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Desaparición Forzada de Personas DOS

La desaparición forzada de personas es una de las más atroces violaciones de


los derechos humanos. Todo acto de desaparición forzada sustrae a la víctima de la
protección de la ley y le causa graves sufrimientos, lo mismo que a su familia. Es un
delito de derecho internacional que con demasiada frecuencia queda impune. Se trata
de uno de los temas más sensibles para los seres humanos.
Sus víctimas pasan al olvido de las mayorías, con cíclicos recordatorios en fechas
aniversarias o cuando surge otro episodio semejante. Hoy en día, los pueblos se
percatan de que ese sombrío mecanismo, no solamente es puesto en práctica por
gobiernos, grupos políticos, insurgentes o supuestamente democráticos, colectivos
civiles y militares, sino de que, pasado un tiempo, el tema es recubierto por la “banalidad
del mal”, frase acuñada por Hannah Arendt, para describir como un sistema de poder
político puede trivializar el exterminio de seres humanos, ejecutado por funcionarios o
contratistas mercenarios, incapaces de reparar en las consecuencias éticas y morales
de sus propios actos. Lo repugnante de esa banalidad, es la aparente ausencia de un
sentido profundo o trascendente, la inexistencia de una voluntad humana que oponga
una resistencia firme. (Miras, 2013, pág. 229)
La literatura académica muestra:

La figura de la desaparición forzada de personas como estrategia para la eliminación de


oponentes políticos aparece por primera vez en el “Decreto de noche y niebla” (Nacht
und Nebel Erlass) de Adolf Hitler del 7 de diciembre de 1941. El decreto disponía que
1
toda persona que, en territorios ocupados por Alemania, amenazara la seguridad del
Estado alemán o de las fuerzas ocupantes, debía ser transportada secretamente a
Alemania en donde, sin más, desaparecía. Complementariamente, quedaba
estrictamente prohibido entregar información sobre la suerte de estas personas creando
así una situación de desesperación e incertidumbre entre los familiares de la persona
desaparecida pero también sobre el conjunto de la población. (Galella, 2010, pág. 79)

Se asegura que el decreto de noche y niebla:

…provino directamente de Hitler, para designar su política de deportación: los arrestados


que no fueran condenados a muerte directamente podían ser «desplazados» en el
período de 8 días. Luego, algunos prisioneros «desaparecían en el aire» y dejaban de
existir para sus familiares y allegados, pues otra de las finalidades del decreto era
generar un estado de angustia entre los familiares de los arrestados. (Miras, 2013, pág.
238)

La doctrina internacional usualmente considera las desapariciones forzadas como


una violación al derecho a la vida, en la medida en que la experiencia histórica ha
demostrado que las desapariciones suelen conducir a la muerte de las víctimas.
Desde esa fecha, 7 de diciembre de 1941, centenares de miles de personas han
sido víctimas de esta ominosa práctica. No desapareció con la Alemania hitleriana, como
lo corroboran las investigaciones académicas, continuó y se multiplicó:
…en el conflicto armado en Vietnam se desarrolló una estrategia de guerra que en
esencia tenía esa misma intencionalidad al detener personas sin informar nunca de su
paradero; al igual que se dieron hechos similares en España durante la guerra civil y
durante la dictadura que la siguió. No obstante, en el lenguaje de los derechos humanos
el término “desaparecido” parece encontrar su más fuerte presencia en Latinoamérica a
partir de los años sesenta, ya que en todo lo antes descrito a pesar de su similitud no
recibió esa denominación…los primeros casos que se pueden calificar efectivamente
como desaparición forzada de personas tuvieron verificativo a partir de la década de los
sesenta en Guatemala y Haití, alcanzando uno de sus mayores niveles en los años
setenta bajo las dictaduras militares en Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay,
para también extenderse años después en la misma década y décadas posteriores en
países con gobiernos militares y civiles electos o derivados de procesos formalmente
democráticos como Bolivia, Colombia, El Salvador, Honduras, México o Perú, aunque
bien podrían incluirse muchos otros países latinoamericanos en los que existen registros
de casos más aislados pero también presentes como Nicaragua, Panamá o Ecuador,
entre otros. (Castilla, 2018, pág. 2)

En España, durante la guerra civil y la dictadura franquista, en Vietnam durante la


guerra de liberación, así como en las décadas de los 60 y 70, en países de Centroamérica
y Sudamérica, con gobiernos militares o civiles de origen electoral, se practicaron
desapariciones forzadas en contra de los opositores y líderes de movimientos políticos,
sindicales, estudiantiles. La finalidad era variada: debilitar sus estructuras, sembrar el
terror y el desaliento. Para ello se crearon y utilizaron estructuras paralelas, infiltradas en
los cuerpos policiales, militares o para militares y se implementaron mecanismos para
producir daños, favorecer la impunidad y eliminar las huellas materiales de los crímenes.
La experiencia de la desaparición de personas en América Latina, lamentablemente, se 2
reitera y, en cada oportunidad, con mayor impacto.

Los investigadores señalan diferencias entre las desapariciones forzadas de


personas, en años anteriores, con lo ocurre en la actualidad, especialmente con los
migrantes de países centroamericanos.

Las desapariciones actuales –tanto de nacionales como de migrantes– se diferencian de


los aprendizajes, acciones y marcos teóricos desarrollados para aprehender las
desapariciones históricas sobre todo porque: a) las violencias actuales dificultan
documentar los vínculos entre las desapariciones y agentes del Estado, complicando
aún más la exigencia de justicia, pues los casos no encajan fácilmente en las leyes que
definen a la desaparición forzada como tal por la comisión, omisión o aquiescencia del
Estado; b) las familias, comités y actores solidarios centroamericanos y mexicanos viven,
buscan y denuncian en unos de los países más peligrosos del mundo, quedando
expuestos a extorsión, amenazas, agresiones, desplazamiento forzado e incluso hay
casos de familiares que han sido asesinados mientras hacían las búsquedas de sus
desaparecidos; y c) a diferencia de los desaparecidos políticos, cada vez hay más
evidencia de que desaparecidos/as actuales están siendo reclutados/as para la
explotación sexual y laboral (Aluna2015, 8; Guillén y Petersen 2019), y que, en las
cárceles y centros de detención migratorios, mexicanos y estadounidenses, no se
respeta el derecho al debido proceso de los migrantes, les restringen la comunicación y
no se informa a los consulados sobre sus detenciones (González 2014). Surge entonces
la necesidad de ampliar las tradicionales estrategias de búsqueda, no solo recurrir a las
forenses sino también a las que encuentren a las y los desaparecidos que están con
vida. (Martínez, 2020, pág. 79)
A diferencia de las desapariciones anteriores, en el presente, la complejidad de
las actuaciones judiciales complica y obstaculiza la documentación de los hechos; la
opacidad funcionarial y la dispersión legal dificultan vincular las desapariciones con la
intervención de entes estatales o paraestatales; la participación de tratantes de seres
humanos en connivencia con funcionarios corruptos en fronteras y aduanas; la
ignorancia deliberada, en los centros de reclusión, de los protocolos internacionales para
los migrantes y sus familias, ha provocado asesinatos, extorsiones, e inclusive, que
familiares y miembros de organizaciones de búsqueda hayan sido, a su vez, víctimas de
desapariciones forzadas. Consterna a la humanidad la diversidad de las víctimas, ahora
se suman a los migrantes y opositores de cualquier tendencia, los niños, niñas y
adolescentes que desaparecen en la nada, para emerger como trabajadores sexuales,
esclavos sin posibilidad de manumisión o indigentes de mirada perdida en la
desesperanza.

Esto ha motivado, en el ámbito latinoamericano, abundancia de investigaciones


que procuran ahondar en el tema y encontrar explicaciones acerca del incremento de
estas prácticas. Algunos investigadores han puesto de relieve la participación, directa o
indirecta, de agencias extranjeras en el adiestramiento e implementación de prácticas
contrarias a los derechos humanos.

Ejemplo de ello fue la denominada Escuela de las Américas:

En 1948, los EEUU crearon la Escuela de las Américas con la finalidad de dar
3
instrucciones a los militares y policías del continente en las prácticas de represión contra
sus pueblos: Los asesinatos selectivos, la tortura, la represión a las manifestaciones
callejeras, las masacres, el sicariato y la desaparición forzada fueron materias de estudio
en esa escuela. Allí enviaron los gobiernos proimperialistas latinoamericanos y caribeños
a los que aprendieron las técnicas de represión, dolor y muerte que aplican y han
aplicado contra nuestros pueblos. El Plan Cóndor aplicado en Brasil, Uruguay, Paraguay,
Bolivia, Argentina en los años setenta del siglo pasado dejó miles de desaparecidos.
Solo en Argentina hubo más de 30.000 desaparecidos. En Colombia supera con creces
esa cifra, las fosas comunes encontradas con frecuencia testimonian esa práctica
constante en nuestra hermana República. En México ha sido frecuente la desaparición
forzada. Recordemos los 43 normalistas secuestrados y desparecidos en Ayotzinapa por
los cuerpos represivos mexicanos que todavía sus familiares buscan. En Guatemala y
Centroamérica pasó igual. (Vargas, 2020)

