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2023

ENFERMEDADES
ONCOLOGICAS

LIC. YESENIA PEREZ


FAVIEL

[DOLOR, PÉRDIDA, MUERTE Y AGONIA,


COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN CON EL

PACIENTE Y SUS FAMILIARES ]

ANDRADE PEREZ YADIRA

5º CUATRIMESTRE GRUPO: S
INTRODUCCIÓN

La familia del paciente en estado terminal se convierte en un elemento terapéutico


esencial para aliviar el sufrimiento de este, por tal motivo los profesionales de enfermería
deben garantizar que las familias se encuentren preparadas y dispuestas para
proporcionar el acompañamiento necesario.

El profesional de enfermería debe reconocer que el proceso de comunicación terapéutica


convendrá desarrollarse de forma transversal en el cuidado, fundamentado en el propio
conocimiento, la relación de ayuda y escucha activa. Esta escucha es esencial porque
pretende devolver a los miembros de la familia su estabilidad emocional y cohesionarla
como elemento terapéutico que contribuye a aliviar el sufrimiento del paciente y
acompañarlo en el proceso de morir. Con lo anterior se logrará mejorar las habilidades del
profesional y la calidad de la comunicación.
A medida que la persona se acerca al final de su vida, es difícil saber qué esperar, las
responsabilidades de los cuidadores pueden variar en función de dónde recibe atención la
persona con cáncer.

Por ejemplo, brindar atención en el hogar en lugar de en un hospital o un centro de


cuidados para enfermos terminales puede incluir más responsabilidades para los
cuidadores. Independientemente de la situación, el equipo de atención médica brindará la
mejor atención posible hasta el final de la vida.

Además, hará todo lo posible para asegurarse de que la persona que está muriendo se
sienta cómoda.

Aliviar el dolor

El dolor intenso a menudo hace que sea difícil para una persona sentirse cómoda y en paz
a medida que muere, el cáncer causa dolor de muchas maneras diferentes, pero hay
formas de tratar el dolor, el dolor no controlado a menudo empeora otros síntomas, como
la fatiga y la confusión. Estos síntomas hacen que sea más difícil concentrarse en el tiempo
que se pasa con familiares y amigos.

Hable con un miembro de su equipo de atención médica que se especialice en el control


del dolor o en cuidados paliativos, esa persona puede ayudar a encontrar una estrategia
eficaz para el alivio del dolor, esto puede requerir una planificación minuciosa y una
comunicación con varios miembros del equipo de atención médica.

Tratar el dolor con medicamentos

Muchas personas con cáncer sienten dolor durante o después del tratamiento. Sin
embargo, el equipo de atención médica puede ayudarlo a manejar prácticamente
cualquier dolor relacionado con el cáncer.

Una parte importante de la atención del cáncer y el tratamiento es aliviar los efectos
secundarios, incluido el dolor, incluye nuevos síntomas de dolor o cambios en los
síntomas el equipo de atención médica creará un plan para aliviar el dolor este enfoque se
llama cuidados paliativos o atención de apoyo.

La importancia del alivio del dolor

Existen varios tipos de dolor causado por el cáncer, el dolor puede durar apenas un
tiempo breve y ser causado por un procedimiento o un movimiento corporal puede
ocurrir solamente de vez en cuando O bien, puede ser un dolor constante y durar mucho
tiempo.
El dolor también puede aumentar repentinamente, aunque se lo esté tratando esto
recibe el nombre de dolor irruptivo.

El dolor irruptivo se produce principalmente entre dosis programadas del medicamento


para el dolor, No está necesariamente vinculado a un determinado movimiento o
momento del día pero usted podría notar ciertas cosas que causan el dolor.

Independientemente del tipo de dolor que tenga, es fundamental informarle a su equipo


de atención médica algunos pacientes no desean informar a su médico que están
teniendo dolor pueden pensar que el dolor significa que el cáncer se ha agravado o se ha
diseminado, otros creen que el dolor es simplemente parte de vivir con cáncer pero cada
paciente tiene derecho a vivir con la menor cantidad de dolor posible.

Si no trata el dolor relacionado con el cáncer, puede hacer que otros síntomas o efectos
secundarios del cáncer parezcan peores. Por ejemplo, el dolor puede contribuir a que
tenga fatiga, depresión, enojo, preocupación y estrés, o que estos empeoren es
importante encontrar la manera de aliviar el dolor para mantenerse activo, dormir mejor y
mejorar su apetito también lo ayudará a disfrutar de las actividades y el tiempo que pase
con familiares y amigos.

