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Montero & Quintero / Cultura, Educación y Sociedad, vol. 10 no. 2, pp. 27-36, Julio - Diciembre, 2019

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Representación literaria del cambio perturbador
sonoro en la novela Mene de Ramón Díaz Sánchez
Literary representation of the disturbing sound
change in the novel Mene by Ramón Díaz Sánchez
DOI: http://dx.doi.org/10.17981/cultedusoc.10.2.2019.02

Recibido: 02/11/2018. Aceptado: 15/04/2019

Alicia Cecilia Montero Morillo


Universidad de Zulia (Venezuela)
monalicia69@gmail.com

Mayli Mariam Quintero Suárez


Universidad de Zulia (Venezuela)
mayli.quintero171008@gmail.com
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Para citar este artículo:
Montero, A. y Quintero, M. (2019). Representación literaria del cambio perturbador sonoro en la novela Mene de Ramón Díaz Sánchez.
Cultura, Educación y Sociedad, 10(1). 27-36. DOI: http://dx.doi.org/10.17981/cultedusoc.10.2.2019.02
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Resumen Abstract

El estudio analiza en la novela Mene (1936) de Ramón The study analyzes in the novel Mene (1936) by Ramón
Díaz Sánchez, la representación de los cambios en los so- Díaz Sánchez, the representation of changes in envi-
nidos ambientales, producto de la explotación petrolera ronmental sounds, the product of oil exploitation and its
y de su impacto en los habitantes de una región Venezo- impact on the inhabitants of a Venezuelan region. The
lana. El narrador utiliza el sonido como eje portador de narrator uses sound as a carrier for the drastic changes
los cambios drásticos generados por la naciente indus- generated by the nascent industry, using simple audi-
tria, valiéndose de imágenes auditivas simples, símiles tory images, similes and metaphors. The construction
y metáforas. La construcción de conceptos metafóricos of metaphorical concepts is approached from the theory
se aborda desde la teoría de Lakoff y Johnson (1980). of Lakoff and Johnson (1980). The methodology is do-
La metodología es de corte analítico documental donde cumentary analytical cut where the treatment of emer-
se devela el tratamiento de las categorías emergentes ging categories by the author is revealed. The results
por parte del autor. Los resultados destacan como un stand out as a group of metaphors are developed from a
grupo de metáforas se desarrollan a partir de un con- particular metaphorical concept, derived from a way of
cepto metafórico particular, derivado de un modo de understanding the world from experience. It is concluded
comprensión del mundo proveniente de la experiencia. that the author, through the work, expresses complex
Se concluye que el autor a través de la obra, expresa forms of systemic thinking, where literary figures re-
formas complejas de pensamiento sistémico, donde las present constructs that drive the logical chain of ideas.
figuras literarias representan constructos que conducen Keywords: Oil; Metaphors; auditory images; Venezuelan
el encadenamiento lógico de las ideas.
literature
Palabras clave: Petróleo; metáforas; imágenes auditivas;
literatura Venezolana

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© The author; licensee Universidad de la Costa - CUC.
Cultura, Educación y Sociedad vol. 10 no. 2, pp. 27-36. Julio - Diciembre, 2018
Barranquilla. ISSN 2389-7724 Online
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Representación literaria del cambio perturbador sonoro en la novela Mene de Ramón Díaz Sánchez

Introducción bullicioso y la celeridad parece ser la regla.


