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Entre gatos y perros

Había una vez en un pequeño pueblo, un señor el cual se sentía muy solo pues sus hijos habían
crecido y se habían mudado, quedando el solo en su casa.

Un día de camino regresando a su casa encontró una caja un poco desgastada, con un deje de
curiosidad el anciano decidió acercarse a ver que era lo que había dentro, grande fue su sorpresa al
encontrarse un pequeño perro, de color blanco y marrón con unos ojos azules como el cielo. El
perrito le lamio la cara al anciano causa do en este una gran ternura por lo que pensó llevárselo a su
casa; una vez en casa se puso a bañarlo y prepararle una cama improvisada en lo que le compraba
una cama real. Había pasado una semana desde este evento, el perro era muy feliz con el señor pues
este lo trataba muy bien y al mismo tiempo el señor y también estaba encantado con el perro pues
este era muy cariñoso.

Ese día estaba lluvioso y el anciano volvía de su trabajo, pero, al momento de llegar a su casa se topo
con una sorpresa, en su puerta había un pequeño gatito de color amarillo, un gato tan pequeño que
entraba en la palma de su mano, el anciano viendo el clima se dijo que no podía dejarlo ahí
abandonado así que lo entro a su casa.

Cuando el perro había salido a saludar a su dueño se dio cuenta del pequeño intruso que llevaba en
sus manos, por lo que comenzó a ladrarle. El anciano reprendió al perro y decidió secar al gatito
pures por la lluvia, este se había mojado.

El perro un poco enojado se fue a su cama decidido a ignorar a su dueño, cuando se dio cuenta que
al gato no lo puso en el suelo, en cambio a este se lo llevo consigo a la cama. El perro un poco celoso
intento llamar la atención de su dueño, pero este se encontraba ocupado haciéndole caricias al gato.

El perro no se llevaba con el gato pues este se llevaba la atención de su dueño, así que el perro
intentaba deshacerse del gato, en una Ocasio lo había intentado dejar en el basurero de la casa,
pero el anciano se dio cuenta y el perro fue reprendido, en otra ocasión el perro intento dejarlo
fuera de la casa, pero fue inútil pues su dueño se había dado cuenta y la había ingresado a la casa.

Después de todo esto el perro decidió irse de la casa y buscarse un nuevo hogar, tan decidido estaba
que no se dio cuenta que el gato lo había ido siguiendo, mientras el perro deambulaba por las calles
el gato lo seguía por los techos.

Una hora después de que el perro y el gato se habían ido de la casa su dueño recién había llegado, al
entrar el anciano se extraño de que el perro no había salido a saludarle como siempre, así mismo el
gato no estaba durmiendo en el sofá como regularmente estaba haciendo cuando el llegaba. Decidió
entrar a buscarlos, pero no los encontró así que intentando tranquilizarse fue a preguntarle a sus
vecinos mas cercanos los cuales le habían respondido que no habían visto a los dos animales. El
señor muy preocupado decidió buscarlos pero después de dos horas de búsquedas decidió regresar
a su casa y rogaba que sus dos mascotas volvieran.

Mientras tano y pasada unas horas al perro le dio hambre, pero no tenía nada que comer, intento
pedirle algo de comida a alguna de las personas que pasaban, pero todos lo ignoraban cuando en
ese momento vio algo que lo hizo abrir completamente los ojos, vio al gato siendo alimentado por
una muchacha y eso lo enojo pues él no había conseguido nada para comer así que comenzó a
perseguir al gato el cual asustado por el enojo del perro decidió correr también. Estuvieron así unos
minutos hasta que llegaron a una callejón cerrado, el perro viendo esta como su oportunidad se ia a
abalanzar contra el pequeño gato , cuando de pronto escucho unos gruñidos detrás de el y al
voltearse puedo observar a unos tres perros un poco más grandes que él, que tenía una expresión
enojada, uno de ellos intento atacarlo pero grande fue su sorpresa cuando vio como el pequeño
gato había arañado al otro perro defendiéndolo, esto lo hizo sentirse mal, pues el solo había
intentado deshacerse del gato, al ver esto el también decidió enfrentar a los perros y lograron
escapar de ellos, después de un rato de correr y haber perdido a los otros perros el gato se arrimo al
perro ronroneándole, el cual, esta vez acepto al gato pues se dio cuenta que este no era malo como
él pensaba, decidieron volver a su casa pues ya era de noche.

Al momento de llegar a su casa su dueño se puso a llorar de felicidad pues había pensado que los
había perdido y que le tocaría volver a quedarse solo. Después de esto los tres vivieron como una
hermosa familia feliz, una extraña pero hermosa familia feliz.

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