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6to 4ta

Historia

Prof. Cintia Chamorro

Terrorismo de Estado

El terrorismo de Estado consiste en la utilización sistemática dela violencia a través del aparato estatal para
intimidar o eliminar a los disidentes, e involucra en ese terror a la mayoría de la sociedad civil. Se calcula que
con cada crimen cometido por el terrorismo de Estado se silencian a 1000 personas.
Los crímenes del terrorismo de Estado son de lesa humanidad, según el fallo de diciembre de 2007 de la
Cámara Federal porteña, es que “son cometidos en el marco de una acción masiva o sistemática, dirigida,
organizada o tolerada por el poder político” o “cometidos por el agente estatal en ejecución de acción
gubernamental o por un grupo con capacidad de ejercer un dominio y ejecución análogos al estatal”. La
diferencia en los crímenes del terrorismo ejecutado por organizaciones armadas sin conexión con el gobierno,
es que estos no son crímenes de lesa humanidad por que no están ejecutados por el Estado o con su apoyo. En
el mismo fallo, la Cámara Federal afirmo: “es equivocado sostener que los delitos atribuidos(a Montoneros)
constituyan crímenes contra la humanidad. Sin duda el error radica en confundir la pretensión de acceder al
poder político, que caracteriza a toda agrupación política-violenta o no-con el ejercicio del poder político, de
dominio sobre una población civil determinada.

Actividad
1- Explicar que es un crimen de lesa humanidad.

La detención-desaparición de personas
De acuerdo a la Ley 21.264 de Pena de muerte y Consejos de Guerra, la dictadura podría haber
procedido a fusilar a quienes considerada traidores a la patria o culpables de haber infringido, pero
prefirió asesinar clandestinamente, usando el eufemismo de la “Guerra Sucia”. Las tres armas
(Ejercito, Marina y Aeronáutica) se repartieron zonas, y planificaron las operaciones desde los más
altos mandos. Reclutaron también a “la mano de obra desocupada” de las bandas ultraderechistas que
operaban desde el gobierno anterior, como gente de la Tripe A y de la CNU (Concentración Nacional
Universitaria) que brindaría inteligencia y mano de obra para “trabajos sucios” en ciudades como La
Plata y Mar del Plata. Actuaban para la represión clandestina en Grupos de Tareas (GT), constituidos
por personal de distintas fuerzas armadas y policías.
Se comprometió a todo el personal de las Fuerzas Armadas en la “guerra contra la subversión “y se le
dieron tareas para que todos sintieran que estaban inmersos en esa renovación profunda del país
para eliminar al terrorismo marxista que estaba minando las instituciones y los valores morales y
cristianos de la sociedad argentina.
¿A quiénes secuestraban? A los sospechosos de trabajar por un proyecto de país diferente al que
querían los militares. Por ejemplo, en una capilla de la villa del Bajo Flores secuestraron después de
misa a dos sacerdotes jesuitas, Orlando Yorio y Francisco Jalics, y a ocho catequistas. A estos
catequistas que fueron abandonados en la madrugada siguiente en una autopista, un encapuchado les
dijo: “yo soy el verdugo. No vuelvan a pisar la villa o aparecen en un zanjón”. Yorio y Jalics habían sido
marginados por el episcopado debido a su labor con los pobres y a sus contactos con militantes
políticos, y por eso fueron secuestrados. Gracias a la presión internacional fueron liberados, tras sufrir
encierro y torturas, pero otros de su grupo-como las psicopedagogas Mónica Mignone y María Marta
Vázquez (embarazada), su marido y otra mujer-, continúan desaparecidos.
Después de un periodo de justificar algunos casos como “errores” o “excesos”, y bastante tiempo
después de que finalizara la dictadura, muchos están entendiendo el hecho que se trató de un plan
sistemático de terrorismo de Estado, no solo para terminar con la acción de la guerrilla sino con toda
forma de organización social desde las bases y de solidaridad entre los habitantes.
Apenas se secuestraba a un sospechoso, el Grupo de Tareas lo torturaba para conseguir los
datos de otras personas, hasta que se rompía la cadena de información porque el torturado moría
por el castigo o moría asesinado por que se consideraba que no tenía más información para dar.
Con los datos recogidos en la tortura, el GT enviaba el informe a la Jefatura de Policía y del Área
Militar.
La tortura no solo era para obtener información sino también para degradar y deshumanizar
al detenido. Al mismo tiempo, en muchos casos se extorsionaba o se torturaba psicológicamente
la familia de la víctima, llamándola por teléfono, para obtener dinero o bienes, o para evitar que
hicieran denuncias. Incluso llamaban para decir que estaba vivo cuando el secuestrado ya había
sido asesinado, como se vio en democracia, cuando se encontraron los restos mortales de los
desaparecidos enterrados como NN aunque las fuerzas de seguridad supieran bien de quienes se
trataba.
La vulnerabilidad de los humildes es siempre mayor, con la dictadura, los más pobres no
tenían recursos para irse a otro país, ni siquiera alimentos cuando el desaparecido era el jefe de
familia.
Si bien la CONADEP-comisión nacional sobre la desaparición de personas-registro unos diez
mil desaparecidos, las asociaciones de derechos humanos hablan de treinta mil desaparecidos,
porque se sabe que muchos casos no fueron denunciados por miedo, por falta de recursos o por
desconocimiento de la situación.
El número de Centros Clandestinos de Detención (CCD) por donde pasaron decenas de miles
de detenidos-desaparecidos hasta su destino final(que en general era la muerte, aunque hay
cifras de que un tercio de los ex detenidos fueron liberados) fue variando de acuerdo a las
investigaciones.

Actividad
1-investiga que opinaba la población civil de estos hechos en la misma época en la que
sucedieron. Puedes preguntar a tus abuelos o a algún familiar que haya vivido la época.
2-investiga cuales fueron los CCD que existieron en ese momento y si alguno de ellos
funciono cerca de tu casa.

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