También aparecen las muertes producidas
Uribe y Díaz son los primeros autores en por las explosiones y otros accidentes relacio-
enmarcar sus creaciones ficcionales en el nados con la industria, y no menos relevante
contexto de la explotación petrolera venezo- el suicidio de un personaje agobiado por la in-
lana. Las novelas, Mancha de Aceite (Uribe, justicia del sistema. Después de este clímax
2006) y Mene (Díaz, 2009) respectivamente, melodioso, solo queda regresar a la calma, y
están ambientadas en el estado Zulia (Vene- es en Azul, última parte de la novela, donde
zuela), una región ubicada en el noroccidente esa estridencia sufre un descenso y alcanza
del país y cuenta con grandes yacimientos un punto estable, que no es el mismo candor
petroleros ubicados en la cuenca del lago de de Blanco ―no podría serlo―, pero tampoco
Maracaibo. es el estruendo de Rojo y Negro. Azul es el
Esta investigación se ocupa de Mene, cuya nuevo orden de las cosas una vez pasada la
historia se localiza en Cabimas, un munici- algarabía; lo que queda para recomenzar.
pio localizado en la Costa Oriental del Lago Es precisamente el sonido una de las pre-
de Maracaibo (Venezuela), cuya principal ocupaciones de Díaz (2009) en esta novela.
actividad económica es la extracción de pe- Específicamente, muestra el paso del silen-
tróleo. La narración transcurre en un hilo cio natural del campo a la estridencia de las
temporal lineal. Inicia en un periodo de la máquinas, tanto las propias de la explota-
vida pueblerina previa al petróleo, que se ción petrolera como las nuevas tecnologías
presenta casi como natural. Luego se narra introducidas por la modernización, como el
la transición de esa vida natural ante la automóvil y sus bocinas. Mene es una novela
llegada de los empresarios extranjeros, la marcada profundamente por el sonido y sus
medición del terreno y la instalación de las variantes, desde el silencio hasta el ruido.
primeras maquinarias. Esto da paso a la El narrador dibuja un ambiente donde el
convivencia del forastero, una vez estableci- sonido es protagonista, valiéndose tanto de
do, con los trabajadores que llegan de todas imágenes auditivas simples y del símil, como
partes de Venezuela y los «hijos del pueblo». de metáforas más complejas. Resulta perti-
Finalmente se describe el nuevo orden de co- nente destacar que el habitante de Cabimas
sas, presentado por dos personajes de la vieja es bullicioso, al hablar tienen un “voceo” que
Cabimas, quienes hacen un balance de cómo lo hace único en el país.
cambió la ciudad. Resulta interesante cono-
cer la percepción de los actores en relación Metodología
con una realidad emergente que asociado a
los condicionantes sociohistóricos propios del La investigación se fundamenta en el uso
momento determina en los actores variadas de los métodos de razonamiento lógico. Des-
formas de comportamiento. de los aportes de Padrón (1998) se diseñan
La división en cuatro partes de Mene da sistemas teóricos dotados de alto grado de
la sensación de ser una composición sonora universalidad, a través de la generación de
que, en su primera parte, Blanco, está en un un proceso teórico. La obra Mene de Sán-
estado casi de reposo, una melodía candoro- chez representa la unidad de análisis. La
sa y lineal; en Rojo, segunda parte, los acor- principal técnica de investigación es el aná-
des empiezan a ascender con más velocidad, lisis del contenido y el tratamiento que el
alcanzando su punto más alto en la parte autor hace de sus categorías esenciales. Al
tercera, Negro, donde todo es estruendoso, respecto, Marín (2012), señala como esta

