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ENTRE CANÍBALES

revista de literatura
Año 2, n.º 8, junio 2018

[entrevista]
Julio Ramos

"DESENCUENTROSDE LA MODERNIDAD
EN AMÉRICALATINA COMENZÓ COMO
UN TRABAJOSOBRE JOSÉ MARTÍEN
NUEVAYORK, A PARTIRDE UNA LECTURA
DE LAS CRÓNICAS MARTIANAS''

Laenrrevistafue realizada el martes 8 de mayo en el cuarto piso del


GraduareCenter de la City University of New York. A continuación,
presentamoslos fragmentos de la entrevista que hemos considerado más
relevantes.Ante cualquier posible malentendido, debido a la inevitable
dcsconcextualizaciónde las declaraciones, remitimos al lector a su versión
íntegra(entrecanibales.net).
JulioRamos, profesor emérito de la Universidad de California en Ber-
keley,es autor de varios libros de crítica literaria y cultural: Desencuen-
trosdelamodtrnidad y políticaen el sigl.oXIX
enAméricaLatina:literatura
(1989),Paradojasdelaletra(1996, 2006),Latínoamerica~ismo a contrape?o
(2015),entre otros. Ha editado una importante selección de los escn-
tos de Luisa Capetillo, escritora y activista anarq~ta p~ert~rriqueña.
Asimismo,
ha recibido distinguidos premios por sus mvest1gac1onespara
distintosdocumentales.
11 • Natalia Castroy Alexis lparragufrre

Maria Huamán Koc


• c. ' ()

~ !NTELECTUALES
MODERNISTAS
l\, •• , D entros de la moder-
'<.Ul.steramos empezar hablando de esencu h •d el
nidaJen América La.tina, un libro clave sobre lo ~ue a st o -
1M ld derrustaS, en espe
r•pe e los intelectuales genéricamente 010 al d fi ales
ciald J • es cultur es e n
e osé Martí, en las ttansformacion b'ó nuestra
de sigl0 l'b
1 que caro 1
. XIXlatinoamericano. Es un ro dicionalmente
ltlirada sobre una vida intelectual señalada tra b ,· hoy día?
0
torno txotista v e_ct-P.rlci~ta. ,C6mo mira ese tra ª
-----------
ENTREVISTAA JULIO RAMOS
------=~-~-----------------
~24~0

maticesharía?¿Enqué se reafirmaría?¿QuéJesigu .
.l"l1 ,
t'<-ue i> e lllte-
resandodel tema.

Desencuentros de la moderni~ es un libro que se publicóhace


30
años. Yo les agradezco much1s1mo a ambos y a la revista Entre ca-
níbales la invitación a conversar sobre él. Fue un texto que inicial-
mente comenzó como una disertación doctoral a comienzos de los
años 1980. En cierto senti-
do, registra los cambios en «e omenzar con una
el campo de los estudios
literarios hacia mediados
dislocación de ese tipo,
de la década de los ochen- con una figuracomoJosé
ta, aunque creo que algunas Martí,exiliadaen Nueva
de sus hipótesis aún tienen
vigencia. Se publica en el
York,suponíaya una
ochenta y nueve, pero la di- discusión distinta sobre
sertación misma (que la ha- el modernismo
bía dirigido Sylvia Molloy
en la Universidad de Princeton) contó con interlocutores realmente
extraordinarios como Arcadio Díaz Quiñones y Antonio Prieto, y
también Josefina Ludmer, entre otros lectores a quienes recuerdo
con mucho afecto y agradecimiento. Todos fueron fundamentales
en ese proceso para llegar a las preguntas de Desencuentrosde la
modernidad, algunas de las cuales tuvieron también que ver con los
cursos y conversaciones con Ángel Rama en Princeton en 1980.
La investigación comenzó como un trabajo sobre José Martí
en Nueva York, a partir de una lectura de las crónicas martianas,
que poco a poco me fue llevando a una serie de preguntas más am-
plias sobre el papel del intelectual en la ciudad moderna. También
sobre las coyunturas de cambio de fin de siglo, que suponían una
reorganización de los modos en que la literatura se autorizaba,no
solo en Nueva York, sino en los países latinoamericanos. El hecho
de que Maní fuera un punto de entrada al siglo latinoamericano
-Martí, como saben, vivió en Nueva York desde 1880 haSta su
muerte en 1895, ya de regreso en Cuba, muere en la gue~r~-d•
Comenzar con una dis1ocac1on . , de ese t1po
. con una figura exilia
d a
e~ Nueva York, suponía ya una discusión distinta sobre el mo er;
n1smo y , l
• ' asi, e proyecto fue encaminando estas pregun
tas a una
P()R NATALIACASTROY ALEXISIPARR.AGUIRRE 241