También, los medios de comunicación, publicaron informaciones acerca de la


Escuela de las Américas, atribuyéndole el adiestramiento en torturas, desapariciones y
masacres en el continente:

https://diariolavoz.net/2014/05/25/escuela-de-las-americas-escuela-del-horror/

La Escuela de las Américas, operada por el Ejército de los Estados Unidos, fue fundada
en 1946 en Panamá con el propósito de entrenar a militares de los países de
Latinoamérica en técnicas de guerra y contrainsurgencia. En 1984, la Escuela fue
trasladada al Estado de Georgia en los Estados Unidos, luego de que el presidente de
Panamá Jorge Illueca solicitara su retiro del territorio panameño. Esta escuela, conocida
en la actualidad como Instituto de Cooperación y Seguridad del hemisferio occidental
(WHINSEC, siglas en inglés), ha formado a cientos de militares que figuran como
responsables de terribles violaciones a los derechos humanos en varios países de
nuestra región: Argentina, Chile, El Salvador, Guatemala, Perú, México, Bolivia,
Colombia, Honduras y Venezuela. Los funcionarios que han recibido entrenamiento en
esta academia militar son los responsables de miles de ejecuciones, detenciones,
torturas, desapariciones y masacres en el continente, bajo el argumento de la presunta
vinculación de ciudadanas y ciudadanos con movimientos “desestabilizadores” e
insurgentes, delincuencia, narcotráfico y terrorismo. Sin embargo, muchas de las
víctimas de estas horribles prácticas no son sino defensores y defensoras de derechos
humanos, sindicalistas, campesinas y campesinos, líderes religiosos, estudiantes e
indígenas. Los ataques y las persecuciones son fundamentalmente dirigidos a quienes
luchan por la reivindicación de los derechos de los excluidos y las excluidas. En 1996, la
prensa norteamericana dio a conocer la existencia de Manuales de Entrenamiento que
eran utilizados en la Escuela y que sugerían la práctica de la tortura, la extorsión y el
pago de recompensas por enemigos muertos. (González, 2014)

En https://soaw.org/escuela-de-las-americas
En esa organización, School of the Americas Watch1, bajo el subtítulo
Memoria e Historia: Close2 the School of the Americas, publicaron estos “apuntes”:
La Escuela de las Américas, que es operada por el Ejército de los Estados Unidos,
fue fundada en 1946 en Panamá con el objetivo de entrenar a soldados latinoamericanos
en técnicas de guerra y contrainsurgencia. Por sus aulas han pasado más de 83.000
alumnos, muchos de los cuales han resultado ser destacados violadores de los derechos
humanos en sus propios países. Así lo han demostrado en Chile, Guatemala, Argentina,
Perú, Uruguay, Nicaragua, El Salvador, México, Honduras, entre otros. En 1984 la Escuela
4
de las Américas fue traslada al Estado de Georgia en los Estados Unidos a petición del
presidente panameño Jorge Illueca quien describió a la Escuela de las Américas como “la
base más grande para la desestabilización en América Latina”. En el mismo año, uno de
los principales diarios panameños la apodó “La Escuela de Asesinos.”

Cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados,


desaparecidos, masacrados y obligados a refugiarse por soldados y oficiales entrenados
en esa academia militar. Los egresados de la Escuela de las Américas persiguen a los
educadores, organizadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, a
los pobres y campesinos que luchan por sus derechos. En 1996, la prensa norteamericana
dio a conocer la existencia de los Manuales de Entrenamiento, y que eran utilizados en la
academia militar, que aconsejaban “…aplicar torturas, chantaje, extorsión y pago de
recompensa por enemigos muertos”. El prestigioso diario New York Times editorializo que:
“Una institución tan claramente fuera de los valores americanos… debe ser clausurada sin
vacilación”. Producto de las intensas protestas en enero del 2001 la Escuela de las
Américas fue rebautizada como Instituto de Cooperación y Seguridad del hemisferio
occidental (Whinsec); otro nombre, la misma vergüenza…Por sus aulas han pasado más
de 83.000 alumnos, muchos de los cuales han resultado ser destacados violadores de los
derechos humanos en sus propios países.3 Así lo han demostrado en Chile, Guatemala,

1 Observatorio de la escuela de las Américas.


2 Cierren la escuela de las Américas.
3 Algunos de esos destacados violadores de los derechos humanos fueron: Efraín Vásquez y Ramírez Poveda

(Venezuela); Romeo Vásquez y Luis Javier Prince Suazo (Honduras); Rafael Videla (Argentina); Hugo Banzer (Bolivia);
Manuel Contreras (Chile); Efraín Ríos Montt (Guatemala); Jaime Lasprilla (Colombia); Manuel Noriega (Panamá);
Roberto d’Aubuisson (El Salvador); Vladimiro Montesinos (Perú). (School of the Americas Watch, s/f).
Argentina, Perú, Uruguay, Nicaragua, El Salvador, México, Honduras, entre otros. (School
of the Americas Watch, s/f)

Otro punto de vista: el tema de las desapariciones forzadas en Latinoamérica,


específicamente en el Cono Sur, ha sido llevado al cine, como lo refleja la profesora
Santana:
La autora toma como referencia el film Zanahoria4 para reflexionar sobre determinados
aspectos de los derechos humanos, específicamente examina brevemente el delito de
desaparición forzada, así como las leyes de amnistía, ofreciendo un panorama general de
su relación con los derechos humanos…enfocamos la apreciación jurídica desde el delito
de las desapariciones forzadas, por ser este un tipo penal que efectivamente lesiona
derechos humanos y que en los distintos sistemas de protección ha sido condenado…
(Santana N. , 2018, págs. 192-208)

Al respecto, cabe destacar las leyes promulgadas por gobiernos democráticos, que
propiciaron la impunidad para los responsables de estos hechos. Una de ellas,
denominada Ley de Punto Final, entró en vigencia en el año 1986, bajo la presidencia en
Argentina de Raúl Alfonsín:
La Ley de Punto Final estaba dirigida a concluir con las investigaciones por los crímenes
ocurridos durante el terrorismo de Estado y a lograr la impunidad de quienes no fueron
citados en el plazo que el texto legal estipulaba –60 días–. La Ley de Obediencia Debida,
por su lado, impuso a los jueces que investigaban los hechos cometidos en el marco de la
represión ilegal, una realidad según la cual los imputados habían actuado bajo coerción,
en virtud de órdenes superiores de las que no tuvieron posibilidad de inspección,
oposición, ni resistencia en cuanto a su oportunidad ni legitimidad. Esa realidad se
5
estableció más allá de las pruebas producidas o las que pudieran producirse en el futuro.
(Santana N. , 2018, págs. 195-196)

Las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, regularizaron la impunidad


(extinción de la acción penal y no punibilidad) de los delitos cometidos bajo la represión
sistemática. La primera, daba por concluidas las investigaciones por los crímenes
perpetrados durante el terrorismo de estado y la impunidad de quienes no fueron citados
en el plazo de 60 días que estipulaba el texto legal. En tanto que, la Ley de Obediencia
Debida, imponía a los jueces que investigaban los crímenes cometidos en el marco de
la represión ilegal, una “supuesta realidad” según la cual, los imputados habían actuado
bajo coerción, en virtud de órdenes superiores de las que no tuvieron posibilidad de
inspección, oposición ni resistencia en cuanto a su oportunidad y legitimidad. Esa
realidad se estableció, más allá de las pruebas producidas o las que pudieran producirse

4 La película uruguaya de Enrique Buchichio, Zanahoria, narra la historia de un hombre que perteneció a los servicios
secretos y que luego de muchos años, en plena campaña política de 2004, promete la entrega de documentos inéditos
de la dictadura uruguaya (1973-1985) con testimonios de tortura y asesinatos por parte de los grupos amparados por el
terrorismo de Estado (protegidos por la Ley de Caducidad vigente). Así como los represores entrenados en la Escuela de
las Américas tenían un plan sistemático de desaparición de personas, del mismo modo, esa “mano de obra desocupada”
que fueron sus esbirros buscan una punta de donde sostenerse para salvarse, y lo hacen de la misma manera en que
aprendieron a actuar: desesperando al interlocutor, dejándolo horas sin dormir, estableciendo en él una torturante espera,
en un clima donde el miedo y el terror viven agazapados. Se mueven en las sombras, atemorizan con posibles
persecutores, por “gente pesada” que los borraría de la faz de la tierra si se enteraran de su “traición”.
http://www.elespectadorimaginario.com/zanahoria/
en el futuro. (Síntesis del fallo de la CSJ de la Nación que resuelve la inconstitucionalidad
de las leyes del perdón, 2003, págs. 2-3)

Acerca de las desapariciones forzadas, las investigaciones en Venezuela, arrojan


algunos resultados:
Venezuela es el país que inaugura en América Latina y el Caribe esta horrible práctica
como política de Estado en 1964 en el gobierno de Raúl Leoni, quien crea los Teatros de
operaciones militares (TO) los cuales se constituyeron en centros de tortura, muerte y
desaparición forzada y continuaron en los demás gobiernos de Caldera, Carlos Andrés
Pérez, Luis Herrera y Lusinchi…No se trataba de un hecho aislado realizado por un agente
o cuerpo policial, fueron los gobiernos adeco-copeyanos de la época en los cuarenta en
que gobernaron (1959-1998) los que la asumieron como la política oficial del Estado,
seleccionando, persiguiendo y deteniendo a los opositores que había que dar muerte y
desaparecer. (Vargas, 2020)

La periodista Yuleidys Hernández Toledo escribió en el diario Vea, el artículo “Los


campamentos antiguerrilleros, centros de torturas y represión (XI), 10/08/2020.