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técnica permite develar los componentes de Representar ese cambio se vuelve casi un
un documento escrito con base en procesos lugar común en las novelas del petróleo, pero
de disociación de un todo en sus partes, con no es gratuito, porque la transformación de-
intención de estudiarlas, pero en relación al venida con la irrupción petrolera fue sorpre-
todo. En este caso, se identificó la obra Mene siva, turbulenta y, por lo tanto, significativa.
de Díaz (2009) como documento objeto de in- Puede resultar uno de los temas más obvios
vestigación, considerando el contexto de don- en Mene, pues el lector se percata a través
de surge, prestando especial atención a los de la estructura de la obra que la intención
condicionantes sociohistóricos del momento del narrador es lade establecer comparacio-
cuando es escrita; se desarrolla un proceso nes entre el pueblo rural, apacible y hasta
de abstracción e interpretación para obtener inocente de la primera parte, Blanco; y el
las principales categorías y el investigador posterior cambio que implica la explotación
representa la información obtenida a través petrolera en Rojo, con los incendios y acci-
de constructos, confiriéndoles un determina- dentes; y en Negro, con la discriminación
do significado a la luz de las preconcepciones racial y la muerte, si lo interpretamos por
e inferencias realizadas. el simbolismo de los nombres de las partes
de la novela.
Resultados y discusión En Mene, el cambio perturbador se mani-
fiesta desde diferentes perspectivas. La prin-
Categorías de análisis: cipal esla transformación visual del ambien-
te. Talan árboles y despejan zonas pobladas
• El cambio perturbador para instalar máquinas perforadoras. Las
costumbres también sufren alteraciones. La
El cambio perturbador es entendido a par-
iglesia deja de ser el punto de encuentro del
tir del estudio realizado por Carrera (2005)
grueso de la población, se inauguran bares y
en La novela del petróleo, donde establece
prostíbulos, las zonas se empiezan a dividir
un compendio de veintiún temas que sobre-
según el origen de sus pobladores. Nuevas
salen en las novelas venezolanas de tema
motivaciones modifican las jerarquías de
petrolero como «tópicos comunes o asuntos
poder. El jefe civil de otrora no podía seguir
dominantes» en estas obras. Según su fre-
siéndolo sin responder al mandato de otros
cuencia y la relevancia que adquieren en las
intereses, sin duda económicos, los cuales
obras, el primero de esos temas reiterados y
siempre van en pro de las compañías.
significativos es «el cambio perturbador». Al
Del silencio, la calma y la quietud de la
respecto apunta Carrera (2005):
Venezuela agraria, casi bucólica, se pasa al
Tal vez lo que resulta más evidente como pri- ruido, al estruendo de los motores, las má-
mera impresión en la “explosión” petrolera es quinas perforadoras, el bullicio de los traba-
el contraste entre el ambiente tradicional y jadores, la algarabía de los bares, el rugir de
el nuevo estado de cosas después del surgi- los automóviles y sus escandalosas bocinas.
miento inesperado. En particular es un he-
De igual modo, en esta creación literaria
cho resaltante en los momentos del primer
venezolana, el lenguaje sufre transforma-
gran auge de la industria, y ya que diversas
ciones, términos nuevos relacionados con la
novelas presentan directamente o aluden a
industria, se integran al vivir cotidiano de
esa etapa inicial, no es extraño que sea ese
cambio perturbador uno de los temas más re- la población y los préstamos lingüísticos se
petidos y destacados en estas obras.(p. 119) convierten en palabras comunes.

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Al respecto, Dávila (2005) afirma en su las metáforas, que a través de un len-


