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catalogo de sustancias y elementos

Elementos

Elementos para la tecnología

Este es el último post que vamos a hacer para celebrar el Año Internacional de la Tabla Periódica.
Hoy os vamos a contar algunos elementos que se utilizan para fabricar esos aparatos electrónicos
que tanto usamos cada día. Hoy os hablaremos del aluminio (Al), el silicio (Si), el neodimio (Nd), el
praseodimio (Pr) y el wolframio o tungsteno (W)

ALUMINIO

 
Su símbolo químico es Al y su número atómico es el 13. Es el tercer elemento más abundante en la
corteza terrestre, después del oxígeno y el silicio. Sus compuestos constituyen el 8% de la corteza
y está presente en muchas rocas.

Historia

El aluminio fue aislado por primera vez como elemento químico en 1825 por el danés Hans
Christian Oersted, si bien no logró la purificación completa. Otros autores prefieren darle la
paternidad del aislamiento a Friedrich Wöhler que, dos años después, ya sí consiguió purificar
totalmente el aluminio.

A mediados del siglo XIX el aluminio era considerado un metal de raro, poco frecuente, puesto que
la producción mundial era muy escasa, de menos de dos toneladas al año. En esa época, dada su
escasez era además un metal muy caro y valioso (valía tanto como la plata) y se exhibieron barras
de aluminio junto con las joyas de la corona de Francia en la Exposición Universal de 1855. En 1889
se descubrió un método sencillo de extracción del metal aluminio lo cual hizo que los precios
cayeran en picado y comenzara su uso masivo en distintos campos, comenzando por la
construcción.

Propiedades

Es un metal poco denso, ligero, muy resistente a la corrosión y con una importante resistencia
mecánica, sobre todo cuando se hacen aleaciones con otros materiales. Esto hace que sea muy
empleado en ingeniería de estructuras.

Además, es un buen conductor de la electricidad y el calor.

Obtención y aplicaciones

El aluminio se extrae del mineral bauxita fundamentalmente, aunque también se puede obtener
de la criolita. Es un proceso que requiere de mucha energía y genera mucho dióxido de carbono.
Para la extracción se emplea el proceso Bayer que lo que hace es obtener de la bauxita óxido de
aluminio (alúmina). A continuación, se obtiene aluminio metálico mediante electrólisis.
Como todos sabéis el aluminio tiene una gran importancia industrial. De hecho, se producen unos
25 millones de toneladas al año, referida esta cifra solo al aluminio primario, es decir, sin contar el
reutilizado y el que se emplea en aleaciones. Como dato curioso, se considera, que alrededor del
75% de todo el aluminio producido a lo largo de la historia sigue todavía en uso. Esto nos vale para
darnos una idea de sus propiedades de resistencia y durabilidad.

El aluminio prácticamente nunca se usa puro, sino que se suele alear con otros metales para
mejorar alguna de sus características, como la resistencia. El aluminio se emplea en muchos
campos:

 Material para hacer las estructuras de aviones, barcos, trenes, automóviles


 Material estructural en edificios
 Conducciones eléctricas, como torres de alta tensión
 Elementos constructivos como ventanas, puertas, armarios…
 Latas de conserva, refrescos, cerveza…
 Chasis de productos de electrónica de consumo. Se emplea por su alto coeficiente de
conductividad térmica. Es decir, el aluminio permite al dispositivo disipar eficientemente
el calor acumulado.

SILICIO
Su símbolo químico es Si y su número atómico el 14. Es el segundo elemento más abundante en la
corteza terrestre. Hay que tener en cuenta que más del 90% de la corteza terrestre está formada
por silicatos. Así, son silicatos el cuarzo, feldespato, olivina… Son minerales muy comunes y que
podemos encontrar en casi cualquier parte del mundo.

Composición química de la corteza terrestre

Historia

El primero que aisló silicio puro fue el sueco Berzelius en 1824, pese a que otros lo habían
intentado antes y ya desde 1800 se había determinado que era un elemento químico. Su nombre
deriva de la palabra sílex, que significa pedernal.

Propiedades

El silicio está actualmente clasificado como un no metal, aunque a veces se le considera un


semimetal, debido a que tiene propiedades tanto de los metales como de los no metales. Es un
elemento semiconductor, con propiedades eléctricas que no son ni las de los metales ni las de los
aislantes.

Obtención y aplicaciones

El silicio elemental se produce industrialmente por medio de la reducción de cuarzo con coque en
hornos eléctricos.

