será
aquél que de manera legítima considere que es necesario que el caso sea conocido en
alzada.

Es importante también mencionar que, en caso que en segunda instancia se revoque o


modifique la decisión de primera instancia, al arrendatario se le devolverían dichas rentas
pagadas o consignadas.

De tal forma, el requisito establecido en el artículo 243 se establece en consideración


justa al arrendante, quien se encuentra desposeído de su bien y en constante perjuicio
económico al no recibir rentas. Por lo que la ley resuelve dicha situación al exigir al
arrendatario el pago o consignación de rentas para el uso del recurso de apelación en el
juicio sumario de arrendamiento y desocupación. Es importante resaltar que el hecho que
exista tal requisito no socava el derecho del arrendatario de acudir a una segunda
instancia, pues efectivamente puede hacer uso de dicho derecho, solo que de manera
condicionada.

En conclusión, la Corte de Constitucional menciona que la denegación del recurso de


apelación del artículo 243 del Código Procesal Civil y mercantil no viola el derecho de
Jorge Adán Cárdenas Sánchez

defensa consagrado en el artículo 12 de la Constitución Política de la República. Por lo


que no corresponde el amparo al no ocasionar agravio al amparista.

2. Formas de interpretación de artículo 243 del Código Procesal Civil y


Mercantil.

Existen virtualmente dos maneras de interpretar el artículo 243 del Código Procesal Civil y
Mercantil: 1) El requisito de pago o consignación de rentas exigido al arrendatario es
violatorio del derecho de defensa o, 2) El requisito de pago o consignación exigido al
arrendatario no es violatorio del derecho defensa.

En cuanto al primer punto, el trasfondo jurídico radica en el derecho de acción del


arrendatario y la igualdad procesal. Toda parte en un proceso tiene derecho de ser oída
en segunda instancia por parte de un juez independiente e imparcial. “Solve et repete” es
el aforismo latino a través del cual se manifiesta el principio “paga y reclama”. Dicho
principio no es compatible con el sistema constitucional procesal, pues limita el acceso a
la jurisdicción (también contemplado en el artículo 29 de la Constitución Política de la
República, como se desarrolla más adelante).

En este orden de ideas, la existencia de un requisito de pago o consignación de rentas


atrasadas limita el derecho de defensa y acceso a la jurisdicción de manera injusta, pues
se debe “pagar y luego reclamar”, situación que no es compatible con el sistema procesal
constitucional. A su vez, esta línea interpretativa tiene su respaldo en el principio de
igualdad procesal, a través del cual se establece que ambas partes procesales deben
gozar de iguales derechos y obligaciones dentro del proceso. Siendo el requisito del
artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil aplicable únicamente al arrendatario, se
quebrantaría el principio de igualdad procesal.

Esta forma de interpretación del artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil no ha
sido respaldada por la Corte de Constitucionalidad ni la Corte Suprema de Justicia.

Por otro lado, la segunda interpretación, es decir, que el artículo 243 no es violatorio del
derecho de defensa del arrendatario, se encuentra fuertemente sustentada a través de la
jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad y Corte Suprema de Justicia. Tal es el
caso que, incluso, constituye doctrina legal de conformidad con el artículo 43 de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, dado que existen más de tres fallos
contestes en el mismo sentido. Por ejemplo, en los expedientes 1647-2018 y 1675-2018
(analizado con anterioridad), 5132-2012, 4064-2014 y1075-2020.

Bajo esta línea interpretativa, el requisito de pago o consignación de rentas establecida en


el artículo 243 no es violatorio del derecho de defensa. Se considera que no causa
agravio (requisito esencial para la interposición de acción constitucional de amparo), pues
el legislador ha establecido dicha situación con un trasfondo económico y jurídico justo, a
saber, evitar el perjuicio económico del arrendante y disuadir al arrendatario del uso
frívolo del recurso de apelación. Esta línea interpretativa es la que se encuentra asentada
en nuestro sistema jurídico procesal.
Jorge Adán Cárdenas Sánchez

De tal modo, de esas dos formas puede interpretarse el artículo 243 del Código Procesal
Civil y Mercantil. Sin embargo, únicamente la segunda ha sido utilizada a través de los
jueces en las contiendas de juicio sumario de arrendamiento y desocupación.