artículo que, en general, los signos colec- guaje descriptivo permiten la representa-
tivos se transformaron con la explotación ción mental desde el uso de los sentidos.
petrolera: Es parte de la visión renovadora que, in-
Los signos colectivos se moverían del agro al fluenciado por la vanguardia, Díaz (2009)
petróleo. Al moverse estos signos se move- introduce al realismo literario que lo pre-
rían también las representaciones colectivas cede. Bohorquez (2005) afirma que Mene
y, juntas a ellas, el lenguaje. La adopción de «esboza un nuevo proyecto y por lo tanto
nuevos términos en un lenguaje, sobre todo una nueva estética del discurso narrativo
si este es oficial, si se gesta y proviene del literario que involucra la re-semantización
poder, presagia nuevas formas de vida (p. de la representación realista tradicional».
58) Las imágenes literarias, y particularmen-
En general, los signos colectivos se trans- te las metáforas, le sirven de instrumento
forman, tal como afirma Dávila. Pero estos al escritor para hacer una narración más
cambios se ven a grandes rasgos, con el efectiva, un discurso realista que apele a
tiempo, y sobre todo con su asimilación por las sensaciones del lector para que éste
las nuevas generaciones. Así lo representa comprenda de una manera más real y ví-
Díaz en la última parte de Mene, con la in- vida el giro cotidiano que significó el inicio
tervención de las nietas del exjefe civil, don- de la explotación petrolera.
de deja ver las diferencias de pensamientos, Un trabajo particularmente destacable
sentimientos y conductas entre las dos ge- realiza Díaz (2009) con las imágenes y
neraciones. Sin embargo, para llegar a esto metáforas auditivas como recursos para
ha habido un proceso de transfiguraciones dar idea del cambio perturbador sonoro,
que antes de llegar al inconsciente pasan marcado particularmente por la introduc-
por los sentidos. Y son la vista y el oído los ción de nuevas tecnologías. Al respecto,
principales perturbados. Mandrillo (2012), resalta que Díaz (2009)
Un pasaje de Mene (Díaz, 2009) demues- incluye en su narración una visión ator-
tra la importancia de estos dos sentidos mentada de la tecnología. En efecto, el
ante los cambios acontecidos. El narrador cambio siempre es perturbador, atormen-
describe la actitud de negación de unos an- tado; el nuevo sonido no es más que ruido,
cianos campesinos que se aislaron, desalo- bullicio, estruendo.
jados de sus tierras por la explotación: «Tres El cambio sonoro queda establecido por la
labriegos del contorno, que en el monte ha- comparación, evidenciada en las figuras
bían permanecido con él, sordos y ciegos literarias. En la primera parte, Blanco,
ante la fantástica metamorfosis del paisaje, todo el pueblo vive en gozo por la llegada
vinieron a acompañarle» (2009, p. 93). Ante de los citadinos para las fiestas de la Vir-
la transformación del lugar ellos deciden no gen del Rosario. Desde el arribo del barco
oír y no ver. Los que se quedan no tienen que traía al cura como personaje central
opción. para la celebración de las fiestas, los soni-
dos están marcados por la alegría, repre-
• El cambio perturbador sonoro sentados por la metáfora: «Sobre la onda
rizada balanceábase la “Linda”, y desde
La narración de Mene es un discurso ver- su paneta azul se tendía una escala de ri-
sas hasta la orilla del barro oleaginoso».
tebrado por imágenes literarias, sobretodo
(Díaz, 2009, p. 8)

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El ambiente gozoso de esa «escala de ri- una forma de violencia, usando nuevamente
sas», se complementa con el «jubiloso des- como recurso la comparación con el tiempo
pertar del campanario» (Díaz, 2009, p. 9) pre-petrolero, mostrando este como el ideal:
que atraía a la feligresía a la iglesia. El «Entonces, ni este humo negro, maculador
sonido de la campana es otra metáfora au- de cielos, ni este grito bronco que llena de
ditiva que funciona como representación de estupefacción el alma amodorrada del pai-
un sentimiento compartido por la población, saje.» (Díaz, 2009, p. 34)
símbolo de la fe por la virgen, sentimiento La humanización del paisaje, por un lado,
que los aglomera y los reúne. y el grito que le llena de estupefacción el al-
Después que pasa el regodeo de la cele- ma, por el otro, son los elementos que com-
bración, llega un barco inesperado, primer ponen esta metáfora, donde el sonido es vio-
indicio de la presencia del extranjero, en- lento pues produce un grito, que parece ser
tonces la escala de risas no surge, sino que desgarrador, un lamento por ese «entonces»
se transforma: «Inopinadamente cacareó la que inicia la frase. Esa violencia auditiva
aldea como un gallinero». (Díaz, 2009, p. deriva de una violencia general que inicia
28). El cacareo es sonido de miedo, pues el desde el mismo momento en que aquellos
barco es imponente y luce amenazante. El buques vomitaron su carga metálica, «má-
hecho de que el barco haya sido asociadocon quinas fornidas, saturadas, diríase, de un
un buque de guerra, y que la respuesta de espíritu de odio contra todo lo verde». (Díaz,
la población sea metaforizada por el narra- 2009, p. 37). A partir de ese momento «el es-
dor como un grupo de gallinas asustadas, truendo congestiona el ámbito» (Díaz, 2009,
muestra una imagen de la gente como seres p. 39), por lo que la voz candorosa y pausada
indefensos ante un poder que va más allá es sustituida por gritos, en una vana com-
de su comprensión. petencia de la palabra por sobreponerse al
Para complementar la comparación por rugir de las cornetas, el aullido y el gruñido
contraste entre la «Linda», cuyo nombre ya de los motores.
es representativo de virtud, y el navío con
aspecto de buque de guerra, dos humaniza- • Conceptos metafóricos
ciones de los mismos presentan la misma
acción desde dos puntos distantes. Mientras Lakoff y Johnson (1980), en su libro
que la Linda «arroja sobre la playa su carga Metaphors we live by, afirman antes que
humana», los buques negros «vomitan sobre el lenguaje literario, la metáfora impregna
la tierra febril su cargamento de hombres el lenguaje cotidiano; así, el lenguaje meta-
y de hierros». Arrojar es un verbo sutil, es fórico deriva de una estructura de pensa-
lanzar algo con delicadeza, propio del tac- miento metafórica.: «We have found… that
to femenino. Vomitar viene de la fatiga, el metaphor is pervasive in everyday life, not
malestar, la enfermedad en su estado más just in language but in thought and action.
grotesco, y la acción viene, en este caso, de Our ordinary conceptual system, in terms
un navío que ya no es femenino y delicado of which we both think and act, is funda-
sino masculino y tosco, los buques negros, mentally metaphorical in nature» (Lakoff y
guerreros, amenazantes. Johnson, 1980, p. 3).
En Rojo, el ambiente se presenta más ten- Los autores plantean que la metáfora está
so, y el sonido establecido por las compañías inmersa en el lenguaje y el pensamiento de
explotadoras de petróleo es presentado como la vida diaria. Alegan que todo nuestro sis-