El silicio está presente en todos los aparatos electrónicos que utilizamos a diario, puesto que es la
base para la fabricación de los circuitos integrados. Todo tipo de dispositivos electrónicos
funcionan emitiendo y recibiendo pequeñas señales eléctricas, que han de ser amplificadas para
luego ser convertidas en imágenes, sonido, datos, etc. Antiguamente para lograr esta
amplificación se empleaban tubos de electrones o de vacío, que tenían la desventaja de ocupar
mucho espacio (recordemos los antiguos televisores y radios o incluso los primeros ordenadores,
que ocupaban habitaciones enteras). A finales de los 50 estos tubos fueron sustituidos por los
circuitos integrados, formados por diodos y transistores compuestos por silicio y germanio. El
primer circuito integrado fue ideado por Jack Kilby y era un circuito electrónico cuyos
componentes estaban en un solo trozo de un material semiconductor, que ocupaba la mitad de
espacio de un clip. La aparición de estos circuitos supuso una auténtica revolución. Y, como ya
estáis imaginando, el material semiconductor del que están hechos es el silicio. Por cierto, a Kilby
le dieron el Nobel de física en el año 2000.

El silicio en electrónica debe ser extremadamente puro y, además, monocristalino. El proceso para
obtener el cristal de silicio para los elementos electrónicos lo desarrolló el polaco Jan Czorchalski y
da lugar a las conocidas obleas de silicio.
También están hechos de silicio las células solares de los paneles solares que ya vemos por todas
partes.

Además de en electrónica, el silicio se usa en otros campos. Por ejemplo, en la construcción, para
la fabricación de cementos ladrillos, esmaltes. También se utiliza para fabricar siliconas o en la
elaboración de vidrios.

NEODIMIO Y PRASEODIMIO

Son dos elementos que forman parte de las denominadas tierras raras. Sus símbolos químicos son,
respectivamente, Nd y Pr y sus números atómicos 60 y 59. El praseodimio es el elemento número
39 en cuanto a su abundancia en la corteza terrestre (aproximadamente 9,2 gramos por tonelada),
mientras que el neodimio es más abundante, puesto que ocupa el lugar 27, con 41,5 gramos por
tonelada.

Historia

En 1840 el sueco Carl Gustaf Mosander, discípulo de Berzelius, descubrió que el cerio contenía dos
nuevos elementos. A uno lo denominó lantano (en griego significa “yacer escondido”) y al otro
didimio (“gemelo” en griego), porque se parecía mucho al lantano. Se le otorgó el símbolo químico
Di. Sin embargo, en 1874, Per Teodor Cleve determinó que el didimio en realidad no era un
elemento químico, sino que hecho de dos elementos. En 1879, Paul Emile Lecoq de Boisbaudran
logró “dividir” el didimio en dos, puesto que aisló una tierra nueva, samario, a partir del didimio
obtenido del mineral samarskita. En 1885 el austriaco Carl Auer informó que había dividido el
didimio en dos componentes. A uno de ellos le llamó praseodimio, por el color de sus sales (del
griego “gemelo verde”). Al otro componente le denominó neodimio (“nuevo gemelo”).
Imagen obtenida de http://ciencianet.com/ (Antonio Varela)

Propiedades

El neodimio es un metal plateado muy reactivo que se oxida fácilmente en contacto con el aire.

El praseodimio es un metal plateado que se oxida fácilmente en presencia de aire húmedo, dando
lugar a un óxido de color verdoso.

Obtención y aplicaciones

El neodimio es uno de los metales más valiosos de los considerados como tierras raras. El 95% de
su extracción proviene de China.

El neodimio y el praseodimio en la naturaleza están presente fundamentalmente en dos


minerales, la monacita y la batsanita. Es de ellos de donde se extrae mayoritariamente, puesto que
no se encuentran como elementos libres.
Monacita

El neodimio se emplea para fabricar auriculares, micrófonos, discos duros e infrarrojos. Su uso es
habitual en los condensadores de aparatos electrónicos.

El óxido de neodimio, Nd2 O3, se usaba en los tubos de televisión para aumentar el contraste y en
algunos láseres.

El cristal de didimio (Didymium glass) es una mezcla de neodimio y praseodimio que es capaz de
absorber el calor de la radiación infrarroja, por lo que se emplea en gafas de protección para
trabajadores de soldaduras o sopladores de vidrio.

El neodimio y el praseodimio juntos también se emplean para crear imanes permanentes muy
potentes. Y pensaréis ¿para qué se pueden usar estos imanes? Pues forman parte de uno de los
tipos de motores que equipan los actuales coches eléctricos. Aquí podéis leer un artículo muy
interesante sobre el uso del neodimio en coches eléctricos.

Llamativo es también el uso del praseodimio en los motores de aviones. Se utiliza como agente de
aleación junto con el magnesio para dar lugar a metales de alta resistencia que se utilizan en este
tipo de motores.

El praseodimio es también un elemento importante para parte de nuestro ocio, puesto que forma
la base de las luces utilizadas en la industria cinematográfica.

También se emplea en la fabricación de mecheros, en muy baja cantidad.

Y, atención, el praseodimio forma parte de algo sin lo que hoy no podríamos vivir: los cables de
fibra óptica.

Wolframio o Tungsteno
Su símbolo químico es W y su número atómico el 74. Ocupa la posición 57 en cuanto a abundancia
en la corteza terrestre. No se encuentra como elemento en la naturaleza, sino combinado con
otros elementos químicos.