De ese artículo, se transcribe:

Los gritos de dolor de sus hijos e hijas torturados, violados, desaparecidos y asesinados
en la dictadura representativa que comenzó Rómulo Betancourt y que luego continuó Raúl
Leoni, aún hoy retumban en toda la extensión de Venezuela. Son crímenes que siempre
estarán presentes, aunque durante décadas quienes lo cometieron hayan tratado de 6
ocultar la crueldad de sus actos. Fueron varios los centros y espacios de la geografía
nacional utilizados para cometer violaciones de derechos humanos contra el pueblo. Entre
ellos se encuentran los Teatros de Operaciones o Campos Antiguerrilleros. “Tal y como se
conocieron en Venezuela en el marco de la lucha armada de los años ’60, ’70 y ’80 del
siglo pasado, podrían definirse como emplazamientos de concentración de fuerzas
militares y recursos técnicos y logísticos, que a su vez funcionaban como campos de
prisioneros. En ellos confluían distintos componentes de las FFAA; esto es, Ejército,
Fuerza Aérea, Fuerzas Navales (Infantería de Marina) y Fuerzas Armadas de Cooperación
(FAC, mejor conocida como Guardia Nacional), apoyados por comandos especiales de los
batallones del Ejército (Cazadores, la versión criolla de los Rangers norteamericanos),
dirigidos por el Comando de Operaciones Conjuntas (COC)” (399). “En estos Teatros de
Operaciones se aplicaron en Venezuela los contenidos de los manuales de torturas
aprendidos en la Escuela de las Américas, situada en Panamá (…) Combinaban sus
acciones operacionales y represivas, en vastas zonas campesinas, con la aplicación de
métodos de interrogatorios basados en la tortura y el terror psicológico, a los prisioneros;
prácticas que no respetaban edad, sexo ni condición social. Eso estaba a cargo de un
equipo denominado Servicio de Interrogatorio a los Prisioneros de Guerra (SIPG),
integrado por torturadores de las distintas ramas y servicios (efectivos militares,
funcionarios policiales y hasta delatores y renegados de las filas guerrilleras, incorporados
a sus comandos” (400). (Hernández, 2020)

Los Teatros de Operaciones “se ubicaban geográficamente en un punto estratégico del


área que se quería colocar bajo control militar; área que se correspondía siempre con el
accionar de algún frente guerrillero. El objetivo principal, aparte de efectuar operativos de
‘búsqueda y destrucción’ —está última terminología sacada directamente de la doctrina
militar norteamericana—, era la de cerrar los puntos de acceso de las fuerzas insurgentes,
para evitar el contacto con la población, cortar sus suministros y afluencia de recurso
humano, a la vez que se impedía el control político-militar de dichas zonas por las fuerzas
guerrilleras” (401). (Hernández, 2020)

Hay tres Teatros de Operaciones donde abundan las historias de terror, vejaciones y
asesinatos de hombres, mujeres, adolescentes inocentes. Ellos son TO3, ubicado en el
Tocuyo, Lara; el TO4 en Cocollar, Sucre, y el TO5 en Yumare, Yaracuy. El TO3 también
fue conocido como el Campo Antiguerrillero de Urica, operaba en los estados Lara,
Portuguesa y Barinas, con puesto de Comando en El Tocuyo, “y más tarde amplió sus
operaciones a los estados Trujillo, Barinas y parte de Apure. Es uno de los que va a abarcar
mayor espacio de nuestra geografía. Fue visitado por una comisión del Congreso Nacional
en 1966 y hasta por el mismo presidente Leoni” (402). (Hernández, 2020)

También, en 2020, se ha informado de situaciones calificadas como desapariciones


forzadas:
…desde Estados Unidos un informe de la organización de derechos humanos “Robert F.
Kennedy Human Rights”, una organización sin fines de lucro con sede en Washington
D.C., emitió un informe titulado “La desaparición forzada como herramienta de represión
política en Venezuela” en el que señala cifras como estas: del “1 de enero de 2018 al 31
de diciembre de 2019 – se reportaron 724 desapariciones forzadas de detenidos políticos
en Venezuela. En 2018 se reportaron 200 desapariciones forzadas y en 2019 se
reportaron 524. Aún con un número más bajo de manifestaciones políticas y con medidas
de confinamiento a raíz de la pandemia del COVID-19, según el registro del Foro Penal
en lo que va de 2020 se han producido 235 detenciones con fines políticos en Venezuela.
De este total de detenciones, 33 han constituido desapariciones forzadas y de estos casos,
aún permanecen desaparecidas 14 personas al 31 de mayo de 2020, fecha de cierre de
7
este informe.” (Barrios, 2020)

La respuesta gubernamental no se hizo esperar y se divulgó a través de los


medios:

En un informe plagado de falsedades, la Organización de Naciones Unidas (ONU) acusó


al presidente Nicolás Maduro y altos funcionarios de posibles crímenes de lesa
humanidad. Dadas las restricciones a los viajes por el Covid-19, los autores del informe
no viajaron a la República Bolivariana y sustentaron sus afirmaciones en entrevistas que
hicieron vía remota. El canciller venezolano Jorge Arreaza señaló que el informe “ilustra
la práctica perversa de hacer política con los DDHH y no a favor de los DDHH” y señaló
que la comisión estuvo “controlada por gobiernos subordinados a Washington” y es
distinta a la misión de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet…Arreaza, subrayó el
desconocimiento del dictamen emitido por la misión de la ONU. Un informe elaborado a
distancia, sin rigor metodológico alguno, por una misión fantasma dirigida contra
Venezuela y controlada por gobiernos subordinados a Washington, ilustra la práctica
perversa de hacer política con los derechos humanos y no política de derechos
humanos… (Korn, 2020)

Acerca del delito de desaparición forzada de personas.

La definición formal de desaparición quedó plasmada en cuatro instrumentos


internacionales distintos: a) la Declaración sobre la protección de todas las personas
contra las Desapariciones Forzadas de la Asamblea General de Naciones Unidas en 1992;
b) la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas de 1994; c) el
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en 2002; d) la Convención Internacional
para la protección de todas las personas contra las Desapariciones Forzadas, en 2006.
En resumen, se puede decir que el desarrollo de la idea de desaparición (forzada) se vio
complementado por instancias e instrumentos internacionales y comisiones domésticas
de la verdad. (Mata, pág. 41)

En 1992, el ordenamiento jurídico internacional se puso en marcha, y, a finales


del siglo XX, un relevante precedente surgió con la Declaración sobre la Protección de
todas las personas de las Desapariciones Forzadas, aprobada por la Asamblea General
en su resolución 47/133 del 18/12/1992.
La Declaración mostró preocupación por la persistencia en muchos países de las
desapariciones forzadas, en las cuales se arresta, detiene o traslada contra su voluntad
a las personas, o resultan privadas de su libertad de alguna otra forma, por agentes
gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares
que actúan en nombre del gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o
su asentimiento, quienes luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas
personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la
protección de la ley. (Aporrea, 1992)
Un par de años después, el 9 de junio de 1994, en Belém do Pará, Brasil, durante
el 24º Período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA, fue aprobada
la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (CIDFP).
En el Preámbulo5, entre otros, se destacan estos considerandos:
 la desaparición forzada de personas constituye una afrenta a la conciencia del
8
hemisferio y una grave ofensa de naturaleza odiosa a la dignidad intrínseca de la persona
humana,
 la desaparición forzada de personas viola múltiples derechos esenciales de la
persona humana de carácter inderogable, tal como están consagrados en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre y en la Declaración Universal de Derechos Humanos;
 la práctica sistemática de la desaparición forzada de personas constituye un
crimen de lesa humanidad;

La CIDFP define la “desaparición forzada” como:

… la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma,


cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con
la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información
o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero
de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías
procesales pertinentes. (Convención Interamericana sobre DF de Personas, 1994)

La Convención establece, como también el CPV6, que:

5 Algunos destacan que la incorporación de esta definición fue positiva, pese a su ubicación en el Preámbulo, ya que
contribuyó a identificar la esencia de la desaparición y sirvió como un punto de partida para dotar de contenido a las
obligaciones internacionales relacionadas con esta práctica. (Sferraza, 2018, pág. 136)
1. Artículo 180.A.- La autoridad pública, sea civil o militar, o cualquier persona al servicio del Estado que ilegítimamente
prive de su libertad a una persona, y se niegue a reconocer la detención o a dar información sobre el destino o la situación
de la persona desaparecida, impidiendo, el ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales y legales, será
castigado con pena de quince a veinticinco años de presidio. Con igual pena serán castigados los miembros o integrantes
La acción penal derivada de la desaparición forzada de personas y la pena que
se imponga judicialmente al responsable de la misma no estarán sujetas a prescripción.
Así como la inadmisibilidad de la llamada ‘obediencia debida’: No se admitirá la eximente
de la obediencia debida a órdenes o instrucciones superiores que dispongan, autoricen
o alienten la desaparición forzada. Toda persona que reciba tales órdenes tiene el
derecho y el deber de no obedecerlas.
La jurisdicción ordinaria es la jurisdicción competente:
Los presuntos responsables de los hechos constitutivos del delito de desaparición forzada de
personas sólo podrán ser juzgados por las jurisdicciones de derecho común competentes en cada
Estado, con exclusión de toda jurisdicción especial, en particular la militar. Los hechos constitutivos
de la desaparición forzada no podrán considerarse como cometidos en el ejercicio de las funciones
militares.

En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales, tales como estado de guerra o
amenaza de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia pública, como
justificación de la desaparición forzada de personas. En tales casos, el derecho a procedimientos o
recursos judiciales rápidos eficaces se conservará como medio para determinar el paradero de las
personas privadas de libertad o su estado de salud o para individualizar a la autoridad que ordenó
la privación de libertad o la hizo efectiva. (Convención Interamericana sobre DF de Personas, 1994)

De manera expresa, la CIDFP determina:


En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales, tales como estado de guerra o
amenaza de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia pública, como
justificación de la desaparición forzada de personas. En tales casos, el derecho a procedimientos o
recursos judiciales rápidos eficaces se conservará como medio para determinar el paradero de las
personas privadas de libertad o su estado de salud o para individualizar a la autoridad que ordenó
9
la privación de libertad o la hizo efectiva.