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tema conceptual, sobre cuya base pensamos Se puede afirmar, entonces, que responden
y actuamos es metafórico por naturaleza. Y a una metáfora general: las máquinas son
dado que la comunicación está basada en el animales salvajes. Esta construcción meta-
mismo sistema conceptual con el que pen- fórica particular donde una serie de imáge-
samos y actuamos, el lenguaje evidencia ese nes se desprenden de una metáfora superior,
sistema: «Since communication is based on es entendida como un concepto metafórico.
the same conceptual system that we use in En este caso, el pensamiento estructura-
thinking and acting, language is an impor- do metafóricamente afirma que las máqui-
tant source of evidence for what that system nas son animales salvajes; por lo tanto, se
is like» (Lakoff y Johnson, 1980. p. 3). encontrará en el lenguaje un conjunto de
En consecuencia, las metáforas no son solo expresiones que se derivan de ese tronco co-
cuestión del lenguaje, sino que hablan de un mún: «el rugir de sus cornetas», «el aullido
proceso del pensamiento humano, de una de sus motores», «el gruñido de sus moto-
comprensión del mundo. Lakoff y Johnson res», «broncos mugidos de vapores», «brama-
(1980) reivindican el rol de la metáfora en ban las sirenas de los automóviles». De la
la concepción del mundo y del ser mismo; rol misma idea del animal se desprende la me-
que, según afirman, no ha sido apreciado táfora de la monstruosidad de las máquinas,
por muchas de las visiones filosóficas tradi- que responde a una relación de agresividad
cionales. Debido a la misma sistematicidad y violencia con la tecnología naciente. «Cada
del pensamiento, un grupo de metáforas balancín tiene un motor que palpita como el
puede responder a un concepto metafórico corazón de un cíclope. Cada motor tiene una
único, lo cual no es otra cosa que un concep- caldera que regurgita como una monstruosa
to derivado de una forma de pensamiento arteria rota» (Díaz, 2009, p. 66).
procedente de un modo de comprensión del Además, son estados de agresión que pues-
mundo producto de la experiencia; esto es, tos en conjunto congestionan el ambiente,
los conceptos metafóricos están relaciona- obstruyen, molestan, es decir, son formas
dos con la cultura donde son producidos, de de violencia. Por el contrario, cuando los
manera tal que los condiciones sociohistó- hombres llegan a su faena de cortar la ve-
ricos de un determinado contexto resultan getación para abrir paso a las exploraciones,
factores clave que caracterizan este tipo de «gime el monte bajo el filo de los machetes y
representación literaria las hachas… » (Díaz, 2009. p. 45). Gemir es
La noción del concepto metafórico explica un sonido de indefensión, desamparo. Quien
la visión del mundo implícita dentro de un gime es una víctima sin posibilidades de
grupo de metáforas (manifestación lingüís- defenderse, el monte que gime está igual de
tica), que son parte de una sistematización desprotegido que la aldea que cacarea.
del pensamiento; precisamente en la obra La misma idea de dolor del ambiente, de
analizada, la metáfora representa la figu- desgarró, se evidencia en «Grito bronco que
ra retórica que permite evocar elementos llena de estupefacción el alma amodorra-
figurados de una realidad dinámica y cam- da del paisaje» (Díaz, 2009). Esta imagen
biante. Por ejemplo, los verbos usados por une el dolor por el cambio visual a un des-
Díaz en Mene para construir las metáforas garramiento sonoro. Igualmente, al decir
relacionadas con los sonidos de los vehículos que «[Las sirenas] silban estremeciendo la
y demás máquinas, son verbos propios de sensitiva piel del aire» (Díaz, 2009, pp. 34-
los animales salvajes: rugir, aullar, gruñir. 35), se arma un conjunto de expresiones