Historia

Es uno de los tres elementos de la tabla periódica descubiertos por investigadores


hispanoamericanos (los otros dos son el platino y el vanadio). Carl Wilhem Scheele obtuvo
tungsteno ácido en 1781, pero fueron los hermanos españoles Juan José y Fausto d’Elhuyar los
que aislaron por primera vez el tungsteno metal en 1783. El aislamiento se logró concretamente
en los laboratorios del Seminario de Vergara, en Guipuzcoa.

El nombre wolframio fue otorgado al nuevo mineral por los hermanos d’Elhuyar. Tung
sten significa en sueco “mineral pesado” y el nombre se le puso por un mineral muy pesado que se
encontró en la provincia de Dalecarlia, en Suecia, en 1750. Sobre ese mineral es sobre el que se
empezó a investigar un elemento desconocido en esa época, nuestro protagonista. El uso de un
nombre u otro dependía sobre todo del país. El sueco Berzelius, autoridad en su época, abogaba
por wolframio y de hecho fue el que otorgó al elemento su símbolo químico, W. Hoy en día está
mas extendido el uso de tungsteno que el de wolframio.

Propiedades

El tungsteno presenta el punto de fusión más alto de todos los metales, 3.410 ºC. Además, es muy
denso y duro.

Obtención y aplicaciones

Para obtener tungsteno se parte de minerales que lo contienen, como la wolframita. Estos
minerales se funden en presencia de carbonato de sodio y luego se trata con ácido clorhídrico para
obtener óxido de wolframio. Finalmente, se reduce el óxido por medio de una corriente de
hidrógeno.
Su elevado punto de fusión hace que el tungsteno se utilice en los filamentos de las lámparas
incandescentes. Esta propiedad también es la que hace que se utilice para fabricar herramientas
como sierras de alta velocidad que se calientan al usarse. Gracias al tungsteno, estas sierras
permanecen afiladas pese a las altas temperaturas que alcanzan durante su uso.

Los filamentos de tungsteno también se utilizan para generar rayos X y en la fabricación de los
microscopios electrónicos.

También se emplea tungsteno en las bolas de los bolígrafos, y en la punta de los proyectiles,
precisamente debido a su dureza. Y, para evitar el poder de estas balas, también se equipa en
partes de los blindajes de los tanques.

El desarrollo tecnológico que hemos alcanzado ha sido propiciado por nuestra capacidad de
innovar, pero al mismo tiempo ha estado profundamente condicionado por los recursos que
hemos necesitado para ejecutarlo.

De algunos de los elementos que nos han ayudado a alcanzar la madurez tecnológica que tenemos
actualmente os hemos hablado con bastante profundidad en otros artículos, pero hay otros que
con toda probabilidad soportarán nuestro desarrollo tecnológico en el futuro.

El cobalto, el paladio o el coltán, que son algunos de los recursos de los que ya os hemos hablado,
van a seguir siendo muy importantes durante mucho tiempo, pero no cabe duda de que en el
futuro van a compartir protagonismo con otros elementos cuyo peso específico se está
incrementando a un ritmo vertiginoso, y de los que en gran medida dependerá nuestro desarrollo
tecnológico futuro.

Algunos recursos van a tener una importancia estratégica durante las próximas décadas porque
serán esenciales en la fabricación de baterías y en la fusión nuclear

De hecho, algunos de ellos ya tienen un papel fundamental en varias de las industrias sobre las
que se erige la economía mundial. Este artículo está dedicado a cinco de esos recursos. Lo que os
proponemos no es otra cosa que repasar juntos para qué los utilizamos (o los utilizaremos), por
qué serán aún más relevantes en el futuro, y, sobre todo, en qué regiones del planeta se
encuentran (ahí va un pequeño espóiler: uno de ellos no se encuentra en nuestro planeta).

Su ubicación geográfica es crucial porque representan una fuente de riqueza muy valiosa que con
frecuencia no está en manos de las principales potencias tecnológicas. Esperamos que os apetezca
acompañarnos en este viaje.

El litio es muy codiciado hoy, y lo será aún mucho más en el futuro

El indiscutible protagonismo que van a adquirir los vehículos eléctricos durante los próximos años
va a colocar al litio como uno de los recursos más valiosos del planeta. De eso no cabe la menor
duda.

Su relevancia está provocando que las compañías de la industria del automóvil estén


desarrollando estrategias para aprovisionarse de este elemento químico con la anticipación que
requiere la inminente «explosión» del coche eléctrico. Tesla es una de esas compañías.

Las propiedades fisicoquímicas del litio lo hacen idóneo para intervenir en la fabricación de las
baterías

Lo que hace al litio tan especial son sus peculiares propiedades fisicoquímicas. El propósito de este
artículo no es indagar en ellas, pero nos viene bien recordar que es un elemento químico muy
atractivo para intervenir en el electrolito tanto de las baterías de iones de litio con electrolito
líquido, bajo la forma de sales de litio, como en las que utilizan un electrolito sólido de naturaleza
cerámica, en este caso adoptando la forma de óxido de litio. También suele estar presente en el
electrodo positivo de la batería (el electrodo negativo suele ser mayoritariamente de grafito).