Inquietudes comunes sobre el manejo del dolor

A algunos pacientes les preocupa volverse adictos al medicamento para el dolor esta
preocupación es válida, pero es poco frecuente cuando el medicamento se usa de manera
adecuada el equipo de atención médica está capacitado para supervisar de cerca a las
personas que toman medicamentos para el dolor y puede ayudar a reducir de manera
segura la dosis cuando ya no necesite tratamiento informe a su médico si usted o sus
familiares tienen antecedentes de abuso de alcohol o drogas. Al saberlo por anticipado, su
médico puede ayudar a prevenir un problema.

También es normal que los pacientes con cáncer se preocupen por los efectos secundarios
de los medicamentos algunos medicamentos provocan efectos secundarios, como
estreñimiento, náuseas, somnolencia, o confusión o alucinaciones esto es más frecuente
con los medicamentos que se usan para el dolor moderado o grave pero no todas las
personas que toman medicamentos para el dolor tienen efectos secundarios hable con su
equipo de atención médica si tiene inquietudes con respecto a un efecto secundario
específico averigüe si se puede manejar o si hay otras opciones para el manejo del dolor
que no provoquen ese efecto secundario además, informe a su equipo de atención
médica si un efecto secundario no desaparece cambiar el horario, la dosis o el tipo de
medicamento puede ayudar a aliviar el efecto secundario.
Tipos de estrategias para aliviar el dolor

Después de evaluar minuciosamente su dolor, su equipo de atención médica le ayudará a


elaborar un plan para aliviar el dolor algunos hospitales cuentan con especialistas en dolor
y en cuidados paliativos estos expertos se centran en los efectos secundarios físicos y
emocionales del cáncer ayudan a los pacientes que presentan dolor que sea difícil de
controlar.

Los médicos pueden tratar o manejar el dolor relacionado con el cáncer de diversas
maneras:

Tratando la fuente del dolor.


Por ejemplo, un tumor que ejerza presión sobre los nervios puede causar dolor.
Eliminar el tumor con cirugía o achicarlo con radioterapia, quimioterapia u otros
medicamentos podría reducir o detener el dolor.
Cambiando la percepción del dolor.
Algunos medicamentos cambian la forma en que nuestro cuerpo siente el dolor, y
lo hacen más tolerable.
Interfiriendo con las señales de dolor enviadas al cerebro.
Si el medicamento no funciona, es posible que su médico lo derive a un
especialista en dolor para que se le realicen procedimientos médicos
especializados estos incluyen tratamientos espinales o medicamentos para el dolor
que se inyectan en un nervio o alrededor de un nervio para interferir con una señal
de dolor.
Medicamentos para el dolor

Una de las mejores formas de tratar el dolor relacionado con el cáncer es evitar que el
dolor surja o se agrave cuando las personas usan medicamentos para tratar el dolor,
generalmente los reciben en horarios regulares y programados es importante tomar los
medicamentos con regularidad ya que esto mantiene un nivel constante de medicamento
en el cuerpo. Es la manera más eficaz de aliviar el dolor. Los médicos también usan dosis
de “rescate” o adicionales para ayudar a controlar el dolor irruptivo si se produce su
médico analizará la cantidad de medicamento usado para el dolor irruptivo en cada visita
y ajustará la dosis habitual, de ser necesario.
Se encuentran disponibles muchos medicamentos diferentes para aliviar el dolor, que se
denominan analgésicos de acuerdo con el fármaco y la afección de la persona, los médicos
los administran de distintas formas algunos se toman por vía oral, mientras que otros se
inyectan en la vena o se usan como parches cutáneos.

Analgésicos no opioides.

Estos pueden constituir opciones para dolor leve o moderado en ocasiones, los médicos
también los recetan junto con otros medicamentos para el dolor en caso de dolores
graves. Estos incluyen:

 Antiinflamatorios no esteroideos (AINE)


 El ibuprofeno (por ejemplo, Advil y Motrin).
 Acetaminofén (por ejemplo, Tylenol).

Medicamentos habitualmente usados para otras afecciones algunos medicamentos


empleados para otras afecciones médicas pueden ayudar a aliviar el dolor, especialmente
el dolor de los nervios. Estos incluyen:

 Algunos antidepresivos: La duloxetina (Cymbalta).


 Medicamentos para prevenir convulsiones: La gabapentina (Gralise, Neurontin) y
la pregabalina (Lyrica).