Los Estados partes asumen el compromiso de incorporar, en sus legislaciones


internas, el tipo penal de la desaparición forzada:
ARTÍCULO III Los Estados partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos
constitucionales, las medidas legislativas que fueren necesarias para tipificar como delito la
desaparición forzada de personas, y a imponerle una pena apropiada que tenga en cuenta su
extrema gravedad. Dicho delito será considerado como continuado o permanente mientras no se
establezca el destino o paradero de la víctima. Los Estados partes podrán establecer circunstancias
atenuantes para los que hubieren participado en actos que constituyan una desaparición forzada
cuando contribuyan a la aparición con vida de la víctima o suministren informaciones que permitan
esclarecer la desaparición forzada de una persona. (Convención Interamericana sobre DF de
Personas, 1994)

El Estatuto de Roma. (ER)

de grupos o asociaciones con fines terroristas, insurgentes o subversivos, que actuando como miembros o colaboradores
de tales grupos o asociaciones, desaparezcan forzadamente a una persona, mediante plagio o secuestro. Quien actúe
como cómplice o encubridor de este delito será sancionado con pena de doce a dieciocho años de presidio. El delito
establecido en este artículo se considerará continuado, mientras no se establezca el destino o ubicación de la víctima.
Ninguna orden o instrucción de una autoridad pública, sea esta civil, militar o de otra índole, ni estado de emergencia,
de excepción o de restricción de garantías, podrá ser invocada para justificar la desaparición forzada. La acción penal
derivada de este delito y su pena serán imprescriptibles, y los responsables de su comisión no podrán gozar de beneficio
alguno, incluidos el indulto y la amnistía. Si quienes habiendo participado en actos que constituyan desapariciones
forzadas, contribuyen a la reaparición con vida de la víctima o dan voluntariamente informaciones que permitan
esclarecer casos de desaparición forzada, la pena establecida en este artículo les podrá ser rebajada en sus dos terceras
partes. (Código Penal de Venezuela, 2005)
El 17 julio de 1998, la conferencia diplomática aprobó por mayoría de 120 votos
contra 7 (y 21 abstenciones), el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. El ER,
define los crímenes que son competencia de la Corte y se especifica su funcionamiento.
Venezuela se adhirió el 13 de Julio de 2000 mediante Ley aprobatoria del ER de la Corte
Penal Internacional publicada en Gaceta Oficial N.º 5.507 Extraordinario del 13 de
diciembre del 2000. La CPI inició funciones en 2002. (Estatuto de Roma, 1998).
En el ER, la desaparición forzada de personas se define como:

…la aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o una


organización política, o con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa
a informar sobre la privación de libertad o dar información sobre la suerte o el paradero de
esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de la ley por un período
prolongado. (Estatuto de Roma, 1998)

Entre la definición de la Convención y del Estatuto, existen diferencias. De


acuerdo al artículo II de la Convención, los autores del delito sólo podrían…ser agentes
del Estado o –por- personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el
apoyo o la aquiescencia del Estado.
En tanto que, el Estatuto contempla como autores del delito, …un Estado o una
organización política, o con su autorización, apoyo o aquiescencia…; dando cabida a la
posibilidad de que miembros de una organización subversiva enfrentada al Estado,
puedan ser considerados autores de este hecho punible.
10
Sobre el artículo 2 de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada
de Personas (CIDFP), en 2020 la doctrina señaló:
La definición fue construida en un contexto donde el único sujeto que cometía el delito era
el Estado, aunque echara mano de particulares para perpetrar los crímenes, se podía
vincular a agentes estatales en los hechos. Sin embargo, la violencia actual en México se
caracteriza por la diversidad de actores, tanto los que cometen la desaparición como los
que son desaparecidos, debido a que si bien el Estado creó la práctica en una situación
particular, luego la generalizó en los enfrentamientos políticos y a través de ligas con
sectores y personajes de las fuerzas armadas, el narco la retomó, el crimen organizado la
generalizó y, según se observa en la primera década del siglo XXI, ya se encuentra
disponible para todos (González 2012, 132). (Martínez, 2020, pág. 82)

La definición presentada por la Convención interamericana sobre desaparición


forzada de personas, según Carrasco Daza, acoge lo regulado en el Estatuto de la Corte
Penal Internacional, cuyo artículo 7 amplía en el ámbito de protección de las personas al
considerar también como agente activo de este delito a organizaciones políticas no
estatales. Antes de esa definición, la desaparición forzada era atribuida exclusivamente
al Estado.
Es decir, las desapariciones forzadas de personas, hoy en día, pueden ser
perpetradas por gobiernos dictatoriales o democráticos, terroristas, narcotraficantes,
grupos mercenarios al servicio de empresas o gobiernos, agencias de contratistas,
delincuencia organizada, ya se encuentra disponible para todos.
Además, la Convención entiende que la falta de información, la negativa a
reconocer dicha privación de libertad, o de informar sobre el paradero de la persona,
constituye un impedimento del ejercicio de los recursos legales y las garantías
procesales. Aun cuando ocurra por breve tiempo, esas conductas configurarían el delito
de Desaparición Forzada.
Por su parte, el Estatuto considera que la negativa a informar sobre la privación
de libertad o dar información sobre la suerte o el paradero de esas personas, debe tener
la intención de dejarlas fuera del amparo de la ley por un período prolongado, lo cual
sería un elemento subjetivo del injusto. Si la intención de los autores de la detención
ilegal es hacer aparecer al detenido algunas horas o días después, no podría hablarse
de desaparición forzada de personas, en virtud de la falta de intención de privar al
individuo del amparo legal.
Como dice la doctrina:

Literalmente interpretada, la tipificación de la Convención no implica la permanencia en


el tiempo de la conducta, ni siquiera como intención ulterior perseguida por el autor. En
cambio, el Estatuto, si bien no requiere que dicha permanencia se realice realmente, sí
exige que el autor persiga la misma. (Modolell, 2009, págs. 140-141)

La Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las


desapariciones forzadas es otro importante documento. (Convención Internacional
Protección personas contra las desapariciones forzadas, 2006) 11
En el artículo 2 define:

…"desaparición forzada" el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de


privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de
personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida
de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o
el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley.
(Convención Internacional para la Protección de todas las personas contra las
desapariciones forzadas.)

Según lo dispuesto en la Carta Magna, se incluyó el tipo de desaparición forzada


de personas en la reforma del Código Penal, publicada en Gaceta Oficial No. 5.494,
extraordinario, del 20 de octubre de 2000, conservando la redacción en la reforma de
2005.

Artículo 180-A. — La autoridad pública, sea civil o militar, o cualquier persona al servicio
del Estado que ilegítimamente prive de su libertad a una persona, y se niegue a reconocer
la detención o a dar información sobre el destino o la situación de la persona desaparecida,
impidiendo el ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales y legales, será
castigado con pena de 15 a 25 años de presidio. Con igual pena serán castigados los
miembros o integrantes de grupos o asociaciones con fines terroristas, insurgentes o
subversivos que actuando como miembros o colaboradores de tales grupos o
asociaciones, desaparezcan forzadamente a una persona, mediante plagio o secuestro.
Quien actúe como cómplice o encubridor de este delito será sancionado con pena de 12
a 18 años de presidio.

El delito establecido en este artículo se considerará continuado mientras no se establezca


el destino o ubicación de la víctima.

Ninguna orden o instrucción de una autoridad pública, sea esta civil, militar o de otra
índole, ni estado de emergencia, de excepción o de restricción de garantías, podrá ser
invocada para justificar la desaparición forzada.

La acción penal derivada de este delito y su pena serán imprescriptibles y los responsables
de su comisión no podrán gozar de beneficio alguno, incluido el indulto y la amnistía.

Si quienes habiendo participado en actos que constituyen desapariciones forzadas,


contribuyan a la reaparición con vida de la víctima o dan voluntariamente informaciones
que permitan establecer casos de desaparición forzada, la pena establecida en este
artículo les podrá ser rebajada en sus dos terceras partes. (CPV, 2005)

Con la incorporación del tipo penal, Venezuela dio cumplimiento a lo acordado en


la Convención.
De acuerdo con el artículo 45 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
se prohíbe a la autoridad pública, sea civil o militar, aun en estado de emergencia,
excepción o restricción de garantías; practicar, permitir o tolerar la desaparición forzada
de personas. Asimismo, dispone ese precepto constitucional que los autores, cómplices y
encubridores del delito de desaparición forzada de personas serán castigados de
conformidad con la ley.
La anterior disposición constitucional fue incorporada en el Texto Fundamental en virtud
12
de que el Estado venezolano suscribió y ratificó la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas, la cual entró en vigencia al trigésimo día siguiente de
la fecha en que se hizo el depósito de su ratificación ante la Secretaría General de la
Organización de los Estados Americanos (publicada en la Gaceta Oficial N° 5.241,
extraordinario del 6 de julio de 1998). Además, cabe acotar que Venezuela suscribió y
ratificó, igualmente, la Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra las
Desapariciones Forzadas, aprobada por la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas, el 18 de diciembre de 1992. (Santana, 2016)

La determinación del bien jurídico protegido permite sostener que se trata de un


delito pluriofensivo. Afecta la libertad, la integridad física y, en muchos casos, la vida.

La doctrina ha señalado estos derechos como los primeros en ser vulnerados en


el caso de las desapariciones forzadas.

…se entiende de modo general que se trata de un delito “pluri-ofensivo” o de violación


múltiple. Creemos más adecuada la opinión de Ambos y Böhm, de que el bien jurídico en
estos delitos se muestra en una doble expresión: i) en lo personal se ve afectado el
ejercicio de los derechos para la salvaguardia de los derechos del primer nivel tales como
la integridad física, la libertad, el derecho a no ser sometido a tortura y tratos o penas
crueles, inhumanas o degradantes; y ii) en lo colectivo, se ve afectado el interés social en
el normal funcionamiento de la administración de justicia. (Alflen, 2010 No. XXXIV)
Ambos y Böhm agregan la vulneración al normal funcionamiento de la
administración de justicia. Por su parte, la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas, suscrita en Belem do Pará, Brasil, el 09/06/1994,

…la CIADF recalca que “la desaparición forzada de personas viola múltiples derechos
esenciales de la persona humana de carácter inderogable, tal como están consagrados
en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre y en la Declaración Universal de Derechos
Humanos”. (Comisión Internacional de Juristas, pág. 26)

Razones que se agregan a las comentadas anteriormente, para sustentar la


afirmación de que la desaparición forzada de personas es un crimen atroz.