Las baterías de iones de litio se han impuesto de una forma muy rotunda a las demás tecnologías
de baterías, como las de níquel-cadmio o las de níquel e hidruro metálico, entre otras, gracias a su
casi total inmunidad al efecto memoria, su alta densidad energética, su relativa ligereza y a una
degradación de los electrodos lenta y gradual que les permite alcanzar una vida útil prolongada.
No obstante, también tienen puntos débiles.
La democratización del coche eléctrico provocará que la industria de la automoción consuma
grandes cantidades de litio para autoabastecerse de baterías.

El más relevante es su gran sensibilidad a los cambios de temperatura en general. El valor óptimo
de trabajo es 25 ºC, de manera que cuando la temperatura se aleja de esta cifra tanto por debajo
como por encima, la degradación de la batería se incrementa.

Otro hándicap importante de las baterías de iones de litio que a los usuarios nos interesa tener en
cuenta es que se degradan cuando se produce una descarga completa, por lo que en la medida de
lo posible lo ideal es mantenerlas con una carga que se mueva permanentemente entre el 20 y el
80%.

Las baterías de iones de litio se degradan cuando se produce una descarga completa, por lo que lo
ideal es mantenerlas permanentemente entre el 20 y el 80% de carga

Este elemento químico es relativamente abundante en nuestro planeta, aunque no se encuentra


en estado libre, por lo que está presente de forma natural en los compuestos que podemos
encontrar en las sales y las rocas ígneas.

Los científicos creen que el agua del mar contiene aproximadamente 230 000 millones de
toneladas de litio en una concentración que oscila entre 0,14 y 0,25 partes por millón, y también
consideran que constituye alrededor del 0,002% de la corteza terrestre. Y, por fin, llegamos a la
pregunta del millón: ¿dónde están las mayores reservas de litio conocidas?
EN XATAKA

Los ordenadores cuánticos, explicados: cómo funcionan, qué problemas pretenden resolver y
qué desafíos deben superar para lograrlo

No es fácil estimarlo con precisión, pero según los registros del Servicio Geológico de Estados
Unidos las mayores reservas conocidas están en Chile, Australia, Argentina y China.

Otros países que también tienen unas reservas de litio notables son Estados Unidos, Canadá,
Zimbabue, Brasil y Portugal, aunque los técnicos creen que sus depósitos no son tan abundantes
como los de los cuatro primeros países que he citado en este párrafo.

El cobalto va de la mano del litio en las baterías

El rol del cobalto en las baterías es crucial: incrementa el rendimiento del litio

Además de los puntos débiles que hemos repasado en la sección anterior las baterías de iones de
litio tienen otros hándicaps que también nos interesa conocer. Los más relevantes son la
posibilidad de sobrecalentarse hasta el punto de llegar a explotar si se dan unas determinadas
condiciones (todos recordamos lo que sucedió a Samsung con su controvertido Galaxy Note 7);
soportan un número de ciclos de carga y descarga inferior a las baterías de níquel-cadmio y similar
a las de níquel-metal hidruro; si la temperatura ambiental es muy baja su rendimiento puede
reducirse hasta un 25%, y, además, su fabricación es cara, aunque su coste se ha reducido durante
los últimos años gracias a su producción masiva.

En las baterías el cobalto se utiliza para incrementar sensiblemente el rendimiento del litio, lo que
hace posible dilatar la autonomía de nuestros dispositivos, que es lo que todos queremos. De
hecho, esta aplicación del cobalto se ha empezado a explotar de forma masiva durante los últimos
dos o tres años, por lo que hasta ese momento este metal era adquirido mayoritariamente a quien
se encarga de su extracción por las empresas que se dedican a la fabricación de aleaciones para
aplicaciones industriales.

El cobalto se utiliza en el electrodo positivo de las baterías, aplicándose en forma de óxido para
dar forma a una matriz o un sustrato sobre el que se depositan unos pequeños parches de óxido
de litio. De esta manera es posible obtener una capacidad de almacenamiento que es casi tres
veces mayor que la de las baterías de iones de litio que no recurren al cobalto. Además, su
capacidad se reduce solo un 1,8% después de completar unos 130 ciclos de carga, lo que no está
nada mal.
El 60% del cobalto mundial se extrae de las minas de la República Democrática del Congo

Ya sabemos para qué se utiliza este elemento químico en el escenario que lo va a consolidar como
un recurso muy valioso durante los próximos años, por lo que ahora nos queda preguntarnos
dónde está. Según el Instituto de Desarrollo del Cobalto (CDI), una organización internacional sin
ánimo de lucro que se creó en 1982 para defender la producción y el uso responsable de este
metal, en torno al 60% del cobalto mundial es extraído de las minas de la República Democrática
del Congo. Curiosamente, este país africano alberga también una de las mayores reservas de
coltán, cobre y níquel del mundo.