Opioides, también denominados narcóticos.

A menudo se toman junto con medicamentos no opioides. Entre los opioides se incluyen
los siguientes, cada uno de los cuales tiene diferentes nombres de marcas:

 Hidrocodona
 Fentanilo
 Hidromorfona
 Metadona
 Morfina
 Oxicodona
 Oximorfona

La epidemia de muertes por adicción a opioides y sobredosis se ha convertido en una


preocupación importante esto hizo que se tomaran medidas a nivel nacional para limitar
las recetas de opioides, sobre cuándo usar opioides para el dolor crónico.
Médicos pueden considerar el uso de opioides en algunas personas con cáncer cuando no
hayan funcionado otras opciones existe un riesgo de abuso por parte del paciente o de
alguna persona cercana a él por eso, es probable que los médicos consulten acerca de
estos posibles riesgos, es muy importante que los pacientes y los cuidadores los guarden
en un lugar seguro para que otras personas no puedan tener acceso a ellos. Si alguien los
usa sin un motivo médico, pueden producirse efectos secundarios graves o incluso una
sobredosis. Si no usa todo un medicamento por algún motivo, deséchelo de manera
segura

Cannabis médico (marihuana) o cannabinoides.

Varios estados han aprobado el uso de cannabis y cannabinoides para el dolor crónico,
actualmente, no existe suficiente evidencia omiende el cannabis como opción inicial. Pero
si es legal en su estado, puede constituir una opción junto con otros métodos para reducir
el dolor.

Los medicamentos no son la única opción para controlar el dolor para algunos pacientes,
también resulta útil la fisioterapia o hablar con un consejero para reducir el dolor.
También hay otros métodos disponibles, incluidas terapias integradoras y
complementarias estas incluyen diferentes técnicas y métodos para ayudar a aliviar las
molestias de muchos síntomas físicos y emocionales. Estos métodos incluyen meditación,
acupuntura y yoga el enfoque más completo y posiblemente exitoso para controlar el
dolor a menudo combina varios métodos.

PERDIDA

El enfoque adoptado por el profesional de enfermería en torno al duelo debe


entenderse como un proceso personal, familiar y social, íntimo e inextricable del
sentido de quienes somos; como algo que nosotros hacemos, no como algo que se nos
hace a nosotros; como un acto de afirmar o reconstruir un mundo personal de
significados que ha sido desafiado por la pérdida, en el que la adaptación a la misma
implique la restauración de la coherencia de la vida de los dolientes. A medida que
avanzamos en el trabajo con personas que han perdido seres queridos, descubrimos
que sus procesos tienen más de misterio y de sentido personal y social en el proceso
vivido.

Encontrándonos frente a biografías cargadas de significados narrativos, sensoriales,


vivenciales, biológicos, y conductuales no al margen de los planteamientos
socioculturales en evidente y clara transformación en esta sociedad tan variable2-3.
La reconstrucción personal, se construye sobre un marco de significados que es
demasiado amplio como para ser confinado a una única red local de relaciones, y
demasiado resistente como para acumularse en una única generación. Los individuos en
un proceso de duelo innovan de manera rutinaria sobre discursos y rituales de las
tradiciones culturales en las que se encuentran. Siendo mediante la ritualización de
la pérdida en formas significativas tanto personales como comunitarias, mediante lo
que las personas señalan de manera simbólica sus transiciones de vida y se reintegran
en un mundo social que ha cambiado.

Biología y cultura se dan pues la mano en el entendimiento de la pérdida, dando


vigencia al planteamiento de sufrimiento físico que otorgó a la pérdida Sigmund
Freud4, cuando comentaba que una ausencia, un objeto perdido, crea exactamente
las mismas condiciones de dolor que una parte herida del cuerpo lo cual ya nadie duda en
nuestra sociedad. Sabemos que nuestro mundo sensorial y verbal, se ven afectados
incluso al visionar una película, aún más cuando perdemos a alguien que amamos, que
expresado en palabras de dolientes: Es como si quien muere nos arrancase parte de
nosotros llevándoselo consigo y dejando en su lugar un enorme vacío, que puede
convertirse en algunas personas y sociedades en un gran abismo a la hora de
posibilitar el sentimiento compartido de la pérdida y el duelo, y del sentido que damos a
nuestro ser querido en ese camino de configurar los significados personales.