~
ealoafas e intersecciones entre literatura y poder, litera-
. de gen t>- 1 l . . p . 1
5er1e f,scado,en el sig o XIX aanoamencano. or e;emp o, el libro
~ _Yozacon la lectura de figuras como Sarmiento y Andrés Bello,
co!ll1ed cuestiones que tenían que ver con las representaciones de
acer~ e da cultural y los legados coloniales en la época temprana
ladif~dación de las repúblicas latinoamericanas. Esto conllevaba
de1a tas sobre las relaciones del Estado y la lengua, y los cam-
p~e~ofundos de la literatura finisecular (a partir de las lecturas
dbws P
Martí, de Dano, , de G utterrez
•, N,a;era,
• e
d e asal y otras figuras
i;encificadascon el Modernismo). Esa es la historia, en términos
muygenerales,de aquel proyecto.
L\LITERATllM,ELMERCADOYELEsTADOENELMODERNISMO
----
Sobreeste tema, está estableciendo u.na relación entre literatura
y Estado, pero también introduce al mercado. Con esto, rompe
con los binarismos generacionales de los poetas más jóvenes, los
modernistasy escritores como Sarmiento o Bello. Ellos introdu-
cen un tercer eje, la del periodismo y el mercado. ¿Podría hacer
una exposición un poco más amplia de la triada que se forma?

Sí, es una pregunta muy interesante y es probable que algunos in-


vestigadoresmás recientes del siglo XIX hayan elaborado estrategias
distintas ante la pregunta sobre el mercado y sobre su relación con
los escritores. No solo con la política en el sentido estatal, sino co~
los mecanismos de le-
"Larelación entre gitimidad social, que le
modernismoy mercado ya garantizaban a la litera-
tura (a la escritura, en
la notaban los escritores términos más extendi-
mismos que comienzan dos) una autoridad muy
a tener que lidiar con la amplia y pública en las
sociedades anteriores al
situación de subsistencia último cuarto de siglo.
Este es el periodo en
~ue la historiografía ubica el momento de cambio. Hay debates
l~teresantes en la bibliografía más reciente sobre el mercado; ~or
eJemplo,pienso en los trabajos de Víctor Goldgel Y Marce! Velaz-
ENTREVISTA A JULIO RAMOS
--~~~:.:.:....::..:..::.------------
242