El CDI también apunta que el 45% de todo el cobalto que se extrae se utiliza en la fabricación de
baterías de iones de litio. Canadá, Australia, Filipinas, Cuba, Zambia, Rusia y Nueva Caledonia
también tienen minas de cobalto, pero su aportación a la producción mundial es muy inferior a la
de la República Democrática del Congo. De hecho, la de cada uno de estos países oscila entre el 3 y
el 6% del total.

Estas cifras son importantes porque pueden ayudarnos a entender la relevancia que ha
adquirido el mercado del cobalto para los fabricantes de dispositivos electrónicos y baterías.

De hecho, la necesidad de obtener el suministro que necesitan para mantener sus niveles de
producción ha contribuido a sostener la inestabilidad que asola desde hace años no solo la región
del Congo, sino también algunos de los países fronterizos, como Ruanda, en los que hay grupos
armados que también tienen interés en hacerse con el control de las minas de coltán, níquel y
cobalto.

El boro ya es apreciado, y es muy probable que en el futuro lo sea mucho más

En la corteza terrestre el boro es relativamente escaso. Podemos encontrarlo en rocas como el


bórax o la colemanita, que se forman de manera natural debido a la evaporación del agua rica en
sales de algunos lagos sometidos a altas temperaturas y ubicados en zonas desérticas.

Las peculiares propiedades fisicoquímicas del boro nos permiten utilizarlo en un abanico de
aplicaciones amplísimo
También lo podemos encontrar disuelto en el agua del mar debido a la precipitación de las
partículas de boro suspendidas en la atmósfera, así como a la erosión de las rocas que lo
contienen y a su circulación a través del ciclo hidrológico, que explica cómo el boro disuelto en
agua es transportado hasta los océanos por las escorrentías.

Es un semiconductor, lo que significa que dependiendo de las condiciones de presión,


temperatura, radiación u otras a las que lo expongamos se comportará como un conductor de la
corriente eléctrica o como un aislante. Y, además, es un semimetal, por lo que tiene tanto algunas
de las propiedades características de los metales como otras de los no metales.

Sus propiedades fisicoquímicas nos permiten utilizarlo en un abanico de aplicaciones muy amplio,


pero lo que posiblemente lo hará muy apreciado durante las próximas décadas es la posibilidad de
utilizarlo para fabricar borofeno.

EN XATAKA

«Con MareNostrum 5 podríamos quedar entre los tres supercomputadores más rápidos del
mundo, pero no es nuestro objetivo», Mateo Valero, director del BSC

Para obtener una lámina de este material es necesario lograr que los átomos de boro adopten una
estructura bidimensional monocapa. Esto significa, sencillamente, que es necesario enlazarlos de
manera que formen una única capa de átomos de boro con un espesor de un solo átomo.

Para lograrlo se utiliza un procedimiento conocido como deposición química de vapor, que


consiste en conseguir que un gas muy caliente que contiene átomos de boro se condense sobre
una superficie muy homogénea de plata pura. Esta última está a una temperatura muy inferior a la
del gas con el objetivo de que el boro cristalice sobre ella, adoptando la forma de una única y
finísima capa de átomos.

Las características que permiten al borofeno erigirse como un material con un futuro muy
prometedor son su flexibilidad, su extrema dureza (es más duro que el diamante), su ligereza, su
excelente conductividad eléctrica y su alto índice de conductividad térmica.
El boro aparece en rocas como el bórax o la colemanita, y también disuelto en el agua del mar.

Además, bajo las condiciones de presión y temperatura adecuadas se comporta como un


superconductor, tiene una gran capacidad de captura de átomos de hidrógeno y es capaz de
actuar como reactivo, por lo que, en teoría, podrá utilizarse en numerosas reacciones químicas.
Como veis, la retahíla de propiedades interesantes que tiene el borofeno es bastante
impresionante.

La reserva de boro de Turquía satisface por sí sola la mitad de la demanda mundial

Una de las aplicaciones que los técnicos que están trabajando con este material tienen mejor
atadas consiste en que gracias a su ligereza, alta conductividad y elevada capacidad de transporte
de iones es un candidato ideal para fabricar los electrodos de las baterías de iones de litio, sodio,
potasio, magnesio o aluminio que utilizamos actualmente.

Además, su alta capacidad de almacenamiento de hidrógeno en el futuro podría tener un rol


fundamental en el desarrollo de nuevas pilas de combustible, entre otras posibles aplicaciones.

Pero aún nos queda una pregunta importante por responder: ¿dónde están localizados los
principales depósitos de boro? El mayor productor mundial de este elemento químico es Turquía,
un país que satisface por sí solo la mitad de la demanda mundial de este recurso.

Otros países que, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, tienen depósitos de
boro importantes son Estados Unidos, Rusia, Chile y China, aunque las reservas de todos ellos son
sensiblemente más reducidas que las de Turquía.