3. Principios constitucionales relevantes en el contexto del artículo 243 del


Código Procesal Civil y Mercantil.

En el presente caso, es menester mencionar el derecho de defensa, tutela judicial


efectiva, igualdad procesal y acceso a la jurisdicción.

El artículo 12 de la Constitución Política de la República de Guatemala menciona: “La


defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser condenado, ni
privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante juez
o tribunal competente y preestablecido.”

Asimismo, la Corte de Constitucionalidad ha establecido que dicho derecho consiste en la


garantía de acceder en condiciones de igualdad a los tribunales de justicia (Expediente
5828-2016). Así como el derecho a que los órganos jurisdicciones emitan sus decisiones
fundamentadas en ley, dando respuesta a los argumentos de las partes y realizando un
correcto proceso de razonamiento lógico-jurídico que demuestre el fundamento de su
decisión (Expediente 6254-2017). De tal forma, el artículo 243 del Código Procesal Civil y
Mercantil no vulnera el derecho de defensa del arrendatario, toda vez que es una
disposición de carácter legal, diseñada de manera deliberada por el legislador y cuyo
cumplimiento es parte del proceso prestablecido legalmente para la tramitación del juicio
sumario de arrendamiento y desahucio. Se escucha al arrendatario y tiene la capacidad
de ser citado, oído y vencido en proceso legal, teniendo la facultad de impugnar la
decisión del juez, cumpliendo con el pago o consignación de las rentas atrasadas.

Del mismo modo, se cumple con la tutela judicial efectiva. Ésta es, según la Corte de
Constitucionalidad, la garantía que las personas puedan acudir a los tribunales,
cumpliendo con el debido proceso y siendo la resolución decisiva fundamentada y
apegada a Derecho. A su vez, la tutela judicial efectiva comprenda que las resoluciones
emitidas por los órganos jurisdiccionales puedan recurrirse mediante las vías que señala
la ley (Expediente 4136-2016). En el caso del artículo 243 del Código Procesal Civil y
Mercantil, no perjudica que la decisión que pueda posteriormente emitirse en segunda
instancia sea fundamentada y apegada a Derecho, de igual forma, existe la facultad del
arrendatario de recurrir la resolución de segunda instancia. Por tales razones, no existe
una vulneración al derecho a la tutela judicial efectiva.

Respecto de la igualdad procesal, la Corte de Constitucionalidad ha establecido que dicho


principio obliga a que las circunstancias semejantes sean tratadas legalmente de la
misma manera. Sin embargo, situaciones desiguales pueden ser tratadas de manera
distinta (Expediente 141-92). No trasgrede, pues, el principio de igualdad una distinción
establecida por el legislador cuando es razonable su justificación y existan situaciones
desemejantes que ameriten un trato distinto (Expediente 141-92). En este orden de ideas,
la diferencia que señala la ley en cuanto al requisito de acreditar el pago o consignación
de rentas en el caso del juicio sumario de arrendamiento y desocupación se encuentra en
Jorge Adán Cárdenas Sánchez

apego al respeto del derecho de igualdad procesal. Esto, dado que se considera que las
partes se encuentran en situaciones heterogéneas. Una parte se encuentra desprovista
de su bien y la otra la ocupa sin pagar renta. Esta circunstancia tiene una consecuencia
directa en el patrimonio de ambas partes, justificando de manera razonable que existan
requisitos especiales para que el arrendatario pueda apelar la decisión de primera
instancia.