MUERTE

Signos de una muerte inminente

En general, la muerte por cáncer ocurre después de que una persona se ha ido debilitando
y cansando más a lo largo de varias semanas o meses no siempre es posible predecir
cuánto tiempo vivirá una persona pero algunos signos y síntomas frecuentes indican que
la persona está entrando en las últimas semanas y días de vida. Saber qué esperar ayuda a
aliviar la ansiedad y permite planificar mejor.

Los siguientes son signos y síntomas que sugieren que una persona con cáncer puede
estar entrando en las últimas semanas de vida:

 Empeoramiento de la debilidad y el cansancio.


 Necesidad de dormir casi todo el tiempo; a menudo, pasa la mayor parte del día en
la cama o descansando.
 Pérdida de peso, y disminución o pérdida de masa muscular.
 Poco o nada de apetito, y dificultad para comer o para tragar líquidos.
 Disminución de la capacidad para hablar y concentrarse.
 Poco interés en hacer cosas que antes eran importantes.
 Pérdida de interés en el mundo exterior, las noticias, la política, el entretenimiento
y los eventos locales.
 Deseo de estar rodeado de pocas personas y limitación del tiempo que pasa con
las visitas.
 A medida que se acercan los últimos días de vida, es posible que vea los siguientes
signos y síntomas:
 La respiración puede hacerse lenta y, a veces, puede haber largas pausas entre una
respiración y otra.
 Respiración ruidosa, con congestión y sonidos de gorgoteo o estertores, a medida
que la persona se vuelve incapaz de aclarar los líquidos de la garganta estos
sonidos pueden preocupar a otros, pero la persona que está muriendo no se da
cuenta de ellos.
 Piel fría que puede presentar un color azulado oscuro, especialmente en las manos
y los pies de la persona.
 Sequedad de la boca y los labios.
 Reducción de la orina.
 Incontinencia urinaria e intestinal.
 Nerviosismo o movimientos involuntarios repetitivos.
 Confusión sobre el tiempo, el lugar y la identidad de las personas, incluidos
familiares y amigos cercanos.
 Ver o escuchar personas o cosas que no están allí esto es frecuente y
generalmente normal no es un motivo de preocupación, a menos que estas
alucinaciones asusten o molesten a la persona que está enferma estas experiencias
irreales a menudo incluyen viajes, preparativos de viaje o la bienvenida de
personas que han muerto.
 Una tendencia a estar entre consciente e inconsciente, y responder gradualmente
cada vez menos al tacto o a la voz.

Por supuesto, cada persona es diferente. Los signos y síntomas que las personas
experimentan varían además, puede variar el orden en el que los signos y síntomas
ocurren.

AGONIA

Brindar comodidad

Los familiares y cuidadores pueden ayudar a que la persona enferma esté más cómoda
durante este tiempo los médicos y enfermeros de la persona pueden orientarlo en
medidas basadas en la condición y las necesidades específicas de la persona estas son
algunas pautas generales para brindar comodidad:
 Use un colchón tipo “cáscara de huevo” o almohadones de goma espuma para
hacer que las camas y las sillas sean más cómodas.
 Ayude a la persona a cambiar de posición con frecuencia.
 Cambie las sábanas al menos dos veces por semana o con más frecuencia, según
sea necesario.
 Levante la cabeza de la persona, si eso le resulta más cómodo, o gire a la persona
sobre un lado para ayudarle a respirar mejor.
 Use mantas para ayudar a la persona a mantenerse abrigada, no use mantas
eléctricas ya que pueden provocar quemaduras, frote suavemente las manos y los
pies de la persona o remójelos en agua tibia si le resulta reconfortante.
 Hable con voz clara y tranquila, y recuérdele a la persona el tiempo, el lugar y las
personas presentes esto puede ayudar a reducir la confusión y la desorientación,
sin embargo, estas medidas pueden no ser útiles si la persona tiene confusión
mental
 Si la persona está abstraída o no responde, dígale cosas alentadoras y
tranquilizadoras, pero que no requieran una respuesta, en lugar de decir: “¿Cómo
te sientes?”, considere decir cosas, como:
 “todo está bien”.
 “Estamos aquí contigo”.
 “Nos apoyamos mutuamente”.
 “Te queremos”.
 Ofrézcale sorbos de líquido con una pajita o una cuchara si la persona puede
tragar, esto ayudará a mantener la boca de la persona húmeda, los hisopos con
glicerina y el bálsamo labial también ayudan con la sequedad de la boca y los
labios.
 Masajee suavemente el cuerpo de la persona si le resulta relajante puede ser
reconfortante y puede mejorar la circulación sanguínea, use una loción
humectante para calmar y aliviar la piel seca, evite las lociones a base de alcohol,
que pueden secar más la piel de la persona.
 Esté allí. A veces, las mejores maneras de reconfortar y tranquilizar incluyen
sentarse con la persona, hablarle, ofrecerle una caricia suave o tomarle de las
manos, estas medidas no solo ayudan a aliviar la soledad, sino que también
pueden ser expresiones saludables de amor hacia la persona que está muriendo.
La familia y la comunicación e Información
Para la familia es importante el manejo de la comunicación con el paciente terminal no
solo porque cuando él estuvo en casa el grupo familiar fue el principal agente proveedor
de cuidados, conoce al paciente, sabe de sus necesidades, gustos, y puede aportar esa
información, sino porque el grupo vive un proceso similar y paralelo al del paciente en
estado terminal, que manifiesta a través de su propia comunicación, a veces no de forma
adecuada, por lo cual limita el apoyo que puede brindar en ese momento.