sobre un pen•odo anterior de la modernidad. Ambos traba-


quez, . décadas del siglo XIX y reconocen ya condiciones
jan las pilnmderaslescritura. No había que esperar hasta 1880, que
mercant es e a . . . d u1
e h la que vanos h1stona ores -tanto e turales como
es la rec a en b. B
literarios- identificábamos con este cam 1?. ero _radenaquel mo-
mento, por cl•erto , se daba una relectura mas l ampd11a el modernis-
mo. Esa relación entre el modernism~ y e m~rca o se había notado
antes de Desencuentrosde la modernidad. Pnmero, la notaban los
escritores mismos que comienzan ya en sus vidas a tener que lidiar
con la situación de la subsistencia, sin las garantías históricas de su
clase O de la herencia, o del papel de gestión estatal que, hasta la
generación anterior, habían cumplido.
Entonces, había muchos indicios de que el mercado era un
elemento importante. Pero fueron críticos (de una generación bas-
tante anterior a Desencuentros)como Ángel Rama o David Viñas,
en Argentina, quienes empezaron a señalar la importancia de la
profesionalizadón del escritor y el cambio en los roles sociales de la
literatura, ya sometida a ciertas condiciones del mercado. Esto, por
cierto, se notaba más en el periodismo que en otras formas literarias e
y poéticas. Sin embargo, la poesía también está abierta al cambio d
profundo que representa el fin de siglo. Hay un verso de Martí que d
siempre recuerdo: "Ganado tengo el pan: hágase el verso". Es un
ra
verso que escribe en Nueva York. Esa cierta idea de la poesía como
elemento en la vida
de estos escritores <¼ngel Rama y David Viñas
st
Pº erior al trabajo fueron quienes empezaron a
más cotidiano de la
crónica y del perio- señalar la importancia de la
dismo, suponía la prof esionalización del escritor
n
SubsiSCeciª (ganado
tengo el pan). No
y el cambio en los roles
por casualidadla crí- sociales de la literatura
tica más normat' d I . . /
el g / . . iva e modernismo identificaba la poes1a como
enero pnvilegiad0 bl / /.
modernistas.
• Azul p Y em ematico de las discusiones esteucas
lh / 1 . 11
de Jo , M , ' rosasprofanas de Dano, o el mismo Ismae1,tu,o
. se art1 (texto base . . . . -
lista. Ismael h.. d ante anterior), de gest1culac16norienta
hijo legfrim~ dlJ°&e Abraham con Agar, es el primero, pero no e;
e raham Y Sara. Esa identificación del hijo, en e
POR NATALIA CASTRO Y ALEXIS IPARRAGUTRRE
243

oemario lsmaelillo,con una problemática sobre la paternidad y


~obrela legitimidad de la poesía misma, ya ubicaba a Marcíen una
discusiónmoderna y contemporánea sobre la crisis de autoridad y
"Laentradapor .el repliegue de la poe~ía al me-
nos tal como se hab1a conce-
la crónicaera una bido hasta entonces. También
estrategiaparadójica el prólogo que Maní escribe
deaproximaciónhacia al ((El Poema del Niágara" del
venezolano Antonio Pérez Bo-
el modernismo nalde en Nueva York (1881)
se puede leer como una poé-
tica sobre la crisis de la literatura en la modernidad. Así, la entrada
por la crónica era una estrategia paradójica de aproximación hada
el modernismo. Implicaba entrar a una serie de formas que históri-
camente habían sido devaluadas tanto por los escritores mismos (ya
que era su forma de subsistencia) como por la historiografía nor-
mativa modernista que tendía generalmente a privilegiar la poesía.
Algunas de estas discusiones sobre el trabajo del periodismo y
el supuesto ocio de la poesía habían sido ya sugeridas por investiga-
dores como Ángel Rama. Otra figura importante en la renovación
de las lecturas del modernismo fue Noé Jitrik. Ellos habían elabo-
rado aproximaciones a los efectos de la división del trabajo. Esto
implicaba un cambio desde el mercado ante la autoridad política
Y la función político-estatal de la literatura (que no es la misma
de la política). Así, esa llamada triada se va articulando en algunas
hipótesis de Desencuentrosde la modernidad. Por otro lado, una de
las contribuciones de este libro fue la insistencia en el papel de la
forrna en los debates sobre la economía literaria. Pero también en
los debates sobre la ideología en las relaciones de poder. La cró?ica
era un lugar paradójico para estudiar la forma, porque es u~ gene-
ro muy híbrido. Es un género muy problemático en térmi~os de
~osesquemas genéricos de una historiografía europea. Ha~ia que
u-pensando cómo esta hibridez supone incluso una parado)~ para
el acercamiento a la poesía. No creo que sería exagerado dec1r~~e
hayzonas d e la poet1zac1on , • Y de Ja experimentac10n
. . , d e la cron1ca .
forrnal en la fluidez de la crónica que anticipan ciertos element~s
de 1a poes1a , posterior. Por ejemplo, Ia temporal'dad
1 de Ja poesrn
Vano., ..._d. · rada por la norma
~"bl.&41 Jsta o la sintaxis mucho menos reg1men
111
ENTREVISTA A JULIO RAMOS
244~----~~~~~-----------

