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El resumen de la historia de uno de los cuentos relatados en este libro llamado canasta de cuentos

mexicanos, de titulo “Amistad” comienza un francés de nombre Monsieur Rene quien tenia un
restaurante en la Ciudad de México, una tarde vio sobre la banqueta un perro negro, el perro lo
miraba con sus ojos cafés y el francés veía como una mirada agradable con deseo de querer
conquistar su amistad.

Cuando el perro se dio cuenta que el Frances lo miraba con atención movió la cola, inclinaba la
cabeza y abría el hocico de una forma chistosa que el restaurantero creía le sonreía, sintió una
calidez el cual lo sentía como un rayo de sol penetrándole el corazón. El perro se movía en el
mismo lugar, solo avanzo unas pulgadas hacia la puerta, pero sin llegar a entrar al restaurante.

El Frances amante de los animales estaba sorprendido por que le parecía un perro muy cortés a
pesar de ser un perro callejero hambriento, tomo un bistec de el plato que la mesera acababa de
recoger de un cliente que había comido muy poco de él, lo levanto invitando al perro a comerlo el
cual salivaba de ver ese bistec, sin embargo el no entro y el Frances se dirigió hacia el y agitándole
el bistec entre sus narices finalmente se lo dio, el perro lo tomo con calma y con una mirada de
agradecimiento hacia quien se lo ofreció y empezó a comerlo con tranquilidad como el que tiene
una conciencia limpia. Cuando termino se levanto se fue hacia la puerta, se sentó cerca de la
puerta y haciendo la misma expresión que al francés se le hacia chistosa, el restaurantero pensó
que el animal estaba en busca de otro bistec, el Frances tomo una pierna de pollo para
ofrecérsela, pero cuando miro hacia la puerta el perro ya había desaparecido.

Al día siguiente aproximadamente a la misma hora del día anterior el perro volvió a sentarse en la
puerta del restaurante. El Frances al verlo le sonrió y del perro también recibió el mismo gesto de
gracia que tanto le agradaba al restaurantero, el perro se aproximo cuando el dueño del lugar le
hacia una seña que podía acercarse a tomar gratis, pero solo se acercó sin entrar al lugar porque el
era un animal muy inteligente y sabia y respetaba no podía entrar en un lugar así por respeto a los
clientes. Al tronar los dedos el francés le estaba dando una orden al perro que debía esperar a que
le recojan el plato a un cliente a lo cual el perro entendió perfectamente el mensaje.

El perro se hizo a un lado de la puerta para no estorbar a los clientes que entraban o salían del
lugar, se tendió con la cabeza entre las patas delanteras a esperar y vigilar al Frances mientras el
atendía a sus clientes sentados en la barra. Pasaron cinco minutos aproximadamente la mesera
retiro unas sobras de comida, entre ellas una pieza de chamorro a lo cual se aproximo al perro y
haciendo lo mismo que el dia anterior, paso por sus narices la pieza hasta que se la dio y con la
misma suavidad o quizás con mas calma tomo su comida, regreso a la banqueta y disfruto su
comida.

El restaurantero recordaba su peculiar comportamiento del día anterior a lo cual se preguntaba si


volvería a tener el mismo comportamiento, si había sido un impulso o en verdad tenia buena
educación, pensaba apostar con un cliente a que el perro tendría aquel comportamiento anterior,
se puso a hacer algunas cosas sin perder de vista a el animal con el objeto de que le hiciera ver su
muestra de agradecimiento y despedida. Tres minutos después el francés decidió en mirar frente a
frente al perro a lo cual el animal se levantó, movió la cola y sonriendo de la misma manera
chistosa y desapareció.
A partir de ese día el Frances le apartaba su buen trozo de carne provenientes de las sobras de sus
ordenes especiales que servía el restaurante, día con día el perro llegaba puntual a las 3:30 que es
la hora cuando comenzaban las corridas de toros en México, el restaurantero dirigía su mirada a la
puerta y ahí encontraba al perro meneando la cola y sonriendo.

Pasaron cinco o seis semanas donde a diario se repetía la misma rutina, el francés ya consideraba
su mascota y cliente más fiel a aquel perro negro de estatura mediana.

Monsieur Rene se sorprendía como aquel perro no olvidaba su cortesía, nunca entro al
restaurante, aunque el dueño lo invitara, al francés le hubiera encantado se quedara
definitivamente y así utilizarlo para que cuidara su negocio y espantara a los demás perros que
sean menos correctos para el lugar. El restaurantero lo después de darle de comer le hacía algunos
cariños y el seguía repitiendo la misma rutina de las últimas semanas.

Un día en el restaurante de Monsieur Rene un cliente enfureció porque se le callo un diente


artificial por a ver mordido un pan que le habían puesto en la mesa, el dueño ante tal situación
despidió a la mesera a cargo la cual lloraba en un rincón, el restaurantero eufórico se comunico
con el panadero para reclamar por manar los insumos de esa manera, explotando de rabia seguía
diciendo insultos, colgó el teléfono con fuerza, volvió a la barra y se percató de la presencia de el
perro negro legando puntual al reloj esperando su comida paciente.

En un impulso el Frances lanzó aquel bolillo duro con todas sus fuerzas hacia el inocente perro, el
animal se quedó atónito por algunos segundos, miro fijamente al restaurantero, en sus ojos no
había acusación si no una profunda tristeza. Al darse cuenta Monsieur Rene de su error tomo un
bistec que acababan de servir a un cliente y sin pensarlo corrió hacia la puerta, pero el perro ya
estaba a una calle de distancia, silbaba, gritaba y la gente lo veía como un lunático.

Monsieur Rene temía porque el perro ya no regresara al día siguiente, así que se dispuso al otro
día acercándose las 3:30 de la tarde, hora en la que siempre el animal llegaba a preparar un buen
pedazo de carne jugoso a medio cocer, se dio la hora y efectivamente el perro se encontraba en el
restaurante, el Frances estaba feliz y a la vez intrigado de como aquel perro allá aparecido por ahí
a pesar de su comportamiento que había tenido con él, pero en fin el animal estaba ahí y él le
ofrece el filete de la misma forma que días atrás pero esta vez cambian las cosas, el perro olfatea
la carne pero nunca la come, lo observa al restaurantero esta vez con una mirada fija pero no con
las mismas emociones, se retira del lugar y Monsieur Rene piensa que será la ultima vez que lo
vera pero confía en que regrese de nuevo, a la misma hora y paso lo que él esperaba ahí se
encontraba su amigo como él lo consideraba, una vez más ahí se encontraba moviendo el rabo
ligeramente, Monsieur Rene lo acaricio y le tiro de las orejas, el animal no comió nada solo se
levantó, empujo la mano que lo acariciaba, lamio al Frances durante un minuto, volvió a mirar al
francés, dio la vuelta y se fue. Ese día fue el último día que Monsieur Rene vio a aquel perro y
jamás lo volvió a ver.

En mi opinión personal creo que el perro más allá de ir por un poco de comida, el no dejaba de ir
por la amistad, cariño y agradecimiento que tenia con el Frances y aunque mucha gente no crea
los animales tengan sentimientos y valores, considero que si y en este breve relato cuenta eso y
que cualquier ser vivo que sienta un comportamiento de una persona que lastima, uno se aleja y a
diferencia de muchos él supo retirarse a tiempo, pero nunca deja de agradecer y se fue a despedir.

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