El estaño se postula como un ingrediente esencial en los futuros paneles fotovoltaicos


Las perovskitas son el santo grial de las tecnologías fotovoltaicas. Esta denominación describe una
familia de materiales cuya estructura cristalina es similar a la de un material llamado titanato de
calcio.

Las perovskitas aspiran a revolucionar las tecnologías fotovoltaicas del futuro

Las perovskitas fueron descubiertas a finales del siglo XIX por el científico ruso Lev Alekseyevich
von Perovski, y su enorme interés en las tecnologías fotovoltaicas procede de unas propiedades
que las hacen óptimas desde el punto de vista teórico para convertir la energía solar en energía
eléctrica. Hay una propiedad que tiene que tener un semiconductor para que sea óptimo, al
menos en teoría, que se conoce como el gap de energía.

Es un concepto que viene de la física cuántica e identifica la mínima energía que puede absorber
un material. Para que la célula solar que queremos fabricar con ese material sea óptima tiene que
estar en el entorno de 1,5 electronvoltios (eV), y hay una familia de materiales perovskita que
tiene esa propiedad.

Además, esos materiales absorben muy bien la radiación solar, por lo que hace falta muy poco
material para que absorba la radiación del Sol. Estas dos condiciones hacen a las
perovskitas candidatos óptimos. Pero también concurren otras circunstancias.

Los elementos químicos con los que las podemos fabricar son muy abundantes en la corteza
terrestre (carbón, nitrógeno, hidrógeno, plomo…), y, además, producirlas es fácil y barato.
Confluyen muchos factores favorables, pero también tienen inconvenientes.

EN XATAKA

Por qué hay algo en vez de nada: qué nos dice la ciencia acerca del origen cuántico del universo

El más relevante de todos ellos consiste en que las perovskitas que mejor funcionan son las que
tienen plomo, y es un elemento muy contaminante. De hecho, hay países de Europa que
directamente lo tienen prohibido, como Suiza.

Y este hándicap es el que ha provocado que entre en la ecuación el elemento químico que nos
interesa en este artículo: el estaño. Los grupos de investigación que están trabajando con
perovskitas proponen reemplazar el plomo por estaño, pero al hacerlo las células solares no son
tan buenas porque tienen una eficiencia mucho más baja. Este es uno de los peros.
La otra desventaja es que se degradan muy rápidamente en contacto con el ambiente. Son muy
sensibles a la humedad, al calor y a cualquier agente ambiental.

Las perovskitas absorben muy bien la radiación, por lo que hace falta muy poco material para que
absorba la radiación del Sol.

Para que sean estables las perovskitas necesitan estar perfectamente herméticas y encapsuladas,
algo que no es especialmente complejo debido a que las células de silicio también están
encapsuladas, pero no es tan sencillo hacerlo como con el silicio.

Estas son las limitaciones que hay en este momento, pero los científicos están trabajando
para resolver los desafíos que plantean las perovskitas que contienen estaño.

Los mayores depósitos de estaño del planeta se encuentran en China

Ignacio Mártil de la Plaza, doctor en física y catedrático de electrónica en la Universidad


Complutense de Madrid que dedica su actividad docente e investigadora a las tecnologías
avanzadas en células solares, nos confirmó durante la conversación que mantuvimos con él hace
varias semanas que si los técnicos consiguen resolver las escasas contraindicaciones que tienen las
perovskitas que contienen estaño lograrán revolucionar las tecnologías fotovoltaicas durante los
próximos años.

Como hemos visto, los elementos químicos con los que podemos fabricarlas son muy abundantes
en la corteza terrestre, pero el ingrediente que nos ha traído hasta aquí es el estaño. De acuerdo
con el Servicio Geológico de Estados Unidos los mayores depósitos de este recurso residen en
China, aunque también cuentan con reservas importantes Indonesia, Brasil, Australia, Bolivia y
Rusia, entre otros países.
EN XATAKA

Los 20 ordenadores personales más importantes de la historia de la tecnología

El helio-3 será un recurso clave en la fusión nuclear

Para que la fusión nuclear comercial llegue a buen puerto los técnicos que están trabajando en ella
deberán sortear numerosos retos. Aun así, si todo sale como está previsto las primeras centrales
eléctricas equipadas con reactores de fusión nuclear deberían estar listas durante la década de los
años 60.

Los dos elementos químicos que intervendrán en las reacciones de fusión que tendrán lugar
dentro de los reactores son el deuterio y el tritio, dos isótopos del hidrógeno cuyos núcleos, al ser
sometidos a temperaturas cercanas a los doscientos millones de grados Celsius, comienzan a
fusionarse.

Los dos elementos químicos que intervendrán en las reacciones de fusión nuclear que tendrán
lugar dentro de los reactores son el deuterio y el tritio. Son dos isótopos del hidrógeno

Cuando se produce la fusión obtenemos un núcleo de helio-4, que tiene dos protones y dos
neutrones, y un neutrón de alta energía que queda libre. Al mismo tiempo se produce la liberación
de una gran cantidad de energía. El núcleo de helio-4 es estable, y, por tanto, no es radiactivo,
pero con el neutrón de alta energía tenemos un problema.