,cica de su época. La crónica daba espacio no solo a acercarse al


poe . a analizar el impacto de. estas nuevas condiciones sa-
mercad o, sino
cialesen la lengua misma y en el trabaJ? de la lengua y la percepción
que prac tl·caban los escritores modernistas.

LACRÓNICA MODERNISTA
Nos hace pensar en la crónica El Puente de Brooklyn o en "Co-
ney Island" de Martí. Pensábam~s tambi~~ en que la crónica
no es solamente un lugar de experunentac1on sobre el lenguaje;
sino también un lugar de reautorización de la poesía. La poesía
no solo como un discurso estético; también como un discurso
pedagógico {una preocupación central de Martí). Pensábamos,
además, en la poesía como un discurso autorizador -desde
la propia instalación de la colonialidad en Latinoamérica- y
cómo una y otra vez los intelectuales latinoamericanos vuelven
a ella. Uno pensaría que el género que se asienta en el mercado,
por su difusión o por su masividad al comienzo del siglo veinte,
debía ser la novela o la narrativa {que se emparentan con otras
formas de la prosa). Entonces, la pregunta sería: ¿qué relación le
despierta ese reposicionamiento de la poesía a comienzos del si-
glo XX. Preguntamos "N , d
esto, sobre todo, O creo que seria exagera o
porque Ángel Rama, decir que hay zonas de la
u.no de los críticos poetización de la crónica y de
con quien usted más 1 , e I
ha dialogado, tiene a a experimentacion 1orma
esa poesía como uno en la fluidez de la crónica que
del los signos de la anticipan ciertos eleme,nt,os
co onialidad y de la d l , .
ciudad letrada, que e a poesia posterior
él ?1uestra como un dispositivo de control y de poder. ¿Cuál
seria el movimiento que permite el tránsito de una poesía ~on
es~~ de poder a una con dispositivo de emancipación Y 1ibe-
rac1on?

O bde_ crisis de la subjetividad. Sí por un lado hay una zona díel


tra ªJº poé • d ' ' b, Dar o
ttco mo ernista, incluso, en figuras como Ru en
1
POR NATALIA CASTRO Y ALEXIS IPARRAGUIRRE
245

GutiérrezNájera en México, donde la elaboración sonora de la


0
esíase puede leer en función (yo no diría pedagógica), pero sí en
Pº . . ., . E
funciónde una comunicac1on masiva. sto aparece a veces tema-
tizado en la poesía en refe-
''Lapoesía modernista rencia a la música: Eulalia,
la marquesa Eulalia ríe, ríe.
siguefuncionando con Ahí hay ciertas referencias
criteriosmétricos y a un horizonte de la musi-
rítmicos.La crónica calidad, que puede verse en
términos del cambio o sur-
no está sujeta a las gimiento de un nuevo tipo
mismasnormas de ese de lector y lectora de fines
,.
regunen del siglo XIX.Lo mismo creo
que se puede decir sobre
GutiérrezNájera. Por cierto, José Emilio Pacheco, en una de sus
investigacionessobre modernismo y antologías del modernismo,
llegaa decir que el modernismo es el antecedente de Agustín Lara y
delbolero; y en México, claro, es probable que estuviera pensando
en la mediación de Amado Nervo, una figura mediadora entre los
estratoso jerarquías del campo literario, algo que también se da en
otrospaíses, especialmente en el género de la novela.
Entonces, no creo que lo que Rama llamaba las circunstancias
económicasdel arte y la literatura tengan géneros ideales, sino que
afectancomo condición material el trabajo y la producción literaria
e~ todas sus facetas y formas, aunque de modos desi~ual_es.P~r
eJ~mplo,la poesía modernista sigue funcionando con entenas me-
tr_icosY rítmicos (un régimen que regula el valor poético). ~~ eró-
rucano está sujeta a las mismas normas de ese régimen, el regimen
de sensibilidad (en el sentido de Ranciere y de mucha otra ge~te
q~e buscaba entender el impacto de estas normas en la circulacwn
?115ma Y en el trabajo formal de la literatura). Es una pregunta muy
interesante. Nos daría para seguir conversando sobre la novela, que
esun +,,,,era ver las zonas
caso aparte. Pero el proyecto de Desencuen,,,os .,
de porosi'dad en estas dicotom1as , . , .
h1stoncas Y en
tender la relac1on
entre cron1ca
, · y poesía desde otra aproximacion.
• •'
ENTREVISTAA JULIO RAMOS
246