En el caso de la desaparición de periodistas, se verifica que también, la libertad


de expresión e información puede ser afectada, como lo señala Article 19, con motivo de
la desaparición de personas que ejercen la libertad de expresión. (Article 19, 2016)

Si bien el homicidio de quienes buscan, reciben y difunden información representa la


agresión más grave e irreparable para las víctimas, la desaparición de periodistas, y
todas aquellas personas que ejercen la libertad de expresión, se presenta como un
fenómeno alarmante e igualmente grave en la medida en que las particularidades de los
casos, en su mayoría, permitirían calificarlas como desapariciones forzadas. (Article 19,
2016, pág. 5) 13
El art. 180-A del CPV, indica que los sujetos activos del delito de desaparición
forzada de personas, pueden ser: la autoridad pública, civil o militar, o cualquier persona
al servicio del Estado, o los miembros o integrantes de grupos o asociaciones con fines
terroristas, insurgentes o subversivos que, actuando como miembros o colaboradores de
tales grupos o asociaciones, desaparezcan forzadamente a una persona, lo cual puede
ocurrir en el marco de un conflicto armado no internacional, del terrorismo transnacional
o de las dinámicas actuales de la criminalidad organizada.
Lo primero a distinguir, entre los sujetos no estatales, es que ellos que mantienen
un vínculo con el Estado, porque actúan con su autorización, apoyo o aquiescencia, a
los cuales se refiere (como “cualquier persona”) el encabezamiento del artículo 180-A de
nuestro CP.
En segundo lugar, a aquellos que no están en absoluto vinculados al Estado,
porque actúan de manera autónoma, sin que cuenten con la autorización, el apoyo o la
aquiescencia del Estado. En la descripción del tipo penal, serían los…miembros o
integrantes de grupos o asociaciones con fines terroristas, insurgentes o subversivos que
actuando como miembros o colaboradores de tales grupos o asociaciones…
A la primera categoría de estos agentes no estatales -los que actúan con
autorización, apoyo o aquiescencia del Estado-, hacen referencia todos los instrumentos
internacionales sobre desapariciones forzadas.
En cambio, los agentes no estatales, “puros”, “autónomos” o “independientes”,
sólo son objeto de regulación en el ER, cuando se refiere a la “organización política” y
en la CIPPDF, que destina el art. 3 a esta clase de sujetos.
Estatuto de Roma:

Artículo 7, literal i: Por “desaparición forzada de personas” se entenderá la aprehensión,


la detención o el secuestro de personas por un Estado o una organización política, o con
su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a admitir tal privación de
libertad o dar información sobre la suerte o el paradero de esas personas, con la intención
de dejarlas fuera del amparo de la ley por un período prolongado. (ONU)

Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las


desapariciones forzadas:

Artículo 3: Los Estados Partes tomarán las medidas apropiadas para investigar sobre las
conductas definidas en el artículo 2 que sean obra de personas o grupos de personas que
actúen sin la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, y para procesar a los
responsables. (Convención Internacional para la Protección de todas las personas contra
las desapariciones forzadas.)

Es de gran utilidad la clasificación de Huhle, miembro actual del Comité contra las
Desapariciones Forzadas (en adelante, CED).
1) sujetos que de una manera visible actúan a nombre del Estado (partner of a state),
por ejemplo, una empresa privada de seguridad; 2) sujetos cuya vinculación con el
14
Estado se mantiene oculta o secreta, por ejemplo, una organización paramilitar; 3)
sujetos que actúan con la aquiescencia estatal; 4) grupos de oposición armada; 5)
movimientos de insurrección nacional que se convierten en un Gobierno o cuasigobierno
y grupos que ejercen de facto funciones estatales; 6) organizaciones criminales sin
objetivos políticos y desvinculados de autoridades estatales. (Sferraza, 2018, págs. 157-
158)

De modo similar, Alston, Relator Especial sobre las Ejecuciones Extrajudiciales,


Sumarias o Arbitrarias, focalizándose en la afectación del derecho a la vida,
especialmente, en los asesinatos cometidos por agentes no estatales, ha distinguido
cuatro clases de agentes:

sujetos que “llevan a cabo sus acciones a instancias del gobierno, o con su conocimiento
o aquiescencia”, por ejemplo, “grupos paramilitares, milicias, escuadrones de la muerte,
tropas irregulares”; 2) “[a]gentes o asesores privados subcontratados que, aunque no
son en ningún sentido funcionarios gubernamentales, ejercen funciones que
corresponderían al Estado”, por ejemplo, “la administración de prisiones, los servicios de
represión, los servicios de interrogatorios”; 3) sujetos particulares; 4) grupos de oposición
armada. (Sferraza, 2018, pág. 158)

El examen de estos conceptos se impone, porque en la actualidad, en varios


países, se han creado y activado grupos políticos que, por encima de los ordenamientos
jurídicos estatales, son autodesignados como “gobiernos encargados o interinos”,
abrogándose el ejercicio de funciones civiles, administrativas, militares, celebrando
acuerdos con empresas contratistas o grupos mercenarios o insurgentes,
narcotraficantes o paramilitares, para la implementación de actividades bélicas,
alteraciones del orden público, invasiones y apoderamiento de territorios, en ciudades y
zonas fronterizas. Esto ha desatado situaciones en las que, agrupaciones paramilitares
y grupos armados de diversa índole, han participado en la ejecución generalizada y
sistemática de desapariciones forzadas. Este importante dato es suficiente para
demostrar que la desaparición ha dejado de ser un delito esencialmente estatal.

Entonces, desde el punto de vista jurídico penal es imprescindible analizar en


cada caso concreto, las características del agente y la eventual existencia de vínculos
con el Estado.
La acción material abarca varias hipótesis: privar ilegítimamente prive de su
libertad a una persona, y negarse a reconocer la detención; o negarse a dar información
sobre el destino o la situación de la persona desaparecida, con la intención de impedir el
ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales y legales.
Señala la doctrina:

Para que pueda configurarse una desaparición forzada es necesario que la privación de
libertad adolezca de una ilegalidad, que contravenga las garantías establecidas por el
ordenamiento jurídico. La ilegalidad de la privación de libertad comprende los supuestos
en que una persona sufre una afectación de su libertad personal en contravención a
15
normas jurídicas y también los casos en que dicha afectación sea arbitraria, esto es,
carente de un fundamento razonable. (Sferraza, 2018, pág. 140)

El encabezamiento de la disposición del CPV indica…la autoridad pública, sea


civil o militar, o cualquier persona al servicio del Estado que ilegítimamente prive de su
libertad a una persona… (CPV, 2005).
Seguidamente, la norma dispone: y se niegue a reconocer la detención o a dar
información sobre el destino o la situación de la persona desaparecida, impidiendo el
ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales y legales…7
Tal negativa, según la doctrina:

…es la conducta que integra la segunda fase de la desaparición forzada y consiste en la negativa u
ocultamiento de la privación de libertad o de la información sobre la suerte y el paradero de la víctima. Se
trata un acto esencial de la desaparición forzada, porque permite diferenciarla de otros crímenes, tales como
el secuestro o la detención ilegal. (Sferraza, 2018, pág. 141)

Entonces es posible enumerar varias hipótesis para configurar la negativa de


información, fase siguiente a la privación ilegítima de libertad:

7 Al referirse a la naturaleza del delito de desaparición forzada de personas, Modolell sostiene que la ilegalidad
deriva de la falta de información, de negarle a la víctima la posibilidad de controlar su detención,
independientemente de que la privación de libertad haya comenzado siendo lícita o ilícita. (Modolell, 2009,
pág. 147)
1) La autoridad niega la información, sobre el hecho mismo de la privación de
libertad, el destino y el paradero de la persona desaparecida, asegurando desconocer
que la víctima haya sido privada de libertad o la posesión de informaciones previas sobre
su situación.
2) Oculta intencionalmente la información, impidiendo a los interesados su
conocimiento. Inclusive, si la víctima ha muerto, la autoridad se niega a suministrar
información sobre el destino de sus restos mortales.
3) La autoridad destruye las fuentes de la información o suministra información
errónea o tergiversada.
Por otra parte, advierte la doctrina jurídico penal:

Es de suma importancia destacar el nexo que existe entre la denegación de información y


el carácter permanente de la desaparición forzada. En efecto, la desaparición forzada es
un ilícito que se sigue cometiendo hasta que se obtenga información sobre el destino y
paradero de la persona desaparecida. Dicho de otro modo, la desaparición se prolonga
hasta que la persona desaparecida reaparece; o sea puesta en libertad; o cuando se
otorga la información sobre su privación de libertad, destino y paradero; o cuando se
localizan, identifican de manera fidedigna y entregan sus restos mortales, en caso de que
haya fallecido. (Sferraza, 2018, págs. 141-144)

16
El sujeto activo, en el delito en estudio, es la autoridad pública, civil o militar o
cualquier persona al servicio del Estado que, ilegítimamente prive de su libertad a una
persona, y realice las hipótesis arriba enumeradas que implican la negativa de
información. Pueden serlo también, miembros o integrantes de grupos o asociaciones
con fines terroristas, insurgentes o subversivos que, actuando como integrantes o
colaboradores de tales grupos o asociaciones, desaparezcan forzadamente a una
persona, mediante plagio o secuestro. Por la entidad especial del delito de desaparición
forzada de personas, se trata de sujetos activos calificados. Los autores reciben una
pena entre 12 y 18 años de presidio.
Por sus características, este delito exige el concurso de varias personas. En tal
virtud es adecuado referirse a “los perpetradores”, que estarán sujetos a la pena
correspondiente al hecho perpetrado. La amplitud de la expresión “perpetradores”,
abarca a los que ejecutan la desaparición forzada de una o más personas actuando
conjuntamente. La perpetración implicará la configuración del tipo penal. Es lo que se
conoce como coautoría. Los coautores son interdependientes alternativamente, deben
estar de acuerdo, necesariamente, para obrar conjuntamente ya que, por la complejidad
del delito de DFP, es prácticamente imposible que una persona realice todos los actos
necesarios para su consumación.
El autor mediato es aquel que se vale de otro para ejecutar el delito. En este delito
es altamente probable la existencia de uno o más autores mediatos. La doctrina habla
de autoría mediata en virtud de un aparato organizado de poder o dominio de la voluntad
en virtud de maquinarias o estructuras de poder organizado. La particularidad obedece
a la naturaleza del fenómeno de la organización de poder. Sea en virtud de autoridades
civiles o militares al servicio del Estado o de grupos o asociaciones con fines terroristas,
insurgentes o subversivos. (Modolell, Derecho Penal , 2014, pág. 191)
Puede haber uno o varios cooperadores inmediatos. El CP, en el artículo 83,
señala que cada uno de los perpetradores y de los cooperadores inmediatos queda
sujeto a la pena correspondiente al hecho perpetrado. Dice Modolell, que el cooperador
inmediato, es el sujeto que colabora, temporal o espacialmente, con la ejecución del
hecho. El criterio determinante va a ser únicamente la inmediatez de su ayuda. (Modolell,
Derecho Penal , 2014, págs. 195-196)
Asimismo, establece la norma, que los cómplices o encubridores de este delito,
serán sancionados con pena de 12 a 18 años de presidio.
La norma penal en estudio, coincide con el Estatuto de Roma, por cuanto en su
redacción…miembros o integrantes de grupos o asociaciones con fines terroristas,
insurgentes o subversivos que, actuando como miembros o colaboradores de tales
grupos o asociaciones, desaparezcan forzadamente a una persona, mediante plagio o
secuestro...admite la posibilidad de que miembros de una organización terrorista,
subversiva o insurgente enfrentada al Estado, cometan este hecho punible.
Surge la interrogante acerca de la existencia de la conducta negadora de
información cuando la desaparición forzada es imputable a los miembros de una
organización terrorista, subversiva o insurgente enfrentada al Estado. La doctrina 17
recomienda acudir a los instrumentos de derecho internacional, por ejemplo
…los Convenios de Ginebra como el Protocolo Adicional II (en adelante, Protocolo II), los
cuales obligan a los grupos armados no estatales que actúan como beligerantes en un
conflicto armado no internacional, al cumplimiento de ciertos deberes respecto de las
personas privadas de libertad. En efecto, el art. 3 común establece algunos estándares
mínimos de humanidad, mientras que el Protocolo II regula un abanico de derechos de las
personas privadas de libertad, siendo uno de ellos el derecho de comunicarse con el
mundo exterior. Además, las detenciones arbitrarias están prohibidas en el marco de un
conflicto armado no internacional… (Sferraza, 2018, págs. 151-152)