Y es que como tiene carga eléctrica neutra (los quarks que lo forman sí tienen carga eléctrica, pero
su suma es cero), no puede ser confinado por el campo magnético que retiene al plasma y acaba
chocando con las paredes del contenedor, que estarán recubiertas de litio con el objetivo de
generar nuevo tritio que se reutilizará en la reacción de fusión.
Si el itinerario previsto por los países que participan en ITER se cumple las primeras centrales
eléctricas equipadas con un reactor de fusión nuclear estarán listas durante la década de los 60.

Desde el punto de vista de la gestión de los residuos esta estrategia plantea un problema: los
neutrones de alta energía pueden chocar con los núcleos de las paredes del contenedor,
degradando así el material y volviéndolo radiactivo.

Esto implica no solo que sea necesario reemplazar el contenedor cada vez que se haya degradado
lo suficiente para que no sea seguro llevar a cabo la fusión nuclear en su interior, con el gasto que
conlleva, sino también gestionar los residuos radiactivos resultantes de la interacción de los
neutrones de alta energía con los núcleos de las paredes del contenedor.

EN XATAKA

El CERN continúa reinventándose para elaborar nueva física: estas son las dos estrategias que le
permitirán ir más allá del bosón de Higgs

Los científicos que están trabajando en el proyecto IFMIF-DONES (International Fusion Materials
Irradiation Facility-DEMO Oriented NEutron Source) intentan resolver, o, al menos, atenuar este
problema. En cualquier caso, plantea un desafío muy inferior al que actualmente nos obliga a
enfrentarnos la gestión de los residuos resultantes de la fisión nuclear. Y, por fin, una vez que
hemos llegado a este punto entra en acción el auténtico protagonista de esta sección del
artículo: el helio-3.
Un núcleo de este isótopo del helio está constituido por dos protones y un neutrón. Si en el
proceso de fusión nuclear reemplazamos el núcleo de tritio, que es radiactivo, por un núcleo de
helio-3, que no lo es, y somos capaces de recrear las condiciones necesarias para que el núcleo de
helio-3 se fusione con el núcleo de deuterio, que tiene un protón y un neutrón, obtendremos un
núcleo de helio-4, un protón y se liberará mucha energía.

Reemplazar el tritio por helio-3 en la fusión nuclear conlleva importantes ventajas, pero en la
práctica también representa un desafío

El resultado de la fusión nuclear entre un núcleo de helio-3 y un núcleo de deuterio es el mismo de


la fusión de un núcleo de tritio y un núcleo de deuterio, pero en vez de liberarse un neutrón se
libera un protón. Y como esta última partícula tiene carga positiva puede quedar confinada en el
interior del campo magnético utilizado para atrapar el plasma ionizado dentro del contenedor,
evitando de esta forma que impacte con los núcleos de las paredes y previniendo así su
degradación.

Además, la utilización de helio-3 como sustituto del tritio en la fusión nuclear conlleva otra
ventaja: si se produjese un accidente por la razón que sea las condiciones necesarias para que
tenga lugar la fusión no perdurarían, la reacción se detendría automáticamente y no se liberaría
radiactividad porque tanto el helio-3 como el deuterio son isótopos estables del helio y el
hidrógeno respectivamente. Y, por esta razón, no son radiactivos.

La introducción del helio-3 en la ecuación de la fusión nuclear es extraordinariamente interesante,


pero plantea dos problemas muy importantes que es necesario resolver. Por un lado este gas es
muy escaso en la Tierra y su producción industrial a partir de la desintegración radiactiva del
tritio es muy cara.

Además, la temperatura que debe alcanzar el plasma que contiene los núcleos de helio-3 y
deuterio debe ser muy superior a la de por sí monstruosa temperatura del plasma que combina
tritio y deuterio. De lo contrario, la fusión no tendrá lugar porque los núcleos no adquirirán la
energía cinética necesaria para vencer su repulsión eléctrica natural al permitir que actúe la
interacción nuclear fuerte.

EN XATAKA

El telescopio espacial James Webb, explicado: por qué se ha retrasado tanto y qué esperamos
conseguir con un instrumento tan avanzado
La necesidad de manejar temperaturas aún superiores a los doscientos millones de grados Celsius
que requiere la fusión con tritio y deuterio representa un reto colosal, de ahí que lo más razonable
sea aceptar que la opción más plausible pasa por dominar primero la fusión tritio-deuterio.

Y una vez alcanzado este objetivo y cuando seamos capaces de manejar esas temperaturas tan
elevadas con eficacia podremos pensar en reemplazar el tritio por el helio-3. Eso sí, siempre y
cuando antes consigamos hacernos con unas reservas cuantiosas de este último gas.