LAPROFESIONALIZACIÓN
DEL ESCRITOR

Queríamos aprovechar el esquema que usted plantea en torno


la profesionalización del escritor. y e! tr~sito. (de ida y vuelta)
que este realiza entre la extrema 1nstltuc1onalidad y el extremo
mercado, y los lugares intermedios. Esos escritores que tienen
que ganarse el pan, pero a la vez plantean y proponen unos
marcos sensibles, unas nuevas sensibilidades -lo que Afexis
comenta ba so bre "gwar• a 1as masas" -. y quer1amos
, pensarlo
como un punto de fuga hacia su trabajo más reciente. Esdecir,
¿hay algo del libro Desencuentros que de alguna manerale haya
llevado a estudios que realiza sobre underground latino en Nue-
va York?Supongo que la elección de Nueva York no es casual,
pues es una constante en su obra, incluso en la antología que
está presentando sobre subjetividad y drogas en la cultura.

Una de las críticas a Desencuentrosfue que, a pesar de que había


cierta genealogía muy crítica de la institución literaria (que en aquel
momento suponía asimismo un cuestionamiento que me distancia-
ba ya de la categoría del letradode Rama), a pesar de que habíaun
intento por cuestionar los límites diacríticamente constituidos de
la institución literaria
y los modos en que la e~ pesar del intento por
literatura se consolida cuestionar los límites
. .,
en opos1c1on a otros
discursos (el periodis- diacríticamente constituidos
mo y los emergentes de la institución literaria
medios de masa) a pe- y los modos en que la
sar de todo esa crítica,
todavía no había una
literatura se consolida,
investigación sobre en Desencuentros de la
autores alternativos) modernidad aún no había
aún no había una in-
vestigación sobre otros
una investigación sobre
saberes o medios. Es autores alternativos
decir, la aproximación
0
de la crónica ya apuntaba -viéndolo desde ahora- ª un ~s
expandido de la discusión literaria. De hecho, uno de los capit
POR NATALIA CASTRO Y ALEXIS IPARRAGUIRRE 247