La familia se convierte entonces en un pilar básico en el cuidado del paciente al final de la


vida, debe considerarse como un elemento terapéutico en sí mismo, y como tal debe
incorporarse en la planificación del cuidado1, ya que contribuye a aliviar el sufrimiento del
paciente al estar a su lado y acompañarlo en el proceso de morir; sin embargo, la
condición de enfermedad terminal desencadena alteraciones tanto en el funcionamiento
como en la dinámica familiar. La familia desarrolla mecanismos de autorregulación, los
cuales a veces no son suficientes y pueden terminar en un desequilibrio emocional.

La primera respuesta ante el conocimiento de una enfermedad mortal de un ser querido


es de shock, aturdimiento e incredulidad; se puede en un instante percibir la realidad y
presentar una intensa reacción emocional con dolor, rabia y llanto, la familia se siente
amenazada, asaltada en su unidad y estabilidad, así como para manejar esos sentimientos
tan agobiantes entra en un periodo de negación que le permite mantener el control y la
estabilidad emocional. Posteriormente aparece la ansiedad, el miedo, los sentimientos de
desprotección e inutilidad y de manera especial la rabia ; todos estos sentimientos y
emociones se manifiestan en forma de protestas, que se dirigen en gran parte al equipo
de salud y se expresan en quejas frecuentes de malos tratos, desinterés, descuido,
demandas excesivas o franca hostilidad. Más adelante la familia entra en un periodo de
negación, lo que significa mayor aceptación de la enfermedad, pero con la esperanza de
que el pronóstico cambie.

Sin embargo, con el avance de la enfermedad se inicia una etapa de depresión


caracterizada por dolor, tristeza, desasosiego, temor, ansiedad, confusión y desesperanza;
periodo donde se va fortaleciendo para ajustarse a la tensión emocional y aceptar lo
inevitable. Inicia entonces un doloroso proceso denominado duelo anticipatorio, por
medio del cual empieza a prever todo lo que tendrá que afrontar ante la muerte
definitiva. Finalmente, aparecerá el duelo frente al fallecimiento.
La manifestación de este desequilibrio como grupo y en cada uno de los miembros está
condicionado por las características familiares como: el ciclo vital, el momento de la vida
del paciente, la solidez y la cohesión familiar, el nivel socioeconómico y la capacidad de
afrontamiento los sentimientos derivados del desequilibrio emocional son la
incertidumbre, el miedo y la ansiedad frente a qué va a pasar, de cómo, cuándo y qué
ayuda va a tener disponible para afrontar las diversas situaciones. En los últimos
momentos teme por la muerte de su familiar.

El profesional de enfermería debe considerar que el cuidado a la familia se convierte en


uno de los criterios de calidad cuando atiende pacientes que se encuentran al final de la
vida. Debe iniciar este cuidado con un reconocimiento de las emociones derivadas de la
situación particular de cada familia, para poder orientar la comunicación.

Este reconocimiento va encaminado en primer lugar a identificar quién es el cuidador


principal, por lo general son las parejas e hijos, los cuales pueden desarrollar miedo a
sufrir un desequilibrio emocional por la pérdida y cambio de rol, pero son quienes van a
permanecer más tiempo con el paciente que requiere apoyo.

Con el cuidador principal y los demás familiares debe iniciarse el proceso de alivio de
temores y ansiedades frente a la muerte, el morir del ser querido, a ellos se les debe
manejar los pensamientos que generan sentimientos de ansiedad, depresión, irritabilidad,
etc., con la misma intención que al ser querido, para aumentar el bienestar emocional y
físico que se ha perdido.