Sin embargo, se pueden presentar otro problema, como el hecho de carecer del
nivel de organización necesario para cumplir con el deber de otorgar información. La
problematicidad que conlleva incorporar los agentes no estatales entre los autores de la
desaparición forzada, obliga a acudir a las principales posiciones doctrinarias.
Una de estas posturas, desestima esta posibilidad, bajo el argumento siguiente:

El delito comentado implica una ilegalidad de la detención, por menoscabar derechos del
detenido; por lo tanto, el delito presupone que la persona que lleva a cabo la privación de
libertad tenga un deber jurídico especial de informar sobre el paradero del detenido y de
permitirle a este el control de su detención. Se trata, entonces, de un delito de infracción
de deber en el sentido tradicional del término, ya que el autor tiene un deber extra penal
con relación al sujeto privado de libertad. Dicho deber restringe el ámbito de la autoría a
las personas que están obligadas a cumplirlo. (Modolell, 2009, pág. 150)
No obstante, el peso teórico del razonamiento, es preciso admitir que existe una
realidad, la desaparición forzada de personas ha tenido como autores a personas
distintas a las que tienen un deber jurídico especial de informar sobre el paradero del
detenido y de permitirle a este el control de su detención. Circunscribir el ámbito de la
autoría sólo propiciaría la impunidad de este delito.
Para el abordaje de lo relativo al tipo de delito, el bien o los bienes jurídicos
tutelados y la aplicación del principio de irretroactividad de la ley, se examinará
someramente, la sentencia de la Sala Constitucional del TSJ, No. 1747, expediente 06-
1656.

La Sala Constitucional del TSJ, al conocer del recurso de revisión incoado por el
Ministerio Público, contra una decisión de la Sala de Casación Penal, por considerarla
violatoria del artículo 23 de la CRBV, por los siguientes motivos: a) el establecimiento del
delito de desaparición forzada de personas como un delito instantáneo; b) el
establecimiento del delito de desaparición forzada de personas como un delito que viola
únicamente la libertad personal; y c) la aplicación del principio de irretroactividad de la
ley, respecto del delito de desaparición forzada de personas, en cuanto al
establecimiento del delito de desaparición forzada de personas como un delito
instantáneo, si bien no se pronunció, se trascribe la posición del Ministerio Público:

…la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, afirmó erradamente que, el
delito de desaparición forzada de personas es un delito instantáneo. Sobre el particular, es
necesario señalar que, tanto, los instrumentos internacionales como la jurisprudencia
18
internacional de derechos humanos, han establecido la desaparición forzada de personas
como un delito continuado o permanente”.

Que así lo señala la Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra las
Desapariciones Forzadas, aprobada por la Asamblea General de la Naciones Unidas, en su
artículo 17, así como en la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, en su artículo III.

Además, que “en forma pacífica y reiterada la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
en numerosos fallos, ha tratado el delito de desaparición forzada de persona (sic) como
delito continuado”, como sucede en la sentencia del 2 de julio de 1996, caso: Blake vs
Guatemala.

Precisó que, para el Ministerio Público, “el delito de desaparición forzada de personas es un
delito permanente, afirmación que se efectúa de conformidad con los señalamientos
anteriores en concordancia con lo establecido por la doctrina penal respecto a la noción
conceptual, naturaleza y alcance de los delitos permanentes”.

Luego de indicar lo que señalan los autores Sosa Chacín, Giuseppe Maggiore, Mir Puig y
Manzini, destacó que el “delito de desaparición forzada de personas, dada su
particularidades, constituye un genuino delito permanente, pues lo que en realidad persiste
y se mantiene durante todo el desenvolvimiento de la acción material, es precisamente la
consumación del mismo ilícito, por tanto, no son sólo sus efectos los que perduran a futuro,
ni mucho menos las circunstancias colaterales o modales que rodean la conducta típica,
sino es precisamente su agotamiento el que no se satisface mientras el agente no disponga
voluntariamente la cesación del ilícito”.
Arguyó que “en el caso de marras, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, en su sentencia de fecha 11 de julio de 2006, erradamente ha afirmado que el delito
de desaparición forzada de personas es un delito instantáneo con efectos permanentes
mientras no aparezca el sujeto pasivo del delito, que tales efectos no son acciones y que
por lo tanto no son punibles. La consumación del delito de desaparición forzada de personas
se extiende de manera permanente hasta la aparición del cuerpo de la víctima. Sus acciones
constituyen un todo indivisible y persisten incluso más allá de la fecha en que se haya
producido la muerte de la víctima, pues uno de los hechos que conforman el delito de
desaparición forzada es el ocultamiento del cuerpo y, en algunos casos, su propia
destrucción, supuesto en el que se mantiene la permanencia del delito”.

…En el caso bajo estudio, el delito de desaparición forzada de personas en perjuicio del
ciudadano Monasterios y otro, se mantenía en forma permanente, vigente y actual para el
momento en que fue formulada la acusación por el Ministerio Público, pues incluso a la
fecha de la sentencia dictada por la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia (11 de julio de 2006), aún no había aparecido el cuerpo de la víctima”. (Rionero)

1) El establecimiento del delito de desaparición forzada de personas como


un delito que viola únicamente la libertad personal, fue controvertido por la Sala
Constitucional:

Este delito es pluriofensivo, por cuanto atenta contra varios bienes jurídicos fundamentales,
entre los cuales encontramos la libertad personal, la seguridad de las personas, la dignidad
humana y pone gravemente en peligro el derecho a la vida, como se extrae literalmente del
artículo 2 de la Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra la
Desapariciones Forzadas dictada por la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas, cuando señala que todo acto de desaparición forzada sustrae a la víctima
19
de la protección de la ley y le causa graves sufrimientos, lo mismo que a su
familia. “Constituye una violación de las normas del derecho internacional que garantizan a
todo ser humano, entre otras cosas, el derecho al reconocimiento de su personalidad
jurídica, el derecho a la libertad y a la seguridad de su persona y el derecho a no ser
sometido a torturas ni otra penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Viola, además,
el derecho a la vida, o lo pone gravemente en peligro”. (Santana, 2016)

2) La aplicación del principio de irretroactividad de la ley, respecto del delito


de desaparición forzada de personas, fue resuelta por la Sala Constitucional,

…compartiendo la premisa doctrinaria para dar operatividad al artículo 45 de la Carta


Magna, esta Sala precisa que si durante la privación ilegítima de libertad del sujeto pasivo
el sujeto activo sigue negado a revelar la suerte o paradero de la persona privada de libertad
o a reconocer que se encuentra bajo ese estado, y a su vez, entra en vigencia en esta
situación la tipificación legal del delito de desaparición forzada de personas, debe concluirse
que los sujetos implicados en ese comportamiento pueden ser juzgados y declarados
culpables y responsables del delito de desaparición forzada de personas, sin que ello
implique retroactividad de la ley penal, pues se trata de la aplicación de la ley que configura
el delito inconcluso.8 (Subrayado nuestro).

8
Artículo 45. ° Se prohíbe a la autoridad pública, sea civil o militar, aun en estado de emergencia, excepción o restricción de garantías,
practicar, permitir o tolerar la desaparición forzada de personas. El funcionario o funcionaria que reciba orden o instrucción para
practicarla, tiene la obligación de no obedecerla y denunciarla a las autoridades competentes. Los autores o autoras intelectuales y
materiales, cómplices y encubridores o encubridoras del delito de desaparición forzada de personas, así como la tentativa de comisión
del mismo, serán sancionados o sancionadas de conformidad con la ley.
En el 1er. aparte del artículo 180-a, se determina que este delito se considera como
“continuado”, mientras no se establezca el destino o ubicación de la víctima.
Sobre este particular, es preciso acudir al criterio jurisprudencial del Máximo
Tribunal de la República:
Ahora bien, pese a que el citado artículo 181-a (ahora 180-a) establece que el delito de
desaparición forzada de personas es un delito continuado, el artículo 17 de la
Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas
prescribe que todo acto de desaparición forzada será considerado como delito
permanente mientras sus autores continúen ocultando la suerte y el paradero de la persona
desaparecida y no se hayan esclarecidos los hechos. Tal diferencia normativa obliga a esta
Sala a precisar la naturaleza de dicho delito, es decir, si realmente es continuado o
permanente, toda vez que tanto la Declaración sobre la Protección de todas las Personas
contra las Desapariciones Forzadas dictada por la Asamblea General de la Organización de
las Naciones Unidas, como la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, forman parte del bloque de la constitucionalidad de acuerdo con el artículo 23
de la Carta Magna y conforme con lo asentado por esta Sala en sentencia N° 278/2002.