a "Límites de la autonomía". No es nada casual, en-ese sen-


se
·dUa.m ue los erab aJOS
• d e C ar los M ons1va1s,
• ' • 1nc
• luso su antología de
0 0 ', ~ca titulada A ustedes les consta, fuera clave para el estudio de
lacron1 ' . •
formasmarginales de la literatura que problematizaban la no-
~:asmismade autonomía literaria y desbordaban las clasificaciones
c1on genéricas. En esa época, ya
las aproximaciones al mo-
''Cuando se publica la dernismo discutían la cues-
ediciónde los escritos de tión de la autonomía litera-
LuisaCapetillo,se había ria, la relación entre estética
intensificadoel debate y política, las tensiones en-
tre la exigencia de estos dos
sobrelas literaturas campos de autoridad. Pero
(llamadas)menores todavía el archivo con que
se trabajaba en Desencuen-
trosno incluía otras escrituras u otros medios y esa fue una de las
críticas,por ejemplo, en una reseña de Antonio Cornejo Polar, una
delas primeras notas que se escribieron sobre el libro.
De hecho, la investigación que hice inmediatamente después
deDesencuentrosde la modernidad, a finales de ochenta, sobre la
anarquistapuertorriqueña Luisa Capetillo fue una antología con
unaintroducción extensa e implicó un trabajo alternativo de archi~
vo: prensa obrera anarquista, por ejemplo. Allí creo que ya había
una reflexión más expansiva, que consideraba el papel de la lite-
raturaen otros mundos y en otras esferas de sentido, en este caso,
la cultura proletaria, desde la inflexión de una escritura feminista
(~apetillo fue una de las primeras escritoras anarquistas del Ca-
ribe).Era una discusión, especialmente en los años noventa, que
comenzabaa intensificarse y a cambiar la orientación, no solo e_n
el cue5rionamiento de la literatura como principio de coherencia
! de valor, sino en la construcción de nuevos objetos de lectura _e
1nvest1· ·, d' l ' eros de la insn-
t . , g~c1on,que no correspon 1an a os p:r~me . . ,
1
ucionliteraria. Por eso agradezco aquellas cnncas de mi !~ro: _Si,
son , • • d • " tor das1co
l . cronicas, pero todavía era M_artí) es ecu, un au , ,
att?oamericano, me decían algunosJp~e~locutores. S1, hab1a en
lalibro el proyecto de dislocar a Andrés J3elloen los ·debates sobre
el
len d An'd,,., B llo Entonces, ya
gua, pero todavía se trataba e res e ••• . d
en el noventa y uno, ~uando se publica la edición de los escnros e
-----~". _:_,___~------
ENTREVISTA A JULIO RAMOS
248

. . 0 había intensificado el debate sobre las literaturas


11
Lwsa Cdap)etl ' ses Ese fue uno de los modos de articular lo que
(llama as menare . ., .
en aquellos años, ya en diálogo con algunas cornen-
estaba pasand ° • 9
·os
res de 1os est u dl
culturales y el subaltern1smo en 1 91.

"
LAIDEADEL "I.ATINOAMERICANISMO
Del canon de entre siglos, parece que hay algunas constantes
que funcionan como ensamblajes en su trabajo: el exilio, los
mapas y la desterritorialización de los artistas que estudia. Hay
una Latinoamérica postulable o pensable por todos estos pro-
tagonistas desde el siglo XIX hasta quizás el XXI. Hay un mapa
muy notable de Latinoamérica y de lugares relevantes de "lati-
noamericanismo", en Desencuentros, que pasa por Nueva York
y por Cuba; pero también por los circuitos de Buenos Aires y de
México. ¿Esta Latinoamérica, "intelectualmente activada'', de
pensadores viajeros en el exilio continuó operando para usted
como una forma de pensar su investigación? ¿Se ha desplazado
hacia otras direcciones? O para ponerlo en claro: •es el "latinoa-
~ericanismo" .una herramienta útil para seguir ~ensando hoy
día en el trabaJode Julio Ramos?

Creo que _unod~'los momentos en que a mí se me hizo más extrema


la par~dop del latinoamericanismo" fue en la lectura de un libro
maravilloso de Flora Tristán
llamado Peregrinaciones de
unap aria, • don de ella relata "Flora Tristán,
el__
regreso al país natal como aunque es una figura
~IJa natural. Por una cues- excéntrica, tematiza el
tión
p , de legitimidad . .
, v1aJa al
eru después de la m tema de la autoridad Y
del uene
padre en Francia con l la necesidad de crear
finde solicitar una heren .e
Allí h c1a. otros parámetros otra y
ci, ay una compleja rela-
on entre una m·1·
gran . 11tante y
noción de literatura para
Eu escritora, formada en
ropa y u .
muJ·eres
, na intelectual al • · o
en su época Ell ternativa con bastante reconoc1rntent
• a regresa al p , ~A j río de
POR NATALIACASTROY ALEXIS IPARRAGUIRRE 249

