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Nervios espinales torácicos

Aunque pueden existir variaciones anatómicas, la porción torácica del canal espinal
contiene las dos terceras partes de la médula espinal, que incluye del segundo
segmento torácico al primero sacro. Los nervios torácicos consisten en doce pares
de nervios espinales somáticos derivados de los segmentos homólogos de la
médula espinal localizados entre las vértebras séptima cervical y novena torácica.
Se forman dentro del canal espinal mediante la unión de la raíz anterior y la
posterior, emergiendo por debajo de la correspondiente vértebra por el foramen
intervertebral. A su salida se divide en un ramo anterior y un ramo posterior y
envía una rama recurrente, el nervio sinuvertebral de Luschka, que es una división
del ramo anterior, que se reintroduce por el agujero de conjunción y se anastomosa
con los nervios de otros niveles formando un plexo que inerva a las estructuras
anteriores del raquis, al ligamento vertebral común posterior, los vasos sanguíneos
del espacio epidural, duramadre anterior, las capas superficiales del anillo fibroso,
la vaina dural que rodea las raíces de los nervios espinales, y el periostio vertebral
posterior. Antes de la división en ramo anterior y posterior, el nervio espinal
torácico está conectado a la cadena torácica simpática por ramos comunicantes
blancos que contienen fibras mielínicas preganglionares y aferentes viscerales y
ramos comunicantes grises, que contienen fibras post-ganglionares no mielínicas. El
ramo posterior se divide en ramos mediales que inervan las articulaciones
interapofisarias de su nivel y de nivel inferior y ramos laterales que inervan las
articulaciones costo-vertebrales de su nivel y del inferior. La rama cutánea de la
división posterior del nervio T6 inerva la piel de los dermatomas T9 a T10 en su
parte posterior, el nervio T10 inerva la piel de la región de L2 a L3, y el nervio T12
inerva la región de L5 a S1.

Desde un punto de vista sindrómico y debido a que también hay patología grave y
urgente cardiaca no debida a cardiopatía isquémica, se puede distinguir entre dolor
de origen cardiovascular y dolor de origen no cardiovascular. El cardiovascular
puede ser isquémico o no. El isquémico se debe generalmente a la enfermedad
coronaria, aunque también se puede producir en la miocardiopatía dilatada
idiopática y en el prolapso mitral, mientras que el no isquémico puede producirse
por embolismo pulmonar, hipertensión pulmonar, pericarditis o disección aórtica,
patologías en su mayoría urgentes que no vamos a considerar aquí. En el no
cardiovascular se engloban todas las demás causas: digestivas,
musculoesqueléticas, neuromusculares, toracorrespiratorias, dolor referido y dolor
psicógeno.

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