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que responden a un concepto metafórico co- En Rojo, el campanario ya no emite so-


mún que se puede clasificar como opuesto al nidos de júbilo, como en Blanco, sino notas
anteriormente enunciado: La naturaleza es tristes y conmovedoras. El sonido de este
víctima de la tecnología. En esta naturaleza elemento simbólico en el pueblo funciona
están incluidos los hombres que la habitan como referente de un estado de cosas que
en un estado que se podría denominar de ha cambiado. Las sirenas de alarma son
pasividad, pues no intentan dominarla ni humanizadas para transmitir sentimien-
explotarla como lo harán los extranjeros. tos de urgencia y dolor, en concordancia
con el ambiente de emergencia que hacía
• El sonido transformado que las mujeres gritaran un llanto des-
garrado. Esta última imagen –«con des-
La nueva forma de vida produjo un cambio garrada fiebre»- está muy bien lograda
que se volvió costumbre. Así, el narrador para describir el dolor, la desesperación y
afirma: «El pueblo todo, de un confín a otro, la desesperanza de las madres y esposas
estremecíase en un trueno constante» (p. que quedaban desamparadas ante el po-
66). Esta imagen metafórica usa el sonido der del fuego. Rojo es ese fuego, que no es
atronador como una descripción para la nue- más que el hijo bastardo de la explotación
va forma de vida. Esto aunado al sobresalto petrolera.
que el trueno produce, da una sensación de En Negro, el sonido de la voz juega un
alteración constante ocasionada por la ex- papel importante a la hora de destacar
plotación petrolera. El sosiego queda en el la razón de ser de su nombre, la discri-
pasado. minación racial. Desde la experiencia de
Cada uno de los nombres de las cuatro par- Enguerrand Philibert el narrador cuenta
tes de Mene es un símbolo de los aconteci- cómo la entonación dada al pronunciar
mientos que se producen. Rojo es el símbolo una palabra puede marcar la diferencia.
de la tragedia, de la sangre y el fuego, de los Además, sitúa al lector en la perspectiva
accidentes ocasionados por la industria. En del otro, el recién llegado que habla otro
esta sección de la novela ya la transforma- idioma, el de los poderosos, pero sin tener
ción es un hecho: la posición social ni la autoridad de estos.
A todo lo largo de la zona petrolera vibra- La primera palabra cuyo sonido afecta al
ban las sirenas de alarma, urgentes y dolori- personaje es maifrén. Así llaman los loca-
das. Las campanas del templo, agitadas por les a los negros extranjeros que llegaron a
manos desconocidas, desgajaban sus racimos trabajar en la industria. Philibert reflexio-
de notas, conmoviendo el corazón de la no- na sobre ella, porque su sonido proviene
che. Las cornetas de los vehículos cortaban del inglés, my friend (mi amigo), pero la
el viento a lo largo de las calzadas. Y era una entonación que le dan lo hace pensar que
interminable romería de gentes locas, heri- hay una confusión semántica y pueden
das por el dardo de la tragedia.
creer que significa gorila o algo parecido,
(…) otorgándole un dejo de desprecio.
Nuevamente experimenta el personaje
Alaridos de mujeres histéricas estremecían una sensación amarga cuando es expul-
la vasta oquedad de la sabana. Llamaban a sado de una compañía: «Get out! ¡Negro!»
sus hombres y a sus hijos con desgarrada fie- (Díaz, 2009, p. 99). Entonces reflexiona so-
bre. (p. 82)
bre la palabra y sus formas de expresarla:

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Negro. Cierto. Pero ¿por qué enrostrárselo que significa ser ciudadano, cambian los
con aquella humillante entonación? Cosas sonidos del lugar. No es casual que el autor
de los blancos. resalte este hecho en la inauguración de
una escuela, símbolo de progreso y civili-
(…)
dad: «El día de la inauguración… la música
¡Negro! ¡Negro! ¡Qué cosa! También Phoebe sonó distinta. Himnos, discursos, cantos
le llamaba Negro. Y sus camaradas. Y su escolares. -Nada de esto se hizo cuando “el
madre misma. Pero, ¡cuán distinto dicho por chorro”» (Díaz, 2009, p. 125)
sus labios queridos, de negros! Lo mortifi- El regreso del padre Nectario al pueblo es
cante, lo doloroso era la entonación del blan- de vital importancia para cerrar el ciclo de
co. Había dicho negro con toda la boca, con la narración, la cual termina en el punto
toda la hiel: NEGRO (Díaz, 2009, p. 100). donde empieza, en el pueblo de Cabimas con
El viaje de este personaje a Lagunillas sus pobladores más ancianos conversando
sirve como pretexto al narrador para dar sobre los cambios acaecidos en el lugar. Un
muestra del estado de ruina moral en que se cotejo importante realiza el sacerdote cuan-
encuentra el pueblo menoscabado, aún más do, reencontrándose con la iglesia, reflexio-
que Cabimas. Este extravío es constante- na sobre los libros de registro de bautizo de
mente imputado al petróleo como elemento los habitantes de la ciudad, y cómo a través
influyente del mal. El pueblo todo era un de ellos se puede establecer el momento en
ruido constante: los hombres conversan a que todo cambió, no sólo por la variación
gritos, a la música se la califica de infernal relevante en los nombres de los bautizados,
y a las risas de agresivas. El tormento es sino también por la sustitución del color del
advertido por Philibert a su llegada: «En los papel y el volumen de los libros.
oídos de Enguerrand seguían atropellándo- No obstante, es la transformación en el so-
se los ruidos del pueblo. Le fusilaban desde nido de los nombres lo que le permite al Pa-
los flancos de la planchada.» (Díaz, 2009, dre reflexionar sobre la mudanza del pueblo
p. 104). Nuevamente el sonido es violencia, todo, y es precisamente este elemento lo que
fusila con su agresividad. le sirve al narrador para lograr la metáfo-
El punto álgido alcanzado en Negro ra de sinfonía que establece la alteración.
desciende en Azul, y en tono reflexivo se Pensando en los libros, el narrador agrega:
evalúa esas «épocas de derroche y ruido» En ellos hallaría la pauta de la desgarrado-
(Díaz, 2009, p. 125). Se empieza la bús- ra sinfonía que iban ejecutando afuera, en
queda del equilibrio de un ritmo agitado. ese mismo instante, los chóferes de los au-
«Del estruendo discordante de aquellas mu- tomóviles, los constructores de edificios, los
chedumbres atolondradas, se pasaba por el perforadores de pozos de petróleo, los cómi-
tamiz del dolor al reposado compás de una cos, los boxeadores, los mil y un charlata-
ciudadanía…» (Díaz, 2009, p. 124) Al es- nes de todas pintas que colmaban el pueblo.
tablecer la comparación, se infiere que en (Díaz, 2009, p. 135)
la primera época de explotación petrolera, Este es el nuevo estado de cosas en Ca-
época donde todo era ruido, no había lugar bimas, y, a pesar de lo desgarradora que
para la ciudadanía. resulta la sinfonía para el cura, para el
Tenía que pasar el febril momento para pueblo esto es la nueva normalidad. El jo-
que este nuevo estado de conciencia se pro- ven hijo de Marta y Joseíto Ubert encarna
dujera. Al cambiar el estado de conciencia esa nueva regularidad en su encuentro con