Al dilucidar si la desaparición forzada de personas es un delito permanente, la Sala


Constitucional, expresó:
…de acuerdo a la doctrina penal, los delitos de conducta permanente “son aquellos tipos en
los que la conducta del sujeto activo se prolonga en el tiempo, de tal manera que su proceso
consumativo perdura mientras no se le ponga fin por propia determinación del agente, como
resultado de maniobra de la víctima o en razón de las circunstancias ajenas a los
protagonistas de la acción” (Reyes Echandía, Alfonso. “Tipicidad”. Editorial Temis S.A. 20
Bogotá, Colombia. 1999. Página 140)”.
El delito permanente “supone el mantenimiento de una situación antijurídica de cierta
duración por la voluntad del autor (…); dicho mantenimiento sigue realizando el tipo, por lo
que el delito se sigue consumando hasta que se abandona la situación antijurídica” (Mir
Puig, Santiago. “Derecho Penal. Parte General”. Editorial PPU. Barcelona, España. 1990.
Página 216).
Entre los delitos de conducta permanente tenemos al secuestro, el rapto y la desaparición
forzada de personas, entre otros, toda vez que en todos ellos el proceso consumativo se
mantiene durante el tiempo en que el sujeto pasivo permanezca privado de su libertad.
(Santana, 2016)

A diferencia del delito continuado:


Distinto ocurre en los delitos continuados, ya que estos últimos existen, como lo señala la
Sala de Casación Penal, cuando el agente, con unidad de propósito y de derecho violado,
ejecuta en momentos distintas acciones diversas, cada una de las cuales, aunque integre
una figura delictiva, no constituye más que la ejecución parcial de un solo y único delito.
Ejemplo de estos últimos sería la estafa cometida por una persona a varias personas, en
distintas oportunidades, pero con el mismo acto de ejecución o “modus operandi”. (Santana,
2016)
Para concluir:
La desaparición forzada de personas, por tanto, es un delito permanente como lo señala el artículo 17
de la Declaración sobre la Protección de todas las personas contra las Desapariciones Forzadas, toda
vez que su consumación perdura en el tiempo hasta tanto el sujeto activo desee que ello culmine, o
bien, por circunstancias ajenas a su voluntad. (Santana, 2016)9

Interesa finalmente, establecer con claridad, la diferencia entre el secuestro y la


desaparición forzada de personas. (Modolell, 2009)
Sostiene Modolell, que un elemento esencial de la desaparición forzada es la
negativa de reconocer la privación de libertad. Este elemento debe estar presente en la
tipificación del delito, porque ello permite distinguirlo de otros, como por ejemplo el
secuestro. (Modolell, 2009, pág. 147)

La Oficina colombiana del Alto Comisionado para los DDHH, señaló:


Las principales diferencias entre la desaparición forzada y el secuestro son:
• El secuestro se refiere a la privación de libertad, sin que exista la negativa a reconocer
dicha privación de libertad como ocurre en la desaparición forzada.
• El secuestro supone una privación transitoria de la libertad que comporta normalmente un
propósito, a diferencia de la desaparición forzada cuyo propósito es la desaparición misma.
• El secuestro es un delito instrumental, es decir, un medio para conseguir un fin diverso, 21
mientras que la desaparición forzada es un fin en sí misma. (Oficina en Colombia del Alto
Comisionado para los DDHH, 2019, pág. 6)

Mientras que el secuestro, consiste en privar ilegítimamente de su libertad a una


persona o personas, para obtener de ellas, dinero, bienes, títulos, etc., o para hagan o
dejen de hacer algo, que produzca efectos jurídicos o altere de cualquier manera sus
derechos, a cambio de su libertad. La finalidad del secuestro es obtener algo a cambio
de su libertad. Por su parte, la desaparición forzosa de personas, se consuma en dos
actos: la privación de la libertad de una persona, seguida de su ocultamiento, y la
negativa a reconocer dicha privación, dar información sobre su destino, impidiendo el
ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales y legales. La finalidad de su
aprehensión es hacerla desaparecer.

Bibliografía consultada.

9
En la sentencia del año 2004 sobre el caso de la desaparición de Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, la Corte Suprema sostuvo que
el secuestro era un delito permanente. (Sferraza, 2018, pág. 149)
(s.f.). Recuperado el 27 de 11 de 2020, de Memoria y Resistencia: Close the
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23
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Resumen Latinoamericano.

24
A continuación, abordaremos el estudio del

Capítulo III De los delitos contra la libertad individual.

Algo de historia.

National Geographic nos enseña,


A finales del siglo XV, los exploradores españoles y portugueses que llegaban a África no
buscaban esclavos: el oro era su objeto del deseo. Tanto es así que hasta 1700 fue el oro,
y no los esclavos, el producto africano más codiciado por los europeos. Pero la situación
cambió con el desarrollo de las plantaciones de caña de azúcar. Los europeos buscaron
esclavos para trabajar en esos cultivos, primero en las islas atlánticas orientales, como
Madeira y Santo Tomé, y luego en el Nuevo Mundo.

El cultivo del azúcar requería una numerosa mano de obra dedicada a una actividad
incesante y ardua, sobre todo durante la cosecha. Era un trabajo muy duro que los
trabajadores libres europeos se negaban a realizar. De este modo, la creciente producción
de azúcar favoreció el trabajo forzado.

Los asalariados europeos y los trabajadores forzosos empleados en la producción de


azúcar solían sucumbir a las enfermedades endémicas de los climas tropicales donde
crece la caña de azúcar. Por otra parte, las infecciones llevadas por los europeos a
América habían diezmado la población indígena, lo que privó a los colonizadores de la
mano de obra autóctona que deseaban, y que buscaron en África. En el siglo XVIII, el 40
por ciento de los esclavos estaba empleado en plantaciones azucareras. (Flores, 2018)
25
La perversidad del tráfico de esclavos:

UN TRANSPORTE INHUMANO

El viaje en barco, conocido como middle passage o «pasaje medio», duraba entre dos y
tres meses, dependiendo de los puertos de salida y llegada. El abolicionista británico
William Wilberforce (1759-1833) declaró que «nunca se vio tanta miseria condensada en
un pequeño espacio como en un barco negrero durante el middle passage». En una de
estas naves podían hacinarse más de cuatrocientos cautivos, separados en tres grupos:
hombres; adultos jóvenes, y mujeres y niños. A las mujeres se les entregaba ropa ligera,
y a menudo sufrían violaciones por parte de la tripulación y el capitán. Los hombres
permanecían desnudos cuando hacía buen tiempo y por la noche se los trababa juntos
bajo la cubierta.
Las condiciones del viaje eran pésimas y las tasas de mortalidad llegaron al doce por
ciento a lo largo de cuatro siglos, pese a los esfuerzos de los esclavistas para preservar el
valor de sus cargamentos conservando la salud de los esclavos. Un medio para
conseguirlo era el ejercicio físico. Se forzaba a los cautivos a subir a cubierta para que
cantasen y bailasen, y si se negaban a participar en estas actividades podían ser
golpeados. Pero los esclavos morían pese a la seudociencia y a las supersticiones
europeas. La disentería y otros trastornos intestinales eran las causas de muerte más
comunes, aunque también se cobraban muchas vidas las enfermedades transmitidas por
los mosquitos, como la malaria y la fiebre amarilla, junto al escorbuto y las dolencias
respiratorias.

A algunos cautivos se los obligaba a menudo a trabajar en tareas como limpiar los
habitáculos de sus compañeros bajo cubierta o vaciar los calderos de materia orgánica y
fecal endurecida y otros fluidos corporales. Las mujeres se ocupaban sobre todo de la
preparación de la comida, basada en arroz, ñame y cereales, que constituían los
componentes básicos de la dieta a bordo. En alguna ocasión, se podía recompensar a los
que realizaban estas tareas añadiendo un poco de licor o tabaco como extra a las exiguas
raciones de alimentos.

Para saber más: La trata de esclavos. Hugh Thomas. Planeta, Barcelona, 1998.
"La abolición de la esclavitud". Historia NG, núm. 95.
El término negrero, ¿qué significa?
Bajo el término “negrero”, los diccionarios suelen incluir dos acepciones, una mecánica,
que alude a una profesión, (“persona dedicada a la trata de negros”), y la otra, que se
clasifica como sentido figurado, que se refiere a la condición moral (“persona de condición
dura, cruel para sus subordinados”). Por lo general, con el término “negrero” o “tráfico
negrero” se hace referencia a las personas que ejecutaban el trabajo directo, diario, a las
personas en contacto con los esclavos, mientras que los reyes, los gobernadores, la
iglesia, los legisladores, que regulaban, ajustaban y otorgaban los contratos, no parecen
ser incluidos en un “tráfico negrero” del cual ellos eran eslabón fundamental. (Gómez, s/f)

Al hablar de los delitos contra la libertad individual, en primer lugar, se debe tener
presente la CRBV, específicamente el artículo 54:

Artículo 54. Ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre. La trata de
personas y, en particular, la de mujeres, niños, niñas y adolescentes en todas sus formas,
estará sujeta a las penas previstas en la ley. (CRBV, 2009)

Definición del artículo 3 del “Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de
26
personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional”. Convención de las
Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional y sus protocolos, Viena,
2004, pp. 44-45.

Por “Trata de Personas” se entenderá la captación, el traslado, la acogida o la recepción


de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción,
al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a
la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una
persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación. Esa explotación incluirá,
como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual,
los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la
servidumbre o la extracción de órganos. (Defensoría del Pueblo manual de formación ,
2017)

Trata de personas (Ley Orgánica contra la delincuencia organizada y financiamiento al terrorismo)

Artículo 41. Quien como parte integrante de un grupo de delincuencia organizada


promueva, favorezca, facilite o ejecute mediante la captación, transporte, traslado, acogida
o recepción de personas, recurra a la amenaza, fuerza, coacción, rapto, engaño, abuso
de poder, situaciones de vulnerabilidad, concesión, recepción u otro medio fraudulento de
pagos o beneficios, para obtener el consentimiento de la víctima, directamente o a través
de un intermediario, o una persona que tenga relación de autoridad sobre la otra, para que
ejerza la mendicidad, trabajos o servicios forzados, servidumbre por deudas, 22 adopción
irregular, esclavitud o sus prácticas análogas, la extracción de órganos, cualquier clase de
explotación sexual; como la prostitución ajena o forzada, pornografía, turismo sexual y
matrimonio servil, aún con el consentimiento de la víctima, será penado o penada con
prisión de veinte a veinticinco años y la cancelación de indemnización por los gastos a la
víctima para su recuperación y reinserción social. Si la víctima es un niño, niña o
adolescente será penado o penada con prisión de veinticinco a treinta años. (GO 39912,
2012)

Trata de personas

La Trata de personas constituye uno de los principales problemas globales que de acuerdo a la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la OIT, es uno de los delitos más lucrativos en el
mundo, luego del narcotráfico y tráfico de armas.

