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Respecto del fondo de la Litis, la misma versa sobre una controversia derivada de un
contrato de arrendamiento entre Maynor Enrique Rosales Ayala (arrendante) contra Jorge
Marlon Hernández Pineda (arrendatario) y Gina Imelda Garzaro Aguilar (fiadora).
De conformidad con el Código Procesal Civil y Mercantil, se tramitan en juicio sumario los
asuntos de arrendamiento y desocupación (artículo 229). En el expediente, la Juez Cuarto
de Primera Instancia civil resolvió sin lugar la contestación de demanda planteada por el
arrendatario y fiadora, así como la excepción de cosa juzgada. A su vez, declaró con lugar
la demanda planteada por Jorge Marlon Hernández Pineda, en consecuencia condenando
al arrendatario y fiadora al pago de rentas atrasadas así como costas procesales.
Dicho artículo establece: “…Sólo son apelables los autos que resuelvan las excepciones
previas y la sentencia. Para que se conceda el recurso de apelación, el arrendatario
apelante debe acompañar a su solicitud del documente que compruebe el pago
corriente de los alquileres o haber consignado la renta dentro del juicio.” (El
subrayado es propio). De tal cuenta, es un requisito especial que el legislador ha
establecido en el contexto del juicio sumario de arrendamiento y desahucio. En otro orden
de ideas, dicho requisito especial se encuentra única y específicamente establecido para
dicho juicio sumario en particular. Otro juicio sumario distinto (por ejemplo, rescisión de
contratos, deducción de responsabilidad civil contra funcionarios y empleados públicos,
interdictos, etc.) no exige dicho requisito para la interposición del recurso de apelación.
Respecto al trasfondo del artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil, menciona la
Corte de Constitucionalidad lo siguiente:
De tal forma, el artículo 243 existe por dos razones esenciales: i) Evitar el perjuicio
económico del arrendante y ii) Evitar el uso de la apelación como medida dilatoria.
En cuanto al perjuicio económico del arrendante, se refiere al daño ocasionado por la falta
de pago de rentas. El arrendante ha puesto a disposición del arrendatario el uso o goce
de una cosa por cierto tiempo, obligándose la arrendataria a cierto pago por ese uso o
goce. De hecho, estos dos elementos (dar uso o goce de un bien y pago de renta)
constituyen los elementos esenciales del contrato de arrendamiento conforme al artículo
1880 del Código Civil.
Por otro lado, el requisito establecido en el artículo 243 evita el uso de la apelación como
medida dilatoria. El arrendatario que quiera hacer uso del recurso de apelación debe
pagar o consignar las rentas atrasadas. Esto desincentiva el uso de la apelación como
recurso frívolo o notoriamente improcedente, especialmente considerando que una
segunda instancia hace aún más extenso el proceso.
Existen virtualmente dos maneras de interpretar el artículo 243 del Código Procesal Civil y
Mercantil: 1) El requisito de pago o consignación de rentas exigido al arrendatario es
violatorio del derecho de defensa o, 2) El requisito de pago o consignación exigido al
arrendatario no es violatorio del derecho defensa.
Esta forma de interpretación del artículo 243 del Código Procesal Civil y Mercantil no ha
sido respaldada por la Corte de Constitucionalidad ni la Corte Suprema de Justicia.
Por otro lado, la segunda interpretación, es decir, que el artículo 243 no es violatorio del
derecho de defensa del arrendatario, se encuentra fuertemente sustentada a través de la
jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad y Corte Suprema de Justicia. Tal es el
caso que, incluso, constituye doctrina legal de conformidad con el artículo 43 de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, dado que existen más de tres fallos
contestes en el mismo sentido. Por ejemplo, en los expedientes 1647-2018 y 1675-2018
(analizado con anterioridad), 5132-2012, 4064-2014 y1075-2020.
De tal modo, de esas dos formas puede interpretarse el artículo 243 del Código Procesal
Civil y Mercantil. Sin embargo, únicamente la segunda ha sido utilizada a través de los
jueces en las contiendas de juicio sumario de arrendamiento y desocupación.
Del mismo modo, se cumple con la tutela judicial efectiva. Ésta es, según la Corte de
Constitucionalidad, la garantía que las personas puedan acudir a los tribunales,
cumpliendo con el debido proceso y siendo la resolución decisiva fundamentada y
apegada a Derecho. A su vez, la tutela judicial efectiva comprenda que las resoluciones
emitidas por los órganos jurisdiccionales puedan recurrirse mediante las vías que señala
la ley (Expediente 4136-2016). En el caso del artículo 243 del Código Procesal Civil y
Mercantil, no perjudica que la decisión que pueda posteriormente emitirse en segunda
instancia sea fundamentada y apegada a Derecho, de igual forma, existe la facultad del
arrendatario de recurrir la resolución de segunda instancia. Por tales razones, no existe
una vulneración al derecho a la tutela judicial efectiva.
apego al respeto del derecho de igualdad procesal. Esto, dado que se considera que las
partes se encuentran en situaciones heterogéneas. Una parte se encuentra desprovista
de su bien y la otra la ocupa sin pagar renta. Esta circunstancia tiene una consecuencia
directa en el patrimonio de ambas partes, justificando de manera razonable que existan
requisitos especiales para que el arrendatario pueda apelar la decisión de primera
instancia.
Dicho criterio es justo, toda vez que toma en consideración el perjuicio económico que
pesa directamente en el arrendante que no puede hacer uso y goce de su propio bien. El
pago de renta es la obligación fundamental del arrendatario, y al no cumplirla afecta
directamente el patrimonio del arrendante. Dicha norma es razonable, toda vez que
Jorge Adán Cárdenas Sánchez
Sobre todo, este criterio es justo porque toma en consideración que un proceso legal
puede ser extenso (aún más si se toma en consideración la segunda instancia y posibles
acciones constitucionales futuras), por lo que la imposición del pago o consignación de
rentas sirve como disuasivo de que el arrendatario que use indebidamente de los recursos
fijados por la ley. Es decir, apelará el arrendatario que tenga una causa justa para acudir a
la segunda instancia, garantizado con que ha cumplido con el pago o consignación de
rentas. Es menester mencionar que, en caso el Segunda Instancia se revoque o
modifique la decisión de primera instancia, dichas rentas regresarán al patrimonio del
arrendatario.