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el ya viejo Narciso. Este le pregunta por Oriental del Lago de Maracaibo, Venezuela.
el significado de un lejano silbido, a lo que El cambio se produce desde muchos flancos,
responde el niño: «El pito de la compañía. pero el auditivo es particularmente relevan-
Son las cuatro». (Díaz, 2009, p. 154). Esta te, y la novela está repleta de ejemplos de
respuesta es trascendente si pensamos que cómo el nuevo sonido juega un papel deter-
la noción del tiempo también cambió con el minante en la vida del lugar.
inicio de la explotación petrolera y la inje- Se pueden extraer conceptos metafóricos
rencia de las compañías en la vida pueble- que rigen el pensamiento sistémico de la
rina. Un sonido, el pito, forma parte de la narración como lenguaje creador de metáfo-
cotidianidad y se convierte en algo habitual, ras, siendo las principales que las máquinas
hasta llegar a parecer para los más jóvenes, son animales salvajes y la naturaleza es
incluso natural. una víctima indefensa. Esta idea orienta la
Una frase que un octogenario dirige en narración de Mene, cuya linealidad tempo-
respuesta al asombro del cura resume el ral termina siendo un ciclo que se completa
cambio perturbador que se ha querido ex- desde la intervención en la obra del sacer-
plicar a lo largo de estas páginas: « ¡Virgen dote y el jefe civil, a través de su diálogo al
Santa! ¡Cómo ha cambiado esto!», y el an- final de la novela, años después del suceso
ciano le replica: «Como del cielo a la tierra»”. que da origen a la explotación del petróleo.
(Díaz, 2009, p. 135). El símil que incluye Rememoran los cambios que sufrió el pue-
elementos religiosos establece, además, una blo, y se lamentan como si de un paraíso
diferencia entre el estado pre-petrolero ―co- perdido se tratara.
mo el cielo, libre de pecados, puro, inocen- En Venezuela, la metáfora ha ido de la
te― al estado petrolero ―la tierra, pecadora, mano del petróleo desde el comienzo. Pérez
mundana―. (2011) afirma que el petróleo es hoy en día
un símbolo de una cultura, y las imágenes
Conclusiones que lo abordan son esencialmente metafó-
ricas:
ánchez logra llevar la novela realista a un
[…] excremento del diablo en las peores épo-
nivel más elevado, expresivamente hablan- cas, cuerno de la abundancia para los opti-
do, en cuanto al uso efectivo de las imáge- mistas. Negro señuelo, espejismo de riqueza
nes, especialmente la metáfora, para lograr efímera, durante las crisis económicas. En
producir efectos narrativos eficaces para ocasiones, humanizándolo, se lo define como
el lector. Esta característica es una conse- un gigante con pies de barro, o como un suje-
cuencia de las influencias recibidas de las to con capacidad de provocar las más varia-
vanguardias emergentes en la época que das desgracias… (Pérez, 2011, p. 15).
resultan determinantes para el autor al El excremento del diablo es una clara con-
momento de plasmar su discurso escrito. traposición del paraíso. Aquel es el culpable
Las imágenes auditivas y las metáforas de la destrucción de este. La congruencia
son elementos esenciales en la construcción en las imágenes reafirma lo que explican
de la historia, que tiene como una de sus Lakoff y Johnson (1980), las metáforas
motivaciones principales mostrar al lector trascienden el lenguaje literario y reflejan
el cambio trascendental que constituyó el un sistema conceptual cultural, es decir,
inicio de la explotación petrolera en Ca- dan cuenta de cómo la sociedad entiende y
bimas y Lagunillas, pueblos de la Costa percibe el elemento.

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Representación literaria del cambio perturbador sonoro en la novela Mene de Ramón Díaz Sánchez

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