La familia necesita primordialmente que el profesional de enfermería le proporcione


información sobre el diagnóstico, la extensión, la naturaleza, la gravedad y el pronóstico
de la enfermedad, el porqué de los síntomas, la procedencia de las órdenes de «favor no
reanimar», las metas del manejo paliativo, los aspectos más relevantes del cuidado en
casa y el disponible en la comunidad, y las otras opciones que hay para el enfermo
terminal; cómo hacer frente a las necesidades emocionales, cómo manejar la situación
con los niños, cómo atender los asuntos económicos y legales aún no resueltos o que van
a quedar pendientes, cómo manejar las diferentes preocupaciones que surgen ante una
muerte en casa y, finalmente, cómo hacer los arreglos funerarios una vez ocurra el deceso
de su ser querido.

Además, la familia tiene otras necesidades necesidad de tiempo para permanecer con el
enfermo, de privacidad e intimidad para el contacto físico y emocional, de participar en su
cuidado, de compañía y apoyo emocional, de conservar la esperanza, de apoyo espiritual,
de reparar la relación, de poder explicarse y perdonarse, pero sobre todo de ventilar las
emociones, de expresar la tristeza, el desconsuelo, la rabia, los temores. La familia
necesita ser escuchada, que sus sentimientos sean validados, comprendidos y su
expresión aceptada. Para lograr recuperar el equilibrio emocional en la familia se utiliza la
comunicación terapéutica desplegada en el contexto de una relación humana, en la que
los protagonistas son los profesionales de enfermería gracias a su profesionalismo, y los
pacientes con sus familias.

La profundidad y relevancia de la comunicación con el paciente siempre ha estado muy


fundamentada y reconocida, pero aunque la atención a la familia ha sido aceptada y
asumida gradualmente por los profesionales de enfermería desde el ámbito conceptual y
teórico, no lo ha sido en el ejercicio profesional diario, donde la familia no se ha tenido en
cuenta como parte importante del proceso de cuidado integral e incluso en ocasiones ha
sido ignorada. Por consiguiente, el profesional de enfermería debe fundamentar el
proceso comunicativo en el cumplimiento de una serie de objetivos:

 Construir una relación.


 Abrir un diálogo.
 Obtener información.
 Entender la perspectiva del sujeto de cuidado: paciente y familia.
 Compartir información.
 Llegar a acuerdos sobre los problemas y los planes.
 Cerrar adecuadamente.

La comunicación terapéutica debe ser el instrumento que permita facilitar la elaboración


de la pérdida; esta debe informar, orientar y apoyar a la familia en la toma de decisiones,
acompañamiento y recuperación de sus actividades de la vida diaria, pero en un nivel más
profundo implica compartir emociones, brindar seguridad y confianza.
CONCLUSIÓN

Si hay algo universal en la vida de todo ser humano es el sufrimiento y la muerte. La


atención a la fase agónica debe procurar cubrir las necesidades del enfermo y familia en
las circunstancias, mediaciones y condiciones que rodean la agonía y muerte del enfermo.
La dignidad es una cualidad intrínseca de la persona, que deberíamos saber mantener y
respetar hasta el momento de la muerte.

El establecimiento de un acuerdo de prioridades y objetivos con el paciente, es


importante para restablecer y mantener la confianza, necesita saber que no se le
abandonará y que cuenta siempre como persona, aunque se esté muriendo los médicos,
enfermeras, auxiliares, psicólogos, etc. constituyen tan solo, una parte del equipo que
atiende del cuidado integral del paciente en la situación final.

El alivio de los síntomas y el mantenimiento del apoyo psicosocial, ayudan a conseguir el


objetivo de una muerte digna y prevenir, en lo posible, el proceso de duelo patológico en
la familia resulta fundamental utilizar todos los recursos de la comunidad, siendo fluida
entre los distintos niveles asistenciales, en busca del objetivo común que es la atención
integral del paciente agónico.

El papel del médico durante la fase final es difícil y exigente, pero es importante para el
paciente, la familia y el buen funcionamiento del equipo, siendo gratificante si alcanzamos
el objetivo común marcado, morir dignamente, tras la coordinación y el esfuerzo de todos.

Pero alcanzar este objetivo resulta mucho más fácil y asumible cuando la atención a la
agonía no es una atención aislada, pero trascendente, en el devenir clínico; sino que
constituye el proceso final de la atención continuada que comenzó en el momento del
diagnóstico.
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