Para el año 2000, la lucha contra la trata de seres humanos comenzó a formar parte de la agenda
de las Naciones Unidas, con la firma de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional y sus Protocolos, instrumento que persigue prevenir, reprimir y sancionar
la trata de personas, especialmente de mujeres y niños, en aras de eliminar ese comercio censurable
de seres humanos.

En ese sentido, el Protocolo contra la trata de personas contiene una definición convenida por la
comunidad internacional, en el apartado a) del artículo 3 de dicho Protocolo, el cual define trata de
personas de la siguiente manera:

Por ‘trata de personas’ se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción


de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al
fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o
recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad
sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la
prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la
esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
27
(UNODC, 2004, pp. 44-45).

Otro concepto sobre trata de seres humanos, derivado del anterior, es el concebido por la Oficina de
las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) que la define como: “El delito de trata de
personas consiste en utilizar a una persona con fines de explotación para obtener provecho propio
o de un tercero, haciendo uso de la coerción o la limitación de la libertad individual” (UNODC, 2009,
p. 28). (Rivero & Piña, 2021)

La LODMVLV, en el artículo 19, numeral 23, define:


23. Trata de mujeres, niñas y adolescentes:
Es la captación, transporte, traslado, acogida o recepción de mujeres, niñas y
adolescentes, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza o de otras formas de
coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de
vulnerabilidad o la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre mujeres, niñas o adolescentes,
con fines de explotación, tales como prostitución, explotación sexual, trabajos o servicios
forzados, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción
de órganos. (Ley Orgánica de Reforma a la LO sobre el Derecho de la Mujer a una Vida
Libre de Violencia, 2021)

Artículo 173. Cualquiera que reduzca a esclavitud a alguna persona o la someta a una
condición análoga, será castigado con presidio de seis a doce años. En igual pena
incurrirán los que intervinieren en la trata de esclavos. (CPV, 2005)
El esclavo se define como ser humano que por estar bajo el dominio absoluto de otro
carece de libertad.

El Acuerdo de Ginebra (1926), lo define como estado o condición de un individuo sobre


el cual se ejercen las atribuciones del derecho de propiedad o algunas de ellas. (Febres,
1993, pág. 114)

La norma en estudio, se refiere a someter a alguna persona, a una condición análoga.


La doctrina señala que, en general, la expresión es enigmática. Ante ello, los jueces,
deberán decidir la analogía existente entre el estado que se incrimina y la verdadera
esclavitud, distinguiéndolo de la mera privación ilegal de libertad, debiendo privar el criterio
de que ese estado implica una total o casi total pérdida de la libertad. (Febres, 1993, pág.
116)

La disposición, en su in fine, señala: En igual pena incurrirán los que intervinieren en


la trata de esclavos. La trata es el tráfico y transporte de esclavos con fines de lucro.
(Febres, 1993, pág. 116)

Al respecto, en el link, https://www.ohchr.org/es/special-procedures/sr-slavery, el


Relator Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, Tomoya Obokata,
señala:
28
El Artículo 4 de la DUDH proclama que “Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”.

La esclavitud fue la primera cuestión de derechos humanos que suscitó una amplia
preocupación internacional y, sin embargo, el problema perdura en la actualidad y las
prácticas análogas a la esclavitud también siguen siendo un asunto grave y persistente.

El mandato sobre las formas contemporáneas de la esclavitud abarca los aspectos


siguientes, sin limitarse a ellos: la esclavitud tradicional, el trabajo forzoso, la servidumbre
por deudas, la servidumbre de la gleba, el trabajo infantil en condiciones de esclavitud o
análogas a ésta, la servidumbre doméstica, la esclavitud sexual y los matrimonios serviles.
En calidad de sistema de trabajo permitido por la ley, la esclavitud tradicional se ha abolido
en el mundo entero, pero la práctica no ha sido erradicada por completo. La esclavitud
puede persistir como una mentalidad, entre las víctimas y sus descendientes y entre los
herederos de quienes la practicaron, mucho tiempo después de que la práctica formal haya
concluido.

Las formas contemporáneas de la esclavitud suelen abarcar a grupos de población muy


poco visibles, de los que algunos realizan trabajos ilícitos. La esclavitud se practica a
menudo en zonas remotas y el acceso puede verse dificultado o impedido cuando los
trabajadores participan en actividades ilícitas, cuando los lugares están aislados o cuando
las personas trabajan en países o regiones donde prevalece la violencia o la inestabilidad
política.

La mayoría de los afectados son los más pobres, los más vulnerables y los grupos sociales
marginados. El miedo, la ignorancia de los derechos que les asisten y la necesidad de
sobrevivir les disuaden de protestar.
Para erradicar realmente la esclavitud en todas sus formas, es preciso abordar las causas
profundas de esta práctica, tales como la pobreza, la exclusión social y todas las formas
de discriminación. Además, tenemos que promover y proteger los derechos de todos,
especialmente de las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Donde las
violaciones de derechos humanos ya se han perpetrado, tenemos la obligación de
restaurar la dignidad de las víctimas.

Informe sobre las formas contemporáneas de la esclavitud.

Este informe se presenta de conformidad con la resolución 42/10 del Consejo de Derechos
Humanos. En el informe, el Relator Especial sobre las formas contemporáneas de la
esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias, se centra en las formas
contemporáneas de la esclavitud en la economía informal y, en ese contexto, analiza los
factores que impulsan la informalidad y los perfiles de los trabajadores que la padecen
antes de analizar en qué medida y en qué sectores económicos prevalecen globalmente
tales formas contemporáneas de la esclavitud en la economía informal. En el presente
informe también se señalan los principales retos y algunas evoluciones para darles
respuesta.

El Relator Especial concluye que no todas las formas de trabajo informal tienen rasgos de
explotación o abuso, pero que en ciertos sectores económicos se observa un claro vínculo
entre la informalidad y las formas contemporáneas de la esclavitud. Señala que, aunque
no existe un enfoque único, la transición de la economía informal a la formal es importante
para promover el trabajo decente y reducir el riesgo de que aparezcan formas
contemporáneas de esclavitud en ese contexto. El Relator Especial formula
recomendaciones sobre cómo podría llevarse a cabo esa transición teniendo en cuenta
las leyes y normas internacionales de derechos humanos. (A/77/163: las formas 29
contemporáneas de la esclavitud en la economía informal -, 2022)

En Venezuela.

Aunque la esclavitud se caracteriza por ser un fenómeno de gran subregistro, en este momento hay
más seres humanos bajo distintas formas de esta práctica que en cualquier otro momento de la
historia. Preocupa la presencia de distintas formas de neo-esclavitud como la trata de personas, la
explotación laboral, la explotación, el tráfico y el turismo sexual, la servidumbre, el trabajo forzoso,
el trabajo forzoso infantil y el reclutamiento de niños. Así como también preocupa cómo las
condiciones de empleo precarias y de alta vulnerabilidad incluyendo un salario mínimo que supedita
a millones de venezolanos a vivir en pobreza extrema, han generado formas de trabajo forzoso y
explotación laboral. Esta investigación presenta un resumen detallado de la situación laboral en
Venezuela, con un especial énfasis en una de las zonas más afectadas por los vacíos del Estado:
el estado Bolívar. (Capriles, González, & Moya, 2021)

https://saber.ucab.edu.ve/xmlui/handle/123456789/20230

Esclavitud Moderna En Pueblos Y Comunidades Indígenas En El Estado Bolívar.

Moya, Eumelis; González, Camila; Veronico, Leonardo; Trujillo, Eduardo.

En un entorno profundamente afectado por la emergencia humanitaria compleja, se han


desarrollado condiciones que facilitan la instauración de ciertas formas contemporáneas
de esclavitud, especialmente a estas poblaciones en condición de vulnerabilidad,
abordándose con especial énfasis lo relativo a los pueblos y comunidades indígenas en el
estado Bolívar. Toda esta situación, se traduce en una crisis multinivel agravada en el
contexto de las restricciones por la pandemia del COVID-19. Con base en esto, el presente
estudio descubre la existencia de estas dinámicas de esclavitud moderna en Venezuela,
con énfasis en el estudio de la situación en el estado Bolívar. La situación de gran parte
de esta población originaria es de necesario estudio a la luz de la vulneración de sus
derechos fundamentales, especialmente aquellos propios de su cultura. Dentro de este
espectro, deben ser estudiados asuntos como la desasistencia a estas poblaciones, donde
se destaca la incapacidad de desarrollar dinámicas de adaptabilidad y supervivencia;
desde el 2018 no existe acceso a ninguna memoria y cuenta que permita evaluar, desde
la perspectiva del Estado, su desempeño en pro del ejercicio y disfrute de los derechos
que asisten a pueblos y comunidades indígenas. Es posible afirmar que en la actualidad
subsisten violación de derechos a comunidades e personas indígenas mediante formas
contemporáneas de esclavitud donde se comprende: la explotación laboral, servidumbre
doméstica involuntaria, trata laboral, trabajo forzoso infantil, explotación y esclavitud
sexual, y explotación sexual comercial de niños. A modo de recomendación se señala que
resulta necesario desarrollar políticas de educación e integración que desde lo intercultural
permita a pueblos y comunidades indígenas comprender y dimensionar las implicaciones
del marco jurídico que los asiste, para una exigencia asertiva del disfrute de sus derechos.
(Moya, González, & et al, 2022)

El delito se consuma tan pronto como el estado de sujeción ha sido creado, siendo
posible la tentativa.

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