Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Capitalismo ideológico.
Globalización capitalista.
Como dice Bauman el término globalización está en boca de todos [7], hasta el
extremo de que suena a tópico. Probablemente esta circunstancia permite cumplir uno de
sus propósitos: asumir su recepción como un hecho natural y generalizable para las masas.
Oficialmente, por ejemplo, para el FMI, se trata de la interdependencia económica creciente
en el conjunto de los países del mundo, provocada por el aumento del volumen y de la
variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos
internacionales de capitales, al mismo tiempo que por la difusión acelerada y generalizada
de la tecnología. Y para la CE es el proceso mediante el cual los mercados y la producción
de diferentes países están volviéndose cada vez más interdependientes debido a la dinámica
del intercambio de bienes y servicios y a los flujos de capital y tecnología.
Dada la naturaleza expansiva del modelo capitalista, era previsible que en las
sociedades avanzadas se desbordara más allá de los estrechos límites de un Estado. Tal
necesidad ya aparecía en la época del absolutismo y después se hace evidente en el plano
económico con el desplazamiento del burgués por el empresario y seguidamente por el
accionista. La tendencia expansiva desde modelos empresariales -tras de los que se
encuentra el accionariado como el último capitalista- para superar fronteras con ideas
imperialistas dirigidas a construir monopolios económicos sectoriales explotadores, incluso
dependientes de una megaempresa concentradora de monopolios, hay que entenderlo como
la propensión natural del capital, que acaba por definirse plenamente con el transcurso del
tiempo. No obstante, el capitalismo representado por la actividad concertada de las grandes
empresas multinacionales por acciones no ha prescindido totalmente del patrón Estado
como motor de cobertura de sus negocios, sino que, por otro lado, lo ha potenciado en
algunos casos a fin de que adquiera caracteres hegemónicos. Al amparo de los Estados
hegemónicos se impone sobre los Estados débiles un modelo político uniforme, que
coadyuve en la seguridad jurídica para facilitar una expansión geográfica sin trabas, un
modelo cultural, que permita mayor receptibilidad de la fórmula capitalista en los distintos
países, y el modelo económico, que establezca la exclusividad financiera, productiva y
comercial de la forma de hacer del capitalismo dominante.
Hasta ahora, el papel de las masas, seducidas por el consumo -ofrecido como forma
de bienestar cuando solo es un estado de dependencia carente de valor [11], ya que lejos de
alcanzarlo sirve para crear nuevas necesidades, al objeto de permanecer atrapados en la
dinámica de una modernidad falseada-, vienen siendo el motor del capitalismo De otro
lado, su instinto político ha sido atendido por esa democracia representativa de papel. Si la
burocracia ha aumentado su poder a costa del Estado plurifuncional, no obstante necesita
justificarse, y en cuanto a la política burocratizada es evidente que depende de la voluntad
de las masas en el proceso electoral. Estas masas adormecidas social y políticamente están
abocadas al despertar en los confines de su Estadonación. Lo que acabará por producirse
cuando la tecnología agote el repertorio innovador con el que las tiene entretenidas, las
crisis se radicalicen y el ejercicio político se devalúe totalmente. Cuando el bienestar ya no
provenga del mercado, el modelo de capitalismo dominante dejará de ser necesario, con lo
que perderá el control total que ahora le garantiza el dominio mundial sin posibilidad de
competencia. Las masas ilustradas por el lado bueno de la tecnología, conscientes de la
realidad, acabarán por llamar a la sensatez y exigirán poner fin al absurdo de un sistema de
minorías privilegiadas. No obstante, como recurso aún quedará el espíritu innovador,
señalado por Schumpeter, con lo que se hace posible que, agotado como capitalismo de
élite, resurja como capitalismo de masas.