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pH es una escala ideado para medir la alcalinidad o la acidez de una sustancia,
y nos indica el porcentaje de hidrógeno contenido en ésta.
Los alimentos se clasifican como ácidos o alcalinos en función del efecto que tengan en
el organismo después de ser digeridos y no en función del pH que tienen en sí
mismos. Curiosamente, los alimentos que, por naturaleza, son ácidos, una vez digeridos,
tienen un efecto alcalino en el organismo. Por ejemplo, el limón y el tomate es un alimento
alcalino ya que los minerales que se obtienen tras su digestión eliminan la acidez (iones de
hidrógeno) de nuestro organismo.
La acidosis es un desequilibro del pH (que desciende por debajo del nivel ideal) debido a
un incremento de los ácidos o una reducción de las bases. Vamos a a comentar a
continuación qué factores dietéticos y no dietéticos se asocian más frecuentemente con un
estado de acidosis y algunas posibles consecuencias de ese estado.
Los alimentos con alto contenido en proteína, como la carne, los quesos y el huevo, entre
otros, incrementan la producción de ácidos en el organismo. No es necesario eliminar
estos alimentos, pero sí consumirlos de forma moderada.
El efecto de los alimentos ácidos se puede equilibrar consumiendo suficiente fruta y
verdura ya que son grupos de alimentos que favorecen la alcalosis.
¿Qué es el pH en alimentos?
El pH es una medida cuantitativa de la acidez o la basicidad (también
llamada alcalinidad) de una disolución, que se usa para simplificar
expresiones complejas de la concentración de iones de hidrógeno. Esta
simplificación permite establecer una escala de valores para esta
medida que va del 0 al 14, en la que el número intermedio, el 7, expresa
un pH neutro. Este nivel de pH es el ideal para la proliferación de la
mayoría de microorganismos, aunque cada uno tiene un nivel mínimo,
uno óptimo y otro máximo para su crecimiento, pudiendo muchos de
ellos crecer lentamente a niveles bajos. Por ejemplo, la Listeria
monocytogenes tiene en un pH de 4 un nivel de condensación de iones
de hidrógeno suficiente como para empezar su crecimiento.
Mohos
Casi todos los mohos son capaces de crecer dentro de un amplio
intervalo de pH entre 3,5 y 8,0, aunque la mayoría prefiere pH ácido.
Hay que considerar, como ocurre con algunas bacterias, que los mohos
pueden alterar el pH de un medio no amortiguado gracias a las
sustancias que generan durante su desarrollo.
Bacterias
En este grupo de microorganismos podemos encontrar la Listeria, la
Salmonella o el Campylobacter entre otras habituales en alimentos y
generalmente son neutrófilas, es decir, que prefieren un pH neutro para
proliferar. Sin embargo, como se puede ver en la tabla a continuación,
hay casos en los que son capaces de desarrollarse con niveles de pH
muy ácidos, como el Staphylococcus aureus, la Listeria monocytogenes
o la Salmonella spp., por lo que entenderemos que estas bacterias estén
íntimamente relacionadas con alimentos ácidos como las carnes, los
pescados y los huevos (incluyendo la ácida mayonesa en el caso de la
Salmonella), y que en caso de usar la acidificación como barrera al
deterioro debe combinarse con otros métodos.
Cabe recordar que los rangos en estas tablas son orientativos, ya que existen
factores externos que determinan las condiciones de crecimiento en un pH
determinado, como la temperatura ambiental, la disponibilidad de agua, la
salinidad, etc. Fuente: FDA
Levaduras
El rango de pH para el crecimiento de las levaduras es mucho menor
que el de los mohos y las bacterias es de 3,5 a 4,5, aunque depende de
la presencia de azúcares, ácidos orgánicos y otras fuentes de carbono
de fácil metabolización. Soportan muy bien, por lo tanto, los medios
ácidos, y menos los alcalinos. El bajo pH de las frutas normalmente
ejerce de ambiente desfavorable para el desarrollo de bacterias, pero en
el caso de las levaduras y de los mohos, suele ser un entorno propicio
para deteriorarlas.
Como los mohos, pueden la mayoría usar como fuente de energía los
ácidos orgánicos del alimento o las bacterias acidificantes que pueden
aparecer durante el deterioro provocando que cambien las propiedades
físicas, químicas y organolépticas.
Ácidos
Si una solución tiene una concentración de iones de hidronio mayor que
el agua pura, tiene un pH más bajo que 7. Una solución con un pH menor
que 7 se llama ácido . A la vez que la concentración de hidronio
incrementa, el valor del pH baja. Por esto, mientras más baja sea una
solución ácida, más bajo es su valor de pH. ¿Alguna vez has probado el
vinagre? Como otros ácidos, es agrio. Los ácidos más fuertes pueden
causar daño a los organismos. Por ejemplo, el ácido estomacal corroería
el estómago si no estuviera envuelto en una capa de mucosa. Los ácidos
fuertes también pueden dañar los materiales, incluso los materiales duros
como el vidrio.
Bases
Si una solución tiene una concentración menor de iones de hidronio que
el agua pura, tiene un pH mayor que 7. Una solución con un pH mayor
que 7 se llama base . Las bases, como el bicarbonato de sodio, tienen un
sabor amargo. Como los ácidos fuertes, las bases fuertes pueden ser
dañinas para los organismos y dañar materiales. Por ejemplo, la lejía
puede quemar la piel y el blanqueador puede remover el color de la ropa.
Ácidos débiles
HO2C2O2H