uipa.Hallamosla singularidad de Flora Tristán, que escribió


A.feqancés,no en espano ru·
,. 1; que era Jª natur al de peruano (porque
0
en rpadres no habían formalizado el matrimonio). Pero ella siem-
sus
, pre se pensó como
''Dealgúnmodo me parec1a peruana. De algún
queen Peregrinaciones modo me _par~cíaque
deunaparia había una en Pere~tnaczo,nes de
, . una paria ha61a una
genealog1a alternativadel genealogía alternativa
latinoamericanismo del ((latinoamericanis-
mo" -o al menos de
lascondicionespara hacer una historia alternativa del (Clatinoameri-
canismo"- que tenía que ver con un pensamiento que recorre los
límitesde un campo de identidad y un campo de representaciones.
El debate sobre el <'latinoamericanismo" se intensificó a me-
diadosy fines de los años 80. La discusión era: ¿de qué Latinoa-
méricaestamos hablando?, ¿quién está autorizado para represen-
tar AméricaLatina? Cuando surge el concepto de América Latina,
generalmente,hablamos de América Latina en el mundo. Así, la
figurade Martí como autor de ((Nuestra América" -que por cier-
to se escribe en Nueva York-, ya suponía pensar estos mapas del
"latinoamericanismo";y, con esto, discutir lo que en aquella época
erauno de los modelos de interpretación poscolonial (alrededor del
librode Edward Said de finales de los 70). Ya teníamos entonces la
relacióncompleja de los discursos de representación cultural y la
ideadel otro «oriental" en el mundo árabe. El "latinoamericanís-
mo»introducía una paradoja extraordinaria. Se trata de archivos
Ydiscursosproducidos no sólo desde el «norte", sino también por
latinoamericanosen situaciones de viajes de exilio o de inmigracio-
nes que se encargan de hablar globalmente sobre América Latina.
Asípasana cumplir -esto me parece importante recordarlo- ~na
funciónde mediación, no solo en el interior de América Latina, sino
como «reguladores" de los diálogos transnacionales en un m~do
cambiantecomo el de fines del siglo XlX y sus décadas po 5re_nor~s.
Efe:tivamente, habría una estrategia de leer el "latinoamen~anis-
rno -no desde los contenidos de identidad o de sus po 5 rulaciones
ontológicas>sino desde la pregunta por el poder que le ocorga ª
los sujetos esa representación y la paradoja de las dislocaciones de
ENTREVlSTAA JULIO RAMOS
250 __ --~~~:.:...:-.-<~---------
--
. . hacen posible los discursos de la identidad-.Fl
estos v1aJeSque r d fu . l ora
Tristán en cambio introduce un~ '.ne~ ; ") g~, me us~ otra lengua,
Pensemos en tres grandes princ1p10s ~ alnno~encanismo": 1)
de dónde eres; 2) qué lengua hablas, como a escribes y en qué re-
gistro· y 3) cómo ce ubicas "H b ,
anee ~n legado y un archivo a ria una
que el mundo debe conocer. estrategia de leer el
Son eres principios de entra- latinoamericanismo
da o de exclusión. Entonces, [ ] d d l
Flora Triscán, aunque es una ••• es e a pregunta
figura excéntrica, cematiza por el poder que le
el tema de la autoridad Y la otorga a los sujetos
necesidad de crear otros pa- .,
rámerros y otra noción de esa representac1on
literatura para mujeres... y la paradoja de las
realmente formidable. La dislocaciones de estos
cuestión del latinoamerica-
nismo luego fue el tema de viajes que hacen posible
trabajos muy discutidos de los discursos de la
Alberto Moreiras y Román identidad ',
de la Campa. También es-
pero leer pronto el nuevo libro de Fernando Degiovanni sobre los
latinoamericanismos veráculos.