¿Cuál es el problema? Sencillamente que los mayores depósitos de helio-3 conocidos residen en la


Luna. Los científicos creen que bajo la superficie del satélite natural de nuestro planeta, a pocos
metros de profundidad, se acumulan algo más de un millón de toneladas métricas de helio-3.

Una de las razones más contundentes por las que merece la pena volver a la Luna consiste en
recoger el helio-3 que se acumula bajo su superficie. Estados Unidos, China, Rusia, India, Japón y la
Unión Europea están interesados en hacerlo.

Este cálculo ha sido efectuado a partir de los datos que recogieron las misiones del programa
Apolo que llevó a cabo Estados Unidos durante la década de los años 60 y la primera mitad de la
década de los 70 del siglo pasado, y matizado por las medidas que se han llevado a cabo con
posterioridad, como las que tomó el satélite Chandrayaan-1 que la Agencia India de Investigación
Espacial colocó en órbita polar en torno a la Luna en 2008.

Puede parecer una cantidad enorme de este gas, y lo es, pero no es nada exagerado si tenemos
presente que la ausencia de atmósfera y la presencia de un campo magnético mucho más débil
que el de la Tierra han provocado que el viento solar lleve casi 4500 millones de
años acumulándolo.

Bajo la superficie de la Luna nos esperan más de un millón de toneladas métricas de helio-3
El primer desafío que la humanidad tendrá que resolver para apropiarse del helio-3 acumulado en
la Luna no es otro que el procesado del regolito lunar, que es la capa poco compacta de suelo y
fragmentos de roca que recubre la superficie del satélite. Y es que será necesario procesar 150
millones de toneladas de polvo lunar para obtener tan solo una tonelada de helio-3.

Es un reto muy importante, pero, al parecer, según los técnicos se trata de un desafío
asumible porque esta concentración es compatible con los procedimientos de minería terrestre de
los que disponemos actualmente.

Una vez que hayamos resuelto los problemas derivados de la extracción y el procesado del helio-3
lunar llegará el desafío más complejo: encontrar la forma de transportarlo a la Tierra. Aun así,
numerosos países, como Estados Unidos, China, Rusia, India, Japón o la Unión Europea, están
interesados en el helio-3 lunar, lo que nos anima a ser razonablemente optimistas.

Sustancias químicas:

Algunas de las sustancias químicas presentes en los productos electrónicos como, por ejemplo,
metales pesados, retardadores de llama, agentes antiestáticos o ablandadores plásticos, son
tóxicas. Sin embargo, la pregunta clave es: ¿se expone el usuario a estas sustancias? Si utiliza el
dispositivo en la forma prevista, su grado de exposición será muy bajo. Por ejemplo, la placa de
circuito de su teléfono móvil no suele entrar en contacto con la piel.

Pero sí existen ciertas sustancias químicas peligrosas, como determinados ftalatos y algunos
retardadores de llama, que los dispositivos electrónicos pueden emitir al aire y al polvo en su
hogar. Debe asegurarse asimismo de deshacerse de estos productos correctamente; de lo
contrario , pueden liberarse sustancias tóxicas en su entorno.

La normativa de la UE sobre sustancias químicas pretenden limitar o eliminar el uso de sustancias


químicas peligrosas en dispositivos electrónicos en los casos en que existan alternativas más
seguras. También se anima a las empresas a sustituir las sustancias químicas peligrosas por esas
alternativas más seguras. Las empresas pueden obtener exenciones y autorizaciones para utilizar
determinadas sustancias químicas peligrosas en dispositivos electrónicos, normalmente durante
un periodo limitado.

Metales pesados

Actualmente, los metales pesados resultan esenciales en la mayoría de los dispositivos


electrónicos, aunque las empresas innovadoras buscan permanentemente alternativas más
seguras. A continuación figuran algunos ejemplos típicos:

 Cadmio - utilizado en pilas de ordenador recargables, contactos y conmutadores.


 Mercurio - utilizado en las pantallas de cristal líquido (LCD) de los teléfonos móviles y las
pantallas planas de ordenador, así como en interruptores, pilas y lámparas fluorescentes.
 Plomo - utilizado en los tubos de rayos catódicos (CRT) instalados en pantallas de
ordenador y televisión.
 Cromo hexavalente - utilizado en la producción de distintas carcasas metálicas.
 Níquel - utilizado en las placas de circuito y las soldaduras de algunos teléfonos móviles.
 Plomo y cadmio - utilizados en las pilas recargables de las consolas de juego y en juguetes
eléctricos.

Retardadores de llama

Los retardadores de llama se utilizan para impedir o retrasar el avance de un fuego. Uno de sus
efectos consiste en ampliar el tiempo disponible para escapar en caso de incendio. Por tanto, se
trata de sustancias muy sólidas y no se biodegradan con facilidad. Permanecen en el entorno
natural durante mucho tiempo. Los retardadores de llama pueden pasar de sus productos
electrónicos al polvo de su hogar. Los dispositivos electrónicos nuevos también pueden liberar
retardadores de llama al calentarse.

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