Por último, el acceso a la jurisdicción es un derecho constitucional contenido en el artículo


29 de la Constitución, el cual menciona: “Toda persona tiene libre acceso a los tribunales,
dependencias y oficinas del Estado para ejercer sus acciones y hacer valer sus derechos
de conformidad con la ley.” Este derecho se respeta al arrendatario, toda vez que el pago
o consignación de rentas para hacer uso del derecho de apelación en el juicio sumario de
arrendamiento y desocupación cumple con presentar la oportunidad para acudir a
segunda instancia. Es decir, se cumple con el derecho del arrendatario de acudir a hacer
valer sus derechos al Tribunal Superior. Distinta situación, por ejemplo, sería en el caso
en que exista una limitación absoluta al derecho de apelar del arrendatario, en cuya
situación sería argumentable que no se respetaría el derecho a la jurisdicción. Sin
embargo, ese no es el caso, por lo que el artículo 243 del Código Procesal Civil y
Mercantil se encuentra en completo apego al sistema procesal constitucional.

En otras palabras, el derecho de defensa, tutela judicial efectiva, igualdad procesal y


acceso a la jurisdicción, cuyos conceptos se encuentran definidos también por la
jurisprudencia constitucional, son respetados en la tramitación del juicio sumario de
arrendamiento y desahucio. La existencia del requisito de acompañar al recurso de
apelación el pago o consignación de rentas no es incompatible con los derechos
constitucionales fundamentales del arrendatario.

4. De la justa defensa del criterio actual de la Corte de Constitucionalidad con


relación al artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil.

Es menester citar el razonamiento jurídico de la Corte de Constitucionalidad en el


expediente 1647-2018 y 1675-2018, el cual fue objeto de análisis anteriormente:

“…ya que la obligación plasmada en la norma relacionada tiene como fundamento el


hecho que la falta de pago de rentas ocasiona al arrendante un perjuicio económico
que, por el contrario favorece indebidamente al arrendatario; desigualdad que la ley trata
de corregir dentro del proceso, por lo cual dicha medida previsora busca evitar, no el
conocimiento del asunto en segunda instancia, sino obstruir el uso de la alzada como
medio dilatorio, garantizado con ello la tutela judicial efectiva de los sujetos en
contienda. En ese sentido se ha pronunciado esta Corte en sentencias de diecisiete de
mayo de dos mil trece y veintisiete de octubre de dos mil quince dentro de los
expedientes 5132-2012 y 4064-2014.” (El subrayado es propio)

Dicho criterio es justo, toda vez que toma en consideración el perjuicio económico que
pesa directamente en el arrendante que no puede hacer uso y goce de su propio bien. El
pago de renta es la obligación fundamental del arrendatario, y al no cumplirla afecta
directamente el patrimonio del arrendante. Dicha norma es razonable, toda vez que
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considera que el arrendatario ha estado gozando injustamente de un bien que no es de su


propiedad y que tampoco ha pagado las rentas correspondientes.

Sobre todo, este criterio es justo porque toma en consideración que un proceso legal
puede ser extenso (aún más si se toma en consideración la segunda instancia y posibles
acciones constitucionales futuras), por lo que la imposición del pago o consignación de
rentas sirve como disuasivo de que el arrendatario que use indebidamente de los recursos
fijados por la ley. Es decir, apelará el arrendatario que tenga una causa justa para acudir a
la segunda instancia, garantizado con que ha cumplido con el pago o consignación de
rentas. Es menester mencionar que, en caso el Segunda Instancia se revoque o
modifique la decisión de primera instancia, dichas rentas regresarán al patrimonio del
arrendatario.

En conclusión, el criterio vertido por la Corte de Constitucionalidad en el expediente 1674-


2018 y 1675-2018 respecto del requisito exigido al arrendatario en el caso de la apelación
en un juicio sumario de arrendamiento y desocupación, se encuentra apegado a Derecho.
Incluso, se presenta un análisis extrajurídico, a través del cual por razones económicas y
pragmáticas, es justo que el arrendatario deba pagar o consignar rentas para hacer uso
de su derecho de apelar. Se busca el respeto de los derechos procesales fundamentales
de ambas partes de la controversia, pero disminuyendo el perjuicio económico en el
arrendante. Por tales razones, la línea jurisprudencial actual de la Corte de
Constitucionalidad se encuentra acertada y respeta los derechos constitucionales del
arrendatario.

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