LOS úLTIMOS TRABAJOSDE JULIO RAMOS

¿Le gustaría hablar de sus nuevos proyectos o por lo menos dar


una perspectiva panorámica de lo que está investigando ahora?

Natalia mencionó la antología que edité recientemente con un ami-


go y colega ecuatoriano, Lizardo Herrera, que está por publicarse
en Chile, sobre droga, literatura y farmacolonialidad,una antología
transdisciplinaria de textos sobre la importancia del tema de la d~o-
ga en la teoría cultural. Este trabajo colaborativo está ligado a m-
vestigaciones, por un lado, que llevo en marcha desde hace Yªalgu-
,.. Y que por cierto me han llevado a retomar la cue5tton
nos anos ·' del
· . ,
mod ern1smo, entre otros temas y preocupac10nes mas actu •
a1~ Me
refiero por ejemplo a un par de ensayos sobre la poesía de Fernaficlo
-------
paR NATALlACASTROY AL.EX.1S
IPARRAGUIRRE 251

WalterBenjamin, una especie de diálogo improbable, que


0
PesSª Yetapa inicial de mi investigación sobre droga, literatura y
• una
tue. de alteración sensorial. También tocaría, por cierto, al
regunendes Marcísobre el haschisch;varios poemas de Darío sobre la
nnemae
r-· ciónsensorialy que muchas veces comparte una historia con
~rera, •ca, con la idea ffilSma
¡3estet1
• de 1a aestests
• y 1a percepc1on.
•' Algo que
_usan Buck-Morsstrabajó con lucidez en una lectura de Walter
Benjamin.
Meinteresaentender algo contemporáneo de la condición
Jamacolonial del presente, en el ~ue la al~~ración sensorial no solo
aparece comoprotocolo de expenmentac1on (que puede ser arries-
gado, liberadoro conducente al tedio infernal de la adicción), sino
queapareceligadoa regímenes de inscripción del cuerpo en econo-
mías contemporáneas del
((Me interesa entender abandono. Por ejemplo,
algo contemporáneo de el papel de las drogas, no
digo solamente de las dro-
la condición famacolonial gas callejeras, sino de dro-
del presente, en el que la gas también llamadas le-
alteración sensorial gales (como la ritalina en
el síndrome de deficiencia
no solo aparece de atención y de hiperac-
como protocolo de tividad de los niños), son
experimentación, sino que productos farmacéuticos
que constituyen una di-
aparece ligado a mensión fundamental de
regímenes de inscripción la economía contempo-
del cuerpo en economías ránea, que ya no está solo
contemporáneas del ligada a aquellas experi-
mentaciones modernas
abandono que fueron can frecuentes
Tornás . en la litera~ura_~ partir_de
. de Qumcey.Tiene que ver ahora con la consntucion de cier-
~:llpodesubjetividaden redes biopolíticas, donde la droga cumple
papelen el gobierno de la vida y de la muerte. Y esto, claro, lleva
ª una reflexion
·, sobre otras dimensiones de la droga que no eSCa ban
tn aquel! d· .
t ª tra lClÓn literaria moderna que llega hasta 1os movimien-
. •
osconrraculcurales (estudiada, por ejemplo, por Germán Labrador
ENTREVISTA A JULIO RAMOS
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Gómez). O, aquí en Nueva York, en diálogo también con


. . ., b ¿·
trabaJ·os como la 1nvest1gac1onso re narco zteraturaque ha a1·
otros
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do Oswaldo Zavala, donde e peso esta puesto en las econom' d
re iza-
. . 1as e
la violencia. En cambio, me interesa entender mejor la dimens·,
más subjetiva de la adicción y del papel que el fármaco cumple e~º;
gobierno de la vida contemporánea, como una de las zonas dond
se escámqtea la distinción clásica entre naturaleza y cultura, entre1:
vida humana y la intervención farmacológica.

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l
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