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Retrasos por averías, condiciones climáticas adversas o carreteras en malas condiciones son
eventualidades que dificultan los procesos de entrega. En consecuencia, los fallos en
el transporte logístico generan problemas que inciden directa y negativamente en la
experiencia del cliente final. Por lo tanto, se hace necesaria una planificación previa de las
rutas de distribución para evitar este tipo de contratiempos.
Para realizar esta labor, es necesario disponer de herramientas tecnológicas que faciliten el
registro de los procesos. Según datos suministrados por TCOS, la implementación de
tecnologías de planificación de rutas puede generar una reducción de costes del 30% al 50%, lo
que confirma el amplio margen de rentabilidad que hay en el uso de estos sistemas.
Para planificar las rutas de distribución, las empresas deben considerar distintos elementos
que repercuten directamente en la optimización de su logística de transporte. Entre los
principales destacan:
Con esto, se identifican las carencias y fortalezas de las rutas actuales, lo que sirve como base
para diseñar una nueva red logística de entrega.
Selección del transporte: determinar cuáles son los vehículos adecuados con base en
el producto transportado y la ruta a recorrer.
Las rutas de distribución en la última milla se han convertido en un factor crucial para la
experiencia del cliente, y la tecnología juega un papel fundamental en ello. El seguimiento en
tiempo real y el análisis de los procesos mediante un software especializado es una de las
piezas claves para cumplir con los objetivos trazados por las organizaciones. De hecho, según
el reporte Acortando la última milla de DHL y Euromonitor, la implementación de este tipo de
tecnologías es uno de los pilares más importantes para mejorar las entregas de última milla.